EL DÍA EN QUE JESUCRISTO RESUCITÓ.
El estudio de la resurrección de Jesucristo ha de ser algo para el deleite de nuestros corazones, para nuestra alegría y regocijo. Pero antes de estudiar específicamente acontecimientos que tenemos escritos en la Biblia acerca del primer día de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, y acerca del resto de los cuarenta días que Cristo anduvo resucitado sobre la tierra, veamos cómo es que su resurrección repercute en nuestras vidas, y cómo es el acontecimiento necesario para que nosotros hoy en día tengamos los que tenemos de parte de Dios: 1-el don de espíritu santo con sus nueve manifestaciones, 2-la salvación recibida por gracia, y 3-la vida eterna, entre muchas otras cosas…
La vida eterna:
2 CORINTIOS 4
14 sabiendo que el que resucitó [levantó] al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará [levantará] con Jesús, y nos presentará juntamente con vosotros.
FILIPENSES 3:20-21
20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 el cual transformará [metaskematidzo] el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante [summorfon] al cuerpo de la gloria suya, por [la eficacia (energeia) d]el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.
ROMANOS 6:5-9 y 22
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección [anastáseos]; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado [sido levantado] de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él...
22 Mas ahora que habéis sido libertados [Eleutherotentes: libres de servidumbre o esclavitud, de obligaciones y restricciones] del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Al inicio de la segunda venida de Cristo (en las nubes), los muertos en Cristo volverán a vivir:
1 TESALONICENSES 4:13-14
13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó [anéste], así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
(Un estudioso de la Biblia que vivió en Inglaterra a principios de 1900, el Dr. Bullinger escribió:
"Es la realidad de la segunda venida de Cristo la que pone a todas las cosas en su lugar")
…Y los de Cristo que aún estén vivos cuando Cristo venga en las nubes, serán transformados:
1 CORINTIOS 15:51
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
El don de espíritu santo (con sus 9 manifestaciones):
HECHOS 2:33
Así que, exaltado por [a] la diestra de Dios, y habiendo recibido [laboon] del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.
Salvación (y sanidades físicas, como parte del Don de espíritu santo):
HECHOS 4:10-12
sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó [levantó] de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. 11 Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. 12 Y en ningún [ouk] otro [allos] hay salvación; porque no hay otro [heteros] nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Remisión de pecados:
HECHOS 10:40-43
40 A éste levantó [egéirein] Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; 41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó [anasténai] de los muertos. 42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón [remisión] de pecados por su nombre.
Nos vivifica:
ROMANOS 8
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará [dzoopoiesei] también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
(vivificar = tener una nueva fuente de poder (interior), recibir nuevas fuerzas, desde ahora y hasta la eternidad)
Nos tiene reservado un lugar seguro a la diestra de Dios:
EFESIOS 2:4-7
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo [sunedzoopoiesen] (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó [levantó], y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad [benignidad] para con nosotros en Cristo Jesús.
Nos libra de la ira venidera:
1 TESALONICENSES 1:9-10
9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, 10 y esperar (anhelantes) de los cielos a su Hijo, al cual resucitó [levantó] de (entre) los muertos, a Jesús, quien nos libra [jruómenon: Es quien nos rescata, Es nuestro Libertador] de la ira venidera (se refiere al apocalipsis).
Nos tomó para sí mismo:
GÁLATAS 1:3-4
3 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, 4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos [exéletai: tomarnos como heredad de él sacándonos del peligro] del [de entre el] presente siglo [aionos: mundo] malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre
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La Resurrección de Jesucristo, Introducción:
HECHOS 1:1-5
1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días [10 días desde su Ascensión hasta Pentecostés].
JUAN 20:29-31
29 Jesús le dijo: Porque me has visto [resucitado], Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron [sin ver creerán].
30 Hizo además Jesús [resucitado] muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
1 CORINTIOS 15:3-7
3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 4 y que fue sepultado, y que resucitó [fue levantado] al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que 1) apareció a [ófte: fue visto por] Cefas [Pedro], 2) y después a [por] los doce. 6 3) Después apareció a [ófte: fue visto por] más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen (han muerto). 7 4) Después apareció a [ófte: fue visto por] Jacobo; 5) después a todos los apóstoles; 8 y 6) al último de todos, como a un abortivo (como a uno nacido fuera de tiempo), me apareció a [ófte: fue visto por] mí.
[En un libro histórico escrito por aquella época (Antigüedades 18:3:3) por Flavio Josefo (quien vivió del 37 al 95 D. C.) se señala lo siguiente:
"Se levantó por aquel tiempo Jesús... Y cuando Pilato, a sugerencia de los principales hombres de entre nosotros, le condenó a la cruz, aquellos que le amaron desde el principio no se dispersaron debido a que él se les apareció vivo de nuevo al tercer día..."]
Orden de los acontecimientos escritos sobre el primer día de la resurrección de Jesucristo:
1- Antes de la puesta del sol del día de reposo semanal (estaba por terminar el Sábado 17 de Nisán del año 28 D.C.) hubo un gran terremoto y la gran piedra que cubría la entrada del sepulcro fue removida a una distancia considerable por un ángel del Señor que se sentó sobre la piedra. Los guardias quedaron como muertos (Mt. 28:2-4). Fue en este momento que Jesucristo fue resucitado por Dios.
2- Cristo Jesús resucitado visitó victorioso a los espíritus diabólicos que provocaron el diluvio, los que trataron de acabar con el género humano, y que ahora se encuentran encarcelados (1 Pedro 3:18-20).
3- María Magdalena fue a visitar el sepulcro antes de la salida del sol del Domingo 18 de Nisán y se encontró con el sepulcro abierto y vacío, y corrió a avisarle a Pedro y al otro discípulo (Juan 20:1-2).
4- Pedro y el otro discípulo llegaron corriendo al sepulcro ante la notificación de lo visto por María Magdalena, y encontraron tal y como habían estado cuando ceñían el cuerpo de Jesucristo, pero ya sin el cuerpo los vendajes usados por Nicodemo cuando embalsamó el cadáver de Jesucristo. Éstos dos se retiran. María Magdalena iba detrás de ellos (Juan 20:3-10).
5- PRIMERA APARICIÓN ESCRITA DE JESUCRISTO RESUCITADO: María Magdalena se quedó y se asomó al sepulcro; María Magdalena vió dentro del sepulcro a dos ángeles (a los que confundió con hombres), y al voltear hacia atrás se presentó ante ella Cristo Jesús, pero ella pensó que era el jardinero, y hasta que él le dijo: "¡María!" ella le reconoció. Entonces Cristo le pidió a ella que no lo tocara porque él aún no se presentaba (es decir, aún no había sido glorificado) ante Dios como las primicias (el primer fruto) de la resurrección de entre los muertos. Ésta primera aparición de Jesucristo resucitado sucedió unas 12 horas después de su resurrección (Juan 20:11-17).
6- Jesucristo se presentó ante Dios como las primicias de la resurrección y al mismo tiempo como el único y definitivo Sacerdote viviente (eterno, por serlo según el orden de Melquisedec) que presenta la ofrenda; y ese mismo día los sacerdotes de Israel (temporal, por serlo según el orden de Leví) presentaban las primicias de la cosecha de la cebada (Juan 20:17, 1 Corintios 15:20 y 23, (Heb. 5:5-6)).
7- María Magdalena fue a informarles a los discípulos que había visto a Jesucristo y lo que Jesucristo le había dicho, pero ellos no le creyeron (Mr. 16:10-11).
8- Como ni siquiera las otras mujeres le creyeron a María Magdalena, y como ellas tenían el plan de embalsamar el cadáver de Jesucristo, ya que José de Arimatea no lo había hecho, y cómo no se enteraron de que Nicodemo ya lo había hecho (el miércoles 14 de Nisán antes de la puesta del sol), entonces ellas compraron el material adecuado el viernes (que fue el único día de trabajo entre dos días de reposo de esos tres días que Jesucristo estuvo en el sepulcro, es decir, el 16 de Nisán), y ese domingo 18 de Nisán pretendían ungirlo, por lo tanto fueron al sepulcro (María Magdalena también las acompañó, este fue su tercer viaje al sepulcro en esa mañana). Al entrar al sepulcro se encontraron con un ángel, al que confundieron con un joven con largas vestiduras blancas, quien les dijo en Mr. 16:6-7: "No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado [sido levantado], no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo" (de hecho, ningún apóstol ni discípulo fue a Galilea ese día porque no creían que Jesucristo realmente hubiera resucitado).Cuando esas mismas mujeres estaban a punto de salir del sepulcro, asombradas por lo que les dijo el ángel de las vestiduras largas, otros dos ángeles se presentan cerca de ellas y les dijeron: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado [sido levantado]. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite [anastenai] al tercer día". Hasta entonces ellas entendieron lo que había sucedido y fueron a notificarlo a los apóstoles y discípulos, pero tampoco les creyeron a ellas (Lc. 24:4-11).
9- Algunos de los guardias que estaban cuidando el sepulcro fueron a informar a los líderes religiosos lo sucedido, y esos líderes religiosos los sobornaron, dándoles mucho dinero para que contaran una falsa historia de que los discípulos mismos se habían robado el cuerpo de Jesucristo, y ellos aceptaron este infame acuerdo (Mt. 28:11-15).
10-Al escuchar a las mujeres, aparentemente Pedro decidió ir de nuevo al sepulcro, pero esta vez el sólo (Lc. 24:12) [Éste versículo lo omiten la mayoría de los MSS].
11-SEGUNDA APARICIÓN ESCRITA DE JESUCRISTO RESUCITADO: En algún momento desde aquí y hasta antes de la aparición de Jesucristo a 11 de los apóstoles que estaban a puertas cerradas, Jesucristo se le apareció [ofté] a Pedro estando éste solo (Lc. 24:34, 1 Cor. 15:5).
12-TERCERA APARICIÓN ESCRITA DE JESUCRISTO RESUCITADO: Jesucristo se apareció a dos discípulos que iban hacia Emaús, siendo ésta la aparición más prolongada y más detalladamente descrita de ese primer día de la resurrección de Cristo, ellos regresaron a contarle al resto de los discípulos lo que habían visto y oído pero tampoco les creyeron a éstos dos (Lc. 24:13-35, v. 32: invisible (aphantos) se hizo de ellos Mr. 16:12-13 (en hetéra morfé)).
13-CUARTA APARICIÓN ESCRITA DE JESUCRISTO RESUCITADO: En la última aparición escrita en la Biblia de ese primer día de resurrección, Jesucristo se apareció a 11 apóstoles (faltaba Tomás, quien aparentemente había regresado a Galilea) y a otros discípulos que estaban a puertas cerradas y que estaban escuchando (aunque sin creer) a los dos que habían llegado de Emaús (Lc. 24:36-49, Jn. 20:19-24, Mr. 16:14).
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Los últimos escritos acerca del primer día de la resurrección de Jesucristo:
A pesar de los maravillosos testimonios que se estaban relatando, ¿acaso creían los oyentes a cualquiera de ellos?, ¡No!. Esta verdad es adicionalmente declarada en el Evangelio de Marcos, referente a la misma situación.
MARCOS 16:12-13
12 Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. 13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.
Hace que uno se sorprenda lo que Dios tiene que hacer para convencer a la gente. Para este momento todos habían sido recordados que Jesús había dicho que él se levantaría. Todos habían oído hablar a otros acerca de la tumba vacía. Absolutamente no había excusa a la incredulidad de cualquiera de estos seguidores; y no solo la mayoría de los discípulos no creía, sino que ellos estaban también llenos de miedo.
JUAN 20:19a
Cuando llegó la noche [el atardecer] de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos...
Los discípulos reunidos habían cerrado las puertas por puro miedo. Ya habían estado María Magdalena, Simón Pedro, y ahora otros dos discípulos (los que habian estado en el camino a Emaús) clamando que el Cristo resucitado había sido visto. Aunque ninguno de los oyentes creía. A los discípulos se les habían dado instrucciones de ir a Galilea, pero ellos no habían hecho esto. Ellos estaban bastante encadenados por el temor y la incredulidad. Este fue el contexto en el cual Jesucristo hizo su próxima aparición.
JUAN 20:19b
...estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
LUCAS 24:36-38
36 Mientras ellos aún hablaban [Cleofas y el otro discípulo] de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos [razonamientos]?
MARCOS 16:14
Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
Los once de Mr. 16:14 deben de haber incluido tanto a Pedro como a Judas Iscariote, debido a que veremos que Tomás era el que no estaba presente para ver al Cristo resucitado [esto corresponde a los once de Lc. 24:33 "Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos"]
Junto con los once apóstoles, otros discípulos estaban también presentes. A pesar de la aparición de Cristo en medio de ellos cuando estaban tras puertas cerradas, a pesar de su exhortación a ellos de que tengan paz, ellos seguían llenos de miedo y no podían creer que era realmente él, Jesucristo, levantado de entre los muertos. ¿Qué tantas pruebas y confirmaciones necesitaban los discípulos?. Jesucristo primero reprobó su incredulidad y entonces dejo que le tocaran.
LUCAS 24:39-40
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
JUAN 20:20
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Él tuvo que permitir que le observaran y le tocaran para convencerlos de que era realmente él. Ellos estaban confundidos y perplejos. Jesús tomó todas las medidas necesarias para convencerlos de su resurrección.
LUCAS 24:41-43
41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
Jesucristo demostró que él aún podía comer. Cuando Cristo regrese por nosotros de la Iglesia de Gracia, nosotros también adquiriremos un cuerpo como su cuerpo resucitado. Este cuerpo resucitado es un cuerpo del que conocemos muy poco, excepto por lo que podemos observar al leer sobre el cuerpo de Jesucristo antes de su ascensión.
LUCAS 24:
44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Junto a la muestra de las marcas en su cuerpo y el comer con sus discípulos, Jesucristo les enseñó acerca de cómo él cumplió aquellas cosas escritas sobre él en los libros de Moisés, los Profetas, y los Salmos. Entre esas cosas se encontraban sus sufrimientos, su muerte, su resurrección, y su gloria. Su misión como el cordero de la Pascua ya había sido predicha en el Antiguo Testamento. Pentecostés estaba a 50 días de distancia, y fue acerca de esto que Jesucristo les iba a instruir a continuación.
JUAN 20:21-24
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló ["respiró hacia adentro", "inhaló", dice el texto] y les dijo: Recibid [lambano] el Espíritu Santo [espíritu santo]. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Jesucristo les dio instrucciones específicas acerca de que hacer cuando el don de espíritu santo llegara a estar disponible. Ellos iban a comenzar a aspirar cuando el tiempo fuera ya cumplido. Entonces ellos recibirían (Griego lambano) el don de espíritu santo. Lambano significa recibir algo en evidencia o manifestación; en Pentecostés ellos aspiraron hacia adentro con profundidad y manifestaron el espíritu santo mediante el hablar en lenguas. En aquel mismo día Pedro llevaría a cabo las instrucciones dadas en Jn. 20:23 mediante ofrecer a la gente el camino de Dios para recibir remisión de pecados [Hch. 2:38 "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón [remisión] de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo"].
El versículo 24 de Jn. 20 declara que Tomás no estaba presente. Sin embargo, Mr. 16:14 y Lc. 24:33 nos dicen que 11 de los apóstoles estaban en esta aparición.
Muchos han declarado que Judas se había suicidado para este momento o había sido expulsado del grupo para este momento. Esto también son falsas conclusiones. Ya que solamente Tomás estaba ausente, Judas estaba allí con los once el día 18 de Nisán, según se registra en Mr. 16:14. La Palabra de Dios claramente muestra que después de la resurrección, Jesucristo aceptó a Judas de nuevo. ¿Acaso nosotros le habríamos perdonado a Judas Iscariote hasta ese grado?. ¡Qué manera de perdonar la de Jesucristo!.
Resumiendo:
Jn. 20:24 concluye los eventos conocidos del 18 de Nisán. En este día Jesús se apareció a María Magdalena en el jardín del sepulcro; entonces se presentó a sí mismo ante Dios (es decir, fue glorificado) como las primicias de entre los muertos; luego se apareció a Simón Pedro; se apareció a dos discípulos en el camino a Emaús; y finalmente se apareció a once apóstoles (estando ausente Tomás) junto con algunos otros discípulos. En varias ocasiones ángeles habían sido vistos, quienes declararon las gloriosas novedades de la resurrección de Jesucristo y dieron instrucciones. La tumba vacía convenció a algunos y dejó perplejos a otros. Los guardias fueron sobornados por los líderes religiosos para iniciar falsos y absurdos rumores de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Este fue un día lleno de eventos tremendos. Es un día que quedó en la historia como el día en el que el género humano por primera vez comprobó que su salvador había conquistado a la muerte, porque las palabras "ha resucitado [es decir: "ya ha sido levantado"]", que primero fueron pronunciadas desde dentro de la tumba vacía, han resonado Universalmente desde entonces, y éste ha sido el mensaje del más grande triunfo llevado a cabo sobre la tierra.
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Algunas de las apariciones de Jesucristo resucitado (en los registros escritos):
El primer día de su resurrección:
1- A María Magdalena [Jn 20:11-17; Mc 16:9-11]
2- Al Apóstol Pedro [1 Cor 15:5a]
3- A los dos Discípulos que iban a Emaús (Cleofás y otro) [Mc 16:12; Lc 24:13-32]
4- A once de los Apóstoles (faltaba Tomás, Judas Iscariote se encuentra presente), otros discípulos están presentes [Mt 28:9,10; Mc 16:14; Lc 24:36-38; Jn 20:19-24]
Aproximadamente a los ocho días de su resurrección:
5-
A los doce (aquí ya
están los doce: Tomás presente, Judas Iscariote se encuentra también presente)
sobre un monte a en Galilea [Mt
28:17-20; Jn 20:26-29;
1 Cor 15:5b].
Entre los días primero y cuarenta de su resurrección:
6- A más de 500 hermanos a la vez [1 Cor 15:6]
7- A Jacobo (Santiago) [1 Cor 15:7]
8- A algunos Apóstoles y Discípulos que estaban pescando en Galilea (siete, cinco de los cuales son: Simón Pedro, Tomás Dídimo, Natanael de Caná (Bartolomé), los hijos de Zebedeo (Boanerges, hijos del trueno, Jacobo y Juan) y otros dos discípulos [Jn 21:1-23]
9- A TODOS los Apóstoles (Probablemente se refiera Pablo al día de la ascensión de Jesucristo, al final de los 40 días de que anduvo sobre la tierra después de su resurrección (los Apóstoles presentes, Judas Iscariote aún presente, quien se retira antes de que los dos ángeles hablen y es entonces que se suicida, como leemos en Hechos 1) [Mc 16:15-19; Lc 24:45-49; Hch 1:4-11]
Después de su ascensión:
10-A Pablo [1 Cor 15:8; Hch 9:3-7, 27; Hch 22:5-11; Hch 26:9-18]
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MÁS DETALLES ACERCA DE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO:
Es tan trascendental para nuestra vida como creyentes valorar y saborear la resurrección de Jesucristo que he decidido incluir en las siguientes hojas unas notas tomadas del libro "Jesucristo Nuestra Pascua". Espero que se deleiten tanto como cuando yo los estudié.
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JESUCRISTO, NUESTRAS PRIMICIAS:
LA RESURRECCIÓN HASTA LA ASCENSIÓN: LOS 40 DÍAS:
PRIMER DÍA DE RESURRECCIÓN, EL DIECIOCHO DE NISÁN:
Para entender como comenzó el 18 de Nisán, debemos de regresar a la terminación del 17. Algunos versículos importantes referentes a este tiempo se encuentran en Mt. 28.
MATEO 28:1
Pasado [El Griego es mejor traducido "Estando por terminar"] el día de reposo [En Griego dice "los Sábados", quizás porque en esa semana había habido dos días de reposo, espaciados tan sólo por un día de trabajo intermedio entre uno y otro, siendo el último el día de reposo semanal, que es al que aquí se refiere] al amanecer ["en el crepúsculo", hay que recordar que los días en oriente terminaban en el atardecer, y en cuanto se ocultaba el sol en el horizonte, se tendría un nuevo día] del ["hacia el", "aproximándose el"] primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver [theoreo, "mirar fijamente, observar"] el sepulcro.
La palabra "amanecer" es la palabra epiphosko, usada Bíblicamente del "crepúsculo", del "anochecer".
La palabra Aramea ngh puede también ser usada del "crepúsculo" o "anochecer". Así es como es usado en Lc. 23:54 "Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo". Se refieren al tiempo cuando un nuevo día está comenzando, que era alrededor de la puesta del sol para el cómputo Judeano [Ver A. T. Robertson, World Pictures in the New Testament, 6 vols. (Nashville: Broadman Press, 1930-1933), 1:240 y 2:289; Smith, A Compendious Syriac Dictionary, p. 327; Matthew Black, An Aramaic Approach to the Gospels and Acts, 3rd. Ed. (Oxford: Clarendon Press, 1967), pp. 136-138; y George Ricker Berry, The Interlinear Translation of the Greek New Testament (reprint ed., Grand Rapids: Zonderan, 1958), p. 86.]
El día festivo (Sábado) terminaría a la puesta del sol. Así, éstas dos mujeres vinieron a la tumba conforme el Sábado semanal estaba terminando cerca de la puesta del sol. En esa puesta del sol, el primer día de la semana comenzaba. El propósito de las mujeres era vigilar, observar el sepulcro. Ellas no intentaban ver el cuerpo o ungirlo, sino solamente ver el sepulcro. Ya que los guardias estaban allí y el sepulcro había sido sellado con el sello Romano, a las mujeres no se les habría permitido entrar al sepulcro. (Las mujeres estuvieron allí por un rato y se retiraron).
MATEO 28:2
Y ["he aquí que", indica en la usanza Bíblica que un nuevo tópico será introducido] hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra ["de la entrada" al sepulcro], y se sentó sobre ella.
Ya que éstos eventos ocurrieron al finalizar el día de reposo semanal, poco antes de la puesta del sol, se documenta adicionalmente que Jesucristo resucitó antes del atardecer de ese sábado, el tercer día después de su muerte. El ángel del Señor descendió del cielo, hubo un gran terremoto, y la piedra sobre el lugar de la sepultura fue removida de la entrada. Cuando el ángel se sentó sobre la piedra, se hizo prácticamente imposible para cualquiera volver a ponerla obstruyendo la entrada del sepulcro. Los próximos dos versículos dan más detalles sobre el ángel.
MATEO 28:3-4
3 Su aspecto [del ángel] era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.
La apariencia del ángel era brillante. Éste conjunto de sucesos dejó a los guardias pasmados y abrumados. Ellos temblaron y se quedaron como muertos, inmóviles.
Cronológicamente, el siguiente suceso registrado tiene lugar muy temprano a la mañana siguiente, en domingo.
JUAN 20:1
El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.
María Magdalena llegó por su cuenta al sepulcro. Llegando antes del amanecer, con la ayuda de una luna casi llena [La Pascua siempre fue en luna llena, ya que el primer mes siempre inicia con una luna nueva. El 18 de Nisán la luna debió de estar entre llena y 3/4 de llena.], ella vió la piedra que tapaba el sepulcro removida. María Magdalena asumió que el cuerpo había sido tomado de allí. Ella corrió buscando a Pedro y al otro discípulo y les informó lo que ella había visto.
JUAN 20:2
Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos ["no sé yo", en Arameo] dónde le han puesto.
María Magdalena corrió hacia Pedro extremadamente angustiada, creyendo que el cuerpo de Jesús había sido quitado de allí.
JUAN 20:3-5
3 Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5 Y bajándose a mirar, vio los lienzos [othonion, vendajes mortuorios] puestos allí, pero no entró.
Pedro vió los othonion. Éstos eran los vendajes mortuorios usados por Nicodemo cuando sepultó a Jesús (en sus acciones Nicodemo demostró no creer en la resurrección de Jesucristo después de tres días y tres noches). José de Arimatea había usado un sindon, una sábana de lino (en sus acciones demostró creer en la resurrección de Jesucristo). Qué exactitud posee la Palabra. Nicodemo había sido el último en tocar el cuerpo de Jesús dándole sepultura.
JUAN 20:6-8
6 Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos [othonion] puestos allí, 7 y el sudario [paño o pañuelo], que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado [doblado] en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó.
Los vendajes de lino [othonion], permanecían tal y como habían estado cuando ceñían (envolvían o fajaban) el cuerpo de Jesús. El registro de Juan 20 señala que éstos vendajes mortuorios estaban inalterados. Éstos seguían en la posición en la que estaban cuando contenían al cuerpo. Cuando Jesucristo resucitó, se le dio un nuevo cuerpo. En su nuevo cuerpo, espiritual, Jesucristo pasó a través de éstas vendas mortuorias. Si su cuerpo hubiera sido tomado por otros, como María suponía, éstos vendajes mortuorios se los habrían llevado con el cuerpo o los hubieran quitado del cuerpo y arrojado. El paño que cubrió su rostro estaba pulcramente doblado y colocado a un lado. Cuando el otro discípulo, el discípulo al que Jesús amaba, vio la tumba vacía y cómo es que habían quedado los vendajes funerarios, él creyó. Él reconoció que Jesucristo había sido resucitado de entre los muertos.
JUAN 20:9
Porque aún [oudepo, nunca antes, hasta entonces] no habían [Pedro y el discípulo] entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de [entre] los muertos.
La palabra "aún" en el versículo 9 ha sido mal entendida por muchos lectores para indicar que Pedro y el otro discípulo no creían que Jesús hubiera resucitado. La palabra Griega para "aún" es oudepo, y puede ser traducida aquí como "nunca antes" o "hasta entonces". Hasta el momento de esta visita a la tumba, ni Pedro ni el otro discípulo habían considerado que Jesús hubiera resucitara de entre los muertos. Ahora, habiendo visto la tumba vacía y los vendajes mortuorios, el discípulo al que amaba Jesús creyó. Él repentinamente reconoció que Jesús había sido levantado de entre los muertos. La reacción de Pedro no está registrada aquí.
JUAN 20:10-11
10 Y volvieron los discípulos a los suyos [En Arameo dice "a su lugar"].
11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro
María Magdalena había seguido a los dos discípulos hasta el sepulcro, donde ella estaba llorando. El versículo 11 es el primer registro de María mirando hacia adentro del sepulcro, y mientras observaba, vió a 2 ángeles y los confundió con hombres.
JUAN 20:12-13
12 y [María Magdalena] vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.
Ésta es la primera vez que dos ángeles son mencionados. La previa tarde solamente había habido un ángel sentado sobre la piedra. María Magdalena, llorando, les dijo a los dos ángeles acerca del cuerpo perdido de su maestro. Esta vez, los ángeles están dentro del sepulcro.
JUAN 20:14
Cuando había dicho esto, se volvió [volteó hacia atrás], y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús.
Esta es la primera aparición después de la resurrección de Jesucristo, después de haber él testificado en su cuerpo resucitado a los espíritus encarcelados [1 PEDRO 3:18-20 "18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. ", 2 PEDRO 2:4 "Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno [Tartaróo] los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio", JUDAS 6 "Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día"].
Jesucristo se apareció a María Magdalena, aunque ella no le reconoció. Ella pensó que él estaba muerto y que su cuerpo había sido tomado. Esta primera aparición a María Magdalena es aproximadamente doce horas después de su resurrección.
JUAN 20:15-17
15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
María, confundiendo a su señor con el jardinero, solamente reconoció la voz de su maestro cuando Jesús amorosamente mencionó su nombre. Que emoción seguramente llenó su alma. En un momento de indescriptible emoción, ella se volteó y clamó, "¡Maestro!". Por primera vez en la historia, una persona contempla al Cristo resucitado. Él no se apareció a un rey, o a un sacerdote, o a un gobernante. Él apareció ante una simple, amorosa discípula que fielmente había cuidado de él.
Jesús no permitió que María le tocara, debido a que él era las primicias levantadas de entre los muertos. Las ofrendas mecidas de las primicias, en donde las primicias de la cosecha de la cebada primaveral eran presentadas como una ofrenda a Dios en el Templo, se iban a presentar ese mismo día. Jesucristo ahora reemplazaría esa ofrenda como las verdaderas primicias levantadas de entre los muertos [1 CORINTIOS 15:20 y 23 "20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho... 23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida"]. Normalmente, el sacerdote presentando la ofrenda iría al Templo a presentarla delante del Señor. Éste es el sentido de la expresión, "Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios". Cristo subiría y, como el sumo sacerdote, se presentaría a sí mismo delante de Dios como las primicias de entre los muertos. Esto no se refiere a su ascensión al cielo la cual estaba aún a 40 días de distancia.
En su preparación para presentarse a sí mismo como las primicias, Cristo debió, de acuerdo a la ley del Antiguo Testamento, mantenerse a sí mismo separado hasta que su presentación como primicias ante Dios fuera consumada [en la ley, los sacerdotes se purificaban a sí mismos en una fuente o bañera de bronce con agua cerca de la entrada al tabernáculo antes de entrar (ÉXODO 30:17-21 "17 Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 18 Harás también una fuente de bronce, con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el altar, y pondrás en ella agua. 19 Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los pies. 20 Cuando entren en el tabernáculo de reunión, se lavarán con agua, para que no mueran; y cuando se acerquen al altar para ministrar, para quemar la ofrenda encendida para Jehová, 21 se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Y lo tendrán por estatuto perpetuo él y su descendencia por sus generaciones.". De acuerdo a Lv. 21:6 "Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos", los sacerdotes tenían que ser santos o puestos aparte cuando presentaran ciertas ofrendas a Dios. De acuerdo con Lv. 22:1-9 "1 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de las cosas santas que los hijos de Israel me han dedicado, y no profanen mi santo nombre. Yo Jehová. 3 Diles: Todo varón de toda vuestra descendencia en vuestras generaciones, que se acercare a las cosas sagradas que los hijos de Israel consagran a Jehová, teniendo inmundicia sobre sí, será cortado de mi presencia. Yo Jehová. 4 Cualquier varón de la descendencia de Aarón que fuere leproso, o padeciere flujo, no comerá de las cosas sagradas hasta que esté limpio. El que tocare cualquiera cosa de cadáveres, o el varón que hubiere tenido derramamiento de semen, 5 o el varón que hubiere tocado cualquier reptil por el cual será inmundo, u hombre por el cual venga a ser inmundo, conforme a cualquiera inmundicia suya; 6 la persona que lo tocare será inmunda hasta la noche, y no comerá de las cosas sagradas antes que haya lavado su cuerpo con agua. 7 Cuando el sol se pusiere, será limpio; y después podrá comer las cosas sagradas, porque su alimento es. 8 Mortecino ni despedazado por fiera no comerá, contaminándose en ello. Yo Jehová. 9 Guarden, pues, mi ordenanza, para que no lleven pecado por ello, no sea que así mueran cuando la profanen. Yo Jehová que los santifico", ningún sacerdote podría manejar o tomar parte en las santas ofrendas a no ser que él fuera ceremonialmente puro, es decir, entre otras cosas, que el no debería de haber tocado a nadie que legalmente pudiera ser considerado no limpio. Sólo los sacerdotes manejarían los vasos del santuario, los vasos del altar, o estarían involucrados con cualquier servicio prestado dentro del velo. El "hombre común" (no un sacerdote o un Levita) no podía estar cerca de los sacerdotes mientras éstos realizaban su servicio sacerdotal en el Templo (Nm. 18:1-7 "1 Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio. 2 Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán; y tú y tus hijos contigo serviréis delante del tabernáculo del testimonio. 3 Y guardarán lo que tú ordenes, y el cargo de todo el tabernáculo; mas no se acercarán a los utensilios santos ni al altar, para que no mueran ellos y vosotros. 4 Se juntarán, pues, contigo, y tendrán el cargo del tabernáculo de reunión en todo el servicio del tabernáculo; ningún extraño se ha de acercar a vosotros. 5 Y tendréis el cuidado del santuario, y el cuidado del altar, para que no venga más la ira sobre los hijos de Israel. 6 Porque he aquí, yo he tomado a vuestros hermanos los levitas de entre los hijos de Israel, dados a vosotros en don de Jehová, para que sirvan en el ministerio del tabernáculo de reunión. 7 Mas tú y tus hijos contigo guardaréis vuestro sacerdocio en todo lo relacionado con el altar, y del velo adentro, y ministraréis. Yo os he dado en don el servicio de vuestro sacerdocio; y el extraño que se acercare, morirá"). La ofrenda mecida de las primicias era una ofrenda pública, significando que era llevada a cabo por los sacerdotes en presencia de la nación. Por lo tanto, el sacerdote mantendrá un estado de pureza ceremonial antes de traer la ofrenda delante del Señor en el Templo. Además de ser él mismo la ofrenda de las primicias Jesucristo era el sacerdote haciendo la ofrenda. Él estaba mostrándose a sí mismo como el verdadero sumo sacerdote para Israel (Heb. 5:5,6 "5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. 6 Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec". Heb. 8:1 "1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos")].
Éste fue el primer día de la semana, que corresponde a nuestro Domingo, el día después del Sábado semanal. De acuerdo a la ley del Antiguo Testamento, la ofrenda mecida de las primicias era siempre realizada el día después del Sábado semanal durante la Fiesta de los Panes sin Levadura.
LEVÍTICO 23:10-11
10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla [omer, un puñado] por primicia de los primeros frutos [reshith] de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo [en contexto, éste es el Sábado semanal durante la Fiesta de los Panes sin Levadura (ha habido controversia durante siglos respecto a ésta usanza de la palabra "Sábado". Aún los Fariseos y Saduceos estaban en acalorado desacuerdo sobre este asunto. Un grupo había tomado "Sábado" aquí para significar el Sábado especial del 15 de Nisán. Esto siempre colocaría a la ofrenda de las primicias el día 16. El otro grupo había tomado "Sábado" para significar el Sábado semanal durante la Fiesta, como nosotros lo hacemos aquí. El contexto global de Lv, 23, las consideraciones cronológicas, y el tiempo de la resurrección de Jesucristo y de sus apariciones prueba que lo segundo es lo correcto. Algunos sienten que Jos. 5:10-12 "10 Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó. 11 Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra, los panes sin levadura, y en el mismo día espigas nuevas tostadas. 12 Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año", contradice esto, pero aquí deben de hacerse las siguientes consideraciones: (1) Josué no menciona a una ofrenda mecida, (2) no hay razón para que el Sábado semanal no haya caído ese año en el 15 de Nisán)] la mecerá.
En éste año de resurrección, la ofrenda de las primicias sería ofrecida el 18 de Nisán, nuestro Domingo, el día después del Sábado semanal durante la Fiesta. Así es como maravillosamente Jesucristo cumplió la ley con toda minuciosidad de detalle. El día de la ofrenda de las primicias, él se presentó a sí mismo como las primicias levantadas de entre los muertos. A esto se refiere Jn. 20:17 cuando Jesucristo le dijo a María que él tenía que ascender "a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios".
De acuerdo a Lv. 23:10-21, el día de la ofrenda de éstas primicias era también el día para comenzar a contar hasta Pentecostés. Desde este día, ellos tenían que numerar 7 Sábados (literales Sábados semanales). El Sábado final sería el día número 49 y el próximo día, el número 50 sería Pentecostés. ¿No es asombroso cómo Dios en su presciencia dispuso la ley y el calendario tan perfectamente correspondiéndose con lo que Jesucristo finalmente lograría?. No hay palabras para expresar adecuadamente la perfección de Dios y de Su Palabra. La sincronía de la resurrección y de la presentación de Cristo mismo como las primicias levantadas de entre los muertos inequívocamente demuestra el propósito histórico de las primicias, como un anuncio anual de la resurrección del mesías. Como Rom. 1:4 nos enseña (que fue declarado [Jesucristo] Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos), fue la resurrección de Jesucristo lo que le señaló como el Hijo de Dios. Su resurrección probó quien era él, más allá de toda sombra de duda. Que Jesucristo estaba vivo y se presentaría a sí mismo a Dios como las primicias de entre los muertos era la instrucción que Jesucristo le dió a María Magdalena para que ella a su vez se la diera a sus discípulos [ciertamente, si Jesús fuera Dios, él lo sería con mucha mayor razón después de la resurrección. Pero, aún después de la resurrección, él se ofreció a sí mismo a Dios como las primicias de entre los muertos, esto demuestra que Jesucristo no era ni es Dios sino el hijo de Dios, nuestro hermano mayor].
María llevó a cabo éstas instrucciones. Un resumen de la aparición de Cristo a María y lo que ella hizo después se encuentra en el evangelio de Marcos.
MARCOS 16:9
Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quien había echado siete demonios.
La coma en este versículo ha sido mal colocada por los traductores. La primera parte de este versículo debería literalmente de leer: "Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana apareció primeramente a María Magdalena...". Este versículo no dice que Jesús fue resucitado el primer día de la semana. Dice que él apareció a María primero el primer día de la semana, después de que él ya había sido resucitado. Claramente se declara, como ya lo hemos leído en Jn. 20, que María Magdalena fue la primera persona en ver al Cristo resucitado en lo que ahora es llamado la mañana del domingo de Pascua.
MARCOS 16:10
Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando.
A aquellos que habían estado con Jesús, incluso las mujeres. Ellas habían venido con él de Galilea y le habían ministrado. Las mujeres habían estado en la crucifixión donde su maestro aguantó sus últimas horas de sufrimientos, y ellas habían estado cerca cuando José de Arimatea tomó el cuerpo de Jesús de la cruz y lo sepultó. Ellas habían comprado especias y aceites para embalsamarle adecuadamente para su entierro en la primera oportunidad que tuvieran [para referencias de éstas cosas ver las siguientes escrituras: Mt. 27:55,56,61 "55 Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole, 56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo...61 Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro"; Mr. 15:40,41,47 "40 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, 41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén...47 Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían"; Lc. 23:49 y 55 "49 Pero todos sus conocidos, y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas...55 Y las mujeres que habían venido con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto su cuerpo"; Jn. 19:25 "25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena]. Aparentemente, la mayoría de los hombres estaban llenos de miedo y ocultos al momento de la crucifixión; sin embargo, para este momento de resurrección, tanto los hombres como las mujeres estaban reunidos muy temprano por la mañana para lamentarse por la muerte de su amado maestro… [Que había hombres presentes se indica por el pronombre "los" en Mr. 16:10. “10 Yendo ella, lo hizo saber a los que habían estado con él, que estaban tristes y llorando. 11 Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.” Es plural masculino en Griego y en Arameo, lo que significa un grupo mixto, tanto de hombres como de mujeres]
JUAN 20:18
Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
MARCOS 16:11
Ellos, cuando oyeron que vivía, y que había sido visto por ella, no lo creyeron.
Esta respuesta es tan característicamente humana. La primera reacción humana a los grandes milagros de Dios es frecuentemente incredulidad total. La gente actual sigue rechazando el creer que Dios levantó a Su Hijo de los muertos. Los discípulos de Jesús seguían afligidos por su muerte cuatro días después de que ésta había ocurrido, aún cuando él ya había resucitado.
Note que Mr. 16:9-11 es un paréntesis explicando Mr. 16:1-8, que relata como María y la otra mujer fueron posteriormente al sepulcro esa mañana. Los versículos del 9 al 11 explican esto relatando lo que había sucedido previamente.
Así que, María Magdalena, después de ver a Jesús, fue y lo contó a sus discípulos con emoción. Ella les contó que había visto a Jesucristo y les dio el mensaje que él le había dado a ella (Jn. 20:17). Ni uno sólo de ellos le creyó a ella. Por lo tanto, las mujeres fueron al sepulcro como lo habían planeado para ungir el cuerpo y María Magdalena las acompañó [que ella les acompañó se indica por el pronombre "vinieron" en MARCOS 16:2 "Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol". En el contexto, se puede remitir a las mujeres en Mr. 15:40, 41, 47 "40 También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé 41 quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y le servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén...47 Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían" y en Mr. 16:1 "Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle", lo cual debe de incluir a María Magdalena]. Detalles de la visita al sepulcro se encuentran en los Evangelios de Mateo, Marcos, y Lucas.
LUCAS 24
1 El primer día de la semana, muy de mañana [temprano al amanecer], vinieron [las mujeres] al sepulcro, trayendo las especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas.
MARCOS 16:2-3
2 Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron [las mujeres, incluida María Magdalena de acuerdo con Mr. 16:1] al sepulcro, ya salido el sol [cuando el sol estaba saliendo]. 3 Pero decían entre sí: ¿Quién nos removerá ["Quién nos removerá" en Arameo aparece como "Quién nos removió"] la piedra de la entrada del sepulcro?
Para el tiempo de esta visita ya no había más oscuridad como la había habido cuando María fue sola en Jn. 20. Ahora ya era justamente después del amanecer. De acuerdo con los textos Griegos, dice que las mujeres, incluyendo María Magdalena, se preguntaban sorprendidas sobre de quien podría retirarles la piedra para que ellas pudieran entrar en la tumba.
Algo está fallando aquí porque Jn. 20 pone en claro que María ya había advertido en una visita previa que la piedra ya estaba removida. Ella ciertamente no volvería a la tumba después preguntándose sorprendida sobre de quien les podría retirar la piedra. El problema es de traducción. De acuerdo al Arameo, Mr. 16:3 debería de leer, "¿Quién nos removió la piedra de la entrada del sepulcro? [en tiempo pasado "removió", de acuerdo con al menos tres de las fuentes principales Arameas: la Peshitta, la Sirio-Curetonia, y el Palimpsesto Sinaítico].
Cuando Mr. 16:3 es entendido con exactitud, es vitalmente informativo y dinámico. Desde el punto de vista de las mujeres, la piedra había sido removida para su beneficio - de tal forma que pudieran entrar al sepulcro para ungir el cuerpo. Ellas desearon preparar adecuadamente el cuerpo de Jesús, algo que José de Arimatea no había hecho. Ellas no se dieron cuenta de que Nicodemo ya había ungido el cuerpo muerto de Jesús. Tampoco advirtieron en este inicial momento el verdadero motivo de que la tumba estuviera abierta.
Aunque ellas creyeron que la piedra había sido removida, la Palabra de Dios deja en claro que ellas no creían en el resto de la historia narrada por María. Sabiendo que la piedra había sido retirada, decidieron tomar ventaja de esta oportunidad de entrar en la tumba y ungir el cuerpo. Previamente ellas no lo habían hecho debido a la piedra, al sello sobre la piedra, y a los guardias [Esto explica porqué no intentaron las mujeres ungir el cuerpo antes. Adicionalmente los guardias habían sido solicitados para al menos tres días (Mt. 27:62-66 "62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, 63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré. 64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. 65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia"), lo cual incluiría el Jueves, Viernes, y Sábado. Las mujeres pudieron o no haberse dado cuenta del tiempo que allí les había sido asignado a los guardias. Independientemente de eso, ellas habrían estado esperando que los guardias se retiraran y tuvieran ellas oportunidad de ungir el cuerpo].
MARCOS 16:4
Pero cuando miraron, vieron [que había sido] removida la piedra, que era muy grande.
LUCAS 24:2
Y hallaron removida la piedra del sepulcro
La piedra era "muy grande". La palabra "removida" implica que había sido desplazada a una gran distancia de la entrada del sepulcro. Esto pasmó a las mujeres. El registro de su entrada al sepulcro se encuentra en tres Evangelios.
LUCAS 24:3
y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
MARCOS 16:5-7
5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. 6 Mas él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron. 7 Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
MATEO 28:5-7
5 Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
El registro en Mt. 28 ha causado problemas para muchos que no han estudiado a la luz de los otros Evangelios. Mt. 28 brevemente resume eventos que ocurrieron durante un período de tiempo. En el registro de Mateo, Dios no aporta detalles de lo que sucedió entre la primera visita a la tumba la tarde previa y la visita esa mañana. El no hace gran distinción entre las dos visitas porque María Magdalena y la otra María estaban presentes en ambas. El resume y se enfoca en las acciones de estas dos mujeres cuando están juntas ante la tumba. Nosotros también debemos de reconocer que el primer uso del nexo "y" en Mt. 28:5 es la palabra Griega de, que significa "pero". "Pero el ángel respondió..." La palabra de no es un conectivo temporal. No dice nada respecto al tiempo entre los eventos. El propósito de Dios en esta sección de la escritura no es el de denotar la extensión del tiempo implicado, sino que se enfoca en las dos Marías y sus experiencias en relación con la tumba. Es de los otros Evangelios que podemos aprender más detalles referentes al tiempo y a las otras mujeres que estuvieron involucradas.
De acuerdo a Mr. 16:5, un ángel estaba sentado del lado derecho del sepulcro. Éste ángel, un ser espiritual, era un mensajero de Dios que había venido en concreción en forma de hombre. Es por esto que Marcos se refiere a él como un hombre "joven". Su semblante era brillante. Su larga vestidura era tan blanca como la nieve.
La reacción de las mujeres ante el ángel fue una de gran temor. La primera declaración del ángel fue un mandato: "¡No teman!". Entonces, les instruyó que dijeran a los discípulos que Jesucristo había resucitado de entre los muertos, y que ellos se encontrarían con él en Galilea. Con esto, las mujeres se disponían a dejar el sepulcro perplejas y asombradas de lo que habían visto y oído. Pero antes de que ellas salieran, otro evento fenomenal ocurrió.
LUCAS 24:4-8
4 Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras
Las mujeres apenas habían visto la tumba vacía y al "joven", el ángel, sentado; ellas oyeron al ángel declarar la resurrección de Jesucristo y reiterar sus instrucciones de ir a Galilea. Esto fue mucho muy diferente del cuerpo que esperaban encontrar esa mañana. Es fácil entender como las mujeres estaban perplejas y en gran admiración conforme se volvían para dejar el sitio de la tumba. Entonces, en Lc. 24:4, ellas vieron a estos otros dos ángeles en cercana proximidad a ellas. La palabra en Lc. 24:4, "aconteció", indica que un periodo de tiempo había transcurrido desde el versículo 3. Una vez más, Lc. 24 está resumiendo los eventos, no dando todo detalle. Así es como los Evangelios se complementan, se adicionan e iluminan entre sí. Estos dos ángeles, brillantes en apariencia, reafirmaron lo que el primer ángel acababa de decirles. Entonces las mujeres recordaron las palabras de Jesucristo.
MARCOS 16:8
Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo [temor o respeto reverente].
MATEO 28:8a
Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor [temor o respeto reverente] y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos.
¿Porque ellas creían ahora?. Debido a que los ángeles les dijeron a ellas que recordaran las palabras que Jesús había hablado a ellos. El pensamiento de las palabras de Jesucristo referentes a su resurrección aún no habían entrado en las mentes de las mujeres desde la crucifixión. Las palabras de los ángeles sacudieron su memoria y entonces las mujeres entendieron lo que había ocurrido. Anonadadas, corrieron a decirlo a los discípulos. La frase "ni decían nada a nadie" significa que ellas estaban tan llenas de respeto reverente y de admiración, que no le dijeron a nadie en el camino mientras corrían hacia los discípulos. Seguramente que nadie hubiera creído tal historia. Además, ellas deseaban entregar las buenas nuevas a aquellos que se interesaban por Jesús tan pronto como fuera posible.
Debemos de recordar que seguimos estudiando los eventos del Domingo por la mañana. Por el tiempo en el que éstas mujeres habían venido al sepulcro y comenzaron a correr a contarles a los discípulos, los guardias que vigilaban la tumba ya se habían recuperado. Cuando los guardias vieron la tumba vacía y recordaron lo que había sucedido, fueron a la ciudad a informar a los líderes religiosos.
MATEO 28:11-15
11 Mientras ellas [las mujeres] iban, he aquí unos de la guardia [los hombres cuidando la tumba] fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. 12 Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero [pagaron dinero] a los soldados, 13 diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. 14 Y si esto lo oyere el gobernador [Pilato], nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo [de tal forma que los guardias no fueran castigados]. 15 Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy.
Los líderes religiosos, incluyendo a los sacerdotes principales, a los ancianos y al Sanedrín, sobornaron a los soldados para que dijeran una falsa historia. Los soldados iban a decir que el cuerpo había sido robado mientras que ellos dormían de tal forma que nadie creyera que Jesús había sido levantado de entre los muertos.
Los líderes religiosos tuvieron que haber quedado impresionados y en apuros por el reporte de los guardias. Este Galileo iba a seguir persiguiéndolos aún después de su ejecución. La falsa historia contada por los guardias de que el cuerpo de Jesús había sido robado por sus discípulos seguía siendo contada y creída en el tiempo en el que el Evangelio de Mateo fue escrito. Como si fuera un hecho comprobado, aún ahora hay gente que sigue creyendo en esa mentira. Pero tales historias nunca cambiarán la realidad de que Dios levantó a Jesucristo de entre los muertos. Ésta es una lección que los líderes religiosos deberán de aprender en los meses y años posteriores conforme el Cristianismo se propagaba.
Mientras los guardias se reportaban con los principales sacerdotes y ancianos, las mujeres encontraron a los discípulos y comenzaron a declararles lo que había sucedido en el sepulcro y les repitieron lo que se les había dicho acerca de encontrarse con Jesús en Galilea, incluso María Magdalena había visto a Jesucristo y le había indicado lo mismo. La respuesta de los discípulos fue muy humana - negarse a creer. La idea de que Jesús estaba vivo era bastante muy buena como para ser cierta.
LUCAS 24:9-11
9 y volviendo [las mujeres] del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían.
Lucas 24 relata que las mujeres les contaron a los hombres las cosas que ellos también habían visto. Y aún así, los hombres seguían resistiéndose a creer. Estos eran básicamente los mismos hombres que habían desertado de Jesús mientras que las mujeres habían fielmente permanecido cerca de él en el día de la crucifixión. Sin embargo, Pedro mismo había visto la tumba vacía y los vendajes mortuorios ese mismo día. Considerando el tremendo significado de lo que él había visto y ahora que escuchaba el testimonio de las mujeres, Pedro tomó acción.
LUCAS 24:12
Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos [othonion], y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido [Algunos textos críticos Griegos omiten este versículo 12, mientras que otros lo consideran como dudoso. El Manuscrito D (Bezae) y la mayoría de los manuscritos latinos antiguos omiten este versículo. Es interesante que el Bezae hace la omisión, ya que éste más frecuentemente añade material en vez de omitirlo].
Aún Pedro no había visto a Jesucristo por sí mismo. Sin embargo, él estaba pasmado por la clara evidencia de que Jesús realmente había resucitado. Pedro había estado con Jesús durante todo su ministerio; el había visto a Lázaro ser levantado de los muertos; había oído a Jesús predecir su propia muerte y resurrección; realmente había visto la tumba vacía con los vendajes funerarios. Ahora el había oído el testimonio de las mujeres de que ellas habían sido informadas que Jesús estaba vivo, incluso María Magdalena ya lo había visto. Pedro, después de ir a la tumba a dar un segundo vistazo, comenzó a percibir plenamente que las mujeres tenían razón. ¡Jesucristo verdaderamente había resucitado!. El quedó maravillado dentro de sí mismo conforme consideraba las espectaculares implicaciones de lo que había ocurrido.
Todavía era Domingo, 18 de Nisán.
MARCOS 16:12
Pero después apareció [Jesús] en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo.
Note que Jesús se apareció en otra forma, indicando la variabilidad de su cuerpo resucitado. Los detalles de este andar y de esta aparición son grandemente expandidos en el Evangelio de Lucas. Es un registro hermoso digno de nuestro estudio.
LUCAS 24:13-16
13 Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos. 16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le conociesen [sus ojos eran incapaces de percibir exactamente con quien hablaban].
Emaús, una pequeña villa alrededor de 7 millas (12,971 metros) de Jerusalén, fue el destino de éstos dos hombres que caminaban desde Jerusalén. Cuando Jesús, en su cuerpo resucitado, se unió a ellos y comenzó la conversación con ellos, no le reconocieron.
LUCAS 24:17-20
17 Y les dijo: ¿Qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? 18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? 19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y le crucificaron.
Muy poco sabía Cleofas que Jesucristo era el que caminaba al lado de él. Ellos realmente no habían entendido ni creído la profecía de su resurrección. Las mujeres permanecieron sin convencerse cuando ellas por primera vez vieron la tumba vacía y escucharon al ángel en el sepulcro. Finalmente ellas creyeron después de ver a dos ángeles más en el sepulcro. En retribución del haberles contado a los hombres lo que habían encontrado, la respuesta de ellos fue que ninguno iba aceptar lo que ellas habían dicho. Los hombres las trataron a ellas como si estuvieran hablando disparates. Ahora Cleofas y otro discípulo, en su camino a Emaús, conversaron con Jesús cara a cara. Sabiendo que ellos no le reconocían, Jesús dejó que se desarrollara la conversación.
Este discípulo le relató a Jesús como ya habían pasado tres días desde que Jesús de Nazareth había sido crucificado, y como al pasar los días, ellos iban perdiendo la esperanza. Ésta es la razón por la que éstos dos hombres estaban tristes y desilusionados cuando caminaban hacia Emaús.
LUCAS 24:21-24
21 Pero nosotros esperábamos que él era el que había de redimir a Israel; y ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro; 23 y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él [Jesús] no le vieron [Pedro y los otros].
Los dos discípulos habían estado con los otros hombres cuando las mujeres habían venido esa mañana contando su historia. Ellos eran parte de los que no creyeron. En el versículo 24, se hace referencia a ciertos discípulos que fueron a corroborar el relato de las mujeres acerca de la tumba vacía. Esto no se puede referir a la visita de Pedro y el otro discípulo en Jn. 20:2-10, ya que eso ocurrió antes de que las mujeres fueran a la tumba. Debe de referirse a discípulos que visitaron la tumba después del relato de las mujeres en Lc. 24:9-11, como el registro de la segunda visita de Pedro a la tumba en Lc. 24:12.
Éstos dos discípulos en el camino hacia Emaús seguían sin comprender o creer que Jesús había sido levantado de entre los muertos. El "extranjero" que les escuchaba finalmente reprobó su incredulidad.
LUCAS 24:25-26
25 Entonces él [Jesús] les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
"Que entrara en su gloria" se refiere a la entrada de Jesucristo ante la presencia de Dios presentándose a sí mismo como las primicias de entre los muertos.
LUCAS 24:27
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
¡Que convivencia debe de haber sido ésta!. Imaginemos a Jesucristo enseñándoles a solamente dos discípulos todo lo que en el Antiguo Testamento se refería a él. Jesús fue por las Escrituras y señaló las verdades concernientes al Mesías. Pero a pesar de todo esto, ¡los dos hombres no reconocieron quien era el hombre con quien hablaban!.
LUCAS 24:28-29
28 Llegaron [ellos tres] a la aldea adonde iban, y él [Jesús] hizo como que iba más lejos. 29 Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos.
El obligarle a quedarse (constreñirle), como se encuentra en el versículo 29, era una forma Oriental de invitar, de convidar a alguien a hacer algo. A las primeras dos peticiones se esperaría que la persona presentara excusas que le impidieran aceptar una invitación. Finalmente, ante la insistencia de la tercera y última petición, la persona debería de ceder y aceptar la invitación. Jesucristo fue constreñido por estos dos discípulos de Emaús a quedarse con ellos.
La Palabra de Dios le dedica más tiempo a esta aparición después de la resurrección que a cualquiera otra. Jesucristo era la única persona que había sido resucitada de entre los muertos para vivir una vida eterna. Él no se apareció a hombres de grandes riquezas o poder. Él no se apareció a ningún rey. Él no se apareció a ninguno de los líderes reconocidos del sistema religioso. La posición social, alta o baja, en nuestra vida terrenal no es la base para recibir la grandeza de la Palabra de Dios y la bendición. Jesucristo apareció a dos simples discípulos que estaban pasando por tiempos de dificultad para entender los eventos concernientes a la muerte del hombre en quien habían creído que redimiría a Israel y que por lo tanto sería su salvador.
LUCAS 24:30-32
30 Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?
Los ojos que les fueron abiertos fueron los ojos de su entendimiento. Ellos se dieron cuenta del significado de la muerte y resurrección de Jesús, y mientras comían juntos, finalmente reconocieron a la persona misma. Que asombrosa y emocionante comprensión debe de haber sido esa. Ellos recordaron como la explicación de la Palabra de Dios de Jesucristo había causado que sus corazones ardieran dentro de ellos. Con esa gran emoción decidieron ir a los otros discípulos para contarles lo que habían visto y oído.
LUCAS 24:33-34
33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos [Veremos posteriormente que el apóstol que faltaba era Tomás y no Judas Iscariote], y a los que estaban con ellos, 34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón.
Éstos versículos son extremadamente vitales para nuestro entendimiento, y si nosotros no los leemos cuidadosamente quizás perdamos su significado. Note que no son los dos discípulos los que dan el mensaje de que "ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón". Son "los once" y los otros "que estaban con ellos" los que dicen eso. En Griego la palabra "decían" concuerda en el caso con "los once" y con los "que estaban con ellos"; no concuerda con "y levantándose" [la palabra Griega para "decían" es legontas, "los once" es tous hendeka; "los que estaban con ellos" es tous sun autois. Todos estos son usados en el caso acusativo. Sin embargo "y levantándose" es anastantes, que está en el caso nominativo, concordando con "ellos" autoi en el versículo 35]. Así que, ¿qué es lo que había ocurrido?. Como los dos discípulos apresuradamente regresaron a Jerusalén, ellos encontraron a algunos de los otros discípulos reunidos. Algunos de estos discípulos estaban realmente emocionados diciéndoles a los otros, "ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón".
"Simón" se refiere a Simón Pedro, el apóstol. Éste es el único registro en los Evangelios informándonos que Jesús se apareció a Pedro sólo después de la resurrección. La última mención de Pedro fue en el sepulcro. Él había revisado la tumba una vez y entonces escucho la historia de las mujeres. Habiendo ido a la tumba para mirar de nuevo, el se había retirado de ella maravillado. En algún momento entre su retirada de la tumba, según se registra en Lc. 24:12, y la llegada de los dos hombres donde los once estaban congregados (Lc. 24:33-35), Jesucristo se apareció a Pedro. Esto verifica el registro encontrado en 1 Cor. 15.
1 CORINTIOS 15:4-5
4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas [Pedro], y después a los doce.
Regresando a Lc. 24, aprendemos que después del testimonio de la aparición de Jesucristo a Pedro, entonces los dos que habían visto a Jesucristo en el camino a Emaús contaron su historia.
LUCAS 24:35
Entonces ellos [que concuerda con "y levantándose" del versículo 33; se refiere a Cleofas y el otro discípulo] contaban las cosas que les habían acontecido en el camino, y cómo le habían reconocido al partir el pan.
A pesar de los maravillosos testimonios que se estaban relatando, ¿acaso creían los oyentes a cualquiera de ellos?, ¡No!. Esta verdad es adicionalmente declarada en el Evangelio de Marcos, referente a la misma situación.
MARCOS 16:12-13
12 Pero después apareció en otra forma a dos de ellos que iban de camino, yendo al campo. 13 Ellos fueron y lo hicieron saber a los otros; y ni aun a ellos creyeron.
Hace que uno se sorprenda lo que Dios tiene que hacer para convencer a la gente. Para este momento todos habían sido recordados que Jesús había dicho que él se levantaría. Todos habían oído hablar a otros acerca de la tumba vacía. Absolutamente no había excusa a la incredulidad de cualquiera de esos seguidores; y no solo la mayoría de los discípulos no creía, sino que ellos estaban también llenos de miedo.
JUAN 20:19a
Cuando llegó la noche [el atardecer] de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos...
Los discípulos reunidos habían cerrado las puertas por miedo a los Judeanos. Ya habían estado María Magdalena, Simón Pedro, y ahora otros dos discípulos (los que habian estado en el camino a Emaús) clamando que el Cristo resucitado había sido visto. Aunque ninguno de los oyentes creía. A los discípulos se les habían dado instrucciones de ir a Galilea, pero ellos no lo habían hecho esto. Ellos estaban bastante encadenados por el temor la incredulidad. Este fue el contexto en el cual Jesucristo hizo su próxima aparición.
JUAN 20:19b
...estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
LUCAS 24:36-38
36 Mientras ellos aún hablaban [Cleofas y el otro discípulo] de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 37 Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 38 Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos [razonamientos]?
MARCOS 16:14
Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
MATEO 28:9-10
9 he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve [a todos]! Y ellas [ellos, los discípulos del versículo 8], acercándose [los discípulos], abrazaron sus pies, y le adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán [las palabras "y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos" que aparecen en el versículo 8 se omiten de acuerdo a la mayoría de las fuentes significativas Arameas y Griegas. La palabra "ellas" del versículo 9 es en masculino ("ellos") en al menos un manuscrito. El contexto y los otros Evangelios muestran que esto es paralelo a su aparición a los discípulos esa tarde. Mt. 28:11-15 entonces retrocede para referir los eventos que ocurrieron después de que las mujeres visitaron la tumba].
Los once de Mr. 16:14 deben de haber incluido tanto a Pedro como a Judas Iscariote, debido a que veremos que Tomás era el que no estaba presente para ver al Cristo resucitado [esto corresponde a los once de Lc. 24:33 "Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos"]
Junto con los once apóstoles, otros discípulos estaban también presentes. A pesar de la aparición de Cristo en medio de ellos cuando estaban tras puertas cerradas, a pesar de su exhortación a ellos de que tengan paz, ellos seguían llenos de miedo y no podían creer que era realmente él, Jesucristo, levantado de entre los muertos. ¿Qué tantas pruebas y confirmaciones necesitaban los discípulos?. Jesucristo primero reprobó su incredulidad y entonces dejo que le tocaran. Entonces él los instruyo de que le dijeran a los otros hermanos que fueran a Galilea donde ellos le podrían ver.
LUCAS 24:39-40
39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies.
JUAN 20:20
Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Él tuvo que permitir que le observaran y le tocaran para convencerlos de que era realmente él. Ellos estaban confundidos y perplejos. Jesús tomó todas las medidas necesarias para convencerlos de su resurrección. ¿No es éste un gran relato?. Ahora observemos su respuesta.
LUCAS 24:41-43
41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos.
Jesucristo demostró que él aún podía comer. Cuando Cristo regrese por nosotros de la Iglesia de Gracia, nosotros también adquiriremos un cuerpo como su cuerpo resucitado. Este cuerpo resucitado es un cuerpo del que conocemos muy poco, excepto por lo que podemos observar al leer sobre el cuerpo de Jesucristo antes de su ascensión. Nuestros cuerpos físicos tienen vida ahora debido a nuestras almas, a nuestro aliento. De acuerdo a 1 Cor.15:44-45, nuestros cuerpos espirituales serán energizados por el espíritu dador de vida.
LUCAS 24:44
44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
Junto a la muestra de las marcas en su cuerpo y el comer con sus discípulos, Jesucristo les enseñó acerca de cómo él cumplió aquellas cosas escritas sobre él en los libros de Moisés, los Profetas, y los Salmos. Entre esas cosas se encontraban sus sufrimientos, su muerte, su resurrección, y su gloria. Su misión como el cordero de la Pascua ya había sido predicha en el Antiguo Testamento. También fue predicho el cumplimiento de la Fiesta de las Semanas, conocido como Pentecostés, porque para Pentecostés todo debía de haber sido cumplido para que los creyentes pudieran ser capaces de recibir poder desde lo alto, el don de espíritu santo. Pentecostés estaba a 50 días de distancia, y fue acerca de esto que Jesucristo les iba a instruir a continuación.
JUAN 20:21-24
21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló ["respiró hacia adentro", "inhaló", dice el texto] y les dijo: Recibid [lambano] el Espíritu Santo [espíritu santo]. 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Jesucristo les dio instrucciones específicas acerca de que hacer cuando el don de espíritu santo llegara a ser disponible. Ellos iban a comenzar a aspirar cuando el tiempo hubiera sido cumplido. Entonces ellos recibirían (Griego lambano) el don de espíritu santo. Lambano significa recibir algo en evidencia o manifestación, Posteriormente veremos en Hch. 2:1-4 que en Pentecostés ellos aspiraron hacia adentro con profundidad y manifestaron el espíritu santo mediante el hablar en lenguas. En aquel mismo día Pedro llevaría a cabo las instrucciones dadas en Jn. 20:23 mediante ofrecer a la gente el camino de Dios para recibir remisión de pecados [Hch. 2:38 "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón [remisión] de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo"].
El versículo 24 de Jn. 20 declara que Tomás no estaba presente. Sin embargo, Mr. 16:14 y Lc. 24:33 nos dicen que 11 de los apóstoles estaban en esta comida y aparición. Lo que significa que ninguno de los dos discípulos en el camino a Emaús podría haber sido Pedro o alguno otro de los 12 apóstoles, porque ellos regresaron a encontrar a "los once" (Lc.24:33).
Muchos han declarado que Judas se había suicidado para este momento o había sido expulsado del grupo para este momento. Esto también son falsas conclusiones. Ya que solamente Tomás estaba ausente, Judas estaba allí con los once el día 18 de Nisán, según se registra en Mr. 16:14. La Palabra de Dios claramente muestra que después de la resurrección, Jesucristo aceptó a Judas de nuevo. ¿Acaso nosotros le hubiéramos perdonado a Judas hasta ese grado?. ¡Qué manera de perdonar la de Jesucristo!. Sin embargo, es muy dudoso que ellos hayan comprendido plenamente la complicidad de Judas y traición hasta después de la ascensión de Cristo. Veremos esto más tarde.
Jn. 20:24 concluye los eventos conocidos del 18 de Nisán. En este día Jesús se apareció a María Magdalena en el jardín del sepulcro; entonces se presentó a sí mismo (es decir, fue glorificado) delante de Dios como las primicias de entre los muertos; luego se apareció a Simón Pedro; se apareció a dos discípulos en el camino a Emaús; y finalmente se apareció a once apóstoles (estando ausente Tomás) junto con algunos otros discípulos. En varias ocasiones los ángeles habían sido vistos, quienes declararon las gloriosas novedades de la resurrección de Jesucristo y dieron instrucciones. La tumba vacía convenció a algunos y dejó perplejos a otros. Los guardias fueron sobornados por los líderes religiosos para iniciar falsos y necios rumores de que los discípulos habían robado el cuerpo de Cristo cuando ellos dormían. Este fue un día lleno de eventos tremendos. Fue un día lleno de eventos tremendos. Es un día que se fue en la historia como el día en que el género humano primeramente conoció su salvador y conquistó a la muerte, porque las palabras "ha resucitado" [es decir: "Ya ha sido levantado"], que primero fueron pronunciadas desde dentro de la tumba vacía, han resonado universalmente desde entonces, y éste ha sido el mensaje del más grande triunfo llevado a cabo sobre la tierra.
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LOS 39 DÍAS RESTANTES DESPUÉS DEL DÍA DE LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO:
Jesucristo anduvo sobre la tierra en su cuerpo resucitado durante 40 días.
Ahora estudiaremos los 39 días posteriores al primer día de su resurrección.
Tomás había estado ausente cuando Jesucristo se apareció a los discípulos la tarde del domingo. Poco después de que Jesús dejó la cena en esa tarde en que concluía el 18 de Nisán, los 11 discípulos fueron a Galilea como Jesucristo les había indicado.
MATEO 28:16
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.
Evidentemente, Tomás había regresado a su nativa Galilea. Allí los once se reunieron con él y le contaron sobre la aparición de Cristo.
JUAN 20:25
Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Esta fue la razón por la cual Tomás se ganó la reputación del dicho: "yo como Santo Tomás, hasta no ver, no creer". Pero cuando se le compara con el escepticismo inicial de los otros, Tomás no fue más incrédulo que lo que había sido el resto de ellos hasta antes de que vieran y tocaran a Jesús. Cuando Tomás finalmente vió a Jesús, él también creyó.
JUAN 20:26-29
26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.
Este pasaje está lleno de contenido. Ocho días después de su primera aparición, Jesús vino a sus discípulos de nuevo. Ellos aún estaban tras puertas cerradas.
Esta aparición de Jesús seguramente que fue para el beneficio de Tomás, quien aún no lo había visto. Respecto al argumento de incredulidad expuesto por Tomás, Jesús le invitó a hacerle un escrutinio y a tocar sus manos y su costado.
Tomás exclamó con gran reverencia: "¡Señor mío, y Dios mío!". Ésta exclamación no fue una declaración diciendo que él creía que Jesús era Dios. Más bien fue una declaración de profundo respeto y reverencia, característico de la cultura oriental cuando se hablaba de alguien con una superioridad reconocida y que además representaba a Dios. Existen muchos ejemplos Bíblicos en los que una persona es llamada "dios" porque representa a Dios delante de la gente.
ÉXODO 7:1-2
1 Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. 2 Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.
JUAN 10:31-36
31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?
JUAN 1:34
Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
JUAN 1:49
Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
JUAN 3:16-18
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
JUAN 5:24-25
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. 25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.
JUAN 9:35-37
35 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.
JUAN 11
4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
27 Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
JUAN 19:7
Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
MATEO 3:17
Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.
MATEO 17:5
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
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Nota:
Un hombre que tenía sirvientes en oriente era llamado "señor", que significaba "mi amo", y una mujer podría en ciertas ocasiones llamarle a su esposo "señor" o "dios" debido a que él representaba a Dios delante de ella. Tomás de ninguna manera estaba tratando de documentar que Jesús era el Dios eterno, ni que Jesús era parte de la trinidad. Su exclamación era una expresión de reverencia característica de su cultura Semítica [Victor Paul Wierwille, Jesus Christ Is Not God (New Knoxville, Ohio: American Christian Press, 1975), pp. 34-35].
Linguísticamente, la frase "¡Señor mío, y Dios mío!" es una figura de dicción en la que dos nombres son usados para describir una misma idea. Es la figura Endíadis. En esta figura uno de los nombres incrementa la intensidad del otro hasta un grado superlativo. Cuando aplicamos esta figura a la declaración de Tomás, la esencia de su expresión fue: "¡mi divino Señor!". La palabra "señor" expresa quién es Jesucristo y la palabra "divino" intensifica superlativamente a la palabra "señor". Verdaderamente que Jesucristo es nuestro divino Señor. De la manera más enfática Tomás declaró su sumisión ante el señorío de Jesucristo. Tomás creyó porque el vió. Después de la ascensión de Jesucristo, ya no es posible para nadie ver físicamente a Jesucristo ni tocar sus manos ni su costado. Desde entonces los hombres han tenido que creer en la resurrección de Jesucristo sin verle ni tocarle. Esta es la gran exactitud de la Palabra de Dios en esta sección.
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JUAN 20:30-31
30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.
El v. 31 claramente declara cual fue el propósito de Dios de que quedaran registradas las escrituras previas "se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios". Ésta es la razón por la que quedó registrada por Dios la declaración de Tomás: "¡Señor mío, y Dios mío!" ("¡divino Señor mío!"). No fue escrita con la intención de que la gente crea que Jesús es Dios mismo, sino lo que él es: el Hijo de Dios.
El v. 30 nos muestra otra gran verdad. Hubo muchos otros eventos durante estos 40 días que no están registrados. Nosotros solamente podemos saber acerca de aquellos que Dios ha revelado para nosotros en su Palabra.
La primera vez que Jesucristo se apareció a sus discípulos, a los que estaban reunidos (11 apóstoles), fue el 18 de Nisán (habiendo él resucitado en el atardecer del 17 de Nisán) y el registro de la segunda vez que se apareció (estando reunidos los 12 apóstoles) fue después de 8 días, en el 27 de Nisán. En esta última aparición, Tomás finalmente vió al Cristo resucitado.
Esta aparición también se registra en Mt. 28:17-20.
MATEO 28:17-20
17 Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó [habiéndose acercado] y les habló diciendo: Toda potestad [autoridad] me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo [siglo]. Amén.
Éste es el primer registro desde la resurrección de Jesucristo donde dice a sus seguidores que vayan y hagan discípulos a otros, aún a los Gentiles. La frase "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" ha sido fuente de mucha confusión. La autenticidad de esta frase ha sido cuestionada por muchos debido a que no ha evidencia en las escrituras de que este tipo de bautismo haya sido llevado a cabo siquiera alguna vez. En todo el libro de Hechos la gente fue bautizada con espíritu santo en el nombre de JC. Nunca fueron bautizados con la fórmula trinitaria que aparece en ese versículo.
Existe la evidencia de escritos de los llamados "padres de la Iglesia" que citan este versículo que muestran que esa frase "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" no estaba en el texto original. En vez de eso, simplemente se leía: "...id, y haced discípulos a todas las naciones en mi nombre, 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado". Afraates de Nisibis (aprox. 340 DC) cita este versículo sin citar la frase dudosa de: "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Eusebio (quien murió alrededor del 340 DC) cita este versículo 18 veces sin usar tampoco esa "fórmula trinitaria". Existe evidencia de que Justino Mártir, quien vivió a mediados del siglo II, no tenía éstas palabras en sus manuscritos [Fred C: Conybeare, "The Eusebian form of the Text Matt. 28,19", Zeitschrift für die neutestamentliche Wissenschaft und die Kund des Urchristentums, 1901, pp. 275-288; F.C. Conybeare, Hisotry of New Testament Criticism (London: Watts & Co., 1910), pp. 65-77; Eberhard Nestle, ed., Novum Testamentum, rev. By Erwin Nestle and Kurt Aland, 25th ed. (London: United Bible Societes, 1969), p. 83; Aphraates Demonstrations 1.8; Philip Schaff and Henry Wace, eds. A Select Library of Nicene and Post-Nicene Fathers of the Christian Church, 2d ser. Vol. 13 (New York: Christian Literature Co., 1898), p. 347; and Burkitt, Evangelion Da-Mepharreshe, 1:172-173. Also see Arthur Vööbus, Liturgical Traditions in the Didache (Stockholm: Papers of the Estonian Theological Society in Exile, 16, 1968), pp. 35-39]. Éstos hombres citaron manuscritos más antiguos que cualquiera de los que tenemos ahora. Esto indica claramente que el original de Mt. 28:19 leía: "...id, y haced discípulos a todas las naciones en mi nombre", el resto fue añadido posteriormente.
Después de darles esta exhortación, "...id, y haced discípulos a todas las naciones en mi nombre", Cristo les aseguró que él estaría presente con ellos por siempre. Con esto concluye el registro de su aparición a sus discípulos en el monte de Galilea.
Después de ver a JC, unos pocos de los discípulos descendieron al mar de Galilea a pescar. Esto fue una acción natural, ya que ellos necesitarían comer algo y muchos eran pescadores de oficio.
JUAN 21
1 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:
Este versículo introduce y resume otra aparición de Jesús resucitado. El mar de Tiberias es el mar de Galilea [Fue llamado el Mar de Tiberias por aquellos que vivían en la vecindad de Tiberias, una ciudad construida por los Romanos de lado occidetal del lago]. Esta fue la primera aparición de Jesús a sus discípulos mientras estaban en Galilea.
JUAN 21
2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos.
Solamente 7 discípulos testificaron esta aparición, 5 de ellos sabemos que eran apóstoles. El resto pudieran haber permanecido en la montaña señalada por JC.
JUAN 21
3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
Pedro era un líder, es por esto que otros le siguieron. Sin embargo, en esta pesca particular ellos no pescaron nada.
JUAN 21:4-7
4 Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. 6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.
Con unas pocas palabras del discípulo al que Jesús amaba, Pedro fue rápidamente convencido que la persona llamándoles a ellos desde la costa era el Maestro. Pedro se puso su ropa de pescador y brincó al agua.
JUAN 21:8-11
8 Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.
9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar. 11 Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió.
Los discípulos estaban solamente como alrededor de 90 metros (cien yardas) de la costa. Conforme ellos sacaban su espectacular pesca, encontraron a Jesús calmadamente en la costa con fuego y pescado ya preparado.
JUAN 21:12-17
12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. 13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.
15 Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas [agape: me amas con el amor de Dios] más que éstos? [refiriéndose a los pescados]. Le respondió [Pedro]: Sí, Señor; tú sabes que te amo [fileo: te amo con el amor humano]. El [Jesús] le dijo: Apacienta [Bosko: alimenta] mis corderos. 16 Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas [agape: me amas con el amor de Dios]? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo [fileo: te amo con el amor humano]. Le dijo: Pastorea [Poimen: cuida] mis ovejas. 17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas [fileo: te amo con el amor humano]? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas [fileo: te amo con el amor humano]? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo [fileo: te amo con el amor humano]. Jesús le dijo: Apacienta [Girego Bosko: alimenta] mis ovejas.
Por tres veces Jesucristo le preguntó a Pedro cuestiones desafiantes: "¿Pedro, me amas [agape: amar con el amor de Dios] más que éstos peces?". Cada vez Pedro respondió: "Señor, tú sabes que te amo [fileo: amar con el amor humano]". Jesucristo estaba constriñendo a Pedro a andar con un mayor y mayor amor de Dios y dedicación hacia su maestro.
Por tres veces Jesús respondió a las contestaciones de Pedro desafiándole con responsabilidad. La mayoría de los lectores occidentales se confunden en esta sección y concluyen que Jesús repitió el mismo desafío cada vez: "apacienta (alimenta) a mis ovejas". Sin embargo, de acuerdo a los textos y a la costumbre, cada desafío se refería a una distinta categoría de ovejas. Jesús le dijo a Pedro que alimentara a sus corderos machos, a sus corderos hembra y a sus ovejas adultas.
Las instrucciones fueron completas: "Si tú realmente me amas, Pedro, alimenta a mis corderos machos, a mis corderos hembra, y a mis ovejas adultas". Esta fue la responsabilidad que Jesús le estaba encargando a Pedro. Pedro debería de vigilar que los hombres y mujeres jóvenes fueran nutridos con la Palabra de Dios. Él también debería de ver que a los adultos de ambos sexos se les diera una dieta de calidad de la Palabra de Dios y fueran pastoreados fielmente. Después de Pentecostés, Pedro comenzó a llevar a cabo esta responsabilidad.
JUAN 21:18
De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.
Jesucristo estaba ilustrando una gran verdad al enseñarle a Pedro la responsabilidad que en breve tendría. La referencia al hombre joven que se ciñe a sí mismo se refiere a una persona que no acepta responsabilidad, sino que hace lo que se le antoja. La referencia al hombre viejo que sería ceñido por alguien diferente a sí mismo se refiere a una persona que ha tomado la responsabilidad dada a él por otro. Él es responsable de hacer lo que otro le dice que haga. Él se viste de acuerdo a los deseos de otro. Él está bajo el cuidado y la dirección de otro y va a obedecerle. Este era el llamado a Pedro a ser un esclavo en cadenas a Jesucristo, con la responsabilidad de guiar a la gente de Dios.
JUAN 21:19
Esto dijo, dando a entender con qué [de que manera] muerte [omitir la palabra "muerte"] había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
La evidencia de antiguos manuscritos cursivos Griegos indica que la palabra "muerte" no estaba en el original [MS 1342 omite la palabra "muerte" en éste pasaje. Una nota marginal en el MS 31 declara que otras fuentes antiguas también presentaban esta lectura sin la palabra "muerte". Algunos manuscritos omiten completamente este pasaje (desde "Esto dijo..." hasta "...Y dicho esto"). Éstos incluyen MSS 1226, 1238, y 2181]. En el contexto la lectura tiene mucho más sentido sin la palabra "muerte" interpolada. El contexto es uno de servicio, no uno de muerte. La muerte nunca es una gloria. Jesucristo dijo que Pedro glorificaría a Dios mediante servir responsablemente bajo el cuidado y la guía de Jesucristo, no mediante morir. Es entonces ésta la razón por la que Jesús le da entonces a Pedro el mismo mandato que le había dado cuando llamó a Pedro la primera vez: "Sígueme". Éste fue su llamado al servicio. Para Pentecostés, Pedro debía de ser un líder para la gente de Dios fuerte y sin vacilación. Esto es lo que Jesucristo estaba edificando en la vida de Pedro en este registro.
JUAN 21:20
Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
El discípulo al que amaba Jesús se había recostado en el pecho de Jesús en la última cena antes de la crucifixión. A Petición de Pedro, éste discípulo le había preguntado a Jesús quien sería el que le traicionaría. En el versículo 20, aparece un paréntesis iniciando con "el mismo que" y hasta el final del versículo. Éstas palabras explican y además identifican al discípulo que amaba Jesús. Era el mismo discípulo del que se lee en Jn. 13:21-25 ("21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22 Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. 23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. 24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. 25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?"). Pedro vió a éste discípulo y tuvo curiosidad de que es lo que ese discípulo iba a hacer.
JUAN 21:21
Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?
Jesús había encargado a Pedro una gran responsabilidad cuando le dijo: "Sígueme". Pero en vez de enfocarse en su propia responsabilidad, Pedro comenzó a cuestionar a Jesús sobre la responsabilidad de este otro discípulo.
JUAN 21:22
22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
En esencia, Jesús le dijo: "Pedro, deja de preocuparte sobre las responsabilidades de los demás. Lleva a cabo tu propia responsabilidad. Si yo deseo que este otro discípulo permanezca hasta que yo regrese, ¿es éste asunto tuyo?. ¡Deja de meterte en los asuntos de otras personas y sígueme!".
JUAN 21:23
Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?
¿No es increíble cómo es que ellos mal interpretaron las palabras de Jesús?. Pero lo hicieron.
En ninguna parte de este capítulo Dios ha identificado y nombrado al discípulo "a quien amaba Jesús". Debe de haber sido uno de los 7 discípulos que fueron a pescar. Todos, excepto dos de éstos discípulos son nombrados. Si uno fuera Lázaro y a él se refiriera en el versículo 23, entonces, la respuesta de Jesús a la pregunta de Pedro, y el malentendido a su respuesta son fácilmente entendidos.
Lázaro había sido levantado de los muertos por Jesús y llegó a ser uno de sus discípulos más amados. El haber sido levantado de los muertos era algo que tenía en común con Jesús. Esto explicaría porqué Pedro se admiraba de él. Esto también explicaría porqué los discípulos pensaron que él también, como Jesús, no moriría de nuevo. Ya que él había sido levantado de entre los muertos, quizás él también viviría para siempre. Ellos mal interpretaron las palabras de Jesús debido a sus propios razonamientos.
JUAN 21:24-25
24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.
25 Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.
Este versículo no puede ser usado para probar que Juan era "el discípulo a quien amaba Jesús". El "discípulo" del versículo 24 no necesariamente se refiere al "discípulo a quien amaba Jesús". Esto se asume de manera injustificada. Los versículos 24 y 25 forman una unidad como el cierre del Evangelio.
Como el versículo claramente declara, Jesucristo hizo muchas, muchas cosas más de las que están escritas en el Evangelio de Juan.
1 Corintios 15 menciona varias de las apariciones de Jesucristo resucitado.
1 CORINTIOS 15:4-8
4 y que fue sepultado, y que resucitó [ha sido levantado] al tercer día, conforme a las Escrituras; 5 y que apareció a Cefas [Pedro], y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí [Pablo].
Este pasaje de escritura registra en orden cronológico seis de las apariciones de Jesucristo; no todas se encuentran en los Evangelios. Nótese la exactitud de éste registro en 1 Cor. 15. La aparición a Pedro ocurrió entre el momento en el que Pedro fue a la tumba por segunda vez y el momento en el que los dos discípulos regresaron del camino a Emaús (Lc. 24:12,33,34: "12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido...33 Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, 34 que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón"). La aparición a los 12 apóstoles se refiere a su aparición ocho días después cuando Tomás estaba presente (Jn. 20:26-29: "26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron"). Judas aún no había sido reemplazado, de tal forma que él debió de haber estado allí. La aparición a más de 500 hermanos no está directamente declarada en los Evangelios. Ni la aparición de Jesús a Jacobo (Santiago). Solamente sabemos que éstas dos apariciones ocurrieron algún tiempo después de su aparición en narrada Jn. 21. La aparición a "todos los apóstoles" de 1 Cor. 15:7 pudiera referirse a su aparición a ellos el día de la ascensión. Judas de nuevo debió de haber estado presente. Finalmente, Jesús se apareció a Pablo en el camino a Damasco varios años después de la ascensión, conforme se encuentra en Hch. 9. Con que exactitud 1 Cor. 15 corrobora y encaja con los registros de los Evangelios y con el libro de Hechos. Los días de sus apariciones estuvieron entre los días más excitantes de la historia. Para el tiempo en que él ascendió, Jesucristo no dejó razón de dudas de que verdaderamente él había sido levantado.
Para ver lo que la Palabra de Dios revela sobre la ascensión de Jesucristo, debemos de estudiar el primer capítulo del Libro de Hechos.
HECHOS 1:1-2
1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido
El primer tratado se refiere al Evangelio de Lucas, ambos Hechos y Lucas habiendo sido escritos por la misma persona. La palabra Teófilo no es necesariamente un nombre propio. Correctamente puede ser traducido como: "amado de Dios".
Lucas y Hechos fueron escritos para aquellos que son amados de Dios. El Evangelio de Lucas cubrió muchas cosas que hizo y enseñó Jesucristo hasta el día de la ascensión, "el día en que fue recibido arriba". El Libro de Hechos continúa el registro comenzando desde el día de la ascensión. En ese día él dio algunos específicos e importantes mandamientos a los Apóstoles "que había escogido". Esto nos dice que los doce debieron de haber estado allí, incluyendo a Judas, porque el había escogido a los doce. Hemos documentado esto adicionalmente indicando que Judas estuvo presente al menos en dos de las apariciones previas. Judas aún no se suicidaba, y él seguía congregándose con Jesucristo y con los otros discípulos. Esto ciertamente demuestra la gracia de Dios, manifestada en las acciones de Su Hijo, Jesucristo.
Habiendo notado que los 12 apóstoles estaban presentes en la ascensión de Jesucristo, debemos de seguir con precisión los pronombres refiriéndose a ellos a través de éstos versículos en Hechos.
HECHOS 1
3 a quienes [a los doce apóstoles] también, después de haber padecido [su muerte], se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.
Esto documenta la presencia de Jesucristo sobre la tierra por 40 días después de su resurrección. Durante este período, comenzando el 18 de Nisán, él se apareció a los 12 así como a otros discípulos varias veces. Él se mostró a sí mismo vivo con "muchas pruebas indubitables". Más de 500 personas le vieron a él durante este período, algunos lo vieron más de una vez. No existe un solo registro histórico de ninguno de los testigos diciendo que la resurrección fue una "pajarota". Tampoco ninguno de los testigos se contradijeron el uno al otro. Éstos hombres y mujeres no estaban locos o emocionalmente perturbados. Ellos no estaban alucinando. Por el registro de la Palabra de Dios misma, ellos mismos pasaban por tiempos difíciles de incredulidad de lo que estaban viendo. Aunque más de 500 le vieron en una ocasión. Y al final de los 40 días, todos quedaron convencidos de que Jesucristo había resucitado de entre los muertos.
Todos éstos son llamados testigos presenciales del Cristo resucitado debido a que ellos realmente le vieron en persona. En una corte de ley, el testimonio de un testigo primario es mucho más creíble que el testimonio de aquellos que no estuvieron en el evento. Si tu presenciaste un accidente automovilístico y testificas sobre eso, un juez debería darle peso a tu testimonio. Si alguien que no ha estado en la escena del accidente aparece dos años después y declara que el accidente nunca ocurrió, el juez no debería de aceptar su testimonio. De hecho, tal testimonio debería de ser desechado de la corte como una hipótesis infundada de un testigo secundario.
Así de honestos debemos de ser con la resurrección de Cristo. Más de 500 personas vieron al Cristo resucitado. Algunos vieron la tumba vacía y las vendas de sepultura. En el Nuevo Testamento nosotros tenemos los registros escritos de algunos de éstos testigos de primera mano. Referencias históricas de ese período hablan de ello [Josefo, Antiquities 18.3.3; también Whiston, Josephus: Complete Works, p. 379]. A pesar de todo esto, mucha gente ha elegido aceptar el testimonio de gentes que viven a casi dos mil años de distancia y que declara que Jesús no fue resucitado por Dios. Tal es la inconsistencia en la mente humana.
Además de haber habido cientos de testigos de primera mano del Cristo resucitado, la manifestación del poder del espíritu santo es prueba para el Cristiano renacido actual de que Jesucristo fue levantado de entre los muertos [Victor Paul Wierwille, Recibiendo el Espíritu Santo Hoy, 2da. ed., 5ta impresión (New Knoxville, Ohio: American Christian Press, 1985)]. Cuando todo es considerado, la evidencia de la resurrección es indisputable e innegable.
No todas las apariciones de Jesucristo fueron registradas. Pero tenemos un registro de su aparición final antes de la ascensión aquí en Hechos 1. De nuevo, los discípulos de Jesucristo estaban con él en el área de Jerusalén. En esta ocasión el les dio a sus Apóstoles sus instrucciones finales.
HECHOS 1:4-5
4 Y estando juntos [Jesucristo con los 12 apóstoles], les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen [hasta] la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el [en] Espíritu Santo [espíritu santo] dentro de no muchos días.
Otra información sobre esta misma ocasión se encuentra en Lucas 24. Recordemos, el evento inmediato es la ascensión.
LUCAS 24:45-49
45 Entonces [Jesucristo] les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas. 49 He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.
Que grandes promesas les estaba haciendo Jesucristo a los Apóstoles. Éste registro en Lc. 24 se coloca justo después de la aparición 40 días antes, habiendo ocurrido también en Jerusalén. Lucas simplemente resume los eventos que sucedieron durante un largo período de tiempo en el mismo lugar con básicamente la misma gente.
Tanto Lucas 24 y Hechos 1 relatan que Jesús les habló a sus discípulos de la promesa del Padre. En Hechos se le llamó el bautismo con espíritu santo. En Lucas fue llamado ser investidos con poder desde lo alto. Jesús estaba de nuevo instruyendo a los 12 sobre la grandeza de lo que estaban por recibir en unos pocos días. A pesar de las enseñanzas de Jesús, los Apóstoles aún no entendían la grandeza de lo que estaba por venir. Ellos no podían comprender lo que Jesús estaba diciendo.
HECHOS 1:6-7
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad
Los Apóstoles seguían admirados sobre el reino futuro de Cristo. Ellos no se daban cuenta de la magnitud de la promesa del espíritu santo que acababa de serles recordada a ellos, así de que ellos pusieron a un lado el asunto. Pero, en vez de reprobarlos con enojo, Jesús simplemente les dijo que nadie sabía cuando sería restaurado el reino a Israel. La autoridad de esa restauración era Dios, y solamente Dios. Sólo Dios sabe cuando Jesucristo regresará y restablecerá ese reino. Habiendo dicho esto, Jesucristo regreso a su temática de Hch. 1:4-5, es decir, del recibimiento de espíritu santo y sus efectos [Wierwille, Recibiendo el Espíritu Santo Hoy, pp. 71-79].
HECHOS 1:8
pero [los doce Apóstoles] recibiréis [lambano, recibir en manifestación] poder [dunamis, poder inherente], cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo [espíritu santo], y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Jesucristo estaba preparando a los 12 Apóstoles, incluyendo a Judas, para lo que estaba por venir en unos pocos días. Si Judas hubiera obedecido éstas instrucciones, también hubiera sido llenado con el poder de espíritu santo. ¡Éste es el gran perdón y gracia de Nuestro Señor!. Pero Judas se suicidó antes de que Pentecostés hubiera llegado. Quizás fue en este momento de la instrucción final, justo antes de su ascensión al cielo, que Jesucristo dió la siguiente exhortación encontrada en Mr. 16.
MARCOS 16:15-18
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado [bautizado con espíritu santo], será salvo [hecho entero]; mas el que no creyere, será condenado [juzgado]. 17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán [en el contexto significa: "Si tomaren..." (Un ejemplo de accidentalmente tomar una serpiente se encuentra en Hch. 28:3-6. En ningún sitio la Palabra de Dios nos enseña que intencionalmente manejemos serpientes como una "prueba de fe")] en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Por su creencia, los Apóstoles serían capaces de detener los efectos nocivos de cualquier líquido venenoso que accidentalmente pudieran haber bebido. Por creencia, ellos serían capaces de echar fuera demonios y de hablar en lenguas. Por creencia, ellos serían capaces de recibir revelación para poner sus manos sobre personas y sanarlas. Éstas son algunas de las grandes maneras con las cuales Dios confirmaría Su Palabra conforme ellos la predicaban a toda criatura. Éstos poderes estarían disponibles para aquellos que fueran llenos con el poder de espíritu santo y creyeran. ¿No son éstas unas tremendas promesas?.
MARCOS 16:19
Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20 Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén.
LUCAS 24:50-51
50 Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. 51 Y aconteció que bendiciéndolos [mientras los bendecía], se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.
HECHOS 1
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Jesucristo condujo a los Apóstoles desde Jerusalén hasta el otro lado del Monte de los Olivos, mirando a Betania. Del lado oriental del Monte de los Olivos, hay un área retirada desde donde se ve la villa de Betania. Ellos no tenían a la vista a Jerusalén. Ellos no estaban en el sitio tradicional de la ascensión sobre el cual está ahora localizado un santuario. El sitio tradicional ahora se ubica a lo alto del Monte de los Olivos, completamente fuera de la vista de Betania pero a plena vista de Jerusalén. Una vez más vemos el gran error introducido, el cual ha sido perpetrado por la tradición. La gente consistentemente ha fallado en adherirse a la exactitud e integridad de la Palabra de Dios.
Jesucristo elevó sus manos y bendijo a los discípulos. Mientras el estaba bendiciéndolos, fue levantado al cielo y una nube le recibió y le ocultó de su vista. Los Apóstoles le observaban conforme él se iba.
HECHOS 1
10 Y estando ellos [los doce Apóstoles] con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas
El pronombre "ellos", de nuevo, se refiere a los Apóstoles que Jesús había elegido, mencionados en el versículo 2. Todos los doce, incluyendo a Judas, fueron testigos de la ascensión. Fue un dramático evento singular, sin paralelo. Después de que Jesús estaba fuera de su vista, ellos seguían mirando fijamente hacia arriba en un embelesado y reverente respeto. Dos ángeles, vinieron en forma visible de hombres, y se pararon cerca de ellos. Las palabras de los ángeles revelan verdades interesantes.
HECHOS 1
11 los cuales [los ángeles] también les dijeron: Varones galileos...
Éstas palabras deberían de haber atrapado nuestra atención desde hace mucho tiempo. Con mucho, la Palabra de Dios claramente ha establecido que los 12 Apóstoles testificaron la ascensión. Y justo después de que esto sucedió, los ángeles hablaron sólo a los "varones galileos". Judas Iscariote [Iscariote significa "varón de Kerioth", el cual era un pueblo de Judea], el único no galileo, un Judeano, se había ido. Esto señala el tiempo en el cual Judas dejó a los otros 11. Después de ver a Jesús al menos por tres veces en los pasados 40 días, después de haber sido perdonado por él y aceptado en comunión con los Apóstoles, después de haberles prometido el poder de espíritu santo, y finalmente, después de testificar la ascensión, Judas Iscariote no pudo por más tiempo hacerle frente a la vida. Después de testificar la ascensión de aquel a quien había traicionado, Judas Iscariote fue a suicidarse.
Mientras tanto, los ángeles tenían un mensaje importante para estos galileos.
HECHOS 1
11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
La primera declaración de Dios después de que Jesucristo ascendió fue la verdad de que él regresaría - la esperanza de su retorno. Él regresará. Los escépticos no impidieron su primera venida, tampoco impedirán su segunda venida. Con esta esperanza del retorno en mente, los discípulos regresaron a Jerusalén a esperar hasta que ellos recibieran la promesa del Padre.
Esto concluye los eventos desde la resurrección hasta la ascensión. Durante éstos 40 días muchos discípulos repetidamente dudaron de lo que ellos habían oído o aún de lo que habían visto, aún cuando Jesucristo había ido demasiado lejos para convencerlos a ellos. Después de que él había probado que estaba vivo más allá de toda sombra de duda, con "muchas pruebas indubitables", este gran periodo culminó con su ascensión. A partir de éste momento llegó a ser la responsabilidad de los discípulos declarar su resurrección, su ascensión, y su futuro retorno. Pero primeramente, los Apóstoles debieron de obedecer las instrucciones que Jesucristo les había dado. Para aquellos que estaban en Jerusalén, en pocos días más recibirían el más grande don que Dios haya dado: el poder de espíritu santo y para nosotros que leemos, ¡éste mismo poder nos es dado gracias a que Jesucristo ha resucitado y todo el poder de Satanás ya ha sido en Cristo inutilizado!.
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