LA BIBLIA
DECLARA QUE LOS MUERTOS DUERMEN HASTA QUE CRISTO VENGA POR SEGUNDA VEZ
Prefacio:
La cuestión
de la supervivencia después de la muerte pertenece exclusivamente al mundo
espiritual y no está legítimamente al alcance de la ciencia.
La misma frase
“Percepción Extra-Sensorial” (PES) implica que está realmente fuera del mundo
de los sentidos.
La Biblia
demuestra explícitamente que los fenómenos sobrenaturales deben provenir de uno
de dos poderes antitéticos cuyo dominio es lo espiritual. Estos dos poderes son
el Dios verdadero y el dios falso, Satanás.
Es el poder
de Satanás el que falsifica la evocación de los muertos en las sesiones
espiritistas y los acontecimientos similares.
Las
personas que se mezclan con el espiritismo están siendo cruelmente engañadas.
El triunfo
final, la obtención de la inmortalidad, se logrará únicamente cuando Jesucristo
retorne a la tierra, como lo está prometido muchas y repetidas veces en el
Nuevo Testamento.
Enseñanzas
de muchos líderes religiosos y experimentación en el mundo psíquico sugiere
supuestas “pruebas” de supervivencia después de la muerte. El hecho de que sí
ocurren ciertos fenómenos es obvio para quienes quieran observar. Pero la
Biblia expone claramente su enseñanza en este asunto de los fenómenos.
La Palabra
de Dios divide concienzudamente todas las cosas en dos campos: lo espiritual y
lo físico.
La ciencia
y el hombre de los cinco sentidos (la Biblia lo llama el “hombre natural”)
pueden conocer y analizar el mundo físico o material. Pero la supervivencia
después de la muerte es un asunto que trata exclusivamente con el mundo
espiritual y legítimamente no está dentro del alcance de la ciencia ni del
hombre natural, científico, regido por el conocimiento de los sentidos.
Contrariamente
a la enseñanza bíblica de que el hombre natural puede conocer únicamente el
mundo natural y físico, está surgiendo cierto grupo supuestamente científico
que trata de examinar los fenómenos sobrenaturales. Este grupo llama el poder
que ellos investigan “percepción extra-sensorial”, denominación que desde un
principio lo coloca fuera del campo de los sentidos y por ende, lógicamente,
fuera del alcance de la ciencia.
¿Qué sabe o
cree la ciencia (o incluso la mayoría de los líderes religiosos y sus
seguidores, sinceros pero no basados en la Biblia) sobre la existencia de dos
dioses?
La Biblia
demuestra explícitamente que los fenómenos sobrenaturales deben provenir de uno
de estos dos poderes antitéticos cuyo dominio exclusivo es lo espiritual:
(1) El Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, el verdadero Dios; o
(2) Satanás, el dios de este mundo, el
dios falso que, si pudiera, engañaría aun a los escogidos del Dios verdadero.
Aquellos
que están involucrados en el espiritismo y aquellos que sostienen que poseen controles
científicos para el estudio de los fenómenos, están siendo cautelosamente
engañados por el dios de este mundo y cada vez con mayor frecuencia.
La ironía
del engaño de Satanás es que aunque él es el autor del pecado y de la muerte,
durante las sesiones espiritistas y las experiencias de percepción
extrasensorial, es el poder de Satanás que falsifica la evocación
de los muertos y los hace aparecer vivos y disfrutando del “Gran
Porvenir”.
Los
fenómenos auditivos y ectoplásmicos de aquellos que han muerto y ahora aparecen
vivos en otro lado no pueden ser patrocinados por el Dios y Padre del Señor
Jesucristo.
La Palabra
de Dios muestra que con el retorno de Cristo es que habrá vida nueva para los
muertos.
Antes del
retorno de Cristo, todos aquellos que han muerto permanecen en la tumba en
corrupción e inconsciencia.
Por lo
tanto, si una persona muerta aparenta estar presente en cualquier experiencia,
el facsímil de esa persona es una falsificación realizada por el dios engañador
de este mundo, por ejemplo la falsificación presentada en la Biblia misma en la
experiencia del Rey Saúl durante su visita a la mujer de Endor.
Las leyes
del mundo espiritual de Dios y del falsificador Satanás están autenticadas en
la Biblia.
Este es un
tema oportuno en esta era infestada de espiritismo, de preguntas y de búsqueda.
El retorno a la Palabra de Dios y su escudriñamiento, se torna no solamente
razonable, sino, en definitiva, muy satisfactorio.
Somerset,
N. J.
Introducción:
La Biblia
enseña sin duda alguna que, hasta o antes del retorno de Cristo, es imposible
reproducir a las mismas personas que ya han vivido y muerto. Por lo tanto,
solamente si una persona niega (consciente o inconscientemente) la resurrección
de Cristo y su retorno, puede ella creer que los muertos están vivos ahora. Si
es que los muertos no vivirán nuevamente hasta ser resucitados en algún futuro,
entonces es axiomático que los muertos no puedan estar vivos ahora.
Todos los
que mueren antes del retorno de Cristo están muertos hasta que él venga por
segunda vez, de otro modo no habría necesidad de su retorno. La Palabra de Dios
muestra que el Retorno de Cristo (que en griego se le llama parousia)
tiene dos partes:
(1) La venida de Cristo POR
su Iglesia, el Cuerpo de Cristo. Esto se llama la reunión. En ese momento los
muertos en Cristo serán resucitados incorruptibles y los creyentes que estén
vivos se vestirán de inmortalidad.
(2) La venida de Cristo sobre la tierra CON
la Iglesia que es su Cuerpo. Durante este período, que también se llama apokalupsis
(revelación, revelar, hacer manifiesto, quitar el velo), ocurren las
resurrecciones de todos los creyentes (excepto el Cuerpo de Cristo) y de todos
los incrédulos.
El hablar
de gente que muere y que luego están vivos y en el cielo puede llevar a la
gente a muchos campos errados tales como esa supuesta “investigación” y
“aprendizaje” en percepción extra-sensorial, en parapsicología y en temas que
tratan de supervivencia después de la muerte.
La razón
por la que Satanás se está dando tan gran festín es que poca gente cree que
Satanás o sus espíritus diabólicos existen. La gente dice que sólo hay un Dios.
La Biblia dice que hay dos. Uno es el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo;
el otro es el dios de este mundo que es Satanás. Los espíritus diabólicos
poseen mentes, controlan, dan información. Muchas veces la información que los
espíritus diabólicos dan es exacta porque si siempre fuera equivocada, nadie
les creería. Esto es como el mal; el mal es un parásito y no podría existir sin
la verdad de la cual alimentarse. Los espíritus diabólicos, espíritus malos,
fuentes equivocadas de información las cuales poseen a la gente, no podrían
existir si no fuera por el verdadero Dios. Aún Satanás conoce la Palabra de
Dios, hasta la puede citar, pero siempre la cita mal, fuera de contexto.
La Biblia
dice que cuando un hombre muere, él está muerto y permanece muerto hasta el
regreso de Cristo y la resurrección. Nadie que haya muerto está vivo con la
excepción del Señor Jesucristo, al cual la Biblia declara que Dios resucitó de
entre los muertos. Todos los otros esperan el regreso de Cristo. Si la Iglesia
enseñase esta Palabra de Dios precisa los espiritistas no tendrían clientela.
Si los muertos están vivos y en el cielo ahora, pasando un rato tan glorioso,
entonces los espiritistas no producen falsificaciones cuando trae a los
supuestos muertos en manifestación en forma ectoplásmica o en otras formas.
Dichas “materializaciones” son solamente espíritus engañadores; son
falsificaciones.
La razón
por la que los espiritistas siguen propagando el engaño es que la exactitud de
la Palabra de Dios nunca ha prevalecido en nuestro tiempo en la iglesia
Protestante ni en la Católica Romana. La mayoría de los grupos han enseñado que
cuando uno muere no está realmente muerto; de alguna forma u otra va al cielo
“o paraíso”, como ellos lo llaman. La Biblia dice que cuando uno muere
permanece muerto hasta que sea resucitado. ¿Porqué debe de haber un
levantamiento de los muertos si una persona y está viva? El hecho de que los
que mueren están y permanecen muertos es la razón por la cual ellos tienen que
ser levantados por Cristo cuando venga por segunda vez, ya que Jesucristo es el
único ser humano perfecto que ha vencido a la muerte. Sin embargo en oposición
con esta clara verdad de la Biblia, algunas personas dicen que Dios tiene que
traer de regreso al espíritu de uno y reunirlo con su cuerpo. Pero,
reflexionemos, si una persona pudo pasar cien años sin un cuerpo, ¿para qué va
a tomarse el tiempo para regresar y tomar uno?, ¿un cuerpo que incluso ya ha
vuelto completamente al polvo?
¿Dónde
están los muertos? Están muertos. ¿Cuánto tiempo van a permanecer muertos?
Seguirán muertos hasta que regrese Cristo.
Es como lo que
Dios le reveló al profeta Daniel y a Pablo:
Daniel 12:13 Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para
recibir tu heredad al fin de los días.
Daniel reposa o
duerme hasta que sea levantado por Cristo para recibir su heredad al fin de los
días.
1 Corintios 15:6
Después apareció [se
refiere a Jesucristo resucitado] a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y
otros ya duermen.
1 Tesalonicenses 4:13
Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
También los
creyentes que ya han muerto duermen hasta que sean levantado por Cristo para su
gran reunión, cuando los que viven serán transformados y los que ya han muerto serán levantados, esta es la partida de todos los creyentes
renacidos.
Capítulo
Uno
¿Están
Vivos Ahora los Muertos?
La mayoría
de los “cristianos” sostienen la creencia de que, al morir, aquellos que pertenecen
a Cristo son inmediatamente recibidos arriba en gloria, llamada comúnmente
“cielo” o “paraíso”, para aparecer ante el Padre, donde están “vivos” y
“conscientes” y tienen una existencia gozosa con Él y con sus seres queridos
previamente también fallecidos.
Tal
creencia es contraria a las enseñanzas en la Palabra de Dios. Pues si una
persona es llevada a la felicidad eterna inmediatamente después de expirar,
¿porqué es necesario el retorno de Cristo y / o la resurrección? Si después de
la muerte el cristiano ya está inmediatamente vivo y con él, ¿porqué habría de
retornar Cristo a reunir su Iglesia?
Si la
muerte fuera la verdadera entrada a la felicidad eterna con el Señor, entonces
la muerte no es el postrer enemigo, sino un amigo bienvenido. Si la muerte nos
lleva a la presencia inmediata de Cristo, entonces las Escrituras están vacías
y nuestro creer es en vano.
Pero la
muerte NO es un amigo, así como 1 Corintios 15:26
enfáticamente lo señala:
“Y el postrer enemigo que será
destruido es la muerte”.
La muerte
enemiga será destruida algún día futuro, pero obviamente no lo ha sido todavía.
Ya que la muerte no ha sido destruida y ya que los que han muerto todavía no
están vivos y en el cielo, ¿dónde están los muertos? ¿Qué es la muerte?
La palabra
“muerte” en la Biblia es la palabra griega thanatos, la cual se define
como: “el fin natural de la existencia terrenal humana”.
Thanatos no es simplemente una ocurrencia
instantánea cuando uno expira, sino que es un estado continuo. La liberación de
este estado continuo de muerte depende del retorno de Cristo:
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes. 4:16-17)
“Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen
algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay
resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó” (1 Cor. 15:12-13)
Si la
liberación de la muerte viene con el retorno de Cristo, ¿dónde están los
muertos hasta ese momento? La Biblia dice que ellos están en el “Hades” o en el
“Seol”. Estas palabras son transliteraciones directas de hades en griego
y sheol en hebreo. El hades o sheol no es nunca el lugar
de destrucción.
El lugar de
destrucción es el gehenna en griego, ghi-hinnom en hebreo, el
cual se traduce “infierno”, infierno de fuego. La palabra se deriva del valle
de Hinom donde la carroña arde eternamente, véase Jos. 15:8; Mt. 13:39, 25:41;
Lc. 17:29,30
Sin embargo
el hades o sheol es siempre el estado continuo de los muertos, su
traducción más exacta sería “dominio de la tumba” (en inglés gravedom).
El “dominio de la tumba” es el estado en el cual todos los muertos se
encuentran; no es un qeber, un lugar donde el cuerpo está sepultado, ya
sea en la tierra o en el mar.
La descripción
bíblica del “dominio de la tumba” (el “reino” de todos aquellos en ‘la tumba’ –
los muertos), sheol o hades, es un lugar donde no hay
conocimiento y por lo tanto no hay memoria:
“Porque en la muerte no hay memoria
de ti...” (Sal. 6:5)
“Pues sale su aliento, y vuelve a la
tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos” (Sal. 146:4)
“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada
saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su
amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo
que se hace debajo del sol... Todo lo que te viniere a la mano para hacer,
hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay ora, ni trabajo,
ni ciencia (conocimiento), ni sabiduría” (Ecl. 9:5,6,10)
Debido a
que en la muerte no hay conocimiento, para la persona muerta no hay conciencia
del tiempo. Así pues el momento de la muerte de un hombre viene a ser, en
un sentido de tiempo para él, el momento del retorno de Cristo. Pero dentro
de la dimensión del tiempo, el momento de la muerte de un hombre no es ni
su reunión con Cristo ni su resurrección. En un sentido de tiempo
él no va inmediatamente al cielo, sino que desciende al dominio de los que
están en la tumba, sheol:
“Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del Seol (sheol)?”
(Sal. 89:49)
“Porque no dejarás mi alma en el Seol (sheol)” (Sal. 16:10)
“Pero Dios redimirá (rescatar por medio de resurrección) mi vida del
poder del Seol (sheol)” (Sal. 49:15)
“Pasan sus días en prosperidad, y en paz descienden al Seol (sheol)”
(Job 21:13)
En cada una
de estas escrituras se usa la palabra hebrea sheol. Es interesante notar
que las bestias también van al sheol:
“Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que
perecen... Como a rebaños que son conducidos al Seol (sheol), la muerte
los pastoreará...” (Sal. 49:12,14)
Jesucristo
también descendió al dominio de la tumba cuando murió. Si alguien debió haberse
ido al cielo inmediatamente después de la muerte, ciertamente que debería haber
sido Jesús. Pero aun él se fue al sheol o hades. Por tres días y
tres noches él estuvo sin conciencia:
“Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres
noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y
tres noches” (Mt. 12:40)
“...Levantaría (Dios) al Cristo para que se sentase en su trono,
viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada
en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios...” (Hch.
2:30,31,32)
Igual que
todos los hombres que mueren, Jesús también fue al hades. ¿Qué sucede
entonces en el hades? Todo es corrupción y podredumbre.
“...pues polvo eres, y al polvo
volverás” (Gén. 3:19)
“Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación según
la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio corrupción”
(Hch. 13:36)
Como todos
los que van al sepulcro, Jesús también se hubiese corrompido totalmente si Dios
no lo hubiera levantado de los muertos:
“Y en cuanto a que le levantó de los muertos para nunca más volver a
corrupción... Por eso dice también en otro salmo: No permitirás que tu Santo
vea corrupción (podredumbre total)” (Hch. 13:34,35)
Dios
levantó a Jesucristo del hades y su corrupción. Si no hubiese sido
levantado, Jesucristo no podría regresar; y sin su retorno, nunca podría haber
liberación para ningún hombre - cristiano o no cristiano, salvo o no
salvo - del “dominio de la tumba” y de la corrupción correspondiente:
“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola
vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin
relación con el pecado, para salvar (hacer enteros) a los que le esperan” (Heb.
9:27,28)
El elemento
de tiempo entre la palabra “mueran” y la palabra “y” en el versículo 27, es el
lapso de tiempo entre la muerte de un hombre y el momento en que será
resucitado.
“Salvar”,
que significa “hacer enteros”, en el versículo 28, es la liberación de
corrupción que ocurrirá cuando Cristo retorne para la reunión y la primera
resurrección de la humanidad. Los muertos no están vivos para ser hechos
enteros ahora, porque el hombre no tiene inmortalidad ahora. Todavía estamos
sujetos a morir y a corrompernos en el sepulcro. ¿Cuándo tendremos
inmortalidad? Con la segunda venida de Cristo. Hasta ese entonces, todos los
que han muerto no están en el cielo; están en el hades, el “dominio de
la tumba”. La muerte no es un amigo que nos lleva a la presencia de Cristo y de
nuestros seres queridos; es conspicuamente un enemigo, pues en la muerte todos
van al dominio de la tumba.
No ahora,
sino que algún día, la muerte será destruida. Entonces los muertos en Cristo
tendrán un cuerpo nuevo - esta vez un cuerpo incorruptible - y los creyentes
que estén vivos tendrán un cuerpo inmortal:
“Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y
esto mortal (vivo en ese momento) se vista de inmortalidad. Y cuando esto
corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la
muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu
victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado,
la ley. Mas gracias sean dadas a Dos, que nos da la victoria por medio de
nuestro Señor Jesucristo” (1 Cor. 15:53-57)
La muerte
daría para siembre fin a la vida de toda la humanidad, si no fuera por la
resurrección de Cristo y por ende su retorno a reunir y resucitar al género
humano. Es entonces – con el retorno de Cristo – que tenemos victoria sobre la
muerte. Entonces tenemos inmortalidad e incorrupción. Hasta ese momento, los
muertos permanecen en el dominio de la tumba en corrupción e inconsciencia.
Capítulo
Dos
¿Cuándo
serán vivificados los muertos? (El Retorno de Cristo)
1 Corintios
15 es la escritura básica en el entendimiento de las resurrecciones y el
retorno de Cristo. El capítulo comienza por relatar cómo Dios levantó a Cristo
después que Cristo estuvo en el hades por tres días y tres noches. La
Palabra de Dios ratifica la resurrección de Cristo al señalar los testigos que
vieron al Cristo resucitado, la Palabra nos pregunta: “¿Cómo podemos nosotros
no creer en la resurrección ya que Cristo sí resucitó?”
1 Corintios 15:3-19
15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo
murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
15:4 y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las
Escrituras;
15:5 y que apareció a Cefas, y después a los doce.
15:6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales
muchos viven aún, y otros ya duermen.
15:7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles;
15:8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.
15:9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser
llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.
15:10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano
para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la
gracia de Dios conmigo.
15:11 Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
15:12 Pero si se predica de Cristo que resucitó [fuera] de [entre] los muertos,
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?
15:13 Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
15:14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es
también vuestra fe.
15:15 Y somos hallados falsos testigos de Dios [si predicamos que Cristo fue
resucitado y no lo fue]; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a
Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan.
15:16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;
15:17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe [creencia] es vana; aún estáis en
vuestros pecados.
15:18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron.
15:19 Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de
conmiseración de todos los hombres.
Pablo ha debatido
y probado su tesis cuidadosamente: Que la esperanza de la humanidad es la
resurrección de Cristo. Para que el Cristo que ascendió retorne, tiene que
haber resucitado. Sin este acontecimiento crucial, nuestra creencia es vana,
nuestra enseñanza es falsa, y somos los más desventurados, por cuanto no
tenemos esperanza de una vida futura. Pero afortunadamente, nuestra creencia no
es vana, nuestra enseñanza no es falsa, y somos los más esperanzados porque Cristo sí resucitó.
Dado que Cristo
sí resucitó, ¿cuándo regresará? Mt. 24:3 y 6 dan el relato de la pregunta que
los discípulos le hicieron a Jesús acerca de su retorno personal y el fin del
tiempo:
“...Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del
fin [sunteleia, moviéndose hacia el telos, el cual es el punto
final] del siglo?... porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no
es el fin [telos, punto final]” (Mt. 24:3,6)
La palabra
“venida” en Mt. 24:3 es la palabra griega parousia, traducida en la
Biblia como “venida”, “presencia” y “advenimiento”, y siempre indica la
presencia personal de la persona de quien se habla. Para entender la segunda
venida de Cristo, debemos mirar su primera venida. Miqueas 5:2 indica que
Cristo saldría de Belén (acontecimiento que está relatado en Mt. 2:1) mientras
que Zac. 9:9 indica la venida de Cristo a Jerusalén (acontecimiento relatado en
Mt. 21:1-10) Los acontecimientos entre, e incluyendo el nacimiento de Cristo y
su ascensión es su primera venida. Y, así como la primera venida de
Cristo abarca un período de tiempo, lo mismo hace su segunda venida, la parousia.
Los
acontecimientos de las proximidades del fin (sunteleia) incluyen:
(1) La venida de Cristo POR
sus santos,
(2) Los acontecimientos del Libro del
Apocalipsis, con la venida de Cristo CON sus santos,
(3) La primera y segunda resurrecciones, y
finalmente:
(4) El punto final (telos) cuando la
muerte es destruida y todas las cosas le están sujetas a Dios.
La segunda venida
de Cristo tiene dos fases básicas. Las dos partes de la parousia deben
distinguirse claramente a fin de evitar serios errores. Con estas dos fases
todos los muertos serán vivificados y los creyentes vivos serán hechos
inmortales.
1. El Retorno
de Cristo POR su Iglesia, el Cuerpo. La Reunión.
La parte del
retorno (parousia) de Cristo POR su Iglesia es
llamada en 2 Tes. 2:1 “nuestra reunión con él”. Primeramente, debe notarse que
la reunión afecta solamente a quienes son renacidos de Dios durante la Era de
la Iglesia del Cuerpo de Cristo:
“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón
se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos
10:9-10)
La Era de la
Iglesia del Cuerpo de Cristo abarca el período entre el día de Pentecostés y la
primera parte de la parousia.
Los no salvos del
período de la Iglesia del Cuerpo y todos los otros de antes y después de la Era
de la Iglesia serán resucitados cuando Cristo venga CON
sus santos. Ningún incrédulo está afectado por la parte de la parousia
de Cristo POR su Iglesia, ni tampoco lo están los santos
del Antiguo Testamento, ni la Iglesia de la Esposa.
El orden de los
acontecimientos en el retorno de Cristo POR su Iglesia del
Cuerpo fue revelado a Pablo:
1 Tesalonicenses 4:13-18
4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen,
para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con
Jesús a los que durmieron en él.
4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que
vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los
que durmieron.
4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero.
4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire,
y así estaremos siempre con el Señor.
4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Esta primera
parte de la parousia no es, técnicamente, una resurrección de los
muertos, aun cuando el versículo 16 dice: “...y los muertos en Cristo
resucitarán primero”. No es una resurrección de los muertos porque algunos
creyentes estarán vivos en esta parte de la venida de Cristo y naturalmente no
necesitarán ser resucitados. Aquellos que estén vivos serán arrebatados en las
nubes con los creyentes que poco antes habrán sido resucitados para recibir al
Señor en el aire. Con esta venida de Cristo POR su
Iglesia, él no vendrá SOBRE la tierra; él simplemente va a
reunir a muertos y vivos de la Iglesia del Cuerpo.
1 Corintios 15:51-54
15:51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos [no todos estarán
muertos al retorno de Cristo]; pero todos [los miembros de la Iglesia] seremos
transformados,
15:52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque
se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y
nosotros [que estaremos vivos al momento de su retorno] seremos transformados.
15:53 Porque es necesario que esto corruptible [los muertos de la Iglesia del
Cuerpo de Cristo] se vista de incorrupción, y esto mortal [los de la Iglesia
del Cuerpo de Cristo que estén vivos] se vista de inmortalidad.
15:54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal
se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está
escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
Cuando los mortales
se hayan vestido de inmortalidad y los muertos y corruptos hayan sido
levantados incorruptibles, todos tendrán un nuevo cuerpo.
El cuerpo
natural, el cuerpo que una persona tiene antes del retorno de Cristo, tiene sus
limitaciones; pero el cuerpo espiritual que él da a su retorno es como su
cuerpo resucitado – ilimitado en alcance y actividad.
1 Corintios 15:44-50
15:44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo
animal, y hay cuerpo espiritual.
15:45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente;
el postrer Adán [Jesucristo], espíritu vivificante.
15:46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo
espiritual.
15:47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el
Señor, es del cielo.
15:48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial,
tales también los celestiales.
15:49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la
imagen del celestial.
15:50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el
reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
Nuestro cuerpo
carnal es un cuerpo natural. Pero con la reunión, tendremos un nuevo aspecto,
un nuevo tipo de cuerpo – un cuerpo espiritual. Hasta que Cristo retorne, los
muertos permanecen en el hades con cuerpos físicos corruptos y con
inconsciencia.
2. El Retorno
de Cristo CON su Iglesia. Las Resurrecciones.
La venida de
Cristo a la tierra con sus santos es también parte de la parousia,
pero está solamente relacionada con “el Día del Señor”.
El “Día del
Señor” no es un día de la semana sino el día en que el Señor del cielo juzgará.
Está en oposición al “tribunal humano” (1 Cor. 4:3) que es durante la era de la
Iglesia del Cuerpo; ahora, cuando son los hombres los que juzgan.
Esta parte de la parousia
debe definitivamente ser distinguida de la primera parte de la parousia
cuando Cristo viene POR su Iglesia. La venida de Cristo CON
sus santos, llamada en griego apokalupsis, es la “aparición”, la
“revelación”, “el advenimiento” y “el día del Señor”.
El día del Señor
incluye el período de los juicios de Dios.
La Iglesia del
Cuerpo de Cristo nunca tendrá que sufrir esta experiencia pues ya habrá sido
reunida. No sería ningún consuelo si tuviéramos que pasar por la tribulación
del período del Apocalipsis. Además, si la reunión se confunde con la
resurrección, entonces toda la Iglesia del Cuerpo de Cristo tendría que pasar
por la tribulación. Dado que la Iglesia del Cuerpo no estará sobre la tierra
durante el período de tribulación, 1 Tesalonicenses 4:18 dice: “Alentaos los
unos a los otros con estas palabras”.
El hecho de que a
los creyentes de la Iglesia del Cuerpo se le evitará la tribulación, de la cual
se habla en el Libro del Apocalipsis, está expuesto varias veces en las
epístolas:
2 Tesalonicenses 2:1-3
2:1 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra
reunión con él, os rogamos, hermanos,
2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera
nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
2:3 Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la
apostasía [correctamente traducida, “la apostasía” es “la partida”, lo cual
indica “la reunión”], y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de
perdición.
Antes del “día
del Señor”, los creyentes renacidos tienen que haber partido de este mundo para
estar con Cristo, Después de esto se cumplirá que “se manifieste el hombre de
pecado” que será seguido entonces por “el día de la ira”.
En 2 Tes. 2:3,
las palabras griegas son he apostasía.
La palabra he
es el artículo “la”. El prefijo apo quiere decir “alejamiento de”. Si se
tiene un círculo, apo se ilustraría como una línea en movimiento del
exterior del círculo a algún punto distante. Stasia quiere decir
“separar”, o “sacar”. He apostasía es una separación, un alejamiento de,
o un sacamiento fuera de entre; es la partida.
[Note regarding the earlier English translations: The Geneva Bible and The Cranmer Bible, first published in 1537, and The Tyndale Bible, published in 1539 preceding the King James Version, all translate “a falling away first”, as “a departure first”]
La Iglesia habrá
partido y estará CON Cristo antes de que la ira del día
del juicio de Dios acontezca. Los siguientes pasajes también ratifican esta
verdad.
Romanos 8:1
“Ahora, pues, ninguna condenación (katakrima, juicio) hay para los
que están en Cristo Jesús”.
Romanos 5:9
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos
salvos de la ira”.
1 Tesalonicenses 1:10
“Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a
Jesús, quien nos libra de la ira venidera”.
En esta parte de la
parousia de Cristo, la Iglesia ya habrá sido juzgada, no para castigo,
sino para recompensas.
2 Corintios 5:10,
haciendo referencia a la parousia POR la Iglesia,
dice:
“Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo”
Este “tribunal”
es el bema, el lugar desde el cual se dan premios y recompensas
“según lo que se haya hecho”.
La Iglesia del
Cuerpo de Cristo se presentará ante el bema de Cristo para recibir la
“corona de justicia”, “recompensas” por nuestras obras, por la fidelidad de
nuestra mayordomía para El. Nosotros aparecemos ante el bema de Cristo,
no para recibir sentencias de ira o condenación de Dios, sino para recibir
“alabanza de Dios”. Ninguno de los hijos renacidos de Dios en Cristo será
juzgado en cuanto a su posición o cualquier otra cosa, por cuanto ellos ya han
sido juzgados en la persona de su sustituto y mediador, Cristo Jesús (Jn. 5:24;
3:17,18; 1 Cor. 11:32; Rom. 8:33,34; 1 Tes. 1:10; 5:9)
En el día del
juicio del Señor, cuando toda la gente haya sido resucitada:
“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán
vivificados” (1 Cor. 15:22)
Todos (excepto la
Iglesia del Cuerpo de Cristo) aparecerán ante el tribunal, el estrado desde el
cual serán pronunciadas las sentencias del juicio de Dios.
2 Tesalonicenses
1:7-10 relata algunos de los acontecimientos que ocurrirán cuando Cristo
retorne CON su Iglesia:
2 Tesalonicenses 1:7-10
1:7 y a vosotros que sois [fuisteis] atribulados, daros reposo con
nosotros, cuando [en el momento en que] se manifieste [apokalupsis] el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder [angelon dunameos,
que quiere decir “mensajeros de Su Poder”, tanto los ángeles como los santos de
la Iglesia],
1:8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni
obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
1:9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del
Señor y de la gloria de su poder,
1:10 cuando venga [después de que haya venido] en aquel día para ser
glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto
nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)
Estas palabras no
podrían ser más claras. Definitivamente no tratan sobre la parousia de
Cristo POR su Iglesia, sino sobre la aparición de Cristo
más tarde en la aparición apocalíptica, apokalupsis, de sí mismo sobre
la tierra. Si leemos las escrituras que se refieren a la venida de Cristo POR
su Iglesia y las interpretamos como la venida de Cristo a la tierra CON
su Iglesia, nos encontraremos temerosos y frustrados y permaneceremos
ignorantes de la esperanza bienaventurada:
“Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y [del] Salvador Jesucristo” (Tito 2:13)
Cuando Cristo retorne
con sus santos ya reunidos, habrá dos resurrecciones, una para los justos y
otra para los injustos:
Juan 5:28,29
5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que
están en los sepulcros oirán su voz;
5:29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que
hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Hechos 24:15
Teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de
haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos.
Lucas 14:14
...Pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
Hebreos 11:35
...A fin de obtener mejor resurrección [la primera resurrección, la de los
justos]
La primera
resurrección es para los justos; la segunda para los injustos. Existe un
período de tiempo entre estas dos. Apocalipsis 20, una visión de Juan sobre los
últimos días, habla del lapso de tiempo y explica muchos otros acontecimientos
de la sunteleia, los últimos tiempos cerca del fin mismo:
Apocalipsis Capítulo 20
20:1 Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una
gran cadena en la mano.
20:2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y
lo ató por mil años;
20:3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no
engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de
esto debe ser desatado por un poco de tiempo.
20:4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de
juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y
que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y
reinaron con Cristo mil años.
20:5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil
años. Esta es la primera resurrección.
20:6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la
segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios
y de Cristo, y reinarán con él mil años.
20:7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión,
20:8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la
tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los
cuales es como la arena del mar.
20:9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los
santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los
consumió.
20:10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre,
donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos.
20:11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para
ellos.
20:12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y
fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros,
según sus obras.
20:13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades
entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus
obras.
20:14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la
muerte segunda.
20:15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago
de fuego.
Ya para el
versículo 13 de Apocalipsis 20 todos los muertos habrán sido resucitados.
Mirando nuevamente a 1 Corintios 15, los versículos condensados sobre el
retorno de Cristo, con sus distintas facetas, se entienden más claramente:
1 Corintios 15:22
15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.
Este versículo (1
Cor. 15:22) es a veces usado incorrectamente para probar que toda la gente será
finalmente salva y todo el mundo estará con Cristo. Todos sin excepción
“serán vivificados”, pero no todos tendrán la recompensa de ir al cielo.
¿Cuándo serán todos
vivificados?
Aquellos renacidos
que han muerto durante la administración de la Iglesia del Cuerpo de Cristo
serán vivificados cuando Cristo venga POR su Iglesia.
Todos los demás serán vivificados cuando Cristo venga CON su
Iglesia. Entre la primera resurrección y la segunda hay un lapso de tiempo
(1,000 años, Ap. 20:2-7) Pero la primera y la segunda resurrección vivificarán
a todos, y todos serán juzgados.
1 Corintios 15:23-24
15:23 Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que
son de Cristo, en su venida.
15:24 Luego el fin [telos, el punto finalísimo], cuando entregue el
reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y
potencia.
Cuando llegue
este momento, todos habrán sido juzgados – las sentencias pasadas, las
recompensas dadas – y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva donde no habrá
más pecado, enfermedad o muerte. En aquel momento él será Rey de reyes y Señor
de señores.
1 Corintios 15:25-26
15:25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus
enemigos debajo de sus pies.
15:26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
Cuando la muerte
sea destruida podremos preguntar: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” Cuando
la profecía de Ap. 20:14 se cumpla, la cual dice: “Y la muerte y el Hades
fueron lanzados al lago de fuego”, y entonces la muerte habrá sido destruída y
por consiguiente no tendrá ningún aguijón.
1 Corintios 15:27-28
15:27 Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que
todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que
sujetó a él todas las cosas.
15:28 Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo
en todos.
Para cuando Dios
sea todo en todos, la Iglesia habrá sido reunida y recompensada; los justos y
los injustos habrán sido resucitados y juzgados para recompensas y castigos; y,
finalmente, la muerte destruida.
Segunda Parte
Algunas
Escrituras Mal Entendidas
A) “Ausentes del cuerpo, y presentes al
Señor”. 2 Corintios 5:8,9
2 Corintios 5:8,9
Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al
Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.
De nuevo el
énfasis de Pablo es en el retorno de Cristo, que es el estar “presentes al
Señor”. Para entender mejor esa expresión, vemos que antes el contexto dice:
2 Corintios 5:1, 4
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo se
deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en
los cielos... asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo
mortal sea absorbido por la vida.
Aquí Pablo está
hablando sobre el retorno: no sobre morir o ser desnudados, sino revestidos con
nuestro cuerpo de gloria en el momento del retorno de Cristo.
¿Cuándo
estaremos “presentes al Señor”? En la parousia, el Retorno de Cristo.
Esta fuerte
esperanza del retorno de Cristo que Pablo tenía, sabiendo que no podría estar
con Cristo hasta que estuviese revestido con ese cuerpo de gloria, domina la
sección completa de 2 Cor. 4:8-5:4. No hay pensamiento alguno sobre alcanzar el
estado de “estar con Cristo” aparte del retorno de Cristo. Los creyentes
estarán presentes al Señor solamente cuando sean “revestidos con su nuevo
cuerpo espiritual”.
Estar
presente al Señor sin tener un nuevo cuerpo espiritual por medio del retorno de
Cristo no está de acuerdo con las Escrituras. Pues, ¿Quién puede esperar al
salvador según Filipenses si ya está con él? O ¿Quién necesitaría el cambio de
su cuerpo si ya ha estado presente al Señor, en gloria por años?
Ver los
versículos de Filipenses 3:20.21, al final del siguiente inciso.
B) “Morir es ganancia” “teniendo deseo de partir y
estar con Cristo”. Filipenses 1:21-24
Filipenses 1:21-24
Porque para mí (Pablo) el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si
el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces
qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de
partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne
es más necesario por causa de vosotros.
El contexto
indica que ya sea vivir o morir en Cristo, cualquiera de las dos alternativas,
siempre y cuando sea en Cristo, es ganancia. Filipenses no dice que la ganancia
es inmediata. Pablo dice que el regreso de Cristo es mejor que vivir o morir;
pues cuando Cristo regrese, lo mortal se vestirá de inmortalidad y lo
corruptible de incorrupción.
Nota: Debido a
que la persona que muere pierde noción de tiempo y espacio, como cuando se
aprieta el botón de “pausa” para detener un cartucho de audio o video, el
siguiente instante después de haber muerto para la persona que murió es la
resurrección y el ver a Cristo cara a cara. La persona resucitada no sabrá
cuanto tiempo ha transcurrido desde el momento en que murió hasta el momento en
que resucitó (el tiempo, desde la perspectiva de los que quedaron vivos, es
diferente al tiempo, que deja de existir, para aquel que se muere) Esa persona
que ha muerto, al ser resucitada aún se acordará de lo último que pensó antes
de morir (no importa si pasaron dos mil años o dos días) Para quien ha sido
resucitado de entre los muertos pareciera que ha pasado tan sólo un instante.
La alternativa de
la parousia de Cristo era lo mejor para el Apóstol Pablo, ya que en ese
momento Pablo estaría con Cristo en su nuevo cuerpo, en su cuerpo transformado.
Pero debido a que la parousia (que levantaría en incorrupción a los
muertos en corrupción y transformaría en inmortalidad a los creyentes aún
vivos) aún no había ocurrido Pablo llegó a la conclusión en el v. 24 que sería
mucho mejor para los creyentes que él saliera de prisión, y continuara luchando
con denuedo por el progreso del evangelio. Pero ninguna de estas alternativas,
vivir para ganancia de Cristo o morir en prisión para ganancia de Cristo, sería
tan buena como el retorno de Cristo, que sería la mejor de todas.
La palabra
“partir” en el v. 23, “teniendo deseo de partir y estar con Cristo” es la
palabra griega analuo (to analusai), que solamente aparece una
segunda vez, en el Evangelio de Lucas 12:36 donde se traduce “regrese”, por lo
que una mejor traducción sería “teniendo deseos del (to) retorno (analusai)
y estar con Cristo”, Pablo se refería al retorno de Cristo.
En otro contexto
Pablo usa otra inflexión de la misma palabra para referirse al retorno al polvo
del cuerpo biológico de Pablo:
2 Timoteo 4:6
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está
cercano.
La palabra
“partida” es el sustantivo griego analusis, y nuevamente quiere decir “retornar”,
“volver”. “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi “volver”
(al polvo, como Gén. 3:19 declara “polvo eres, y al polvo volverás”) está
cercano”.
Ciertamente la
evidencia convincente en armonía con el resto de la Escritura es que Pablo
estaba hablando y presentándoles la mejor alternativa de todas, el retorno de
Cristo. Con el retorno de Cristo, Pablo no tendría que vivir o morir por el
progreso del evangelio, sino que sería transformado a su cuerpo inmortal. Ésta
hubiera sido la mejor de todas las alternativas.
Filipenses
1:21-24 debe de ser visto a la luz del contexto de toda la epístola, ya que
Filipenses 3:20,21 declara:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al
Salvador, al Señor Jesucristo: el cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con
el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.
C) La Visión en la Transfiguración. Mateo
17:1-9
En Mateo 17:1-9 se
lee que Jesús fue al Monte de la Transfiguración para meditar sobre su
ministerio y, específicamente, su muerte, llevó consigo a Pedro, Jacobo y Juan:
Mt. 17:2-3
Y (Jesús) se transfiguró (cambió de apariencia) delante de ellos, y
resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la
luz. Y he aquí les aparecieron (ofte) Moisés y Elías, hablando con él.
La palabra clave
es “aparecieron”, del griego optomai, que quiere decir “ver un objeto
presentado a la vista” o “ver como en una visión”, mientras que la palabra
griega blepo, no usada en este caso, significaría “utilizar los ojos
para mirar”. Jesús, Pedro, Jacobo y Juan o vieron este fenómeno con sus ojos
sino más bien con sus mentes. El sentido de la vista fue completamente pasado
por alto.
El versículo
nueve explica que, en vez de haber sido un hecho “real”, fue una “visión”:
Mt. 17:9
Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
Una palabra
relacionada, también traducida como “visión”, se usa cuando Pedro vio, con los
ojos de su mente, ya que no era un hecho “real” o “material”, el lienzo o manto
que descendía del cielo con toda clase de animales, cuando Dios le dijo:
“levántate, Pedro, mata y come”, y Pedro le respondió “Señor no; porque ninguna
cosa común o impura he comido jamás”, a lo que Dios le respondió “Lo que Dios
limpió, no lo llames tú común”, y esta “visión” (orama) según Hch. 10:17
también es llamada “éxtasis” en Hch. 10:10. A Pedro le sucedió tres veces
consecutivas, con lo que Dios le estaba revelando que no despreciara a los tres
gentiles que habían llegado en ese mismo momento para invitarlo a predicar a la
casa de Cornelio, el centurión romano interesado en recibir la Palabra de Dios,
quien terminó recibiendo además, el don de espíritu santo junto con toda su
casa y junto con sus más allegados amigos.
Un éxtasis o una
visión de acuerdo a Dios nunca constituye una pérdida del conocimiento. Es como
un estado inactivo de conciencia mental, cuando Dios por revelación – palabra
de ciencia, palabra de sabiduría y discernimiento de espíritus – da una imagen
panorámica de la escena. Una visión no es un “producir en carne y hueso” a
aquello presentado en ella.
Así como los animales
presentados a Pedro fueron presentados a su mente en visión, Dios también dio
una visión de Moisés y Elías a Jesús, quien había ido al monte a considerar su
muerte. Moisés y Elías no estaban vivos ni fueron vivificados por Dios a fin de
que se encontraran con Jesús en el Monte de la Transfiguración, pues Josué 1:2
declara que “Mi siervo Moisés ha muerto”.
Elías estaba
muerto también, aunque se justifica hacer un examen más exhaustivo de su
muerte. El relato sobre Elías se da en 2 Reyes 2 y 2 Crónicas 21. En 2 Reyes
2:1-18 vemos que Elías y Eliseo cruzaron el Jordán en Jericó. Mientras los
cincuenta hijos de los profetas y Eliseo observaban, Elías fue alzado al cielo,
como la Palabra revela. Sin embargo, este “alzado” no puede significar que él
fue transportado a la presencia de Dios para morar con Él para siempre, porque
los cincuenta hijos de los profetas buscaron a Elías por tres días en las
laderas rocosas. Si 2 Reyes 2:11 significara que Elías fue “derecho hacia
arriba”, los cincuenta hijos de los profetas nunca lo hubieran buscado sobre la
tierra. “Y Elías subió al cielo en un torbellino” quiere decir que Dios se
llevó a Elías. Elías murió lejos de Eliseo y los cincuenta hijos de los
profetas y está enterrado esperando la resurrección. Años después Elías, desde
su “guarida secreta” le envió una carta a otro Rey infiel de Israel.
Moisés y Elías
fueron mostrados a Jesús y a sus tres compañeros en una visión; las verdaderas
personas no aparecieron (así como los verdaderos animales tampoco aparecieron a
Pedro, en ambos casos fue una “visión”), y no aparecieron porque ambas personas
(Moisés y Elías) estaban muertas y esperando la resurrección, como veremos en
el siguiente punto que aclara, respecto a todos los héroes del Antiguo
Testamento, sin excepción, incluyendo a Enoc, que todos ellos murieron con la
esperanza de la resurrección.
D) Por la fe Enoc fue traspuesto (Hebreos
11:5)
Hebreos 11:5
Por la fe (creencia) Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese transpuesto, tuvo
testimonio de haber agradado a Dios.
La complicación
que se presenta al examinar la muerte de Enoc surge de la palabra “traspuesto”.
Algunas personas afirman que Enoc nunca vio la muerte, porque Dios lo transpuso
directamente al cielo.
Ya que la fe vino
con Jesucristo (Gál. 3:23-25), había solamente creencia antes de su venida, por
lo que en Heb. 11 la palabra griega pistis debe ser traducida como “creencia” pero no como “fe”.
La palabra
“traspuesto” puede ser traducida “transportado” o “transferido”, que significa
“llevado de un lugar a otro”. Enoc no fue tomado de un punto y elevado a
otro; él fue tomado de un punto y llevado a otro “para no ver muerte”.
[Note in English regarding the religious contemporary use of the word “translated” that even today have nothing to do with anybody being taken “to heaven”: To this day in ecclesiastical circles when a priest in the Episcopal, Anglican, or Roma faith is consecrated as a Bishop, he is also translated. According to succession he might be consecrated Bishop of Antioch, Jerusalem or Ephesus – yet never residing in those cities, perhaps never even having visited those cities. But being consecrated as a Bishop of Antioch he would be translated to New York. Translated means the Bishop is given an assignment or is transferred to New York. Crockford’s Clerical Dictionary, London, lists for instance, all the consecrated Bishops and the locations as to where they were translated. The word translated is used of each Bishop]
La palabra
ver es eidon, que significa “mirar percibiendo realmente con los propios
ojos” o literalmente en el contexto “ver a alguien morir”. Revisando el Antiguo
Testamento, uno descubre que Enoc nunca había visto a nadie perecer (eran
aquellos los años de gran longevidad en los seres humanos)
Enoc agradó
a Dios todo el tiempo. Por esta fidelidad Dios amó a Enoc de tal manera que lo
llegó del lugar donde los seres queridos de Enoc morirían y lo puso en un lugar
donde no podía literalmente verlos morir. Enoc no vio a nadie morir, pero él
mismo murió. La Biblia así lo dice, luego de haber mencionado a Enoc (v. 5),
Noé (v. 7), Abraham (v. 8), Sara (v. 11), en Hebreos 11:13 leemos:
“Murieron todos éstos”.
Todos sin excepción murieron. Si todos
murieron, entonces Enoc está muerto.
Entonces
Hebreos 12:1 dice:
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande
nube de testigos”
Esta “nube
de testigos” no consiste en los creyentes mismos, los cuales murieron y “están viviendo
en el cielo”, no, ellos permanecen muertos. La nube de testigos está compuesta
por las personas mencionadas en Hebreos 11 que creían a Dios y de quienes la
Palabra de Dios dice: “murieron todos éstos”. Aunque estas personas están
muertas, aún estamos rodeados de su
ejemplo de creencia y de confianza en Dios. Tenemos el testimonio de su
creencia, que es alentador para nosotros observar, aunque ellos mismos estén
muertos. Su creencia nos da incentivo para confiar y creer también.
E) Lázaro en el seno de Abraham. Lucas
16:19-31
Lucas 16:22-23, 30
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos,
estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno... si
alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirían.
Primeramente
debemos observar que este pasaje de la Escritura es una parábola, lo cual es
una figura literaria.
De hecho, en dos
antiguos manuscritos griegos – el Bezae Cantabrigiensis (también llamado
Bezae Caulabrigiensis) y el Koridethian-Caesarean – se incluyen
palabras que han sido omitidas en otras traducciones. En este antiguo
manuscrito Lucas 16:19 comienza con las palabras: eipen de kai heteran
parabolen, lo cual traducido quiere decir: “Y él dijo también otra
parábola”.
Una parábola es
una comparación por semejanza prolongada, es un símil extendido: la semejanza
es casi siempre con respecto a una característica específica. La similitud o
semejanza siembre debe ser buscada dentro de la esencia del contexto completo.
La confusión y la equivocación de la parábola en Lucas 16 radican en las
creencias farisaicas.
Lucas 16:14
indica que esta parábola está dirigida a los fariseos. De manera que Jesús
sabiamente juzgó a los fariseos por los dichos de sus bocas, desde su propio
punto de vista, ya que los fariseos creían en recompensas y castigos
inmediatamente después de la muerte, como tantos creen hoy.
Esta parábola NO
dice que Jesús creía en recompensas y castigos inmediatamente después de la
muerte; esto es lo que los fariseos creían. Jesús utiliza esta parábola para
condenar a los fariseos y para atraparlos en sus propias creencias farisaicas
erróneas.
Lucas 14:14
claramente enseña sobre la muerte y la resurrección:
“Y serás bienaventurado; porque ellos (los pobres, los mancos, los cojos,
los ciegos) no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la
resurrección de los justos”.
¿Cómo podría
Jesús decir que la gente será recompensada en la resurrección de los justos por
un lado, y sin embargo enseñar que hay recompensa o castigo inmediatamente
después de la muerte?
Aunque Lucas 16
debe ser entendido como una parábola, se puede obtener mayor claridad con una
traducción más exacta de los versículos 22 y 23:
“Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado también en el Hades (‘el
dominio de la tumba’)”
Las primeras
cuatro palabras del versículo 23: “Y en el Hades”, deberían aparecer como las
últimas palabras del versículo 22. La palabra “y” debe ser traducida “también”.
El versículo 23 comienza con las palabras:
“Alzó sus ojos (el hombre rico), estando en tormentos, y vio e lejos a
Abraham, y a Lázaro en su seno”
Ahora ésta es la
parábola perfecta.
El mal
entendimiento de Lucas 16 ha sido causado por gente que trata de leer la
parábola en forma literal, como si fuera parte de la vida real, así como
también se ha tratado de entender la “visión” del Monte de la Transfiguración,
como si hubiera literal y realmente sucedido en el mundo material, sin embargo
si la “visión” del lienzo lleno de animales de Pedro no se toma en forma
literal, sino como una revelación de Dios para Pedro nunca presente en el mundo
material.
Jesús estaba
dirigiendo su ejemplo a un grupo indicado de personas y sabiamente pudo
atraparlos en su propia trampa de incredulidad: acaso “si alguno fuere a ellos
de entre los muertos, se arrepentirían”? (como dice Lucas 16:30), la respuesta
de Jesús es tajante: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos” (Lucas 16:31) La
historia probó que ésta era una parábola profética ya que cuando Jesucristo
resucitó de entre los muertos, los fariseos se siguieron negando a creer en él
como el Mesías prometido.
Abraham, Lázaro y
el hombre rico no estaban literalmente vivos en el hades; Abraham, como
todos los otros, está literalmente muerto hasta la resurrección (como ya vimos
que Hebreos 11:13 declara) El hombre rico y Lázaro fueron caracteres ficticios
inventados por Jesucristo para ejemplificar su parábola. Así de que éstas tres
personas fueron simplemente utilizadas en forma figurativa para lograr un
impacto sorprendente sobre los fariseos criticadores.
F) El Malhechor y el paraíso (Lucas
23:42,43)
Lucas 23:42,43
Y dijo Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le
dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Primeramente
notemos que Jesús dice “paraíso”, no “cielo”. En la versión griega del AT Septuaginta la palabra “paraíso”, paradeisos,
corresponde a “huerto” 23 veces, “paraíso” 2 veces, “bosque” 1 vez y “jardín” 1
vez.
Paradeisos nunca se usa en la Biblia en otro sentido
que no sea el de un lugar de belleza y deleite sobre la tierra. El
paraíso nunca se refiere a un lugar arriba de la tierra.
El paraíso se
describe en Génesis 2 en su estado puro, pureza que fue perdida de acuerdo a
Génesis 3, con la entrada de Satanás y el pronunciamiento de la maldición.
Nunca se cita la restauración el paraíso, en lo que concierne a recobrarlo y
disfrutarlo, hasta que el postrer enemigo, la muerte, sea destruido. Después
que la muerte haya sido destruida, habrá un cielo nuevo y una tierra nueva como
está relatado en Ap. 22, cuando Satanás quedará sujeto y el Señor mismo reinará
en Su Reino:
Apocalipsis 22:1-5, 14, 17
22:1 Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como
cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
22:2 En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el
árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas
del árbol eran para la sanidad de las naciones.
22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella,
y sus siervos le servirán,
22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de
luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de
los siglos.
22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol
de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
22:17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que
tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
Estos versículos
describen la restauración del paraíso que fue perdido y que no será
restablecido hasta que todas las profecías del Apocalipsis hayan ocurrido.
El malhechor dijo
a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lc. 23:42)
Para tener un
reino debe de haber un rey. El rey del Reino de los Cielos fue crucificado; así
pues, desde entonces hasta ahora, el Reino está en suspenso y no será
restablecido sobre la tierra sino hasta después del retorno de Cristo y las dos
resurrecciones. Con la construcción de la nueva ciudad, la Nueva Jerusalén,
sobre la tierra, el paraíso será restaurado.
El Reino de Dios
no está sobre la tierra ahora porque la tierra presente no es perfecta. El
Reino de Dios es el dominio total y global de Dios en el cielo y sobre la
tierra al ser ambos perfectos y completos.
La petición del malhechor era importante y
exacta. Las circunstancias bajo las cuales las palabras fueron dichas indican la
maravillosa creencia del malhechor moribundo. La respuesta que dio Jesús
también fue muy importante. Las palabras “de cierto”, habladas por Jesús
apuntan a la seriedad y gravedad de la ocasión. En ese mismo día de su
crucifixión, cuando todo parece derrotado, en vez de ser establecido el Reino y
Jesucristo estar reinando, él estaba muriendo una muerte infame.
Luego, el
versículo siguiente, Lc. 23:43 ha acarreado conceptos equivocados debido a
errores de traducción. En los textos más antiguos no había puntuación alguna,
así que cada traductor siguió su propio plan o su propia norma. En este
versículo tenemos un caso en que la Versión Reina-Valera evita la inserción de
puntuación añadiendo una palabra que toma el lugar de una coma. Los traductores
dieron su interpretación con la inserción de la palabra “que”, ya que eso
encajaba con su propia teología.
La palabra
“que”, para hacer que la traducción diga “Te digo que hoy estarás conmigo en el
paraíso”, no aparece en ningún texto griego, y ha sido añadida por los
traductores. Si nosotros quitamos la palabra “que”, vemos que en medio de un
momento de intenso dolor, Jesús se volvió al malhechor y le dijo:
“De cierto te digo hoy, estarás
conmigo en el paraíso”.
La coma
debe colocarse después de la palabra “hoy”. No había un paraíso disponible
aquel día (“hoy”), pero sí habrá un paraíso en el cielo nuevo y la tierra
nueva.
Esto
coincide con la correcta creencia del malhechor, mucho más exacta y precisa que
la de muchos de los teólogos contemporáneos ya que el malhechor le dijo a
Jesucristo: “acuérdate de mí cuando VENGAS con gloria en tu reino”, hasta ese
momento de la segunda gloriosa venida de Jesucristo es que el paraíso sobre la
tierra será restaurado.
En el día
de la crucifixión de Jesús ese malhechor murió sobre la cruz y su cuerpo vio
corrupción; pero Dios le levantará en la resurrección. Es por eso que él estará
- en un futuro – con Jesucristo en el paraíso.
Hay más
prueba de la precisión de la Palabra de Dios, de acuerdo a la usanza del
lenguaje hebreo, en la misma Biblia. Cuando los hebreos deseaban enfatizar una
situación haciendo una declaración solemne, se expresaban usando un modismo:
“Yo te lo aseguro HOY”. Esta es una figura de autoridad, una de absoluta
certeza en aquello que se afirma. Por ejemplo:
“Entiende, pues, hoy...” (Deut.
9:3),
“...Comprended hoy...” (Deut. 11:2),
“Que guardes los mandamientos... que
yo te prescribo hoy...” (Deut. 10:13),
“...todo mandamiento que yo os
ordeno hoy...” (Deut. 8:1),
“Y estas palabras que yo te mando
hoy...” (Deut. 6:6),
“Guarda, por tanto, los
mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy...” (Deut. 7:11)
“HOY”
siempre se usaba para dar énfasis a expresiones muy solemnes.
El Señor
respondió al pedido de un creyente moribundo, no prometiendo algo que el
malhechor no pidió, sino otorgándole su deseo y el pedido que emanó de sus
labios. Veamos la precisión en la correspondencia de la petición del malhechor
y la respuesta de Jesús:
Malhechor: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”
Jesús: “De cierto te digo hoy,
estarás conmigo en el paraíso”
Uno de los
antiguos evangelios siriacos (de Siria) descubiertos en el Monte Sinaí,
corrobora aún más esta precisión al declarar: “¿No eres tú el salvador? Sálvate
a ti mismo hoy, y también a nosotros”. El otro malhechor dijo: “...
Señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. Y Jesús le dijo: “De cierto
te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”.
El Señor,
en su respuesta al malhechor creyente, toma la palabra “hoy” para indicar que
ese día no era el día de liberación ni para él ni para otros. Para él y para
los otros en la cruz ese día, era el día de muerte. Pero, en ese día de muerte,
Jesucristo dio la promesa e gloria futura que vendrá después de la
resurrección, cuando el paraíso será nuevamente restablecido.
En su
declaración al malhechor moribundo que creía en la gloria venidera, Jesucristo
dio la seguridad de esa gloria futura el Reino sobre la tierra.
G) La mujer que tuvo siete maridos (Mateo
22:23-32)
Otro enredo ha
surgido por el incidente en el cual los saduceos se le acercaron a Jesús,
presentándole una situación hipotética sobre una mujer que tuvo siete maridos
en sucesión:
Mateo 22:23-32
22:23 Aquel día vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay
resurrección, y le preguntaron,
22:24 diciendo: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano
se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano.
22:25 Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y
no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano.
22:26 De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
22:27 Y después de todos murió también la mujer.
22:28 En la resurrección [éste es el tema], pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron?
22:29 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y
el poder de Dios.
22:30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino
serán como los ángeles de Dios en el cielo.
22:31 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que
os fue dicho por Dios, cuando dijo:
22:32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no
es Dios de muertos, sino de vivos.
La última frase
del versículo 32 se usa tan a menudo en los funerales para probar que los
muertos se encuentran inmediatamente con el Señor pues, según lo citan los
ministros religiosos: “... Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”.
Ese versículo se usa
especialmente “en servicios” efectuados en memoria de un santo de Dios que ha
trabajado diligentemente para la iglesia local. El cuerpo del santo yace en el
ataúd, él está muerto; pero de una forma u otra el ministro religioso dice que
no está muerto, que él está vivo. ¿Porqué no revisar el contexto? ¿De qué está
hablando Mateo cuando dice “... Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”?
Los antecedentes
de esta situación son que primeramente, los saduceos, con quienes hablaba
Jesús, no creían en la resurrección. De manera que están interrogando a Jesús
con escepticismo. De versículo 24 en adelante, los saduceos elaboran un caso
hipotético sobre una mujer que ha estado casada con muchos maridos. Los
saduceos culminan su interrogación de Jesús en el versículo 28: “En la
resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer...?” En los
versículos 29 y 30 Jesús respondió:
“Erráis, ignorando las Escrituras y
el poder de Dios”
Esta sigue siendo
la razón exacta del porqué la gente todavía está tan confundida en lo que
respecta a la venida del Señor, a la resurrección y a nuestra reunión con él.
La gente no sabe la verdad porque los líderes religiosos no les han enseñado la
verdad, esos líderes contemporáneos han enseñado que cuando uno muere no está realmente
muerto sino que vive en algún otro lugar, lo cual es error: “Erráis” les
decimos a todos ellos. El creer en un error muestra que ignoramos las
Escrituras y el poder de Dios.
El poder de Dios
para resucitar a los muertos, de acuerdo al contexto:
“Porque en la resurrección ni se
casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el
cielo”.
En el versículo
31 Jesús continúa la discusión, no hablando ya del caso hipotético sino de la
resurrección verdadera:
“Pero respecto a la resurrección de
los muertos...”
¿La resurrección
de quién? De los muertos que han estado muertos desde el día en que murieron:
“Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os
fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y
el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”.
Recapitulando
vemos que en el versículo 23 se refiere a los saduceos “...que dicen que no hay
resurrección...”; y el versículo 31: “Pero respecto a la resurrección” ¿Cuál es
el contexto? El contexto habla de la resurrección, no de la muerte. La muerte y
la resurrección son temas muy separados el uno del otro.
¿Cómo podría este
argumento probar que los muertos serían resucitados, si significara que los
muertos ya están vivos? Si Abraham está vivo ahora, entonces no se necesita
resurrección alguna.
La conclusión es
perfectamente clara.
Si Dios es el
Dios de los vivos, entonces Abraham, que está muerto, debe vivir nuevamente. Si
Él es Dios de vivos, entonces Isaac, que está muerto, debe vivir nuevamente, y
Jacob, que está muerto, debe vivir nuevamente. ¿Cuándo? En la resurrección.
El contexto se
enfoca sobre la resurrección.
Dios no es Dios de
muertos, lo cual Él sería si no hubiera resurrección, pues Abraham, Isaac y
Jacob están muertos. Pero Dios es Dios de vivos – aquellos que van a ser
vivificados en el momento de la resurrección y no antes de eso.
G) La profetisa de Endor (1 Samuel 28:7-25)
Muchas personas
que han enseñado erróneamente que los muertos no están muertos sino vivos
después de morir, usan como su prueba de la Escritura el episodio del Rey Saúl
y la profetisa de Endor.
Para entender las
circunstancias que rodean el encuentro de Saúl y la mujer de Endor, es
necesario tener presente una gran cantidad de antecedentes (por favor, lea por
usted mismo: 1 Sam. 15, fijándose
especialmente en los versículos 3, 9, 13, 14, 20-24, 26, 29, y 35; capítulo 16,
versículos 1-14, especialmente los versículos 13 y 14;
capítulo 28, versículos 3-20; capítulo 31, versículos 1-6).
1 Samuel 15 nos
relata cómo Dios desechó al Rey Saúl después de la batalla con los amalecitas:
1 Samuel 15:23-24
15:23 Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él
también te ha desechado para que no seas rey.
15:24 Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo he pecado; pues he quebrantado el
mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz
de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado.
Satanás había
operado a través de la gente para destruir a Saúl y hacerlo pecar. Saúl era
ahora hombre de Satanás, y Satanás podía llevar a cabo sus malignas intenciones
sin la intervención de Dios.
Solamente cuando
nosotros tenemos la voluntad de pertenecer a Dios es que Satanás no
puede estar seguro del resultado, pues el Señor vela por los Suyos.
Más tarde en el
capítulo 15, el profeta y antiguo amigo del Rey Saúl, el hombre que lo ungió
rey, rompe relaciones con él:
1 Samuel 15:35 Y nunca después vio Samuel a Saúl en toda su vida...
Así pues, sin una
relación con Dios ni con Samuel, el Rey Saúl está fuera de sí:
1 Samuel 16:14 El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un
espíritu malo...
Entre 1 Samuel 16
y 1 Samuel 28, interviene mucha conmoción. Samuel ungió a Savid como rey y poco
después Samuel murió.
1 Samuel 28:3-6
28:3 Ya Samuel había muerto, y todo Israel lo había lamentado, y le habían sepultado
en Ramá, su ciudad. Y Saúl había arrojado de la tierra a los encantadores y
adivinos.
28:4 Se juntaron, pues, los filisteos, y vinieron y acamparon en Sunem; y Saúl
juntó a todo Israel, y acamparon en Gilboa.
28:5 Y cuando vio Saúl el campamento de los filisteos, tuvo miedo, y se turbó
su corazón en gran manera.
28:6 Y consultó Saúl a Jehová; pero Jehová no le respondió ni por sueños, ni
por Urim, ni por profetas.
Saúl había
perdido toda comunicación con el Verdadero Dios. Aunque Saúl trató, sus
esfuerzos no pudieron restablecer la comunicación perdida. Así que en su
desesperación, después de haber arrojado de la tierra a todos aquellos que
tenían espíritu de adivinación (v. 3), Saúl en el versículo 7 exige tener una
audiencia personal con una de esas personas.
1 Samuel 28:7 Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que
tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella
pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que
tiene espíritu de adivinación.
Habiendo perdido
su conexión con Dios por desobediencia a la Palabra de Dios, Saúl trata
desesperadamente de obtener sugerencias de parte de Satanás. Satanás puso ideas
en la mente de Saúl porque él sabía que podía influenciar a Saúl a través de un
espíritu de adivinación, y así provocar no sólo la muerte de Saúl, sino también
la muerte de los hijos de Saúl, la destrucción del ejército de Israel y la
desventura de la nación entera.
1 Samuel 28:8-20
28:8 Y se disfrazó Saúl, y se puso otros vestidos, y se fue con dos
hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me
adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te
dijere.
28:9 Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes lo que Saúl ha hecho, cómo ha cortado
de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo
a mi vida, para hacerme morir?
28:10 Entonces Saúl le juró por Jehová, diciendo: Vive Jehová, que ningún mal
te vendrá por esto.
28:11 La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme
venir a Samuel.
28:12 Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a
Saúl, diciendo:
28:13 ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl. Y el rey le dijo: No temas.
¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Saúl: He visto dioses que suben de la
tierra.
28:14 El le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene,
cubierto de un manto. Saúl entonces entendió que era Samuel, y humillando el
rostro a tierra, hizo gran reverencia.
28:15 Y Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Saúl
respondió: Estoy muy angustiado, pues los filisteos pelean contra mí, y Dios se
ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por
sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que
hacer.
28:16 Entonces Samuel dijo: ¿Y para qué me preguntas a mí, si Jehová se ha
apartado de ti y es tu enemigo?
28:17 Jehová te ha hecho como dijo por medio de mí; pues Jehová ha quitado el
reino de tu mano, y lo ha dado a tu compañero, David.
28:18 Como tú no obedeciste a la voz de Jehová, ni cumpliste el ardor de su ira
contra Amalec, por eso Jehová te ha hecho esto hoy.
28:19 Y Jehová entregará a Israel también contigo en manos de los filisteos; y
mañana estaréis conmigo, tú y tus hijos; y Jehová entregará también al ejército
de Israel en mano de los filisteos.
28:20 Entonces Saúl cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las
palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas, porque en todo aquel día y aquella
noche no había comido pan.
Para comprender
los fenómenos que ocurrieron en esta ocasión, uno tiene que saber que cualquier
cosa que ha sido manifestada y que es conocida en el mundo de los sentidos,
está accesible al conocimiento de Satanás.
Todos los hechos
notables enumerados en 1 Samuel eran muy bien conocidos por Satanás. La sesión
con la mujer de Endor es solamente el clímax del engañoso poder de Satanás
operando a través de una mujer que estaba poseída y controlada
por una clase específica de espíritu maligno llamado “espíritu de adivinación”.
Estos espíritus malignos son llamados “de adivinación” porque ellos están bien
enterados y tienen conocimiento de todo lo que ha ocurrido en la vida terrenal
de una persona en el mundo de los sentidos, y por lo tanto aparentan “adivinar”
las cosas.
El hecho
principal que debemos recordar por encima de todo es que Satanás siempre
produce falsificación, nunca nada genuino.
Una falsificación
siempre se parece tan perfectamente a lo genuino que solamente una persona
experta en ese campo específico puede distinguir entre ambos. Por lo tanto, los
engaños de Satanás pueden frecuentemente ser tan efectivos.
Satanás puede
imitar y falsificar cualquier cosa siempre y cuando él esté familiarizado con
el original. Satanás tiene acceso al conocimiento de todo lo que un hombre hace
mientras está en la tierra. Satanás conocía todo lo referente a Samuel: cómo
era su aspecto, cómo vestía, cómo era el timbre de su voz, qué había hecho y
dicho y así por el estilo. Así pues Satanás usó a la “médium” o “bruja”
de Endor, la cual tenía un espíritu de adivinación obediente a su propia
voluntad y disposición, para falsificar a Samuel a través de la materialización
y personificación.
En 1 Samuel 28 no
hay ningún detalle que Satanás no pudiera conocer acerca de la persona y las
circunstancias de Saúl, porque todas estas cosas habían sido dichas
anteriormente excepto la muerte de Saúl, y de todos modos la muerte es de
Satanás, ya que la muerte no estaba dentro de la ecuación de vida de Dios para
el ser humano, “la muerte entró por el pecado”, pecado promovido por Satanás.
Samuel mismo
nunca apareció en las sesiones de Saúl con la profetisa de Endor. Samuel estaba
muerto y no estará vivo hasta la resurrección; pero la mujer de Endor, al estar
controlada por un espíritu maligno de adivinación (en inglés: a familiar
spirit), personificó a Samuel, que estaba muerto, por materialización, a
satisfacción de Saúl y de Satanás.
Si los muertos no
están muertos, entonces Satanás no está falsificando la reaparición de los
muertos cuando los materializa.
Pero, si los
muertos permanecen muertos hasta el retorno o las resurrecciones, entonces
Satanás simplemente está personificando a los muertos por espíritus de
adivinación que moran en las mentes de la gente, operando y controlando al
individuo que poseen, aun al punto de usar sus órganos vocales y cambiar la
apariencia física del poseído. Por estos medios de imitación, Satanás trata de
engañar aun a los escogidos de Dios.
Dado que los
muertos permanecen muertos hasta el retorno de Cristo, todas las
personificaciones de Satanás son fraudes, obra de espíritus de adivinación.
Si los muertos
están vivos, entonces sus reapariciones o materializaciones no son causadas por
espíritus diabólicos. Pero, si los muertos están muertos y permanecen muertos
hasta el retorno de Cristo, entonces cualquiera que alegue lo contrario o que
supuestamente los reproduzca en forma alguna, es absolutamente un fraude. Tales
hechos son perpetrados por Satanás mismo con la finalidad de engañar y obligar
a la gente a alabarle y obedecerle.
H) Estimada es la muerte? Salmo 116:15
Salmo 116:15
Estimada es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.
Una mejor
traducción de la palabra hebrea que ha sido traducida en la versión
Reina-Valera 1960 como “estimada” debiera de haber sido “costosa”:
Salmo 116:15
Costosa es a los ojos de Jehová la muerte de sus santos.
Nosotros hablamos
de un diamante como de una piedra preciosa, lo estimamos porque es costoso y
raro. Mientras más costos sea, más estimado o precioso es. Eso es lo que se
quiere decir aquí, a Dios le cuesta mucho la pérdida de uno de sus santos
cuando muere, ya que en vida estaba trabajando arduamente para la gloria de Dios
y para bendecir a todo aquel que quisiera escuchar.
El contexto de
ese Salmo claramente nos muestra que es una alabanza a Dios por haber librado
repetidas veces a David de la muerte, es una “acción de gracias de David por
haber sido librado de la muerte”:
Salmo 116:3-4, 8-9
116:3 Me rodearon ligaduras de muerte, me encontraron las angustias del
Seol; angustia y dolor había yo hallado.
116:4 Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra ahora mi
alma.
116:8 Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis
pies de resbalar.
116:9 Andaré delante de Jehová en la tierra de los vivientes.
Muy costosa le
hubiera resultado a Dios la muerte de David antes de que hubiera llevado a cabo
sus propósitos en la vida, y lo mismo para cualquier otro creyente. David
necesitaba vivir para alabar a Dios con todos esos Salmos que escribió, en los
cuales se encuentran poderosas profecías de la gloriosa venida de Jesucristo,
de su victoria final. David necesitaba tener descendencia de la cual provendría
ese prometido Mesías.
Salmos 116:5
erróneamente se oye frecuentemente en un funeral cuando un buen hombre de Dios
ha muerto. El ministro dice: “Estimada, buena a los ojos del Señor es la muerte
de esta persona”, “ahora Dios tiene en el cielo un pétalo de rosa más”. Pero
NO!
No es bueno a los
ojos de Dios que su gente se le muera, porque entonces ellos ya no pueden
ayudar a Dios para nada después de muertos. Únicamente cuando estaban vivos
podían ayudar a Dios.
No le cuesta nada
a Dios cuando un incrédulo o un rechazador de Dios muere. De todas maneras
ellos no han hecho nada por Dios. Pero si un creyente muriese, sería costoso
para Dios.
Conclusión:
Ningún pasaje de
la Escritura enseña que haya existencia consciente después de la muerte. El
enseñar y creer que el ser humano no muere realmente, sino que solamente “cruza
la barrera”, entrando a un plano superior de vida en existencia con Dios, es
propagar la mentira original de Satanás en Génesis cuando dijo: “No moriréis”.
La enseñanza de
que cuando una persona muere va inmediatamente a Dios en el cielo es una de las
muchas doctrinas de Satanás y sus ángeles caídos. Tal línea de pensamiento
erróneo puede ser inspirada solamente por Satanás y creída y enseñada por
instituciones clericales venidas a menos y por todas las otras religiones que
son comenzadas y formadas por el hombre natural, y dirigidas por Satanás.
Los hombres sí
mueren y permanecen muertos hasta su futura liberación cuando tenga lugar la
gran reunión de los santos y las resurrecciones. Todos serán entonces
vivificados.
Se habla de la
muerte de los creyentes como de dormir porque en el dormir existe el momento
del despertar. Pero para los incrédulos, los que rechazan a Cristo, los impíos,
su resurrección es temporánea porque se enfrentarán a una segunda muerte
definitiva.
Si deseamos estar
con el Señor, si deseamos tener un lugar en el cielo, si nos interesa ver a
hombres y mujeres en el cielo – nuestros hijos, nuestros seres queridos,
nuestros vecinos – nosotros como cristianos debemos llevar a cabo el ministerio
de la reconciliación y la obra de apóstoles, profetas, evangelistas, maestros y
pastores, como embajadores del Señor Jesucristo. Debemos llevar el Evangelio a
los perdidos a fin de que hombres y mujeres puedan renacer del Espíritu de
Dios. Debemos mostrar nuestro interés como Dios demostró el Suyo:
Juan 3:16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda [por muerte], mas tenga vida eterna.
Esta vida
eterna es a través de aquel que le dijo a Marta lo que relata Juan 11:
Juan11:25-26
...Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá [¿Cuándo? En la resurrección]
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente [después de la
resurrección] ¿Crees esto?
Apocalipsis
21 describe la gloria de la resurrección de la Nueva Jerusalén para los santos
de Dios que volvieron a la vida y fueron transformados con el retorno de
Cristo:
Apocalipsis 21:1-4
21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
21:2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
21:3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con
los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios.
21:4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
Dado que nosotros
los creyentes tenemos esta promesa de la gloria futura, obedezcamos el
mandamiento de 1 Corintios 15:58:
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la
obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en
vano”.
La razón por la
cual nuestro trabajo no es en vano es que Cristo sí resucitó, él sí regresará y
nosotros sí seremos liberados de las fauces de la muerte para disfrutar de la
vida eterna.
Apéndices:
Apéndice 1
La Diferencia
entre “Matar” y “Destruir”
Mateo 10:28 es
una escritura usada para propagar la enseñanza de la inmortalidad del alma inmediatamente
después de la muerte:
Mateo 10:28
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed
más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno [gehenna]
Mateo 10:28
básicamente trata de dos personajes – el hombre y Satanás. Comparemos la
correspondiente referencia de las Escrituras en Lucas 12:4 y 5:
Lucas 12:4-5
Más os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después
nada más pueden hacer.
Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber
quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí os digo, a éste temed.
No hemos de temer
a ningún ser humano, no hemos de temer delante de sus caras, lo que significa
ante su rango, puesto o posición.
La palabra “poder”
(Lucas 12:5) es exousia, que quiere decir “autoridad” o “poder
delegado”. De acuerdo con Génesis 1:28, a Adán se le había dado el gobierno, la
autoridad, el poder y el dominio sobre toda la creación de Dios. En Lucas 12:5,
exousia pertenece a Satanás porque el gobierno original le fue entregado
a él por Adán en su desobediencia, de acuerdo con Lucas 4:6:
Lucas 4:6
“Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos
[se refiere a todos los
reinos de la tierra]; porque a
mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy”.
El hombre no
puede hacerle mayor daño a otro hombre que matarle; pero Satanás puede no sólo matarle
son que puede también destruirle la vida, de manera que en el futuro ese
hombre no estará con el Señor porque ese hombre habrá muerto sin ser salvo. Si
un hombre natural permanece “no salvo”, Satanás habrá triunfado no sólo en
matarle, sino también en destruirle.
Recuerde que
Hebreos 2:14 explícitamente declara que el que tiene el imperio o el poder de
la muerte es el Diablo, el cual será removido de ese “puesto” para ser arrojado
al final, en el lago de fuego y azufre, ya que el último enemigo que será
destruido es la muerte (1
Corintios 15:26).
Dado que Satanás
tiene este poder, él hace lo posible para arreglar la vida de un hombre en el
presente de tal manera que muera sin ser salvo y, por consiguiente, que no
disfrute de ninguna gloria futura.
Una traducción
literal de Mateo 10:28 en correlación con el relato de Lucas 12:4 y 5 es:
“No sientan terror de aquellos cuyas manos pueden matar su cuerpo, los
cuales después de su muerte no les pueden hacer nada más. Pero, estad alerta,
porque ustedes conocen el resultado aterrorizador de aquel, el Diablo, que
tiene la autoridad de echar (destruir) al hombre natural total (de cuerpo y
alma, no salvo) por encima del borde de la destrucción a los fuegos continuos
del desperdicio”.
Apéndice 2
Cuerpo, alma y
espíritu
Formado, hecho
y creado.
Cuando uno no
entiende la diferencia precisa entre estas palabras: cuerpo, alma, espíritu y
sus correspondientes adjetivos: formado, hecho y creado, fácilmente se cae en
confusión.
Bíblicamente
estas palabras se usan con exactitud matemática y precisión científica, y no
son sinónimas ni intercambiables:
Isaías 43:7
[Dios ha dicho:] Todos
los llamados de mi nombre; para gloria mía los he cread, los formé y los hice.
1 Tesalonicenses 5:23
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser:
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo.
Al dar vida a la
humanidad, Dios procedió de la siguiente manera:
(1) Dios formó el cuerpo del
hombre (Génesis 2:7),
(2) Dios hizo el alma del hombre
(Génesis 2:7),
(3) Dios creó al hombre a Su imagen,
que es espíritu (Génesis 1:27 y Juan 4:24).
Dios formó al
cuerpo del hombre de la misma sustancia o elementos que uno encuentra en el
“polvo de la tierra”. Toda sustancia con el tiempo vuelve a su estado original
y el cuerpo, por consiguiente, vuelve al polvo:
Génesis 3:19
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
El alma es el
“aliento de vida” del hombre (Génesis 2:7) y la vida del alma está en la sangre
(Levítico 17:11). Al hombre de cuerpo y alma se le llama en la Biblia, el
“hombre natural”, el hombre de la carne, el hombre carnal, el hombre “animal”.
Al alma se le
llama también “el espíritu del hombre”, por cuanto el alma es vida física y
frecuentemente se hace referencia a ella como “espíritu” en su uso genérico.
Pero el contexto claramente determina si se trata del espíritu de Dios en el
hombre o el “espíritu”, en referencia al “alma” del hombre mismo.
Toda vida es
espíritu, pero no toda vida es espíritu de vida eterna. La vida del alma
es espíritu, pero no eterno; sin embargo el espíritu proveniente de Dios en un
hombre es espíritu de vida eterna. La vida del alma es el espíritu del hombre
que se transmite en el momento de la fecundación, ocasión que comienza la vida
de un nuevo organismo, siendo su resultado final, un descendiente. La
respiración confirma el alma. Cuando cesa la respiración, desaparece la vida
del alma.
En figura de
expresión para comunicar el hecho de alguna manera, la Biblia indica que ser
humano mismo, es decir, la esencia o verdadera identidad de la persona, su
verdadero ser, su pensar, se va a un lugar de reposo en el que duerme, llamado sheol
en hebreo o hades en griego, y no será despertada hasta que Cristo venga
por segunda vez.
Los pensamientos
cesan al morir.
Todo animal
viviente tiene también un alma. En Génesis 1:20, 21 y 24, la palabra “ser” o
“seres”, es la palabra para “alma”. En Génesis 1:30 “vida” es “alma viviente”.
En Eclesiastés
3:21 el “espíritu de los hijos de los hombres” y el “espíritu del animal” es
aliento de vida, es el alma, así como lo es también la palabra “espíritu” en
Eclesiastés 8:8.
¿Puede alguien
ver el aliento de vida? Cuando uno muere, ¿va para arriba o para abajo el
último aliento? ¿Va el último aliento del hombre para arriba y el del animal
para abajo? ¿Cómo puede uno saberlo si no se le puede ver? Sabemos que ningún
hombre puede impedir que se vaya el último aliento; y cuando el aliento se haya
ido, la vida del alma de ese hombre o animal también se habrá ido.
La vida del alma
continúa cuando se transmite a la progenie de una persona. Dios hizo la vida
del alma solamente una vez en el hombre original y nunca la ha vuelto a hacer
en el hombre, excepto en el caso de Su Hijo unigénito Jesucristo, para quien El
creó vida del alma en María (Dios creó el DNA o genes complementarios en el
óvulo de María, por lo que Jesucristo tuvo genes dominantes perfectos, sin tara
o “deficiencia hereditaria” alguna. Jesucristo tuvo una sangre limpia e
inmortal, aún en el plano físico, por lo que él entregó su vida por nosotros,
nadie se la arrebató, él la dio libremente para nuestra salvación. Adán también
tenía una sangre limpia, pero con su traición en contra de Dios al comer de ese
fruto prohibido, su linaje, su genética se contaminó, desde entonces comenzaron
a aparecer los genes recesivos o “deficientes” y la inmortalidad original se
perdió)
Esa misma vida
del alma de Adán está en todos los hombres hoy en día, transmitida de una
generación a otra. Hechos 17:26 dice:
“Y de una sangre [la
de Adán, Dios] ha hecho todo
el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y
les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación”.
En Eclesiastés
12:7 “espíritu” no es vida de alma – el espíritu del hombre:
“Y el polvo vuelva a la tierra, como
era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”.
Aquí la palabra
“espíritu” se refiere al espíritu de Dios sobre (en el Antiguo Testamento) o
dentro del hombre (en el Nuevo Testamento, gracias a Cristo)
Dios creó al
hombre a Su propia imagen, y la imagen de Dios es espíritu:
Juan 4:24
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren”
Juan 3:6
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es.
Dios como
Espíritu puede comunicarse especial y preferentemente con espíritu, de igual
manera que la comunicación sensorial puede establecerse a través de los
sentidos.
El espíritu que
Dios creó originalmente en el hombre fue dado bajo una condición:
Génesis 2:16,17
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás
Cuando el hombre
no cumplió con las condiciones de Dios, él pecó y estuvo muerto en delitos y
pecados, sin esperanza y sin Dios en el mundo (como Efesios 2:12 lo declara)
Dios entonces
había revocado Su don de espíritu y consecuentemente no podía ya comunicarse
tan fácilmente como antes con el hombre, a menos que decidiera concretarse de
una forma u otra en el mundo de los sentidos (zarza ardiente sin quemarse para
Moisés, las letras escritas por una mano que aparecieron en la pared para
condenar al irreverente monarca Babilónico, el asno hablando para Balaam, una
paloma posándose sobre Jesucristo y la voz de Dios declarando: “éste es mi hijo
muy amado en el que me complazco, a él oíd” como señal para Juan el Bautista,
las lenguas repartidas como de fuego para los apóstoles justo en el momento en
el que recibían el don de espíritu santo, etc.)
Al no cumplir con
las condiciones que Dios había prescrito, el hombre se convirtió en un ser
compuesto por solamente dos partes: cuerpo y alma. Se convirtió entonces en un
hombre natural limitado a la información recogida a través de sus sentidos. El
hombre físico tenía la misma apariencia antes y después de perder el espíritu,
pero no era el mismo. El hombre había perdido su comunicación directa con Dios,
y consecuentemente, tenía que vivir exclusivamente con la ayuda defectuosa de
sus cinco sentidos:
1 Corintios 2:12-14
2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el espíritu
que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,
2:13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana,
sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual.
2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.
Después de la
caída original del hombre, hubo veces en que Dios puso de Su don de espíritu
sobre algunos hombres para misiones especiales en momentos especiales, y aún
así, el espíritu estaba sobre ellos solamente “por medida”, en un grado
limitado.
Juan 3:34
Porque el que Dios envió [Jesucristo, su Hijo],
las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida [Dios no da el espíritu a sus hijos en un grado limitado]
Dios nunca puso
plenamente Su don de espíritu en el ser humano sino hasta el día de
Pentecostés. Todos los profetas en el Antiguo Testamento tenían esta unción
especial “por medida”:
Deuteronomio 34:9
Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés
había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e
hicieron como Jehová mandó a Moisés.
Sin embargo, en
el día de Pentecostés, todo creyente por primera vez podía tener el espíritu
proveniente de Dios nacido dentro de sí, de manera que el hombre podía
nuevamente convertirse en un ser de tres partes: cuerpo, alma y espíritu.
Esta “unción” con
espíritu proveniente de Dios coloca al creyente nuevamente en la posición en la
cual Dios puede fácilmente comunicarse directamente con él, quien se ha
convertido en un hombre completo, en un hombre de tres partes. En el momento de
la muerte, este espíritu vuelve a Dios quien lo dio.
De tal manera, ya
que el cuerpo está formado de polvo, debe, de acuerdo a todas las
leyes de la vida, volver al polvo (a no ser que sea transformado en el momento
de la venida de Cristo por su Iglesia, como 1 Cor. 15 y 1 y 2 de Tesalonicenses
nos informan)
El alma
fue hecha en la sangre y deja de existir con el último aliento de un
hombre (aliento o vida de alma que se transmite por el espermatozoide y se
perpetúa en la progenie)
El espíritu
proveniente de Dios es creado en el creyente y al fin de la vida natural
este espíritu creado debe de volver a Dios, de quien es parte (hasta que el
creyente reciba la plenitud de la herencia adquirida, al momento en el que
Cristo venga y le levante con un nuevo cuerpo espiritual, un cuerpo eterno que
jamás se perderá y que le pertenecerá para siempre a cada creyente renacido)
Links para explorar más a fondo el tema tratado
en este apéndice:
http://www.oocities.org/fdocc/wierwille.htm
(en español)
http://www.oocities.org/fdocc3/christ.htm
(referente a aspectos de la genética de Cristo, en inglés)
Apéndice 3
Para llegar más
lejos que las cosas presentadas en este estudio se dan los usos en la Versión
Reina-Valera de dichas palabras.
Sheol (palabra hebrea que significa el ‘dominio
de la tumba’, gravedom en inglés):
65 veces como “Seol”: Gén. 37:35; 42:38; 44:29,31; Núm. 16:30,33; Deut.
32:22; 1 Sam. 2:6; 2 Sam. 22:6; 1 Re. 2:6,9; Job 7:9; 11:8; 14:13; 17:13,16;
21:13; 24:19; 26:6; Sal. 6:5; 9:17; 16:10; 18:5; 30:3; 31:17; 49:14,14,15;
55:15; 86:13; 88:3; 89:48; 116:3; 139:8; 141:7; Prov. 1:12; 5:5; 7:27; 9:18;
15:11,24; 23:14; 27:20; 30:16; Ecl. 9:10; Cant. 8:6; Is. 5:14; 14:9,11,15;
28:15,18; 38:10,18; 57:9; Ez. 31:15,16,17; 32:21,27; Os. 13:14,14; Am. 9:2; Jon.
2:2; Hab. 2:5.
Hades (palabra griega que significa el ‘dominio
de la tumba’, gravedom en inglés):
10 veces transliterada como Hades: Mt. 11:23; 16:18; Lc. 10:15; 16:23; Hch. 2:27,31; Ap. 1:18; 6:8; 20:13,14.
1 vez traducida como “sepulcro”: 1 Cor. 15:55
Qeber (palabra hebrea que significa ‘un lugar
para sepultar cuerpos muertos’, grave en inglés):
61 veces “Sepulcro” o “Sepulcros”: Gén. 23:6,6; 47:30; 50:5; Éx. 14:11;
Núm. 19:16,18; Jue. 8:32; 16:31; 1 Sam. 10:2; 2 Sam. 2:32; 3:32; 4:12; 17:23; 19:37;
21:14; 1 Re. 13:22,30,31; 2 Re. 9:28; 13:21; 21:26; 22:20; 23:6,16,16,17,30; 2
Crón. 16:14; 21:20; 24:25; 26:23; 28:27; 32:33; 34:4,28; 35:24; Neh. 2:3,5;
3:16; Job 3:22; 17:1; 21:32; Sal. 5:9; 88:5,11; Is. 22:16; 65:4; Jer. 5:16;
8:1; 20:17; 26:23; Ezeq. 32:22,23,23,24,25,26; 37:12,13; Nah. 1:14.
19 veces “Sepultura” o “Sepulturas”: Gén. 23:4,9,20; 35:20,20; 49:30;
50:13; Deut. 34:6; Job 5:26; 10:19; Ecl. 6:3; Is. 14:19,20; 22:16; 53:9; Jer.
22:19; Ezeq. 37:12,13; 39:11.
1 vez “ser sepultado”: 1 Re. 14:13.
Mnemeion (palabra griega que significa el ‘un
lugar para sepultar cuerpos muertos’, grave en inglés):
47 veces “Sepulcro” o “Sepulcros”: Mt. 8:28; 27:52,53,60,60; 28:8; Mc.
5:2,3,5; 6:29; 15:46,46; 16:2,3,5,8; Lc. 8:27; 11:44,47,48; 23:53,55; 24:1,2,9,12,22,24;
Jn. 5:28; 11:17,31,38; 12:17; 19:41,42; 20:1,1,2,3,4,6,8,11,11; Hch. 2:29;
7:16; 13:29.
1 vez “Monumentos”: Mt. 23:29.
1 vez “sepultados”, en la frase “ser sepultados” (literalmente: “ser
puestos en sepulcros”): Ap. 11:9.
Apéndice 4
Para llegar más
lejos que las cosas presentadas en este estudio se dan los usos en la Versión
Reina-Valera de dichas palabras.
Thanatos, el fin natural de la vida, es el estado
del hombre que resulta a causa del pecado. Se usa en:
119 veces: Mt. 4:16; 10:21; 15:4; 16:28; 20:18; 26:38,66; Mc. 7:10; 9:1;
10:33; 13:12; 14:34,64; Lc. 1:79; 2:26; 9:27; 22:33; 23:15,22; 24:20; Jn. 5:24;
8:51,52; 11:4,13; 12:33; 18:32; 21:19; Hch. 2:24; 13:28; 22:4; 23:29; 25:11,25;
26:31; 28:18; Rom. 1:32; 5:10,12,12,14,17,21; 6:3,4,5,9,16,21,23;
7:5,10,13,13,24; 8:2,6,38; 1 Cor. 3:22; 11:26; 15:21,26,54,55,56; 2 Cor.
1:9,10; 2:16,16; 3:7; 4:11,12; 7:10; 11:23; Fil. 1:20; 2:8,8,27,30; 3:10; Col.
1:22; 2 Tim. 1:10; Heb. 2:9,9,14,14,15; 5:7; 7:23; 9:15,16; 11:5; Stg. 1:15;
5:20; 1 Jn. 3:14,14; 5:16,16,16,17; Ap. 1:18; 2:10,11,23; 6:8,8; 9:6,6; 12:11;
13:3,3,12; 18:8; 20:6,13,14,14; 21:4,8.
Tartaroo (Tártaro), que se usa solamente una vez:
en 2 Pedro 2:4:
“Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos
al infierno [tartaroo] los entregó a prisiones de oscuridad,
para ser reservados al juicio”.
Judas 6 ha de tomarse en cercana consideración junto con 2 Pedro 2:4.
Solamente los espíritus malignos que corrompieron la tierra antes del diluvio
(los ángeles que pecaron abandonando su propia habitación, yendo en pos del
sexo, aún de un sexo de diferente naturaleza: homosexualidad, con animales,
etc.) son los mencionados aquí en el tartaroo, “en prisiones de oscuridad, para ser reservados
al juicio”. Tartarus (Tártaro) marca los límites de esos espíritus
malignos. En 2 Pedro 2:4 la palabra tártaro, “arrojar al infierno”, se
usa en su forma tartarosas, que es el participio nominativo singular
masculino en el primer tiempo aoristo, lo cual indica una acción de solamente
una instancia y con resultados que continúan (nosotros, los creyentes renacidos
del espíritu de Dios vamos a juzgar a estos ángeles: 1 Cor. 6:2-3 ¿O no sabéis
que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por
vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que
hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?)
1 Pedro 3:18-20 se refiere al otro grupo de espíritus rebeldes, activos al
momento mismo del diluvio, los cuales ocasionaron el diluvio y que ahora se
encuentran “encarcelados”, y ante los cuales se presentó Jesucristo resucitado
como evidencia de la total derrota de Satanás y de estos espíritus encarcelados
y de la victoria total del Salvador de esa porción de la humanidad que ha
creído en él.
Links en donde se
pueden encontrar más detalles de esta parte del Apéndice 4:
http://www.oocities.org/plin9k/indexbr.htm
Gehenna siempre se traduce “infierno”, un lugar
de tormentos:
12 veces: Mt. 5:22,29,30; 10:28; 18:9; 23:15,33; Mc. 9:43,45,47; Lc. 12:5;
Stg. 3:6.
Abaddon, palabra hebrea transliterada
directamente al español como “Abadón”:
6 veces: Job 26:6; 28:22; 31:12; Sal.
88:11; Prov. 15:11; 27:20.
Abussos es una palabra griega que siembre se
traduce “abismo”, palabra castellana derivada directamente de aquella:
9 veces: Lc. 8:31; Rom. 10:7; Ap.
9:1,2,11; 11:7; 17:8; 20:1,3
El abismo es un
lugar de tormento en donde están confinados algunos diablos en este momento.
Unos diablos le rogaron a Cristo que no los mandase ir al abismo ni que los
atormentara antes de su tiempo (Mt. 8:29; Mc. 5:7; Lc. 8:26-31)
En dos ocasiones
se dice que el espíritu del anticristo sube del abismo (Ap. 11:7; 17:8)
El abismo es la
prisión donde Satanás (¿y sus ángeles?) estará atado en cadenas por mil años
(Ap. 20:1-7)
El lago de fuego
se encuentra cinco veces: Ap. 19:20; 20:10,14,15; 21:8. No hay ningún relato
que diga que alguien esté ahora en el lago de fuego. Coteje Ap. 19:20;
20:10-15.
Apéndice 5
¿Es posible que un cristiano reciba lenguas falsas o un espíritu falso cuando esté creyendo para recibir el espíritu santo?
La respuesta es
un resonante y sonoro ¡“NO”! De hecho, hablar en lenguas es básicamente
la única manifestación que Satanás no puede falsificar. ¿Dónde hay un capítulo
o versículo que indique que un cristiano puede obtener lenguas falsas? Esa es
una idea irracional, pues el Padre amoroso cuida de Sus hijos y está listo con Su
poder para protegerlos del poder del enemigo. Con las Escrituras como nuestra
regla de creencia y práctica, la Palabra contradice el pensamiento malévolo de
que lenguas falsas provengan del Espíritu Santo.
Lucas señala muy
enfáticamente que Dios no le daría a Sus hijos un sustituto dañino o sin valor
en vez del pneuma hagion (espíritu santo):
Lucas 11:11-13
11:11 ¿Qué padre de vosotros, si su
hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le
dará una serpiente?
11:12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo [pneuma hagion] a los que se lo
pidan?
La verdadera esencia de Dios es amor. ¿Puede alguna persona cuerda concebir que un Padre amoroso, que es omnisapiente y todopoderoso, le dé a su hijo hambriento y creyente un sustituto falso y dañino? Hay cientos de escrituras que indican que Dios busca sólo el bienestar y la bendición de Sus hijos.
Echen a un lado para siempre la idea repulsiva de que Dios permitirá a Su hijo recibir cualquier cosa falsa. No le presten ninguna atención a nadie que sugiera miedos y dudas que no están en las Escrituras.
El don de espíritu santo, así como el don de la salvación, está disponible a todo creyente hoy. Los dones de Dios están disponibles a todos y para todos los creyentes que deseen recibir y sepan cómo recibir.
El espíritu santo nunca se recibe de acuerdo al estado de santidad o la bondad de carácter cristiano. El espíritu santo es un don, y cada don de Dios es por gracia y se recibe por creencia, no por obras. Se tiene más fuerza para ser bueno después de haber recibido el don de espíritu santo proveniente de Dios.
El movimiento poderoso proveniente del Espíritu será expresado en todas las nueve manifestaciones alguna que otra vez y el hablar en lenguas es una de estas nueve manifestaciones. Nadie que conozca la maravillosa Palabra de dios desearía el don de Dios sin hablar en una lengua, pues las bendiciones son innumerables, y nos atañe seguir los mandamientos de la Palabra de Dios en todas las cosas. El creyente que nunca ha hablado en una lengua ha dejado de hacer su parte en manifestar el don que ya ha sido dado. Por medio de la operación de creencia él recibe a través de esta manifestación el beneficio de su propia edificación espiritual.
Dios dio el don de espíritu santo de una vez y para siempre. Muchos seres humanos, por una acción de creencia han recibido en manifestación el espíritu que Dios hizo disponible en Pentecostés. Necesariamente hay una acción para recibir de parte de cada creyente, y la manifestación externa del haber recibido el don es la acción de hablar en otra lengua.
La acción de hablar en lenguas es una acción voluntaria de parte del creyente. Él tiene el don, que es la habilidad espiritual. Por lo tanto, si sabe lo que la Palabra enseña, puede empezar a hablar y dejar de hablar en cualquier momento en que él así lo escoja.
Pablo exhortó a todos los creyentes a hablar en lenguas para su edificación, y a reconocer que las cosas que él escribió en sus epístolas eran los mandamientos del Señor (1 Cor. 14:4,5,37)
En adoración pública, en la Iglesia, la misma persona que habló públicamente en lenguas, debe de dar la interpretación o de otro modo permanecer en silencio. El orden y los detalles para hablar en lenguas en adoración pública están dados claramente en 1 Cor. 14:27 y 28. En los grupos en los que la práctica de que una persona hable y otra interprete, no hay interpretación de aquello que ha sido hablado en lenguas, sino palabra de profecía de parte del, en esos grupos llamado, “intérprete”.
Link para ver más detalles de éste apéndice:
http://www.oocities.org/fdocc/leng1.htm
Apéndice 6
Parousia
Parousia es una palabra griega que siempre demuestra la presencia personal de aquel de quien se habla, por lo que no solamente se usa sobre la venida de Cristo por su Iglesia. Las siguientes escrituras son todos los lugares de su uso en el NT:
24 veces: Mt. 24:3,27,37,39; 1 Cor. 15:23, 16:17; 2 Cor. 7:6,7; 10:10; Fil. 1:26; 2:12; 1 Tes. 2:19; 3:13; 4:15; 5:23; 2 Tes. 2:1,8,9; Stg. 5:7,8; 2 Pe. 1:16; 3:4,12; 1 Jn. 2:28.
Lecturas
Recomendadas:
Un libro de
interés en este asunto es El Fraude Cautivante, en el que desde 1966 su
autor, Raphael Gasson, quien fuera un Judío-Espiritista, ahora convertido a Cristo,
relata lo que Dios en Su Palabra ya nos ha dicho. El espiritismo es una
falsificación. Sin embargo hay naciones que son regidas por el espiritismo;
hombres de gobierno son usados por Satanás, como también lo son personas en
cualquier ocupación o grupo económico que buscan información de los médiums,
espiritistas (o “espiritualistas”, como les gusta ser llamados en inglés: “spiritualists”)
o sensitivos. Esos sensitivos dan información que estará correcta
en algunos puntos; pero justo cuando una persona necesita conocimiento sólido,
la información de los sensitivos falla y la persona que busca
conocimiento falla también.
Los siguientes
son links a fragmentos significativos de ese y de otros libros
relacionados (en inglés):
http://www.oocities.org/fdocc3/gasson.htm
http://www.oocities.org/fdocc3/mc.htm
http://www.oocities.org/fdocc3/spiritism.htm
Referencias: Fragmentos y Consideraciones Basados en mis
Notas Personales Relacionadas con el Libro “¿Están Vivos Ahora los Muertos?”;
“La Palabra Correctamente Dividida”, y “En su Contexto”, del Libro “Poder Para
la Vida Abundante”, y “Algunas Preguntas Contestadas”, del Libro “Recibiendo el
espíritu santo Hoy”, todos ellos trabajos del Dr. Victor Paul Wierwille.
Tasters of the Word (YouTube), videos recientes: "Astronomía y Nacimiento de Jesucristo: Once de Septiembre Año Tres A.C.", "Estudio sobre Sanidades" (en 20 episodios), "Jesus Christ, Son or God?" and "We've the Power to Heal":
Tasters of the Word (the blog, with: "Astronomy and the Birth of Jesus Christ"):