Capítulo primero. Cómo Filoculo propuso la primera quistión de la guirnalda de flores. (de Laberintos de amor, de Boccaccio)

 

En la ciudad donde yo nascí se celebrava un día una gran fiesta en la qual se juntaron muchas damas y galanes. Yo que en ella me hallé e mirava lo que passava, vi que dos mancebos de buena disposición miravan una gentil dama que en la fiesta estava, y en sus requiebros nadie podía conocer quál de los dos más la amava, ni a qual ella tenía por más servidor. Lo qual ellos trabajavan de saber por quántas maneras podían. E después de muy mirada, visto que no hazía más favor al uno que al otro, començaron passo entre sí a hablar en ella, y a lo que pude entender de su plática cada uno se loava que la dama le amava más, y para en prueva alegavan los favores antes rescebidos. Los quales aviendo gastado lo más del día en esta porfía, y llegados sobre ella quasi a desonrarse, visto que no era bien lo que hazían por ser en mucho perjuyzio suyo y en disfamia de la dama, dexaron la porfía e fuéronse para su madre de la dama, que allí en la fiesta estava, y en conformidad los dos le dixeron que a todos era notorio y ella bien sabía quánto ellos amavan a su hija, y quán bien a los dos les parescía que desseavan mucho saber quál de los dos le parescía a ella mejor. Por tanto que le suplicavan les hiziesse merced preguntándoselo de sacarlos desta dubda porque entre ellos mayor escándalo no se recreciesse. La madre, reyendo de la demanda, dixo que le plazía. Y llamando ante sí a su hija mandóle que, pues los dos la amavan, que los certificasse por palabra o por seÒas de lo que desseava saber porque del amor, que siempre debe nacer concordia, no naciesse su contrario. La hija respondió que assí lo haría. E mirando, los vido que el uno tra&yacutea en la cabeça una guirnalda de flores, y quel otro no tra&yacutea ninguna. Ella, que también tenía en su cabeça otra, quitósela e púsola al galán que es/aiijv./tava sin guirnalda. E tomó al otro la que tra&yacutea, e púsosela a ella sobre su cabeça, dexándole sin guirnalda, y hecho esto bolvióse a la fiesta, diziendo que ya avía hecho lo que su madre mandó y ellos desseavan saber.

Los galanes tornaron a su primera porfía, teniéndose cada qual por más favorescido de lo que la dama avía hecho. Aquél cuya era la guirnalda que ella llevó dezía: "Cierto la Dama me quiere más que a ti, que no por otro fin tomó mi guirnalda, sino porque le agradan mis cosas y por tener ocasión de serme obligada, y a ti te dio la suya por despedida, por no ser ingrato al amor que le tenías, porque este amor no quedasse sin algún galardón te la dio en último pago y remuneración delo que avías querido". Replicava el otro: "Antes al contrario, porque hágote saber que ella más ama tus cosas que tu persona. Y esto se prueva pues vemos que te las toma, e a mí quiere más que a las mías pues me dio las suyas que no es señal de despedida el dármelas como tú dizes, antes es principio de amistad y de amor, que la merced siempre haze subjeto al que la rescibe. Porque quien recibe merced de otro, por respecto della se haze subjeto. Y ella no me quisiera obligar a su servicio si yo no le estuviera. Que tú ¿cómo puedes pensar que tomándote a los principios lo tuyo, que jamás te dará de lo suyo?". Arguyendo el uno con el otro de aquella manera estuvieron por gran rato, y fuéronse de la fiesta sin derterminación alguna.

Yo con desseo de sabella, pues vuestra alteza ha o&yacutedo la relación, le suplico que determine a quál de los dos galanes mostró la dama más amor en lo que hizo.

 

Sumario de la primera quistión.

Vi que en una fiesta estavan

dos galanes e una dama

e conoscí que la amavan

y entendí que porfiavan

/aiiijr./a quál de los dos más ama.

Ella por lo declarar,

al uno le vi tomar

la guirnalda que traya

y aquel que no la tenía,

la suya le he visto dar.

Mandaldo determinar.

Capítulo.ij. Responde la reyna a la quistión.

 

Con ojos risueños y amorosos se bolvió la reyna a Filoculo, y sospirando le dixo: "Cavallero, gentil ha sido vuestra quistión, y cierto la dama se uvo con los galanes sabiamente, y ellos cada uno defendió bien su causa. Mas porque me pedís qué es lo que yo della determinaría, os respondo que me paresce, e assí debe parecer a qualquiera que bien lo mirare, que la dama amava al uno y al otro no aborrecía, mas por tener su entendimiento encubierto hizo dos autos contrarios como parece, e no sin causa, que fue por ganar más firme el amor del que ella amava, e no perder el del otro, y esto hizo como sabia. Pues tornando a la quistión que es a quál de los dos mostró más amor, digo que al que ella dio su guirnalda, y ésta es la razón. Qualquier persona que ama a otra, por la fuerça del tal amor se le obliga assí fuertemente que sobre todas las cosas dessea complazer a aquella sin otra dádiva ni servicio alguno, y esto manifiesto, pero vemos quel que ama trabaja con diversos modos de agradar a quien ama en qualquier manera que puede. Para tener más osadía de pedille questo sea como digo, el exemplo de la reina Dido lo muestra: la que vencida del amor de Eneas, después de averle fecho muchos presentes e fiestas, tuvo atrevimiento ella misma de pedirle /aiiijv./ su amor, y por esto la dama, a quien más amava trabajó de más obligar, de do se sigue que el que recibe la guirnalda fue más querido de la dama".

Capítulo tercero. Cómo Filoculo contradize a la reyna.

De loar es la respuesta de vuestra alteza. Pero maravíllome de lo que ha determinado de mi quistión porque yo al contrario juzgara, pues que es regla general entre los amadores siempre holgar de traer sobre sí alguna joya o empresa de quien aman, y aquélla tienen en más que quanto poseen y trayéndola se les alegra y esfuerça el coraçón. Que Paris, como avréys oydo, pocas o ningunas vezes entrava en las ásperas e crudas batallas contra los griegos sin llevar alguna empresa o sobre seÒal que Elena le oviesse dado, creyendo valer más llevándola que sin ella, y según mi juizio su pensamiento no era vano, por lo qual yo digo, como dixistes, que fue sabia la dama en no determinar pues conociendo que los dos la amavan y que no podía ella amar más de al uno porque el amor es cosa invisible, quiso galardonar al uno del amor que la tenía porque el tal amor no quedase della sin galardón; y al otro, a quien ella amava, quiso dar osadía e firme esperança de su amor tomándole de la cabeça la guirnalda y poniéndosela a sí misma sobre la suya, y en tomársela manifestó que le quedava obligada por ella, y por esto según mi juyzio más amor mostró aquí a quien la guirnalda tomó, que no a quien ella dio la suya.

Capítulo quarto. Cómo la reyna /[avr.]/ tornó a determinar que mostró más amor a quien dio que a quien tomó.

"Bien me contentarían vuestros argumentos si en ellos no os contradixéredes. Dezidme cómo puede caber en una cosa el verdadero amor y el robar. ¿Cómo podéys mostrar que yo quiero más a la persona que tomó lo suyo que a quien doy de lo mío? E lo que veemos cada día puede bastar por enxemplo qué tienen por más privados y más amados de los señores a los criados a quien hazen mercedes, sino a quien no las hazen, y les toman lo que tienen. Paréceme a mí que era más querido aquél a quien dieron, que no aquel a quien tomaron. Bien conozco que a la presente quistión y a nuestra determinación se pudieran hazer más argumentos y responder a ellos. Pero al fin se vernía a concluyr en lo que yo he dicho. E porque el tiempo no se deve gastar en sola una cosa sin más debatir en esta, sería bien que escuchemos a los otros." Filoculo, satisfecho, calló besando las manos a la reyna porque assí se hiziesse.

Sumario de la respuesta de la primera quistión.

Por lo questá respondido,

el argumento conviene

creer que está conoscido

que a quien dan es más querido

que a quien toman lo que tiene.

/[avv.]/ Pues yo determino en esto

que a quien la guirnalda a puesto

ha mostrado más amor

que no al otro servidor,

que le dexara descompuesto.