El poder de atracción del autor de torito bravo vive
un momento álgido. a su alrededor, gravitan su hijo, Javi Cantero, y otros
satélites.
Aunque
resulte difícil de creer, El Fary es el artista más ‘indie’ de España.
Tiene compañía propia, con la que graba sus propios discos, descubre nuevos
talentos (novísimos, como Melody, 10 añitos de cantante con un exitazo
ya a sus espaldas: ‘El baile del gorila’) y ha producido, por la vía biológica
al menos, a una nueva estrella que lleva su apellido. Luis Cantero, alias
‘El Fary’, es el padre de Javi Cantero, al que aún no se le ha adjudicado
apodo, pero que ya ha grabado su primer elepé que lleva por título su
propio nombre.
Jersey gris perla de punto metido
por dentro de un pantalón vaquero negro y botines de chúpate la punta
con un tacón de vértigo. El dueño de ese estilismo pasea sus 64 primaveras
por un polígono industrial de Madrid cercano a San Blas. Le acompaña un
chaval de 18 tacos de pelo largo, pendiente en una oreja y cadenón de
oro del que cuelga un rostro de Cristo del tamaño de una moneda de 500
‘pelas’. El mismo chaval que ha compuesto una letra en la que se dice:
“Y le digo a mi papá: / otros días me he tomado algo, / pero es que hoy
/ no he bebido nada”. Junto a ellos está uno de los responsables de la
‘disquera’ (Muxxic), que ha grabado el primer trabajo del jovenzuelo,
fiscaliza con su presencia todo lo que va a ocurrir. Se trata de realizar
una sesión fotográfica que ilustre el universo Fary. La revolución en
el polígono.
Las primeras fotos se toman en
un conocido restaurante de la zona. Padre e hijo son recibidos como si
la mismísima Madonna se paseara por Recoletos. “Si lo sé, hubiera ido
a la peluquería”. Palabras de una señora que insiste en fotografiarse
con sus ídolos. “A ver si nos vemos en uno de los puestos de caza, la
cosa está de tórtolas hasta arriba”, le suelta al Fary un mecánico de
un taller cercano. Casualidades de polígono, son compañeros cazadores.
Entre toma y toma, el Fary saca un peine del bolsillo posterior de sus
‘jeans’. El flequillo del Tony Manero de Las Ventas se ve azotado por
la brisa ‘marina’ del polígono. La pareja posa frente a un Rolls Royce
descuartizado en un taller; frente a un cartel de menú del día; frente
a una plancha metálica que pasaba por allí; tomándose unas ‘coca-colas’
en la barra de un restaurante. Prueba superada. El aire del polígono queda
perfumado con el inconfundible olor a fenómeno popular.
Y es que hay que reconocerle
el nivel de fenómeno a este hombre que recibió su mote por “imitar a Rafael
Farina”, como él mismo reconoce, desde sus principios hace ya 33 discos
y 40 años de vida musical. Ha montado una discográfica independiente llamada
Carabirubí con la que no sólo ha producido su último trabajo, ‘Sin trampa
ni cartón’; también se enamoró del desparpajo de una niña de 10 años de
Sevilla que ha logrado situar su primer trabajo ‘De pata negra’ en el
número 15 de la lista de superventas. Más todavía. Este hombre hizo caso
a Conchi, su mujer, y cierto día se detuvo frente a la puerta cerrada
de la habitación de su hijo mayor, que se escondía de su progenitor. “Me
daba mucha vergüenza que mi padre me escuchara cantar”, afirma Javi Cantero.
“¿Pero tú has escuchado al niño?”, dice El Fary que le dijo su mujer.
“Me daba mucho miedo que el Ratón (así llama cariñosamente a su hijo)
hiciera el ridículo”, sentencia.
Salvando por medio de un teléfono
la distancia que separa el polígono de Dos Hermanas, esa localidad a la
que los sevillanos se refieren con el cariñoso nombre de “cuatro tetas”,
Melodía Ruiz Gutiérrez, alias ‘Melody’, dice: “Si es que es un señor muy
cariñoso, le gustan mucho los niños y es mi descubridor. Me pasé cinco
meses en su casa y me encantaba decirle: ‘Fary, pon ese pedazo de disco
que has hecho o el del Javi en el casete’, cuando me llevaba en su Mercedes
500 de color gris”. Un amor de cría, la verdad.
El Fary prefirió pasarle a su
hijo a Muxxic, antes que producirlo él. “Ellos saben muy bien los cominos
que entran en un cuarto kilo”, sentencia para justificar el hecho. “La
niña es un pedazo de artista”, dice refiriéndose a Melody. “Y yo estoy
preparando un disco”, en referencia a sí mismo. Los tres son como pan
tierno. Los tres parecen buena gente. Los tres, parte del universo Fary.
Javi
Cantero sonríe a la cámara, mientras su padre se acicala.
Fiestas patronales de San Antolín
De coplas con El Fary
El popular cantante se enfrentó a un sonido escaso y el numeroso público bailó como pudo el 'Torito bravo'
Texto
de Roberto Terne. Fotografías de Ricardo Otazo.
De blanco radiante para que se le viera. Sonriente, feliz y cercano al
público, Luis Cantero alias El Fary salió anoche al escenario de la Plaza
Mayor con ganas. Hacía mucho que no venía a Valladolid. Casi ni se recuerda
su anterior visita a la ciudad a finales de los años setenta, cuando su
patrimonio artístico era sólo del privilegiado sector de las casettes
y de las gasolineras. Sin embargo, anoche, bajo la presentación de la
Cadena Cope, El Fary tuvo a sus pies a un público tan mayoritario como
diverso. Desde chavales que le descubrieron gracias a Torrente, hasta
cuadrillas de matrimonios ansiosas por bailar la del 'Torito bravo'.
Desgraciadamente, lo que se avecinaba como una de las noches más auténticas,
populares y también divertidas de las fiestas, acabó quedándose a mitad
del camino esperado. Durante la primera parte del concierto, el volumen
del sonido fue tan escaso que provocó las protestas del público situado
en las medias filas. Afortunadamente, desde la mesa de sonido se solucionó
algo la cuestión, pero... ya habían transcurrido más de tres cuartos de
hora de concierto. No fue lo esperado. Está claro que la música de El
Fary no exige los watios de la 'Paradance', pero sí requiere –como la
de cualquier artista– un volumen lo suficientemente alto como para que
sus canciones se vivan con alegría y jolgorio, no con la concentración
del que quiere, pero no puede oir.
Fiesta final
A pesar del desencanto inicial, el artista logró finalmente hacerse con
el público. Los watios fueron apareciendo ligeramente y las coplas de
El Fary consiguieron retomar cuerpo. No faltaron sus 'hits'. Hubo canciones
dedicadas a todos y todas. A mujeres celosas y campeones del salto del
tigre. A camioneros, taxistas y marineros. A toros sementales y aspirantes
a cantantes. A amas de casa y chiquillos en celo. Son los personajes de
las canciones de El Fary, que anoche salieron de su cancionero de coplas
para intentar divertirse con el pueblo. Y al final, todos parece que lo
lograron a pesar de las adversidades. Claro, que para combatir contra
lo que nos echen, El Fary tiene rodaje y simpatía a raudales. Bien vale
una sonrisa del señor Cantero y unos cuantos piropos lanzados a los pucelanos
para cerrar la noche con dignidad.
Esperemos que no pasen otros veinte años para volver a ver a El Fary.
Y si viene pronto, que el sonido haga justicia. La espinita de ayer noche
es lo bastante considerable como para que sus crecientes fans reclamen
una revancha cercana.
Menudos son...
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EN CAMISA DE ONCE VARAS / Luis Cantero El Fary
«Los que
me dicen piropos son de la ONCE»
Para comprobar que El Fary es incombustible, sólo hace falta mirarle los botines, como los de aquel «Torito bravo» que le hizo popular. El cantante del barrio de Las Ventas acaba de autoeditarse su disco «Sin trampa ni cartón». Y así asegura que es él.
CRISTINA FALLARAS
Si algo tenía
claro El Fary es que iba a conseguir que los miembros de su familia durmieran
cada uno en una cama. Acertó, y se convirtió en uno de los galanes más
atípicos de la llamada canción ligera. Todo porque, asegura, no conoce
la envidia y, muy de lejos, el miedo. Será por eso que sale al escenario
al grito de «¡torero, torero!».
Pregunta. ¿Le tentó a usted
el toro?
Respuesta. Creo que el cincuenta
por ciento de los españoles nos hemos sentido toreros y con la toalla
en el baño hemos pegado algún lance. Yo, además, nací en Las Ventas y
mi padre era un aficionado enorme. El pensaba que yo podía ser torero,
porque daba un muletazo a cualquier cosa que veía.
P. ¿Qué les envidia a los
toreros?
R. Nada. Les admiro al máximo,
porque yo no sé qué significa la palabra envidia, lo digo con el corazón.
Es una de las profesiones de más mérito. Llegar a figura en cualquiera
de los campos que te metas es realmente difícil, pero sobre todo en el
toreo.
P. ¿Qué se lo impidió a usted?
R. Mi meta y mi sueño era
conseguir que pudiéramos dormir cada uno en una cama, pero el toreo era
una profesión muy difícil. Y, además, dicen que los buenos toreros se
crecen una cuarta a la hora de matar, y yo necesitaba al menos dos más.
P. ¿Hay algo que dé más miedo
que estar delante de un toro?
R. Sí, la traición de cualquier
persona. Y el hambre. Dicen que más cornás da el hambre, y figúrate si
yo las he sentido en mis costados. Soy una persona valiente, he tenido
miedo a pocas cosas.
P. ¿Se ha sentido muchas
veces traicionado?
R. En algunas ocasiones.
Cuando haces las cosas con el corazón, te entregas y a veces la gente
no lo sabe entender y no corresponde. Eso me ha hecho mucho daño. Pero
sigo siendo el mismo, porque a mí el Cambridge de la calle me ha enseñado
a conocer bastante bien a la gente.
P. Tiene usted fama de conquistador.
R. La fama no me la puedo
quitar, pero es sólo fama. Ojalá me hubiera comido todo lo que me atribuyen.
Como hombre, uno ha intentado estar ahí, porque para el hombre no hay
mejor cosa que una conquista. Pero me atribuyen muchas cosas...
P. Por algo será.
R. Incluso se llegó a decir
que si tuve algo con Ava Gardner. Por nada del mundo, no me hartaré nunca
de decir que ojalá me hubiera tocado esa breva, pero que no. Ya dije que
sólo había pasado una noche de juerga con ella.
P. ¿Le piropean mucho?
R. Algunas cosas me han dicho,
pero siempre he pensado que la gente que me dice piropos pertenece a la
ONCE. Pero siempre es actuando. Hay artistas que creen que tienen derecho
a que la gente vaya a verlos y se abomban, se sienten por encima. Yo nunca,
al revés, siempre agradezco un consejo.
EDUCACION
P. Y a sus hijos, que ya
tienen lo que usted quería darles, ¿qué les aconseja?
R. Desde muy niños les he
hecho ver que hay mucha gente que no tiene lo que ellos tienen. Que sean
sencillos. Que no sean imbéciles, claro, que una cosa no quita la otra,
pero que no miren nunca por encima a sus semejantes. Sobre todo, que no
se abomben nunca. Pero he tenido la enorme suerte de que ellos no se han
abombao nunca.
P. ¿Qué es lo más difícil
a la hora de educar a un hijo?
R. Es difícil siempre, pero
yo lo tengo más difícil todavía, por esas carencias que tengo, que no
he ido nunca a la escuela. A mí, a veces, me traen las notas y me da mucha
pena no poderles solucionar ciertas cosas, como otros padres que están
preparadísimos. Por eso yo admiro siempre a las buenas personas, pero
valoro muchísmo a la gente que está preparada.
P. ¿Cómo le han salido?
R. Uno, el pequeño, un fenómeno
estudiando. El mayor, menos. Pero tengo la suerte de que canta enormemente
bien. Es un fenómeno, y espero que para el año que viene ya le tengamos
un disco en la calle.
P. ¿No será amor de padre?
R. No, hombre, no. No se
me ocurriría a mí, conociendo este mundo como lo conozco, si no le viera
unas posibilidades tremendas. Ha salido a su madre, es guapísimo, pero
si sólo fuera un chico de marketing yo no lo metía.
P. Y como padre, ¿ha tenido
miedo de que le salgan mal?
R. Mucho, mucho, mucho. Porque
yo también he sufrido en mis carnes el azote de esta lacra que hay que
es la droga, y de que un hijo se te escape de las manos. ¿Cómo no voy
a tener ese temor? No se lo desearía a nadie en el mundo. Hay que darles
confianza a los hijos, pero a distancia estar siempre vigilante. Es muy
fácil que un chaval que todavía no sabe lo que quiere, de adolescente,
se deje llevar por los amigos, y en un momento dado se te va de las manos.
P. ¿Cómo se evita?
R. A mí mis hijos me han
entendido muy bien y he intentado hablarles muy claro de eso. Pero es
normal que se tenga un temor enorme, sobre todo en esta época tan terrible
para eso.
LEGALIZACION
P. ¿A qué cree usted que
se debe?
R. Han sido cuarenta años
de represión y luego ha venido la democracia con una gran apertura, y
digo yo que se llegará a asimilar todo esto más tranquilamente. Los chavales,
poco a poco, llegarán a entender que la droga no lleva a ningún sitio.
P. ¿Hay soluciones?
R. Lo que más perjudica a
las criaturas es eso de que cueste tan cara. Si la droga se vendiera libremente,
a tus hijos no se la iba a ofrecer nadie. Podrías decirles que no fueran
a comprar una cosa que se llama heroína o cocaína o como sea, porque es
veneno, de la misma forma que no les da por comprar arsénico.
P. ¿Legalizar la droga mejoraría
la situación?
R. Sería mejor para todo
el mundo. No habría robos. Se eliminaría la delincuencia que trae consigo
y que la gente entrara en la droga. Si los drogadictos sólo quieren vivir
su vida, quienes la venden son los que viven de eso, los que tienen intereses.
Estaría bien que pudieran hacer un debate con esto y dejarlo libre.
P. ¿Se le puede ver a usted
triste?
R. Yo estoy feliz cuando
veo que la gente es feliz. Yo sigo siendo aquel chaval que tenía inquietudes
y Dios me ha dado la suerte de poder transmitirlas.
P. El chaval que se colaba
en la plaza de toros.
R. Sí, subiendo por los dibujos
de la muerte para colarme aquí en Las Ventas me he jugado la vida.
P. ¿Se la jugaría ahora por
algo?
R. Por defender cualquier
causa justa. Cuando he visto una injusticia he peleado con personas que
me han sacado dos cuerpos.
P. ¿Qué es una causa justa?
R. Luchar contra los abusos
de fuerza y los abusos de poder, que me hacen saltar la sangre. Hay mucha
gente que por su condición, aunque esté vacía por dentro, se cree con
el derecho a humillar a los demás. Contra ésos me jugaría la vida.
Pie de foto titulada
Pases de flequillo en Las Ventas. A las seis de la tarde la arena de la plaza de toros de Las Ventas ardería si pudiera. Es allí donde El Fary ha decidido retratarse, porque es el barrio donde nació y porque se pirra por los toros. Así que, en cuanto pisa el albero, se anima el cantante y se marca unos pases, ignorando los restos que alguna res desconsiderada le ha dejado de recuerdo. Con el empeño, acaba olvidando hasta la preocupación porque no se le despeine el flequillo.
Entrevista
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- ¿Estás contento con la carrera musical de tu hijo?
Es otra doble felicidad porque un padre se debe sentir orgullosísimo
cuando ve que su obra tiene continuidad y quien mejor que un hijo que
pueda seguir por allí y ha caído muy bien a la gente porque
es lo mas normal del mundo
- ¿Le echas de menos cuando se tiene que ir a cumplir con sus
compromisos profesionales?
Sí, ahora acaba de venir de los carnavales de Canarias. Ha estado
en los carnavales trabajando y venía cansado
- ¿Habéis pensado cantar juntos?
Prefiero que sea él el que se labre el camino y yo me he quitado
del camino, yo lo presenté a la casa y la verdad es que le ha ido
bien
- ¿Qué consejos le has dado?
Los mínimos, es un chaval que tiene una capacidad enorme como persona
y como artista