El dictador se fue desenmascarando poco a poco, cada vez más su presencia se hacía insoportable, hasta el día en que por fin ofreció convocar a nuevas elecciones. No sabemos hasta cuando tendremos que esperar, pero en fin será algún día en que decida dejar el poder o el pueblo haga respetar su derecho a la insurgencia.

La podredumbre llegó a tal extremo que una institución como la religión católica peruana se vio retroceder a épocas, en las que como ahora todos sabemos, participaron en la fuga de nazis a países sudamericanos. Nos referimos a su máximo representante el obispo del OPUS DEI: Juan Luis Cipriani. Hubo raras excepciones en algunos representantes cristianos.

No debemos de olvidar que el dictador logró eliminar a los terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA, usando muchas veces procedimientos como los usados en Chile y Argentina en épocas pasadas: tierra arrasada, inocentes y culpables. Sin embargo esto se vio ensombrecido con la venta de armas a los terroristas de Colombia.

SALIDAS HAY: " ¡SR. ALBERTO FUJIMORI FUJIMORI RENUNCIE! Su cargo será cubierto por un peruano de consenso quien verdaderamente tenga la entereza moral de transferir la banda presidencial al nuevo presidente producto de elecciones limpias con participación de entidades internacionales, mas no de la ONPE, institución que debe ser desactivada. Proponemos que la comunidad internacional debe seguir presionando al régimen para que convoque elecciones bajo control y supervisión internacional".