Como consecuencia de la globalización de la economía y de la difusión mundial de la información, están aumentando los debates internacionales sobre la aceptabilidad social y medioambiental de propuestas de desarrollo de gran envergadura . Este fenómeno se aprecia especialmente en iniciativas que pudieran tener un impacto sobre la herencia natural o los derechos humanos, y en iniciativas que tengan un impacto que trascienda las fronteras nacionales. Existe una creciente exigencia internacional de responsabilidades sociales y medioambientales a los gobiernos, inversores privados, bancos, compañías aseguradoras y organismos que financian proyectos de desarrollo. Idéntica exigencia se dirige a las instituciones monetarias y económicas internacionales que juegan un papel decisivo en la globalización de la economía , con sus proyectos de Programas de Ajuste Estructural para países particulares. Generalmente, el debate internacional es largo, engorroso y frustrante, e implica enormes costes sociales y financieros. Muy pocas veces el debate produce un resultado con los que los distintos implicados en él se sientan a gusto. Las polémicas y debates internacionales sobre proyectos, políticas y programas previstos amenazan la reputación de gobiernos, bancos y agencias de financiación, y la reputación e intereses de los particulares interesados. Se están empezando a desarrollar vías jurídicas de ámbito mundial para proteger a las partes contra acusaciones injustificadas y para determinar con exactitud las responsabilidades . Las empresas particulares, bancos, Organizaciones No Gubernamentales (ONGs), científicos, y también algunos gobiernos han comenzado a admitir la necesidad de un asesoramiento experto independiente sobre las consecuencias y riesgos medioambientales y sociales de los proyectos, programas y políticas de desarrollo previstos. Se han puesto en marcha, o se están desarrollando ya, algunas iniciativas para proporcionar un asesoramiento independiente . Ninguna de ellas tiene un alcance mundial y, al mismo tiempo, se ocupa de la Evaluación del Impacto. Se necesita un órgano internacional independiente capaz de asesorar sobre la Evaluación del Impacto a escala mundial y parece haber buenas razones para creer que la idea de establecer la Comisión Internacional independiente para la Evaluación del Impacto contaría con el respaldo de una amplia gama de partes interesadas si se diseñara cuidadosamente la autoridad de dicha Comisión (y las limitaciones a esa autoridad) y se la permitiera desarrollarse. |