El
Sida * Vegetarianos *
Alternativa Natural *
Naturismo * Agro Ecología
* Salud Natural *
Productos Naturales
El SIDA en África ¿es un mito?
Dr. Harvey Bialy.
Biólogo molecular, director de la revista «Biotechnology».
Traducción: Maria Jesus Baldonedo.
Sumario: Entrevista realizada por Drew Hopkins al biólogo
molecular Dr. Harvey Bialy, que explica su conclusión de que
no hay una epidemia de SIDA en África.
Pocos
científicos han puesto en duda la hipótesis aceptada
por los investigadores del SIDA de los Centros para el Control de
la Enfermedad (CDC), el Instituto Nacional de la Salud (NIH) y la
Organización Mundial de la Salud (OMS) de que el SIDA está
destruyendo grandes segmentos de la población africana. Las
estimaciones sobre las cantidades de casos que las naciones africanas
pueden esperar en los próximos años han ascendido a
millones.
Pero
al menos un científico americano, el biólogo molecular
Harvey Bialy, cuestiona estas afirmaciones. Después de un reciente
viaje a Nigeria, Camerún y Gabón, Bialy llegó
a la conclusión de que «no hay una epidemia de SIDA en
África».
Bialy recibió su doctorado en Biología Molecular en
la Universidad de California, en Berkeley, en 1970. Estuvo, desde
1975 a 1982, trabajando como profesor en Nigeria, donde estuvo implicado
en una investigación financiada por la OMS sobre epidemiología
molecular, centrándose en infecciones intestinales. Ahora es
el editor de investigación de la revista científica
Bio/Technology, una publicación hermana de Nature.
A
la vuelta de este viaje, Bialy habló con franqueza con CityWeek
sobre sus observaciones.
Drew Hopkins: ¿Qué descubrió
con respecto a la supuesta epidemia de SIDA en África?
Doctor Harvey Bialy: Descubrí que la realidad
es equiparable a la literatura: las dos son irremediablemente confusas.
Es difícil encontrar dos médicos que estén
de acuerdo en lo que están llamando SIDA y la seroepidemiología
carece de fiabilidad.
¿Y que hay de todos los estudios que teorizan sobre una
epidemia?
No existe literatura científica sobre el SIDA en África.
El 100% ad hominem, basura anecdótica. No hay apenas ningún
artículo substancioso que haya aparecido sobre la completamente
supuesta epidemia de SIDA en África.
Durante
un tiempo había pensado que lo que estaba siendo clasificado
como SIDA en África, que era un síndrome de enfermedades
totalmente distinto de lo que estaba siendo llamado SIDA en Occidente,
en realidad no era más que un nuevo nombre para una colección
de enfermedades antiguas. Las enfermedades que se denominan SIDA
son enfermedades africanas clásicas, en poblaciones que durante
mucho tiempo han estado sujetas a estas infecciones. Cuando ésto
se reajusta en relación a una epidemiología terriblemente
mala, con repecto al supuesto virus del SIDA, el cuadro se vuelve
horrible, al menos estadísticamente horrible.
Para empezar, toda la noción de SIDA africano es defectuosa.
¿Por qué existe un SIDA africano? ¿Tenemos
un SIDA americano, un SIDA asiático, un SIDA francés?.
¿Qué tipo de enfermedades están siendo clasificadas
erróneamente como SIDA?
La clásica enfermedad de adelgazamiento (wasting disease)
africana. No hay nada nuevo sobre la enfermedad de adelgazamiento.
(Los epidemiólogos del SIDA han dicho que la enfermedad de
adelgazamiento es SIDA). Diarreas crónicas, producidas por
infecciones de rotavirus y muchas infecciones bacterianas, toxo
e histoplasmosis, esquistosomiasis, malaria, muchísimas enfermedades
parasitarias, CMV (citomegalovirus), hepatitis, etc.
En África, para que te clasifiquen como paciente de SIDA,
sólo tienes que ir al hospital equivocado -es decir, a un
hospital que esté recibiendo fondos de algún augusto
organismo internacional, donde los médicos tienen un interés
personal en propagar la mentaliadad del SIDA-, tener diarrea crónica
y estar mal nutrido.
¿Qué zonas visitó?
Visité Libreville, en Gabón; el Centro Internacional
para la Investigación Médica en Franceville, Gabón
-donde se están realizando los únicos test del SIDA
admisibles; Yaoundé, Camerún, que tiene un gran hospital
de enseñanza con algunos casos de SIDA y un centro de SIDA
colaborador con el Instituto Pasteur/OMS, pero donde todo lo que
hacen es recoger muestras y enviarlas a Gabón. (El Instituto
Pasteur es un importante Instituto de investigación de París,
donde supuestamente se aisló por primera vez el VIH). Y estuve
en Calabar e Ife, Nigeria, que también envían sus
muestras a Gabón, al menos para la verificación.
¿Aplican sólo el ELISA (el principal test para
detectar la presencia de anticuerpos contra el VIH), sin un Western
Blot confirmatorio?
El único lugar del que sé, al menos en África,
que están realizando Western Blotts (tests confirmatorios
de anticuerpos contra el VIH) es el Centro Internacional para la
Investigación Médica en Gabón.
Allí los investigadores son muy concienzudos: aplican el
Western Blott cinco veces a cada muestra. Y son muy honestos. Admiten
con bastante franqueza que, si aplican el Western Blott cinco veces,
con frecuencia obtienen tres resultados distintos. El supuesto test
confirmatorio Western Blott es enormemente subjetivo.
¿Hay alguna base para la relación entre el SIDA
y África?
Creo que es una absoluta basura. No me parece que haya una sola
afirmación sobre el SIDA en África, o sobre el VIH
en África, o sobre los orígenes del VIH, que tenga
absolutamente ninguna base científica.
¿Cree que alguna de las identificaciones erróneas
de retrovirus en monos y de retrovirus humanos en evolución
han afectado a la política?
La política es una política predeterminada. Una
vez que el VIH cayó en manos del NIH y de los franceses,
no había forma de detenerlo. (Robert) Gallo piensa que cada
retrovirus, al que ha llamado causa de una enfermedad tiene su origen
en África.
¿Sabe de dónde sacó la idea de que su HTLV-I
original (que Gallo afirma es la causa de una forma rara de leucemia
de las células T humanas que aparece sobre todo en el área
de Nagasaki, Japón) fue llevado a Japón por marineros
portugueses?
Alguien le facilitó un grabado en madera que mostraba marineros
portugueses del siglo XVI llegando a Japón con algunos esclavos
africanos y monos africanos.
Pero el aspecto científico interesante sobre el HTLV-I es
que las mismas personas de Gabón que están tratando
con el VIH están también aplicando test de anticuerpos
contra el HTLV-I. Encuentran, entre los gaboneses, del diez al doce
por ciento de seropositivos y aún tienen que localizar un
único, anecdótico, caso de leucemia de las células
T en adultos (la leucemia de las células T que Gallo atribuye
al HTLV-I). Y esta es una seropidemiologñia muy fiable.
Han llegado independientemente a la conclusión de que el
HTLV-I no puede ser la causa, porque resulta simplemente imposible
tener el diez por ciento de la población infectado y ni un
sólo caso de la enfermedad.
Recordad
que el VIH fue declarado la causa del SIDA pronto, en base a exactamente
el mismo tipo de evidencia que el HTLV-III.
Esto nos lleva a otra consideración importante en toda
discusión sobre el SIDA en cualquier lugar: esto es, si el
VIH es un verdad la causa o no. ¿Se encuentra usted entre
quienes opinan que no?
La ciencia no es una cuestión de opinión. Es observación
y análisis. Pero diré en términos inequívocos:
el cuerpo de evidencias científicas que se dice que demuestra
la naturaleza etiológica (causal) del VIH en el síndrome
de enfermedades que es llamado SIDA es totalmente inadecuado para
establecer esa casualidad. Si, en el futuro, aparecieran evidencias
que relacionen sólidamente al VIH con el SIDA de forma causal,
permanezco sin prejuicios. Mi «opinión» sobre
este tema es que es muy poco probable. Para que el VIH fuera el
agente causal del SIDA, tendría que ser las 9,2 kilobases
de ARN más especiales que han evolucionado nunca en este
planeta. Creo que es muy improbable.
Si el VIH no es la causa del SIDA, ¿cómo cambia
esto la forma en que contemplamos este estado?
Una de las grandes tragedias derivadas de la conclusión prematura
de que el SIDA es una única enfermedad que está causada
por un único agente infeccioso es que muchas otras hipótesis
no han sido investigadas con la seriedad que probablemente merecen.
La
otra gran tragedia es el AZT.
Pero el AZT es el único fármaco que la Food and
Drug Administration ha aprobado como «seguro y eficaz»
para tratar el SIDA. ¿Qué tiene de malo?
El AZT es un medicamento genocida. El AZT es un puro veneno
sin ninguna especifidad. No cumple ni siquiera los criterios farmacológicos
más esenciales para un medicamento. No es capaz de distinguir
en más de un 50% entre la polimerasa vírica y el huésped.
Por tanto, ¿en esencia está matando a las células
sanas?
Su única actividad biológica es tóxica.
Está matando a las células en división independientemente
de si contienen o no provirus de VIH. Como en la médula ósea
hay muchas más células en división sin VIH,
la consecuencia es que las personas que toman AZT necesitan frecuentes
transfusiones sanguíneas.
Una de las cosas que aparece con claridad en la literatura sobre
el SIDA es que una de las mejores formas de adquirir una inmunodeficiencia
es ser un receptor de transfusiones frecuentes. Por tanto, el AZT
es muerte por partida doble.
¿Por qué cree que los investigadores se aferraron
con tanta impaciencia al VIH y, asimismo, por qué tantos
médicos aceptaron el AZT como tratamiento para sus pacientes
de SIDA?
Creo que (el Dr. Peter H.) Duesberg (profesor
de Biología Molecular en la Universidad de California en
Berkeley) ha tratado muy bien la primera pregunta. Es una combinación
de razones no científicas, en esencia. Tiene que ver con
la historia del campo de la retrovirología; en la tecnología
del diagnóstico se han hecho avances extremadamente rápidos
que han excedido con mucho la marcha de nuestros conocimientos básicos
sobre la enfermedad, los procesos de la enfermedad y, retrospectivamente,
un aislamiento totalmente fortuito de este virus en las células
T.
Me
parece interesante el que ahora se afirme que la célula infectada
en primer lugar en el SIDA no es la célula T (como se creía
hasta hace poco) sino el macrófago. Es muy posible que si
el Dr. Luc Montagnier (el investigador del Instituto Pasteur, de
París, que aisló por primera vez el VIH en un paciente)
hubiera sido tan poco afortunado como para aislar el virus por primera
vez en un macrófago en vez de en una célula T, nadie
hubiera creído ni por un momento que este retrovirus tuviera
nada que ver con el SIDA. Hubiera sido considerado un pasajero o
un virus asociado y no se le hubiera dado ningún significado
etiológico en absoluto.
Fue
el hecho de que procediera de una célula T, de que las células
T hubieran sido implicadas como el defecto principal de los pacientes
de SIDA, lo que hizo que se le considerara erróneamente un
virus citotóxico (lo que significa que mata directamente
las células), lo que inicialmente le hizo parecer un candiddato
muy pausible.
Cuando
comenzó a aparecer una correlación «decente»
entre los anticuerpos contra el VIH y los «grupos de riesgo»
de SIDA, resultó un acto de fe muy sencillo aceptar que el
VIH era la causa.
Se ajustaba al deseo de tener una solución sencilla -una
que fuera, al menos en teoría, atacable mediante vacuna y
fármacos-. Y satisfizo psicológicamente a muchas personas,
porque presentaba una situación en la que el SIDA era algo
que podías simplemente coger -no algo que tuvieras que cambiar
de vida para adquirirlo, sino que podías recibirlo en la
forma sencilla de una infección, casi por casualidad-. Si
pensamos retrospectivamente lo que eran las políticas contra
el SIDA, en el 1983 y el 1984, este fue un asunto fundamental.
Y no pasó mucho tiempo hasta que se decidiera que, como otras
muchas cosas malas de este mundo, tenía que haberse originado
en África.
¿Pero que hay de los investigadores que dicen que el virus
evolucionó recientemente a partir de un virus de los monos
africanos?
Una de las grandes mentiras acerca del VIH es que es un virus
recientemente evolucionado. Eso es una completa tontería.
Nada en este planeta ha evolucionado recientemente. Cada pedazo
de ácido nucleico de este planeta es el producto de la evolución
gradual. Los parientes más cercanos del VIH se diferencian
de él en alrededor del 60% de sus secuencias de nucleótidos.
No hay forma de que un virus de mono se pueda haber transformado
recientemente en este virus humano.
¿Y qué hay del VIH-2, el otro virus que se dice
causa el SIDA?
Esto es otro absurdo. El VIH-1 y el VIH-2 también se
diferencian entre sí en más de un 60%. Están
tan estrechamente emparentados entre sí como lo están
con los virus de los simios. Me parece que, si alguien necesitaba
algo para desacreditar que el VIH-1 causa el SIDA, la afirmación
de que el VIH-2 causa el SIDA es, por sí misma, totalmente
suficiente. No se necesita más argumento que «Si este
lo causa, ¿como puede causarlo el otro?».
¿Debido a que son tan diferentes?
Sí. Es remota la posibilidad de que los dos hayan evolucionado
recientemente para causar el mismo conjunto de enfermedades raras,
incluso dando por supuesto que la causa subyacente sea una deficiencia
de células T.
Usted afirma que no hay dos médicos que estén de
acuerdo en lo que están llamando SIDA. ¿Cuáles
son algunas de las enfermedades o infecciones que están siendo
empleadas para clasificar a las personas como pacientes de SIDA?
La definición incluye 20 ó 30 enfermedades infecciosas,
un puñado de cánceres y una baja -sea lo que sea lo
que significa eso en una población africana- proporción
de células T4 y T8 en el momento en que se toma una muestra
de sangre (Las células T4 y T8 son diferentes tipos de linfocitos
del sistema inmunológico humano).
Todo
el mundo me dijo que si hubiera ido a Kinshasa (la capital del Zaire),
hubiera visto mucho SIDA. No fui allí, pero no había
SIDA del que hablar donde fui, en Gabón, Camerún o
Nigeria.
Sólo
por la radio de Kinshasa no puedes decir que la ciudad estaba siendo
diezmada por la plaga negra. Y los zaireños con los que hablé
en Franceville, y en Camerún, no parecían muy preocupados.
Sentían sobre todo que era una invención del exterior.
La epidemiología, que dice ahora que aproximadamente el 30%
de la población de Kinshasa es seropositiva es una chorrada
porque, en ausencia de tests confirmatorios, una prueba ELISA en
un africano no significa absolutamente nada.
Las personas con determinados anticuerpos contra la malaria tienen
anticuerpos que producirán una reacción cruzada con
los anticuerpos que capta el ELISA para el VIH. En África,
un simple ELISA para el VIH no significa nada.
¿Existen infecciones indígenas de los EEUU que
puedan producir una reacción cruzada, de forma que se puedan
esperar falsos resultados positivos al test?
Existe un grupo, en los EEUU, al que le puedes aplicar el ELISA
y obtener una elevada incidencia de seropositividad y estaría
equivocado en casi todos los casos y es el de las personas con artritis
reumatoide. Ellos también poseen anticuerpos que producen
una reacción cruzada. Estos anticuerpos son también
muy prevalentes en poblaciones donde hay mucha estimulación
inmunológica, y la población africana es el ejemplo
perfecto de una que se encuentra bajo estimulación inmunológica
constante.
Se ha hablado mucho sobre esta epidemia masiva de SIDA es África.
¿Donde están las personas que obtienen estas cifras?
No lo sé. Si observas las cifras de la OMS, aún
resulta relativamente trivial 14.000-15.000. Y esto frente a 30
ó 40 ó 50 millones de personas que supuestamente se
han infectado, recientemente, por conductores de camiones o algo
así.
No sé de donde lo están sacando. Lo están obteniendo
porque eso es lo que quieren creer. Esto es lo que quieren que el
mundo crea y todo el mundo está demasiado dispuesto a creelo.
Desde su experiencia de trato con los países africanos,
¿por qué cree que la gente de aquí querría
creer que existe esta epidemia en África?
Occidente está infectado por un virus llamado racismo. Es
muy conveniente creer que el mal procede de fuera. Y para los blancos
resulta especialmente conveniente creer que el mal viene del «Continente
Negro».
Eso parece tan simplista que ningún científico
lo ratificaría nunca.
A usted le parece así, porque se supone que la ciencia
es toda ella racionalidad, intelecto e imparcialidad. Pero no es
así. Y resulta ingenuo creer otra cosa.
¿Cuál es la consecuencia de estos errores sobre
el SIDA en África en cuanto a la distribución de cuidados
sanitarios aquí?
Creo que es casi insignificante, excepto en los lugares donde
se ha concentrado el esfuerzo de los CDC o la OMS.
En
el hospital CUSS de Yaoundé, en el hospital de Franceville,
etc., el número de casos de SIDA es tan escaso que no ha
alterado en absoluto la rutina diaria del hospital. De nuevo, me
dijeron que, de haber ido a Kinshasa, o de haber ido a Ruanda, hubiera
visto algo más. No fui a esos lugares.
Antes de volver a África, ¿le dijeron que había
cantidades elevadas de casos de SIDA en Nigeria?
Sí, me habían dicho que había muchos casos
de SIDA en Nigeria. De hecho, en todos los aeropuertos de todos
estos países, lo primero que ves tras pasar la aduana y la
inmigración son grandes carteles avisándote de la
actividad sexual indiscriminada y del riesgo de SIDA, en varios
idiomas.
Hay varios puntos que necesitan ser refutados y que están
implícitos en la afirmación de que el continente está
siendo desbordado por el SIDA. Primero, ésto se contradice
totalmente con el número de casos que se están comunicando.
Segundo, es la idea de que existe una infección masiva por
VIH en el África Subsahariana, que no tiene ninguna base
debido a las pruebas totalmente inadecuadas que se están
aplicando.
Los demás puntos son todos secundarios. Secundarios al segundo
punto: el supuesto de que existe una infección masiva por
VIH es una de esas preguntas que te condenan, tanto si la planteas
como si no la planteas. Si piensas que existen tantas personas infectadas,
tienes una enorme presión para encontrar una explicación
de por qué tantas personas se han infectado en tan poco tiempo.
Pero si crees que el SIDA ha existido durante mucho tiempo en África,
o bien tienes que creer que los africanos son inmunes a este virus,
o bien tienes que creer que el virus es mucho más contagioso
de lo que es, porque no hay forma de que 50 millones de personas
queden infectadas de la noche a la mañana.
Entonces, cuando se les planteó esta tontería de cómo
quedaron infectadas tantas personas a los genios del SIDA, ¿qué
decidieron? Bueno, salieron con el cuento de los monos muertos (se
ha sugerido que algunos niños africanos podrían llevar
con ellos munos muertos como juguetes); salieron con lo del sexo
anal como método anticonceptivo; salieron con prácticas
sexuales bárbaras; salieron con niveles de promiscuidad que
sobrepasan los de los baños públicos, probablemente
una de las situaciones más promiscuas que haya existido nunca;
y salieron con: «las lesiones de la sífilis y otras
lesiones venéreas contribuyen a la propagación».
No vale la pena ni siquiera intentar refutar estas puras fantasías
de mentes enfermas. Ni una de ellas ha tenido nunca la menor base
en la realidad. ¿El sexo anal como método anticonceptivo?
La mayoría de los africanos preferían cortarse la
polla antes que dar a alguien por culo.
¿Cuántas veces hemos oído una u otra versión
de la fábula de las ETS (enfermedades de transmisión
sexual)? Los científicos del CIRMF de Gabón han estado
observando a los pacientes que se presentaban en varias clínicas
de ETS de Franceville y de Libreville y no encontraron absolutamente
ningún aumento en la prevalencia del VIH en las personas
con ETSs por encima de la población general. Es el único
estudio que conozco que se haya realizado en África y derriba
por completo la supuesta teoría.
¿Son también falsas las afirmaciones de que en
África hay tasas más elevadas de ETS?
No, la correlación entre ETS y VIH es falsa. En Gabón,
la gonorrea es extremadamente común. Alrededor del 30% de
las mujeres y hombres jóvenes padecen gonorrea. Probablemente
es el motivo principal de la terrible baja natalidad. Gabón
tiene el problema opuesto al de casi todos los demás países
de África: no ha aumentado de población. La infetilidad
probablemente se debe a la gonorrea crónica. También
las tasas de sífilis, me han contado, son muy altas.
Pero la teoría del chancro es refutada por completo por los
datos del CIRMF. La ETS más común es la gonorrea,
que no produce lesión, y la sífilis con frecuencia
desaparece como lesión, bastante pronto. Pero en estas clínicas
donde el 70% de la gente se presenta con gonorrea y el 50% con sífilis,
las tasas de infección por VIH no son en absoluto diferentes
de las dde la población media, que es de alrededor del 1%
en Libreville. En Franceville es considerablemente inferior. En
el resto de Gabón es prácticamente inexistente.
Por
tanto, tienen un fondo estable de infección por VIH pero
no tienen SIDA. Estoy seguro de que, si se hicieran pruebas masivas
en cualquier parte del mundo, siempre se van a encontrar un fondo
de este retrovirus en la población general de entre el 0,1
y el 1%, igual que en cualquier otro retrovirus.
Parecería razonable que en Nigeria hubiera una tasa más
elevada de SIDA, no porque el SIDA proceda de allí, sino
debido a que hay una concentración tan alta de personas muy
educadas que han viajado por todo el mundo para trabajar y estudiar.
Los nigerianos viajan por todas partes y Lagos (la capital de Nigeria)
es un crisol de todo África, con seguridad de prostitutas
de África Occidental y Central, así como de Europa;
¿quién llevó qué virus de dónde?.
Por tanto, en Lagos, que es una ciudad muy atacada por las enfermedades
-ha reemplazado durante algunos años a Calcuta como la ciudad
más insalubre del mundo- esperarías ver montones de
SIDA. Pero no los hay.
Y
no es una cuestión de información a la baja. Al contrario
de lo que afriman Jonathan Mann y la OMS, el SIDA no está
infracomunicado. Si acaso, el SIDA está sobrecomunicado.
Ellos demenuzan las cifras y las multiplican por 100, 1.000 ó
10.000, dependiendo de a quién estén hablando y de
lo grande que quieran hacer el iceberg.
No hay nada que justifique la idea de que está infracomunicado.
No hay nada allí. En realidad no hay nada allí.
¿Estaban contemplando los mismos patrones de enfermedad
en, por ejemplo, 1970?
La mayoría de los médicos con los que he hablado,
cuando les presionaba, decían, «bueno, es la enfermedad
por consunción o por adelgazamiento (wasting disease o slim
disease), es diarrea». Pero las cifras que se entán
comunicando ahora -las cifras de los datos de la OMS- son con claridad
los tipos de cifras que podrían haber existido -incluso asumiendo
que todos esos casos sean en realidad la misma cosa- siempre y quedaron
sin comunicar debido a que no se los estaba escrutando bajo el microscopio
del SIDA.
Si resulta que no hay SIDA en África, ¿cuáles
cree que serán las implicaciones para la investigación
del SIDA en Occidente?
No hay investigación del SIDA en Occidente. Lo que hay
es investigación sobre el VIH. Todas y cada una de las cuestiones
fundamentales sobre el SIDA continúan sin contestar.
¿Consiguió persuadir a los funcionarios africanos
en sus charlas?
En Nigeria hay una Comisión sobre el SIDA. Una de las
personas de la comisión es un viejo amigo mío que
había sido escéptico en lo relativo al SIDA en Nigeria,
por muchas razones propias y estuvo encantado de tener las municiones
(los artículos de Duesberg) para desafiar a los demás
miembros de la comisión, peces gordos que se están
dando un festín con la atención que pueden conseguir
ahora, con el dinero que pueden sacar, con las juergas que se pueden
correr y con las reuniones internacionales a las que pueden asistir.
Las implicaciones de mis charlas son que la próxima vez que
los supuestos expertos del poder establecido acerca del SIDA vayan
a estos lugares a pontificar, van a tener que enfrentarse a algunas
preguntas muy correosas.
¿Le parece que estos «peces gordos» africanos
tienen el mismo tipo de mentalidad de quienes usan los fondos internacionales
del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, para joder
a su propia gente?
Absolutamente. Es la clase dominante, la tribu «Bintu».
(N.D.T.: Se trata de un juego de palabras intraducible al castellano,
en el que la frase: «I've bintu France, I've bintu the United
States, etc» suena igual que si dijera «He estado en
Francia, he estado en los Estados Unidos», aunque la escritura
es diferente).
Hay
un libro interesante, «AIDS, Africa and Racism», que
es en muchos sentidos un libro importante y eficaz. Sus argumentos
en contra del origen africano del SIDA y la definición de
SIDA en África y el análisis histórico de cómo
le cargaron la culpa del SIDA a África en primer lugar están
muy documentados. Donde el libro se equivoca es en que todavía
intenta responsabilizar del SIDA al VIH. Pero en cuanto a desacreditar
las nociones de un origen africano del virus y del SIDA, el libro
es bastante bueno.
¿Piensa que la comunidad científica va a tener
en cuenta la opinión de que no hay una epidemia de SIDA en
África?
Tengo alguna esperanza en que el monolito del SIDA se disipe y quede
disuelto en los diversos programas de control de la enfermedad que
en la actualidad se están ocupando -y en muchos casos con
gran eficacia- de las verdaderas enfermedades.
Nadie
en este país, ni en África, ni de ninguna parte del
mundo, puede seguir anunciando un iceberg que no se materializa.
Hasta ahora, esto es todo lo que hemos tenido, en los Estados Unidos
y en África.
Cuando
se piensa que hay 50 millones de personas infectadas, con una latencia
de cinco, o incluso diez años, deberíamos tener cientos
de miles de casos de SIDA, y ni siquiera hemos empezado a acercarnos
a esa cifra.
¿Cómo explican la presunta propagación rápida
en África?
Una de las peores cosas que se han declarado fue una historia especialmente
repugnante aparecida en «60 minutes». En él,
Diane Sawyer contó al mundo que los conductores de camiones
se contagiaban de VIH a partir de prostitutas y después lo
llevaban de parada de camiones a parada de camiones.
Pero si esto fuera verdad en África, ¿por qué
no es verdad en los Estados Unidos? Belleglade, en Florida, que
es la ciudad con más SIDA per capita del mundo, es también
una parada de camiones principal de Florida del Sur. Los camioneros
que van desde Florida a cualquier lugar del país se detienen
en Belleglade, donde existe una población de prostitutas
que no sólo están infectadas de VIH, sino que están
realmente enfermas de SIDA.
Si los camioneros fueran transmisores esenciales del SIDA en África,
deberíamos estar contemplando una importante epidemia heterosexual
en los Estados Unidos. Los camioneros que pasan por Belleglade deberían
habérselo pasado a sus esposas de Wisconsin o Illinois. Deberíamos
estar viendo lo mismo que dicen está pasando en África.
Si el VIH no es la causa, ¿cuál podría ser
el modelo exacto para ese estado?
El mejor modelo, o analogía, para la epidemiología
que he visto es el del Dr. Joe Sonnabend (de Nueva York).
Piense en una habitación sometida a una intensa radiación
gamma y llena de gente. Dependiendo de cuánto tiempo estés
en la habitación, de los antecedentes genéticos que
tengas, de la historia que tengas, etc., cuando abandonas la habitación,
es probable que encuentres un montón de enfermedades debidas
a la radiación.
Creo que la misma situación se puede aplicar al SIDA, en
todos los «grupos de riesgo», tanto homosexuales promiscuos
analmente activos como receptores de transfusiones, hemofílicos,
consumidores de drogas intravenosas o sus hijos pequeños.
(Los niños pequeños no son epidemiológicamente
distintos de los receptores de transfusiones. De hecho, han estado
recibiendo una transfusión de 9 meses).
Un hemofílico está bajo un gran riesgo. El factor
VIII no es nada bueno.
Lo mismo es cierto para los consumidores de drogas intravenosas.
Pincharse drogas no es una buena noticia, tanto si las agujas están
libres del «virus del SIDA» como si no. No es algo que
tomes durante mucho tiempo sin consecuencias graves para la salud.
Lo
mismo ocurre con algunos homosexuales. Nitritos, montones de antibióticos,
relaciones anales, no es algo que hagas durante mucho tiempo sin
consecuencias graves para la salud.
Han pasado diez años desde que el SIDA se hizo conocido en
los Estados Unidos y los grupos afectados continúan siendo
básicamente los mismos. Esta no es la manera en que se comporta
una enfermedad de transmisión sexual. Especialmente si consideras
la situación en África, donde el supuesto SIDA se
distribuye de manera uniforme entre los dos sexos. ¿Cómo
puede un virus producir enfermedad sin discriminar entre hombres
y mujeres en África y producir enfermedad sobre todo en hombres
en los Estados Unidos, cuando llevamos diez años de epidemia?
Quizás podrías argumentar que al principio esto era
predecible, pero no después de diez años.
Al principio, algunos de los casos de SIDA de Europa se dieron entre
personas de origen africano. Esto se empleó para llegar a
la conclusión de que el SIDA procedía de África.
En Francia, si tienes un caso de SIDA y la persona es africana,
es indiferente que esta persona pueda haber estado viviendo en Francia
durante 15 años. La residencia prolongada en Francia, las
inclinaciones sexuales, el consumo de drogas, el historial de trasfusiones,
todo esto se deja a un lado. A estas personas se las aparta y se
las coloca en la categoría separada de «Africano»,
independientemente de todos los demás factores.
¿Necesita alguien algo más de un paradigma que lo
que está ocurriendo?
Como conclusión, quizás la del Jefe Osolo, Ministro
Tradicional de Sanidad de Yorubaland, sea tan buena como cualquiera.
Bialy cogió entonces un bolígrafo
y escribió en un papel delante de él la interpretación
del SIDA del Jefe Osolo:
sida = aids «American
Invention to Discourage Sex» (Invento Americano para
Disuadir del Sexo)
___________
Contacto: Harvey Bialy: 914-758-1934.
Publicación: Artículo
publicado en el número 33-34 de la revista «Medicina
Holística». Edita: Asociación de Medicinas Complementarias
(A.M.C.).
Currículum
de Harvey Bialy.
Educación:
- Bard College, Annandale-on-Hudson, Nueva
York.
- AB degree (Química Biológica)
en 1966.
- Puesto en la clase graduada: primero.
Honores y premios:
- Asesor, UNESCO/División de Ciencias
Básicas, Red de Recursos Microbiológicos,
1991.
- Asesor, Centro de Investigación
en Biotecnología, Universidad de Sao Paulo, Brasil,
1989.
- Consejero para el desarrollo biotecnológico
del Ministro de Investigación Superior e Investigación
Científica, República del Camerún,
1989.
- Consejero, Programa Especial de Investigación
y Formación en Medicina Tropical de la UNDP/OMS/Banco
Mundial, Iniciativa para la Ejecución Internacional,
1988.
- Coordinador, Simposio de Invierno de Bio/Technology
en Miami: Avances en Tecnología Genética,
1988.
- Profesor Asociado, Adjunto de Facultad,
Departamento de Bioquímica y Biología Molecular,
Universidad de Miami, Escuela de Medicina, Miami, Florida,
1988.
- Miembro, Consejo Asesor Internacional,
UNESCO World Journal of Microbiology and Biotechnology (Oxford
University Press), 1987.
- Consejero, Centro Nacional de Ingeniería
Genética y Biotecnología, La Habana, Cuba,
1987.
- Beneficiario, beca de la OMS para el estudio
de la epidemiología y genética de los parásitos
resistentes a los antibióticos en Nigeria, 1982.
- Cobeneficiario (con Stanley Falkow, Universidad
de Standford) de una beca del Charles Merill Trust para
el estudio de los patógenos intestinales resistentes
a los antibióticos en Nigeria, 1978.
- Dotación Nacional para la Asociación
de Artes en Poesía, 1976.
- Beca de la Fundación Nacional de
Ciencias de los EEUU para estudiar los genes de interferencia
de fago heterólogo en el bacteriófago P2,
1974.
- Beca de Investigación del Damon
Runyon Foundation for Cancer Research, 1971-1972.
- Premio William J. Lockwood, Bard College,
1966. «Concedido al alumno del último año
que, a juicio de la Facultad y el Presidente, más
ha contribuido a la vida intelectual del colegio».
Experiencia profesional:
- 1984. Editor Científico, Bio/Technology,
Nature Publishing Co., 65 Bleecker Street, Nueva York, NY
10012.
- 1983. Profesor Visitante, Departamento
de Biología, Universidad de Nuevo Méjico,
Alburquerque, NM.
- 1980-1982. Conferenciante, departamento
de Ciencias Biológicas, Universidad de Calabar, CRS,
Nigeria.
- 1979. Miembro Investigador, Hospital Judío
Nacional y Centro de Investigación, Departamento
de Biología Celular y Molecular, Denver, Colorado.
- 1975-1978. Conferenciante, Departamento
de Microbiología, Universidad de Ife, Ile-Ife, Estado
de Oyo, Nigeria.
- 1972-1975. Profesor Ayudante de Biología,
Universidad de Northeastern, Boston, Massachusetts.
- 1971-1972. Beca de Investigación
Postdoctoral, Departamento de Microbiología, Universidad
de Connecticut, Storrs, Connecticut.
- 1966-1970. Formación en Investigación
Predoctoral del Instituto Nacional de la Salud, Universidad
de California, Berkeley, California.
Contacto: Dr. Harvey Bialy. Biotechnology.
65 Bleeker Street. New York. NY 10012 USA. Fax: 07.1.914.758.1934. |
Respuesta a las preguntas formuladas por el presidente de la República
de Sudáfrica, Thabo Mbeki, y por su ministra de salud, Dra.
Manto Tshabalala-Msimang, respecto al mecanismo de acción del
AZT (23 de febrero del 2000) y a las causas del SIDA (6/7 de mayo
del 2000).
¿Cómo funciona el AZT? y
¿Qué causa el SIDA?
por el Dr. Heinrich Kremer (director médico emérito).
Pregunta: ¿Se incorpora el AZT al ADN?.
La azidotimidina (AZT) es un nucleósido,
al cual, al contrario del nucleósido timidina natural, se
ha agregado un grupo azido (ºN3),
con lo que pasa a ser un nucleósido análogo. Como
todos los nucleósidos naturales o sintéticos, el AZT
sólo puede ser aceptado como nucleótido al unirse
a tres átomos de fósforo inorgánico en un ADN
o en un ADN provirus. Numerosas investigaciones experimentales han
demostrado que el nucleósido AZT en un 99% no se metaboliza
en el nucleótido azidotimidín-trifosfato (AZT-TP).
Así, teóricamente, un 1% del AZT absorbido por células
humanas podría incorporarse al ADN del núcleo celular
o a algún ADN provirus. Sin embargo, hasta la fecha nadie
ha demostrado la incorporación real del AZT-TP al ADN del
núcleo celular o a un ADN provirus en células humanas
vivas. Cualquier afirmación en otro sentido es una pura invención.
Pregunta: ¿Puede el AZT detener
la replicación de los llamados virus VIH?.
La posibilidad teórica de que el 1%
del AZT absorbido se incorpore al ADN como AZT-TP significa que
5 mg de la dosis mínima prescrita de 500 mg, o 15 mg de la
dosis máxima prescrita de 1500 mg de AZT, podrían
incorporarse al ADN del núcleo celular o a algún ADN
provirus. Según los informes de la empresa productora del
AZT, Glaxo Wellcome, después de la absorción en el
tubo digestivo, la sustancia nucleósido-análoga AZT
se absorbe en numerosas células inmunitarias y no inmunitarias.
Así, de esta pequeña cantidad de sustancia, los 5-15
mg de AZT, sólo quedaría disponible una fracción
para ser incorporada a los linfocitos TH-1 (es decir, las células
T4 o células CD4 del tipo 1) supuestamente infectados por
los así llamados virus VIH. De acuerdo con las teorías
sobre el VIH/SIDA vigentes desde 1995, los virus VIH se reproducen
diariamente miles de millones de veces. Entonces, la cantidad de
AZT-trifosfato correspondiente a todas las células linfáticas
TH-1 infectadas por el VIH en comparación con la cantidad
de AZT-TP correspondiente a todas las células linfáticas
TH-1 no infectadas sería, teóricamente y en la realidad,
demasiado pequeña para poder detener la replicación
de los así llamados virus VIH. La determinación de
la dosis efectiva de AZT para inhibir los llamados virus VIH parte,
no obstante, de la afirmación objetivamente rebatida de que
el AZT en forma de AZT-TP se incorpora con mayor afinidad exclusivamente
al ADN provirus de los así llamados virus VIH.
Pero el mecanismo de acción del AZT,
en cambio, es otro. La cantidad 99 veces más elevada de AZT
que no puede incorporarse al ADN y que no se une a 3 átomos
de fósforo inorgánico, reacciona, en realidad en un
plazo considerablemente más corto, con moléculas que
no son ADN en células linfáticas TH-1 supuestamente
infectadas por el VIH y en células linfáticas TH-1
no infectadas por el VIH, así como en otras células
inmunitarias y no inmunitarias. El grupo molecular reactivo azido
se emplea en la investigación experimental sobre las mitocondrias
para bloquear la enzima citocromo-oxidasa en la cadena respiratoria
de las mitocondrias. Las mitocondrias intactas, originalmente simbiontes
celulares bacterianos, que se encuentran en todas las células
humanas excepto en los glóbulos rojos, producen, por medio
del oxígeno molecular (O2), el 90% de la molécula
portadora de energía adenosíntrifosfato (ATP), esencial
para la vida de la célula humana.
El bloqueo de la enzima
respiratoria citocromo-oxidasa producido por la azidotimidina impide
la transferencia de electrones al O2. La consecuencia
directa es una reducción de la producción de ATP y
un aumento de la síntesis de radicales de oxígeno
tóxicos. La célula sufre un déficit de energía.
Esta reacción del AZT no incorporable al ADN se produce dentro
de los siguientes minutos o, como máximo, a las tres horas,
mientras que la replicación del ADN del núcleo celular
o de algún ADN provirus (la cual siempre depende de la replicación
del ADN del núcleo celular de la célula huésped)
precisaría, según la incorporación teórica
del AZT-TP, de 40 a 72 horas. Concretamente, el bloqueo de la respiración
de oxígeno y de la producción de energía en
las células linfáticas TH (células T4 o células
CD-4) como consecuencia de la medicación con AZT significa
la muerte prematura de las células inmunitarias o, en determinadas
condiciones, el paso regulado de células inmunitarias TH
en maduración a células inmunitarias TH del tipo 2
(TH1-TH2 switch o cambio) como parte de una contrarregulación
biológica tipo II.
Ambas formas de reacción
tienen como consecuencia una deficiencia inmunitaria. La muerte
prematura afecta sobretodo a las células TH-1, cuya disminución
es la característica inmunológica de los así
llamados VIH positivos y de los pacientes de SIDA. La función
de las células TH-1 es la de eliminar agentes patógenos
intracelulares, como parásitos, hongos, micobacterias y virus.
Desde el descubrimiento de la producción de gas NO (monóxido
de nitrógeno u óxido nítrico) en células
humanas (Furchgott y Ignarro 1987, Premio Nobel en el año
1998), se demostró sin ningún tipo de duda razonable
que la producción de gas NO en las células TH-1 es
imprescindible para la eliminación de agentes patógenos
intracelulares. Si hay una falta de células TH-1 productoras
de gas NO, pueden desarrollarse los agentes patógenos oportunistas
(SIDA). La función de las células TH-2 es la de estimular
la producción de anticuerpos. Las células TH-2 no
producen gas NO para eliminar agentes patógenos intracelulares.
Numerosas investigaciones
han demostrado que los así llamados VIH positivos presentan,
desde el inicio de la así llamada VIH-seroconversión,
una disminución de las células TH-1 y una predominancia
de las células TH-2. Biológicamente es inconcebible
que todas las células T, en el momento de la supuesta infección
por los así llamados VIH, sean colonizadas por los llamados
virus VIH, ya que las predominantes células TH-2 se encuentran
intactas y la producción de anticuerpos se ve incluso aumentada.
El paso de TH-1 a TH-2, que lleva a una deficiencia inmunitaria
celular, debe entonces, según las leyes de la lógica,
tener otras causas.
El mecanismo de acción
del NO y el del AZT (º N3)
son idénticos: La inhibición de la citocromo-oxidasa
en el complejo IV de la cadena respiratoria de las mitocondrias
es el efecto fisiológico y patofisiológico fundamental
del NO así como del AZT en células humanas. Dependiendo
de la duración y de la dosis de la producción elevada
de NO, se produce una mayor desintegración celular (apoptosis,
necrosis) y/o una predominancia de las células TH-2 (infecciones
oportunistas=SIDA), formación de tumores (por ejemplo, sarcoma
de Kaposi, linfoma, carcinoma) o degeneración de las células
de los músculos y de las células del músculo
cardíaco así como de las células nerviosas.
Pregunta: ¿Cuáles son las
causas del SIDA en los países occidentales?.
Las causas del SIDA
en los países occidentales quedan inequívocamente
aclaradas a nivel epidemiológico y patofisiológico
más allá de toda duda en miles de estudios experimentales
y clínicos. Se ha comprobado sin duda alguna que todos los
así llamados grupos de riesgo presentan factores de estrés
acumulables inusuales que conducen a una sobrestimulación
del NO inducida exógena y/o endógenamente. No existe
ningún fundamento biológico racionalmente explicable
para suponer que la combinación de estos inmuno-estresores
(factores causantes de estrés inmunitario) en la civilización
occidental hubiese podido quedar sin efectos y sin consecuencias
patológicas reconocibles. Una sobrestimulación (fuerte
o duradera) de NO produce como contra-reacción una desintegración
celular incrementada y/o, en el caso de las células inmunitarias
TH, el paso de TH-1 a TH2, con una consiguiente inhibición
de la producción de NO en la propia célula y una alteración
de la respiración de oxígeno en las mitocondrias.
Las consecuencias clínicas
(entre otras el SIDA) no son en modo alguno enigmáticas sino
que están programadas de acuerdo a las leyes de la biología
de la evolución. Hasta la fecha, realmente nadie ha aislado
los llamados virus VIH según las reglas estándar de
la virología. Se ha concluido su existencia meramente a partir
de marcadores moleculares inespecíficos. Postular que estos
llamados virus VIH son el factor causante del SIDA no es ni suficiente
ni necesario. Este postulado encubre las verdaderas causas del SIDA.
Cuando se desarrolló la teoría «el VIH causa
el SIDA» se desconocía la producción de NO en
las células humanas y la existencia de dos tipos de células
inmunitarias TH, unas con y otras sin producción de gas NO,
así como tampoco se conocía que la función
de eliminación de agentes patógenos intracelulares
dependiera de las células TH-1 y de su producción
de gas NO, ni se conocía el debilitamiento de la respiración
de oxigeno en las mitocondrias por medio del NO y sus derivados.
El hecho de que la investigación en el campo del SIDA no
tome en consideración estos datos de estudios científicos
inapelables se debe a no saber o a no querer saber.
La presente explicación
de las causas del SIDA y del mecanismo de acción del AZT
se apoya en el hecho de que, después de la introducción
del tratamiento clínico en formas malignas de cáncer
de las células linfáticas con sustancias nucleósido-análogas
(que presentan el mismo mecanismo de acción que el AZT),
apareció de manera uniforme en todos los pacientes tratados
una masiva disminución de las células TH-1, una inversión
de la ratio T4/T8 de células linfáticas T4 y T8, así
como infecciones oportunistas. Exactamente estos datos inmunológicos
y estos síntomas clínicos definen el síndrome
llamado SIDA. Desde la existencia de los concluyentes datos de las
investigaciones sobre el NO, sobre las citocinas, sobre las mitocondrias
y sobre otros ámbitos de investigación experimental
y clínica, desde mediados de los años 90 ya no hay
ninguna duda racionalmente argumentable sobre las causas reales
del SIDA en los países occidentales.
Pregunta: ¿Cuáles son las
causas del SIDA en África?.
Los estándares
clínicos en la diagnosis de «SIDA» y los estándares
de los procedimientos de test para demostrar la presencia de anticuerpos
contra los así llamados virus VIH en los países africanos
no muestran congruencia alguna con los estándares de los
países occidentales. Sin embargo, independientemente de la
raza y de las prácticas de diagnóstico especificas
de cada país, las respuestas programadas en la biología
evolutiva de las células inmunitarias y no inmunitarias del
ser humano ante estados de estrés nitrosativo y oxidativo
son idénticas en todos los seres humanos. En África
se trata sobre todo de procesos inflamatorios e infecciosos crónicos,
falta de proteínas y nutrición deficiente (SIDA nutricional),
contaminación de las aguas potables por bacterias nitrificantes
y la carga nitrosamínica en los alimentos; factores que pueden
llevar a una sintomatología clínica de infecciones
oportunistas (SIDA) después de inducir el cambio TH1-TH2.
Infecciones crónicas
por: A) micobacterias, como la tuberculosis crónica o la
forma lepromatosa de la lepra; B) bacterias espiroquetas, como la
forma terciaria de la sífilis; C) el agente causante de la
malaria, tripanosomas, toxoplasmas, y otros parásitos; D)
hongos como el Pneumocystis Carinii, formas de cándidas,
histoplasma, criptococos; y muchas otras, son siempre resultado
de una respuesta inmunitaria TH-1 demasiado débil y de un
desplazamiento del equilibrio inmunitario celular TH1-TH2 hacia
un estatus inmunitario TH-2 con un aumento en la producción
de anticuerpos. Las infecciones por lombrices desencadenan desde
un principio una respuesta inmunitaria TH-2, que puede hacerse crónica.
Desde 1985, cuando en África aparecen síntomas clínicos
crónicos en una forma y duración inespecíficas,
se diagnostica como SIDA en base a la definición de Bangui,
y además incluso sin realizar el test de los llamados anticuerpos
contra el VIH. Este procedimiento, pragmático aparentemente,
ha venido a demostrar el repentino aumento en África de las
enfermedades indicadoras del SIDA causadas por los así llamados
VIH.
La proyección arbitraria de reducidas
muestras de los llamados tests séricos del VIH y de diagnósticos
clínicos no exhaustivos de SIDA en África, sirve hasta
el momento a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a
UNAIDS, a los países occidentales y a los medios de comunicación
internacionales como fundamento básico para afirmar la existencia
de una pandemia de VIH/SIDA en África, de la cual se induce
una amenaza para la humanidad en su conjunto. Puesto que en las
condiciones generales de vida de los países en vías
de desarrollo, numerosos niños, mujeres y hombres pueden
sufrir procesos inflamatorios e infecciosos crónicos, se
aducen estos casos de SIDA tomados en bloque y manipulados a voluntad
en estadísticas médicas, como prueba en África
del contagio heterosexual y del contagio madre-hijo de los así
llamados virus VIH.
Ya que estos hechos
indudables son lógicos a la vista del alto estándar
científico de la medicina occidental y son fáciles
de comprender sin necesidad de un gran esfuerzo intelectual, no
hay ninguna base racional para suponer que se trate de un trágico
error científico la mandada intoxicación a nivel de
masas con azidotimidina (AZT) que, según está comprobado,
es un inactivador de las mitocondrias.
Ningún investigador
del VIH/SIDA ni médico alguno ha podido hasta la fecha responder
a la ineludible pregunta de ética médica de porqué
la aplicación médica del AZT y de otras sustancias
-que, como se ha demostrado, provocan un déficit de las células
inmunitarias TH-1 y la inversión de la ratio de células
linfáticas T4/T8 y el desarrollo de infecciones oportunistas-
puede estar indicada para tratar de forma preventiva y terapéutica
a personas que están en situación de riesgo precisamente
de desarrollar una pérdida de células linfáticas
TH-1, una inversión de la ratio T4/T8 de estas células
inmunitarias T e infecciones oportunistas, o para tratar a personas
que ya han desarrollado estos síntomas inmunológicos
o clínicos.
Que el AZT tiene el
efecto de inactivar las mitocondrias se deduce del hecho de que
en 1961 se aisló azidotimidina en células seminales
de arenques. Las células seminales de los animales vertebrados
no pueden transferir dichos simbiontes celulares (las mitocondrias)
al óvulo femenino y tienen que inactivarlos antes de entrar
en el óvulo. La razón radica en que en los animales
vertebrados solamente las mitocondrias maternas se transmiten por
herencia. En 1964 se fabricó azidotimidina sintéticamente
y, después de constatar en experimentos con ratones y ratas
enfermos de leucemia que al recibir AZT desarrollaban cáncer
de las células linfáticas, no se autorizó la
experimentación del AZT en seres humanos. Sin embargo, a
partir de 1986 se ha empleado clínicamente azidotimidina
en pacientes de SIDA sin prueba alguna de que realmente esta sustancia
se incorpore a ningún ADN-provirus y sin comprobar si causa
deterioro de las mitocondrias. La pregunta sobre si el AZT puede
detener la replicación de estos llamados virus VIH va inseparablemente
asociada a la cuestión de si está demostrada la existencia
de tales virus VIH.
El así llamado
test de anticuerpos contra el VIH se implementó utilizando
como antígenos proteínas humanas producidas por células
en situación de estrés nitrosativo y oxidativo. Dichas
proteínas de estrés fueron obtenidas a partir de co-cultivos
celulares de cultivos de, por un lado, células linfáticas
de pacientes considerados enfermos de SIDA y de, por otro lado,
células linfáticas leucémicas. Los substratos
del test se calibraron de tal manera que aparece un resultado positivo
del test simplemente a partir de que en el suero sanguíneo
de la persona analizada haya una determinada cantidad de anticuerpos
inespecíficos pero característicos en casos de una
prolongada respuesta de las células inmunitarias TH-2 y de
una producción incrementada de anticuerpos. El umbral de
reacción y el número de antígenos del así
llamado test de anticuerpos anti-VIH han sido determinados arbitrariamente.
No existen estándares unificados ni obligatorios válidos
internacionalmente. Por ejemplo, en África se considera habitualmente
que los llamados tests del VIH dan un resultado positivo con una
reacción con menos y con distintos antígenos que en
los países occidentales. Puesto que no hay formación
alguna de anticuerpos por parte del sistema inmunitario humano que
reaccionen exclusivamente con aquellos antígenos contra los
cuales se formaron originalmente, ya sólo por esta razón
biológica es objetivamente falsa la afirmación de
que los llamados tests de anticuerpos contra el VIH reaccionan exclusivamente
con los anticuerpos que se han formado en el organismo humano contra
antígenos de los llamados virus VIH. Por ejemplo, los llamados
tests de antígenos VIH reaccionan, como está demostrado,
con anticuerpos contra los agentes patógenos de la tuberculosis,
de la malaria y de la pneumocistis, así como con muchos otros
anticuerpos contra antígenos microbianos y no microbianos.
También la determinación
de la llamada carga viral realizada en los países occidentales
por medio de la técnica de laboratorio conocida con las siglas
PCR es, de acuerdo con el creador de este método de multiplicación
de ADN, el Premio Nobel Kary B. Mullis, totalmente inadecuada para
detectar los llamados ARN del VIH. En realidad, hasta la fecha nadie
ha aislado una secuencia natural de ARN o una secuencia de ADN-provirus
de los llamados VIH. Todas las publicaciones sobre los llamados
aislamientos de los llamados virus VIH no muestran otra cosa que
el hallazgo de marcadores moleculares inespecíficos que son
arbitrariamente interpretados como «huellas digitales»
de los llamados virus VIH.
No se puede esperar
que aparezcan otros datos de hallazgos científico a la vista
de los contundentes argumentos epidemiológicos, inmunológicos,
biológico-celulares, bioquímicos y clínicos
que muestran que la contrarregulación tipo II de las células
humanas inmunitarias y no inmunitarias, así como el desarrollo
de enfermedades indicadoras del SIDA, están programadas,
bajo determinadas condiciones, por la evolución biológica.
Para la comprensión fisiológica y patofisiológica
de estos fenómenos inmunológicos y clínicos,
el supuesto de una infección por los llamados virus VIH no
es ni suficiente ni necesario sino que es objetivamente superfluo.
En la conferencia en 1997 de los más eminentes investigadores
del VIH/SIDA, se asumió que no se puede probar mecanismo
patógeno alguno en el que intervengan los llamados virus
VIH (M. Balter, 1997, Science 278:11399-1400).
Pregunta: Ya que no los llamados virus
VIH, ¿se puede transmitir el SIDA?.
Si se asume que los
llamados virus VIH no son la causa del SIDA, a menudo se plantea
la pregunta de si el SIDA se puede transmitir de alguna manera:
por vía sexual, por vía intravenosa, a través
de los órganos respiratorios o por otras vías de infección.
Muchas personas tienen
dificultad mental para entender intelectualmente ciertos hechos
del sistema inmunitario, ya que se les ha sugerido que las células
inmunitarias de los llamados VIH-positivos y de los pacientes de
SIDA reaccionan primariamente con agentes patógenos infecciosos
que son transmitidos usualmente por vía sexual o por una
madre llamada VIH-positiva a su hijo.
Sin
embargo, la realidad biológica es que las células
inmunitarias humanas, además de ser influidas por inmuno-estresores
microbianos, también lo son por un cierto número de
inmuno-estresores no microbianos. Luego las enfermedades indicadoras
de SIDA no tienen porqué estar provocadas preferentemente
por infecciones del tipo que sea, como lo demuestran los ejemplos
de SIDA nutricional, de SIDA en el caso de transplantes con terapia
inmunosupresiva, o de SIDA después de la medicación
con AZT o con otros nucleósidos análogos.
Un homosexual africano,
por ejemplo, puede enfermar de SIDA nutricional aunque nunca haya
corrido los riesgos de un homosexual anal-receptivo promiscuo occidental.
Sin embargo, en África se le registraría sin duda
como paciente heterosexual de VIH/SIDA.
Tampoco la aparente
transmisión del VIH/SIDA de madre a hijo tiene en absoluto
porqué estar condicionada primeramente por una infección.
Puesto que durante el embarazo las células inmunitarias y
no inmunitarias del feto presentan, respectivamente, un predominio
de TH-2 o de citocinas tipo 2, la predisposición a infecciones
oportunistas (SIDA) después del nacimiento depende sobre
todo de si la madre ha transmitido al hijo suficientes anticuerpos
maternos intactos y de si el niño puede lograr un equilibrio
estable de células inmunitarias TH-1 y TH-2 durante los primeros
meses de vida. En el caso en que la madre tenga una alimentación
deficiente o incorrecta, o sufra daño tóxico antes
o/y durante el embarazo, la maduración de las células
inmunitarias TH del hijo se verá seriamente perjudicada.
Ya en los años 40 se diagnosticaron en Europa infecciones
oportunistas (PCP) en niños prematuros y en huérfanos.
De la misma forma se presentan infecciones oportunistas en niños
que nacen con aplasia del timo.
En África, que
de repente los hijos de madres con daños previos nutritivos,
infecciosos o/y tóxicos tengan que estar infectados por los
llamados virus VIH si desarrollan infecciones oportunistas, no se
puede comprender a un nivel racional, ni siquiera cuando el llamado
test de anticuerpos contra el VIH dé un resultado positivo
por las razones antes mencionadas. Medicar a esos niños de
forma preventiva o terapéutica con AZT o con otros nucleósidos-análogos
es un trato inhumado en el sentido de la Declaración de los
Derechos Humanos de las Naciones Unidas, incluso asumiendo los postulados
de que los llamados virus VIH existan y se transmitan de madre a
hijo. El tratamiento, por un plazo limitado o no, de un recién
nacido, cuyas células inmunitarias todavía no están
maduras, con sustancias que, como está demostrado, perjudican
enormemente la maduración de las células inmunitarias,
cumple la figura delictiva de lesión corporal premeditada
con resultados fatales, y debe ser internacionalmente condenado
como tratamiento especialmente inhumano.
Las preguntas del presidente
Mbeki a la conferencia de expertos de Pretoria de los días
6 y 7 de mayo del 2000 ilustran el malentendido fundamental de ver
el SIDA como consecuencia exclusiva de una infección por
vía sexual y de descartar a priori todos los otros inmuno-estresores,
estén o no asociados al sexo y sean o no infecciosos.
Por ejemplo, en los
países occidentales más del 90% de los niños
mayores de 6 años de edad presentan anticuerpos que también
reaccionan contra el pneumocistis. Pero sólo pocas personas
enferman de neumonía por Pneumocystis Carinii (PCP), la enfermedad
indicadora del SIDA más frecuente en los países occidentales.
El agente patógeno es un hongo que se transmite por el aire.
Que una persona llegue o no a enfermar de esta PCP oportunista depende
únicamente de si dispone o no de suficientes células
inmunitarias TH-1 para producir el gas NO que elimine los patógenos
de la PCP, activadas por señales específicas de antígenos
que representan una estimulación de células o toxinas
por los patógenos. En caso de enfermedad, los agentes patógenos
de la PCP se benefician de la debilidad de la inmunodeficiencia
celular, independientemente de si la previa predominancia de TH-2
se desencadenó a consecuencia de factores de estrés
infecciosos o no infecciosos, transmisibles o no por vía
sexual.
La vía de contagio
sexual y el sexo pueden jugar un papel pero igualmente pueden no
tener implicación alguna. Del mismo modo, otros agentes patógenos
(hongos y parásitos) que potencian infecciones oportunistas,
pueden verse favorecidos por infecciones crónicas precedentes,
aunque por sí mismos estos agentes no produzcan infecciones
oportunistas.
Tales interacciones
se conocen en los países occidentales, por ejemplo en pacientes
quirúrgicos después de operaciones y traumatismos,
así como en pacientes en pabellones de cuidados intensivos.
Tales interacciones entre agentes patógenos crónicos
y agentes oportunistas son frecuentes en los países en vías
de desarrollo debido a las condiciones generales de vida, y no tienen
nada que ver con los llamados virus VIH, incluso si da positivo
el llamado test del VIH y si es bajo el número de células
T4. Al contrario, tales resultados de laboratorio pueden darse en
todos los casos en que hay una marcada predominancia de células
inmunitarias TH-2 y preexistentes infecciones crónicas, sin
presencia alguna de los llamados virus VIH. No obstante, la medicación
con AZT estaría contraindicada aunque se demostrara la existencia
de los llamados virus VIH, ya que tales llamados virus VIH sólo
morirían juntamente con las células inmunitarias pero
el AZT mataría muchas más células inmunitarias
no infectadas por los llamados virus VIH.
Sin embargo, estos
hechos biológicos no significan que el SIDA «se contagia»,
ya que el SIDA es el síndrome clínico resultante y
no la causa de la deficiencia adquirida de células inmunitarias
TH-1 ni de la escasa producción de gas tóxico NO de
defensa. Lo que se transmite son agentes patógenos que pueden
estar primariamente implicados en el desarrollo de una deficiencia
inmunitaria TH-1, o que secundariamente pueden beneficiarse de una
preexistente deficiencia de TH-1.
Pero estos contagios no ocurren en absoluto
sólo por vía sexual sino por todas las posibles vías
de entrada. También es así en el caso de los homosexuales.
La diferenciación superficial entre
el contagio heterosexual y el homosexual de los llamados virus VIH
sirve al aparato de propaganda occidental del VIH/SIDA como sugestión
manipulativa de una llamada infección mortal por VIH transmisible
a cualquier persona por contagio sexual. Esta propaganda ignora
los inmuno-estresores de tipo infeccioso y la influencia de los
inmuno-estresores no infecciosos, los cuales durante millones de
años han sido, sin los llamados virus VIH, desencadenantes
muy activos de enfermedades. Sin embargo, la transmisión
predominantemente homosexual de las llamadas infecciones por VIH
en los países occidentales y la transmisión heterosexual
de las llamadas infecciones por VIH en los países africanos,
no son explicadas por los investigadores del VIH/SIDA por los riesgos
demostrables y específicos infecciosos y no infecciosos a
los que están sometidos una minoría de los pacientes
homosexuales, ni por las condiciones generales de vida en los países
africanos, sino por el singular carácter impulsivo de la
sexualidad de los homosexuales occidentales y de los hombres y mujeres
africanos. En particular, en los últimos 15 años los
medios de comunicación internacionales no han dejado de publicar
todo tipo de extraños clichés con puras fantasías
sobre la vida sexual de la población africana.
Para poder evitar que esta supuesta pandemia
afecte a toda la humanidad en su conjunto, se exige, aparentemente
como protección, que en África se trate con AZT a
las mujeres embarazadas y a los recién nacidos. Como primera
ayuda y por razones aparentemente humanitarias, las industrias farmacéuticas,
en colaboración con la OMS y con gobiernos y ONGs de países
occidentales, ofrecen AZT y otros nucleósidos-análogos
a bajo coste. La pregunta decisiva en esta novela de intriga económica
ya no es si el AZT puede detener los llamados virus VIH, sino si
Sudáfrica puede servir de cabeza de puente para la venta
del AZT en los países en vías de desarrollo.
Existe un acuciante
problema, tanto para los países occidentales como para los
países en vías de desarrollo, que no surgió
a la luz publica hasta hace unas décadas mediante el cambio
de concepción en la investigación médica: el
creciente abuso de quimio-antibióticos y la vacunación
masiva a partir del fin de la segunda guerra mundial. Ambos factores
predisponen a una prevalencia a largo plazo de enfermedades TH-2,
como alergias, enfermedades ectópicas de la piel, artritis
crónica, ciertas enfermedades autoinmunes, SIDA y cáncer,
entre otras. La razón de ello es la falta de entrenamiento
de las células inmunitarias TH-1 y el desplazamiento en el
equilibrio de la respuesta inmunitaria TH1-TH2. Un indicador de
este cambio doble en el perfil de la carga infecciosa en los países
occidentales es el hecho de que, estando sujetos a la misma exposición,
prácticamente sólo pacientes nacidos después
de la segunda guerra mundial han sido diagnosticados como enfermos
de SIDA. Lo mismo se aplica a pacientes con órganos transplantados
-sin una predisposición genética- que han desarrollado
SIDA después del transplante. Esta predisposición
adquirida tiene un impacto incluso más grave en las condiciones
generales de vida en los países en vías de desarrollo
que en los países occidentales, donde ya se ha reconocido
claramente el cambio hacia una creciente y clara predominancia de
las enfermedades crónicas en comparación con las enfermedades
agudas.
En la próxima
década, las leyes biológico-evolutivas de la co-evolución
deberán ser nuevamente discutidas a la luz de los descubrimientos
fundamentales obtenidos por la investigación médica
en los años 90. Una política social y sanitaria prometedora
y racionalmente fundamentada deberá orientarse según
este contexto, y no en el contexto de teorías irracionales
que causan el derroche de enormes recursos académicos y económicos.
Doctor Heinrich Kremer
(Alemania).
Nace
en 1937.
1958-1965: Estudia Medicina.
1965: Doctor en Medicina.
1966-1968: Médico auxiliar.
1968: Doctor en Psiquiatría y Neurología.
1966-1970: Estudia Sociología, Psicología
y Politología en la Universidad Libre de Berlín.
1968-1975: Responsable médico de «Terapia
social para toxicómanos y para personas con graves
trastornos de sexualidad y personalidad, y drogadictos»
en Berlín-Tejel (proyecto piloto del gobierno
federal alemán para la reforma del régimen penitenciario).
1975-1980: Profesor, perito y jefe de proyectos de
Medicina Social en Berlín y Baja Sajonia.
1981-1988: Director médico de la Clínica
especializada en drogodependientes jóvenes y adultos-jóvenes
de las regiones de Berlín, Bremen, Hamburgo, Schlewig-Holstein
y Baja Sajonia, según modelo puesto a prueba por el
Gobierno Federal. Especialidades principales: rehabilitación
psicosomática, investigación básica clínica
y profilaxis de infecciones (entre otras, en octubre de 1982:
primera prueba clínica de vacunación de hepatitis
B en drogadictos; setiembre de 1984: primer ensayo clínico
en Alemania de los tests de anticuerpos del VIH).
1988: Sale del servicio oficial al dimitir por desacuerdos
en el enfoque de la política para la droga y el SIDA.
1988-1998: Perito, profesor y redactor independiente
de Medicina Social. Investigaciones sobre drogas y SIDA.
Desde 1988: Investigador activo de la medicina del
SIDA.
1995-1999: Miembro del «Grupo de Estudio sobre
Inmunidad y Nutrición», dirigido por el inmunólogo
suizo Doctor Alfred Hässig, ya fallecido.
1996: Fundador, junto con el Doctor Stefan Lanka, de
REGIMED (REsearch Group Investigative MEDicine and Journalism).
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Diario 16. Martes, 13 de mayo de 1997.
El doctor Heinrich Kremer pertenece
a la organización Regimed, que reúne a un grupo de
científicos que cuestionan las explicaciones oficiales en
lo que se refiere al sida, especialmente, y también se muestran
críticos con los tratamientos utilizados en el cáncer
y otras enfermedades degenerativas. En 1981 fue director médico
de una clínica especializada en drogodependientes que formaba
parte de una experiencia piloto del Gobierno alemán, lo que
le permitió conocer de cerca el papel de las diferentes toxicomanías
en el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Estudioso de las
mitocondrias celulares, defiende tratamientos no agresivos para
luchar contra enfermedades como el sida o el cáncer. El pasado
fin de semana, estuvo en Barcelona para dar una conferencia sobre
los procesos vitales y el tratamiento alternativo que propugna para
superar estas graves enfermedades.
Heinrich Kremer/Especialista en Mitocondrias Celulares.
«Los fármacos actuales
matan a los pacientes».
El doctor alemán defiende los tratamientos no agresivos
contra el sida y el cáncer.
Luís M. Mendizábal/Barcelona.
Diario 16: ¿Cómo fue su experiencia en la clínica
piloto especializada en drogodependientes?.
Heinrich Kremer: En los años setenta se desarrolló
en Europa una epidemia de hepatitis B, y en 1978, EE. UU. puso
en marcha una vacuna contra esta enfermedad, que hay que decir
que afectaba a tres grupos: homosexuales, drogadictos por vía
parental y hemofílicos. Tres años más tarde,
el Gobierno Federal alemán puso en marcha una clínica
piloto en cinco de sus regiones para estudiar la incidencia de
la enfermedad en drogadictos, y me nombró director médico.
Ya en 1982 se introdujo la vacuna de la hepatitis B en Alemania,
y yo, viendo que no tenía efectos secundarios y que la
OMS recomendaba su uso, la apliqué a los infectados y,
como preventivo, a los trabajadores sanitarios, y comprobé
que era efectiva. En 1984, se congelaron muestras de sangre de
todas aquellas personas de la clínica infectadas con la
hepatitis B, y el Gobierno Federal y el de las cinco autonomías
acordaron aplicar los tests del sida, por primera vez en Alemania,
a estas personas. Yo estuve de acuerdo en que lo hicieran, a condición
de que los tests fueran anónimos.
¿Cuál fue el resultado de esos
tests?.
De un grupo de 200 muestras, 18 dieron positivo,
mientras que de los 78 colaboradores míos que se sometieron
al test, dieron positivo 8 de ellos. En total, 26 «sentencias
de muerte». Yo estudié los tests y vi que no tenían
ningún valor clínico, ya que detectaban el mismo
tipo de anticuerpos que se producen cuando una persona está
padeciendo una hepatitis B. El 95% de las personas que dan positivo
al test del VIH tienen hepatitis. Posteriormente, trabajé
con 20.000 drogadictos en las prisiones alemanas, y ni uno solo
de ellos tuvo una seroconversión, hasta que dejé
el proyecto debido a mi desacuerdo con la política llevada
a cabo por el Gobierno Federal en cuanto al tema drogas y sida.
El problema es que se nos explica la transmisión de la
enfermedad únicamente tomando como base los tests. Seropositividad
y sida son dos cosas diferentes.
¿Qué es el sida?.
El sida es un modelo equivocado, subproducto
de otro modelo equivocado que fue el cáncer. En 1971 se
decía que el cáncer se podía contagiar y
luego esto se desestimó. Después se habló
de que el Sarcoma de Kaposi, una de las enfermedades que se asocia
al sida, se extendería al resto de la población.
Esta teoría, después de 16 años, se sabe
que es totalmente falsa. El sida no existe como definición.
El fenómeno sida engloba a un montón de enfermedades
que ya están perfectamente explicadas por sí mismas.
Yo, más que un síndrome de inmunodeficiencia, prefiero
hablar de un síndrome de energiadeficiencia.
El jueves, un rotativo catalán
anunciaba que los nuevos fármacos podrían eliminar
el virus en la sangre en tres años de tratamiento. ¿Qué
opina sobre esto?.
Uno de los estudios es el realizado por
David Ho, elegido «hombre del año» por la revista
«Time». Este señor es un tramposo, porque afirma
que «una combinación de tres fármacos contra
el virus del sida durante un periodo de entre 27 y 38 meses consigue
erradicar completamente el virus de la sangre». Pero esto
lo dice a raíz de un estudio basado en el seguimiento de
ocho pacientes durante veinte semanas. Ho parte de un modelo matemático
equivocado. Este científico se hizo famoso cuando las contradicciones
sobre el modelo sida eran tan obvias, que se necesitó lanzar
una nueva teoría. Esta es precisamente la de David Ho,
que fue el primero que sustituyó la idea de que el VIH
era un lentivirus, afirmando que es un virus que se multiplica
a gran velocidad y que se encuentra en todas partes. Esta afirmación
no tiene base científica.
¿Usted es de los que piensan que
los fármacos actuales administrados a los enfermos de sida
son un veneno?.
Sin duda alguna. Los medicamentos, como
el Bactrim, aplicados a los enfermos están compuestos de
dos sustancias: una es citostática, e impide la división
celular (es la usada en quimioterapia). Las otras, las sulfanomidas,
inhiben la producción de ácido fólico, que
es la vitamina que el cuerpo necesita para formar el material
genético. Estas dos sustancias, juntas, disminuyen la ploriferación
de células inmunitarias y matan todas las células,
incluidas las mitocondrias, que son las bacterias encargadas del
transporte de energía de una célula a otra. Estoy
en condiciones de afirmar que este tipo de medicamentos, a medio
plazo, matan.
La vida según
Kremer.
El doctor Kremer centró su conferencia en la descripción
de las llamadas «terapias sistemáticas no agresivas»,
y mencionó la necesidad de utilizarlas en lugar de los fármacos
actuales.
Luís M. Mendizábal/ Barcelona.
Bajo el título «Qué es la vida
y sus consecuencias para tratamientos no-agresivos de sida, cáncer
y enfermedades degenerativas», el doctor Heinrich Kremer,
que estuvo acompañado del virólogo Dr. Stefan Lanka,
dio una conferencia en Barcelona que tenía como objetivo
«dar a conocer una serie de procesos vitales y evolutivos
que ayuden a precisar el tipo más adecuado de tratamiento
para todo tipo de enfermedades», según sus propias
palabras.
Kremer habló de sida, de cáncer, y de otras enfermedades,
como el Parkinson, el Alzheimer, o las producidas por el estrés
(depresión, psicosis, etc.), pero se centró, sobre
todo, en la puesta en práctica y descripción de terapias
sistémicas no agresivas.
En opinión del médico alemán, el tratamiento
recomendado para ayudar a superar estas graves enfermedades pasa
por «ofrecer aquellos ladrillos que ayuden a la reconstrucción
de las células hepáticas, unas moléculas que
favorezcan el transporte de energía entre las células».
«Las moléculas que tenemos son de dos formas: reducidas
y oxidadas. El cuerpo necesita una combinación de ambas,
un equilibrio que permita su propia regulación», añade
Kremer.
¿Dónde se encuentra esta combinación de moléculas?.
Kremer lo explica, a partir de un punto de vista evolutivo: «Así
como los animales, al ser móviles, podían evitar los
rayos ultravioleta, las plantas, estáticas, no podían
escapar a estas radiaciones. A raíz de esta exposición
contínua al Sol, las plantas desarrollaron unas moléculas
llamadas polifenoles, que tienen una capacidad de protección
de los rayos ultravioleta y de absorción de radicales químicos.
Existen unos cinco mil tipos de polifenoles, de los cuales la Vitamina
E es uno de los más conocidos».
Kremer afirma que «el ser humano necesita recibir estos polifenoles
de forma natural, mediante una alimentación adecuada que
restablezca en el cuerpo la proporción de energía
y la absorción de radicales libres necesarios».
La palabra mágica es «fitoterapia», que intenta
ayudar al mantenimiento de las funciones celulares simbióticas.
Las medidas terapéuticas de la fitoterapia están basadas
en sustancias análogas, orgánicas e inorgánicas,
para la formación de energía, que deben ser ofrecidas,
y que ya en las primeras fases de la evolución posibilitaron
el desarrollo de los organismos complejos.
«La aspirina, sin ir más lejos, que procede de una
corteza de un árbol muy conocido, y cuya prevención
de la arterioesclerosis es bien sabida, contiene polifenoles, al
igual que el vino», asegura Kremer.
En este sentido, y descartado cualquier tratamiento basado en medicamentos
elaborados por la química, el Dr. Kremer
adelantó que está investigando una combinación
de plantas que han elaborado médicos del Tíbet, «lugar
donde el ser humano vive en condiciones muy especiales de exposición
al Sol», que contiene ambos tipos de células, las reducidas
y las oxidadas, y que él considera que se está revelando
como un medicamento de gran eficacia.
En su conferencia, el Dr. Kremer explicó a los allí
presentes una curiosa teoría, una hipótesis que elabora
una explicación sobre la evolución biológica,
a la que ha puesto el nombre de «Gaia», y que sirve
para apoyar sus opiniones respecto al tratamiento de enfermedades.
«Comprendiendo el funcionamiento de fondo, podemos ayudar
en casi todo», manifiesta Kremer.
Según la citada teoría, hay una interacción
permanente y global entre toda la materia viva y la considerada
inanimada (por ejemplo, la atmósfera), de forma que se establece
una simbiosis que se mantiene gracias al flujo permanente de energía.
En este proceso tiene un papel crucial la alta concentración
de oxígeno.
Los primeros entes vivos, un tipo de bacterias, obtenían
la energía que necesitaban del hidrógeno. Cuando éste
escaseó, las bacterias aprendieron a dividir la molécula
de agua a través de la fotosíntesis, lo que supuso
una liberación de oxígeno, que constituyó la
primera amenaza ecológica global. En este momento, hubo un
doble proceso de endosimbiosis: unas bacterias contribuyeron a la
preservación y complejización de la información
genética, dando lugar a la configuración del núcleo
celular y otras aprendieron a obtener energía a partir del
oxígeno. Esto es la base de todo desarrollo de vida superior.
Kremer opina que «se puede entender
al ser humano como una gran y compleja colonia de bacterias funcionando
endosimbióticamente. Esto permite entender tanto la salud
como la enfermedad. La clave es preservar la simbiosis, tanto a
nivel de la bisofera como a nivel del cuerpo humano, y la utilización
de antibióticos, quimioterapia, o antivirales interfieren
en la información genética del ser humano».
La teoría de la bala mágica.
La teoría de la «bala mágica»,
creada por Paul Ehrlich en 1906, sirve de ejemplo al Dr. Kremer
para explicar lo absurdo de una creencia firmemente extendida en
la medicina actual: que la evolución científica ha
creado medicamentos capaces de llegar y actuar en un punto determinado
del cuerpo humano. «Es imposible pensar en un lugar clave
donde colocar esa bala mágica. La complejidad del cuerpo
humano hace que nadie pueda prever donde va a actuar un medicamento
y qué es lo que va a destruir».
VOLUMEN I: http://www.oocities.org/iesnchile/sida01.html
VOLUMEN
II: http://www.oocities.org/iesnchile/sida02.html
VOLUMEN
III: http://www.oocities.org/iesnchile/sida03.html
VOLUMEN
IV: http://www.oocities.org/iesnchile/sida04.html
VOLUMEN
V: http://www.oocities.org/iesnchile/sida05.html
VOLUMEN
VI: http://www.oocities.org/iesnchile/sida06.html
VOLUMEN
VII: http://www.oocities.org/iesnchile/sida07.html
VOLUMEN
VIII: http://www.oocities.org/iesnchile/sida08.html
VOLUMEN
IX: http://www.oocities.org/iesnchile/sida09.html
VOLUMEN
X: http://www.oocities.org/iesnchile/sida10.
html
VOLUMEN
XI: http://www.oocities.org/iesnchile/sida11.
html
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