EL LLAMADO A LA SALVACION

"Una Invitación Divína"

Por Noé Camacho

 

Introducción:

El llamado divino tiene diferentes usos y aplicaciones en la Escritura. Sin embargo, el concepto bíblico mas significativo sobre el llamado de Dios tiene que ver con la iniciativa divina de invitar al pecador a aceptar la gracia redentora de Dios manifestada en Jesucristo." En su llamado, Dios no sólo demanda que crean en él, Dios demanda que le crean a él." Dios llama al hombre a recibir el perdón de pecados y la vida eterna a cambio de creer.

La oferta de gracia es irresistible y tentadora. Despues de todo, podriamos preguntarnos, ¿quién podria negarse a obtener el mejor alimento y la mejor bebida a cambio de nada? Como lo presenta Isaías 55:1-2 no hay necesidad de comprar nada porque todo es gratuito. A nadie le cuesta un sólo centavo recibir lo prometido, porque aquél que ha hecho la invitación tambien ha proveído suficiente alimento y suficiente bebida para todos sin costo alguno. Todo lo que Dios demanda es una respuesta inmediata y positiva a su llamado. La invitación divina urge a que todos acudan a su invitación, y convoca a que todos atiendan su llamado. El llamado de Dios demanda una contestación pronta, y positiva. Dios desea otorgar todos los beneficios de su oferta a aquellos que inclinen su oído y presten atención a su convocatoria. Por eso, el Espiritu Santo dice por medio Isaías: "Inclinad vuestro oído y venid a mí; escuchad y vivirá vuestra alma,"

Un Llamado Univerzal

El llamado a la salvación es de alcanze univerzal; Dios no desea que nadie quede fuera de este maravilloso plan de salvación. Por el contrario, "Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro. 3: 9). El llamado a la salvación es general e individual, es inclusivo y colectivo, es abierto y sin restricciones. No excluye a nadie, ni favorece a nadie, no discrimina, ni es imparcial, no está limitado a una nación especifica, ni a una raza en especial. Su llamado se extiende por todos los rincones de la tierra, para todas las naciones, esta dirigido a todos los pueblos, a gente de toda raza, de toda cultura, de todo color, y de todo lenguaje. Incluye a ricos y pobres, a hombres y mujeres, adultos y niños, jovenes y ancianos, blancos y negros, cafes y amarillos, judios y griegos, altos y bajos, gordos y flacos.

Todos lo seres humanos han sido convidados a ese gran banquete espiritual que Dios tiene reservado para todos los que diligentemente acudan a su invitación, y respondan con un corazón sincero al llamado de arrepentimiento y de fe en el Hijo de Dios. El ha enviado su mensaje de salvación al mundo entero, para que nadie tenga excusa alguna de decir; "yo no lo sabia," o, "yo jamás lo escuché," "a mí nadie me dijo nada." Nadie podrá excusarse, porque no habrá nadie que se quede sin conocer que Dios hizo todo lo posible, todo lo que estaba a su alcanze por salvar a la humanidad, y por dejarle saber su plan de salvacion. El corazón de Dios se entristece porque no todos quieren oir su llamado. Dios se lamenta porque no todos quieren aceptar su invitación. Su anhelo, es que "todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4). "Dios no quiere la muerte del que muere," "El Señor no quiere la muerte del pecador,"

El Hijo de Dios no murió por algunos solamente, él "no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (todos) (Mateo 20:28). La sangre de Cristo es eficaz y suficiente para perdonar los pecados de cada individuo que ha caminado y cminará sobre este planeta. Si todas las personas del mundo se arrepintieran de sus pecados y se volvieran a Dios, todos serían perdonados y serían salvos de la condenación eterna.

Un Llamado Condicional

Aunque la oferta de salvación es para todos, y el llamado es de proporción univerzal, no todos serán salvos, ni a todos les seran perdonados sus pecados. El grupo selecto de los "elegidos" estará formado unicamente por aquellos que han atendido y atenderán al llamado de Dios. Solamente aquellos que tomen ventaja de la oportunidad única de ser perdonados y limpiados con la sangre del Cordero de Dios, gozarán de la promesa de la vida eterna. La recompensa de la vida eterna es otorgada sólo a aquellos que se arrepienten, reconocen su necesidad de ser perdonados, y creen Jesucristo. El llamado de Dios es univerzal y colectivo, pero es recibido y aceptado particular e indiividualmente. Por eso dice la Biblia; "Buscad al Señor mientras pueda ser hayado" (Isaias 55: 6), y "Si ois hoy su voz, no endurezcais vuestro corazón" (Salmo 95:7e-8a).

Llamados A Ser Elegidos

Como ya hemos mencionado, Dios ha convocado a toda la humanidad a aceptar su grandiosa oferta de salvación. Aquellos que la aceptan se convierten en "los elegidos" los cuales son conocidos y predestinados por Dios desde antes de la fundación del mundo. Debe entenderse que la "predestinación" de los escogidos o la "elección predeterminada" de Dios no es hecha arbitrariamente, ni selectivamente. Dios elige quien es salvo y quien no lo es, en base a su fe. Dios ha eligído soberanamente que los que crean en su Hijo se salven, y los que no, no. Además, Dios en su previo conocimiento supo desde antes de la creación quienes creerían y quienes no lo harían. De esta manera, Dios determinó el destino tanto de los que creerían, como de los que no lo harían; los que habrían de creer fueron destinados vida eterna, y los que no para condenacion eterna.

La salvación es la iniciativa de Dios, pero la voluntad humana movida por la gracia divina debe ser ejercida para recibir por fe la oferta de salvación de Dios. Jesus declara en Mateo 20:16 que "muchos seran llamados, pero pocos los escogidos." La declaración de "los muchos llamados" no se refiere a otras denominaciones cristianas, fuera de cierta denominacion. Así como la declaración de los "pocos escogidos" tampoco es una referencia a los miembros de alguna denominación en especial. Los "muchos llamados" es una referencia a toda la humanidad, y los "pocos escogidos" es una referencia a aquellos que por la fe se habían de apropiar del regalo de salvación de Dios.

La designación de los "pocos escogidos," es una referencia a todos aquellos que creerían. A éstos Dios mismo ha predeterminado su destino eterno al lado de él. El apostól Pablo recoge este mismo concepto cuando escribe a los Romanos (8:28-30); "Sabemos, ademas que a los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." El llamado de Dios es un llamado de propósito. El propósito divino es el de predestinar la calidad de vida que los elegidos debían de vivir, al igual que el destino eterno de ellos en base a como ellos respondieron cuando fueron llamados. Por eso Pablo prosigue; "A los que antes conoció, tambien los predestinó "Y a los que predestinó, a estos tambien llamó." De esta manera; "los que llamó," son los mismos que "predestinó," y los mismos que de antemano "conoció" habrían de responder por fe a su llamado. Por lo tanto, "a los que llamó, a estos tambien justificó; y a los que justificó, a estos tambien glorificó." Estos es; también los justifico "posicionalmente," como justos.

Conclusion

La iglesia de Jesucristo esta formada por los "llamados." El termino griego "Ekklessia" significa "la asamblea o congregación de los llamados." El apostol Pablo se refiere a la iglesia como "los llamados a ser de Jesucristo" (Rom. 1:6; 1 Cor. 1:24). ¡ Si, la iglesia es propiedad de aquél que pago por ella con su propia vida!

Si usted cree en él, también usted será salvo La puerta de la salvación aún no se ha cerrado, todavia hay oportunidad. Dios continua extendiendo su invitación de amor por medio de aquellos que ya hemos creido. Nosotros somos "los voceros de Dios." Es nuestra taréa presentar la oferta de gracia y perdón a todas las personas. Todavia hay mucha gente que ignora lo que Dios ha hecho por ellos. Todavia hay gente que no se ha atrevido a contestar la invitación de Dios. Quiza nosotros conocemos a más de una persona que se encuentre en cualquiera de estas dos situaciones.

La triste realidad, es que muchas de éstas personas son nuestros seres queridos. Nuestros amigos y familiares inconversos corren el grave peligro de morir, sentenciados al fuego del infierno por no haber aceptado la invitación de Dios. "¿Pero, cómo creerán?", dice Pablo," si no hay quien les predique." Tomemos el tiempo necesario para compartir nuetra fe en Jesucristo con aquellas personas que amamos, y apreciamos. Es imperativo que les hagamos saber que el tiempo se esta agotando. La segunda venida de nuestro Señor esta cerca. Si no ha venido todavia es porque está esperando a que todos se arrepientan, y atiendan a su llamado. Si tú has leído éste artículo y todavía no le has aceptado, aún es tiempo; el Señor te está llamando, y te dice: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entrare a él, y cenaré con él, y él conmigo." (Revelación 3:20).

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