Sitio especializado en la problemática de la medición de la inflación en la República Argentina |
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El autor de este sitio es un ex técnico del
INDEC que trabajó cinco años en la dirección de
metodología y cálculo del IPC. Aquí no se
publica una mera opinión, sino información cuya prueba
está disponible y se irá agregando en cada número. |
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Por una Argentina transparente, como la soñaron San Martín y Belgrano. |
Ricardo Patricio Natalucci |
Abril de 2002. |
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1) Practica discriminación contra los sectores más pobres y también contra la clase media, quitándole representatividad a más del 80% de la población, y haciendo que el índice sea virtualmente insensible a los aumentos de precios de los artículos y servicios más necesarios. Representa al 20% más rico de la sociedad, y en algunos rubros apenas al 10% más rico, y con ello favorece la ponderación excesiva de determinados artículos suntuarios sin tener en cuenta que solamente una ínfima minoría los puede consumir. Propicia el aumento de la brecha entre ricos y pobres y la exclusión social. 2) Produce indirectamente subestimaciones en otros indicadores sociales, como los índices de pobreza. Hará que la cantidad oficialmente calculada de pobres esté subestimada en varios millones. 3) Acusa incrementos inflacionarios notoriamente más bajos a los verdaderos en:
4) Si bien fué diseñado para disimular la recesión y favorecer los controles de precios, presenta un efecto paradójico que puede arruinar cualquier mejora, ya que acusa incrementos inflacionarios mayores a los verdaderos en:
En estas últimas situaciones su efecto paradójico es tan grande que puede anular toda mejora que se hubiera podido obtener, e inclusive desatar la hiperinflación. Esto fue exactamente lo que pasó a fines de 1989. 5) En la medida en que en el país se instauren mecanismos de actualización de salarios, alquileres, ahorros, las distorsiones del IPC podrán producir una avalancha de juicios contra el Estado, y también entre particulares. 6) Traerá cada vez más descrédito al INDEC, que al ser un organismo que por su propia razón de ser es productor de información, perderá toda validez al carecer de confiabilidad. 7) La plenamente justificada desconfianza en el IPC oficial dificultará los acuerdos sobre actualización de salarios y otros contratos, ya que al faltar un indicador oficial creíble los gremios de trabajadores y otros organismos querrán con razón basar los reclamos en sus propias mediciones de los aumentos de precios. Esta situación lleva a una anarquía indexativa y resulta generadora de innecesarios conflictos. Hasta aquí la síntesis de las principales características y efectos del fraudulento IPC que viene elaborando el INDEC. A partir del próximo número, Informe de Coyuntura comenzará a difundir los detalles y las pruebas.
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