49 - ALGUNOS ASPECTOS DE LA VIDA
COTIDIANA EN EL ANTIGUO EGIPTO DESDE
EL IMPERIO ANTIGUO AL IMPERIO NUEVO
por SOFÍA SÁEZ
INTRODUCCIÓN
La vida cotidiana y las costumbres del Antiguo Egipto no sufrieron cambios dramáticos a lo largo de sus tres milenios de historia. En consecuencia, acompañando la lenta evolución - determinada principalmente por la gran hermeticidad de la civilización ante influencias exteriores - en la religión, la arquitectura y la organización social (por ejemplo), solo se produjeron cambios notorios frente a situaciones puntuales, como la invasión de los Hicsos que revolucionó al ejército y su armamento, o la influencia griega que cambió la agricultura. Dentro de este panorama de lenta evolución de la vida diaria del Egipto Antiguo, abordaremos su estudio a través aquéllos aspectos que en su conjunto dan una visión general de la temática tratada.
DIFERENTES ASPECTOS DE LA VIDA COTIDIANA
LOS OFICIOS Y PROFESIONES MÁS TRASCENDENTES DE LA ÉPOCA
A continuación, hablaremos de las profesiones más representativas del Antiguo Egipto, exceptuando aquéllas que, como los sacerdotes o arquitectos, pueden integrarse a otras monografías sobre temas más específicos.
ESCRIBAS: Eran los encargados de transportar la cultura egipcia de generación en generación, enseñándosela solo a los de alto nivel social. Éste era un cargo muy importante, del cual estaban muy orgullosos los que lo poseían.
Los sacerdotes eran los que debían enseñarle dicha profesión a los jóvenes que tenían futuro como letrados. Estudiar para ser escriba era muy complejo, porque además del hecho que tenían que ser muy hábiles para el dibujo, debían aprender matemática, geografía, gramática, idiomas extranjeros, textos sagrados, entre otros. Primero se aprendían los diversos signos agrupados en diferentes categorías (para facilitar su memorización), y luego se comenzaban a estudiar las palabras según su significado. Por último se copiaban (primero en lona, después en tablillas y por último en papiros), textos religiosos u otras obras, con lo cual culminaba su carrera de estudios. Esto les daba un carácter de gran importancia, ya que al poseer tantos conocimientos podían acceder a cualquier cargo. Al comenzar podían hacerlo como funcionarios del Estado, del ejército o en forma privada (es decir, en el palacio). Dependiendo de sus capacidades, los cargos que podían llegar a ocupar eran desde escribiente de pueblo o ayudante de cualquier magistrado de mínima categoría hasta secretario privado del faraón.
MÉDICOS: Para ser médico era necesario saber leer y escribir ya que debían aprenderse las diversas leyes, fórmulas y diagnósticos (contenidos en los papiros médicos). Al médico laico (quien era el que realmente poseía el arte de sanar), se le denominaba "swnw" ("el que cura" o "el que corrige"). Éste nombre lo recibían los médicos sencillos, cuya profesión probablemente comenzaba en la familia, con recetas caseras para sanar dolencias.
Los únicos datos que poseemos sobre la formación profesional de los mismos, se refieren a que estudiaban en la "Casa de la Vida" ("Per Ankh"), a la cual también concurrían sacerdotes, magos y escribas.
Algunos médicos, además, poseían otros títulos; y otros hasta llegaban a ocupar cargos muy altos por sus propios méritos, como "Médico Principal del Señor de las Dos Tierras".
La medicina, sobre todo el arte de la cirugía y los estudios del interior del cuerpo humano (facilitados gracias a la técnica de momificación), dieron a los egipcios un gran prestigio sobre los demás pueblos vecinos, dado el carácter muy avanzado de dichos conocimientos.
MILITARES: El ejército fue algo similar al de la actualidad en cuanto a su reclutamiento. Primero (durante un cierto período), se cumplía con el servicio militar al mando de comandantes locales, y al culminarlo cumplían con su entrenamiento, aunque lógicamente continuaba con su rutina de preparación en caso de guerra. Este alistamiento corría a cargo del Estado; dichas tropas estaban a disposición del monarca, el cual designaba un príncipe noble de su familia para que las guiara en la batalla.
Luego de la invasión de los Hicsos, se mejoró el armamento y el equipamiento de los soldados. Así, aprendieron a domar caballos, a fabricar arcos compuestos, a añadirle puntas de bronce a flechas y lanzas, como también a mejorar sus espadas (copiando el modelo de los asiáticos, en forma de hoz curvada). Además, comenzaron a utilizar el carro a caballo de dos ruedas (copiado de sus enemigos provenientes de Babilonia y Asiria) perfeccionándolo; al reconocer que montar un caballo y usar un arma (como el arco) simultáneamente era algo muy complicado. Dichos carros estaban tirados por dos caballos y podían llevar solo dos personas de pie sobre un piso construido con cuerdas de cuero entrelazadas; la caja era semicircular y poseía un reborde para que el conductor se apoyara. De ésta manera consiguieron un arma idéntica, tanto en velocidad como en potencia, a la de sus enemigos.
ARTESANOS: La artesanía fue uno de los rubros profesionales que logró mayor destaque dada la perfección alcanzada. Resulta increíble como, escultores y ebanisteros, disponiendo sólo de utensilios rudimentarios dominaron completamente el trabajo en piedra y madera. De todas formas, las herramientas que los escultores utilizaban para pulimentar la piedra no son muy conocidos. Estos trabajos son sorprendentes desde el punto de vista artístico, con una precisión manual difícil de lograr en la actualidad.
Por el lado de los rubros de joyeros, orfebres y lapidarios, no cabe ninguna duda de que poseían una enorme destreza manual (al igual que los anteriores mencionados), y un gran sentido artístico (sobre todo los joyeros que confeccionaron joyas de una belleza tal que no igualaron las realizadas por generaciones posteriores).
Los artesanos trabajaban en los talleres de los templos o en los "talleres reales". Los sacerdotes eran los encargados de supervisar los trabajos antes de ser entregadas al comprador. El hecho de que las obras eran anónimas y no se conocen nombres de pintores ni escultores, nos hace pensar que con estos trabajos no se trascendía a la fama ni se llegaba a poseer grandes fortunas. Parece ser que las técnicas de trabajo eran transmitidas de padres a hijos.
Por último, los escultores y pintores necesitaban poseer una gran habilidad para el dibujo, y tener la capacidad de transcribir a gran escala lo que los escribas les mandaban, escrito sobre todo en papiros.
CAMPESINOS: Desde los primeros tiempos, el Valle del Nilo representó un excelente espacio geográfico para el asentamiento humano, constituyendo además un lugar sumamente propicio para la explotación agrícola, dada la extrema fertilidad de sus tierras, así como la constante disponibilidad de agua.
Por otra parte, el oficio más despreciable, desde el punto de vista de los escribas (por ejemplo) era el de agricultor, que se le denominan hoy "fellah". Eran la mayoría de la población y estaban ubicados en la parte más baja de la escala social, su situación era de semiesclavitud (pues eran golpeados y explotados por sus amos y recaudadores del Fisco, respectivamente), quebraban por plagas o malas cosechas, dependían del soberano, del templo o del propietario de los campos que cosechaban, y como si fuera poco, envejecían prematuramente. Además de realizar trabajos agrícolas en época de cosecha, durante las inundaciones (en que dichas tareas eran mínimas), el monarca mandaba a una gran parte de la población a construir, además de las grandes "obras faraónicas", las de carácter público en general, como el mejoramiento o construcción de obras de irrigación. Todos debían acudir a dicha convocatoria (excepto los que estaban exentos), porque de lo contrario serían castigados recluyéndolos en suertes de campos de trabajo, obligándolos de esta manera, a trabajar para el Estado. Generalmente las labores del campo eran realizadas por los miembros de una misma familia.
El campesino egipcio se valía, para realizar sus tareas, de bueyes y otros animales como elementos de carga o de tiro, y de herramientas muy rudimentarias (las que no evolucionaron notoriamente a lo largo de tres milenios, hasta que llegaron los griegos, quienes introdujeron utensilios más avanzados).
AGRICULTURA Y GANADERÍA
Las peculiares características geográficas y climáticas de Egipto, condicionaron, junto con otras actividades, su producción agrícola y ganadera. Así por ejemplo los cultivos dependían básicamente de las inundaciones del Nilo, tanto en su variedad, tipo, época, como el lugar de producción.
El cultivo de cereales tales como trigo y cebada constituía una de las principales actividades y los mismos eran la base de la alimentación. Asimismo, otros productos destinados a satisfacer los gustos de los ricos y de los dioses (ofrendas), como el vino y la carne, no eran de menor importancia. En las huertas familiares, también se cultivaban judías, cebollas, puerros, pepinos, lechuga, y frutas como higos, uvas, granadas y dátiles, de los que los egipcios hicieron un gran consumo.
Evidentemente, las cosechas que producían alcanzaba para la subsistencia de todo el país, como se deduce de la información encontrada en los distintos escritos de la época. Los datos hallados demuestran que no sintieron la necesidad de modernizar sus útiles agrícolas hechos de madera, los cuales trazaban en la tierra surcos muy poco profundos. Recién con la llegada de los griegos, varió sustancialmente esta situación, ya que aquéllos trajeron consigo utensilios más adecuados, con lo cual aumentó la rentabilidad del suelo de modo importante.
La llegada del agua del Nilo a los campos más alejados constituyó un gran problema que se resolvió con el transporte en vasijas (ánforas) a cargo de las mujeres y los niños. Esto fue solo hasta el Imp. Nuevo, época en que se comenzó a utilizar el shaduf, una herramienta muy rudimentaria que permitía elevar el agua y transportarla a los campos más distantes, encauzada en canales de riego. Sin embargo resulta algo curioso que según las representaciones del mismo, parece ser que se utilizaba para el cuidado y cultivo de jardines, y no para las cosechas.
Por otro lado, con respecto al ganado, se criaban corderos, cerdos, gansos, ovejas, cabras, patos, terneras y otras aves. La producción ganadera se concentró en el Bajo Egipto, debido probablemente a que si se hubiesen ubicado en las demás zonas posiblemente habrían invadido los campos de cultivos, y por lo tanto los hubiesen destrozado, dejando sin alimento a miles de personas. No obstante, el ganado era muy útil para arar los terrenos, y en época de siembra, para hundir las semillas, durante el pastoreo.
ECONOMÍA Y COMERCIO
Tanto la economía como el comercio en el Antiguo Egipto, estaban organizados y controlados directamente por el Estado. No existió la moneda hasta la invasión griega; entonces, mientras tanto, todos los productos tenían establecido su valor de trueque. Se intentaba evitar la inflación no variando su precio en valor según la calidad de las cosechas ni tampoco las exigencias del mercado.
Los templos tenían una gran importancia en el comercio. Así, durante el Imperio Nuevo el Templo de Amón (en Karnak), poseía embarcaciones que recogían en el exterior, tributos e impuestos que algunas ciudades debían pagar a los templos por concesión real. Dentro de Egipto, por otro lado, se convirtieron en los principales propietarios de tierras, debido al culto que se les rendía a los dioses y al desarrolló de las costumbres funerarias. Este poder aumentó aún más debido al acrecentamiento en la demanda de figuras ushabtis (estatuillas funerarias de carácter religioso, cuya función era las de cumplir en el más allá las tareas que debía cumplir el fallecido). Tan importantes eran que se han encontrado en diversas tumbas certificados de calidad de dichos amuletos expedidos por los templos. Una posible causa del saqueo de tumbas fue que al ser estos amuletos muy costosos, los robaban de las tumbas de los ricos y se los vendían a los menos pudientes a un precio más accesible.
Con respecto al comercio, en Egipto, la producción de productos agropecuarios excedía a su consumo, y sus excedentes eran exportados a cambio de productos exóticos de los que carecía, como plata, madera fina de cedro o incluso animales como el caballo. A nivel interno, el comercio se daba entre las personas en forma de trueque.
Este tema, al ser de gran importancia, debe ser abordado más profundamente, lo cual haremos en otra oportunidad.
RECREACIÓN Y CULTURA
Los protagonistas del tiempo libre: El juego, la caza la pesca, la música y la danza.
Los egipcios no se privaban de nada, viviendo así su vida a pleno. Un ejemplo claro de esto, son sus ratos libres. En ellos además de hacer grandes banquetes, fiestas y festines, se entretenían practicando deportes, tales como la caza y la pesca; o simplemente escribían poesía y se distraían con juegos al aire libre o de mesa.
Comenzando por los juegos, éstos eran muy parecidos a los de la actualidad, y algunos hasta requerían de gran inteligencia y astucia para resolverlos. Dentro de los juegos de mesa, el más popular, entre los adultos, era el "Juego del Senet" (que significa "pasaje" o "tránsito"). Éste, en rasgos generales, era un tablero dividido en treinta casillas, cuyas doce fichas eran similares a los peones de nuestro ajedrez. A pesar de que no se han hallado las reglas del juego completas, al parecer las fichas se avanzaban de acuerdo al número sacado (tirando unos palitos tallados en lugar del clásico dado, que recién apareció en la época de la conquista griega y romana). Ganaba el jugador que llegaba antes al final. Es común que este juego aparezca representado en las pinturas de las tumbas. Además, como una curiosidad, se presume que era el juego preferido del joven rey Tutankhamón, debido a que en su tumba se encontraron cuatro tableros del mismo.
Otros juegos de mesa conocidos eran el "Juego de la Serpiente" y el "Juego de las 20 Casillas". El primero, consistía en un tablero en forma de serpiente enroscada, en el cual los jugadores comenzaban el recorrido desde la punta de la cola (exteriormente) hasta la cabeza (situada en el centro). Como se puede apreciar, el mecanismo de juego es similar al del Juego de la Oca actual. Del segundo, no se saben con certeza sus reglas, pero se presume que en él se utilizaban dos tipos de peones con la cabeza del Dios Anubis, y otros dos con la del Dios Bes; los cuales debían ser derribados al lanzarse (en lugar de un dado) un hueso del pie (llamado astrágalo) y unos palitos.
Por otro lado, para recrearse al aire libre competían en saltos de altura, lanzamientos de peso o tiro al arco, además de realizar acrobacias. También les gustaba mucho la lucha libre y la esgrima. Como una curiosidad a saber, Ramsés III celebró el primer torneo de esgrima de la historia, en el 1250 a.C.
No obstante, las niñas preferían cantar, danzar y practicar el juego de la estrella o "tiovivo", muy popular entre las jóvenes.
Como juguetes se usaban pelotas (hechas con papiro, caña, fibra vegetal, madera o arcilla), y muñecas (de arcilla, hueso o madera) similares a las de la actualidad; aunque sus favoritos eran los animales de madera. Los niños menos pudientes se entretenían jugando con lo que hoy conocemos como peonza.
También se practicaban la música y la danza, de gran importancia para las celebraciones egipcias, las cuales sin ellas, se verían incompletas. En las fiestas los cantantes actuaban siguiendo armoniosamente la melodía de las arpas, laudes, tambores, panderetas y flautas, mientras los invitados cantaban y daban palmadas siguiendo el pegadizo ritmo de las orquestas. Todo esto era acompañado por los bailes de saltos y vueltas que interpretaban los bailarines. Los hombres y las mujeres nunca bailaban juntos, es decir que estaban separados por sexo. Como dato a saber, en las tumbas a menudo se colocaban estatuillas de mujeres arpistas cuya función era interpretar música para los invitados en las fiestas del más allá. No cabe duda en base a lo expuesto, que los habitantes del Antiguo Egipto daban un importante lugar en sus vidas a la diversión y el entretenimiento.
La música no sólo era de suma importancia en las fiestas, sino que en los actos litúrgicos y religiosos también estaba presente. Para tocar música religiosa eran generalmente empleados los platillos, las campanas, y unos sonajeros metálicos, denominados "sistros".
A pesar de que no conocemos la melodía de su música, sí podemos afirmar que tocaban una gran variedad de instrumentos, lo que sugiere que conocían y tocaban diversos géneros musicales.
Por último con respecto a al caza y la pesca, lo hacían tanto como diversión como para proporcionarse alimento. El deporte principal para los ricos era la caza. En los primeros tiempos se perseguían animales tales como antílopes o leones a pie, aunque más tarde se comenzó a hacerlo en carros tirados por caballos. Se utilizaban perros adiestrados o incluso hienas para cazar antílopes y dirigirlos hacia las trampas. Los ricos preferían cazar aves con palos arrojadizos, parecidos al búmerang actual, que rompían el cuello de aquéllos. Por otro lado, cuando cazaban en las ciénagas lo hacían con redes llenas de anzuelos con gusanos o granos de maíz, para atraer no solo peces, sino también aves. Durante el Imperio Antiguo, se pescaba con redes o lanza; más adelante se empezaron a usar las cañas de pescar.
Creencias y cultos religiosos que influían y condicionaban la vida diaria de un egipcio
La vida diaria en Egipto estaba, sin duda alguna, condicionada por su religión. Es decir, que la extrema religiosidad de los mismos estaba presente en todos los actos habituales de sus vidas, e incluso después de la muerte.
Para los egipcios, los dioses eran personalidades superiores, que poseían poderes sobrenaturales, y que por supuesto, ningún hombre podía igualarlos. A algunos de ellos se les atribuía funciones determinadas, y a otros se les daba un carácter más general, como a Ra se lo hacía responsable de haber creado al mundo junto con otras deidades.
Además de tener dioses asociados con la naturaleza (de ahí la representación de los mismos mitad hombre - mitad animal), las estrellas y constelaciones también eran consideradas como tales personalidades divinas.
Los egipcios creían que todo lo bueno o malo que ocurría en el mundo dependía de los dioses, entonces, por consiguiente, debían tener una buena relación con los mismos. Ésta era la principal función del faraón, considerado un Dios Terrenal, o la representación de todos los dioses en la Tierra. Generalmente estaba identificado con Horus, y era el único mortal capaz de contactar con ellos en la intimidad. Para que los dioses estuvieran satisfechos y por lo tanto, éstos protegieran a Egipto, el monarca debía cumplir con una serie de tareas día a día: ofrecerle alimentos y mantener limpias sus estatuas. A cambio de lo anterior, las deidades le proporcionaban (a su "hijo", el faraón, y al resto de la población), "vida, fuerza y salud". Con esto, el soberano aseguraba el desarrollo y prosperidad de la civilización. No obstante, al no poder estar presente simultáneamente en todos los templos del imperio, designó sacerdotes que cumplían con las funciones mencionadas.
Durante los tres milenios de historia, las creencias religiosas sólo sufrieron modificaciones circunstanciales. Tal el caso de la Crisis Amarniense, que revolucionó las creencias religiosas al abandonar Amenofis IV (Akhenatón) el culto politeísta tradicional, para comenzar con un culto monoteísta basado en un dios universal (Atón, el dios solar). Posteriormente, sin embargo, luego de algunos años, se volvió al antiguo culto politeísta.
LAS VIVIENDAS
En el Antiguo Egipto, existían tres diferentes tipos de vivienda de acuerdo a la posición social de sus ocupantes: las pequeñas casas, las grandes villas y los enormes y lujosos palacios reales.
En Deir el - Medina, por ejemplo, las casas se construían en dos niveles, con una superficie de 40 a 70 m2, y cuales tenían tres habitaciones: la entrada, la habitación principal, y la cocina junto con la despensa (en la parte trasera) donde generalmente se encontraba la escalera que dirigía al piso superior.
Distinto es el caso de Tell el Amarna, donde las casas tenían generalmente un solo nivel, salvo las más lujosas que se desarrollaban en dos plantas como las anteriormente citadas, teniendo además almacenes subterráneos, y algunas hasta un recibidor, una cocina y habitaciones adicionales para los criados. Los egipcios medios o "acomodados" también tenían un jardín cerrado con un estanque y árboles frondosos para proporcionar sombra.
Por otro lado, las grandes villas (cuyos propietarios eran los altos funcionarios), ocupaban un extenso terreno, y una importante área edificada. Por ejemplo, la mansión de un funcionario del templo de Atón en Tell el Amarna, cuyas ruinas aún se conservan, tenía 340 m2 de extensión, y constaba de: un vestíbulo que daba a la sala de recepción seguido por la habitación principal, y por último la sala dormitorio de los familiares (además de otras habitaciones secundarias).
De los palacios, el que destaca por su belleza y gran monumentalidad es el de Ramsés III, en Tebas. Ubicado en el lado sur del primer templo, constaba de una antesala seguida por una "sala de audiencias", y luego la segunda sala del trono (a la cual se accedía por una entrada lateral) y que tenía al lado un dormitorio y una instalación sanitaria. En la parte trasera se ubicaban tres viviendas para los sirvientes. La principal función de esta clase de palacios era proporcionar un espacio propicio para que el faraón pudiese premiar a determinados funcionarios, o incluso dirigirse, en excepcionales oportunidades, al pueblo.
El mobiliario característico de las viviendas consistía en camas, pequeñas mesas, taburetes y algunos arcones de madera para guardar allí utensilios caseros o joyas. Algo extraño para la época actual, aunque bastante común en aquélla, era que en lugar de almohadas, utilizaban reposacabezas (construidas en marfil, madera o piedra) que constaban de una base rectangular sobre la que se sostenía una pieza curva para apoyar el cuello.
Como no existía la luz eléctrica, las casas y palacios sólo podían iluminarse construyéndose unas suertes de lámparas que consistían en un cuenco (de piedra o cerámica) con una mecha en el centro.
LA ORGANIZACIÓN FAMILIAR:
La vida en familia: amor y matrimonio
Uno de los principales fundamentos de la sociedad egipcia era la familia.
Los matrimonios muchas veces eran acordados por los padres de los "novios", y además se podían dar entre parientes (sobre todo en la realeza, justamente para conservar la "sangre real"), aunque no se debe olvidar que también existió amor y romanticismo entre las parejas que sí elegían una persona para formar una familia por el resto de sus cortas vidas. Asimismo, por esta razón, los matrimonios se daban a tan corta edad. Se tienen registros de que algunas personas hasta llegaban a casarse a los ocho o diez años de edad, aunque se cree que por lo general, para las mujeres era alrededor de los doce años, y para los hombres a los dieciséis, ya que la esperanza de vida era de unos treinta años. No obstante, algunos llegaban con mucha suerte (al ser "sanos" y fuertes) a vivir hasta los cuarenta o más. No existen datos precisos de lo anterior, pero las informaciones disponibles indican que fue por el hecho de que la mayoría de los niños morían antes de los cinco años a causa de distintas enfermedades transmitidas por animales como ratas, ratones e insectos.
El matrimonio no era validado por ceremonias o actos religiosos, aunque sí se realizaban fiestas familiares para celebrarlo. El enlace se hacía mediante contratos legales, en los cuales se establecían los derechos de ambos cónyuges: la crianza y custodia de los hijos, los bienes materiales que poseían cada uno antes de contraer matrimonio, y hasta la pensión que debía recibir la mujer; todos estos derechos en caso de divorcio. Además, se protegía el derecho del marido de tener una suerte de "esposa secundaria", en caso de no poder tener descendencia con su legítima (abordado ya en el siguiente ítem "La mujer: integrante fundamental de la sociedad").
La mujer; integrante fundamental de la sociedad
La mujer tuvo un papel bien definido en el Antiguo Egipto. Además del cuidado de los hijos y la ejecución de las tareas domésticas, su función primordial era asegurar la descendencia del hombre. Tanta importancia se asignaba a este aspecto, que si la mujer era estéril, su marido tenía derecho a buscar otra que le diera lo que su legítima esposa, por causas naturales, no le podía proporcionar, y luego la familia adoptaba al hijo así engendrado. El hecho de que se ocuparan de la casa y los hijos no debe verse desde una postura discriminatoria, pues en el Egipto antiguo estas labores eran bendecidas por los dioses, y muy bien respetadas por las personas en general. Asimismo, la mujer podía desempeñar otras actividades, como por ejemplo, ser sacerdotisa, cantante, bailarina, música, panadera, sirvienta, y hasta realizar trabajos muy duros en el campo para ayudar a su esposo en la época de cosecha. Además, podían acompañar a los maridos a los grandes banquetes y a cazar, e incluso intervenir en los mismos. Por lo tanto, ante la ley gozaba de los mismos derechos que el hombre. No está muy clara la posibilidad de la mujer en el sacerdocio, lo cual produce diversas opiniones entre diferentes expertos.
Sólo tres mujeres en la historia de Egipto llegaron a ser famosas faraonas (Hatshepsut, Nefertiti, y Cleopatra), lo cual les dio, hasta la actualidad, una imagen muy respetada y admirada por haber sido lo que fueron.
Por otro lado, a las mujeres embarazadas que cometían alguna clase de delito, se les aplazaba el severo castigo para después del parto (de tal forma que no se pudiese dañar al inocente individuo en su vientre), haciendo una excepción respecto a los demás criminales.
Los derechos de la mujer en el matrimonio, fueron abordados anteriormente en " la vida en familia: amor y matrimonio".
USOS Y COSTUMBRES
La alimentación
La estratificación social se veía reflejada también en los usos y costumbres en la alimentación de la gente, fundamentalmente en la calidad de la misma. Es decir, que a pesar de que el pan y la cerveza eran la base de la alimentación, los ricos gozaban de otros privilegios, por ejemplo, comían carne, tomaban vino, entre otras cosas de las que hablaremos a continuación.
El pan, se elaboraba con una antigua variedad de trigo o con cebada, triturados en molinos o simplemente con pequeños molinillos manuales. Como no llevaba levadura, se conservaba poco tiempo y a veces también lo endulzaban con dátiles o miel. Como se puede apreciar en ciertos aspectos, era similar al pan árabe actual. Llegaron a existir más de cuarenta variedades en el Imperio Nuevo, y se hacía de forma ovalada, redonda o cónica.
Además cultivaban gran cantidad de frutas y verduras, tales como melón, pepinos, cebollas, puerros, nabos, ajos; y en grandes cantidades, higos, dátiles, granadas, judías verdes y uvas, gracias a la amplia fertilidad del suelo de aluvión del Nilo. Asimismo explotaban la ganadería lechera, obteniendo sus derivados, y criaban abejas para conseguir la miel, ya que era imprescindible para endulzar los pasteles, la cerveza y el vino.
También se consumía carne, siendo éste un privilegio de las clases altas, y una costumbre de las grandes festividades. En general, carne de ternera, cabra, cordero, cerdo, ganso y otras aves silvestres. La más apreciada era la carne de bovino a las brasas, dado su exquisito aroma, cualidad que era fundamental. Para conservarla se cortaba en finas rebanadas, se ponía con especias y las secaban al sol, las confitaban en grasa, o simplemente, preparaban salmuera y se la agregaban. Por el contrario, las clases bajas, como los campesinos, se sustentaban sólo con pan, cerveza y cebollas (ya que tienen un gran valor energético), complementado con puré de habas ("ful metmes"). Como "postre básico" se consumían dátiles, uvas e higos, sirviendo éstos además para curar dolores internos, según consta en un papiro de recetas médicas.
En el rubro de los oleaginosos, se consumía mayoritariamente el aceite de lino. Alrededor del 1400 a.C. Ramsés III ordenó el cultivo de olivos con lo que se inició el consumo del aceite de oliva.
Por otro lado, a la mandrágora y la lechuga se las consideraba con poder afrodisíaco. Ésta última era una de las ofrendas típicas a Min, el dios de la fertilidad.
Otro punto a estudiar son las bebidas. Estas eran: agua del río, cerveza y vino. Debido a que el agua no era potable y el vino se importaba de Palestina y por lo tanto era costoso, la bebida que consumían todas las personas (fuera cual fuera su posición desde el punto de vista social), era por excelencia la cerveza. Era sencilla de hacer, barata y muy popular; y al tener alcohol era desinfectante. Se elaboraba con cebada triturada, amasada y mezclada con abundante agua para formar una pasta, que después se cocía ligeramente. Luego, esta suerte de pan era colocada por los cerveceros dentro de un barril de barro con agua del río. Muchas veces ellos mismos se introducían dentro del mismo para pisar con sus pies la preparación. Después de que estaba todo mezclado se dejaba reposar el líquido al sol hasta que fermentaba, y por último se colaba para poder ser almacenado en jarros de cerámica al sol. Es probable que antes de beberla se volviera a colar. Su aspecto debía ser más espeso y su contenido en alcohol menor a la de la cerveza actual. Muchas veces, se le ponía higos o dátiles para endulzarla.
El vino, como ya mencionamos anteriormente, se importaba de Palestina, hasta que se comenzaron a tener producciones propias gracias a que se plantaron viñedos. El que se producía en algunas regiones era de excelente calidad, y las mismas eran muy populares por esta razón. Se conservaba en jarros de cerámica, a los que se les anotaba la fecha de cosecha, el tipo de uva, la región y el nombre del propietario del viñedo.
En la vida cotidiana, se bebía moderadamente, pero en los banquetes y festines lo hacían sin control por lo que la mayoría terminaban alcoholizados.
Todo lo mencionado anteriormente, se puede afirmar gracias a los datos que se han hallado en papiros, "ostraka" (fragmentos de arcilla con anotaciones), representaciones escénicas grabadas o pintadas, en jeroglíficos, o incluso por ejemplo, se han encontrado vasijas con restos de vino, con los cuales se han practicado diversos estudios en laboratorios de todo el mundo.
Cosmética, vestimenta y joyas
Los egipcios se preocupaban mucho por su aspecto físico. Tanto es así que, en rasgos muy generales, utilizaban aceites para el cuerpo, se pintaban la cara con maquillajes oscuros; y los de la alta sociedad, para demostrar su poder, llevaban puestas (sobre todo para las fiestas) grandes y ostentosas joyas de oro macizo con incrustaciones de piedras semipreciosas.
En aspectos más específicos, se vestían con ropas de algodón muy sencillas; los hombres con faldas muy cortas (dejando su torso al descubierto). No obstante, a menudo se ponían piezas de lino sobre sus hombros, y en las noches más frescas utilizaban túnicas de manga larga. Las mujeres siempre llevaban puestas túnicas largas. Posteriormente se comenzaron a usar túnicas y vestidos plisados, los cuales se lograban, probablemente, utilizando tableros estriados, que al estar la tela humedecida se presionaba fuertemente sobre el mismo. Tanto hombres como mujeres no tenían vergüenza de andar desnudos, ya que, por ejemplo, los campesinos y pescadores trabajaban sin ropa. Además, las prendas de lino eran semitransparentes. La tela más fina era el "algodón real", que, como lo indica la palabra, lo utilizaban para confeccionar sus prendas las clases más altas. Por eso, si se comparan las telas que usaban los ricos y los "egipcios corrientes" podremos notar a simple vista que, para los primeros mencionados la ropa era más ligera y delicada, mientras que para los otros era hecha de algodón burdo. A pesar de que se conocían los tintes, casi siempre llevaban el algodón blanco natural. Los ricos disfrutaban de un servicio de lavandería profesional, mientras que los menos pudientes lavaban sus ropas en el río.
Las sandalias se fabricaban con juncos entretejidos (que crecían en las ciénagas del Nilo), cuero o hierba. Éstas solo las llevaban puestas los sacerdotes y los ricos, ya que las demás personas iban descalzos.
Tanto hombres como mujeres rechazaban el vello corporal y el cabello; por esa razón se afeitaban todo el cuerpo y la cabeza, utilizando hojas de bronce. En sustitución del pelo usaban pelucas de diferentes tamaños y formas, que iban desde complicados rizos a una gran variedad de trenzas. Éstas estaban realizadas con cabello natural, y muchas veces las pelucas se teñían con alheña. Se cree que en las fiestas las mujeres adornaban las mismas con conos de incienso, que se disolvían lentamente, y de esa manera se esparcía perfume por todo el cuerpo.
Por otro lado, sentían también gran debilidad por los cosméticos. Les gustaba mucho maquillarse los ojos con gruesas líneas de color verde oscuro o negro (provenientes de la malaquita y la galena respectivamente) y los labios con óxido de hierro.
El maquillaje color negro con el que se trazaban las líneas alrededor del ojo, se llamaba "kohl" y era también usado por los niños, porque protegía los ojos de infecciones y del reflejo del sol. El almagre se usaba para darle color a las mejillas. Como no tenían espejos de cristal (como en la actualidad), utilizaban grandes piezas de bronce circulares, muy bien pulidas y brillantes (asemejando a su preciado sol). Los cosméticos se guardaban en tarros de piedras y oro; y los mismos se aplicaban con cucharas y aplicadores del mismo material. Los menos pudientes tenían los mismos utensilios pero de cobre o bronce.
Además de lo anterior, para cuidar y preservar su piel tersa y suave, los ricos se untaban aceites y cremas por todo el cuerpo, y en ocasiones especiales usaban perfumes, los cuales muchos, de ellos tardaban varios meses en prepararse.
Por último, las joyas que utilizaban los ricos eran grandes y ostentosas, de oro y piedras semipreciosas. Muchas de ellas, como collares o pendientes, tenían la forma de diversos amuletos religiosos, cuya finalidad, además de ser decorativa, era más que nada de protección (por ejemplo la figura de Horus, el ojo de Wadjet para la buena suerte, etc.).
CONCLUSIONES
La vida cotidiana en el Antiguo Egipto, tenía semejanzas importantes con la vida actual, e incluso en algunos aspectos está más cerca a la civilización occidental, que a la del mismo Egipto moderno. Algunos de estos aspectos similares, son, por ejemplo, los de practicar deportes, realizar festines (y todo lo que es referido al ocio, como cantar, bailar, recrearse con juegos de mesa y al aire libre); la posición social de la mujer, la importancia de la familia como núcleo de la vida, el cuidado y crianza de los hijos, la preferencia por la monogamia, entre otros.
Otro punto a concluir, es que podemos afirmar que la vida cotidiana de los egipcios estaba fuertemente condicionada por la organización socioeconómica y cultural que los regía. Tanto es así que encontramos un sinfín de diferencias en las viviendas, la alimentación, la vestimenta, la recreación, entre otras, según el estrato social al que pertenecía el individuo.
Esta misma situación se manifestaba en los aspectos religiosos y del culto funerario: grandes monumentos y pirámides para unos, modestas moradas para otros; ostentosos acondicionamientos de las pirámides y sarcófagos para los ricos, humildes amuletos para los menos pudientes.
Finalmente, la vida diaria rondaba alrededor de la religión, del trabajo y de la organización social, aspectos fundamentales para que se desarrolle cualquier civilización, tanto antigua como actual.
BIBLIOGRAFÍA
PRESIONE AQUÍ PARA IR A NUESTRA PÁGINA PRINCIPAL