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- PROYECTO
SOTHIS
por DARDO QUINTANA
Un
día más
Como todos los días de su vida, esa mañana debía practicar su obligatoria
primera ablución purificadora, debía eliminar todo vestigio de vello de su
cuerpo con una afilada hoja de bronce y quizá – según la ocasión – ungirlo con
ricos aceites aromáticos. Se pintaría
- como tenía acostumbrado –
sus pronunciados labios con una pintura grasa a base de óxido de hierro y
demarcaría sus párpados con una gruesa capa de Kohl negro y malaquita verde.
Quizás
se pusiera su peluca típica del Alto Egipto y vestiría su semitransparente
vestido de basto lino o fino “Algodón Real”, dejando entrever las delicadas
líneas de su bronceado cuerpo.
Y
admiraría su imagen reflejada en el espejo de cobre, hermoso reflejo de joven
sacerdotisa y dorado dios Sol.
Calzaría
sus pequeñas sandalias hechas de junco de las ciénagas del Nilo e iría a
acompañar al Supremo Sacerdote del Templo de la ciudad de Ipw – también conocida
como Khent-Menu -, mientras éste ofrendaba comida y las primeras oraciones a
favor del itifálico dios Min (1).
Pero
ese día no. Esa mañana, “Ast-Wrt” (“Gran Isis”) la joven sacerdotisa tañedora
del mágico Sistro “Sesheshet”,
comenzaría una nueva jornada. A partir de entonces, bogaría entre las estrellas
junto al momiforme dios Osiris y llegaría hasta la presencia de la generosa
Isis, quien al aparecer en el horizonte bajo la forma de la estrella Sothis
señalaba la sacra y benefactora inundación del río Nilo. En “las tierras de los
juncos” se despreocuparía de su anterior vida y danzaría junto a su adorado Min
al compás del instrumento consagrado a la maternal diosa Hathor
(2).
No se levantaría ya. Nos ha dejado. Ha
muerto.
Su cadáver es estacionado en natrón el tiempo necesario para
deshidratarlo por completo y envuelto en vendas de lino untadas de grasa de
pescado, goma arábiga y fuertemente perfumado con aceites esenciales.
“Nesy-Pa-Mai” el Sacerdote del dios Min,
luego de supervisar cuidadosamente la momificación, oficiaría los ritos
imprescindibles para que el viaje del “Ka” al más allá culmine con
éxito.
Para
esa ocasión no sólo no había comido pescado – como todo sacerdote acostumbraba –
sino que tampoco había comido carne de res ni había tocado mujer alguna durante
por lo menos diez días, sintiéndose puro y sin mancha.
Totalmente
untado de aceites y ungüentos, con el incensario lleno en su mano, con un poco
de natrón detrás de sus orejas y otro poco en su boca, vestido con dos piezas de
vestido nuevas, después de haberse lavado con agua del viñedo, calzado con
sandalias blancas y con una imagen de la diosa Maat (la verdad) pintada en su
lengua.
Mientras
recitaba la letanía que favorecería a la difunta a su llegada ante el dios
Anubis y Thot para ser juzgada, mecía el incensario y recordaba la aromada
peluca que usaba Ast-Wrt en los ritos al dios Min, en el festival del Sed
(jubileo) y las ceremonias de la coronación del Faraón.
Los
festivales dedicados a Min siempre eran asociados con el poder del Faraón y
aseguraban la potencia de su reinado.
Oía
a otra joven sacerdotisa sacudiendo el Sistro “Sesheshet”. Este importante
instrumento que facilitaba la llegada al trance con su suave susurro evocando la
brisa entre los juncos de papiro en las orillas del río
Nilo.
Muchos
otros antes, al escucharle creían llegar cerca del confín de los muertos, ser
conducido más allá de los elementos. En medio de la tiniebla nocturna ver
brillar el sol con un resplandor deslumbrante, subir hasta donde los dioses y
descender hasta ellos, ver sus rostros y adorarles cara a cara
(3).
Y
no sólo era importante por esto, la forma del Sistro se parecía al Ankh, el
símbolo de la vida. Se pensaba que su sonido daba paz y sosiego a divinidades
como Amón, Isis y Hathor. Y todos sabían que para que la bondadosa diosa gata
Bastet no se convirtiera en la colérica diosa leona Sekhmet se debía complacerla
con la música de este mágico
instrumento (4).
Por
fin, el ritual concluye.
Ast-Wrt
no te olvides de quien oficia tu funeral, habla ante los dioses de él y
protégele de todo mal.
La
cámara sepulcral es sellada.
Peregrina
hacia tierra extraña
El
sol caía a plomo sobre su cabeza, pequeñas partículas de polvo levantadas por
los primeros automóviles se dejaban ver en el aire en una suave neblina dorada
formada por partículas móviles, dando a la escena un aspecto de irreal cámara
Pathé. Y entre la neblina, el sol era un agujero de calor
abrasador.
El
rebuzno estridente de un asno, el sonido de la madera y el tintineo del metal
que se confundía con el bullicio de la cáfila políglota. Oyó la carcajada de una
mujer y supo – casi instintivamente – que indudablemente se trataba de una
extranjera.
Pero,
a pesar del agobiante calor y el griterío de la turba de El Cairo de 1889, se
sentía orgulloso consigo mismo por sus nuevas adquisiciones. Él, el Ingeniero
Luis Viglione, nacido en el distante Uruguay, volvía a su terruño con una
excelente reproducción de la estatua en diorita del Faraón Khefrén y dos momias
auténticas, una de ellas completa con su sarcófago y máscara mortuoria
recubierta de oro.
Según
una carta de Viglione, dichos objetos fueron adquiridos en un museo de El Cairo
(5).
En
aquella época, el único museo existente – fundado por Auguste Mariette en 1858 y que se
encontraba en el barrio de Boulaq – se vio obligado en 1880 a trasladar todo su
precioso contenido a un anexo construido en el palacio de Guiza del entonces
gobernador del país, Ismael Pasha, debido a una inundación del río Nilo en
1878.
Seguramente
nuestro ingeniero tuvo que, o bien tratar con personal estatal para poder
comprar dichas momias, o comprarlas en el zoco de la ciudad de El Cairo, donde
los mercaderes de entonces asediaban a los turistas con el botín de
desconsiderados saqueos a las tumbas excavadas en la roca viva en el promontorio
de El –Salamuni, en las cercanías de la árabe ciudad de Akhmim
(6).
Aunque,
la reproducción de la estatua de Khefrén comprada por nuestro compatriota y la
presencia de la original en el actual museo de El Cairo, nos habla a favor de su
compra en la improvisada residencia en el palacio del gobernador Ismael Pasha;
puesto que toda la colección de Boulaq allí conservada, pasaría a formar parte
del acervo del actual Museo Egipcio en El Cairo.
Nuestro
comprador sabía que algunos inescrupulosos mercaderes - por ejemplo, en el
famoso zoco del Khan Al Khalili -
tomaban cadáveres de fechas mucho más recientes que cualquier momia y las
sumergían en betún, envolviéndolas en lino para luego venderlas a los
extranjeros inexpertos a precios religiosamente
regateables.
Pero
estas disquisiciones no le preocupaban a nuestro generoso donador, lo único que
le importaba era que sus momias no eran uno de tantos fraudes que vendían por
aquella época.
Y
lo que completaba más su orgullo, era el secreto proyecto de donar tales tesoros
al Museo de Historia Natural en el Teatro Solís de Montevideo y al Museo de
Ciencias Naturales de La Plata en Argentina. Uno en su país natal y el otro en
la ciudad que ayudó a crear, pues él había sido honrado tiempo atrás con su
designación como miembro de la Comisión Oficial que diseñó tal urbe. No es de
extrañar su bifronte lealtad a dos pueblos vecinos.
Justo
es señalar, además, que una momia de alrededor de 2.300 años de antigüedad,
reconocida como “Tadimentet”, más otra sin identificar – ambas con sus
respectivos sarcófagos -, un paquete funerario, dos cabezas y dos pares de
extremidades momificadas fueron donadas al Museo Ciencias Naturales de La Plata
en 1888 (apenas un año antes que Viglione) por Dardo Rocha, convencido que una
colección de este tipo “serviría para estudios comparativos con las antigüedades
americanas”. Teoría compartida por muchos adeptos en aquella época, incluso –
posiblemente – el Ing. L. Viglione.
El
transporte con su preciada e insospechada carga llegaba traqueteando a la ciudad
de Alejandría y una brisa fresca desde el Mediterráneo soplaba
benefactora.
Proyecto
Sothis.
El 19 de
agosto de 2000 la momia de la sacerdotisa Esoeris – como fue conocida Ast-Wrt en
el Egipto grecorromano - comienza un nuevo peregrinaje, desde su ubicación en el
Museo de Historia Natural en el Teatro Solís, es trasladada a pie por un grupo
de simpatizantes hasta su nueva locación en una “cripta” dispuesta en el Museo
de Historia del Arte de la Intendencia de Montevideo (7).
Dardo se
lamentó sobremanera el haber perdido la ocasión de acompañar la procesión casi
religiosa de la momia. Sobretodo – además de su amor por la historia – por el hecho que pareciera que estas
cosas sólo se dan en un pueblo con una carga tan tradicionalista y respetuoso
como el uruguayo.
Y se
contentó, como todo el mundo, con visitarla y verle a través de la gruesa cúpula
de vidrio; admirando el inusual trabajo del Dr. Carlos Berg – Director del Museo
Nacional de Historia Natural en 1890 -, quien mediante una incisión longitudinal
desde el cuello a los pies retiró las vendas que cubrían el lado izquierdo del
cuerpo.
Viendo
las excelentemente conservadas facciones de ella, se dejó llevar, se le antojó
imaginarla cómo sería su rostro en vida y acto seguido se le ocurrió la idea de
invocar un equipo de especialistas que con los medios y requisitos necesarios
pudieran reconstruir su faz.
Podríamos
ver frente a frente a esta muchacha que vivió en el Egipto de hace 2.600 años y
encarar la historia de una manera más igualitaria, verificando que a las grandes
epopeyas también la hacen los pequeños.
Será
como asomarnos por una ventana a través del tiempo y robarle un pequeño
secreto.
Un poco
de historia:
El
primer paso en la reconstrucción antropológica ocurrió en mayo de 1983, ante la
Sociedad Egipcia de Miami.
Patrick
Barry, un ortopeda que dedicaba sus ratos libres a la egiptología se le ocurrió
intentar conocer el verdadero rostro del famoso faraón
Tutankhamón.
Para tal
fin, contrató los servicios de los dos mejores reconstructores faciales de
Estados Unidos, Clyde Snow y Betty Pat Gatliff, utilizados frecuentemente por la
policía para resolver casos en donde un cadáver inidentificable aparecía con el
rostro deformado.
A lo
largo del dificultoso trabajo se emplearon las mediciones del cráneo obtenidas
por el Dr. Douglas E. Derry, quien examinó la momia en 1923 y copias de las radiografías
realizadas en el mismo año.
El Dr.
John Prag, conservador del Departamento de Arqueología de la Universidad de
Manchester, en Inglaterra, y su colega Richard Neave, ilustrador en el
Departamento de Medicina de la misma Universidad emprendieron – en 1983 – la
reproducción del rostro de Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro
Magno.
Por ese
entonces el norteamericano Jay Matternes reconstruía antiguos cráneos de
Neanderthales ante su mesa de dibujo.
El
artista norteamericano John Gurche realizaba - desde 1979 – esculturas y
pinturas para el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural, en
Washington.
Aunque,
desde 1990 – y siendo reconocida su capacidad para la anatomía facial – se
encontró envuelto en un proyecto de seis años para modelar las cabezas de
antiguos homínidos y un ejemplar humano actual: un Neanderthal, un
Australopitecus Afarensis, un Australopitecus Africanus y un Homo
erectus.
Se sabe,
por ejemplo, que para el cráneo del afarensis invirtió más de 700 horas de
trabajo, debiendo diseccionar para sus estudios preliminares cerca de 25
cadáveres de chimpancés, gorilas y seres humanos.
Por otro
lado, Ian Tatttersall, Director del Departamento de Antropología del Museo de
Historia Natural de los Estados Unidos y un grupo de profesionales lograron – en
1993 – recrear, de la manera más fidedigna, los rostros de un Hombre de
Neanderthal, la del Homo Ergaster de Kenya y la del Australopitecus Afarensis de
Tanzania.
Poco
tiempo después, un grupo de investigadores del Museo Británico – bajo la
dirección del egiptólogo Jeffrey Spencer – se asociaron con un equipo de
científicos japoneses de la Universidad de Tokio – comandados por el Prof.
Takeda Morimoto – para poner en marcha, por primera vez, un sistema multimedia
para dibujar el rostro de una momia: Jenmutenebtiu, principal sacerdotisa del
real templo de Luxor.
En 1997, el Museo del Neanderthal en
Mettmann (Alemania) lograron la reconstrucción facial completa de ocho
neanderthales, un Homo erectus, un Cromagnón y un hombre actual introduciendo la
medidas clave en una computadora con un programa informático que utiliza la
policía francesa - y otros centros
policiales importantes alrededor del mundo – en los casos
criminales.
En base
a esta información, la francesa Elisabeth Daynès, especialista en la
reproducción de hombres y animales a partir de una espuma sintética especial,
silicona y cera se encargó de la concreción de los
modelos.
Pues
bien, volvamos a nuestro tema, Dardo comenzó a contactarse con quienes entendió
los conocidos mejores en sus respectivos temas.
Estableció
reunión con el escultor Sr. Daniel Capretti, que ya había hecho reproducciones
de los rostros de los “últimos Charrúas” que fueron llevados a París, un busto
del nieto del cacique Sepé y ya había ganado en una oportunidad un premio de la
Sociedad Uruguaya de Egiptología.
Llamó a
la Sra. Sandra Peressotti, estudiante de Arqueología y Antropología de la
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, especializada en Antropología Biológica
y egresada de la Universidad ORT como Analista de
Sistemas.
También
con la Sra. Paula Pinto, estudiante de Medicina, participante de varios congresos de
Cirugía Plástica y – por supuesto - Anatomía fisiológica.
Y la
Doctora Sylvia Baltar, caracterizada por sus estudios de Anatomía fisiológica y
Medicina forense.
Todos
ellos, más el Sr. Dardo Quintana - ya nombrado -, el creador del proyecto,
coordinador y productor de éste y otras anteriores actividades culturales y
sociales.
Una vez
reunido el equipo, se decidieron y se pusieron en marcha los siguientes
objetivos:
1- Se
solicitará permiso al Director del Museo de Historia del Arte de la Intendencia
Municipal de Montevideo, el Arquitecto Sr. Gustavo Ferrari, para realizar in
situ, en un horario que no resulte incómodo para el personal de dicho museo ni
para el público, diferentes registros. (ya pensados y establecidos de antemano
ante el Sr. Director).
2- Con
dichos registros y ya en el taller, se modelará en cerámica el busto actual de
la momia. Se fotografiará de frente y perfil.
3- Se
determinarán los puntos de profundidad de los tejidos blandos faciales (en
nuestro estudio se utilizarán los puntos según el “Protocolo de Manchester”,
versión extensa: 26 de ellos faciales, completando los 66 con los que cubren la
totalidad del cráneo),.
La
profundidad de dichos puntos vendrá dada de medidas promediales de las tablas
comparadas de los estudios de Rhine y Campbell, de Phillips y Smuts, de Suzuki y
sin olvidar los estudios realizados a finales de los años treinta por el
antropólogo ruso Michael Gerassimov. Además teniendo siempre presente los datos
antropométricos del somatotipo predominante en la zona geográfica, época y
medidas craneales del sujeto objeto de este estudio. Por supuesto, todo bajo la
supervisión y control del personal especializado en fisiología muscular humana y
antropología del proyecto.
4- Una vez
hecho esto, se podría reconstruir el rostro de dos maneras:
Una,
“rellenando” el espacio entre puntos de profundidad, logrando un resultado
rápido pero poco didáctico.
Y la
otra, recreando los músculos profundos y superficiales, tales como: temporal,
frontal, occipital, macetero, buccinador, orbicular de la boca, mental, depresor
del labio inferior, depresor del ángulo de la boca, elevador del labio superior,
elevador del ángulo de la boca, cigomático mayor y menor y orbicular del ojo. Se
deben recrear, asimismo, los tendones y tejido adiposo.
Para
esto, debemos basarnos en los ya nombrados puntos de profundidad y teniendo en
cuenta el origen e inserción de los
músculos de acuerdo a las señales de los “puntos de anclaje” o “cicatrices
musculares” (donde los músculos se adhieren al hueso) visibles en todo
cráneo.
Este
método es sin duda el más trabajoso, pero el desarrollo paso a paso – siempre
que se registre de esta manera – brinda una mayor enseñanza tanto para los
realizadores como para los posibles futuros espectadores.
Fotografiar:
frente y perfil.
5- Restaurar
el tejido epidérmico del rostro de la momia de acuerdo a su raza, clima
predominante y medidas de las facciones aún presentes en la misma, aprovechando
su excelente estado de conservación (Los párpados se encuentran intactos – aún
con diez pestañas uno de ellos -, se podría tomar la medida de la boca como las
reales en vida, y otro tanto con la nariz y la oreja izquierda.), con aerógrafo
y óleos diluidos.
Recrear
los ojos con resina plástica.
Fotografiar:
frente y perfil.
Por fin,
donar el busto definitivo (representación de la Sacerdotisa “Esoeris” cuando aún
tenía vida) a dicho Museo para que sea expuesto en el
mismo.
Actividad
realizada:
El
permiso nos fue otorgado, exigiendo para ello, la presentación de los detalles
curriculares de cada uno de los integrantes del grupo.
Una vez
cumplido este requisito, el Sr. Gustavo Ferrari ofreció apoyar dicho proyecto
con todos los medios al alcance del Museo y se estableció fecha para el día 21
de febrero a las 10 A.M. – cuando no hay visitantes – para la toma de medidas
directamente de la momia.
Cuando llegamos, se preparó el bagaje
técnico y por precaución de la Dra. Sylvia Baltar e insistencia del Sr. Director
del Museo, todos los integrantes del equipo se ven obligados a usar tapabocas y
guantes quirúrgicos de látex que para la ocasión había llevado la Sra. Paula
Pinto.
Todos
estábamos listos para trabajar sobre un sujeto inanimado, pero nadie estaba
preparado para lo que encontramos allí. Se había incrementado el sistema de aire
acondicionado de la “cripta” y la campana de vidrio ya había sido retirada,
dejando el cuerpo momificado de Esoeris a nuestro alcance para la toma de datos.
El estar allí frente a frente con la momia de la sacerdotisa nos dejó mudos por
unos segundos, no podíamos creerlo.
Mucha
gente llega hasta ella, se maravilla del espectáculo ofrecido y se va. Muy poca
gente toma conciencia que los restos mortales que allí ven, alguna vez comían,
jugaban, corrían, vivían como todos nosotros hoy día.
Paula
trataba de imaginar la causa de su fallecimiento, el escultor loaba la forma del
cráneo reconociéndolo como de una muy bella mujer, la antropóloga se soñaba a sí
misma viviendo las mismas instancias que quizá hubiera experimentado Esoeris y
todos compartíamos un irreal y tácito respeto.
Después
del minuto de extasiada contemplación frente al sarcófago, volvimos a la
realidad y comenzamos las distintas tareas a las cuales nos teníamos que
abocar:
a –
Daniel Capretti, asistido por el resto del equipo tomó las medidas
antropométricas cráneo-faciales de la momia con una serie de compases de
escultura curvos, rectos y multiplicadores basándose en una red conformada por
28 a 35 diferentes puntos principales ya definidos de la cara y otros tantos
combinaciones de los anteriores.
b –
Dardo Quintana tomó fotos de cráneo y rostro (frente, perfil, escorzo superior e
inferior) con fondo diagramado (con
grilla de 2x2 cm.). Además se hicieron bocetos para familiarizarse con los más
mínimos detalles – grietas, orificios, huecos, etc. – de la realidad facial de
Esoeris.
c –
Sandra Peressotti registró el rostro de la momia en videocinta, en posición
azimutal elevada y en sentido giratorio para tener un modelo “tridimensional” en
el cual apoyar observaciones.
Mientras se trabajaba y sin poder disimular el entusiasmo, se hacían
observaciones respecto a la sujeto en estudio:
La piel
presenta un color como “apetrolado” y a la vista parecía apergaminada,
verificándose poros, grietas y huecos en su superficie. Sobre todo en las
mejillas (quizá por ser la mayor concentración de tejido blando en la cara). No
creemos que haya presentado tatuajes (al menos en la parte visible) de su
piel.
La oreja
derecha se encuentra un poco “desgastada”. La izquierda se encuentra casi
intacta. No hay señales de haber usado caravanas pendientes o adorno de
cualquier otro tipo.
Los
dientes visibles en la abertura de la boca se encuentran en buen estado, salvo
tres delanteros, lo cual nos ofrece la duda de tener la certeza si dicho daño
fue en vida de Esoeris o posterior.
Los
labios se encuentran duros, señalando hacia fuera, en un rictus posiblemente
debido a la momificación. La doctora señala que seguramente la sujeto presentara
labios bastantes pronunciados. Vagamente pensamos en la posibilidad de que ella
sea de raza negra (una vez reconstruida la cara, tendremos más seguridad en
cuanto a este respecto).
Se
observa la lengua en excelente estado y forma, asomando apenas entre los
dientes.
No
notamos tapones de cáñamo u otro material en la nariz, que quizá esté un poco
dilatada en sus alas debido al manejo de las cucharillas para retirar el
cerebro. Conformación nasal seguramente aguileña.
Aquí, y
para mejor resolución del proyecto de reconstrucción facial, el Sr. Ferrari nos
ofrece plasticina de la misma calidad utilizada por escultores de la talla de
Zorrilla o Pratti y fotocopias de los rayos-x tomados en los años sesenta
por los Dres. Juan Carlos Pecantet
y Ernesto Silva García.
Ante la
prueba radiológica podemos destacar la excelente conservación ósea por lo que
presumimos se trata de un individuo joven, de sexo femenino (verificando la
desaparición de las estructuras de crecimiento y la fusión de las crestas
ilíacas. Asimismo la perfecta conservación de toda la dentadura y la ausencia de
todo tipo de patologías en el esqueleto).
Se
nota la destrucción de los huesos
de las fosas nasales, debido al vaciamiento de la cavidad craneana a través de
esta brecha.
Señalamos
que por pelvimetría, se trata de una nulípara (no presentó indicios de parto
natural que modifiquen la estructura ósea de la pelvis).
Asimismo,
destacamos que ni la cavidad torácica ni la cavidad abdominal presentan
estructuras radiopacas que nos puedan hacer pensar en la presencia de órganos
(como el corazón, hígado, etc.) ni de amuletos.
Tampoco
se observa objeto alguno (como amuletos) en la mano que está cerrada
(izquierda).
Como
sabemos, no contamos con el material radiográfico original por lo que nuestras
conclusiones – en este tema – pueden estar sujetas a cierto margen de error.
Lamentando no poder realizar un estudio más profundo sobre el
tema.
En este
punto, debemos presentar como viable la siguiente opción:
El cuerpo momificado de Bes En Mut – sacerdote en el Gran Templo del dios
Min en Akhmim, que se cree vivió hasta alrededor de los cincuenta años, cerca del 700 A.C. – y otras cuatro
momias fueron expuestas a una serie de ensayos no-destructivos (que incluyen ADN, escaneo
computarizado, rayos-x y endoscopías) por un grupo de profesionales de la
Universidad de Manchester con el propósito de estudiar una antigua afección
faraónica que dura hasta nuestros días: la esquistosomiasis o bilharzia. Una
enfermedad causada por un parásito acuático y que afecta la vejiga, los riñones
y el hígado.
El Museo de Manchester está estudiando el
deceso de estas momias en todo el mundo como parte de un proyecto de
investigación para ayudar a erradicar la enfermedad en la moderna África. En
algunas partes rurales de Egipto, el 80 % de la población podría estar infectada
de esquistosomiasis.
Brindar el acceso de estos investigadores a nuestra momia resultaría
beneficioso para ambas partes, ellos podrán estudiar otro exponente de aquella
época que quizá haya muerto víctima de la enfermedad y por nuestro lado
obtendríamos estudios de Esoeris que resultarían muy onerosos de otro
modo.
El proyecto Sothis de restauración antropológica facial a la momia de la
sacerdotisa Esoeris ya está en marcha. En el taller del escultor se encuentran
los datos del rostro y el modelo en arcilla de lo que en breve – y bajo la
supervisión de la antropóloga Sandra Peressotti, más las doctoras Sylvia Baltar
y Paula Pinto – será un modesto aporte para el acervo cultural nacional. Y
nuestra retribución será incalculable.
La
profesionalidad y entrega del equipo ejecutante de dicho proyecto garantiza la
fidedigna concreción del rostro de Esoeris.
Por
fin, “Gran Isis” será develada.
Hace
unos días, navegando por internet, buscando información acerca del Sistro y
pensando en realizar el presente estudio sobre la tañedora del mismo,
sacerdotisa del dios Min, encontré un canto fúnebre egipcio llamado
“Lamentaciones de Isis a Nephthys” de época tolemaica, que parecía hecho a
medida:
“Oh,
bella tañedora de Sistro, regresa a tu casa, para que pueda volverte a
ver
Oh,
bella joven, regresa a tu casa: hace tanto tiempo que no te
veo
Mi
corazón palpita por ti, mis ojos te buscan...”
Y
quizá, al leer estos versos, más de uno creerá oír el sonido de la brisa entre
los juncos de papiro a la orilla del río Nilo.
Agradecimientos:
Al
Sr. Director del Museo de Historia del Arte de la Intendencia Municipal de
Montevideo Arq. Gustavo Ferrari por la paciencia y su desinteresado apoyo, a la
Sra. Prof. René Pietrafesa por su orientación con respecto al tema del Sistro, a
Cecilia Barrios por el apoyo técnico. Y a todo el equipo y allegados del
Proyecto Sothis por creer en una visión.
Notas:
1
- En este relato optamos por nombrarle aasí puesto que en la tapa del sarcófago
así está inscripto.
Ésta,
la actual ciudad árabe de Akhmim (gobernorado de Sawhaj Muhafazah)
se encuentra en la ribera oeste del río Nilo frente a la ciudad de Sohag.
Antiguamente
fue la capital del noveno nomo, o Khemita, al norte del alto Egipto. Fue
conocida por los antiguos egipcios como Ipw o Khent-Menu por antiguos egipcios y
como Panópolis por los griegos. Fue llamada así por el principal dios de la
ciudad, Min, quien era Pan para los griegos, dios de la fertilidad y señor de
los desiertos entre el Nilo y el Mar Rojo.
Plutarco
nos cuenta: “Los Pan y los sátiros que viven cerca de Chemmis (Akhmim) fueron
los primeros en saber de la muerte de Osiris y divulgaron la noticia. Así fue
como el temor repentino que toma a la multitud sería conocido como
pánico.”
2
– Es un instrumento musical conformado por un arco de madera o metal atravesado
por unos alambres de los cuales penden unos pequeños discos de metal.
Antiguamente se le llamaba “Sesheshet”, nombre seguramente onomatopéyico del
sonido que producía al agitarlo con la mano.
3
- Narración de Lucio Apuleyo, sacerdote africano de Isis, época grecorromana, en
su libro Metamorfosis.
4
-> Por todo esto, ser música y a la
sazón sacerdotisa era uno de los cargos más altos a los que una mujer podía
aspirar en el antiguo Egipto.
Meret-Amun
– una de las hijas de Ramsés II y la esposa de Amenhotep – fue una de las
sacerdotisas del dios Min.
5 - Fue
publicada en el libro “Cartas de Nápoles, Alejandría y Cairo de Egipto”. Bs.As.
1890.
6
- Cerca de allí se encuentra también la necrópolis de El-Hawawish, donde fueron
enterrados varios gobernadores del área, pero aquí fueron enterradas
personalidades de la cuarta a la onceava dinastía.
También
se encuentra cerca la Gruta de Pan, un templo dedicado a Min y Amón-Ra,
construido por Ay quien sucedió a Tutankhamón.
7 - Cabe destacar que desde 1977 a 1985, la momia fue instalada en el Museo Arqueológico del Palacio
Taranco.
Bibliografía:
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-
El saber mágico del antiguo Egipto. Christian
Jacq. Edaf. 1998.
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El enigma de la piedra. Christian
Jacq. B, S.A. 1999.
-
El Egipto faraónico. Juan José Castillos. Ed. Maat. 1996.
-“Una
momia egipcia de la baja época conservada en el Museo Arqueológico Palacio
Taranco de Montevideo”. Sociedad Uruguaya de Egiptología – Publicaciones – Vol.
II. Juan José Castillos. Ed.
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Denoix, M. Jean-Charles Depaule, M.Michel Tuchscherer. 1999.
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http://www.leicestermuseum.ac.uk/news/mummies.html
-
Página Web del Museo Nacional de Historia Natural del Uruguay (Palacio Taranco):
http://www.oocities.org/Paris/Jardin/6043/
-
Página Web “Símbolos del antiguo Egipto”: http://members.tripod.com
Historia
de la reconstrucción antropológica:
-
Arqueología (Teorías, métodos y practicas). Colin Renfrew y Paul Bahn. Akal
ediciones. 1993.
-
El verdadero rostro del hombre de neanderthal. Boyce Rensberger. Muy
interesante. Orbe S.A. 1983.
-
El verdadero rostro del rey Midas. Álvaro de Arcos. Muy interesante. Ed. García
Ferré. 1989.
-
Escultores de nuestros orígenes. Tom
Waters. Conocer. Tiempo
S.A. 1990.
-
Retrato de familia. Ignacio Xurxo. Descubrir. Perfil.
1993.
-
Los neanderthales dan la cara. Enrique M. Coperías. Muy interesante. Ed. García
Ferré. 1997.
-
Tal como éramos. Enrico Ferorelli. Muy interesante. Ed. García
Ferré.1997.
-
Selecciones de misterios de la Arqueología II. José León Cano. Lincro S.A.
1999.
-
Página Web “Reconstrucción antropológica”: http://www.raka.co.za/anthropology/faces/
-
Página Web “3D facial reconstruction and visualization of ancient Egyptian
mummies using spiral CT data” – Universitá di Pisa:
http://www.di.unipi.it/~attardi/Paper/SIGGRAPH99/
-
Página Web “Facial reconstruction.” (An artist view by Gay Malin, New York State
Museum Preparator. A project of the New York State Museum with funding from the
New York State Department of Transportation):
http://useres.wsg.net/sculpture/facial.html
Anatomía
fisiológica:
-
Escuela de dibujo de anatomía. Humana-animal-comparada. András Szunyoghy –
György Feher. Könemann. 1996.
-
Dibujo anatómico de la cabeza humana. Louise
Gordon. Daimon. 1982.
-
Estructura del cuerpo humano. Sobotta.
-
Atlas y fotos de la anatomía humana. Rohen.
Escultura:
-
Guía completa de escultura, modelado y cerámica. Coordinado por Barry Midgley.
Tursen-Hermann-Blume ediciones. 1993.
-
Curso de escultura. Madera-mármol-fundición. Marco Alberto De Poi. Editorial De
Vecchi. 1996.
-
Carlevaro Pérsico. La libertad creadora. José Laurino. Editorial Pozzetto.
1988.
-
Terracota – técnica de la escultura en arcilla. Escrito por Bruno Lucchesi, texto y fotografías de Margit Malmstrom.
Editorial Ceac. 1990.
-
Tratado
de la pintura. Leonardo da Vinci. Editorial Losada.1954.
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