PLANTAS
El acuario para Carassius no debe contener plantas que sean fácilmente desarraigadas, debido a la ya comentada costumbre del pez de hociquear en el fondo, escarbándolo. Por lo tanto, deberán emplearse plantas que se arraiguen fuertemente en la arena, que es lo mismo que decir que tales plantas deben poseer raíces (Vallisneria, Echinodorus, Saggitaria). Para que el pez pueda llevar a cabo su ancestral costumbre de "picotear", se recomiendan Elodeas, Cabombas y en general, plantas de hojas blandas.
En algunos textos se recomienda no colocar plantas en el acuario para Carassius y, cuanto más, dejar flotando algunas Elodeas. Sin embargo, otros entienden que no debe ser así porque -en realidad- el acuario para estos peces requiere muchas plantas pues, como ya hemos dicho en otra página, los Carassius suministran gran cantidad de detritus. En consecuencia, se requieren elementos que absorban los productos de la descomposición de estas materias orgánicas (nitratos, etc.) y, en este sentido, las plantas cumplen a la perfección tal función, pues por su proceso de fotosíntesis incorporan estos materiales, para producir la síntesis de las materias proteicas, grasas e hidratos de carbono.

Es obvio que las plantas que mejor realizan esta función son las que deberían elegirse, por lo que habrá que preferir las de crecimiento rápido, pues esta característica indica que el proceso de asimilación es intenso.

Claro está que esta característica no es suficiente por sí sola y que, además, las plantas elegidas deberán desarrollarse adecuadamente a la temperatura que deberán soportar, así como el valor de dureza y ph requeridos por el agua que es adecuada para la vida de los Carassius.

Las plantas que cumplen con este requisito son las siguientes:

Acorus.
Coratophyllum submersum: se desarraiga fácilmente.
Cabomba: se desarraiga fácilmente y dada su fragilidad el Carassius la rompe en pedazos al picotearla. Se incorpora a su dieta vegetal. Requiere media luz.
Elatina macropoda.
Elodea: buena si está a la sombra; es frágil; crecimiento rápido pero constituye una planta de corta duración, pues prefiere aguas duras).
Fontinalis antypiretica (es una de las mejores).
Hydrilla verticilata.
Lysimachia nummularia.
Myriophyllum verticilatum, o spicatum: se desarrollan rápidamente).
Vallisneria Spiralis.
Saggitaria.
Ludwigia.
Bacopa.

Como planta de adorno, pueden colocarse algunas variedades de Aponogeton, que también son de crecimiento lento, tienen la virtud de tener hojas muy fuertes. De las plantas de superficie, la Lemna (lenteja de agua) parece ser preferida a la Salvinia y, de hecho, el Carassius gusta picotear la raíz de esta pequeña y simpática planta, que se propaga tanto que es necesario controlar su cantidad, para que no entorpezca la absorción de oxígeno por parte del agua.

Para reducir la intensidad luminosa puede emplearse, asimismo, la Riccia fluitans que no posee raíz y que, con mucho sol, forma burbujas de oxígeno que retiene largo tiempo en su masa. Crece muy rápidamente.

La Eichorna crassipes (camalote) no es apta para acuarios interiores, sino para estanques. Muere en invierno.

Tampoco la Azolla filiculoides y la Pistia stratiotes (lechuga del agua) son aptas para acuarios interiores.

El exceso de vegetación es peligroso, especialmente si hay mucha luz, pues el proceso de síntesis clorofílica será acelerado y no existiendo suficiente cantidad de anhídrido carbónico para ello, será separado de los bicarbonatos, los que se transformarán en carbonatos insolubles. Como la dureza depende de las sales solubles, se reducirá, o sea que el agua se tornará muy blanda.
Al mismo tiempo, el pH se elevará, pudiendo llegarse al caso extremo denominado "alcalosis".
Para obtener una vegetación densay saludable, no hay mas remedio que el suministrarle aquellos elementos que ésta precisa para completar su alimentación. Este, y no otro, es el objetivo de los abonos o fertilizantes.
En general se puede definir un abono como un conjunto de sustancias químicas, minerales u orgánicas, que contienen uno o varios de los elementos nutritivos que necesitan las plantas, en la cantidad correcta y en una forma que sea asimilable por ellas.

En las siguientes líneas veremos un ligero resumen acerca de cada uno de aquellos elementos que influyen en el desarrollo de las plantas y que se pueden incluir dentro de la definición de "abono".

NOTA: Factores tan importantes como: temperatura, luz, fuentes de carbono, genética, medio ambiente, etc. no estarán incluidos en este trabajo.
Desde el punto de vista de las plantas, dada la gran influencia que tienen en su desarrollo, hay tres elementos principales que constituyen la base de las diferentes clases de abonos : el nitrógeno "N", el fósforo "P" y el potasio "K". De éstos, el nitrógeno y el fósforo pueden representar un problema por exceso para las plantas acuáticas en un medio cerrado con muchos animales, como por ejemplo en un acuario.

EL NITRÓGENO Y LOS ABONOS NITROGENADOS


Uno de los elementos más importantes para todos los seres vivos (sin excepciones) es el "nitrógeno". En estado puro (como N2) es un gas, inerte, inodoro e insípido. Aproximadamente el 80% del aire que nos rodea está formado por este gas, aunque en este estado no resulta asimilable por los seres vivos, a excepción de algunos microorganismos. Para que las plantas puedan aprovecharlo debe hallarse formando compuestos a base de combinación con otros elementos.

NOTA: En la naturaleza el nitrógeno pasa por diferentes estados y combinaciones en un ciclo que, finalmente, se cierra.

En las plantas el nitrógeno está presente en la composición de numerosas sustancias orgánicas tales como proteínas, clorofila, aminoácidos, ácidos nucleicos, etc, sustancias que son la base de los procesos que controlan el desarrollo, el crecimiento y la multiplicación de las mismas. Resulta, por lo tanto, evidente la importancia de este elemento para la vida vegetal.

Un suministro adecuado de nitrógeno a las plantas favorecerá:

un crecimiento mas rápido
el desarrollo de una coloración verde intensa en las hojas
la robustez de los ejemplares, mejorando su calidad
el aumento en la proliferación de hojas y brotes
El nitrógeno es absorbido por las plantas principalmente bajo dos formas:
a) como nitrato (NO3-), que es el producto final del ciclo biológico (aeróbico) en los acuarios, y en la naturaleza se halla formando parte de todas las sales del ácido nítrico como puden ser los nitratos: sódico, potásico, cálcico, etc.
b) como amonio (NH4+). Las plantas también pueden aprovechar el nitrógeno de los iones amonio que se hallan bajo la forma de sales amoniacales y del amoníaco disuelto en agua a pH < 7 .

Deficiencias de nitrógeno: En un acuario poblado con seres vivos es prácticamente imposible llegar a observar algún síntoma de carencia de este elemento, pero donde sí pueden producirse estos síntomas es en los cultivos masivos industriales de plantas acuáticas. Aunque raras veces, en algunas plantas de importación (o de invernaderos nacionales) puede observarse que han sufrido la carencia de este elemento (en su mayoría, son plantas de cultivo emergido).

Los síntomas de una insuficiencia de nitrógeno pueden variar según la especie y el género, pero, en general, los signos externos más característicos que podremos apreciar serán:
una reducción en el crecimiento.
un debilitamiento generalizado del color verde.
un amarilleo que comienza en las hojas inferiores más viejas de la planta y que, por lo general, avanza desde el ápice hacia la base, llegando a producir la muerte de los tejidos y la caída de las hojas.

En aquellos cultivos que necesiten un aporte de este elemento, lo mas fácil es el añadido de nitratos, sódico o amónico, urea, amoníaco anhidro, etc, teniendo siempre bajo control el parámetro de pH.

En el caso de las plantas acuáticas, éstas han desarrollado sistemas con los que pueden satisfacer sus necesidades de nitrógeno extrayéndolo de un medio en que apenas hay nitratos y la concentración de iones amonio es insignificante (aproximadamente 0,03 mg/l en el sudeste asiático). Estas plantas, al llegar a un acuario, se encontrarán con unas concentraciones exageradamente superiores a las que están acostumbradas y no todas ellas podrán sobrevivir en un medio tan rico en este nutriente, por ser este un factor que posiblemente impedirá la absorción de otros elementos.

Es importante recalcar que, para un acuario, las palabras "aportación correcta" en cuanto a los elementos nitrogenados (y fosforados), significan reducirlos a niveles mínimos por el método que sea, por ejemplo efectuando cambios parciales de agua con la máxima frecuencia posible.

NOTA: Los niveles permitidos de elementos nitrogenados y fosfatados en el agua potable son exageradamente altos para un acuario, por lo que los aficionados de algunas zonas geográficas (por ejemplo Alemania) no pueden utilizar el agua de grifo en sus acuarios sin un tratamiento previo.

Niveles permitidos para consumo humano:
Fosfatos PO4: 6,7 mg/l.
Amonio NH4: 0,5 mg/l.
Nitritos NO2: 0,1 mg/l.
Nitratos NO3: 50,0 mg/l.
Niveles existentes en la zona de origen de las plantas (por ej. zona de plantas asiáticas):
Fosfatos PO4 < 0,01 mg/l.
Amonio NH4 < 0,01 mg/l.
Nitritos NO2 0,00 mg/l.
Nitratos NO3 0,00 mg/l.


EL FÓSFORO Y LOS ABONOS FOSFÓRICOS

En la naturaleza el fósforo no se encuentra en estado puro, sino en forma de diferentes compuestos como resultado de su combinación con otros elementos. Aunque estos son muy numerosos, es de destacar que en la mayoría de ellos se encuentra como fosfato.

El fósforo, como el nitrógeno, también cumple un ciclo en la naturaleza formando parte de diversos compuestos, orgánicos e inorgánicos, pero con la diferencia que este ciclo no se cierra ya que existen fases en las que el fósforo queda fijado de forma definitiva y, por lo tanto, se pierde.

El ácido fosfórico (PO4H3), uno de los compuestos más importantes del fósforo, da lugar a tres iones o radicales diferentes, que a su vez producen otras tantas clases de sales (fosfatos).

Fosfato monobásico o diácido (PO4H2-).
Fosfato dibásico o monoácido (PO4H2-).
Fosfato tribásico (PO43-).

La presencia del fósforo es imprescindible en las plantas ya que participa activamente en todos los procesos de desarrollo, crecimiento y multiplicación. Forma parte de los ácidos nucleicos, los fosfolípidos y otros compuestos que llevan a cabo funciones tan importantes como la recepción, reserva y trasmisión de la energía que las plantas absorben de las fuentes luminosas (sol, lámparas especiales, etc).

Los efectos mas notables que se atribuyen al fósforo son:
Estimular un desarrollo precoz de la raíz y del crecimiento de la planta.
El desarrollo rápido y vigoroso de las plantas jóvenes.
Aumentar la resistencia de las plantas ante condiciones desfavorables.
Acelerar la floración y la fructificación (interesante para quienes quieran multiplicarlas por reproducción sexual).

Teniendo en cuenta las variaciones naturales que puede haber entre diferentes especies de plantas, los signos más característicos y generales de una deficiencia de fósforo son los siguientes:
a)- La planta presenta un tamaño reducido. Hay un evidente retraso en el desarrollo y la maduración.
b)- Las hojas adquieren un color verde muy fuerte y, en ocasiones, puede llegar a aparecer un tono púrpura en diferentes partes de las hojas, en el tallo y en las ramas.

Formas asimilables : Como ya hemos mencionado, el fosfato puede presentarse bajo tres formas iónicas distintas, de ellas la mas aprovechable por las plantas es el fosfato monobásico ( PO4H2-) , el fosfato dibásico ( PO4H2-) también es asimilable aunque no tanto como el monobásico, y el fosfato tribásico (PO43-) está prácticamente fuera del alcance de las plantas.

Distintos factores tales como el pH, la presencia de calcio o la de otros elementos tienen influencia en la transformación de los fosfatos entre las formas asimilables, poco asimilables, y no asimilables.

En un acuario, el nivel adecuado de fosfatos para las plantas acuáticas puede variar entre 0,01 a 0,5 mg/l.

NOTA: hay que tener en cuenta que tanto los nitratos como los fosfatos son los dos elementos favoritos de muchas algas, tan indeseables para un aficionado en acuariofilia. Por esto es que el mantener estos elementos en un nivel mínimo, además de ser algo que nuestros peces agradecerán, nos ayudará a combatir la presencia de algas.

EL POTASIO Y LOS ABONOS POTÁSICOS


El tercer elemento que las plantas necesitan en gran cantidad es el potasio, y, al igual que los anteriores, deberá estar bajo la forma de sales, combinado con otros elementos, para poder ser utilizado por las plantas.

Al contrario que en el caso del nitrógeno o el fósforo, el potasio no es utilizado en la formación de moléculas más complejas, sino que se encuentra normalmente disuelto en los líquidos celulares de las plantas en la misma forma iónica en que fue absorbido (K+) sin sufrir modificaciones.

El potasio, por regla general, es un elemento que no se encuentra a niveles significativos en el suministro de agua potable, y tampoco hay un aportación natural (como en el caso del nitrógeno y/o fósforo) dentro de un acuario (excepto en el caso de que hubiera hojas muertas y cadáveres, pero éstos, naturalmente, enseguida serían extraídos por el aficionado con el fin de evitar el aumento de materia orgánica en descomposición). Por esto es muy normal que aquellos acuarios que no reciban un aporte de este elemento de manera continua, sufran un déficit del mismo.

Algunas de las funciones que realiza el potasio en las plantas se hallan relacionadas con:

La transformación del nitrógeno en los procesos metabólicos.
La producción y transporte de distintos azúcares dentro del organismo vegetal.
El proceso respiratorio, etc.

Los síntomas más visibles de la deficiencia de potasio en las plantas son:
Una reducción considerable del crecimiento.
Los márgenes de las hojas se amarillean, pudiendo llegar a secarse. En algunos casos también puede apa­recer un moteado en las hojas.
Aparición de tallos débiles y, en general, hay una menor resistencia y vigor en toda la planta.
Debilidad en la floración.

En general, los síntomas varían según el género y la especie vegetal, apareciendo primero en las hojas más desarrolladas.

NOTA: Cuando aparecen los síntomas de deficiencia, eso significa que la falta de potasio ya es muy grave, por lo que no es muy fácil la salvación
de la planta.

El potasio puede estar presente en forma sólida en el substrato, ya que es componente de muchos minerales, de los cuales los mas habituales son: mica, feldespato, arcillas, etc. Este potasio no puede ser utilizado por las plantas hasta que no sea liberado, o sea hasta que los minerales no se hayan descompuesto por la acción del tiempo.

El potasio también puede estar disuelto, o sea estar en solución en el agua que rodea a la planta, por ejemplo en forma de cloruro de potasio. Lo que en realidad ocurre es que se produce un continuo intercambio entre el potasio en forma iónica que está ligado a la superficie de ciertos substratos, como arcillas y humus, y el que está en solución. De esta forma, a medida que se va agotando el potasio en solución, es repuesto por el potasio ligado al substrato. Cuando, por el contrario, añadimos potasio a la solución, este aumento es absorbido por el substrato. Dicho de otra forma, el substrato (formado por arcilla o turba) actúa como almacén de potasio que la planta puede utilizar (la arcilla también puede almacenar otros materiales). De esto puede deducirse la importancia de un substrato adecuado y equilibrado para un aficionado que desee mantener correctamente a sus plantas.

Debido a la importancia que tiene el potasio y a su muy probable escasez en un medio cerrado como es un acuario, es que los fabricantes de abonos para acuarios lo tienen en cuenta (o deberían tenerlo en cuenta).

Para un acuario las fuentes de aportación de potasio pueden ser la arcilla o la turba, y para reponer el potasio consumido por las plantas con el correr del tiempo se pueden utilizar sales de potasio, siendo la mejor y mas segura el cloruro de potasio.

Si bien la industria acuariófila ofrece en el mercado una serie de abonos equilibrados, puede haber aficionados que tengan su propia "receta", y a ellos debo decir que ,según análisis de las aguas de origen de la mayoría de las plantas acuáticas, una concentración de potasio estable y continua entre 1 y 2 mg/l, es la mas adecuada.


ELEMENTOS SECUNDARIOS Y OLIGOELEMENTOS

Actualmente, gracias a los análisis e investigaciones específicas, sabemos que todos los elementos nutritivos, tanto los anteriormente mencionados, como otros, por ejemplo : calcio, magnesio, azufre, hierro, manganeso, cobre, molibdeno, boro, cloro,etc., son igualmente necesarios para todas las plantas. La única diferencia entre ellos estriba en la cantidad en que son necesarios, ya que unos son requeridos en cantidades mayores que otros. Lógicamente, quien desee tener sus plantas en perfecto estado, debe controlar todos estos elementos (junto a otros factores como : luz, temperatura, CO2, etc.), bien con su experiencia y su habilidad, o bien confiando en una marca comercial que ofrezca todo esto en unos paquetes equilibrados.

NOTA: El aficionado deberá elegir una marca comercial determinada, según su criterio y gusto, y usar todos los abonos de la misma gama que este fabricante aconseje. La razón de que el abono completo esté repartido se debe a que hay sustancias químicas que no pueden guardarse en un mismo envase y, por ejemplo, una marca puede ofrecer un granulado para el suelo, unas pastillas y luego un líquido que aporta el resto para cubrir las necesidades de las plantas. Asimismo, otro fabricante puede ofrecer una mezcla de elementos en forma de sales sólidas y un líquido para complementar el abono. Es por esto que una pastilla de una marca, con una sal de otra marca y un líquido de una tercera no necesariamente van a complementarse entre sí, y aún más, aunque sucede en raras ocasiones, la mezcla puede ser perjudicial por una interacción de sus componentes.

ELEMENTOS SECUNDARIOS

CALCIO -- En la práctica es muy raro encontrar deficiencia de calcio en aguas neutras y/o alcalinas. Sin embargo, esta carencia suele ser habitual en aguas ácidas.

La falta o escasez de calcio se advierte preferentemente en las partes más jóvenes de la planta, ya que estas retrasan su desarrollo, llegando incluso a paralizarlo. Puede verse como la planta pierde vigor y su tallo se debilita, mostrando unas raíces cortas y divididas. Hay que señalar que una deficiencia de calcio también altera la absorción de otros elementos, ya que éste cumple un papel muy importante en el funcionamiento de las raíces.

NOTA: Los abonos que se ofrecen para acuariofilia, por regla general, no deben tener calcio ni magnesio, pues estos son responsables de la dureza del agua. El aficionado, ajustando el importante parámetro de GH (grado de dureza), ajustará automáticamente el contenido de calcio y/o magnesio según las condiciones que sean óptimas para su acuario.

Cualquier material que contenga calcio puede servirnos para aumentar el nivel de calcio en el agua y/o en el substrato, como por ej, yeso (sulfato de calcio), coral machacado, piedra de mármol, carbonato de calcio, etc.

MAGNESIO -- Este elemento puede llegar a ser deficitario en aquellos acuarios de aficionados que viven en zonas con aguas muy blandas y que solo emplean carbonatos y/o bicarbonatos de sodio y/o calcio para corregir la dureza del agua.
El magnesio es un importante componente de la clorofila (es a la clorofila lo que el hierro a la hemoglobina de la sangre) y es por ello que, cuando escasea, la cantidad de clorofila se reduce con la consiguiente desaparición del color verde típico que produce esta sustancia (en algunas ocasiones se puede observar una coloración verde pálido, casi amarillo, en los tejidos situados entre los nervios de las hojas). Además de esto, su carencia acarrea otros perjuicios generales.
Teniendo siempre en cuenta el grado de dureza del agua, se puede prevenir su escasez usando sulfato de magnesio, carbonato de magnesio, etc. La aportación de una pequeña cantidad de "dolomita" al substrato puede garantizar la presencia de este elemento durante un período mas o menos largo (dependiendo del pH).

AZUFRE La carencia de azufre presenta, entre otros, los siguientes signos de deficiencia:
Un color verde amarillento en las hojas jóvenes y especialmente en los nervios (no debe confundirse con el color verde amarillento de los tejidos entre los nervios que caracteriza la carencia de magnesio).
El crecimiento se hace lento y débil.
Los tallos son cortos y pobres.
En un acuario en que la dureza está bajo control, los "sulfatos" suministran el azufre necesario. En las raras ocasiones en que se produzca un déficit, es fácil solucionarlo con un producto tan simple como el yeso (sulfato de calcio).
NOTA : El límite permitido para la concentración de sulfatos en el suministro de agua del grifo es excesivamente alto (240 mg/l.) ya que la mayoría de las plantas prefieren niveles mucho mas bajos y pueden conformarse perfectamente con una concentración aproximada de solo 1 mg/l.

OLIGOELEMENTOS

Los oligoelementos, también llamados elementos traza, son tan importantes como los demás elementos nutritivos y su falta
o escasez afecta seriamente el desarrollo de las plantas. Por lo general puede presentarse la carencia de uno o varios de ellos, pero muy raramente de todos.
En la mayoría de los casos, con una adecuada corrección de parámetros comunes como la dureza, el pH, la salinidad y efectuando cambios parciales de agua para corregir el nivel de concentración de materia orgánica, estamos cubriendo la mayor parte de las necesidades de las plantas.

NOTA : Según datos aportados por el Canal de Isabel II, el agua por ellos suministrada contiene :
Sulfatos
10,0 - 20,0 mg/l

Calcio
10,0 - 15,0 mg/l

Magnesio
1,0 - 3,0 mg/l

Sodio
3,0 - 10,0 mg/l

Potasio
0,5 - 3,0 mg/l

Aluminio
0,1 - 0,2 mg/l

Hierro
<0,01 mg/l

Manganeso
<0,01 mg/l

Boro
<100 µg/l

Cobre
1,0 - 5,0 µg/l

Zinc
1,0 - 5,0 µg/l

Níquel
1,0 - 10,0 µg/l

Bario
0,0 - 10,0 µg/l


Si esto no fuese suficiente, deberemos recurrir a un abono y aplicar el producto en la forma mas asimilable por nuestras plantas y en la dosis correcta, ya que muchos de estos elementos, utilizados en exceso, pueden ser tóxicos tanto para los peces como para las plantas por lo que deben aplicarse con la máxima precaución.
Pese a que lo mas correcto sería añadir solo el elemento que hace falta y en su justa dosis, de momento no existen tests individuales para cada uno de los oligoelementos al nivel de nuestro hobby, por lo que para un aficionado lo mejor será el empleo de abonos completos que contengan todos los elementos nutritivos en concentraciones equilibradas y formuladas para acuarios.
El importante papel que juegan los oligoelementos en la vida vegetal fue descubierto hace relativamente poco tiempo, de modo que no hay que extrañarse si vemos que un autor señala entre ellos solo al hierro y al manganeso, y que otro presenta una lista mas larga de 5 o 6 elementos. Actualmente se conocen 13 elementos que intervienen en los procesos metabólicos de plantas y algas y estos son : Hierro "Fe", Manganeso "Mn", Cobre "Cu", Cinc "Zn", Litio "Li", Cobalto "Co", Níquel "Ni", Titanio "Ti", Estaño "Sn", Molibdeno "Mo", Boro "B", Aluminio "Al", Iodo "I". Como se sigue investigando sobre el tema, no sería de extrañar que dentro de unos años podamos ver una ampliación de esta lista.
A continuación intentaremos conocer un poco mejor a algunos de ellos.

HIERRO-- Es un elemento nutritivo que interviene activamente en la formación de la clorofila y otras funciones vegetales. Algunos autores, por su importancia y su mas alto requerimiento dentro de los oligoelementos, prefieren clasificarlo dentro de los nutrientes principales y es por esto que muchas veces veremos que se habla de "hierro y oligoelementos". Tanto en acuariofilia como en agricultura su carencia ha causado enormes problemas, ya sea por su falta o por no estar presente bajo una forma asimilable por las plantas.

La escasez de hierro se manifiesta por medio de la "clorosis", es decir, que las hojas amarillean entre los nervios, más tarde toda la hoja, incluso los nervios, tendrá un aspecto vítreo y frágil. Los síntomas aparecen primero en las hojas jóvenes, ya que el hierro está inmóvil dentro de la planta y no puede pasar de las hojas mas viejas a las nuevas. En un acuario, las plantas de crecimiento rápido como Vallisneria, Sagittaria, Elodea densa, etc., se verán afectadas por la carencia de hierro antes que las plantas de crecimiento mas lento.

NOTA : Los síntomas de déficit de manganeso en su primera fase son iguales a los de carencia de hierro, sin embargo, la carencia de manganeso no afectará a los nervios, que permanecerán verdes. Por esto, y debido a que su semejanza con una variedad de abeto, se la conoce vulgarmente como la "Enfermedad de los árboles de Navidad".
Es muy curioso que el problema de carencia de hierro en acuariofilia sea un hecho reciente, justo desde que el aficionado dejó a un lado el antiguo acuario con armazón de hierro sustituyéndolo por cristales unidos con silicona. A pesar de todo el cuidado que ponía el aficionado, con esas armazones de hierro y accesorios metálicos, se introducían pequeñas cantidades de hierro en el acuario, donde se oxidaba. El hierro bajo la forma de hidróxido férrico es insoluble en agua y no está al alcance de las plantas, pero a lo largo de tiempo y por la acción de ciertos microorganismos ¡ podía solubilizarse formando parte de quelatos orgánicos y ser asimilado por las plantas !. De esta forma es que antiguamente era muy raro observar síntomas de carencia de hierro, pero no era extraño ver peces con síntomas de intoxicación.
El hierro asimilable por las plantas es el "hierro bivalente" (Fe2+), pero en un medio oxidante como el acuario se transforma inmediatamente a "hierro trivalente" (Fe3+), que rápidamente precipita como hidróxido férrico que se deposita en el substrato por lo que pierde su valor como nutriente para la planta (solo hay muy pocas plantas que, por medio de ácidos orgánicos producidos por las raíces - y que quizás tengan propiedades quelantes -, son capaces de aprovechar el hierro insolubilizado como hidróxido).
En muchas ocasiones el añadir abonos con hierro a un acuario no soluciona el problema de carencia del mismo y las causas mas comunes son:
Un pH muy alto, ya que en un medio muy alcalino el hierro está fuertemente inmovilizado.
La presencia de otros elementos como el cinc, el cobre o el man­ga­neso, que, en exceso, afectan la asimilación del hierro.
Un potencial Redox muy alto, con el que el hierro se oxida rápidamente transformándose en hidróxido insoluble.

A partir de la segunda mitad del siglo veinte se descubrió que el hierro trivalente bajo la forma de quelatos (en griego "quelato" significa "pinza") es aprovechable por las plantas y bastante estable ante las reacciones biológicas y químicas del medio.
El mas común de los agentes quelantes es el "EDTA", siglas del ácido etilen diamino tetra acético, que con el hierro forma el quelato de hierro "EDTA-Fe".
Actualmente el EDTA-Fe es la forma de hierro mas usada, tanto en los abonos para acuarios de agua dulce como en la agricultura, para suministrar el hierro asimilable por las plantas.
El EDTA de hierro es mas estable en un medio ligeramente ácido o en el entorno de la neutralidad. La presencia de calcio en concentraciones elevadas (ligada a un pH alto) provocará el desplazamiento del hierro por el calcio en el quelato, anulando la función de este producto ya que el Fe3+ liberado precipitará inmediatamente como hidróxido.
La dosis de hierro debe estar bien controlada mediante un test específico, ya que en concentraciones superiores a 2 ppm. es tóxico para los peces y hasta para muchas especies de plan­tas. Una concentración de 0,5 a 1 ppm. (mg/l) estaría dentro de los márgenes de seguridad permitidos.
NOTA: Hay algunos peces que son mas delicados y exigen una concentración de hierro mas baja, por ejemplo de 0,25 mg/l.

MANGANESO-- Este elemento suele faltar muy a menudo en acuarios con substratos no abonados (solo gravilla de sílice), y con un mantenimiento insuficiente, aunque casi siempre el aficionado confunde los síntomas con la carencia de otros elementos, probablemente con el déficit de hierro. El Manganeso es bastante tóxico, de modo que solo se lo debe usar con máxima precaución.
Las plantas lo absorben, tanto por la raíz como por las hojas, en forma de ión Mn++ . Este elemento es bastante inmóvil dentro de la planta, y su deficiencia se mostrará mediante la aparición (bien marcada) de un color amarillo o amarillo rojizo en los espacios entre los nervios de las hojas, los cuales permanecerán verdes. También pueden aparecer puntos necróticos (tejidos muertos).
En ocasiones, la causa de su carencia en la planta puede deberse a un pH alto, aunque también puede producirse por un exceso de materia orgánica y oxidación bacteriana. Como en el caso de hierro, si la causa del déficit es un pH excesivo, lo mejor será intentar rebajarlo (teniendo en cuenta siempre las necesidades de los peces que están en el acuario).
La concentración adecuada de este elemento está entre 0,05 a 0,5 ppm (mg/l), y se puede suministrar en forma de sal, como cloruro o sulfato de manganeso, o, aún mejor, en forma de quelato de manganeso.
CINC-- Este metal es requerido por los vegetales en cantidades muy pequeñas y, así como el hierro, cobre y manganeso, interviene como activador en algunos procesos metabólicos importantes de la planta. El cinc influye especialmente en la formación de sustancias de crecimiento.
Los síntomas más característicos de la deficiencia de cinc son:
Hay una reducción en el crecimiento, las hojas terminales se hacen más pequeñas y las yemas muestran un escaso vigor.
Aparecen hojas con manchas amarillas y zonas necróticas (muertas).
La distancia entre los nudos se hace mas corta.
En casos graves ya no pueden formarse las semillas.

En el caso del cinc también sucede que un pH alto puede reducir considerablemente su cantidad en forma asimilable. El exceso de materia orgánica y la acción de diversos microorganismos también pueden ser causa de una carencia de cinc asimilable por las plantas.
Este oligoelemento es también bastante tóxico tanto para los peces como para las plantas, de modo que debe dosificarse con máxima precaución. Una dosis menor de 0,05 ppm es segura y suficiente.
NOTA: El cinc en dosis de 0,1 a 2 mg/l. es tóxico, pero en ciertas ocasiones es usado (como el cobre) como tratamiento contra algunos parásitos externos, lógicamente se aplica bajo ciertas condiciones y durante un tiempo limitado.

COBRE-- El cobre, pese a ser extremadamente tóxico cuando se halla en exceso, es un elemento esencial para ciertas transformaciones que se llevan a cabo en la planta. Es absorbido en forma de ión Cu++ tanto por las raíces como por las hojas y presenta poca movilidad dentro de la planta.
Los síntomas de deficiencia varían mucho según las especies vegetales y son bastante difíciles de determinar si no es mediante análisis. Las causas de esta deficiencia son, fundamentalmente, las ya mencionadas en los casos del Mn, Fe y Zn.
Una concentración de cobre suficiente y segura está entre 0,01 y 0,05 mg/l, y se puede alcanzar utilizando una sal como sulfato de cobre, sin embargo lo mejor es emplear quelatos de cobre.

MOLIBDENO-- Este elemento puede ser asimilado por las plantas bajo la forma de anión molibdato (MoO43-). Las necesidades de las plantas con respecto a él son muy pequeñas, y ya en cantidades ínfimas resulta tóxico, por lo que es necesario tener precaución en su uso. Es venenoso para los peces.
A pesar de todo el molibdeno es imprescindible para la utilización del nitrógeno que absorbe la planta. Las plantas con escasez de molibdeno aparecen amarillentas, como si padeciesen falta de nitrógeno.
Al contrario que los oligoelementos que hemos visto anteriormente, el molibdeno escasea principalmente en medios ácidos. Para su corrección basta un ajuste del pH y el posterior agregado de molibdato sódico, con la precaución de que la concentración del producto activo no sobrepase de 1 ppb (partes por billón).

BORO-- La escasez de este elemento es muy habitual en los acuarios cuando estos no tienen un aporte exterior por medio de los suplementos especialmente formulados para plantas de acuario. Las distintas variedades de plantas tienen diferentes exigencias para este elemento.
La falta de boro se manifiesta, generalmente, por una paralización del crecimiento. Las hojas más jóvenes dejan de crecer y se secan, así como la yema terminal o punto vegetativo. La planta adquiere un aspecto general arrosetado y, en algunas especies, afecta a la raíz, que se pudre (sobre todo los bulbos).
Para rectificar (añadir) este oligoelemento se utiliza bórax, o ácido bórico, teniendo en cuenta que su concentración en el agua del acuario quede entre 10 y 20 ppb (partes por billón).

CLORO-- A pesar de que el cloro es otro de los elementos esenciales que las plantas necesitan (y que toman de los cloruros), en ningún libro relacionado con las plantas le dan importancia a su déficit ya que en la práctica solo en el caso de usar agua destilada y un substrato inerte se podría dar el caso de una deficiencia de cloruros.
En realidad, en un acuario lo que debemos tener en cuenta con respecto al cloro es evitar que la concentración de sal (cloruro de sodio) supere el nivel que pueda soportar cada especie vegetal.

NOTA IMPORTANTE: Los síntomas de deficiencia o carencia de un elemento pueden ser los indicios más claros de una necesidad, sin embargo es preciso tener en cuenta que, en general, primero aparecen los síntomas relacionados con la carencia de un elemento cuyo déficit es el más grave. Por esto es que, frecuentemente, una vez corregida esta deficiencia, aparezcan luego los síntomas de carencia de otro/ s elementos



Por: Faramarz Hayrapetian
Armenio, ingeniero industrial de profesión y aficionado a la acuariofilia desde 1972 siguiendo las pautas de las escuelas de acuariofilia de Moscú y Londres.
Desde el año 1992 ha ocupado diversos cargos en la Junta Directiva de la A.E.A. y ha sido consultor de acuariofilia de una marca comercial.
Es autor de numerosos artículos publicados en diversas revistas de acuariofilia. Miembro del equipo de redacción de publicaciones acuariófilas y en la actualidad responsable de dos tiendas especializadas en Madrid.
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