ACTITUDES GUBERNAMENTALES

 

ACTITUDES GUBERNAMENTALES

 

RESPECTO A NUESTRA INSTITUCIÓN

 

 

 

Es preferible que comencemos por los aportes positivos provenientes de fuentes gubernamentales de Uruguay para beneficio de nuestra labor desinteresada por la cultura uruguaya. Son muy pocos, lamentablemente, pero es un acto mínimo de justicia mencionarlos.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE URUGUAY - Siempre ha estado dispuesto a ayudarnos en nuestros emprendimientos en la medida de sus posibilidades, quizás por haber comprendido sus jerarcas nuestra intención y los logros concretos obtenidos por nosotros para un mayor prestigio de nuestro país en el extranjero. No solamente ha instruido este Ministerio a sus representantes diplomáticos en Egipto para que colaboren con nuestras actividades, entre otras cosas, enviando regularmente ejemplares de la prensa egipcia con información de interés académico para ser incorporados a nuestra Biblioteca social, abierta no sólo a nuestros socios y estudiantes sino a cualquier compatriota interesado en el tema, también los Embajadores uruguayos y otros funcionarios han facilitado nuestras actividades culturales en Egipto, ahorrándonos tiempo y solucionando problemas logísticos utilizando sus contactos y experiencia en el país.

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CULTURA - En varias oportunidades nos permitieron usar su amplio salón de actos para nuestros eventos académicos y en oportunidad de viajar a Egipto representantes de nuestra institución con fines de estudio y para establecer contactos útiles en Egipto, esos viajes fueron declarados de interés cultural, permitiendo al responsable usufructuar un pasaporte adecuado a tales fines.

 

Lamentablemente, estos gestos positivos se vieron opacados por otras actitudes cuya calificación no aventuraremos pues el lector sabrá hacerlo más apropiadamente que nosotros. Damos por hecho, para poder ver estas actitudes en su justo contexto, que quien lee esta página ha visto en los enlaces listados más arriba los logros y aportes a la cultura uruguaya que ha realizado nuestra institución en los últimos veinte años. Si bien tales situaciones no han logrado impedir nuestra gestión, la han hecho más difícil y han recortado muchos de nuestros proyectos, limitando su alcance y efectividad. Quizás si se conocen estas circunstancias, algún día ellas puedan cambiar, pero no lo harán seguramente a menos que se oigan voces de protesta contra esa política indiferente y hasta hostil hacia nosotros y nuestra actividad cultural y educativa.

 

 

 

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CULTURA - Cuando investigadores de nuestro Instituto solicitaron asistencia financiera para poder facilitar su participación en eventos científicos de primer nivel, de los que nuestro país había estado siempre ausente por el desinterés de las universidades locales en el tema que nos ocupa, que se estudia y se investiga en las principales universidades del mundo a nivel de cátedra por tener que ver con los orígenes de la civilización en nuestro planeta, no sólo no recibimos ningún aporte a tales efectos, sino que ni se dignaron los burócratas allí instalados a responder a nuestras solicitudes escritas. Cuando publicamos en la prensa local una nota planteando lo inexplicable de tal actitud, una funcionaria de ese ministerio telefónicamente nos hizo saber que la respuesta era negativa. Se denunciaron ante ese ministerio bajo la primera administración de A. Mercader con amplios fundamentos las actitudes poco éticas de un funcionario que dirigía un museo dependiente de esa cartera a la vez que ocupaba un sillón en la Academia de Letras dependiente de ese ministerio, sin que se adoptara ninguna medida aparte de archivar el expediente. El Conicyt, dependiente de ese ministerio, en una adjudicación de fondos para investigadores, ignoró los méritos internacionales y la repercusión del trabajo de nuestro Director, citado en numerosas obras de consulta sobre su tema, no solamente negando la asignación de fondos solicitada, sino mostrando su desprecio mediante el rechazo de la postulación. Cabe consignar que el trámite fue objetado por muchos investigadores uruguayos (el tribunal seleccionador otorgó fondos a sus propios integrantes, entre otras prácticas cuestionables) hasta el punto que algunos de los prestigiosos investigadores seleccionados decidieron renunciar al beneficio, tal como lo consignó la prensa local reiteradamente, sin que ello cambiara nada ni la mayoría de los beneficiados se diera por aludida.

INTENDENCIA MUNICIPAL DE MONTEVIDEO - Ya mencionamos en otras páginas de Internet los aportes desinteresados al gobierno municipal de Montevideo, en especial al Museo de Historia del Arte, por parte de investigadores de nuestro Instituto, que ha sido reconocido en el propio Catálogo de ese museo y que sus funcionarios responsables conocen muy bien. En momentos en que la Intendencia estaba dirigida por el Dr. Tabaré Vázquez y por el Arq. Mariano Arana, solicitamos la exoneración de contribución inmobiliaria e impuestos municipales, amparándonos en lo que dispone textualmente el artículo 69 de la Constitución de Uruguay:

"Las instituciones de enseñanza privada y las culturales de la misma naturaleza estarán exoneradas de impuestos nacionales y municipales, como subvención por sus servicios".

O sea, una exoneración sin condiciones ni limitaciones o recortes de ningún tipo, salvo la realización comprobada de una actividad cultural. El monto de tales impuestos, reducido en el pasado, ha aumentado notablemente en los últimos años y quitaba dinero para otras actividades culturales que se cumplían en nuestro local. La exoneración pedida, fue concedida en dos oportunidades (con recortes inexplicables y arbitrarios, pero en alguna medida por lo menos) y en otras tantas oportunidades fue negada, con argumentos contradictorios, forzándonos a la situación actual de pagar tales impuestos en su monto total por nuestra sede para evitar trámites de resultado incierto que pueden (y han ya) causado multas y recargos importantes que pusieran en duda nuestra existencia como institución. Estos vaivenes poco serios e inexplicables que implican jugar con nosotros y nuestros magros recursos, han recibido la aprobación del intendente Arana, antiguo docente de historia de la arquitectura que pensábamos tendría una cabal comprensión de lo difícil de nuestra gestión cultural en nuestro medio, y que haría ver a los burócratas insensibles de su administración las consecuencias de tales decisiones, esperanza desvirtuada por los hechos. Hace un tiempo, acudimos a un llamado del Fondo Capital de esa intendencia que según declaraciones de sus responsables procuraba estimular iniciativas culturales con dinero en efectivo, presentando un proyecto de remodelación de nuestro Museo Egipcio por un monto muy inferior al máximo permitido y que según la funcionaria que lo recibió, era uno de los mejores que había visto en ese llamado. Como de costumbre, nuestro proyecto fue desechado y se concedieron fondos para otros emprendimientos como por ejemplo, obras de teatro, de valor cultural pero esencialmente efímeros, en tanto que se dejaba de lado nuestro Museo de exhibición pública permanente.

Podríamos dar muchos otros detalles respecto a estos temas, que en ocasiones parecen extraídos de una ópera bufa por lo burdos e inverosímiles, fiel reflejo de lo que acontece en este país a quienes optan por soslayar la tradicional cadena de manipulación de influencias que allana caminos y abre puertas, pero que consideramos nefasta para nuestro país y su prestigio internacional, por lo que nos hemos siempre negado a tomar parte en tales prácticas.

Ud., amigo lector, que ha visto lo que hacemos y a lo que aspiramos, puede juzgar y calificar estas actitudes oficiales hacia nosotros. En sus manos está por medio de una protesta enérgica ante los responsables, cambiar esta situación, no sólo para nuestro beneficio sino para el de aquellos que con similar enfoque se ven continuamente postergados e injustamente discriminados, en sus esfuerzos en bien de la cultura nacional. Los abusos de los ocasionales gobernantes, ya sea municipales o nacionales, y sus maniobras y prácticas censurables, sólo prosperan ante la indiferencia popular y cesan cuando la voz soberana del pueblo así lo exige.

 

 

 

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