1° de octubre de 1993: un gran deslizamiento de tierra en la calle El Colegio de Alto Prado ocasiona pérdidas por 400 millones de bolívares a familias de clase media. Se determina que las causas están en el desproporcionado crecimiento urbanístico.

18 de octubre de 1993: la tierra continúa cediendo diariamente entre 5 y 10 centímetros cúbicos. Una inspección realizada por la Comisión de Servicios Públicos de la Cámara de Diputados sostiene la necesidad de expropiar varias casas.

19 de noviembre de 1993: un estudio técnico elaborado por la Dirección de Desarrollo Urbano de la Alcaldía de Baruta y la empresa Centeno, Rodríguez y Asociados, establece que desde 1975 se comenzaron a observar los efectos dañinos de la labor urbanística. Revela, además, que los riesgos permanecen.

6 de junio de 1994: con las lluvias volvió la tragedia, afectando esta vez a los residentes de la calle 2. El agua mal canalizada, mezclada con la tierra de las bases de un conjunto residencial, inundó casas y calles, y provocó pérdidas millonarias.

16 de septiembre de 1996: los vecinos reclaman que aún no cuentan con los servicios básicos, que se sirven de la electricidad de los postes y que sus cables telefónicos se encuentran a la intemperie.

29 de septiembre de 1997: la principal de Alto Prado volvió a sucumbir luego de fuertes lluvias, a la altura del Conjunto 8. La vía colapsó y cayó hacia la calle 2, donde fueron desalojados por varios días los habitantes de 6 viviendas. Por 4 meses quedó incomunicada la vía de bajada, que fue utilizada hasta hoy en ambos sentidos.

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