Publicada
por
EDICIONES DE FILOSOFIA
APLICADA
CREYENTES Y NO CREYENTES EN EL PERU (1)
Manuel A. Paz y Miño Conde*
La supremacía católica en el Perú (2)
Desde la llegada de los españoles y portugueses a lo que se conoce como Latinoamérica, Iberoamérica o Indoamérica, hace 500 años la religión predominante, oficial y, un tiempo, forzosa ha sido el catolicismo el cual fue implantado a través de la conquista con sangre, espada y fuego entre los naturales dominados y explotados que vivían en abundante oro y plata.
Los cultos nativos, en donde se adoraba a la tierra, el sol y demás fuerzas y fenómenos naturales sustentadores de vida, fueron perseguidos y prohibidos pero supervivieron, a pesar de la llamada "extirpación de idolatrías", adaptándose y entremezclándose a los ritos católico-romanos (Este sincretismo lo podemos ver en muchas festividades religiosas provinciales aún hoy y, claro está es debido al mestizaje racial y cultural producido).
Y, por
supuesto, como en otras partes del mundo en la época del Virreinato del Perú
En los programas educativos oficiales el curso de religión tiene una orientación católica, los directores y maestros practicantes de las escuelas públicas hacen rezar a los alumnos. A la vez existe la posibilidad de que estos sean exonerados de ese curso si así lo solicitan.
Como cualquier gran grupo religioso dentro del catolicismo hay variantes conservadoras y liberales (a favor o en contra del celibato sacerdotal o la planificación familiar), tendencias de derecha y de izquierda (a favor o en contra de dictaduras), filántropos y activistas sociales, intelectuales y profesores universitarios y, por supuesto, místicos interesados sobre todo en un contacto más cercano con la divinidad –como propicia el movimiento carismático bíblico que se asemeja al pentecostalismo protestante--.
Pero a pesar que la mayoría de la población se declara católica (3) su religión se resume muchas veces sólo en la práctica de los sacramentos y no de las normas morales cristianas (es tradición bautizar a los bebés como católicos, que los escolares hagan la primera comunión, que se tenga una ceremonia matrimonial en la iglesia y que se entierre a los muertos con una cruz). La excepción de ello son los creyentes sinceros educados desde muy niños en una fe que aún creen de adultos a pesar incluso de que algunos tengan educación superior o científica. Claro está que mientras haya más injusticia social y pobreza material así como menos educación es explicable que la mayoría gente busque consuelo en poderes supraterrenales además de respuestas y guía para su vida.
Libertad de religión y creencia en el Perú
Desde
las primeras décadas del s. xx las sucesivas Constituciones Políticas del
Estado Peruano han garantizado, al menos en el papel, la libertad de creencia y
conciencia. A fines del siglo xix se establecieron en el Perú las primeras
misiones protestantes y en los últimos veinte años el número de sus
agrupaciones religiosas no católicas ha empezado a incrementarse más. Por
ejemplo, el grupo interdenominacional estadounidense conocido como
Y
también, por supuesto hay neo-religiones o sectas (4) surgidas originalmente en
el Perú como la de
Pero además en el Perú surgieron grupos sui-generis que rinden
culto a los extraterrestres y sus naves entre los que destacan: a) el
movimiento Alfa y
Omega --que incluso tiene un discurso anti-capitalista y pro-socialista--
proclama que Jesucristo retornará a
Los no creyentes en el Perú
Como
cualquier otro país de la órbita occidental el Perú ha tenido y tiene no
creyentes, algunos afamados. Un crítico furibundo del clero católico fue el
ensayista y poeta librepensador anarquista de fines del s. xix y principios del
xx Manuel González Prada, quien influyó ideológicamente en Víctor Raúl Haya de
Haya
de
Aunque
el marxismo al fundarse filosóficamente en el materialismo histórico es ateo,
el máximo exponente intelectual e ícono marxista peruano, José Carlos
Mariátegui, tuvo una postura heteredoxa no crítica de las creencias religiosas,
e inclusive planteaba la necesidad de un mito socialista. Y así en la década de
1980 el en ese entonces Alcalde de la ciudad de Lima, el marxista mariateguista
y ateo Alfonso Barrantes, saludó a la imagen del Señor de los Milagros diciendo
que representaba al pueblo. En la década de 1970 el filósofo marxista César
Guardia Mayorga publicó obras cuestionando directamente no sólo al cristianismo
sino también a la religión en general (Véase por ejemplo su Filosofía,
Religión y Ciencia). En la actualidad los políticos y congresistas de
formación y convicción atea marxista no cuestionan a
Walter Ledgard, un no marxista y famoso nadador ateo --participó en los Juegos Olímpicos de Berlín-- fue siempre un sincero y público crítico de la religión (él y Barrantes ya han fallecido). Un psiquiatra ateo muy requerido por los medios, el hispano-peruano Mariano Querol es muy franco también cuando expresa sus puntos de vista sobre Dios.
En el presente el más famoso no creyente es el escritor y novelista Mario Vargas Llosa quien es un agnóstico declarado. Perdió en las elecciones para Presidente en 1990 ante un candidato que tuvo el apoyo inicial de los evangélicos: Alberto Fujimori. En esos días paradójicamente queriendo apoyar a Vargas Llosa y ante el temor que los protestantes lleguen al poder el Arzobispo de Lima Augusto Vargas Alzamora organizó una procesión de emergencia del Señor de los Milagros. El segundo vicepresidente, el pastor evangélico Carlos García García, lo fue sólo hasta abril del 93 fecha del autogolpe de Fujimori.
Uno de los más importantes y valientes periodistas peruanos es César Hildebrandt, crítico acérrimo de la dictadura fujimorista, también se declara agnóstico pero nunca ha criticado la religión como, según dijo una vez en uno de sus programas televisivos, "algunos ateos ignorantones" (7) aunque a principios de la década de 1990 cuestionó la manipulación política de íconos religiosos "llorones" demostrando en uno de sus programas que se podían duplicar con el uso de químicos.
Marco
Aurelio Denegri, experto de la lengua castellana, ha sido por unos 30 años
divulgador ya sea por escrito o televisión de sexología y otros temas
culturales en el Perú además de cuestionar a
El derecho de reunión de los no creyentes (8)
La libertad de reunión y de conciencia son derechos humanos fundamentales. Los no creyentes, incrédulos o arreligiosos --es decir, los que no creen en las religiones o en seres sobrenaturales fantásticos-- tales como los ateos o agnósticos son una gran minoría en el Perú, Latinoamérica (9) y el mundo. Pero aquí como en cualquier otro país los no creyentes al ser minoría se sienten relegados y marginados a causa de sus convicciones lo cual es injusto y atentatorio contra su dignidad humana ya que todos tenemos el derecho de creer o no en lo que queramos.
Los no creyentes al ser seres pensantes no son máquinas para ser programadas con iguales pensamientos ni borregos para creer lo que "todo el mundo" cree. Ellos al dejar de creer en los dioses y en sus autoproclamados representantes o enviados, pueden basar su interpretación del mundo y su accionar en él en la razón y la ciencia (aunque claro está algunos pueden buscar sustitutos parecidos a la religión en las creencias paranormales: energías "misteriosas" humanas, extraterrestres salvíficos, etc.).
Al pensar entonces de modo distinto a la mayoría (cuasi)religiosa no es por ello raro que para evitar ser rechazados por sus familiares, amigos, parejas, colegas o empleadores los diversos no creyentes dejen de expresar públicamente sus convicciones y lo que es peor asistan a reuniones religiosas o participen en ritos religiosos cuyos fines no comparten. Todo ello estimula finalmente la falsedad y la hipocresía.
Como seres humanos los incrédulos necesitan reunirse con sus semejantes, ello es algo saludable y necesario tanto psicológica como socialmente. Por ello es indispensable que los no creyentes formen sus propios grupos en donde puedan discutir e incluso compartir sus ideas no sólo en relación a la divinidad y sobrenatural sino también sobre una ética secular individual y social tan indispensable para la vida cotidiana del individuo y la comunidad. Y claro está tales grupos deberán defender los derechos de sus miembros a tener sus propias creencias sin perjuicios como el de perder su trabajo o ser obligados a participar de ritos u oraciones tradicionales en los que no creen (10).
En tales grupos arreligiosos sus miembros pueden hablar abiertamente sobre sus ideas sin temor a ser rechazados por ellas. Podrían hacer nuevos amigos, recibir apoyo humano, moral e incluso material, podrían también conocer a sus parejas y formar un hogar.
Esto ya es una realidad en los llamados países desarrollados o del Hemisferio Norte donde debido a su avance económico y educativo los arreligiosos no son pocos y existen diversas agrupaciones que los convocan y reúnen e incluso reciben subvenciones estatales como cualquier otro grupo religioso u organización no gubernamental. Tales grupos --ateos, secularistas, humanistas seculares o "religiosos", escépticos, racionalistas, éticos, etc.-- tienen sus propios enfoques: algunos propician congresos locales, regionales o internacionales, la discusión de temas entre sus miembros, otros convocan debates con los creyentes; tienen sus revistas y libros e incluso algunos están a favor de la realización de ceremonias civiles alternativas para los niños y adultos. Muchas de esas agrupaciones están afiliadas además a organizaciones nacionales e internacionales.
Una diferencia palpable entre los ya antiguos grupos arreligiosos europeos y norteamericanos y los nuevos de Latinoamérica, África y Asia (10) es precisamente que estos últimos tienen miembros relativamente más jóvenes y con mayores problemas para ser aceptados debido al predominio y privilegios de las religiones en sus países. Hay mucho camino aún por recorrer y muchas batallas por luchar (11) para que las asociaciones de no creyentes nazcan (12), tengan su lugar dentro de la sociedad, se hagan conocidas y afilien a los muchos potenciales miembros que no saben de su existencia y no tienen a donde ir.
Así,
desde fines de 1993 se planteó a través de un manifiesto
--www.oocities.org/rpfa/man.htm--, hecho público primero en el Departamento de
Filosofía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima (13), la
necesidad de divulgar una filosofía aplicada a la realidad humana y social,
dando un lugar especial aunque no exclusivo a las críticas respectivas de las
creencias sobrenaturalistas, paranormales y pseudocientíficas a través de
conferencias, libros y revistas. Y así en 1994 apareció
En
1998 se fundó el Movimiento Peruano Arreligioso (MPA), también por gente
vinculada a
En el Perú hay un número creciente de apóstatas (15), ateos y agnósticos, muchos de ellos herederos del marxismo como del positivismo o simplemente de un sentido común crítico de lo establecido así como muchos otros que se niegan a dejar de creer en lo mágico buscándolo en lo esotérico. Pero también hay muchos quienes buscan respuestas a sus preguntas existenciales e intelectuales en fuentes diferentes a las religiosas o paranormales: necesitan y demandan saber las críticas filosóficas y científicas respectivas. No están solos, hay otra gente que piensa como ellos pero no lo saben.
La responsabilidad social de los no creyentes (16)
Pero no basta ser no creyente o arreligioso --ateo o agnóstico--. Negar la existencia de lo sobrenatural o lo divino es sólo una postura cognoscitiva que no necesariamente trasciende o va más allá de nuestro yo personal.
Esto es, necesitamos más que el ateísmo para vivir en sociedad. Un ateísmo gnoseológico carente de una ética humanista puede desembocar simplemente en un individualismo egoísta, sibarítico y sensualista o por aún en uno de tipo malévolo, nihilista e inmoral. Como seres sociales dentro de cierta región del mundo --Latinoamérica-- con diversos y peculiares problemas es menester que nos proyectemos a nuestro entorno, a la sociedad que nos cobija y de la cual formamos parte.
Hay inmoralidad y deshonestidad en ambos lados de la fe (pero hay que anotar que ya que la mayoría de la humanidad está compuesta de creyentes las cárceles, por ejemplo, están abarrotadas de ellos). Por eso no basta el ateísmo materialista de negación de la divinidad, es necesario una ética que, por ejemplo, esté a favor de los derechos humanos, la justicia social o al menos de la decencia (la honradez, el cumplir lo prometido y la consideración a los demás). Pero como dice el filósofo noruego Finngeir Hiorth en su Introducción al ateísmo (Lima: AERPFA, 1996, pp. I), el ser decente es demasiado para algunos --cosa fácil de observar en nuestro medio subdesarrollado--. Y eso ya es una opción personal sumada a las circunstancias sociales y educativas que todos nosotros experimentamos.
Ciertamente el ser creyentes o no, no nos hace automáticamente mejores personas. Es el uso de la razón en relación con la realidad lo que nos hará superar de la mejor manera posible nuestros problemas así como un enfoque empático hacia nuestros congéneres humanos. El asunto entonces es si nuestras creencias y convicciones nos ayudan a ser mejores personas y ciudadanos permitiéndonos de ese modo colaborar a que la sociedad a la que pertenecemos sea más justa y humana para todos y por lo tanto menos miserable y enferma.
Si se es simplemente ateo y no se es moral o decente entonces ese ateísmo, esa negación de la divinidad y su recompensa o castigo en el más allá no nos serviría de mucho en comparación a las creencias de los creyentes.
Las tareas de los no religiosos secularistas en Latinoamérica son vastas y a la vez concretas: a) la fundación de agrupaciones arreligiosas donde se puedan reunir los incrédulos e incluso sus familias para discutir los diversos temas que les conciernen y apoyarse mutuamente así como defender colectivamente sus derechos; b) lograr la efectiva separación Estado-Iglesia la cual dejaría de privilegiar social, educativa y económicamente a alguna religión determinada. Los no creyentes agrupados deben utilizar todos los medios legales para lograrla; c) la propagación del librepensamiento, la razón y el método científico lo cual permitirá que muchos dejen sus supersticiones e ignorancias así como temores, martirios y sometimientos: c) la lucha por el respeto a la libertad de conciencia. Así como queremos que se nos respete como no creyentes, debemos respetar a los creyentes, sus creencias por más burdas, tontas y locas que nos parezcan así como a sus "objetos sagrados", nunca debemos burlarnos de ellos ni impedir que crean lo que quieran pero cuando ponen en peligro su salud, sus propias vidas o las de los demás tenemos no sólo el deber sino también el derecho de advertir y luchar contra tal amenaza.
Secularismo en el Perú contemporáneo
Aunque
formalmente ningún grupo racionalista, feminista u homosexual peruano ha sido
fundado primordialmente para cuestionar los vínculos del Estado Peruano con
En ese sentido también un creciente número de cristianos evangélicos o bíblicos y miembros de otras religiones se suma a la exigencia de un Estado laico en el Perú para que sus iglesias o templos no sean discriminados y que sean tratados como los católico-romanos que no pagan impuestos municipales ni tributos e incluso recibe subvenciones económicas estatales.
Así que todos aquellos grupos interesados en detener la intervención de la jerarquía católica en los asuntos de Estado -salud y educación-- y la discriminación a la que están sometidas las otras confesiones deberían aunar esfuerzos: deberían aliarse en coalición secularista. Tal coalición requeriría puntos mínimos de encuentro ya que cada cual tiene sus propios intereses y se ven afectados distintamente por la prevalencia del catolicismo en el manejo de asuntos tan vitales como la educación, la salud reproductiva y la tributación:
-La eliminación del curso de religión orientado católicamente en los centros de educación estatales o su sustitución por otro de mayor apertura religiosa o incluso filosófica y científica -un curso de historia de las religiones o de ética filosófica-.
-El cese de la (semi)obligatoriedad por parte de los escolares de colegios estatales y miembros de las fuerzas armadas de asistir a misa.
-El cese de pagos de tributos municipales de cualquier iglesia o local no católico.
-El cese por parte del Estado de sueldos y salarios de la jerarquía eclesiástica católica por mínima que se aduzca que sea.
-El cese por parte del Estado de la implementación de capillas en sus instalaciones sanitarias, burocráticas o militares.
-El cese de la participación estatal -presidencial, municipal o de otro nivel gubernamental- en las diversas festividades religiosas.
-El cese de la colocación de íconos de alguna religión en lugares públicos como parques, puertos, terrapuertos y aeropuertos.
-El
cese del juramento ante una imagen religiosa o
Pero la necesidad de una coalición multi-ideológica o multi-grupal tiene ciertas barreras en sí misma. Por ejemplo, los creyentes conservadores, tradicionales o fundamentalistas tienen una actitud contraria a las demandas legítimas y peculiares de los homosexuales y las feministas. Esto es, para tales creyentes los primeros son "abominación ante Dios" y las segundas deben dedicarse a las labores del hogar y ni hablar de la interrupción del embarazo o el aborto el cual consideran homicidio. Así también ciertos racionalistas --ateos o librepensadores-- difícilmente hharán fuerza común con los creyentes. Algunos de estos "ilustrados" ven a los fideístas como ignorantes y oscurantistas, mostrando así una postura ofensiva anti-religiosa, y a su vez, los creyentes simplemente los pueden considerar como ciegos apóstatas ante la realidad divina, o lo que es peor, pueden considerar algo contrario a su fe participar en los asuntos políticos. Por su parte, podemos pensar que las feministas podrían considerar anti-estratégico aliarse abiertamente con los no creyentes pues así ahuyentarían a muchas mujeres creyentes a quienes quisieran apoyar.
Entonces se requeriría que las fuerzas más progresistas de cada uno de los diversos y posibles grupos componentes dejen sus diferencias a un lado y busquen puntos en común y así conformen una posible e indispensable coalición secularista para aunar fuerzas (17) y responder al poderoso influjo de la milenaria Iglesia Católica, Apostólico y Romana que no sólo ejerce su influencia desde la más tierna infancia sino incluso a través de algunos de sus miembros laicos que están en la actualidad --como en el pasado-- en las más altas esferas de poder político y económico y en los medios masivos de comunicación.
Tal
coalición deberá promover a nivel del Congreso el cese de las leyes favorecedoras
de
¿Cómo
lograr entonces este laicismo o secularismo? En el presente hay ciertas
condiciones básicas que se están dando para que los diversos grupos
filo-secularistas se manifiesten, se conozcan e incluso discutan entre sí no
sólo en foros abiertos o cerrados sino también a través de
El
segundo paso sería la conformación formal y real de la coalición secularista
nacional (18) ya mencionada. Esta no sólo tendría como metas expresar su voz a
través de los medios de comunicación sino también de contactar con posibles
partidos o parlamentarios que puedan simpatizar con su causa. Ciertamente no se
logrará al primer intento y perderá una propuesta de esa naturaleza en un
parlamento mayoritariamente católico pero ya es hora que no sólo haya habido y
haya congresistas creyentes -católicos o de otras religiones--. Es imperativo
por eso la conformación de un frente político que tenga como una de sus metas
la exigencia de una real separación entre el Estado y
*Manuel
Abraham Paz y Miño, es licenciado en filosofía por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, dirige
NOTAS
(1) Una versión anterior --sin la última parte-- llamada “Derechos y deberes de los no creyentes. Libertad de religión y creencia en el Perú” se haya en Internet en:
www.argenpress.info/buscar.asp?Criterio=paz+y+mi%F1o&Buscar.x=11&Buscar.y=14.
(2) Una adaptación de esta parte apareció en inglés como "Belief in Peru" por el mismo autor en International Humanist News, Londres: IHEU, vol. 9, julio de 2002, pp. 12-13.
(3) Según el censo de 1993 de un total de 21´980,304 el 88,9% de la población, se declaró católico, el 7.2% evangélico, el 2.5% de otra religión y el 1.4% dijo no tener ninguna religión. En cambio en 1981 afirmó ser católico el 94,6 %, de una fe distinta a la católica el 5,2% y de ninguna el 0.2% (Es decir cierto sector católico está cambiando de religión y algunos abandonando toda clase de fe). V. la pág. web del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI): www.inei.gob.pe.
(4) Una neo-religión es una nueva religión que, normalmente surge de otra u otras parecidas, pero que se presenta como distinta o la verdadera. Secta es el nombre despectivo que da la religión predominante a una de sus escisiones o nueva agrupación religiosa que en sus inicios es pequeña o que es considerada “falsa”. Puede haber sectas de diversa índole --política, ideológica, etc.--. Se denomina secta o culto destructivo a aquella agrupación que busca ganar prosélitos separándolos de sus familias, estudios o trabajos para manipularlos o explotarlos mental, física o económicamente (para ello utilizan diversas técnicas de control mental).
(5) Véase más sobre estos puntos en: www.quepasa.cl/revista/2003/05/02/t-02.05.QP.SOC.GURU.html o www.agenciaperu.com/sociedad/2001/nov/sodas.htm.
(6) El candidato del APRA, Alan García, perdió en las elecciones presidenciales del 2001 ante Alejandro Toledo. Ambos son creyentes declarados e incluso éste último, el día del comienzo de su mandato rindió culto a los apus o espíritus andinos en una ceremonia en las ruinas incaicas de Macchu Picchu.
(7)
Cuando Hildebrandt fue el primer director del diario Liberación
colaboraba en éste Herbert Mujica, un librepensador gonzález-pradista y de ese
modo un mordaz crítico del catolicismo. Luego Mujica fue el director fundador
del diario Dignidad (2002) donde también escribía Pedro Flecha en la
misma tónica. De ese modo Dignidad llegó a ser temporalmente un
periódico librepensador hasta la salida de ambos del mismo. Y en el 2003 Mujica
siguiendo con su línea duramente crítica del catolicismo, especialmente del
Sodalicio, llegó a ser temporalmente --hasta julio-- director del periódico
gobiernista
(8)
Esta parte fue expuesta como ponencia en el I Congreso Mundial Ateo, Bogotá,
enero del 2001.
(9) Si el Perú tuvo a un librepensador y secularista como el escritor Manuel González Prada (1848-1918), Colombia a su contemporáneo y colega José María Vargas Vila (1860-1933), Argentina al educador Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) y México al abogado Benito Juárez (1806-1872) con la diferencia que estos dos últimos llegaron a gobernar sus países.
(10) En la actualidad donde es más peligroso ser incrédulo es en los países fundamentalistas árabes donde hay una legislación teocrática y el catalogado de hereje puede ser condenado a muerte por sus blasfemias contra la divinidad o la religión revelada.
(11)
Por ejemplo, en la mayoría de países con predominancia católica en América
Latina se acostumbra que los alumnos recen en muchos colegios estatales.
Esto claro está atenta contra la libertad de creencia y privilegia a
determinada fe. En 1998 el comunicador social y presidente de
(12)
Entre los grupos no creyentes europeos tenemos, por citar algunos, a
(13)
Véase la versión impresa en M.A. Paz y Miño: "Manifiesto por una filosofía
aplicada" en Obando, J.O. (ed.) El quehacer filosófico en
el Perú (RPFA/Ediciones Espigón, 1996).
(14) Ciertamente ha habido y hay otros grupos y publicaciones de no creyentes o críticos de la religión en general o específicamente del catolicismo. El mismo González Prada, por ejemplo, menciona reuniones círculos de librepensadores en sus obras. El único número de la revista Tiene Diente de la década de 1990 contenía dibujos mordazmente críticos contra la religión. Y el a veces mensuario Siglo xxi también ha publicado artículos críticos.
Se
está esperando el fallo de
El Movimiento Anti-sectario del Perú (MASA-PERU) ha enviado por correo electrónico desde el 2001 hasta mediados del 2003 regularmente noticias y comentarios críticos nacionales e internacionales sobre la religión en general y el catolicismo en particular, entre sus participantes se puede encontrar tanto a católicos cuestionadores de su propia iglesia como a los más agudos antirreligiosos e incluso algunos textos de creyentes conservadores pero presentados con una introducción o comentario críticos.
Aunque su principal interés es la crítica de las supersticiones, afirmaciones parasicológicas y contrarias a la evidencia científica, y no la crítica de la religión per se el Centro de Investigación de lo Paranormal, lo Seudocientífico y lo Irracional en el Perú (CIPSI-PERU) --www.oocities.org/cipsiperu--, fundado ttambién en 1998, cuestiona las creencias religiosas de fenómenos físicos observables que se presentan como milagros o curaciones por fe. Tal cuestionamiento incluso lo hacen no pocos de los mismos clérigos.
El periódico mensual Peru News Review --www.perunews.com-- de California está publicando artículos no sólo de denuncia social y política sino también de crítica religiosa (véase especialmente el número de mayo del 2003 y su columna regular El Librepensador escrita por el autor de este artículo).
(15)
El más conocido joven librepensador peruano en la actualidad es Miguel Guerra
León pues éste, junto a José Enrique Escardó, ha solicitado formalmente a
(16) Esta parte también fue expuesta como ponencia en el I Congreso Mundial Ateo, Bogotá, enero del 2001.
(17) En el Perú han fracasado los intentos de una real unidad política en la izquierda debido a algunos líderes deseosos de figuración personal así como también por una creencia dogmática cuasi-religiosa, por parte de algunos de ellos, de que eran los verdaderos seguidores o exégetas de las ideas o textos marxistas llegando incluso a los extremos conocidos por todos.
(18) La convocatoria de fundación de una coalición secularista en el Perú con una gama
variada de componentes racionalistas, feministas, homosexuales y religiosos no
católicos no tuvo una respuesta a principios del 2003. Tampoco prosperó la
propuesta del congresista -autoconfesado agnóstico-- Javier Diez Canseco de
declarar laico, explícitamente en
Publicada
por
EDICIONES DE FILOSOFIA
APLICADA