En el artículo "Pasión helvética", de julio de 1991, y publicado en Desafíos a la libertad, MVLL cuenta un ataque que iba de lo verbal a lo físico. La foto al lado:
«Han llamado de la policía y el rectorado», me dijo el profesor Linder. «Parece que las paredes de la universidad están llenas de pintas contra usted.» Le respondí que sentía de veras ser causante de tamaño estropicio contra un local que imaginaba más pulcro que una clínica. Pero él no sonrío. (Fue mi primer intento fallido, en ese día lleno de sorpresas, de comunicar mi sentido del humor al pueblo suizo.) Más bien, el profesor Linder me preguntó si estaba cómodo en el Hotel de las Cigüeñas. Lo estaba. Y la vista, sobre el barrio antiguo, el Limmat y los puentes de Zúrich era bellísima. Ya en su coche, rumbo a las pintas, le pregunté si cabía suponer que en este puñado de manzanas que recorríamos había representado más dinero que en todos los países del Tercer Mundo juntos. Él me repuso que no me preocupara pues la policía y el rectorado habían tomado las precauciones debidas para que no me ocurriera nada. Le aseguré que no estaba preocupado en lo más mínimo. Más bien, pasmado de ser tan popular en una ciudad para mí exótica y hermética. Aunque, probablemente, las pintas serían obra de revolucionarios peruanos refugiados en esta fortaleza del capitalismo ¿no era verdad? Emitió un gruñido que podía ser sí, no o tal vez. (...) Ya estábamos en la universidad. En efecto, la austera fachada decimonónica del recinto estaba averiada de inscripciones en alemán, con pintura negra y roja, acusándome de ser un agente del Fondo Monetario Internacional (acusación que tenía algunos remotos visos de realidad) y proclamando que el pueblo suizo me repudiaba y apoyaba «la guerra del pueblo en el Perú» (proclamas que me dejaron algo escéptico)." |
Frases adversas: dice "Vargas Llosa ándate al infierno". En Universidad de Zurcí, Zúrich. 1991. FOTO: mvargasllosa.com |