DONBALTAZAR DE HOYOS BORJA |
De entre los personajes que ocupan un lugar en la historia de Monclova, por sus actos, su participación y su integración a los diversos momentos por los que la historia local ha transitado, hoy recordamos, a un vecino con profundas raíces en la región y miembro de una estirpe que nutrió a Monclova de entusiastas hijos, que jugaron variados papeles en el devenir de las épocas que vivió el vecindario de la antigua capital de Coahuila, hablamos de don Baltazar de Hoyos Borja, nacido en 1823, hijo de don Manuel de Hoyos Sandoval que casó en 1827 con doña María Antonia Borja de Cárdenas, vecinos de Monclova, siendo el conjunto de sus hermanos: Esteban, Mateo, Petra, Perfecta, María de Jesus, Secundino, Teófilo y Estanislao, sus abuelos paternos, el señor José Miguel de Hoyos Menchaca y doña Juana Sandoval Barrera, españoles, quienes contrajeron matrimonio en la parroquia de Santiago el año de 1785 y los maternos don Eusebio Borja de la Cerda y doña Gertrudis de Cárdenas de Castro, españoles, vecinos de la villa de Santiago de la Monclova, quienes se casaron en 1797, siguiendo el apellido de Hoyos, de nuestro personaje, sus bisabuelos fueron don Miguel de Hoyos quien casó con Josefa Menchaca, nacida ella en 1725, recordando que el primer vecino de este apellido, lo fue don Santiago de Hoyos, de los fundadores de Santiago de la Monclova en 1689, casado con doña María de la Garza, hacia 1693.
Don Baltazar de Hoyos Borja, contrajo matrimonio en la parroquia de Santiago el 2 de abril de 1860 con la señorita Elena Fuentes de Hoyos, nacida en 1836, hermana del héroe de la Intervención, don Ildefonso Fuentes de Hoyos y del también militar republicano Telesforo Fuentes, quien en 1884, fue gobernador interino de Coahuila, fueron sus padres don Manuel Fuentes y doña Catarina de Hoyos, vecinos de la Hacienda de Castaño; Del matrimonio De Hoyos-Fuentes, procrearon a Baltazar y Carmen.
Elenita Fuentes, es la niña que junto con Abelino su hermano y doña María Arciniega, esposa de Pedro Fuentes, quien murió asesinado a manos de los mezcaleros, fueron raptados aquel fatídico otoño de 1838, en el camino de Castaño a Monclova, por una partida de indios, que regresaban de sus correrías en el sur y se dirigían al territorio de Nuevo México, organizadose con tal motivo y de urgencia en aquella noche, un grupo de vecinos de Monclova para ir al rescate de los cautivos, logrando arrebatarles en Pozuelos, a algunos de ellos y entre los que regresaron estaba la niña Elenita, quien veintidós años despues contrajo matrimonio con don Baltazar de Hoyos.
La guerra de Reforma o de tres años, 1858-1860, precedida por la anexión de Coahuila a Nuevo León por Santiago Vidaurri, motivó que en nuestra región se formaran o reorganizaran las llamadas entonces Milicias Cívicas o cuerpos de Guardia Nacional, que habían protagonizado desde la consumación de la independencia una actividad determinante en la constante lucha contra los indios bárbaros, que a cada momento obligaban a las autoridades a hechar mano de las reservas de la milicia, que eran sin mas, los vecinos de Monclova, El Pueblo, San Buenaventura, Abasolo, Candela, Nadadores y las haciendas de Sardinas, Santa Gertrudis, Castaño, Adjuntas y Hermanas, quienes al momento de avistarse enemigos se reunían en grupos y salían en persecución de los indios.
Don Baltazar de Hoyos, cumpliendo con sus obligaciones ciudadanas, formó parte de la Compañía de Caballería de la Guardia Nacional y de la llamada Guardia Móvil en el mes de febrero de 1858.
Con este antecedente, cuando los diversos partidos o facciones se enfrentaban en el país, los hombres de la comarca en edad de tomar armas, fueron entrando en un escenario de guerra civil, siendo así como los Monclovenses, Coahuilenses del centro, formaron parte de la lucha “contra los reaccionarios del interior”, como se decía en la época de la Reforma a las huestes conservadoras, entrando con mayor experiencia en apoyo del benemérito don Benito Juárez, en los dias de la intervención francesa, donde se destacaron vecinos del estado, como Zaragoza, Andrés S.Viesca, V. Cepeda, Miguel Blanco, el Coronel Ildefonso Fuentes, don Hipolito Charles, y los valientes de Nuevo León como Francisco Naranjo, Mariano Escobedo, Geronimo Treviño, Ruperto Martínez, Juan Zuazua y Pedro Martínez, Con estos militares Norteños y a la lucha por la república, se fue don Baltazar de Hoyos a combatir al invasor.
Cuando el general francés Pierre Jeaningrós, pasó por Monclova en noviembre de 1865, don Baltazar de Hoyos, era un prospero comerciante, que padecía al igual que otros vecinos dedicados a tal actividad, del problema que significaba el traslado de mercancías de Monterrey, Nuevo Laredo o Piedras Negras, por los constantes movimientos de las tropas del imperio, los reacomodos de residencia de las autoridades republicanas en el estado, fieles liberales en el desierto de Coahuila y por si esto no fuera mayor influencia, la presencia secular de los mezcaleros, apaches, comanches y lipanes, quienes causaban infinidad de estragos en ranchos y estancias, haciendo sumamente peligrosos los caminos.
A mediados de junio de 1865, don Baltazar, responde como el resto de los ciudadanos de Monclova, con su participación monetaria para “apoyo de la guerra contra el invasor”, consistente este en 535.00, que solicitaba el jefe político de aquellos dias Don Florencio Valdés, para el apoyo del Escuadrón Americano, al mando del teniente coronel Eduardo Hall y como especificaba en una nota de agosto “solicitaba víveres para la columna de ochocientos hombres que arribarán a la ciudad, además de los trescientos que ya residen en ella”, efectos que recibió en el ayuntamiento uno de los varios alcaldes que ocuparon la presidencia municipal de Monclova en aquel aciago año del 65, don Ventura Cárdenas.
Continuando con su habitual tarea, don Baltazar, provee a la Recaudación de Rentas de Monclova de “papel, tinta, luces y oblea”, para el trabajo diario de aquella oficina, la que estaba a cargo de don Marcos Oyervides, funcionario que no descansaba entregando los apoyos que ordenaba el supremo gobierno destinados a las distintas compañías militares que pasaban por Monclova.
De don Marcos Oyervides, no puede
pasar desapercibido un hecho, que le da a su lejano recuerdo, el valor
a su actitud, siendo como fue, amenazado por el jefe del Departamento de
Coahuila, adicto e impuesto por los imperialistas, para que
aceptara el cargo de Recaudador de Rentas en Monclova y aun obligarlo
a ejercerlo, pero aquel atropello tuvo limites y el 8 de febrero de 1865,
así le escribió al Administrador Principal de la Rentas en
el Departamento de Coahuila: “el poco conocimiento que tengo en los asuntos
públicos, me hace temer que la renuncia que contiene esta nota no
sea bien recibida por Usted a causa de no ir en los términos que
estén prevenidos para estos casos, mas como me ha sido repugnante
el desempeño de la Administración de Rentas de esta ciudad,
a que me encargo la Prefectura Superior de este Departamento, ocurro a
Usted pidiendo se me releve de este destino que acepte por temor
a la pena que me impuso el decreto de mi nombramiento si no admitía
el empleo que este decreto me señalaba.” Don Marcos, ganado el estado
para la causa republicana, ocupa, en justicia, nuevamente el cargo de recaudador,
por varios años.
En el otoño de 1866, entra de lleno don Baltazar a la lucha contra “los franceses y traidores”, yendo en la fuerza que organizó el Licenciado don Miguel Blanco Múzquiz, como su secretario particular y miembro de la plana mayor, tal como se describe en el informe integrado por Jesús del Valle y con el visto bueno del Teniente Coronel Ildefonso Fuentes, formado en el pueblo del Venado, estado de San Luis Potosí, el 16 de noviembre de 1866:
Ejercito del Norte
1ª Brigada de Coahuila
Regimiento de Monclova.
Plana Mayor
Capitán C. Baltazar de Hoyos,
de Castaño
Teniente 2º C. Jesus del Valle,
San Buenaventura
Sargento 1º C. Miguel Maldonado,
Monclova.
Durante su estancia en el interior del país, a los integrantes del Regimiento de Monclova, se les asignaba una pensión que cobraban sus familiares, consistente en ocho pesos para oficiales y cinco a los de tropa, en el caso de don Baltazar, dicho haber se le entregaba a su hermano Estanislao de Hoyos, quien ya en 1858, organizaba la fuerza de hombres armados en la hacienda de Castaño, entre los que se encontraba don Ildefonso Fuentes, posteriormente fue a radicar a la villa de Múzquiz.
Para febrero de 1867, el Regimiento de Monclova, se encontraba en Dolores Hidalgo, Guanajuato, desde donde se remite a la Jefatura Política de Monclova, la lista de desertores del referido regimiento, así como del resto de la Brigada de Coahuila, que firma desde el mismo punto, el Teniente Coronel Pablo Dionisio Mejía, Sanbonense, quien junto con el Monclovense José María Saucedo y más de cien compañeros, estuvieron presos en Francia.
Con el sitio de Querétaro, en abril de 1867, las armas nacionales, derrotan al efímero imperio de Maximiliano, el que trajeron de Miramar y sostuvieron los sectores mas conservadores del país, a los que el pueblo llamaba cangrejos, iniciándose con tal triunfo el proceso de restauración de la República, por don Benito Juárez.
En mayo de ese año, el Jefe Político de Monclova, ordena que sea suspendida la pensión del capitán Baltazar de Hoyos, aquella que recibía su hermano Estanislao, “por hallarse retirado del ejercito”, había cumplido con la patria.
Don Baltazar de Hoyos, regresó a Monclova, donde prosiguió trabajando en sus negocios y en la atención de las tierras que desde tiempo inmemorial, le fueron mercedadas por los Marqueses de Aguayo a su ancestro don Domingo de Hoyos en 1748, en el caso de don Ildefonso Fuentes, este fue designado por el gobierno del estado en agosto de 1867, como “ Jefe de la fuerza del distrito de Monclova”, para combatir a los indios; Despues de haber contribuido a la causa de la República, el Gobierno de Juárez, dió facilidades y garantía, al Coronel Fuentes y sus hermanos, para que por sus servicios a la República, se les otorgaran en venta, catorce sitios de ganado mayor y aguas, en Potrerillos y la hacienda de Castaño, dándoseles posesión de los mencionados sitios el 18 de marzo de 1868, por el alcalde de Monclova don Mariano González Barrera, aquel que había fungido como prefecto político, cuando la intervención ocupo el Gobierno del Estado.
En representación de doña Elenita, acudió su esposo don Baltazar de Hoyos y en unión del alcalde de Monclova, el Coronel Fuentes y los testigos para tal acto Hermenegildo Jiménez y Juan Elizondo se dió fe de las medidas, con lo que se verificaron los catorce sitios, formando los siguientes puntos de referencia, siguiendo el orden en que se mencionan hasta volver al primer punto:
La loma Blanca
Mojonera de Santa Mónica
Mina del Cobre
Cuesta de la Escondida
Boca de Real Viejo
Bocatoche
Picacho alto del Toboso
Loma de Charco Redondo
Cabecera del Ojo de Agua
Hasta llegar nuevamente a la Loma
Blanca.
Don Baltazar, continuo sirviendo a la ciudad en diferentes actividades publicas, fue nombrado elector por el distrito de Monclova, para la elección de 1869, el 4 de agosto de 1870 el ayuntamiento de Monclova lo nombró Juez auxiliar de Castaño, donde permaneció hasta 1871 y regreso al cargo en 1873, fue regidor en el ayuntamiento de Monclova el año de 1884 y alcalde en varias ocasiones por ser el regidor 1º, de su larga pertenencia al cabildo Monclovense, recordamos la ocasión cuando en 1895 autoriza el traslado a Cuatro Cienegas del cadáver de Leopoldo Carranza, hijo de quien dieciocho años despues, seria el primer jefe del Ejercito Constitucionalista don Venustiano Carranza, además como dato adicional cabe mencionar que por su vecindad con el escribano público, don Melchor Sánchez, ahí donde concluye la calle De Morelos, en los alrededores de la plaza Víctor Blanco, era invitado frecuentemente a fungir como testigo, en los mas variados acuerdos que ante dicho escribano se realizaban y que marcaron sin duda toda una época; A don Baltazar de Hoyos, le tocó vivir aquella agitada década de 1850, en que la región, afianzaba a pasos rápidos su vocación miliciana, sin dejar de asistir a la cotidiana lucha contra los indios, participó activamente en los momentos finales de la intervención francesa, cuando la patria vió en peligro su independencia y soberanía, contribuyó como vecino de la hacienda de Castaño a convertirla en un pueblo formal, logrando su primer ayuntamiento en 1877, jugó un papel activisimo en la vida publica de Monclova, contándose aquellos dias en que arribaba a la nobel estación Monclova el ferrocarril internacional, con el fin del siglo XIX y principios del XX, se fue un peculiar vecino de la ciudad de Monclova, descendiente de los primeros pobladores y continuador infatigable de sus trabajos, don Baltazar de Hoyos Borja, capitán que fue en tiempos de la intervención francesa.
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