Mientras, de los árboles, se desprenden las hojas amarillas, verdes y
anaranjadas, llegan al departamento de frutas y verduras, una gran
variedad de calabazas: desde la dulce, la tradicionalmente nuestra
Calabaza de Castilla, deliciosa, ideal para prepararse en tacha con
piloncillo, guayaba y canela, hasta las multiformes variedades
americanas, tanto las miniatura, que parecen sacadas de un cuento de
hadas, como las calabazas gigantes.
Las hay de muchos colores para hacer un centro de mesa o linternas en la
noche de la fiesta de brujas.
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La Ofrenda o Altar En los barrios populares de la capital
mexicana (y en otros lugares, también, naturalmente), poner el altar
de muertos es de lo más común y natural cada año. Los elementos que
forman parte de la ofrenda son platillos típicos que gustaban al
ofrendado:
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Guisos típicos: como un plato de pollo con con mole poblano,
por ejemplo, preparado con almendra asada, chocolate, plátano macho,
tortilla tostada y los chiles tan especiales que le dan ese sabor único
en el mundo. Se corona con unos granos de ajonjolí, generosamente
esparcidos.
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Velas y veladoras que, cuando son encendidas, hacen
resplandecer el papel de china y las flores amarillas de cempasúchil.
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Dos elementos que no debe faltar, sin duda, son el pan de muerto
y las calaveritas de azúcar que lleven escrito, cada una en la
frente, el nombre de un pariente ausente o vivo (éste último se la
comerá después). Esto tiene un enorme significado ya que, para las
culturas prehispánicas, la calavera no era símbolo de muerte ni
inspiraba horror, al contrario: era símbolo y promesa de una nueva
vida.
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La foto del difunto y un vaso con agua también deben ponerse
para invitarle, muchas veces con música y rezos, a que venga a
disfrutar del banquete y apague su sed.
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El sentido con que se conserva esta hermosa tradición es muy poético:las
almas tienen permiso, por una sola noche, de visitar a sus
parientes vivos y de cenar con ellos.
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También existe la costumbre de regalar versitos ingeniosos,
llamados “calaveritas”, que narran, en broma, las penas de
la vida y la supuesta muerte de familiares y amigos (o hasta de
personajes famosos de la cultura o la política), mismos que hacen reír
a los que leen y al que escribe.
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Aunque se celebra en todo el país, de una manera o de otra, la
fiesta original india sólo es conservada por los grupos tarascos,
nahuas, totonacas y otomíes.
- Así,cada día 2 de noviembre la "muerte Catrina” nos
hace el honor de estar presente, con su elegante sombrero de dama
porfiriana, en el banquete funerario donde, ya en confianza, se le
llama "la flaca”, "la pelona”, “la huesuda” o
"la patas de hilo”.
- Regala a tu familia una tarde muy divertida reuniendo los elementos
para hacer, en casa, un altar tradicional. Es muy fácil, se
requiere de papel de china de colores (papel picado) con diferentes
diseños, pan de muerto, flores de cempasúchil y de las rojas,
llamadas “de terciopelo”, calaveras de azúcar de diferentes tamaños,
una botella chica de tequila y otra de mezcal, tablillas de chocolate
envueltas en papel de china, cigarros, braseritos de barro con
incienso, mirra y copal, calabaza en tacha, velas y veladoras blancas,
fotografías antiguas y platitos con comidita en miniatura.
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