También formaba parte de los ejercicios de preparación para
el parto, lo cual ayudaba a que éste fuera menos doloroso. Incluso, en el
momento del parto, un grupo de mujeres se colocaba alrededor de la mujer
que estaba a punto de dar a luz, haciendo movimientos pélvicos y de
vientre todas en unísono, seguidos de los zagarits (gritos agitando la
lengua) de las mujeres y los bailes de las mismas celebrando este hermoso
milagro de la vida.. La mujer, imitando estos movimientos que además
habría aprendido desde niña, podía dar a luz con toda facilidad e incluso
sin dolor.
Como podemos ver, la Danza del Vientre tiene
una conexión estrechísima con el embarazo, parto y posparto de las
mujeres, esto debido a que ahí radican gran parte de sus orígenes.
Si te encuentras en esta maravillosa etapa la cual las
mujeres tenemos la bendición de vivir, puedes practicar la danza árabe,
con el previo consentimiento de tu médico, desde el inicio hasta el final
del embarazo, y por supuesto pero con los sumos cuidados que esta hermosa
etapa requiere.
Algunas
recomendaciones en general sobre cuáles movimientos puedes realizar y
cuales no son las siguientes:
Es muy importante que cuides tu postura, ya que por el crecimiento
del bebé la línea de gravedad se adelanta y se sale, lo que provoca
que la cintura se curvé hacia adelante intensamente (efecto conocido
como "hiperlordosis"), por lo que una buena educación postural
basada en la fuerza abdominal y glúteos mayores que roten hacia
adelante la pelvis, logra que estos efectos disminuyan.
Movimientos como ochos, balanceos y rotaciones de cadera son
excelentes para mejorar la elasticidad y la circulación de la
embarazada
No hay que abusar de movimientos ondulantes como el camello y el
belly roll, sobre todo hacia el final del embarazo, ya que estimulan
el útero y pueden causar contracciones y dolores, e incluso acelerar
la labor de parto.
Debes evitar a toda costa realizar movimientos que sean de alto
impacto, por lo que danzas como Dabke y Saidi no son recomendables.
También es esencial no olvidar otras cosas de suma importancia, como
no agitarte, mantenerte hidratada y ante todo, respetar el límite
que te imponga tu propio cuerpo, por lo que debes prestar atención a
cualquier incomodidad o molestia que sientas, y evitar hacer el
movimiento o movimientos que la provoquen o suspender la actividad.
Practicar la danza árabe durante el embarazo proporciona
muchos beneficios, ya que entre otras cosas favorece una buena alineación
del cuerpo, mantiene el tono del suelo pélvico y alivia posibles molestias
en la zona lumbar, tanto durante la gestación como en el momento del
parto.
Además, los movimientos que la embarazada adopta de manera
espontánea facilitan el descenso del bebé por el canal del parto, ayuda a
relajar la pelvis, concentrar la atención en la zona pélvica y oxigenar al
bebé dentro del vientre materno.
Si decides practicar la danza árabe durante tu embarazo y
sigues al pie de la letra las recomendaciones, seguramente tendrás un
embarazo sano, pero sobre todo, muy feliz, pues además de todos los
beneficios físicos que te ofrece, te ayuda a conectarte con tu cuerpo y tu
espiritualidad, pero sobre todo, a desarrollar un vínculo muy
especial con tu bebé, que los hará sentir como uno solo y en perfecta
armonía.
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