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Última Oportunidad


Séptimo y último año en el colegio Hogwarts. Ron Weasley, un pelirrojo de ojos claros estaba en su habitación, sentado cerca de la ventana con la mirada como perdida, pensando en algo. Y ese algo era una chica, y tenía nombre: Hermione Granger.

Esa chica era su mejor amiga desde que se hicieron amigos en el colegio, después de conocerla en el tren que les llevaba cada año al colegio. Nunca se había fijado en ella de otra manera que no fuera como una amiga, pero eso fue hasta el cuarto curso, después de saber que Hermione ya tenía pareja para el baile que tuvo lugar ese año por el torneo de los 3 magos.

Estaba recordando todas y cada una de las peleas que había tenido con ella por cosas así. Él lo hacia para ocultar lo que verdaderamente sentía hacia ella, no quería que nadie lo supiera y menos ella misma.

Pero ahora se le estaba agotando el tiempo. En pocas horas se separarían todos hasta nuevo aviso y quizás no se verían en un tiempo… o nunca más.

“Debería… debería lanzarme” pensaba Ron, apoyando su cabeza en la pared. “Pero… ¿y si me rechaza? Es posible que eso ocurra… ¿y si ella tiene con Víctor algo más que una amistad? Nunca me cuenta que le dice en sus cartas…”

Hermione se carteaba con Víctor Krum desde que se conocieron el cuarto, y eso no le hacia ni pizca de gracia a Ron. Víctor había sido su ídolo hasta el momento que vió que a su lado iba Hermione para el baile. Entonces le cayó mal, le acusó de mil cosas y rompió su miniatura.

“Creo que no pierdo nada diciéndole lo que siento… sólo que si me dice que no… no podré volverla a mirar a la cara… creo que mejor le escribo una carta”

Sacó de su baúl ya cerrado un trozo de pergamino y su pluma y se puso a escribir todo lo que le salía del corazón. Una vez acabó la dobló y la guardó, justo cuando Harry Potter, su mejor amigo y el chico que sobrevivió al señor Tenebroso, entraba en la habitación a buscar su baúl y a Ron.

Durante todo el camino todos estaban alegres, o al menos disimulaban estarlo para no ponerse más tristes. Luna Lovegood se había hecho muy amiga del grupito y fue con ellos todo el trayecto, hasta llegar a King Cross. Una vez allí se despidieron todos con largos abrazos y lagrimas y prometiéndose los unos a los otros que se escribirían y se verían pronto. Harry prometió a Ginny ir a La Madriguera en cuanto ese verano alcanzara la mayoría de edad. Ginny era su novia desde hacia año y medio, después de una mala relación con Cho Chang.

Cuando Hermione abrazó a Ron, éste sintió una punzada en el corazón. La apretó bastante fuerte y no quería soltarla pero debía hacerlo, no quería que se viera más de lo debido. Le entregó la carta a Hermione en voz baja.

-Cuando llegues a tu casa, léela… ¿ok?

-Pero... ¿Por qué me la das y a mí sola?

Tú sólo léela cuando estés en casa. Nos vemos… espero…

Hermione le miró extrañada pero se guardo la carta antes de seguir despidiéndose de todo el mundo. Y antes de abandonar el andén cada uno con sus respectivas familias, Ron lanzó una mirada a Hermione la cual también le miraba, se dijeron adiós con la mano y se dispersaron.

Cuando Hermione llegó a su casa, dejo sus cosas y se sentó en la cama y abrió el pergamino de Ron, nerviosa y empezó a leer.

“Hermione,

Hoy antes de marcharnos del colegio he decidido escribir esta carta para tí, seguramente te preguntes el porque solo a ti. Bien. Es para decirte todo lo que siento por tí. Si, lees bien. Lo que siento por ti. Y no es solo amistad. Es más que eso. Hasta cuarto era simple amistad pero desde ahí que me empecé a fijar más en tí y poco a poco me fui enamorando de esa mujer que llevas dentro. Por eso me peleaba contigo a la mínima oportunidad que tenía, por eso demostraba mis celos diciéndote todas esas cosas, por eso el hecho de que te lleves tan bien con Víctor me enferma… puede que él te guste, y lo podría comprender, pero yo necesitaba decirte que me gustas, que te quiero y que te echaré muchísimo de menos. Decirte también que me hubiera gustado poder abrazarte, cuidarte, decirte cosas bonitas, besarte, estar contigo y todo lo demás pero no me he atrevido a decirte nada en persona por miedo al rechazo, si te dijera todo esto a la cara no me atrevería a mirarte de nuevo si me dijeras que tú no me correspondes y por eso decidí escribirlo, al menos lo sobrellevaré en la distancia. Me gustaría que me contestaras diciéndome algo… Igual te pilla por sorpresa, que es lo más seguro, pero esperaré a ver si decides responder… sino, no pasa nada, también lo comprendo. Que seas muy feliz, espero verte algún día aunque me de vergüenza mirarte y que todo te vaya bien.

Siempre tuyo,

Ron”

Una vez acabó de leer la carta, Hermione se puso a llorar.

Pasó un mes y Ron seguía sin saber nada de Hermione, suponía que no tenia palabras con las que decirle que no le interesaba de esa manera y muchas veces se podía ver a Ron bastante triste. Recibía lechuzas de Harry muy a menudo, ya que también incluía cartas para su hermana, pero él deseaba ver una de Hermione aunque fuera diciéndole que no lo quería como novio, sino como amigo, pero algo.

Esa misma mañana iba a responder a Harry, cuando los gritos de su hermana le desconcentraron.

-¡RON, BAJA QUE TENEMOS VISITA, CORRE!

-¡YA VOY! ¿Quién podrá ser?

No esperaban a nadie, aunque a lo mejor era alguno de sus hermanos. Pero cuando llegó al comedor vio a Ginny abrazada a Harry.

-¡Harry!

-Ron, ¡SOY MAYOR DE EDAD! ¡SOY LIBRE!

-¡Genial!

-Y… conmigo vino alguien que te está esperando junto al árbol cerca del río

-¿Quién?

Harry le guiñó un ojo y Ron salió corriendo hacia el árbol. Allí estaba Hermione, sentada mirando el lago. El corazón de Ron latía muy deprisa y no sabia que hacer, si acercarse o salir corriendo de nuevo hacia su casa pero al final optó por acercarse.

-Hermione…

Hermione se giró lentamente y le miró. Se levantó con cuidado y se acercó lentamente a él, que estaba inmóvil viéndola sin saber que hacer ni que decir. Pero no le hizo falta hacer nada. Ella se acercó a él, le miró a los ojos y unas lágrimas recorrieron su rostro, y abrazó a Ron con todas sus fuerzas. Él, sorprendido, correspondió al abrazo fuertemente y estuvieron un rato así, unidos hasta que Hermione se despegó un poco de él. Le acarició el pelo al pelirrojo y después la mejilla y entonces acercó sus labios a los del muchacho y cerraron los ojos ambos y se besaron con ternura durante un buen rato. Ron estaba en el cielo, había soñado con ese momento mil veces pero no estaba seguro de que un día llegaría. Cuando se separaron, habló.

-Creí… creí que no querías saber ya nada de mí, que por eso no respondiste a mi carta…

-No respondí porque no hay suficiente pergamino en el mundo que pueda cubrir todo lo que yo siento por tí, Ron. Preferí venir en persona con Harry, ya que el quería venir en seguida. Te quiero Ron y no quiero perderte por nada del mundo.

-Yo también te quiero y no voy a permitir que nos separen.

Y se fundieron en otro tierno y largo beso.

June Snape Weasley.
España.
Correo electrónico: junesnape@yahoo.es

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