Ahhh!!!!, El Amor, sí, aquel bello sentimiento que sabemos que existe pero que no podemos explicar, lo podemos experimentar, pero no podemos tocarlo, lo podemos transmitir, pero no podemos verlo.
Sí…el Amor; ¿Cuántos de nosotros no lo hemos sentido?, sí…el Amor, ¿Cuántas veces lo hemos experimentado?, y no me refiero a cualquier tipo de amor, ya que hay muchos durante nuestra existencia como el amor al arte, a la familia, a la vida misma y todo lo que nos provoque un placer inconmensurable y grandes ratos de felicidad, pero yo me refiero en particular al Amor del Enamoramiento, aquel Amor que nos permite volar, reír como estúpidos, ver un rayo de luz en la más oscura noche, observar como nos sonríe una Luna de queso mucho más grande y brillante y sentir todas esas cosas que deseamos nunca tener que dejar de percibir. Es aquel Amor que nos da la licencia de decir palabras cursis y escurridas de miel, que nos da la autoridad de hacer el ridículo frente al mundo y no sentir pena, porque sólo nos importa la aceptación y benevolencia de una persona…la del ser amado.
Sí…el ser Amado que es aquella persona que basta con su simple presencia para acallar cualquier estruendo, que ilumina el escenario de la vida, aquella persona que su sonrisa abre un cofre de felicidad en nuestro corazón, aquella persona que con un guiño consigue que podamos volar, aquella persona que con un leve contacto de su mano provoca mariposas en el estómago y que todo huela a dulces rosas por la mañana, aquella persona que su aroma es el oxígeno que necesitamos respirar, aquella persona que con una simple frase nos haga sentir dueños del mundo.
Y cuando consigues conjuntar a esa persona especial con aquel bello sentimiento ¿qué obtienes?... ¿La felicidad?... ¿La completa plenitud?... ¿La cura de todos los males?...yo no podría decirlo con certeza y digo, sin temor a equivocarme, que cada persona lo define para si conforme vive su propia historia de Amor, ya que no hay un manual exacto que nos diga como llamar aquella tormenta de sentimientos que segundo a segundo cambia y se nos autoriza a experimentar porque estamos enamorados.
Es ahí donde el mundo se detiene y la vida cobra otro significado, donde nada importa, sólo aquel ser que ha sido la poderosa herramienta que ha construido un escenario donde dos amantes, existen el uno para el otro y donde uno es parte del otro, donde no se puede concebir la vida separados por más de un parpadeo y donde cualquier empresa es fácil y posible porque en ese momento somos los dueños del mundo.
Sí…El Amor, aquel bello sentimiento…
Víctor Hugo Guerrero Gálvez. Ciudad de México Correo electrónico: tlecatzin@yahoo.com
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