Hace poco más de treinta años John F. Kennedy prometía al mundo que Estados Unidos y la NASA pondrían al primer hombre en la Luna, hoy en día es una realidad más que gastada; pero hoy, hoy: lo que esta de moda es Marte. ¿Qué si la comunidad Europea ya esta explorando la parte del planeta que la NASA le permitió?, ¿qué si el Spirit ya se arreglo?, ¿qué si hay agua y lo están ocultando?, ¿qué si en realidad hay microorganismos que puedan producir vida futura en el lejano Planeta?, y una cantidad de incontables preguntas que día a día llenan los titulares y los tabloides de los puestos y aparadores de revistas y periódicos.
Pero en realidad, ¿a quién queremos en Marte? Pensemos un poco más en el futuro; prometen que quizás en menos de cincuenta años el primer hombre ponga un píe en el soñado Planeta Rojo, lo que me lleva preguntar; ¿de qué nacionalidad será el hombre que tenga el honor de ser el pionero?; si hoy en día salimos a las calles a preguntar eso, la respuesta es sencilla, pero imaginemos que pasara en cincuenta años, que se dicen fácil, pero pueden pasar muchas cosas, en cincuenta años puede haber otra guerra –¿cuándo duraron juntas las dos guerras mundiales?-, pero bueno, quizás una guerra no sea el mejor ejemplo, en cincuenta años se puede fundar una nación -¿cuánto tiempo tardo Golda Myer en convencer a la ONU para fundar Israel?-.
No sabemos a ciencia cierta que pasara en cincuenta años, y se puede especular mucho sobre de eso, lo que si es verdad es que el Planeta Rojo ya es una realidad tangible para el hombre pero principalmente para la nación que pueda pagar la desmesurada cantidad de dinero que se necesita llevar a cabo dicha misión, también tenemos que conformarnos con pensar que será un estadounidense quien pisara el suelo marciano, porque al paso que vamos la aldea-global que se esta formando tendrá su capital en la actual nación más poderosa del mundo, la geopolítica actual nos dice que los ricos se seguirán haciendo más ricos y los pobres se harán cada vez más pobres, que muchos países dejaran su autonomía para volverse una extensión maquiladora y mal pagada de las naciones más ricas.
Cabe mencionar que es difícil no verse inmerso dentro la moda marciana cuando en la televisión no pasan más que especiales sobre ello, cuando donde quiera que volteamos hay algo que haga que lo recordemos, y aun más; el hacer o escuchar algún chiste o comentario sobre estos sucesos, donde los sueños más aventurados llegan a imaginar colonias marcianas llenas de humanos pioneros trabajando para expandir el dominio más allá de nuestro Planeta, para cuando regresan a la realidad, notan que ni siquiera tienen en la actualidad un lugar propio al que puedan llamar hogar, cuando ni siquiera como raza hemos podido llevar a más de uno o dos humanos a vivir en la Luna que es considerablemente más cercana que el soñado Marte, cuando aun no exploramos todos los confines de nuestro propio Planeta –nos falta mucho por conocer de los mares, a los cuales no pueden bajar los humanos más que unos cuantos metros por las inimaginables presiones que crea el agua sobre el frágil cuerpo-, pero hoy nos venden la idea de llegar a colonizar un nuevo mundo es la misión que tenemos como raza.
¿Será verdad toda esta euforia o solo un cuento más para mantener a las masas entretenidas mientas sangran cada vez más sus ya vacíos bolsillos y su ya fatigada, pobre y común alma?
Víctor Hugo Guerrero Gálvez. Ciudad de México Correo electrónico: tlecatzin@yahoo.com
Para saber más: NASA
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