Portishead: Dulce Trip Hop



Booklet


PORTISHEAD


Beth Gibbons

En 1994, Portishead tomó al mundo por asalto. Dummy su primer álbum, resultó ser un profundo e infinito paseo por mundos donde el desamor se percibe con la luz de una vela que se extingue lenta e irremediablemente, como la vida misma. EL medio y la melancolía, por "tiempos mejores" continúan siendo los elementos principales de la música de este trío inglés, su segundo álbum, titulado simple y sencillamente Portishead, talvez sea lo único simple y sencillo de esta nueva maravilla en blanco y negro que conjunta once temas de exquisita manufactura pop de vanguardia. Desde las primeras notas de "Cowboys" que parecen sacadas de alguna película del Santo, hasta los sampleos fantasmales de Sean Atkins en "Western eyes", la voz delicada y peligrosa de Beth Gibbons se refugia y aparece entre los intensos arreglos de metales, los siniestros scraths y sampleos incidentales, los crudos acordes de la guitarra, el extrañable gis de los inolvidables discos de vinil, los misteriosos sonidos del piano eléctrico y una lírica capaz de entristecer hasta el más optimista.

Beth Gibbons

Portishead, el grupo, nació cuando la antipopstar Beth Gibbons y Geoff Barrow, el líder del grupo musicalizaron el surrealista cortometraje To Kill a Dead Man, donde ambos aparecen como espías setenteros y cuyas imágenes servirían tiempo después para el vídeo de "Sour Times" (Nobody Love Me) sencillo de Dummy. Para este nuevo trabajo, las surreales imágenes blanco y negro continúan dominando el concepto visual, cuya portada capta un momento del bizarro vídeo para el sencillo "All Mine" una niña que emula a Gibbons, de pie sobre una pequeña tarima circular en un amplio espacio habitado solamente por ella y por un anciano con smoking y gafas. Personajes y atmósferas dignas de cualquier cinta de David Lynch, sobre todo de la fantástica Sinfónica Industrial. Los matices sonoros y visuales de Portishead, el grupo y el disco, carentes de color y estacionados en la gama de grises, pueden encontrara su origen en la dislexia y ceguera a los colores que sufre Geoff Barrow y que provocó que abandonara hace unos años, sus estudios de diseño gráfico que comenzara en el Weston Tech para regresar a Portishead.