DÉBORA (HWV 51)
Personajes:
· Débora, jueza israelita
· Jael, israelita
· Mujer israelita
· Barak, juez israelita
· Sísara, comandante en jefe de ejército canaanita
· Un heraldo
· Abinoam, anciano israelita padre de Barak
· Sumo sacerdote de Baal
· Sumo sacerdote israelita
· Coro de israelitas
· Coro de sacerdotes baalitas
PRIMERA PARTE
1. Obertura
Escena 1: Débora, Barak, israelitas, oficiales y coro de sacerdotes israelitas.
2. Coro de los israelitas
Inmortal Señor de la tierra y de los cielos,
tus maravillas se alzan a nuestro alrededor,
cuando tu ira se enciende terriblemente,
condena a rápida perdición a tus enemigos;
¡Oh, permítenos tener un caudillo
de nuestras huestes, en cuyo nombre,
y con honor podamos enorgullecernos,
cuya conducta pueda mantener nuestra causa
y romper las cadenas de los que nos oprimen con soberbia!
3. Recitativo
Débora:
¡Oh Barak, favorecido por el cielo,
Oh hijo de Abinoam, levántate!
Por tu brazo el cielo salvará a su pueblo,
y convertirá a los tiranos, en nuestros esclavos.
Barak:
Oh Débora, bendita con la sabia predicción,
pues se te revela el porvenir,
¿Habrá de entregarme el cielo tan grande don,
y así agraciar al más bajo de sus siervos?
4. Dúo
Barak:
¿De dónde viene ese fuego que me inflama?
¿Cómo incrementaré mi fama?
¿Entonces, hablará bien de mí mi conducta,
y así embelleceré mi nombre?
Débora:
Confía en Dios que te influye esa pasión
para vendicar sus leyes;
actúa hoy que él te inspira,
porque tú harás que nuestra causa vuelva a vivir.
5. Coro de israelitas
¡Deja tus dudas! ¡Toma las armas!
Tu Dios ordena y tú obedeces.
6. Recitativo de Barak:
Como así ha manifestado el cielo su voluntad,
la obediencia es ahora lo mejor para mí;
Pero antes nos disponemos en armas,
oh profetisa, imploro Su ayuda,
y que Judá unida se reuna
a suplicar el poder divino.
7. Solos y coros:
Por siempre Jehová presta
grata atención a la voz de la oración.
8. Recitativo acompañado de Débora:
Por aquel grato decreto, que al caos vistió de simetría;
por aquel poder irresistible, que hizo emerger
el brillo resplandeciente desde la oscuridad;
que calmó la fuerza combatiente de los átomos,
y que a la creación sopló vida;
oh tú supremo, excelso Señor, por nuestros lamentos,
concédenos tu salvación.
9. Coro de israelitas:
¡Oh, escucha la humilde oración de tus siervos,
y dales tu cuidado propicio.!
10. Recitativo de Débora:
Vosotros, hijos de Israel, no temáis más,
Jehová escucha vuestra petición:
El líder impío de las huestes cananítas,
que se enorgullecía de nuestra ruina,
vilmente perecerá en la arena ensangrentada,
por la mano de una mujer.
11. Coro de israelitas
¡Oh destruye, con tu mirada terrible
a los tiranos que ahora nos insultan!
12. Recitativo de Barak:
De quien sea el destino del tirano,
mi alma que no conoce envidia, no sufre tal dolor.
Tu bello género, oh Débora, pueda reclamar
al igual que el hombre, el privilegio de fama;
y nadie, sino sólo un alma bárbara,
esa hermosa virtud pueda desconocer.
13. Aria de Barak:
¡Cuán hermosa es la belleza de la juventud,
De quien refina las leyes de la bella virtud!
Bien puede ella reclamar nuestro más suave cuidado
porque seguramente lucirá casi divinal.
Escena 2: Entra Jael
14. Recitativo
Jael:
¡Oh, Débora! donde sea que mire,
aparecen grotescas escenas de guerra, en todo su horror.
Oh, permíteme, que en mi verdoso retiro,
donde la soledad ha puesto su trono,
viva en paz, bien alejada
de estos terribles eventos
y de la sanguinaria guerra.
Débora:
¡Escúchame entonces, Jael!
No temas que la soberbia hostilidad destruya tu paz;
porque el cielo te tiene en especial cuidado.
Tu virtud, antes que termine el día,
resplandecerá con tal brillantez,
que te confesarán, todos,
como el orgullo de tu género,
bendecido por Dios.
15. Aria de Débora:
Coros de ángeles te rodean,
no dejes que la opresión te confunda,
porque alertas están a tu disposición
estas huestes radiantes.
El Dios de Judá, vestido de esplendor,
se ha dignado ser tu gran defensor
ante toda maldad.
16. Recitativo de Jael:
Es tanto el éxtasis que siento,
que no lo puedo explicar,
pero podría vivir así por siempre.
Dios no sólo es condescendiente en
defender mi vida del peligro,
sino que además me da tal gozo
que no podría pedir más.
17. Aria de Jael:
Él disipa mi desesperación y la convierte en gozo,
y no hay dolor que sorpresivamente tome control de mi paz;
Él me protege con el cuidado de un padre,
y vierte su misericordia en mi alma.
Escena 3: Abinoam, Débora, Barak y el coro.
18. Recitativo de Abinoam:
Barak, hijo mío,
el gozoso sonido del clamor de todos los que nos rodean,
me hace conocer la gloriosa carga que Dios
te ha preparado por tu fuerza de voluntad.
Ojalá que rápido tu virtud sobrepase las esperanzas de Judá,
y haga que tu padre se enorgullezca de su hijo!
19. Aria de Abinoam:
Despierta el ardor de tu pecho,
y prepárate para vencer o morir;
deja que todos confiesen tu resplandeciente virtud
y que de lo demás se preocupe el cielo.
La conquista te coronará en el campo,
sé humilde, y si tu destino es la muerte,
entrega tu vida con resignación,
y multitudes envidiarán tu tumba.
20. Recitativo de Barak:
Voy donde el cielo y el deber me llamen,
dispuesto a conquistar o caer.
21. Aria de Barak:
Desprecio todo peligro,
porque estoy ansioso de ir a la batalla;
Mantengo tu gloria,
me apresuraré sobre el enemigo.
Y aunque rodeado por la muerte
que avanza orgullosamente, terrible y pálida,
no habrá temor que me confunda,
pues prevalecerá ante todo mi causa.
22. Coro de israelitas:
Que sean tus hazañas gloriosas,
y tu mano, victoriosa.
Escena 4: Entra el Heraldo que viene del campamento de Sísara
23. Recitativo
Heraldo:
Mi misión es declarar de parte de Sísera,
un nombre reconocido como guerrero,
que él con indignación ha sabido
que vosotros os jactáis de ser sus enemigos:
Tal es la compasión que reina en su pecho
que antes que él os engrille con cadenas dobles,
Condescendientemente ofrece a vuestros jefes
una entrevista, para que él pueda conocer vuestras penas;
y evitar la pérdida de sangre humana.
os garantizará todos lo que los esclavos puedan anhelar.
Barak:
¡Soberbios infieles!
Vete, y que oiga ese embustero
que nosotros no le tememos.
Además, dile que Judá ya se prepara
para tener con él una entrevista o para
combartirle, lo que el prefiera.
Sale el Heraldo
Escena 5: Débora, Barak, Abinoam, etc.
Débora:
Que venga en paz o enojado,
nosotros estamos comprometidos con
la causa de la libertad.
Barak:
Mientras que esta señal brille en nuestras almas,
no tememos a sus amenazas, ni evitaremos la confrontación.
24. Coro:
Que la desperación les rodee,
y rápidamente serán confundidos;
En tanto que nuestra alabanza
servirá como éxtasis de júbilo.
¡Aleluya!
SEGUNDA PARTE
Escena 1: Débora, Barak, Abinoam, Jael, mujer israelita, coro de sacerdotes israelitas y
Sísara acompañado por un coro de sacerdotes de Baal.
25. Coro:
Ved, el soberbio líder ya avanza
con paso amenazante y con terrible expresión;
Jacob, levántate y defiende a tu Dios,
y rechaza la vara de acero de la opresión.
Entra Sísara
26. Recitativo de Sísara:
¡Estas tropas rebeldes que veo aquí,
altanera Débora, viene de tu parte!
Pero, cesará entonces tu vana ambición,
cuando nuestra insultada compasión te ofrezca la paz,
sométete antes del golpe inminente,
humíllate tú y todos tus aliados.
27. Aria de Sísara:
Humillados se extenderán a mis pies,
favorecidos por tus lágrimas;
o pronto sabrás, temblando,
que cuando se insulta la compasión,
se convierte en rabia.
28. Recitativo de Débora:
Vete rabiando, bárbaro, a donde eres temido:
Nadie es reverenciado aquí, sino sólo nuestro Dios;
Su inspiración reconforta nuestros corazones,
para vendicar nuestra causa por las armas;
y sabrás por tu ruina, lo que es tener a Dios por enemigo.
29. Aria de Débora:
Ante la terrible mirada de Jehová
los tiranos altaneros son sólo polvo;
y aquéllos que en el poderío de estos
se glorifican, ponen su confianza en vanidad.
30. Recitativo de Sísara:
Sí, vuestro Dios excede en maravillas,
bien lo demuestra vuestra humillante cautividad.
31. Aria de Sísara:
Como se jactan de la milagrosa historia
de la gloria trascendente de vuestro Dios
¿acaso les ha liberado de nuestras cadenas?
Toda vuestra confianza es sólo ilusión;
todas vuestras esperanza idealizadas son vanidad.
32. Aria de Barak:
Mortal impío, deja de afrontarnos:
Jehová el Grande pronto nos salvará,
y en su tiempo esperamos con placer;
a todo su pueblo él defenderá,
y a sus opresores les enviará
plagas y venganza sin medida.
33. Recitativo del sumo sacerdote de Baal:
Mirad las naciones de alrededor,
¿Qué dios es tan reconocido como Baal?
ante él, vuestras testarudas tribus
deberían inclinarse, pues los esclavos
saben cual es su deber.
34. Coro de los sacerdotes de Baal:
¡Oh Baal, monarca de los cielos!
a quien se le levantan innumerable templos;
De ti, el sol recibe sus vestiduras de luz
y brilla con gran magnitud;
Por ti, los cielos se llenan de estrellas,
el océano se ensancha y los ríos fluyen;
los valles se visten con verdor,
las flores perfuman la sombra de los arbustos;
y sólo tus devotos son bendecidos
con estos hechos que confesamos.
35. Recitativo del sumo sacerdote de los israelitas:
¡Basta, infieles, es suficiente!
falso es el dios que adoráis;
un ídolo bárbaro, cuyos despreciables altares
sólo los malditos podrían creerlos divinos.
36. Coro de los israelitas:
Señor eterno, que tienes en tu poder
plagas para el orgulloso y misericordia
para el pobre;
míranos, míranos desde tu trono celestial,
y que sea conocido el terror de tu ira.
Defiende tu causa de justicia,
despliega tu terrible poder,
Toma venganza de tus siervos,
y confunde a sus enemigos.
37. Recitativo
Débora (a Sísara y a sus seguidores):
Por su grandioso nombre, y sólo por él,
cuya deidad vosotro osáis no queréis reconocer,
cuya ira ardiente pronto conoceréis
le dará prueba de ser un tremendo rival,
Ídos, y lo os ordeno a dejar este lugar,
en demasía sagrado para un séquito tan indigno.
Sísara:
Nos iremos, pero pronto lamentaréis,
con lágrimas de sangre nuestro terrible regreso.
38. Solos y coro
Débora:
Todo su embuste terminará con dolor.
Sísera:
Adiós, despreciables enemigos.
Sacerdote de Baal:
Rogamos al socorro del Poderoso Baal.
Barak:
Baal no tiene poder para salvaros.
Sacerdotes de Baal:
EL poder de Baal pronto se habrá de conocer.
Israelitas:
¡Pobres y defraudados mortales, ídos!
Sale Sísara y los sacerdotes de Baal.
39. Recitativo de Barak:
Gran profetisa, mi alma arde
por llevar a cabo el celo que me has inspirado;
¡Oh, si empezase ahora la batalla!
mi padre no se avergonzaría de llamarme su hijo.
40. Aria de Barak:
En la batalla, se persigue la fama,
barreremos las planicies con mortandad;
y los tiranos, arruinados,
pronto usarán las cadenas de sus prisioneros.
41. Recitativo de Abinoam:
Tu ímpetu da fuego a mi edad invernal,
fortalece su debilidad y calma su dolor;
y te burlarás de nuestros impíos rivales,
la justicia es tuya, y Dios está de tu lado.
42. Aria de Abinoam:
Rápida inundación de desolación
se vertirá en la nación
de los enemigos de Judá;
la fama puede regocijarte
el cielo puede incitarte,
ahora te invitan a terminar
con nuestros enemigos.
43. Recitativo de la israelita:
Oh Judá, con qué gozo veo las bendiciones
que el cielo te ha guardado.
44. Aria de la israelita:
Nunca más lloraré desconsolada,
nunca más usaré el cilicio;
hemos regresado desde las cadenas a la libertad,
y desde la desesperación a la felicidad.
45. Recitativo de Débora:
Ahora, Jael, regresa a tu tienda,
nuestros corazones arden por luchar;
pero sabe que tu petición te premiará
con gloria eterna.
46. Aria de Jael:
Oh, que placer es el que hay en mi alma
al saber de tan querida misericordia.
Que mi alma siempre exprese
el éxtasis con que adoro a mi Dios.
47. Recitativo de Débora:
Barak, vayamos ahora a la batalla,
y apresurémonos a llevar ruina a nuestros enemigos.
48. Dúo
Débora:
Sonriente libertad, querida invitada,
fuente balsámica del más suave gozo,
los mortales por tu ayuda están bendecidos
con tal ternura que nunca sacia.
Barak:
Para conseguir tu deseada presencia,
(que dulcemente calma toda preocupación),
¿quién temería la hostilidad de la planicie?
¿quién no se atrevería al peligro?
49. Coro de los israelitas:
El gran Rey de reyes nos ayudará hoy;
que todos con éxtasis desplieguen sus alabanzas.
TERCERA PARTE
Escena 1: Entra Débora y Barak con el ejército victorioso
de los israelitas que vuelven de perseguir a los cananeos, y son atendidos
por las mujeres israelitas. Coro de sacerdotes israelitas, y cautivos,
entre los que están los sacerdotes de Baal.
50. Una gran sinfonía militar y el coro de los isralitas:
Ahora el orgulloso y blasfemo enemigo
está postrado en el suelo;
carruajes quebrados, montón de muertos,
cubren la extensa planicie.
51. Recitativo de la israelita:
El altivo enemigo, cuyo orgullo
se elevaba hasta el cielo,
ha caído, ha caído, y Canaán ya no existe.
52. Aria de la israelita:
Ahora la dulce y sonriente paz desciende,
y nos cubre con sus alas;
y nos trae toda bendición ,
surge todo gozo a su alrededor.
Escena 2: Abinoam se dirige a ellos.
53. Recitativo
Abinoam:
Mis oraciones han sido oídas,
las bendiciones de este días
han curado las angustias y pesares del pasado;
y los soldados, entre ellos se dicen
que mi Barak ha cumplido muy bien con su deber.
Barak:
Mi honorable padre.
Abinoam:
Oh mi hijo, hijo mío,
bien ha llevado tu juventud la ruta del honor.
54. Aria de Abinoam:
Lágrimas, como las que vierten
los tiernos padres,
caliente descienden de mis ancianos ojos,
de alegría al saber, que cuando esté muerto,
mi hijo tendrá a la humanidad como amigo.
Escena 3: Jael se dirige a ellos.
55. Recitativo de Jael:
Oh Débora, han terminado mis temores;
el orgulloso Sísara ya no existe.
56. Coro de los sacerdotes de Baal:
Tristes noticias, las que pronunciais;
desesperación y muerte hay en esas palabras.
57. Aria de la israelita:
Nuestros temores han desaparecido para siempre,
no llorarán más nuestros ojos;
la rápida venganza ha derribado la cabeza
del enemigo que nos dominaba.
58. Recitativo
Barak:
Vi al tirano, sin aliento en su tienda,
el brazo de Jael envió el alma de Sísara
a perpetua oscuridad.
Pero mirad, la feliz asamblea espera saber
cómo les habéis librado de tan fiero enemigo.
Ya me lo habéis contado,
pero la narración será mejor si sale de tus labios.
Jael:
Cuando huía de la batalla el orgulloso capitán,
la venganza divina condujo hasta mi tienda a este temeroso fugitivo;
que pálido por la preocupación, me rogó, agitado, que le escondiera allí;
con una gran sed, y con angustia en su mirada, me pidió agua del límpido arroyo;
pero le di leche en un gran pocillo; con éxtasis lo bebió todo, y calmó su alma,
y entonces, cansado por la forzada huída, en un instante, se echó a descansar.
Entonces me di cuenta que el cielo en ese afortunado momento había puesto
en mi poder al enemigo de Judá: Tomé el martillo y la estaca del carpintero,
y mientras que él aliviaba sus miembros en profundo descanso, forcé la herida
en su sien reventada y clavé al tirano en el suelo.
59. Aria de Jael:
Tirano, ya no te tememos más,
todas tus insolencias han terminado;
la justicia te ha conducido a la ruina,
te has derrumbado para nunca más levantarte.
60. Recitativo de Débora:
Jael, si mi predicción es correcta,
cuando los hombres proclamaren en un solo nombre,
todas las cosas nobles,
Oh Jael, ese nombre será el tuyo.
61. Aria de Débora:
El sol glorioso cesará de verter
su radiante tesoro desde los cielos;
y el mérito será la admiración de la virtud,
cada vez que desaparezca tu bendito recuerdo.
62. Recitativo de Barak:
Que el Cielo, con bondandosa abundancia,
vierta todo el gozo sobre la cabeza de Jael.
63. Aria de Barak:
Él se inclinó a sus pies, y cayó,
y descansó su orgullosa testa en el polvo:
y la prosperidad contará que donde él
se inclinó, cayó muerto.
64. Recitativo acompañado de Débora:
¡Oh gran Jehová! que tus enemigos
y los que se oponen a tus leyes,
perezcan de este modo.
Pero, oh, que todos los que aman tu alabanza,
y dedican a ti, todos sus días,
brillen como el sol, con resplandor divino;
cuando él venga en toda su gloria,
para regir a su radiante pueblo de luz
65. Coro de los israelitas:
Que nuestros cánticos de alegría suban al cielo,
porque el Dios de Judá, es ahora su amigo.
Oh, celebrad su santo nombre, con gratitud proclamad su alabanza.
¡Aleluya!
Traducción por Osvaldo Castro © 2003