EL ARBOL DEL CONOCIMIENTO

Desde el albor del espíritu,

desde el prístino temblor de ser hombre

aparezco:

con el alma clavada en la cruz de Cristo.

Arrojado a los Infiernos

del antitético universo

en ángel caído me transformo.

...Coronado errante pájaro...

Con desangradas alas

escudriño en raíces

del Arbol del conocimiento.

Bien y mal

semejan ser:

cada nervio del tronco aquel,

cada rama del follaje de este Arbol.

Tesis y antítesis

creados:

por Semilla de los símbolos.

¿Cómo develar el enigma

de tal Simiente?

¿En qué oscuros presagios

la materia se convirtió

en cadenas del ánima?

¿Fue sometida la cáscara

a designios del alma?

¿De qué inagotable manantial

se nutrió aquella increada Semilla?

Por el eterno Viviente

emergieron:

elemento informe

y bóveda celeste

Con circular espíritu

soplo Divino:

a la natura formó.

¡Ah!

¿El antagónico origen

en el devenir del hombre?

Sangre brota

del silente Corazón:

y de aquel Seno la natura se nutre.

Cada latido de la eternal Cavidad

todo recodo del universo remece.

¿Qué es el hombre?:

¿Un capullo en el azar del tiempo?

¿Un peregrino en el umbral del infinito?

¿Tal vez una metáfora

en la mente del Eterno?

¿Un ensayo en el cual convergen

seminales razones?

¿Qué mítico sueño

ilumina mi conciencia?

¿Qué viento sacude

mi vuelo sin horizonte?

¿En qué cósmicos paisajes

hallaré la lumínica parábola?

¡Oh! abandonado...

En una bandada de alas...

Al unísono escucho:

proféticos cantos de nocturnos pájaros.

Son ángeles de la noche,

noctámbulos hijos...

A imagen del Rey de las tinieblas

con sus patas el Averno rasgan.

Desde...

Las honduras del Infierno:

cual negros tentáculos

Belcebú asciende.

De súbito

ingrávido quedo...

Desde el fondo mismo de las cosas

los abismos se trizan.

Cada fragmento se dispersa

sobre la corteza de la tierra.

Desde lo más recóndito de la sima

una llamarada enciende el orbe entero.

Divinos presagios germinan

en entrañas de lo terráqueo.

¿Caos primigenio hubo?

¿A qué hondonadas

del conocimiento desciendo?

¿Han sido reales

las visiones de mi azaroso camino?

¿Qué oníricos torrentes del alma fluyen?

¿Qué sempiternos ríos,

irrigan mi sangre y mis huesos?

¿A través de qué inexorable designios

a estas latitudes advine?

¿Qué musgos y polvos,

cenizas y minerales

rasgaron mi ser?

¿Soy átomo, molécula?

¿O demiurgo:

de soledades habitante?

¿El Arbol del cognomento

a picotazos debo destruir?

¿Con garras de rapiña ave

sus raíces arrancar?

¡Cual pájaro hacedor!..

¿Otro Arbol y otro Génesis?

Cuyas ramas...

¿Más allá del bien y del mal?

¿En qué difieren:

sangre del Crucificado

y rojos líquidos

de serpiente Yahveh?

¿Y qué es el hombre?:

¿Efímera creatura?

¿Gusano

por la muerte fragmentado?

¡Oh inmortal águila!

¿Al Cielo

de los cielos asciendes?

¿Hijos de aquel

añejo y seco árbol

Cristo y Satanás?

Desde el útero del mundo

un águila en vuelo.

Con sus plumas triza

el huevo del universo.

Del Vientre de la tierra...

Como Anticristo de los postreros tiempos

Beliar en fuego emerge.

Por las escrituras del águila...

Llama es:

la Bíblica historia del hombre

Anonadado...

Muerdo cabeza de la culebra Lucifer:

reina del Antiguo Testamento.

Rotas "Las Viejas Tablas"

el ungido Cordero logro parir.

Un rayo mis sienes traspasa...

Herido por mística lanza

mi plumaje sangra.

Celestial lluvia...

Un águila

por confines del espacio...

Poema del libro inédito:

"Canto de Transformación"

Cesar Vásquez López

(Poeta de Chile)

Derecho Intelectual:

Inscripción: N° 108.115

Chile