Poema
©
Lydia
E. Martínez Santiago
1
de enero de 2002
¿Amor?...
llamarte así sería absurdo
pues
el amor va buscando corazones auténticos
y
he descubierto que el tuyo no lo es.
¿Ilusión?...
tal vez,
si
la impaciencia me gana por tener
una
próxima velada contigo.
¿Capricho?...
podría definir
lo
que intentas conmigo.
¿Por
qué me haces creer que algo sientes?
Cuando
en realidad no te importa;
si
no significo nada para tí.
Una
extraña sensación invade mi ser.
¿Será
la ira por haberte creído alguna vez?
¡Pobre
ingenua!, al desconocer
la
crudeza de este medio;
la
poca sensibilidad de muchos
que
se ocultan tras el monitor.
Voy
percibiendo las frases simuladas
que
se acompañan por una compasión
que
detesto y no he pedido.
Tratas
de persuadirme con palabras compradas,
que
conozco no son exclusivas para mí
y
otros ojos habrán mirado antes que yo;
mas
no sé cuántos lo harán después.
Me
resulta complicado comprender
el
que cueste demasiado ser uno mismo,
recurriendo
a la cobardía
de
ocultarse tras un disfraz.
En
lugar de expresarnos tal cual somos
y
al momento de dirigirnos hacia los demás,
deletreemos
las palabras dictadas por el corazón.
Seguirás
siendo sólo una linda fantasía,
que
he disfrutado,
pero
aprendido a no dejarme arrastrar
de
tal modo que me eleve fuera de lo que es real.
De
lo que puedo palpar,
donde
los ojos son testigo
de
la veracidad de lo expresado.
Donde
no existe el personaje inventado.
~
A todos los que decidimos iniciarnos en el mundo
del
Internet, pues tal vez nos ha pasado o
suceda
en alguna ocasión.~
~(eve)~