Historia

flyer 4






4. Historia

Una reseña cortadel MDMA podría ser:

Derivada sintética de la efedrina, la anfetamina fue sintetizada por primera vez en 1887. Las investigaciones preliminares se enfocaron en los efectos periféricos y encontraron que era un agente simpaticomimético con propiedades broncodilatadoras. Extrañamente, las acciones sobre el sistema nervioso central no fueron reportadas hasta 1933, y estuvieron estrechamente seguidas por los primeros reportes de abuso.

La industria farmacéutica investigó una serie de derivados anfetamínicos en el interín. En 1919, se sintetizó en Japón el más poderoso de todos ellos: la metanfetamina. En 1927, la habilidad de la anfetamina para elevar la presión sanguínea, contraer los vasos sanguíneos, y dilatar los pequeños sacos bronquiales, inició el negocio de los dilatadores bronquiales con el inhalador Benzedrina. Tras la anfetamina propiamente dicha (Benzedrina), aparece la dextroanfetamina (Dexedrina), y en 1938 la metanfetamina (Methedrina): la amina más activa sobre el SNC. Un reporte de la industria farmacéutica en 1946, listaba 39 desórdenes diferentes para los que la Benzedrina era el tratamiento recomendado (Tyler, 1995). Las anfetaminas serían usadas para fines tan variados como la narcolepsia, las crisis de hipo, la prevención del mareo terrestre, marítimo y aéreo, la obesidad, la depresión, la hiperactividad en niños, el tratamiento de sobredosis por sedantes, e incluso la rehabilitación del alcoholismo, hábito de otras drogas, depresión e histeria con altas dosis inyectadas (el llamado shock anfetamínico).

La guerra civil española y el conflicto mundial ulterior consumieron cientos de toneladas. Los mayores excesos se produjeron en Japón; sus kamikazes volaban literalmente embalsamados en metanfetamina. Se sabe que parte del equipamiento de la infantería alemana de las Blitzkriegs de la segunda guerra, consistía en generosas dosis de metanfetamina. Y también integraba el uniforme de la Luftwaffe, ya que, en caso de ser derribado y salir con vida del accidente, el piloto podía andar durante 4-5 días con una necesidad mínima o casi nula de alimentos y descanso. Sólo debía procurarse agua para evitar la deshidratación. En Inglaterra, la mayoría de las metanfetaminas fueron a parar durante la guerra al ejército de Montgomery y a la fuerza aérea, y en 1941 un periódico de la capital componía su primera página con el titular "La Methedrina gana la batalla de Londres". En ese mismo año, se registraba el primer caso de sobredosis fatal -un soldado italiano- tras ingerir 100 mg de Simpatina (anfetamina).

Después de la guerra, las partidas excedentes de estas drogas fueron volcadas a los mercados civiles, especialmente en Japón. La metanfetamina fue la sustancia que más proliferó entre los japoneses, expendiéndose en forma inyectable (Winger, 1992). En la posguerra, el régimen de venta libre alternaba con anuncios como "Dos comprimidos son más eficaces que un mes de vacaciones". Para consumo interno, Estados Unidos producía en 1950 unas mil toneladas anuales -80 dosis por ciudadano, incluyendo niñoos-, proporción que cumplían otras naciones igualmente. Las propiedades de la anfetamina según un prospecto de los 70s:

"La SIMPATINA LEFA suprime la sensación de fatiga, depresión y letargia y aumenta el optimismo y la capacidad intelectual, despejando la inteligencia por su acción sobre la corteza cerebral; igualmente, capacita para un rendimiento físico mayor, por lo que su uso se ha generalizado entre los estudiantes, deportistas, militares y, en general, entre todas las personas que circunstancialmente tienen que realizar esfuerzos superiores a lo normal (...) Su empleo consigue fácilmente la abstinencia voluntaria del alcohólico, y combate el empleo inmoderado de hipnóticos."

Como bien decía el prospecto de SIMPATINA LEFA, el uso de anfetamina se habia generalizado entre deportistas. Entre los casos más célebres del doping está la famosa Vuelta a Francia de 1962, cuando en Luchon 23 ciclistas tuvieron que ser hospitalizados a la vez por sobredosis. Fue metanfetamina también la causa de que muriese el campeón mundial T. Simpson durante una escalada, y de que un compañero suyo tuviera que ser inmovilizado con camisa de fuerza.

Algunos famosos que eran usuarios de metanfetamina fueron John F. Kennedy y Adolf Hitler. John F. Kennedy se inyectaba regularmente para sobreponerse a su crónico dolor de espalda (Tyler, 1995). Adolf Hitler solía recibir hasta ocho inyecciones de metanfetamina por día, según consta por el testimonio de su médico personal. La leyenda del "speed" incluye en sus páginas a Charlie Parker (benzedrina en su café), Lenny Bruce, Judy Garland, Johnny Cash, Elvis Presley, entre muchos otros. Las anfetaminas sólo fueron sometidas a control internacional en 1971, e incluso entonces no ingresaron en la lista de drogas superpeligrosas, sino en la de psicotropos acceesibles con receta. Había terminado el segundo ciclo histórico de abuso de estimulantes. El primero comenzó con la cocaína en 1890. La restricción impuesta por el Harrison Narcotic Act de 1914, había conducido a una etapa en que anfetamina y metanfetamina fueron los estimulantes de elección. A finales de los 60s, el desprestigio de estas drogas y su regulación legal, impulsaron la reaparición de la cocaína (Winger, 1992).

· En el principio fue Adam

Alexander Shulgin fue el redescubridor del MDMA. A principios de los años setenta una amiga le habló de la sustancia y poco después la sintetizó en su laboratorio y realizó un autoensayo. Tras valorarla positivamente, cuenta la historia que se la envió a Leo Zeff, uno de los psiquiatras underground más famosos de la época por sus terapias con sustancias psicodélicas, cuando aquél estaba a punto de jubilarse. Meses después, Leo Zeff autoensayó la sustancia y, convencido de su gran potencial como coadyuvante del proceso terapéutico, reconsideró su decisión y dedicó los últimos años de su vida a entrenar por todo Estados Unidos a terapeutas en el uso del MDMA en psicoterapia, pudiendo llegar a iniciar a más de 4.000 personas. Es desde 1976 cuando el MDMA empieza a conocerse en círculos de terapeutas alejados de la ortodoxia psicoanalítica y su uso en psicoterapia se extiende de costa a costa estadounidense. Las cifras hablan de su uso por terapeutas y grupos afines al movimiento New Age (que encontró en el MDMA la herramienta que mejor encajaba en su filosofía), a razón de 10.000 dosis por año. Al MDMA se le conocía entonces por Adam (en castellano ‘Adán’), un juego de palabras entre la similitud con la pronunciación en inglés de la sustancia y sus efectos en cuanto a permitir que se experimente el mundo con transparencia y a uno mismo tal y como es: inocente en su esencia. Algunos químicos que facilitaban la sustancia a los terapeutas y a los practicantes de la New Age vislumbraron las capacidades como droga recreacional del MDMA y, movidos por intereses más económicos que terapéuticos, lo introdujeron en el mundo nocturno de los clubs con el nombre de éxtasis, apodo que sin reflejar del todo la esencia de sus efectos, resultaba más comercial. Si desde 1976 se vendían unas 10.000 dosis anuales en Estados Unidos, en 1985 se vendieron 30.000 dosis al mes e, incluso, según estimaciones de la DEA, se cuentan 30.000 dosis al mes en una sola ciudad. Pero aunque su uso recreacional en contextos de baile es bien conocido, los usos terapéuticos durante los quince años previos a la prohibición y algunos posteriores se han divulgado menos.

· Los usos de Adán

Existen al menos dos formas de tratar los trastornos psicológicos serios de las personas: la farmacoterapia y la psicoterapia. Aunque no siempre son antagónicas, la farmacoterapia pretende actuar sobre las funciones biológicas que pueden estar alteradas en el cerebro de las personas con trastornos mentales; el objetivo de la psicoterapia es más bien actuar sobre los conflictos emocionales subyacentes a dichos trastornos. Mientras que lo ideal de las terapias farmacológicas es que sean lo más específicas posibles sobre las funciones biológicas a modificar, lo ideal de las psicológicas es que el sujeto, mediante el diálogo y otros métodos, adquiera la mayor conciencia posible sobre sus conflictos internos y desarrolle los recursos personales más apropiados para resolverlos. Para ello es fundamental que la confianza que deposita en su terapeuta sea incondicional, al igual que la aceptación por el terapeuta de su paciente. Desde un punto de vista farmacológico, el MDMA modifica las concentraciones de serotonina cerebral, un neurotransmisor implicado en funciones tan importantes como las emociones y el estado de ánimo, facilitando que las personas se encuentren en un estado de bienestar emocional y un estado de ánimo positivo. Este estado emocional inducido por la sustancia permite que cuando las personas están en un contexto emocionalmente seguro, con un terapeuta de confianza, sean más capaces de profundizar en sus emociones, accediendo a aspectos personales dolorosos con menos miedo y ansiedad, en mejor disposición para comunicar conflictos emocionales y tratar de organizarlos y resolverlos, a la vez que la confianza en el terapeuta se estrecha. Puede decirse que el MDMA cumple a priori con los requisitos necesarios para servir como herramienta útil al psicoterapeuta durante el proceso de la psicoterapia, y ése era el uso que se hizo de ella durante los años en que estuvo libre del control legislativo.

En abril de 1985 se celebró un simpósium en el Esalen Institute de California donde se congregaron los terapeutas más relevantes que hasta entonces habían realizado terapias con MDMA para poner en común sus experiencias y resultados. Entre los 35 terapeutas que asistieron se encontraban Stan Grof, Francesco Di Leo o Claudio Naranjo. Se explicaron detalladamente las propiedades favorables del uso terapéutico del MDMA, fundamentalmente debidas a lo específico de sus efectos y a la breve duración de su acción, y se consensuó que las indicaciones para las que la psicoterapia con MDMA habían mostrado los beneficios más importantes eran en el tratamiento de los trastornos derivados del abuso físico y sexual durante la infancia y de las agresiones sexuales. Se destacaron sus beneficios en terapias de pareja, terapias familiares con miembros psicóticos, reducción del componente psicógeno del dolor y el sentimiento de desesperanza de enfermos terminales y en algunas formas de depresión y otras neurosis. En el simpósium se concluyó que "la capacidad [de la MDMA] para reducir o eliminar temporalmente el miedo y la ansiedad de la conciencia de los sujetos, permitiendo una aceleración y profundización del proceso terapéutico, es única".

Temiendo la prohibición de la sustancia en caso de darle publicidad, no se publicaron apenas estudios efectuados con MDMA y tampoco se llevaron a cabo estudios clínicos rigurosos. Al igual que con la marihuana, los beneficios obtenidos por los pacientes se consideran casos anecdóticos y no se tienen en cuenta para plantear una posible eficacia de estas sustancias. Sí se publicaron algunos resultados preliminares. Los trabajos más importantes son los de Greer y Tolbert, que trataron a más de ochenta pacientes cuidadosamente seleccionados previamente entre 1981 y 1985, de los cuales aproximadamente un 90% obtuvo experiencias sólidamente positivas y beneficiosas que se mantuvieron durante los dos años de seguimiento. De este 90%, a un tercio se le había administrado MDMA sólo una vez, a otro tercio dos y a un último tercio más de dos veces. Un seguimiento de 121 pacientes tratados con MDMA y LSD en Suiza entre los años 1988 y 1993 encontró que un 65% mantenía una buena mejoría y un 26%, una pequeña mejoría después del tratamiento. También se documentaron algunos resultados positivos en el tratamiento de sujetos con psicosis. En 1988 se administró MDMA a 18 pacientes en el curso de un tosco estudio preliminar realizado en Nicaragua con excombatientes, que no generó investigación posterior. En la actualidad, la investigación oficial con MDMA en psicoterapia está tratando de reanudarse (la investigación en sujetos sanos se reanudó en 1994), y hay al menos un equipo de investigación que está realizando estudios clínicos en pacientes y otros dos que están tratando de conseguir las autorizaciones necesarias para ello. Además, una asociación norteamericana (MAPS) está poniendo el empeño necesario para que estos estudios puedan llevarse a cabo. Es de esperar que en los próximos años se tengan datos rigurosos sobre la eficacia y la seguridad del MDMA como coadyuvante de la psicoterapia para algunas indicaciones concretas.

AtrasSiguiente



volver a página p/pal Volver a la página principal
La reproducción parcial o total de esta página está prihibida
©2002 ANDY CATA & SANTI CIW DESIGNERS
pepajulieta@hotmail.com