Llamamiento de intelectuales y artistas de EE.UU. contra la guerra. No en nuestro nombre
Razón sangrienta. Robert Kurz
Las lecturas de Marx en el siglo XXI. Robert Kurz
Manifiesto contra el trabajo (1999). Grupo Krisis (Alemania)
«Para añadirle a la fraudulencia de las armas que no estaban ahí, a los Estalingrados que no ocurrieron, a las formidables defensas de artillería que nunca dispararon, no me sorprendería que Saddam haya desaparecido repentinamente porque negoció con Moscú que lo dejaran salir con su familia y su dinero a cambio del país. La guerra iba mal para Estados Unidos en el sur, y Bush no podía arriesgarse a más de lo mismo en Bagdad. La consejera de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Condoleezza Rice, apareció en Rusia el 7 de abril. Dos días después, el 9 de abril, cayó Bagdad. Saquen sus propias conclusiones, ¿pero acaso no es posible que como resultado de las discusiones con la Guardia Republicana, que menciona Donald Rumsfeld, Saddam se vendiera a cambio de abandonar todo a los estadunidenses y sus aliados británicos, que entonces proclamaron su brillante victoria?»
Edward Said, La Jornada, 24 de abril.
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La orden [de desalojo de la fábrica textil quebrada y ocupada Brukman, en Buenos Aires] se basó en un fallo de los camaristas Bonorino Peró y Piombo, ambos jueces de instrucción durante la dictadura militar, en un fallo que, de acuerdo con la denuncia de las abogadas defensoras, expresa textualmente que 'no hay supremacía de la vida y la integridad física frente a los intereses económicos'. Página 12 (Argentina), 22.4.03