Anatoliy Protopopov
segunda redaccion
TRATADO SOBRE EL AMOR,
como lo entiende una persona horriblemente aburrida
Traducción autorizada del ruso de Irina Italianskaya.
Todo lo real es razonable; Todo lo razonable es real. La sabiduría real es el saber de las causas |
Creo que es mi deber de agradecer a todos los visitantes del Club de
discusiones, los lectores que me han escrito sus observaciones privadamente.
Todos sus comentarios, opiniones y preguntas sirvieron para hacer los cambios
en la segunda redacción, quiero destacar la ayuda de Leonid Ivanov.
Quiero agradecer especialmente a Irina Patseva, sin su ayuda moral este
Tratado pudo no ser editado.
A la sicologia tradicional, asi como otras ciencias que estudian al ser humano, siempre la intereso la relacion de la parte
biologica y no biologica en el comportamiento humano. En distintas epocas se estudiaba como predominante ora la influencia
biologica, ora no biologica. En el siglo 19 y a principios del siglo 20 la opinion mas aceptada era la predominancia del
componente biologico. Zigmundt Freid era el mas famoso de los que expresaban tal opinion (aunque el no era el unico).
Pero hablando siempre practicamente de instintos (“libido” y “mortido”) y su influencia sobre el ser humano, el nunca hizo
ningun esfuerzo para estudiar su naturaleza fisica o genesis. No es de sorprender que sus ideas no se percibian como muy
convincentes, y siempre se criticaban. Ademas, fundada en la paradigma muy similar, eugenesia se desacredito por la culpa de
los regimenes despoticos que la utilizaron como apoyo ideologico de la politica de opresion. Por eso desde los anos 20 del
siglo XX el pendulo se movio para otro lado, pasando de largo, como suele suceder en estos casos, el justo medio. Hasta
hace poco reino la teoria de la predominancia del componente social en el comportamiento humano, algunas veces llamado
concepto de la “Tabula Rasa”, es decir; “Hoja en Blanco”. Esta teoria supone que el ser humano al nacer es como una hoja en
blanco donde la sociedad y el ambiente escriben unos u otros modos de comportamiento, y dependiendo de que va a escribirse
asi va a ser la persona. Pero con el transcurso del tiempo se hizo mas obvia la imposibilidad de explicar claramente y facil
todos los matices de las reacciones del comportamiento humano. Al mismo tiempo muchas de inexplicables reacciones
humanas se explican con mucha naturalidad utilizando la hipotesis de la existencia en el ser humano una base muy amplia de
esquemas innatos del comportamiento. Por eso ya a finales del siglo XX los extremos empezaron a eliminarse, y el punto de
vista que el ser humano es un ser en gran parte biologico que nace con una carga no despreciable de los esquemas
predeterminados de conducta empezo a obtener mayor apoyo. Quiza la aportacion mas grande en ello realizo casi hace medio
siglo la ciencia de etologia y las asignaturas que surgieron de ella. La etologia estudia las bases instintivas de la conducta de los
seres vivos mediante el metodo de comparacion del comportamiento de distintas especies entre si. El ser humano para un
etologo es solamente un mamifero erguido, es decir, es uno entre los mamiferos.
Comparando entre si la conducta de los representantes de distintos tipos zoologicos desde los primitivos hasta los superiores,
los cientificos descubren paralelismos sorprendentes que atestiguan los principios de conducta comunes que conciernen a todos
los representantes del reino animal, entre ellos al ser humano. Los metodos parecidos de estudiar el mundo son muy fructiferos
y se utilizan ampliamente en otras ciencias. Por ejemplo los astronomos conocen mejor la estructura interior del Sol que los
geologos la estructura interior de la Tierra. Y es que hay muchos astros y comparandolos entre si se puede entender muchas
cosas. La Tierra es unica y no hay con que compararla. Eso pasa en los estudios del ser humano. Limitandose al estudio de
este mismo nos arriesgamos a limitarnos en su comprension.
Pero no es facil estudiar la etologia. Ademas de las dificultades objetivas que surgen de la enorme influencia de la razon que
enmascara y modifica muchas manifestaciones instintivas, los cientificos chocan con el rechazo del metodo etologico para el ser
humano. A muchos les parece inadmisible e inclusive ofensivo el hecho de comparar la conducta humana con la animal. ?Esto
tiene su explicacion etologica! Se trata de la accion del instinto del aislamiento etologico de las especies, el estudio detallado
del cual sobrepasa los limites de nuestro libro (los que quieran pueden leer el libro de V.Dolnik “el nino desobediente de la
biosfera”). El principio de este instinto se puede expresar con el lema: “Ama al proximo - odia al ajeno”, y “ajenos” en nuestro
caso son los monos, la hostilidad a los cuales se extiende a la tesis del parecido de nuestro comportamiento con su
comportamiento. Aunque la teoria de Darwin pese a todos los intentos (debido a esta hostilidad) hasta hoy dia de refutarla
esta admitida irrevocablemente por la comunidad cientifica, y la mayoria de la gente esta de acuerdo de su procedencia de los
monos, la idea de que uno u otro sentimiento es la voz del instinto provoca en mucha gente protestas airadas que no encuentran
ninguna explicacion racional. Pero la causa de este rechazo esta en el rechazo subconsciente de nuestro parentesco con los
monos. Recuerden eso, mis estimados lectores.
?Que mas puede contar un etologo sobre el ser humano? Mucho. Sobre la agresividad, sobre la naturaleza del poder, sobre
la moralidad innata y las fuerzas motoras del nacionalismo e inclusive sobre las extranezas del amor. Y precisamente de las
extranezas del amor vamos a hablar en este libro.
Pregunta a la radio de Armenia: “¿Qué contraceptivo hay que utilizar?” Respuesta: “Hay que tomar el agua mineral” Pregunta: “¿Cuándo, ANTES DE o DESPUÉS DE?” Respuesta: “EN VEZ DE” (un chiste viejo) |
Los intentos de la sociedad a ilustrar a los jóvenes en materias del sexo, en mi
opinión, son extremadamente limitados. Ampliamente se aclaran los problemas de
la técnica del sexo, contracepción y enfermedades. Desde lu ego, hablar sobre la
técnica del sexo es muy agradable, pero la mayoría de las tragedias en el
terreno sexual ocurre no porque SE HACE COMO NO SE DEBE, sino se hace CON QUIEN
NO se debe. No obstante, sobre la elección de la pareja se habla de paso, sin
sistema, con contradicciones, y, gracias a unos argumentos subjetivos y con mera
especulación, poco convincente. Realmente todo se traduce en un consejo de vivir
juntos mucho tiempo, y “beber agua mineral”. Pero la larga vida común no es una
garantía que después todo vaya bien, y, mientras tanto se puede perder
posibilidades, más de una, realmente válidas.
Durante toda la historia escrita de la humanidad, se consideraba oportuno
guiarse durante la elección de pareja por el sentimiento de amor, y los últimos
decenios más todavía, el amor, como conjuro, empezó a contraponerse a las
pasiones momentáneas, considerándose una garantía de infalibilidad de la
elección. Pero hasta el momento no está demostrado que esta confianza está
justificada, ya que la diferencia entre el “gran” amor y una breve s impatía es
meramente cuantitativa, y no calificativa. En vez de esto se explican y se
describen de una manera muy pintoresca las sensaciones que aparecen durante el
estado de enamoramiento, pero la lógica básica queda al margen, o simp lemente
se niega su existencia, y se contempla como algo sobrenatural. Pero no se debe
buscarse misterio donde no lo hay, todas las cosas irracionales del amor en
realidad son muy racionales, lógicas, y razonables a su manera. Para ver esta
rac ionalidad es necesario solamente pasar a otro sistema de coordenadas, desde
el civilizado al prehistórico de una manada. Más abajo trataré de demostrar como
hacerlo, y demostrar que este paso es correcto. Concretamente, vamos a hablar de
la base instintiva del comportamiento matrimonial del ser humano como especie
biológica. El proceso del coito no vamos a examinar. Tampoco nos va a interesar
el SENTIMIENTO en sí, es decir, las sensaciones que experimenta una persona en
amorada, y mecanismos fisiológicos de su aparición.
Estoy convencido que el saber de toda esta lógica de ninguna manera va a
empobrecer la percepción del amor como los sentimientos más maravillosos, así
como el saber la estructura de una flor no impide al botánico a admirar su
belleza, y el saber de las leyes de harmonía y la estructura de un instrumento
no impide (e, incluso, le ayuda) al músico a disfrutar cuando toca una obra
maestra.
Las bases instintivas del comportamiento las estudia una ciencia, etología, pero
prácticamente no existen ediciones populares sobre el tema del comportamiento
matrimonial del ser humano, y espero que este artículo de algún modo va a llenar
este vacío.
Del quien viene a este mundo su tristeza es comprensible, Debe volver a la inexistencia otra vez… (Omar Khaiam) |
Durante la vida de cualquier ser viviente su material genético paulatinamente está alterándose, se acumulan los fallos, y como resultado de ello el organismo paulatinamente baja sus posibilidades de supervivencia y al fin se muere. No vamos a examinar otras teorías del envejecimiento, ya que eso sobrepasa los márgenes de nuestro tema. El fenómeno de multiplicación de los organismos vivientes conocidos por nosotros consiste en que los descendientes reciben lo s genes prácticamente libres de estos fallos acumulados. En caso contrario los hijos heredarían de sus padres no solamente peculiaridades de la constitución corporal, pero también su edad, y el cambio generacional se extinguir 7;a rápidamente, y, mejor dicho, ni aparecería.
La multiplicación es mejor hacerla por división (de la charla de dos amebas). |
La multiplicación vegetativa se limita a la simple división de la célula, pero
la división de la célula es un proceso muy complicado pese a su simplicidad
aparente. El texto genético no solamente se duplica, después de la división
los cromosomas ingeniosamente se intercambian de distintas partes de las mismas;
y, como resultado, los genes defectuosos se suprimen y no se transmiten a los
descendientes. Solamente después de esto la célula se di vide en dos. Pero
existe una posibilidad bastante alta de que todos los ejemplares del gen en los
espirales del cromosoma resulten dañados, y no habrá posibilidad de disponer de
un gen sin daños.
Para excluir o bajar substancialmente la incidencia de esta posibilidad, la
naturaleza legó al proceso sexual. Su principal diferencia del proceso
vegetativo consiste en que se intercambian con sus partes dos juegos genéticos
no idé nticos recibidos de dos individuos diferentes, en los cuales
prácticamente no hay coincidencia de fallos en los genes. Además, aparece a
posibilidad de combinar en los descendientes características y particularidades
recibidas de los p adres diferentes, que simplifica la adaptación al medio
ambiente.
Es necesario pagar por las ventajas del proceso sexual. El vegetativo es más
simple en su realización, y más seguro, por eso muchos seres vivos practican
éste y aquél al mismo tiempo. Normalmente se recurre al proceso sex ual cuando
las condiciones de vida empeoran, cuando se hacen más frecuentes los fallos en
los genes, y cuando la necesidad de cambiar algo en la vida se hace cada vez más
obvia. Cuando todo está bien, estos organismos simplemente se du plican.
No multipliques la naturaleza sin necesidad
|
En el proceso sexual deben participar dos individuos distintos, pero no se
deduce de nada que deben ser del sexo DIFERENTE. Los hermafroditas practican la
multiplicación sexual, pero ¡tienen sólo un sexo! Cada individuo hermafrodit a
tiene un juego de órganos sexuales completo, es decir, puede hacer de macho y
hembra con igual éxito, y a veces lo hace al mismo tiempo. Por ejemplo, algunas
especies de caracoles copulan en grupos grandes, uniéndose en grandes cinta s y
círculos.
El hermafroditismo no es malo en absoluto. Es más seguro y fácil que la
diferencia de los sexos. En realidad si todos como norma fuéramos hermafroditas,
nuestra vida matrimonial se simplificaría muchísimo, pero difíc ilmente se
empobrecería. Juzguen ustedes mismos: además de que las posibilidades de
encontrar al compañero se duplicarían, como mínimo se simplificaría todo el
proceso de relacionarse y cortejar. ¿Por qué ent onces los seres unisexuales no
reinan sobre la tierra? Aquí empieza lo más interesante para nosotros…
La vida sobre la Tierra apareció hace unos 3 – 3,5 mil millones de años, y al
principio se multiplicaba vegetativamente. El momento del “invento” del método
sexual no se sabe con exactitud, pero los primeros organismos multicelulare s
que aparecieron hace unos 800 millones de años ya utilizaban el método sexual,
aunque sea de vez en cuando. Estos organismos que llegaron hasta nuestros
tiempos (caracoles, lombrices, etc.) en su mayoría son hermafroditas, es decir,
antes aparecieron las especies de un solo sexo. Su reinado acaba en el período
silúrico (hace unos 400 millones de años), y junto con él se acaba el reinado de
la multiplicación unisexual. Desde aquel entonces reina la difer encia entre los
sexos, esto obviamente aporta algunas ventajas a las especies. ¿Cuáles?
Una de las ventajas es obvia. Algunos hermafroditas tienen la posibilidad del
coito con ellos mismos, y, a diferencia de los onanistas, tener descendencia.
Desde luego, este incesto llevado al límite contradice al sentido del proceso
sexual y debería estar prevenido de algún modo, ya que esta “multiplicación
sexual” se diferencia poco de la vegetativa. Por otra parte los hermafroditas
reales copulan consigo mismos raramente y por causa muy importante: simplemente
no hay otro individuo en disposición. En el caso contrario empiezan a funcionar
algunos mecanismos que excluyen la fertilización por sí mismo. Desde el
principio la especialización de los sexos es uno de estos mecanismos, pero es
muy es caso para hacer retroceder a los hermafroditas…
- ¿Me quieres? - ¡Sí! - ¿Dónde andan estas abejas?.. |
Después del viejo de Darwin es común pensar (aunque en parte en contra de su
opinión) que la selección natural se basa en la muerte espontánea y casual de
los seres que no están bien adaptados a las condiciones de la v ida. Esta
selección unida a la variabilidad, se nombró el motor de la evolución. Pero este
método de selección es en absoluto efectivo. El ser humano, al seleccionar
nuevas razas de animales o plantas, actúa con má ;s resultado, obtiene
resultados en unas generaciones de los animales o plantas seleccionadas, y no en
cientos de años. La esencia de esta selección está en que se escogen con
premeditación los procreadores de las razas iniciales, que tienen las cualidades
necesarias, y, por consiguiente, no permitir la multiplicación de otros
individuos, que no tienen las cualidades necesarias. Matar a los perdedores, en
términos generales, no es necesario. Qué humano, ¿n o? Además, aún queda la
posibilidad de enmendar el “error del juicio”, si tal se produce.
Obviamente, la utilización por la misma naturaleza de los métodos de la
selección parecidos es capaz de aumentar bruscamente el tiempo de evolución, y
con ello mejorar la adaptación de las especies a las condiciones variabl es de
la vida. Pero ¿cómo la naturaleza pudo realizarlo en la práctica? Para eso se
necesita algún Juez para tomar las decisiones acerca de quien es válido y quien
no. Lo más fácil es, desde luego, utilizar la hip ótesis del Dios, pero esto
sería solo una huida de la respuesta. Es muy aceptable que este Juez no sea solo
uno, lo más importante es que los Jueces juzguen más o menos de la misma manera.
Hay muchos jueces, y se llaman estos hembras. Precisamente ellas pronuncian el
veredicto sobre qué macho va a seguir en sus descendientes y el que no. Por eso
este tipo de selección se llama sexual. Se sabe que Darwin le daba mucha imp
ortancia a la selección sexual, pero eso no encontró por algunas causas una
respuesta merecida entre los demás científicos.
¿Es posible la selección sexual entre los hermafroditas? Vamos a imaginar un
individuo hermafrodita, al que hay que desechar como semental. Todos le rehusan,
pero este encuentra a otro desgraciado, y… encontrarán el modo de poners e de
acuerdo. En las criaturas de distinto sexo el macho rehusado no ayudará a tener
descendencia a otro, también rehusado, en cambio no existen hembras rehusadas en
el reino animal. Es que basta un sólo macho para fertilizar a muchas hembras
(las excepciones como de mantí religiosa son escasas), además no conseguirá el
límite de su fecundidad. Ya que la cantidad de los machos y las hembras en una
populación es más o menos igual, y, por consiguiente, las posibilidades de
fertilización son muy excesivas, las hembras siempre tienen la posibilidad más o
menos amplia de escoger al macho que les fertilice. Esta posibilidad puede ser
enmascarada, pero siembre tiene lugar.
Suprimir con fines de selección a las hembras es muy arriesgado, ya que a sus
hijos que no llegaron nacer no podría parir otra hembra, ésta pare cuanto puede
de los suyos, y no puede parir más en vez de alguien. El macho es ot ra cosa.
Las crías no concebidas por uno gustosamente va a concebir otro macho, y no va a
negarse a ello…
En la práctica eso es así. El 1/6 de los machos de focas (nutrias del mar)
fertilizan a 5/6 de todas las hembras, y los demás deben hacer como si la cosa
no va con ellos. Una desproporción más grande se ve entre los leone s marinos,
donde un 4% de los machos realiza un 88% de todas las copulaciones! Esto es
típico para todas las especies de los animales gregarios. Entre las hembras de
las especies que viven en pareja, con más frecuencia entre los pájar os, es muy
común fertilizar a la hembra antes de formar pareja (familia), a veces después
de su formación, pero por otro macho, muchas veces delante del “marido legal”.
Es decir, la pareja se constituye como si fuera para “administrar la casa”, y la
fertilización se produce absolutamente según las leyes de la manada. Además,
como regla general, nacen más machos que hembras (¡tanto más cuanto peor vive la
especie!). Todo esto deja un espacio para la e lección inclusive entre las
especies que viven estrictamente en parejas. Las plantas, aunque sea dioicas, en
la práctica son incapaces de realizar tal selección, por eso la diferencia total
de los sexos (dioicismo) en el mundo vegetal no se hizo la reinante, y se
conserva, seguramente, como un método de prevenir la autofecundación.
Es decir, la diferencia de los sexos supone en alguna forma clara u oculta
poliginia, y
|
Sin los nacidos para arrastrarse – no pueden volar
|
Si todos los individuos de una especie van a ser iguales, como las tuercas en
una línea de producción, entonces todo el ajetreo con la selección no tendría
ningún sentido. Para que la elección tenga sentido, es preci sa una diferencia
necesaria de los individuos de la especie. Desde luego, en cientos y miles de
generaciones se puede formar unas cualidades óptimas, que aseguren el mayor
grado de supervivencia de cada individuo, es decir, también de la es pecie en su
totalidad, pero…
Es que las condiciones en las que la especie existe, no son en ningún modo
estables, y cómo van a cambiar mañana, la naturaleza, pese a toda su así llamada
“sabiduría” es incapaz de prever. Precisamente para ello son nece sarios los
individuos de las cualidades que no son óptimas en condiciones dadas, inclusive
innecesarias, posiblemente nocivas. Pero si las condiciones cambian algunas de
las cualidades pueden venir muy bien. Produciendo tales individuos, la nat
uraleza se arriesga, ya que estos individuos en este momento son menos viables,
pero es necesario arriesgarse, ya que él quien no se arriesga, no gana. La
naturaleza no conoce otra manera de “predecir” el futuro excepto la búsqueda a
ciegas , aunque suelen atribuirle otras cosas.
¿Cómo además minimizar las consecuencias no deseadas de este riesgo? ¿Cómo hacer
que las consecuencias de estos experimentos caóticos, que son en su mayoría a
destiempo, no hagan peligrar la supervivencia de la especie en su totalidad?
¡Es elemental! Es necesario que las hembras no se desvíen del modelo óptimo, y
los machos sean el objeto del experimento. A los machos inconvenientes se puede
desechar sin miedo, sin temor de que esto pueda acarrear la disminuci 43;n de
las crías de toda la populación. Y, al contrario, unos pocos machos prominentes
pueden en un principio convertirse en padres de las crías de toda la populación.
Hace mucho han notado que la proporción de los machos y las hembras recién
nacidas depende fuertemente de las condiciones de la existencia de la especie.
En las condiciones adversas la proporción de los machos aumenta, de este modo
aumenta la diversidad, la selección se hace más rápida y más cruel, y, por
consiguiente, aumenta la adaptación de la especie a las nuevas condiciones. En
las condiciones favorables aumenta la proporción de las hembras, l o que crea
las condiciones de rápido aumento de la cantidad de la especie.
Profesor: | “Un buen semental de toro debe realizar hasta doce copulaciones al día…”. |
Una voz femenina de la primera fila: | “¿Cuántas?” |
Profesor: | Hasta doce copulaciones. |
Una voz femenina de la primera fila: | “Repítelo más alto para la fila de atrás” |
Voz masculina de la fila de atrás: | “Perdone, ¿el toro debe realizar estas copulaciones con una vaca o con doce?” |
Profesor: | ¡Claro que con doce vacas! |
Voz masculina de la fila de atrás: | “Repítelo más alto para la primera fila” |
¿Por qué, si los hombres y las mujeres están buscando unos a los otros, no se
pueden encontrar? Eso pasa porque la búsqueda va en direcciones distintas, ya
que ambos tienen un fin distinto de su búsqueda. Además esta búsqueda no es
siempre absolutamente amistosa, y se parece mucho a la conducta de la gente en
el mercado. El vendedor y el comprador también buscan uno al otro, pero los dos
tratan de sacar el máximo provecho para sí, muc has veces sin contemplar las
posibles pérdidas de otra parte. La naturaleza, desgraciadamente, no es
sentimental…
Como ya se ha dicho, el principio de la división de los sexos supone que una
pequeña parte de los machos fecunda a la gran mayoría de las hembras, obligando
a los demás machos de esta manera fingir unos solteros empedernidos. E sta
estrategia permite fijar rápidamente en la descendencia los rasgos útiles que
aparecen, liberando a las hembras de la reproducción de los genes innecesarios.
Para esto es preciso que los machos y las hembras actúen de maneras
esencialmente diferentes en la búsqueda de la pareja matrimonial.
Cualquier macho debe aspirar a cambiar lo más frecuente posible a las hembras,
como si fuera él el portador de los genes únicos y útiles. Vamos a imaginar que
en un hombre apareció de alguna manera el gen de inmunidad, por ejemplo, al
SIDA. Es extremadamente importante propagar este gen con la mayor urgencia lo
más ampliamente posible en la populación. Pero él, canalla, es fiel a una mujer.
¿Cuántos hijos ésta le podrá dar? Unos 10 , máximo 20, pero según las leyes de
la genética este gen recibe sólo la mitad de la descendencia. ¡Es un crimen para
la especie! Pero si él actúa como un sultán, puede tener unos 1000, como límite,
puede ser, hasta 2000 niños. Ya es algo. Por eso la opinión de la sociedad sobre
la infidelidad masculina es muy discreta, este es el programa instintivo, y hay
que decir que desde el punto de vista biológico muy sensata. El macho no debe
limitar su expansión sexual, para esto existen las hembras.
Es decir, el fin instintivo del comportamiento matrimonial el hombre es
la cantidad mayor posible de cuerpos femeninos, buenos y diferentes. |
más corazones masculinos, buenos y diversos. |
En mi hay dos “yo”, dos polos de un planeta Dos personas diferentes, dos enemigos, Cuando uno quiere ir al ballet, Otro va directamente a las carreras… |
El ser humano, como se sabe, pertenece al orden de los primates, especie de HOMO
SAPIENS. El parentesco de clasificación con otros primates se determina con el
mayor o menor grado de similitud del material genético, que e xteriormente se
expresa en el parecido de la constitución corporal. Por ejemplo, los genes
humanos y los del chimpancé coinciden en más de 95%. Pero los rasgos que
constituyen la especie no son sólo los que determinan algunas pec uliaridades de
la estructura de los órganos, sino el comportamiento, las costumbres (maneras de
cazar, defenderse, rituales matrimoniales y un largo etcétera).
Como todos los rasgos que determinan la especie se heredan estrictamente (¡ya
que son determinantes de la especie!), entonces toda la conducta propia de la
especie también se hereda. Por ejemplo, la posibilidad de hacer l a muestra
típica de los perros de caza se hereda, y está ligada precisamente a las razas
de caza. Otro ejemplo del reflejo determinado por los instintos es esquivar la
mirada como el reconocimiento de sumisión a otro individuo, que es algo
característico para los primates, incluyendo el ser humano. Los cánidos (perros,
por ejemplo) en estas situaciones meten la cola entre las piernas. Esta conducta
hereditaria se denomina instintiva, y sus componentes aislados son los i
nstintos. En relación con los programas de conducta instintivos se utiliza
también el término “modelo innato de conducta”. Un acto instintivo muy
interesante para nuestro tema, un beso, es una parte del ritual innato de la
conducta ma trimonial de los primates, que surge a partir de los rituales de la
alimentación.
¿En qué medida todo esto está relacionado con el ser humano? El ser humano tiene
conciencia, leyes, buenas o malas, que en un principio hacen innecesario seguir
los instintos. Pero el ser humano en realidad obtuvo l a apariencia actual y el
uso de la razón hace unos 30 ó 40 miles de años, y la época histórica dura sólo
entre 5 y 7 mil años. No obstante, la evolución de los primates empezó más o
menos en el per 37;odo terciario, hace unos 20 ó 30 millones de años, y los
instintos tan importantes como la subordinación a la jerarquía de la manada en
general existe casi tanto cuanto existe la vida.
Desde luego que en este período de tiempo tan corto los instintos no pueden
desaparecer, ya que se forman paulatinamente y despacio por la selección
natural, así como los rasgos morfológicos, y desaparecen también muy
despacio. Así que los instintos no cuestionan el hecho de que el ser humano
puede sobrevivir sin ellos, simplemente empiezan a funcionar cuando lo creen
necesario. La motivación instintiva, poco lógica y poco explicable des de el
punto de vista de la conciencia es muy lógica y explicable en el sistema de
coordenadas prehistórica, y cumplía su objetivo en aquellos tiempos. Pero en las
circunstancias modernas el comportamiento realizado según los insti ntos en
muchas ocasiones es inadecuado, y nosotros frecuentemente no entendemos porque
el amor llega a ser tan ciego y cruel…
Los instintos de los monos van a vivir en nosotros, mientras pertenezcamos al
orden de los primates, ya que están sólidamente impresos en la memoria genética.
Si la humanidad puede liberarse de algunos genes importan tes de monos y fijarlo
en los genes, en este caso el ser humano va a pertenecer a otro orden, puede ser
inclusive que se separe del orden de los primates. La evolución de la humanidad
exigió otras formas del modelo de familia distintas al m odelo de la manada
prehistórica, pero los instintos no desaparecen del subconsciente y siguen
funcionando, aunque puede que su tiempo ya hubiese pasado a la historia.
La conciencia de un individuo no puede sustituir sus programas instintivos, más
aún, ¡aquella no sospecha de su existencia! La conciencia sólo puede no
obedecerles en algunas ocasiones, pero en otros casos el in stinto tiende a
hacer lo mismo. El nivel más bajo del subconsciente, que son los instintos,
cumple los programas que están a su alcance directamente y sin variaciones. Los
programas del nivel medio del subconsciente (tradiciones y costumbr es) pueden
sufrir algunos cambios en el transcurso del tiempo. La conciencia también
utiliza frecuentemente los programas disponibles de la conducta, pero para la
conciencia estos programas son una información para reflexionar, la razó ;n
improvisa sobre el tema de programas que los cumple.
Los instintos nos gobiernan a través de las emociones sin molestarse por la
motivación. El instinto que obliga a una mujer a adornarse, en particular con
maquillaje, no le comunica para qué es necesario hacerlo, ella simplemente desea
hacerlo. El sentido lógico de esto está claro, atraer la atención de los
hombres, pero la mayoría de las mujeres lo va a negar, diciendo que se maquillan
“para sí mismas”. Pero ¡los hombres normales no se pintan “para ellos mismos”!
Este programa de conducta los hombres no la tienen en sus instintos. A
propósito, a muchos hombres actuales no les agrada el maquillaje en las mujeres,
pero el instinto no lo quiere saber. Además, debemos pr estar atención al hecho
que cuanto menor es el nivel cultural de la mujer, más vulgar y colorido es su
maquillaje, ya que los motivos instintivos en este caso no se moderan ni se
corrigen por conciencia.
Las estructuras nerviosas que utilizan los instintos aparecieron en la
antigüedad más remota, así que razonar, analizar algo o inclusive simplemente
extrapolar para éstas es un problema superior a sus fuerzas. E stas estructuras
empiezan a funcionar al coincidir el patrón esquemático y estático con unos
rasgos de señales exteriores, que casualmente pueden parecer a los que se
necesitan en realidad. Pero cómo los instintos tienen un a cceso libre y directo
a los centros del cerebro de motivación, son capaces de provocar una SENSACION
de que tienen la razón en cualquier cosa. Esta acción puede ser comparada
inclusive a la de las drogas. Las ilusiones bajo el efecto de las drogas muchas
veces también se perciben como una sabiduría superior. Por eso el amor no tiene
ninguna “sabiduría”. Existe sólo la sensación de la sabiduría. En la realidad el
amor valora el objeto de su elección muy superficialmente, de acuerdo con
un programa genético muy rígido (a veces torpe) que indica una estrategia de la
selección de la pareja matrimonial. La conciencia no tiene otra opción que
empezar a hacer que la respuesta coincida con la pregunta. El ser humano es muy
propenso a hacerlo cuando trata de explicar su conducta motivada por los
instintos.
El panorama general de la conducta humana se complica y se enreda no sólo porque
tenemos nuestros dos “yo”, sino porque la frontera entre el uno y el otro no es
en absoluto clara, y la motivación instintiva puede entremezc larse con la
motivación razonable. Además, para cada caso el ser humano tiene unos cuantos
programas de conducta que aparecieron en el período del tiempo evolutivo
diferente, y, a veces, son contradictorios.
La desfachatez es una especie de felicidad
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En el teatro, como en la vida Exige más el quien no pagó la entrada |
En ninguna parte hay igualdad de derechos. Los que se indignan por la falta de
igualdad de derechos en nuestra sociedad pueden tranquilizarse con la idea que
en el mundo animal la situación es muchísimo peor.
Si a un grupo de ratones darles la comida, pronto se puede notar que los trozos
más grandes y mejores se los comen los mismos individuos. Estos individuos
ocupan los mejores sitios para descansar y copulan más veces. Otros individuos
se contentan con los restos que quedan después de los primeros, hay otros
individuos más que se contentan con lo que queda de los segundos, etc. Es decir,
existe una jerarquía en el grupo.
Una magnífica descripción de las relaciones jerárquicas da V.R.Dolnik en [1], yo
sólo estoy en desacuerdo con él en que en el ser humano la jerarquía la
constituyen sólo los hombres (con más detalle esto se des cribe más abajo).
Se conoce la existencia de esta jerarquía entre todos los seres vivientes más o
menos gregarios. Hasta las amebas tienen unos indicios de la jerarquía. Los
lugares (rangos) en esta jerarquía se suelen marcar con las letras del alfabeto
griego, alfa es el individuo de más rango, omega – de menos rango. Por otra
parte, esta clasificación no es del todo acertada, en los grupos grandes se
pierde la regularidad de la lista alfabética y la clasificación recue rda más a
una pirámide, donde unos cuantos individuos pueden tener prácticamente el mismo
rango. A los individuos de alto rango llaman “jerarca”, “dominante”, V.R.Dolnik
también utiliza el término “cabecilla”, a veces este término es más
oportuno.
Es obvio que este rango tiene enorme sentido para cada individuo, por eso los
integrantes de un grupo luchan constantemente entre sí para subir su rango, o
conservar el alcanzado. Además cuanto más alto es el rango, tanto más d ura es
la lucha. A veces un alfa disfruta menos de las alegrías de la vida que un beta,
ya que no tiene tiempo, él está ocupado en la lucha. Pero él conserva la
posibilidad de quitar cualquier bocado al beta, aunque sea sólo una posibilidad
teórica.
El rango que va a ocupar el individuo en el grupo depende de la correlación de
los potenciales de rango de este individuo y de los potenciales de otros
individuos, es decir, un mismo individuo va a tener un rango diferente en dos
grupos distin tos.
¿Qué es el potencial de rango? Es obvio que está fuertemente unido a la fuerza
física pero ésta no es su determinante sine qua non. Por ejemplo, en las avispas
el potencial de rango se demuestra por los pelillos en las de terminadas partes
del cuerpo. En los gallos el potencial de rango se nota por la altura de la
cresta. La cantidad de pelillos (la altura de la cresta) probablemente sólo
indica y no determina el potencial, pero los demás individuos se guían por
estos rasgos, estos rasgos se codifican por los mismos genes que el potencial de
rango. Algo así pasa en otros animales, pero no todos los animales tienen unos
indicadores tan claros del potencial de rango. Hasta los seres que no son muy
desarrollados (ratones, por ejemplo), la buena fuerza física sólo permite
escapar de los puestos más bajos en la jerarquía, pero no garantiza los más
altos. Además, cuanto más desarrollado es el ser, tanto menos es la correlación
del rango y la fuerza física.
Ya que la conducta jerárquica la tienen especies muy distintas, entre ellas
(¡especialmente!) las primitivas, que prácticamente son incapaces de aprender,
se puede asegurar con certeza que la base del potencial de rango se da al indi
viduo al nacer (puede ser, junto con los pelillos o algo parecido). Además, la
conducta específica del rango alto o bajo empieza a manifestarse desde los
primeros días de la vida. E decir, la conducta del individuo en una jerarquí ;a
se regula con los mecanismos innatos, es decir, los instintos.
Viktor Dolnik nombra el potencial de rango “la fuerza de la DESFACHATEZ” (el
famoso psicólogo Vladimir Levi lo nombra la fuerza de la OBSTINACIÓN, y es,
posiblemente, más claro). Ellos demuestran que el componente decisivo de todo e
l potencial de rango es la SEGURIDAD en su superioridad, posiblemente, y con
mucha frecuencia, esta seguridad no está reforzada con cualidades reales, y no
está basada en nada. Realmente, la seguridad en sí mismo de una persona puede
hasta hipnotizar a otra, hasta a sí mismo, sea esta seguridad la del estudiante
ante un examen, un chófer ante el policía de tráfico, un gurú ante el creyente,
etc., etc.…
El folklore lo ilustra muy bien. Por ejemplo, un cuento ruso sobre el zorro en
una casita de hielo, y una liebre en una casita de líber de tilo. El zorro le
echa a la liebre de su casa, y ésta pide ayuda al lobo y al oso. Pero el pote
ncial del rango del zorro es muy alto, y le temen los dos animales, pese a ser
más fuertes. Pero un gallo, aún con una guadaña, no es más peligroso que un oso.
Y el gallo le echa al zorro de la casita de la liebre.
Generalmente un alfa con más determinación, más constancia y más placer de
mantener la lucha es el quien la mantiene entre el grupo, que muchas veces se
convierte en un fin. A un omega esta lucha no le agrada tanto y cede m 5;s
fácil. Desde aquí sacamos otro parámetro que influye sobre el potencial de
rango, que es el nivel a que un individuo cede (o, viceversa, de
conflictividad). El nivel de tensión de un conflicto aceptable para cada
individuo es tá directamente relacionado con el potencial de rango, y cuanto más
bajo es el rango de un individuo tanto menor es la tensión del conflicto que le
provoca los sentimientos desagradables.
La cantidad de las vacantes en el Olimpo jerárquico es limitada por sí, y no
depende del potencial medio de rango del grupo. Diciéndolo de otra manera, si
vamos a aumentar el potencial de rango de todos no conseguimos aumentar la ca
ntidad de los individuos de mayor rango. Se formará la misma jerarquía, pero más
dura y agresiva.
La condescendencia de distintos individuos en el grupo tiene un sentido
biológico muy importante, ya que permite bajar la tensión de la lucha en el
grupo, y gracias a ello evitar la muerte innecesaria de los individuos del
grupo. En esta sociedad los conflictos, si surgen tales, se limitan a los
vecinos de la jerarquía, en vez de conflictos de cada individuo del grupo con
todos. Además, el altruismo de los omegas abre la posibilidad de consolidar los
esfuerzos de todos los individuos del grupo en la lucha de supervivencia, el
echo que tiene una gran importancia para las especies no muy fuertes
físicamente. Precisamente esta circunstancia, junto con la muerte excesiva de
los alfas (por ejemplo en los conflictos ent re ellos) frena un crecimiento sin
líimite del potencial medio de rango en la especie. Sobrevivían no sólo los
individuos más fuertes, sino los grupos más fuertes y con mayor cooperación en
el grupo.
De hecho son posibles dos formas de consolidación del grupo, la “militar” e
“intelectual”. La primera supone una estructura jerárquica férrea de
sometimiento de unos integrantes a otros, junto con una represión sin piedad de
lo s subordinados desobedientes. La segunda está basada en el altruismo, que
supone una ayuda mutua sincera y voluntaria de los individuos del grupo hasta el
sacrificio de sí mismo. Entre las especies que están en los niveles más b ajos
del desarrollo la primera vía es, sin duda, la predominante, ya que es la que
surge con más naturalidad de los instintos básicos, se realiza con más seguridad
y no precisa una gran inteligencia. Pero para organizar una condu cta conjunta
muy compleja esta vía pierde su efectividad. Es obvio que nuestros antepasados
que vivían en una sabana llena de depredadores peligrosos han pasado la mayor
parte de su evolución por la primera vía. El altruismo se h izo un fenómeno en
masa solamente cuando el crecimiento del intelecto hizo posible los esquemas
complicados de conducta. A su vez la extensión de las formas altruistas de la
conducta hizo más complicado el comportamiento humano, y posi bilitó el brusco
aumento de la velocidad de la revolución social que separa al ser humano del
mundo animal. De esta manera los programas altruistas de la conducta aparecieron
en el tiempo evolutivo relativamente tardío, y no tuvieron tiempo para ser
grabados debidamente en los genes. Por esta razón el altruismo, tan necesario
para la humanidad, es necesario transmitir por los métodos que no son genéticos,
los que entendemos como cultura. Pero cuanto más fuert e es la base genética del
altruismo tanto más alto es el nivel de cultura, si las demás condiciones son
iguales.
El potencial de rango puede ser inicial, real y visual. El inicial aparece al
nacer, no es posible enseñarlo y no sufre cambios bajo la influencia del medio
ambiente. El potencial real de rango se determina en su gran parte por herencia,
y e n menor nivel por las condiciones del desarrollo intrauterino. El potencial
real depende fuertemente de las circunstancias. Se determina por el potencial
inicial y las condiciones concretas en las que está el individuo. Las
condiciones pueden impedir realizarse al potencial innato de rango, como también
pueden favorecer su total apertura, y hasta potenciarlo. Para los seres humanos
el potencial real de rango por término medio está condicionado en su 2/3 por los
rasgos innat os y en su 1/3 por las condiciones del crecimiento y educación.
Pero son datos estadísticos medios, una persona concreta puede tener una
proporción diferente.
Como el potencial de rango lo determinan unos parámetros diferentes, algunos de
ellos no relacionados unos con otros, el aspecto jerárquico real del individuo
puede ser HETEROGENEO, cuando unos rasgos demuestran un rango alto y otros un r
ango bajo. Por ejemplo, un aspecto descuidado es el rasgo de un rango bajo,
cuando vemos a una persona que viste desaseadamente, normalmente y no sin
fundamento suponemos que es un perdedor que no ha conseguido nada en la vida, es
decir, una persona de un rango bajo. Pero si este individuo empieza a exigir que
le ceden el turno de una manera descarada y agresiva, la mayoría tiende a
cedérselo, ¡admitiendo con ello su rango más alto! ¡Sin embargo la posición
social de esta persona puede ser muy baja!
Otro ejemplo. En una canción del compositor ruso Dunaevskiy se habla sobre un
... capitán valiente, que
Se hundía unas 15 veces
Perecía entre los tiburones
Pero ni pestañeó
Aquí vemos a una persona con una posición relativamente alta (¡capitán!), que sabe luchar, es decir, tiene un rango potencial alto. Por lo demás aquí se puede también señalar una baja primariedad de nue stro héroe, un fenómeno del cual hablaremos después. Cómo esta persona se comporta con las mujeres:
...Se sonrojaba unas 15 veces
Tartamudeaba y palidecía
Pero nunca se atrevió a sonreír
¡Es un comportamiento muy característico de un individuo de rango bajo¡ Al mismo
tiempo existen muchos hombres que son muy valientes con las mujeres, pero ceden
y son muy cobardes en las condiciones cuando se necesita luchar de verd ad. De
la heterogeneidad del potencial de rango sale la noción del potencial de rango
visual, que es el grupo de rasgos señaladores, posiblemente de segundo orden,
pero que se expresan lo bastante claro para que los instintos de otros indiv
iduos empiecen a funcionar. Un ejemplo muy bueno del rango visual es un gallo de
rango bajo con la cresta aumentada con un trozo de la cresta artificial. A este
gallo todos los demás gallos lo perciben como uno de rango alto, pero si
quitarle la cresta artificial, otra vez caerá en la jerarquía. Un ejemplo más,
la persona que sufre el narcisismo (enamoramiento en sí mismo) puede dar la
impresión de ser del rango alto. Pero junto con ello puede no tener en absolut o
la capacidad de luchar por su lugar bajo el sol, que es la esencia de un rango
alto. Viceversa, una persona benévola, hasta la que tiene éxito en la vida,
puede dar la impresión de ser de bajo rango.
Además, distintos individuos pueden dar distintas impresiones sobre su rango
potencial, es decir, la sensibilidad e los distintos individuos a los rasgos que
forman el patrón del aspecto del individuo puede ser diferente. El rango real
puede coincidir con el visual o puede no coincidir. Eso pasa porque, como se ha
dicho ya, las estructuras nerviosas que realizan los modelos instintivos de
comportamiento aparecieron en la remota antigüedad, su estructura es
relativamente senci lla y su reacción a las condiciones es muy superficial,
esquemática. El individuo puede ser del rango real bajo, pero tener uno o dos
rasgos del rango alto. Estos dos rasgos pueden tener una influencia sobre
alguien, a pesar de su potenci al de rango bajo. Desgraciadamente los programas
instintivos alcanzan con grandes fallos inclusive sus objetivos prehistóricos,
debido a sus mecanismos primitivos.
¿Cómo se distingue la lógica férrea de la lógica femenina? La femenina no se oxida… |
A diferencia de los demás animales los seres humanos cada uno en medida
diferente están influidos por sus instintos. Si alguna persona no está influida
por sus instintos, vive sólo guiándose por la razón, ésta no es en absoluto
primativa (en la vida real este tipo no se da). Otra, la que vive absorta en sus
sentimientos, es decir, es absolutamente influida por sus instintos, es
absolutamente primativa (y estos a veces sí se dan en la vida real). D.Zaray
skiy introduce la noción “fuerza del modelo”, que es un indicador de la
capacidad de un programa de conducta dominar entre los similares. Es que para
una misma situación el cerebro tiene normalmente unos cuantos programas de
conducta, entre los cuales hay innatos, así como los adquiridos, y cual de los
programas va a realizarse depende, en la igualdad de condiciones, de la fuerza
de cada uno de los modelos de la conducta. primariedad, por lo tanto, es el
nivel del dominio (la fuer za) de los modelos instintivos en relación con los
programas de la razón.
La conducta no primativa se puede ver en muchos animales superiores, sus
manifestaciones más o menos importantes se ven en los primates, pero solo el ser
humano tiene este tipo de conducta como un fenómeno relativamente general.
La noción de primariedad no es en absoluto igual a la noción de la cultura,
ésta, con reservas, es algo derivado de la primariedad. Entre la gente que
pertenece al arte, aunque tengan una cultura y honradez muy altos, predominan p
ersonas con alta primariedad, esta gente vive en el mundo de los sentimientos.
Aunque la noción de “cultura” se entiende intuitivamente sin darle definiciones,
es muy difícil explicarlo de una manera más o menos rigurosa. Solamente está
bastante claro que la cultura es un producto de educación y ense ñanza en el
amplio sentido de las palabras, primariedad es algo innato. En una persona
educada la motivación prehistórica está oprimida por la educación y sustituida
por leyes y costumbres de la sociedad. Pero esta motivaci ón puede manifestarse
en los casos cuando las leyes o costumbres no determinan rígidamente la
motivación, dejando paso a alguna libertad, bajo la acción del alcohol, de las
emociones muy fuertes. Estas manifestaciones son tanto m ás fuertes y
frecuentes, cuanto más alta es la primariedad. La discusión antigua entre los
físicos y líricos era, realmente, una discusión de primariedad.
La primariedad se correlaciona con más probabilidad con las emociones y no con
la cultura. Los programas instintivos que detectan la coincidencia de los rasgos
interiores de señales con algunos factores del ambiente exterior hacen surgi r
las emociones adecuadas, y la persona de alta primariedad les obedece
gustosamente. La persona de la primariedad baja, aunque siente las mismas
emociones, es capaz de actuar contrariamente a estos.
El nivel de la primariedad, así como el potencial de rango están determinados
básicamente por los genes y las condiciones del desarrollo intrauterino. Este se
cambia muy poco durante la educación y enseñanza, pero puede i nfluir a la
capacidad de uno de ser educado y recibir distintos tipos de la enseñanza. A
veces una persona con estudios científicos muy serios puede no fiarse de sus
conocimientos en la vida cotidiana, fiándose más de sus sentimie ntos. Y
viceversa. Una persona muy poco primativa vive como si estuviera fuera de la
jerarquía prehistórica, una persona altamente primativa es muy sensible al rango
de los demás. Cualquier indicio por la parte de los demás de condescendencia una
persona altamente primativa la toma como una señal para empezar un ataque
jerárquico, un encuentro con alguien (o algo) que lo supera le provoca una
parálisis de la voluntad y un servilismo bajo.
Cuanto más alta es la primariedad innata de una persona, tantos más esfuerzos
pedagógicos se necesita para educarlo como una persona culta, y en la generación
siguiente todo se repite. Esta persona culta, la cultura de la cual se consiguió
sólo gracias a unos enormes esfuerzos pedagógicos, puede tener unos hijos
absolutamente incultos, ya que la base es la misma. El niño recién nacido no
tiene, desde luego, la razón, y vive, guiándose por los instintos pese al nivel
de la primariedad innata, pero este nivel empieza a manifestarse muy rápido. Un
matiz muy importante consiste en que la primariedad no es una señal de la
fuerza o debilidad del intelecto, sino es el grado de la confianza de una
persona en su razón en situaciones prácticas. Un científico de alta primariedad
y, al mismo tiempo, de alto nivel de intelecto puede combinar felizmente los
conocimientos científicos muy altos y una fe sincera qu e surge del instinto de
subordinación al alfa.
Como ya se dijo, las mujeres se guían más por su intuición y sentimientos que
por los razonamientos lógicos, lo que forma parte de así llamada lógica
femenina. Es decir, entre las mujeres hay más proporción de personas altamente
primativas. Es consabido que las chicas estudian en las escuelas y otras
instituciones de enseñanza, inclusive técnicas, mejor que los chicos. Durante
estos estudios no sólo se da la teoría, sino se plantea n problemas prácticos,
se hacen trabajos en el laboratorio, etc. Las chicas lo hacen todo mejor que los
chicos. Pero cuando toca emplear estos estudios de verdad, en la práctica,
entonces… esta idea ni se cruza por la cabeza.
El echo de que las mujeres son más creyentes está condicionado por una
primariedad más alta, ya que un rango más alto que Dios no puede haber, pero no
tiene ninguna importancia si existe o no…
Desde luego el ser humano como un ser gregario es multifacético, y no se puede
encasillarlo sólo en el espacio de estas tres dimensiones, como son la
primariedad alta o baja, alfa u omega y una cultura alta o baja. Pero los
acontecimien tos más interesantes para nuestro tema se desarrollan precisamente
en este espacio. También hay que subrayar que la primariedad es una noción
generalizadora, que muestra la fuerza media de todos los programas de la
conducta. Pero hay muchos programas que la determinan, entre estos hay unos
programas contradictorios, y cada uno tiene una fuerza diferente, lo que enreda
más el cuadro.
Una mujer es una hembra que tiene un hombre. Un hombre es un macho que tiene dinero. |
Qué pena que los generales se casan cuando aún son tenientes… |
Un proceso tan importante para cualquier ser viviente como la multiplicación
desde luego no puede quedarse fuera del control de los instintos. Por
consiguiente el amor que es un sentimiento más fuerte, es la voz de aquel
instinto prehis tórico, que obliga a aparearse con el individuo mejor posible
del sexo opuesto.
¿Cuáles son los criterios que hacen preferir unos a otros? Es innecesario
demostrar que estos criterios se conservaron sin cambios desde los tiempos de la
manada prehistórica, cuando se formaron dichos instintos. Se puede decir que
durante su formación los instintos han “hecho una foto” de la situación de
entonces, y siguen guiándose por esta “foto” mientras excite la especie. Los
instintos, pues, permiten escoger a la mejor pareja, desde el punto de vista
prehis tórico. La señal más fácil y más evidente es el alto rango en la
jerarquía prehistórica. Es obvio que el rango es un índice visual superficial de
la preferencia, pero es difícil inclusive suponer la exis tencia de algo mejor
en la naturaleza, que no es razonable. El atractivo exterior (belleza) es mucho
menos segura en este sentido. En general entre todos los animales la cantidad de
apareamientos es un índice cuantitativo muy fácil y preci so del rango de macho
en la jerarquía. Para las hembras esta dependencia del rango de la cantidad es
muy débil, y con más probabilidad es inversa.
Se cree que el alfa simplemente le quita la hembra al beta (gama…), como le
quita la comida, pero las reglas del comportamiento las cumplen todos los
integrantes del grupo, las hembras inclusive. Eso significa que no es necesario
quitar a alguien la hembra, ella misma prefiere al macho de alto rango
obedeciendo al programa instintivo. No en vano las mujeres hablando de un novio
perfecto, utilizan la palabra “príncipe”. Ser un príncipe verdadero no es un
trabajo para los plebeyos, e s, generalmente, un candidato verdadero a ser un
rey.
Desde luego esta no es la única tendencia. Existe también el “instinto de
preferencia de la sangre fresca”, que se manifiesta como la curiosidad sexual.
El fin de este instinto es impedir el incesto que es inevitable en los grupos
aisla dos. De acuerdo con este instinto la preferencia puede darse, con la
igualdad de las demás condiciones, a una pareja nueva y poco corriente, mejor si
esta no entra en el grupo. Este instinto es muy notable entre los machos, ya que
concuerda con el principio de la expansión sexual del macho. Es más limitado en
el comportamiento de las hembras. Entre las limitaciones obligatoriamente está
el potencial de rango del “huésped” que debe ser no menor de un cierto mínimo.
Desde luego estas tendencias están matizadas por los gustos y simpatías
personales.
Es importante también subrayar que un rango alto no le da al macho las GARANTÍAS
de acceso a una determinada hembra, pero es un factor que hace MÁS PROBABLE este
acontecimiento. Además, el grado de correlación del atractivo sexual del macho y
su rango es diferente en diferentes especies, y no es en absoluto lineal, ya que
los machos de las capas más altas de los rangos pueden diferenciarse poco en el
nivel de atractivo para las hembras, por eso el dominante debe ahu yentar él
mismo a los subdominantes de la hembra. Pero desde la mitad de la jerarquía y
más abajo (es distinto para las distintas especies) el atractivo sexual de los
machos cae a tal nivel que el macho dominante puede no preocuparse, ya que a
este macho las hembras con gran probabilidad no dejen acercarse a ellas.
To the Spanish reader:
Permítanme decir dos palabras sobre un personaje tan característico de os
chistes rusos como teniente Rzhevskiy. El teniente era húsar. Los húsares
era la élite del ejercito ruso en el siglo 19. A los húsares admitían solo a
los hombres altos, esbeltos y bien parecidos. Además tenían un uniforme muy
bonito. Todo esto los hacía muy populares entre las mujeres. Tanto que
pronto la palabra húsar se convirtió en sinónimo de don Juan. El teniente
Rzevskiy corresponde perfectamente a esta imagen. Adem&ás de tener un éxito
enorme entre las mujeres, destacaban su seguridad en sí mismo, vulgaridad y
zafiedad, de los que no tenía vergüenza absoluta. Por ejemplo, otro chiste
sobre el teneiente Rzhevskiy:
Una vez el teniente bailaba con Natalia Rostova, una joven aristócrata. De repente Natalia le dijo al teniente: - Me siento un poquito mareada. Me aceeerccaré a la ventana a tomar aire fresco. - Vale, vete a tirar pedos, pero vuelveee rrápido. El corneta es el personaje delicado de los chistes. |
Un chiste viejo, pero muy ilustrativo para el tema:
Al teniente Rzevskiy le pregunta el corneta Obolenskiy: ¡Señor teniente! Dígame, ¿cómo es que las mujeres caen tan rápido en sus brazos? - No tiene ningún misterio. Me acerco a una y le digo: “Madam, permítame follarla”. - ¡Pero señor! La respuesta a tamaña vulgaridad puede ser una bofetada… Puede ser una bofetada… Pero yo siempre me las follo.Supongamos que el corneta actúa según el consejo del teniente. ¿Y? Desde luego, va a recibir bofetadas. Pero del texto del chiste no se deduce que el corneta es menos atractivo que el teniente, más todavía, ¡está claro que es más educado y honrado! Supongamos también que la proposición del teniente se hace usando las expresiones más finas y delicadas. ¿Se lo negaran? Desde luego que no, es mucho má s probable que estarán de acuerdo. ¿Y si el corneta hiciese la proposición usando las mismas expresiones? Puede ser que no reciba una bofetada, pero el fin será el mismo, aunque le van a traer como un dominguillo, y con mucho gus to. Más todavía, van a burlarse de él. Es decir,
para una mujer no tiene gran importancia CÓMO se hace una proposición, sino QUIÉN la hace |
Estoy luchando, exprimo de mí al canalla ¡Oh, mi destino inquieto! Temo un error, puede que sea Que exprimo de mí el “yo” incorrecto |
Aún en los tiempos de la existencia de la URSS en las universidades de Leningrado se realizó una encuesta de investigación. A los estudiantes les preguntaron a quién ellos quisieran tener como cónyuge, y, al mismo tiempo, se investigaba quién les gustaba realmente. Los resultados se distribuyeron de la siguiente manera (ver tablas 1, 2):
Chica popular | Esposa deseada | ||
---|---|---|---|
1 | Guapa | Honesta, justa | +16 |
2 | Alegre | Alegre | 0 |
3 | Le gusta bailar | Trabajadora | +7 |
4 | Con sentido de humor | Sabe controlarse | +11 |
5 | Valiente | Enérgica | +2 |
6 | Inteligente | Le gusta su trabajo | +8 |
7 | Tiende ayudar a los demás | ||
8 | Enérgica | ||
9 | Tiende a ayudar a los demás | -2 | |
10 | Trabajadora | Inteligente | -4 |
11 | Con sentido de humor | -7 | |
12 | Tiene fuerte voluntad | Tiene fuerte voluntad | 0 |
13 | Guapa | -12 | |
14 | Le gusta su trabajo | Valiente | -9 |
15 | Sabe controlarse | Le gusta bailar | -12 |
16 | Honesta, justa | Alta | +1 |
17 | Alta |
El chico popular | Marido deseado | ||
---|---|---|---|
1 | Enérgico | Trabajador | +13 |
2 | Alegre | Honesto, justo | +11 |
3 | Guapo | Inteligente | +5 |
4 | Le gusta bailar | Sabe controlarse | +12 |
5 | Alto | Valiente | +6 |
6 | Con sentido de humor | Con voluntad | +4 |
7 | Tiende a ayudar a los demás | Alegre | -5 |
8 | Inteligente | Le gusta su trabajo | +5 |
9 | Honesto, justo | Tiende a ayudar a los demás | -2 |
10 | Con voluntad | ||
11 | Valiente | Enérgico | -10 |
12 | |||
13 | Le gusta su trabajo | ||
14 | Trabajador | Con sentido de humor | -8 |
15 | Le gusta bailar | -11 | |
16 | Sabe controlarse | Alto | -11 |
17 | Guapo | -14 |
|
Nuestra conciencia está condicionada por 3 cosas: La existencia, los golpes y el alcohol |
Durante la encuesta arriba mencionada se demostró también que las chicas
deseaban un marido abstemio, pero en la práctica este rasgo no daba ninguna
ventaja al joven ante los bebedores, más todavía, provocaba cierta sospech a. El
alcohol suprime las expresiones sublimes de la razón, da al aspecto del ser
humano una cierta similitud con el animal, que tanto les gusta a los instintos
primitivos. Además ustedes podían notar que frecuentemente esta decisi 43;n tan
importante para nuestro destino (y el destino de toda la humanidad) se toma bajo
los efectos del alcohol. Y, en general, que estrechamente están ligados el
alcohol y los sexos. ¿Existe el amor sin champan?
Los experimentos sobre los animales nos dan es siguiente resultado:
¡El alcohol aumenta el rango bajo y baja el alto! |
Del sueño de la razón nacen los monstruos
|
Es obvio que los padres en su gran mayoría son los “tenientes”,
independientemente si el acto ocurrió en un matrimonio o no. Si el niño
concebido fuera del matrimonio crece en una familia con los dos padres (con el
padrastro que a v eces no sabe que lo es), la gente muchas veces nota su
“rebeldía”. También es sabido que los niños que crecen fuera del matrimonio
muchas veces frecuentan compañías criminales. Normalmente con ese eufemismo se
denomina la im posibilidad de manejarlo con los métodos civilizados, que es un
índice de su alto potencial de rango.
Según la tradición esta “rebeldía” o criminalidad del niño se achacan a las
dificultades de educar al niño en tales condiciones. Desde luego, estas
dificultades existen, pero un psíquico específico de alto rango y de alta
primariedad no las forman estas dificultades. Aquí juega su papel la herencia.
Díganme, ¿el hombre que había dejado a una mujer embarazada, es honrado? No
mucho, como mínimo. Aunque los machos en la manada prehi stórica actuaban sólo
de esta manera. ¿Tienen derecho pasar como herencia las cualidades que
determinan su poca honradez?
Les voy a recordar que el potencial inicial del rango es algo innato, se ve muy
bien ya en los bebés de pecho. La primariedad innata alta o baja se verá más
tarde. Como ya se dijo, cuanto más alta es la primariedad del ni 41;o, tanto
más esfuerzo pedagógico se necesita para que crezca como una persona educada.
También es importante que el pedagogo tenga un potencial de rango no más bajo
que el niño (generalmente dicen: “que el maestro tenga au toridad sobre el
niño”), si eso no es así, todos los esfuerzos pedagógicos van a fracasar.
Las investigaciones sobre los gemelos, que fueron separados cuando eran bebés
demuestran que el papel de la herencia en la pedagogía determinantemente se
rebaja. Esta acción de rebajar el papel de la herencia en la pedagogía mu ndial,
especialmente marxista, asciende a las creencias utópicas e idealistas de los
humanistas del pasado, antecesores del marxismo.
Se puede considerar demostrado que la benevolencia, o sus componentes
principales se determinan genéticamente. El ser humano seleccionó al perro,
escogiendo para la reproducción a las crías más amistosas del lobo.
¿Qué es el amante?? - Es lo mismo que el marido, pero él no debe fregar la vajilla.
Todas las enfermedades las provocan los nervios. |
Aquí no vamos a describir al amante como una fuente de los bienes materiales,
pero vamos a ver al amante como el medio de satisfacción sexual de la mujer.
Está demostrado que a cualquier mujer desde el punto de vista fisiológico puede
satisfacer cualquier hombre (si no tomamos en cuenta las patologías orgánicas
como la total ausencia de los genitales), y en su mayoría los cas os e
insatisfacción se encuentran en la psique. Es suficiente mencionar que la
mayoría de estas mujeres insatisfechas reciben la satisfacción sexual en la
masturbación. A una mujer la satisface no un pene, sino el HOMBRE. Además,
no tanto el cuerpo físico cuanto la IMAGEN que se corresponde con algunos
criterios. Si esta imagen corresponde a estos criterios en una medida
suficiente, la mujer empieza a tener una “sintonización” con este hombre,
posiblemente im aginario. Esta “sintonización” puede tener carácter de
enamoramiento, interés, curiosidad, embellesamiento, y dios sabe qué más… Sin
esto la satisfacción es problemática, más todavía para las mujeres de
primariedad alta. Pero si unas mujeres fácilmente sintonizan con cualquier
hombre, otras lo pueden hacer solo con uno de varias centenas de hombres. Es
obvio que las primeras tienen el potencial de rango bajo y/o una primariedad
baja, y las o tras tienen un potencial de rango alto, y “sintonizan” con más
frecuencia con los hombres cuyo potencial de rango no es más bajo que el suyo
propio, y el comportamiento se corresponde a los rituales matrimoniales
prehistóricos. Los cas os cuando el marido no puede satisfacer a la mujer, pero
satisface el acto de violación lo demuestra claramente, ya que la violación
normalmente se realiza de modo absolutamente animal, como lo hacían en la manada
prehistórica los machos de alto rango. Este fenómeno no es una de las últimas
causas de que las mujeres violadas no siempre hacen denuncia a la policía, ¡a
veces pasa que ellas defienden a los violadores! Al casarse según lo que dictaba
la razón esta mujer a veces queda insatisfecha, por lo menos al principio,
mientras no aparece una costumbre hacia este hombre. Cuando se adaptan, empiezan
a quererse.
¿Usted quiere obligar al marido lavar la ropa, lavar los suelos, criar a los
niños, etc.? Pero ¿se ocupaban los machos de alto rango en una manada
prehistórica de estos labores despreciables? Si usted conseguirá obligarlo (que
es poco probable, ya que él no tiene estas inclinaciones por si mismo), entonces
su razón va a estar satisfecha algún tiempo. Pero su “yo” prehistórico va a
notar que el rango de este macho bajó y usted querrá tener un amante.
Tenía cuarenta apellidos Tenía siete pasaportes Me amaban setenta mujeres Tenía doscientos enemigos… |
En la prensa, así como en las conversaciones informales se puede oír
frecuentemente la opinión de que en la soledad de las mujeres es culpable la
carencia de los hombres. ¡Pero el hecho real es que nacen más niñ ;os que niñas!
Por los resultados del censo de Rusia se ve que los hombres predominan en
cantidad hasta 35 años, de 35 a 45 hay un equilibrio de los sexos, y después
claramente predominan las mujeres. El hecho de que en la MEDIA las mujeres
predominan, engaña la sociedad, las mujeres de 50 a 70 años (que realmente
predominan) ya no tienen ningún interés como parejas sexuales y matrimoniales.
En la edad reproductiva predominan los hombres. Esto significa que la mujer
media tiene la elección durante todo el período reproductivo, lo que obviamente
tiene un sentido biológico muy profundo.
Creo que aquí tiene lugar una selección contemplativa muy fuerte, ya que las
mujeres frecuentemente y sin especial reparo cuentan sus problemas con el
matrimonio, pero para los hombres estos problemas siempre eran algo
inconfesable, y po r esta causa son callados. El quien no llora, no mama… La
carencia de los hombres pudo tener lugar si una mujer estuviera casada con unos
cuantos hombres, aunque sea no oficialmente. Entonces las otras no tendrían
ninguno. En la práctica las mujeres son propensas de formar unos harenes
secretos de los hombres casados de alto rango, y frecuentemente demuestran tal
fidelidad envidiosa, que otros hombres, inclusive libres, no tienen nada que
hacer. ¡Y estas mujeres se consideran so lteras! Pero, como existe la misma
cantidad de hombres y mujeres (un par de por cientos no son importantes, y aquí
se ve una clara ventaja de las mujeres), entonces por la ley de “vasos
comunicantes” cuantas más mujeres hay en el harén de un hombre, tantos más
hombres deben hacer de solteros empedernidos. El hombre que es amante de una
mujer casada, por regla general está casado y nunca les es fiel a las dos para
que las demás mujeres no tengan ninguna esperanza.
|
Los estudios de la conducta matrimonial de los animales demuestran a que se debe
distinguir la familia como una comunidad de administración, y el grupo de
individuos formado para copular. En la práctica estos dos papeles del grupo
muchas veces coinciden, lo que no significa que no puede darse otra cosa.
Por ejemplo las especies en las que un progenitor puede sacar adelante a las
crías la familia se forma como una unidad de administrar la casa monoparental,
de este progenitor y las crías. Es decir, la unión de la hembra y el macho e n
este caso tiene como fin exclusivamente la cópula, y con la vida familiar (en
nuestro modo de ver las cosas) no tiene ninguna relación. Lo mismo se puede
decir de las especies que practican la estrategia R de multiplicación, cuando l
os padres no cuidan a su descendencia en absoluto. Esto es un polo del mundo
matrimonial.
Para otras especies la crianza de la descendencia ya no puede llevarse a cabo
sin una ayuda externa, y hay una razón para obligar al otro progenitor a cumplir
con esta tarea. Las especies de la organización estricta de pareja (por ejempl
o, los pájaros, especialmente las especies que tienen pollos) representan el
otro polo del mundo matrimonial. Aquí la cópula y la crianza de la descendencia
parecen ser algo naturalmente indivisible. Pero como ya se dijo, en estas fa
milias los “cónyuges” no siempre demuestran una fidelidad copulativa. Entre los
pájaros, por ejemplo, hasta una cuarta parte puede no ser genéticamente hijos de
los “maridos legales”, aunque llevando a cabo las cosas de casa estas pare jas
parecen idílicas.
Sin embargo, el otro progenitor no es el único ayudante en estos menesteres. Se
puede pedir ayuda a las abuelas, hermanas, formar algo parecido a un jardín de
infancia, etc., etc.… Por ejemplo, una liebre amamanta cualquier cría qu e
encuentre, sin prestar atención al parentezco. ¿Qué es lo mejor? Si el
progenitor “principal” (es decir, el que hace el trabajo principal de criar la
descendencia, con más frecuencia es la hembra, pero a veces puede ser el mach o)
necesita solo una ayuda adicional, que no tiene una importancia vital, se
prefiere la ayuda de todo el grupo en general. Así, por ejemplo, actúan muchos
de los caninos. Pero si la ayuda requerida es casi un sacrificio personal, esta
v ía es poco fiable. Aquí se necesita la “fidelidad personal”.
¿Cómo se arreglaban nuestros antepasados? “El progenitor principal” era
obviamente la hembra. También es obvio que no todas las abuelas sobrevivían
hasta el nacimiento de sus nietos, las hermanas tenían sus hijos, y tambi én sin
lugar a dudas las mujeres son peores cazadoras que los hombres. Al mismo tiempo
el niño o el feto, privado de la alimentación que contenía proteínas, podía
sufrir un marasmo alimentario. En estas condiciones la a yuda por parte de los
hombres debe tener un carácter primordial, aunque sin excluir la ayuda adicional
de otros miembros del grupo.
Una característica de los hominidos es la total ausencia de los programas
instintivos del cuidado por los machos a las crías pequeñas, así como de las
hembras fuera del estado de celo. Cuando nuestros antepasados no se distingu ían
de los monos ordinarios, eso no tenía importancia, las hembras se las arreglaban
solas o con una pequeña ayuda de las abuelas. Pero cuando nuestros antepasados
se irguieron, y el tamaño de sus cerebros aumentó (junto con el aumento de la
inteligencia), las hembras ya no podían hacer todo ellas solas. Es que por una
parte la cabeza del feto aumentó, y por otra la postura erguida estrechó la
pelvis de la mujer prehistórica. Esto dificultó el p arto hasta tal punto que
desde el punto de vista de biología general el niño debía nacer muy inmaduro, es
decir, absolutamente desvalido. Por una tercera parte el aumento de la
inteligencia supone que el período de la formació ;n y enseñanza del cerebro se
alarga, es decir, se alarga la niñez, y con eso el período cuando el niño es
desvalido. Realmente el período de la niñez del ser humano en relación con este
período de cualquier an imal es la más largo, la niñez ocupa una cuarta ó quinta
parte de nuestra vida. La niñez de nuestros antepasados era, desde luego, un
poco más corta. Si un niño actual es prácticamente desvalido más o menos ha sta
unos 6 años, en el HOMO ERECTUS este período ocupaba unos 2 años, que es un
tiempo bastante largo.
Es decir, lo que tenemos es que el niño y la madre necesitan unos cuidados
largos y bastante atentos, la formación de un cerebro inteligente necesita una
alimentación proteica (carne), que una madre, amarrada por las cuatro extremida
des por un niño desvalido no podía conseguir, y el macho no tenía un instinto de
cuidarla. El intelecto que podía tomar una decisión razonable, está en un estado
primitivo, y aún no es capaz a hacer tales decisione s. ¿Qué hacer?
Como todos los programas instintivos no pueden aparecer de nada, hay que
examinar de que actos instintivos pueden surgir los instintos del cuidado de la
hembra y las crías entre los hombres prehistóricos. ¿Qué puede ser la base de
creación del instinto de paternidad? La vía más real es a través del afecto
sexual. ¡Pero para crearla existe una barrera muy importante! Es que la
actividad sexual de las hembras (y muchas veces de los machos) entre la mayoría
de las especies tiene un carácter claramente cíclico. ¡El celo dura sólo un par
de días al año, fuera de este período las hembras de estas especies son
absolutamente incapaces de copular! Y al mismo ti empo esta vía es la más
efectiva, ya que el afecto sexual es uno de los más fuertes. Casi la única
solución de este problema es el aumento de los límites del celo (mejor dicho, el
aumento de los límites de la capaci dad de la hembra a copular
independientemente de la posibilidad de fecundación), y ocultar los indicios
exteriores del momento de ovulación (con más detalle – ver 2). Realmente, la
mujer es única en la naturaleza por su capacidad de copular el año entero. Si la
capacidad de copular el año entero de los machos es un rasgo bastante frecuente,
la regla existe sólo entre las hembras de la especie de HOMO SAPIENS, nadie más
la tiene.
¡Así la hembra ya tiene algo para proponer al macho! El macho de esta manera ya
tiene un estímulo para alimentarla durante todo el período reproductivo (y otras
formas de cuidarla), pero puede no tenerse en cuenta la fertilizac ión de esta
hembra. Mejor dicho, el macho según el principio de su expansión sexual sin
límites tiende a fertilizar el número máximo de las hembras, y
subconscientemente está interesado en que la hembra se quede pre ñada. Más si
tener en cuenta que la “pensión alimenticia” se pagaba no por la cantidad de los
niños, sino por la cantidad de las cópulas. La hembra prehistórica necesitaba
una cópula al año para concebir, y n o de cualquiera, sino del más sano y de
alto rango. ¿Pero quién le va a dar de comer?
Un sostén de la familia de alto rango es un sueño, pero este sueño es poco real.
No es mal cazador (también a cuesta de los demás a los que les quita sus
presas), pero tiene una gran demanda, y no es capaz de dar de comer a todas las
hembras que lo quieren. Como mucho a una o dos “mujeres amadas”. ¡Tampoco tiene
un estímulo para ello! ¿Para qué necesita pagar por copular si lo tiene gratis?
Si se pudiera tenerlo en monopolio, todos los problemas se resolverían de una
vez. Pero conseguirlo es prácticamente imposible. Inclusive la “mujer amada” no
podía contar con ello. Podía contar con su preferencia a la hora de alimentarla
(pero no en monopolio), pero no podía esp erar una fidelidad sexual. Parece que
la hembra no necesita su fidelidad sexual, ya que una vez al año va a concebir
de este macho. Pero esta infidelidad del macho tiene peligro para la hembra, por
una parte, de perder el estatuto de la “mujer amada”, y, por otra parte, de
disminución de la intensidad del sexo precisamente con ella, y eso significa
pérdida de placeres (los machos de bajo rango son mal sustituto en ello, ya que
no dan la misma satisfacción). Además, al p erder el estatuto de la “mujer
amada” significa la pérdida del rango propio de esta hembra en la jerarquía.
Pero esto sólo concierne a la “mujer amada”, que con más frecuencia eran las
hembras de un alto potencial de rango. ¿ ;Qué pueden hacer las demás?
¡Muy fácil! Para concebir sus hijos y para su propia satisfacción se prefería un
macho de alto rango, lo que provocaba celos de sus “mujeres amadas”, y al mismo
tiempo se engañaban unos cuantos machos de bajo rango, que cu brían de regalos a
la hembra ansiando el acto, que la hembra trataba de aplazarlo cuanto podía.
Hasta negarse totalmente a hacerlo con el macho de bajo rango. Pero a pesar de
esto los machos de bajo rango no tenían otra salida, except o pagar el acceso al
cuerpo de la hembra. Inclusive si el padre de la mayoría de las criaturas de
esta mujer prehistórica no fuera él. Esta práctica en su esencia es una variedad
de poliandría. A propósito, la necesida d para las hembras de tener un macho que
las sostuviera abrió para los machos de menor rango la posibilidad real de
transmitir sus genes altruistas a los descendientes. ¿Puede ser que la
aceleración brusca de la revolución social de la humanidad que se percibe el
último par de cientos de años está condicionada por el refuerzo de las
tendencias altruistas en la conducta humana?
Más, durante el desarrollo económico de la humanidad, cuando se pasó de la
recolección a la economía de reproducción (que a veces llaman “revolución
neolítica”) en algún momento la mujer ya no tenía necesidad de que le den de
comer varios machos, ya que con uno solo bastaba, o uno rico para unas cuantas,
así como ella misma se transformó en un sujeto mucho más importante. ¡En estas
condiciones, como la necesidad de que muchos den de comer desapareció,
desapareció también automáticamente la necesidad de entregarse a estos muchos!
Por eso parece natural el deseo de nuestros antepasados de fijar el vínculo de
matrimonio (mono o poligínico), que no sólo correspondía a la realidad económica
nueva, sino frenaba la propagación de las enfermedades venéreas. Automáticamente
esto correspondía a unos ideales de justicia, ya que en vez del prehistórico “un
ma cho posee a todas, otros machos no tienen nada”, apareció “cada hombre tiene
mujer”. No soy propenso de exagerar la igualdad de los seres humanos durante la
revolución neolítica, pero en nuestro caso esta igualdad surgía como una
consecuencia suplementaria de los hechos arriba mencionados, sin mucha
importancia por sí solo. Más todavía si tener en cuenta que al principio
predominaba poliginía, como más usual para los de mayor rango, pero que no era
ju sta para los de menor rango.
Una nota importante. La actitud hacia la hembra como mercancía que se puede
comprar (¡y que no protestaba contra esta compra!), aumentado por la ausencia
del instinto de cuidado de la hembra condujo hacia un sistema de relaciones que
sab emos como patriarcado. El matriarcado como un fenómeno masivo no existió
entre nuestros antepasados unos 10 millones de años, desde que ellos se
trasladaron a vivir a la sabana, y, posiblemente, no existió nunca. Entre
nuestros a ntepasados hace unos 10 millones de años, y, puede ser, nunca. Para
eso no existieron condiciones instintivas ni económicas, ni de alguna otra
índole. Con más detalle – ver 1. Al revés, como la vida en la sabana era muy pel
igrosa, aumentaba el papel de los machos como protectores, con cierta
militarización de la populación, que trajo algunas ventajas a los defensores
(también porque los derechos de la hembra se “violaban”). La práctica de contar
el parentesco por la línea materna entre algunos pueblos demostraba únicamente
la imposibilidad de determinar exactamente al padre cuando existe una
promiscuidad activa y nada más. Pero, como el patriarcado surgió relativamente
tarde , se fijo poco en los genes, por eso de ninguna manera pudo suprimir el
principio básico de que la hembra es insustituible que tiene como mínimo
quinientos millones de años. Cuando la presión jurídica se debilitaba, el sujeto
que escogía era la mujer. Recordemos a los caballeros del medievo. Más, durante
el auge del patriarcado el novio no escogía a la novia, eso hacía alguien otro
(normalmente los padres).
¿Quién elige? En el mundo animal siempre escoge la mujer. Si el macho eligiera,
esto contradiría al principio fundamental de la división de sexos, el principio
de que la hembra es insustituible. Aquellas pocas especies donde v isualmente
elige el macho pueden verse como breves desvíos de la evolución, y lo más
probable que es una elección enmascarada de la hembra. Por ejemplo, la hembra
puede no escoger por sí sola, pero puede provocar a los machos a resolver sus
desavenencias entre sí, y después preferir al ganador (puede ponerse caprichosa,
y no preferirlo). El indicio más importante es que a la “entrada de la
situación” hay unos cuantos machos, y a la “salida” sólo u no, y la técnica de
esta elección es muy variable para cada especie. Es obvio que precisamente esta
elección oculta pase entre los humanos. Se considera poco decoroso para una
mujer e inclusive imposible para ella hacer la elecció ;n directamente, sin
aclarar antes sus desavenencias los hombres entre sí, y después le es muy
difícil de no preferir al que demuestra la conducta del vencedor.
Más arriba hemos demostrado que cuando una mujer construye sus relaciones con
los hombres, ella instintivamente persigue dos fines bastante poco relacionados
entre sí. Por una parte, ella quisiera obtener de los hombres el máximo de
bienes materiales (¡no solamente por el instinto, sino conscientemente!), y, por
otra parte, ella quisiera un hombre que le haga latir el corazón. En los tiempos
prehistóricos una coincidencia de los dos fines podía ser real s 3;lo para
algunas cuantas hembras, para las demás era posible conseguir estos fines sólo a
través de la promiscuidad, ya que como no es posible estar mantenida
completamente por un macho de alto rango, la hembra o completaba con una gra n
cantidad de los machos de bajo rango, y para su satisfacción sexual prefería al
macho de alto rango, como antes.
Pero durante el desarrollo de la humanidad se crearon las bases para transformar
las relaciones matrimoniales en forma de la familia mono o poligínica. Junto con
esto se prohibía el libre desplazamiento de las parejas después de for mar la
unión. Desde luego las relaciones sexuales fuera de esta unión también estaban
prohibidas. Esto sucedió muy tarde en la historia, y por eso no tuvo repercusión
en los instintos, los sentimientos seguían viviendo en la manada prehistórica.
En estas condiciones si las parejas potenciales tenían alguna posibilidad de
libre elección, la futura esposa se encontraba en una situación complicada y en
muchos aspectos contradictoria. Por una parte se necesitaba un ESPOSO, es d
ecir, un ayudante en las cosas de casa, y el quien la trate como a una PERSONA,
y, por otra parte, se permitía copular sólo con este marido, pero se tenían
ganas de otro, uno con quién realmente sería agradable hacerlo, hacia quién
tiraría el corazón. Este otro es, por regla general, un hombre de alto rango.
Al mismo tiempo (si, como dijimos, existiera tal libertad de elección) se
consideraba mejor y más seguro hacer la elección guiándose por el amor, y, como
esto está de acuerdo con los instintos de la preferencia sexual, no p rovocaba
quejas de los novios. Pero con esto se proponía dejar aparte los valores de la
vida familiar, como manera de la educación conjunta de los niños y demás ayuda
mutua. Mejor dicho se proponía apostar por la suerte. C omo además la unión se
suponía ser vital (su vitalidad era condicionada por los factores económicos),
los divorcios, aunque permitidos, de alguna manera se reprobaban, se proponía
conseguir precisamente “el amor hasta la tumba ”. Qué esto trae en la práctica
sabemos muy bien, la razón se lía absolutamente, tomando una decisión casual y
desde el principio no óptima. Como en nuestros días la libertad personal, y,
junto con esta la libertad de la elección de la pareja se convirtieron en un
culto, nada limita el impulso de los instintos. Es natural que las mujeres en
estas condiciones traten de escoger a los de mayor rango, ingenuamente creyendo
que fácilmente pueden atraparlo en monopolio. Como en la mayoría de los países
es común la familia monógama, y los hombres de alto rango no alcanzan para
todas, se crea una situación engañosa que los que escogen son los hombres. El
hecho que no todos los hombres tienen la posibilidad de elegir, no lo nota casi
nadie, los hombres de menor rango tímidamente callan sus problemas y
dificultades. Los hombres de alto rango que tienen gran éxito entre las mujeres
tienen la posibilidad de elecc ión muy amplia, y sin pensar en las relaciones de
larga duración, completamente realizan su elección (“tomar a una mujer” se dice
sobre ellos). Pero un hombre de alto rango objetivamente no necesita una
familia. Este hombre obtiene fu era de la familia todo lo que necesita. Sin
dificultad este hombre encuentra una mujer (y no solamente una), que le dé de
comer, le lave la ropa, le de los servicios sexuales, y, además, le críe a sus
hijos sola, soñando sin ningu na esperanza de él como marido.
Es más difícil a las mujeres. El instinto de la preferencia sexual exige a
elegir a los hombres de alto rango, y la realidad actual exige que forme una
familia. Los hombres de alto rango constituyen un 10-20% de la cantidad total de
los hombres. Es decir, las mujeres que desean a los dominantes provocan un
concurso de 5-10 personas por plaza. Desde luego los hombres con los que
desearían tener una familia monógama no alcanzan para todas, precisamente de
aquí proceden las quejas sobre la falta de hombres. Un ejemplo más de la
selección contemplativa: la vista de las mujeres la atraen los tenientes, la
memoria cuidadosamente guarda su imagen (aunque no sea siempre agradable), y,
cuando una mujer habla sob re los hombres en general, sin querer los tiene en
cuenta solo a ellos. Además de esto hay una selección objetiva, sobre la cual
hablaremos abajo. En una manada prehistórica estos 10-20% fertilizarían a todas
las hembras, todas l as hembras fuesen satisfechas, entre otras cosas,
sexualmente. Pero una quiere que él le pertenezca en exclusivo, ¿no es así? Pero
él piensa de otra manera.
La peor parte la llevan los hombres de bajo rango. Ellos reciben de todas
partes, todos les pegan, y con las mujeres no tienen ninguna alegría. Aunque
desde el punto de vista de la vida de familia ellos son muchas veces mejores que
los alfas . Por lo menos son más fieles. Su desgracia y la causa de su soledad
es porque no llaman ningún interés en las hembras. Resulta que entre los hombres
que gustan a las mujeres realmente hay pocos hombres honrados.
El hombre de bajo rango necesita la familia para tener relaciones sexuales y
tener descendencia. Fuera del matrimonio “le dan bofetadas”, y en la familia
también tratan de darle menos (en el caso de tener suerte y poder casarse,
aunque ¿p odemos considerarlo como suerte si estos hombres no pueden tener
buenas mujeres?) Como ya hemos dicho al hombre de bajo rango le permiten tener
sexo a veces a cambio de realizar las demás tareas familiares, las que realiza
mejor que un hombre de alto rango. Las mujeres por su egocentrismo y la
selección contemplativa tienden a exagerar la incapacidad de los hombres para
arreglárselas por sí mismos, así como exagerar la dureza del destino femenino.
Es decir, la preparaciön de comida y la limpieza de la ropa no son las
causas principales para casarse para los hombres de bajo rango.
Es mejor que te perdonen después a que no te presten atención ahora |
Es obvio que tiene sentido dar consejos a los cornetas, ya que los tenientes
viven muy bien sin estos consejos. Además es inútil pedir consejo a un teniente,
ya que al corneta en la práctica le saldrá como en el chiste. Los te nientes se
comportan de una manera distinta con las mujeres, y su alto rango lo indica no
solamente su libertad en la conducta con las mujeres, pero su mímica de
seguridad en sí mismos que es difícil de captar, y expresión de la ca ra.
Ya que la raíz de sus dificultades con las mujeres es su estado prehistórico
bajo, usted lo querrá aumentar. Puedo decirle enseguida cómo hay que proceder:
hay que hacerse rico o famoso (como versión – hacer buena carrera ). Se puede
emborracharse, pero este remedio es breve. Se sabe que a las mujeres les gusta
mucho el dinero, pero no todos se dan cuenta que la riqueza no es el fin de la
mujer, sino que es uno de los índices de alto rango primitivo, y a las muj eres
les gustan no solo el dinero, sino también los hombres que saben conseguirlo. El
porque está en que enriquecerse en una manada prehistórica si uno es de bajo
rango es imposible, los de más alto rango lo van a quitar todo. En la actualidad
eso es posible, pero si su rango real no coincide con el nivel de su riqueza,
puede encontrarse más tarde con su infidelidad. Eso pasa porque del que da de
comer se acostumbra sacar el máximo prove cho, a veces premiándole con sexo,
pero ella quiere otro amante.
Lo que se refiere a la fama, es mejor hacerse una estrella, y ni se le ocurra
hacer hazañas relacionadas con el riesgo para su vida, la disposición para
arriesgarse es un índice indudable del rango bajo, y la disponibilidad rastrera
de exponer durante el peligro a otros (dominar a los demás) es un índice de alto
rango.
Como ya se ha dicho el distinto nivel de primariedad es muy característica para
el ser humano. Los animales, especialmente de especies primitivas, tienen una
primariedad cercana al máximo. Les recordaré que una persona de baja pr
imatividad en la vida cotidiana usa la razón y no sus programas instintivos.
Como los rituales matrimoniales instintivos son de diálogo, como si fueran
contraseña y respuesta, la poca correspondencia de la conducta de una persona
puede dificultarle enormemente la búsqueda de la pareja en su vida. A este
hombre pueden no tomarlo como un macho maduro sexualmente.
Dicen que las mujeres aman con los oídos. Voy a decir más, eso es una
característica no estrictamente humana. Los machos de los pájaros cantores
cantan precisamente para atraes a las hembras, para esos fines emite los sonidos
la cigarra, croa el macho de la rana, aúlla el gato por las noches de marzo,
etc., etc. Ni que hablar que las estrellas de la canción es una de las
categorías más populares entre las mujeres… Además, ¡ellos cantan m 5;s que
nada sobre el amor!
¿Qué es más importante para tener éxito, un alto rango o alta primariedad?
Desde luego el rango. Al teniente le perdonan todo, inclusive su baja
primariedad. Más, los hombres de alto rango y baja primariedad tienen un
encanto especial, y tienen mucho éxito entre las mujeres muy honradas, aunque no
baten los récords de los harenes. Aunque la primariedad es una cualidad innata,
y es difícil cambiarla, por mucho que trabajemos sobre nuestra imagen, m enos
todavía si no se tiene talento de artista.
Las posibilidades bajas se puede probar compensarlas con una gran cantidad de
intentos. Y no tenga vergüenza de utilizar la táctica preferida femenina, tener
varios líos al mismo tiempo, desde luego tomando medidas para que estos líos no
se crucen. Como mínimo obtendrá una experiencia práctica, y, puede ser, tendrá
la seguridad en sí mismo que le falta. Para conseguir esta experiencia se puede
mantener citas por los anuncios matrimoniales, pero no tenga fe en ellos, es un
método muy poco efectivo para encontrar una mujer.
Desde luego las mujeres se ríen de todas las maneras posibles de un hombre de
bajo rango, pero no deje los intentos, tómelo con filosofía. De todos modos no
haga de esto una tragedia, y no caiga en la depresión. Además no sotros vivimos
en un mundo relativo, y como ya se ha dicho, un rango alto por sí solo no es una
garantía de éxito total, y viceversa, un rango bajo no es una garantía de poco
éxito, son solo los factores que fuertemente influ yen en la posibilidad de ser
correspondido. Además existe el instinto de la curiosidad sexual…
Y una cosa más, trate de no perder tiempo con las mujeres de alto rango.
¿En qué debe pensar una gallina que escapa del gallo? - ¿No estoy corriendo demasiado deprisa? |
Es decir, cuanto más sofisticado es su aspecto, tanto más alta es la concentración de machos a su alrededor. Desde luego se tiene en cuenta una sofisticación extrema, no estoy haciendo propaganda de un aspecto descuidado, válgame dios.
Como ya se ha dicho, la cantidad de cópulas es el índice cuantitativo más claro del rango, además la hembra se deja normalmente al macho de alto rango, admitiendo su rango más bajo. Por consiguiente el consentimiento a cop ular es uno de los signos de aceptación de su subordinación. Por eso las charlas sobre el sexo entre los hombres tienen un carácter de presunción y desprecio hacia las mujeres, y entre los tenientes este carácter lo tienen no solamente las charlas. Un componente muy habitual en las peleas son las frases de tipo: “Te voy a joder”, que tiene el objetivo muy claro de humillar al contrincante. ¿Pero que hay de humillante en un acto natural y fisiológico? Se consid era una especie de bravura de humillarlas todavía más, ya que, aunque es triste, la humillación del prójimo es uno de los métodos más comunes de subir su rango. Más todavía si se trata de la pareja sexual. Las mujeres, desde luego, se ofenden cuando las humillan, ¡pero trate de quitarle a una mujer de alta primariedad un hombre que la humilla! Morirá, pero no lo dejará.
Por esta misma razón se desprecian los hombres que practican la masturbación. La masturbación femenina, siendo solo un poco menos común, no provoca este desprecio. La lógica es la misma: si uno se masturba quiere decir qu e no tiene mujer, si no tiene mujer, quiere decir que es de bajo rango.
¿Qué estás buscando? – He perdido la llave. ¿Y dónde la has perdido? – Ahí. ¿Y por qué la buscas aquí? – Aquí hay más luz. |
La conciencia común está llena de prejuicios y especialmente en este campo.
Por ejemplo, las mujeres están seguras que un hombre lo tiene más fácil a la
hora de buscar una mujer, que una mujer a la hora de buscar un hombre, aunque
los estudios de los sociólogos demuestran lo contrario; la mayoría de las
mujeres está segura que es el hombre quien elige a la mujer, pero en la práctica
es al revés. Para entender el mecanismo de la aparición de tales ilusiones vamos
a imaginar una situación exagerada:
En un pueblo hay 100 hombres y la misma cantidad de mujeres. De estos cien
hombres cinco son unos tenorios incorregibles que cambian de mujer como término
medio una vez por mes, otros están en sus casitas y no asoman las narices.
Después de un tiempo no muy largo todos los tenorios van a estar con todas
las mujeres del pueblo, y otros no más que con una. Como resultado las mujeres
en sus charlas van a contar más o menos lo mismo: “yo tuve 6 hombres, y cinco de
los cu ales eran tan…” Naturalmente ellas van a llegar a una conclusión errónea
que 5/6 de los hombres son puercos, mentirosos, astutos, etc., etc.
La selección contemplativa descrita arriba es objetiva, es decir, aquí fallaría
también un robót imparcial. Además de esta selección existe una selección
subjetiva, que es la consecuencia de las peculiarid ades de la memoria humana,
ya que los sucesos importantes desde el punto de vista emocional se acuerdan con
más fuerza. A aquellos 5 tenorios con más probabilidad los van a recordar todas
las mujeres, ya que provocaron las emociones má s fuertes. Como resultado de
ello el único hombre más o menos honrado de los 6 puede ni ser recordado.
Una persona sin preparación difícilmente puede evitar la influencia de estos
engaños ópticos. Los medios de comunicación también ayudan a tergiversar la
estadística, ya que prefieren escribir sobre los hechos rar os, atípicos, poco
comunes, lo que da la ilusión de que son comunes y típicos.
Soy una mujer débil, desamparada, ¡no lo voy a permitir! ¡A los tres inquilinos ya les metí al juicio, y, como me digas esto, te vas a arrastrarte a mis pies! |
Entonces, los papeles biológicos de hembras y machos son bastante diferentes.
Más arriba ya indicamos una viabilidad menor de los machos, debido a, entre
otras causas, una conducta más arriesgada. Es obvio que las diferencias de la
conducta no acaban en esto y claramente deben corresponder a los papeles
biológicos. Como el valor personal de cada hembra es mucho más alto que el del
macho, ya que la cantidad de los machos que nacen es mucho mayor que se necesita
para fe rtilizar a todas las hembras, en la conducta de las hembras debe dominar
la preocupación por sí mismas (y exigencia de cuidar de ellas de los que la
rodean), prudencia, huida de los riesgos, y, si se sacrifica, lo hace sólo por
sus hijo s, ya que es realmente el objetivo final de preocupación por sí misma.
Las tradiciones de la sociedad son solidarias con la primacidad de las mujeres,
ya que se basan en los programas instintivos de conducta, de un barco que se
hunde en pri mer lugar salvan a las mujeres y los niños, y, existiendo miles de
leyes y reglas que de uno u otro modo protegen a la mujer no hay ninguno para
los hombres. La ley se preocupa de PERSONA (cualquiera), o de la mujer.
Por ejemplo las leyes de matrimonio en Rusia y especialmente la práctica legal
en este campo son abiertamente discriminatorias para el hombre, pero pocos
prestan atención a ello, ya que la gente se acostumbró a esto durante miles de
años. Si un hombre obligado a defenderse, mata a otra persona, aunque sea de su
propio sexo, en Rusia le esperan largos juicios, que no siempre se terminan con
éxito para él. A una mujer en la misma situación la van a absolver s in llevarla
al juicio. Y le darán las gracias. Existe una cantidad enorme de movimientos y
organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres, pero no se oye nada
sobre sus análogos masculinos. En la prensa y otros medios de comunic ación los
problemas femeninos se discuten más y con más atención que los masculinos. Esto
sin tener en cuenta que las mujeres son idealizadas por todos, por los hombres,
por las mujeres, hecho que se basa sobre el principio de que la hembra es
insustituible.
Se puede inclusive hablar de una especie de “presunción de culpabilidad del
hombre”: si el marido pega a la mujer, es culpable el marido, si la mujer pega
al marido, otra vez tiene la culpa el marido, violación – es culpable el hombre,
di vorcio – es culpable el hombre, la mujer no puede casarse – también la culpa
la tienen los hombres. En la taza del paro femenino también la culpa la tienen
ellos. Podemos seguir dando ejemplos. La inocencia del hombre siempre hay que
demos trarla en cada uno de los casos. Si ésta no queda demostrada eso quiere
decir que el hombre es culpable. Es una base fértil para los abusos. Y para qué
vamos a tener pena de los hombres, si la misma naturaleza no les tiene pena.
Creo que todos van a estar de acuerdo con lo siguiente:
Viktor Dolnik cree que entre los primates la jerarquía es creada exclusivamente
por los machos. Puede que sea cierto en lo que ese refiere a los macacos, pero
para los humanos es en absoluto cierto. Las diferencias del nivel de
conflictivida d entre las mujeres no se necesita demostrar, así como las
diferencias en la “fuerza de los codos”. Otra cosa es que la lucha jerárquica
entre las mujeres no tiene conflictos abiertos, y en general es menos peligrosa
para la vida, ya que ca da hembra es insustituible. También se puede estar de
acuerdo que la jerarquía femenina parece ser construida aparte de la masculina,
pero sin embargo las dos están estrechamente ligadas. De todos modos la
comparación del rango f emenino y masculino es absolutamente correcta, el
potencial de rango de algunas señoras es sobresaliente, y supera fácilmente el
potencial de rango medio masculino. Recordemos el cuento del pescador y el pez
de oro de A.Pushkin.
Este cuento trata sobre unos viejos que viven en la orilla del mar. El viejo va
a pescar y pesca un pececito de oro, que es mágico. Por su vida el pececito
promete cumplir cualquier deseo del viejo. El viejo lo suelta sin pedirle nada a
cam bio. Cuando el viejo le cuenta la historia a la vieja, esta lo manda otra
vez al mar para pedir una casa nueva y riquezas. El viejo se lo pide todo al
pececito, y este cumple todos los deseos de la vieja. Pero la vieja no puede
parar, pide cada vez más y más, y se hace cada vez más altiva. Inclusive no le
deja entrar en su nueva casa al viejo. El último deseo de la vieja es hacerse la
reina de los mares y tener para sus servicios al pececito. Cuando éste escucha
el último capricho de la vieja, se enfada y desaparece en el mar. El viejo
vuelve a casa, y ve su vieja choza de pescador y a su vieja sentada al lado de
la choza.
El potencial de rango de la vieja está muy por encima del potencial del viejo,
que, junto con su egocentrismo lleva a que pierden todo. ¡Y, si no prestar
atención a los detalles de fantasía, es una situación real que podem os ver
muchas veces en la vida! La jerarquía infantil y adolescente existe en general
independientemente de la adulta, pero un adolescente de alto rango y con
dificultades en la educación no le podrá parar cualquier adulto. Para que hablar
de los adolescentes. Un gato de alto rango y caradura puede llevar a su
propietaria del cabello…
El amor hacia sí mismo es la única historia de amor que dura toda la vida
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El egocentrismo es la imposibilidad de QUERER ponerse en el lugar de otro, imaginarse “en su pellejo”, el egoísmo es la falta de deseo de ceder en sus intereses. En la psicología existen las nociones de “reflexion” y “empatía”. La primera significa la capacidad de entender cómo los demás valoran a uno, y la segunda es la capacidad de interpretar correctamente las emociones de los demás. El egocéntrico tiene poca capacidad para lo uno y para lo otro. A una persona no egocéntrica muchas veces la llaman reflexiva, pero no es del todo correcto. No niego que entre los hombres no existan egocéntricos (más todavía, los récords del egocentrismo hay que buscar entre ellos), pero para una mujer ser egocéntrica es más corriente. Aunque se hable mucho sobre la emot ividad femenina, la empatía es la capacidad de interpretar adecuadamente las emociones de otras personas, pero no es la incapacidad de dominar sus emociones. La capacidad de leer la mímica y los gestos ayuda, desde luego, a entender las emo ciones de otra persona, pero para entenderlas hay que querer hacerlo. Pero el egocéntrico no se interesa por el mundo en el que vive, y, en primer lugar, no se interesa por el mundo interior de otra gente. Le interesa únicamente, hasta pro fesar un amor a sí mismo, su propio mundo interior. Esto indirectamente aclara porque a las mujeres les gustan los espejos.
Desde el punto de vista biológico el egocentrismo femenino tiene su justificación, más, ¡es en algún sentido NORMAL!!!, |
Todas las personas son iguales. Pero algunas son más iguales que las otras. |
El tema de jerarquía primitiva en nuestra sociedad es sumamente interesante por
sí sólo, y merece ser descrito en un tratado aparte. Por esa causa les propongo
dejar las relaciones entre los sexos, y ver las relaciones simplemente e ntre
las personas. Esto, además, nos ayudará a entender mejor las relaciones entre
los sexos.
La jerarquía prehistórica visible o invisiblemente pasa por toda nuestra
sociedad. En un estado relativamente puro la podemos ver en muchos grupos
infantiles, cuando la conciencia no está aún madura, especialmente en los orfana
tos. Gregarismo, influibilidad sin crítica por sus líderes – todo eso son los
programas instintivos de conducta que no frena la razón. A propósito, en los
orfanatos difícilmente están hijos de unos padres honrados, así que la
conducta específica del orfanato es en mucho predeterminada genéticamente. Una
conducta provocadora y antisocial de los adolescentes (y no sólo de ellos), una
crueldad sin motivo, persecución de los omegas (que objetiv amente no son los
peores niños) son unas señales de la lucha jerárquica. Un niño de bajo rango va
a tener en la jerarquía un puesto peor, es decir, para él no tiene sentido
participar en esta lucha. Un niño de baja primariedad va a actuar de esta
manera y va a distanciarse de la jerarquía, pero el de alta primariedad no
puede hacer así, el instinto le exige participar en la jerarquía, aunque se
sienta horriblemente.
Entre los adultos la jerarquía se ve muy bien en las condiciones en las que los
derechos civiles de una u otra manera están limitados. Son, por ejemplo, las
prisiones, nuestro ejército con sus abusos, las compañías de gent e de baja
cultura, especialmente criminales, que valoran a una persona principalmente por
su rango, y son muy intolerantes a los mínimos indicios de irreverencia hacia el
rango.
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No intervengas entre los que pelean, Seguro que son cómplices |
Las bases etológicas de la agresividad están muy bien descritas por C.Lorenz [9] y
V.Dolnik [1], y me permitiré exponer mis propias ideas al respecto.
En la base de muchos tipos de agresión a la persona está la contradicción entre
el potencial del rango básico del criminal y su baja posición real en la
sociedad. Esto pasa si la persona sin tener ningún otro tipo de virtud tiene
sólo la insolencia prehistórica, que en la sociedad contemporánea es poco,
gracias a dios, para hacer una buena carrera. Si esta posición se une a la
primariedad alta, esta persona trata de realizar su necesidad de d ominar
utilizando cualquier medio. Pero si su posición social es baja, no tiene muchos
medios para ello. Así mediante los crímenes contra otras personas realiza sus
ambiciones de rango.
En nuestra policía Rusa, por lo visto, prevalecen los dominantes de alta
primariedad, por esta causa la población obediente a las leyes teme casi tanto
a la policía como a los criminales. Para ellos su servicio también es el m odo
de realizar sus ambiciones de rango, y está muy mal que la forma de realizarlo
no se distingue de la misma entre los criminales…
La alta agresividad de los adolescentes, su insolencia con los adultos se
explica porque un adolescente debe subir en la jerarquía de abajo para arriba, y
es muy difícil, ya que los adultos que ocupan los niveles altos de la jerarquí a
tratan de mantener su rango. Cuando una persona comete una acción antisocial,
con eso quiere decir a la gente: “Soy alfa, estoy por encima de la sociedad, no
tengo intención de someterme a ustedes, sino ustedes deben someterse a mí. O
demuéstrenme que su rango es más alto que el mío.” Es decir, una conducta
antisocial (contraposición de sí mismo a la sociedad) tiene unas raíces
instintivas muy profundas, así como la intención de crear jera rquías.
¿Cómo adivinar el rango el interlocutor? Cuánto más parecidos son los
potenciales de rango, tanto más difícil es hacerlo, por lo menos al principio.
Además de una clara seguridad en sí mismo, la costumbre d e no abotonar la
camisa hasta arriba (por lo menos, entre los hombres) o la costumbre de andar
con la camisa desabrochada señala un alto potencial de rango. La camisa
abotonada hasta arriba, la costumbre de hablar bajo, así como la costumbr e de
cruzar los brazos, al contrario, indican un potencial bajo. La agresividad
peligrosa es característica para los dominantes con la primariedad alta.
Si al ver a alguien usted siente un deseo irresistible de bajar la vista, puede
estar seguro que ante usted está un alfa. El, sin embargo, mira con mucho gusto
en los ojos de todos, viendo como todos bajan la vista admitiendo su
superioridad. Para él esto es importante, ya que el dominante agresivo (tirano)
es realmente un cobarde, y está dominando a la gente exclusivamente porque estos
se someten voluntariamente. En los experimentos con los gallos los que se
mencionaron arriba, las crestas altas de los gallos dominantes fueron pegadas,
y, pese a sus magníficas dotes de luchadores, han caído en la jerarquía. Eso
pasaba sólo porque nadie quería someterse a ellos por su propia voluntad.
¿Y si probásemos no someterse a la gente? Si su rango es bajo es muy arriesgado.
No debe humillarse, solamente huir de estas situaciones. Su orgullo puede
empujarlo al conflicto, pero seguir el conflicto usted no podrá. El domina nte
ya captó su rango y sabe que tarde o temprano usted va a rendirse. El conflicto
es su elemento, disfruta de esto. El no lucharía con algo que no puede ser
dominado por él (por ejemplo, con las fuerzas de la naturaleza), ¡pero usted
está en sus manos! Parar a esta gente es necesario, pero no lo debe hacer usted.
Triunfando sobre usted (es casi inevitable), él va a fortalecer su agresividad.
Empezar un conflicto con los de alto rango se puede sólo en el cas o de que
usted esté seguro de vencerle.
¿Qué se puede aconsejar en este caso? Son muy comunes los consejos no mostrar su
miedo al contrincante. ¡Son correctos! Si tiene miedo, admite que su rango es
más bajo, es decir, usted es una víctima fácil. Pero si n un buen entrenamiento
no trate de imitar a una persona de alto rango, lo más probable que no le salga
bien, pero puede provocar la agresión, ya que un omega que pretende el puesto de
alfa debe estar castigado. Es mejor no dejarle entende r su rango, demostrarle
que no le interesan los juegos de jerarquías. Por ejemplo, si es posible, no
prestarle atención mostrando que le trae sin cuidado. Sin saber cual es su rango
esta persona puede no decidirse a empezar el conflicto. El, le recuerdo una vez
más, normalmente es un cobarde, y no empieza la lucha si no está seguro en
vencer. Esta seguridad le da el hecho de que él sabe su bajo potencial de rango,
y en este caso no dejará la lucha hasta el final.
La religión como un sistema de normas civilizadas (tengo en cuenta las
religiones principales) no pudiera realizar las funciones de civilización, si el
Dios no tuviera el rango máximo, la posición más alta. De otra manera es
imposible convencer la sociedad de baja cultura y alta primariedad que no está
bien hacer daño al prójimo. ¡Desde el punto de vista egoísta y pragmático esto
está muy bien! Por lo menos para una perspectiva bre ve. Lo que esto es dañino a
la larga como a él mismo, tanto a toda la humanidad, el individuo no podía
entender y aceptar así como así. En la práctica este “super jerarca” se dotaba
de distintas cualidades humanistas qu e debido a su estatuto jerárquico se
admitían por los feligreses como un ejemplo a seguir.
Podemos notar que prácticamente todas las religiones aparecían en las capas más
bajas de la sociedad. Una persona de bajo rango necesita a alguien superior,
pero también quiere que sea justo, bondadoso y misericordioso.
Una aureola de seguridad que tienen muchos libros “sagrados” (por ejemplo,
Vedas), junto con la total incomprensibilidad de su contenido, sirven de una
fuente inagotable de autoridad. Su sentido y valor de su contenido para la
persona actual (que no es una persona que los estudia) están perdidos, por eso
su influencia no puede explicarse por el valor de su contenido. La autocrítica y
las dudas, expresadas públicamente, que son propios de la verdadera ciencia,
dañan la act itud a esta del público no científico.
Una obra de arte también es capaz de convencer de lo que sea, ya que funciona
directamente sobre los mecanismos de la subconsciente y de instintos del
cerebro. Esta es la principal tarea social del arte, convencer en algo que no se
puede demo strar (por diferentes causas) con lógica, pero no siempre esto,
demostrado de tal manera, está bien.
La propaganda actual sin ninguna vergüenza y pudor explota los programas
instintivos. Los instintos no son capaces a hacer un análisis crítico, y cuando
se encuentra una “llave” adecuada (un patrón), se puede obligar a una pers ona a
desear lo que sea. Lo principal para la propaganda es demostrar seguridad, no
son necesarios ni largas explicaciones ni pruebas. Prestemos atención a cómo
están construidos los clips de propaganda, que normalmente no tienen ning una
lógica, pero son muy emocionales. La información se da muy rápido, muchas veces
sin claridad, la atención se desvía por un centelleo. Muchas veces el texto se
lee con una velocidad muy alta. Todo esto se basa sobre el h echo de que el
subconsciente utilizando sus patrones, funciona más rápido que la conciencia, y
si no dejar posibilidad o tiempo a la razón de entender la situación (y, a lo
mejor, protestar) se puede convencer a la persona de lo qu e sea. Un método más
traicionero de la propaganda es el “no prestar atención”. Realmente esta
atención se presta fuera del control de la conciencia, y en la subconsciencia va
sin ningún tipo de obstáculo, y se mete prec isamente donde necesitan ELLOS.
1996-1999
Publicaciones científicas populares
1. V.R.Dolnik Excursiones etológicas por los jardines secretos de los humanitarios, “Naturaleza”, nº 1, 2, 3 del 1993, accesible en el Internet. 2. V.R.Dolnik ¿El sexo es la clave del enigma de la vida o la vida es la clave del enigma del sexo? “Química y vida” N 9 del 1995£., accesible en el Internet 3. Dos sexos, ¿para qué y por qué?, “Ciencia y vida”, nº3 del 1996 “Ciencia y vida” N3 del 1966£. 4. A.A.Travin Esbozos de la teoría y práctica de la evolución, “Química y vida” N 1,2,3 del 1997£., accesible en el Internet. 5. V.A.Geodakian Evolución de la teoría del sexo, “Naturaleza” N 8 del 1991£., accesible en el Internet 6. S.Afonkin ¿Pero por qué no somos hermafroditas?, “Química y vida” N 3 del 1997£. accesible en el Internet. 7. V.P.Efroimson La genealogía del altruismo, "Noviy mir" N 10 del 1961 £. accesible en el Internet. 8. V.R.Dolnik La niñez tan larga y tan incomprensible. accesible en el Internet. 9. K.Lorenz Agreción (así llamada maldad). accesible en el Internet Versión de revista / Versión completa.. 10. V.R.Dolnik ¿Existen los mecanismos biológicos de la regulación de la cantidad de la gente? “Naturaleza” N6 § 1992 £. accesible en el Internet 11. David Buss Evolution of Desire - strategies of human mating. FAQ accessible in Internet Original / Commented by Anatol Protopopov 12. A. Protopopov Correlation between Male and Female Populations for Different Age Groups with Respect to Problems of Choosing a Marriage Partner. Here 13. A. Protopopov Some Statistical Data Concerning Marriage Adverts Efficiency Here 14. A. Protopopov Falo como el espejo de la jerarquía.
13. G.Orwell "La granja". accesible en el Internet 14. G.Orwell "1984" accesible en el Internet 15. M.A.Bulgakov El corazón del perro 16. W. Golding Lord of the flies accesible en el Internet en Engles