DÍAS DE
RETRIBUCIÓN
Una exposición del
libro
de Apocalipsis
Título de la obra en
inglés:
Days of Vengeance
David Chilton
Parte Uno
PREÁMBULO: EL HIJO
DEL
HOMBRE
(Apocalipsis 1)
Introducción
El preámbulo en
Deuteronomio
(1:1-5) comienza: "Estas son las palabras ..." 1
Luego, el texto identifica al orador como Moisés a quien, como
mediador
del Pacto, se le ha "ordenado" entregarle y explicarle la "ley" de Dios
a Israel. "Por lo tanto, Yahvé es el Señor que da el
pacto
y Moisés es el representante y el mediador del pacto. De este
modo,
esta sección corresponde al preámbulo de los tratados
extra-bíblicos,
que también identificaba al orador, el cual, por medio del
pacto,
declaraba su señorío y reclamaba la obediencia del
vasallo".2
En el Apocalipsis, el preámbulo comienza con una
expresión
similar: "La Revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para
manifestar
a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró
enviándola
por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio
de
la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las
cosas
que ha visto". (1:1-2).
El propósito del
preámbulo
del pacto es, pues, proclamar el señorío del Gran Rey,
declarando
su trascendencia e inmanencia, y dejando bien claro desde el comienzo
que
su voluntad ha de ser obedecida por su vasallos, sus siervos. Los
tratados
bíblicos establecen la trascendencia e inmanencia de Dios
refiriéndose
a una o más de tres actividades: creación,
redención,
y revelación. Son las últimas dos las que se subrayan
especialmente
en el preámbulo del Apocalipsis. Ya hemos notado el
énfasis
en la revelación divina en la frase inicial, y esto se subraya
en
los versículos siguientes. La iglesias han de "oir las palabras
de esta profecía, y guardar las cosas en ella escritas", y el
Señor
pronuncia una bendición especial sobre los que obedecen (1:3);
Juan
se refiere nuevamente a sí mismo como el que ha testificado de
"la
palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo" (1:9); además,
habla
de la revelación que vino a él en términos de los
modelos corrientes y familiares de la revelación de pacto a
través
de la historia bíblica. "Yo estaba en el Espíritu en el
día
del Señor, y oí detrás de mí una gran voz
como
de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves ..."
(1:10-11;
véase más abajo).
La redención
también
se enfatiza en este pasaje: "Jesucristo, el testigo fiel, el
primogénito
de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó,
y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por
los
siglos de los siglos. Amén" (1:5-6). Además, se declara
específicamente
que Cristo es el Redentor, el Hijo del Hombre, que "viene con las
nubes"
en su gloriosa ascensión al Padre y el juicio venidero sobre
Israel
para recibir el imperio, la gloria, y un reino; que será visto
por
"los que le traspasaron", y sobre el cual se lamentarán "todas
las
tribus de la tierra" (1:7; comp. Dan. 7:13-14; Zac. 12: 10-14; Mat.
24:30;
Juan 19:37; Efe. 1:20-22). La visión de Cristo que tuvo Juan
desarrolla
la idea de su obra redentora: Está ataviado como Sumo Sacerdote
(1:13), revelado como la gloria de Dios encarnada (1:14-15), el Creador
y Sustentador del mundo, cuya poderosa Palabra sale para conquistar a
las
naciones (1:16); que murió y resucitó de entre los
muertos,
y que vive para siempre jamás (1:17-18).
Notas:
1. El título de Deuteronomio en hebreo
es simplemente: Las Palabras.
2. Meredith G. Kline, Treaty of the Great
King (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1963), p.
30.