¿Sabías que la música es un extraordinario medio a través del cual Satanás se apodera de la mente humana? Lo logra por medio de los pensamientos, sentimientos y emociones,  que influyen directamente en nuestras actitudes y acciones.  Lo hace de una forma tan sutil que no te das cuenta. Utiliza los elementos de la música: el ritmo, la melodía, la armonía y el timbre para llevar a cabo sus planes.

Elementos principales de la música

El ritmo.  Auditivamente es el resultado de la organización de las diferentes figuras rítmicas, es lo que nos ayuda a identificar los estilos musicales. Me refiero al “chun-ta-ta” (repítelo varias veces muy despacio). ¿Lo identificas? Ese “chun-ta-ta” nos permite diferenciar el ritmo de “waltz” de otros estilos musicales.

El mal uso que Satanás le da, entre otros, ocurre  cuando, a través del ritmo, se  adueña de tus movimientos convirtiéndolos en bailes y danzas para él.

Melodía.  Es una sucesión de sonidos con diferente altura. Acuérdate de “las Mañanitas” o del “Himno Nacional”.  ¿Lo puedes tararear, por favor?  ¡Muy bien! Por lo general, la melodía es de lo que nos acordamos después de haber escuchado alguna canción o pieza musical.

¿Te ha sucedido que al despertar en la mañana, en lugar de darle gracias a Dios por un día más de vida, ya estás cantando “La vida loca”?  Después, en el trayecto a la escuela o al trabajo vas oyendo a Límite. Lo  que puede pasar es que todo el día tu mente esté ocupada recordando cierta canción. Eso lo que Satanás quiere, mantenernos ocupados en asuntos irrelevantes para perder tiempo precioso que pudiéramos dedicar a Jesús.

La armonía.  Se trata del complemento de la melodía.  Volvamos al ejemplo de “Las Mañanitas” o “Cielito lindo”, pero ahora agreguemos un acompañamiento con guitarra. ¿Te lo puedes imaginar?  Ya suena diferente, ¿verdad?  Claro, suena mejor.

La armonía enriquece con variedad de sonidos a la melodía.  Hay diferentes formas de armonizar una obra o pieza musical. No es lo mismo un bolero que un rock o una sinfonía.

La influencia de Satanás con la armonía se puede ver en las emociones que provoca en las personas, y que en la mayoría de los casos alteran la conducta. Por ejemplo, la armonía del rock produce euforia y agresividad, incluso en algunos conciertos han ocurrido  accidentes y hasta muertes por el desenfreno de los jóvenes. Otro extremo son los boleros o las canciones románticas que llevan a la persona a un estado de depresión del cual les resulta difícil salir.

El timbre.  Es la cualidad de la música que nos permite diferenciar el sonido que emite cada instrumento, así como la voz de las personas.  El timbre se asocia por lo regular con las emociones, por ejemplo, el sonido de la “marimba” en ciertas personas produce alegría, pero en otras ocasiona nostalgia.

También hay cantantes que tienen un timbre especial que te hace pensar que “tienen una voz muy sensual”.

Satanás es tan hábil que nos presenta  combinaciones tan especiales que no podemos resistirnos.  Imagínate un ritmo contagioso, una melodía fácil de recordar, un cantante guapo con una voz que acaricia los oídos y baila sensualmente, ¿qué te parece?  ¿Verdad que no es tonto?  ¿Y sabes por qué hace esas combinaciones tan buenas?  Claro, tienes razón, a nosotros los cristianos no nos hace caer tan fácil, así que tiene que idear estrategias tan sutiles de forma tal que no te des cuenta que te están influenciando.  A través de la música Satanás se vale de las emociones y sentimientos para manipular a las personas y hacer que actúen en forma incorrecta delante de los ojos de Dios.

Con esto no quiero decir que ya no escuches música o que toda la música es mala, lo que quiero decirte es que elijas bien el tipo de música que escuchas y que tengas cuidado con lo que alimentas tu espíritu. “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios” (Mt. 4:4).

¿Con qué tipo de pan alimentas tu espíritu? La Biblia nos recomienda: “Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos” (Pr. 4:26). Es importante que cada día permitamos al Espíritu de Dios morar en nosotros, y así  reflejar en todos aspectos el carácter de Jesús. La influencia del Señor en la vida redundará en grandes bendiciones.

Que Dios te bendiga y que puedas hacer las mejores elecciones en todo lo que hagas.