La
historia de los cantos de la Biblia, está llena de sugestiones en
cuanto a los usos y beneficios de la música y el canto. La música es
frecuentemente pervertida haciéndola servir a malos propósitos, y así
viene a ser uno de los agentes más seductores de la tentación. Pero,
debidamente empleada, es un precioso don de Dios, destinado a elevar
los pensamientos a temas grandes y nobles a inspirar y elevar el alma.
Así
como los niños de Israel, viajando a través del desierto, alegraron su
camino por medio de la música del canto sagrado, así Dios invita a sus
niños hoy a alegrar su
vida de peregrinaje. Hay pocos medios más eficaces para grabar sus
palabras en la memoria, que el de repetirla en el canto. Y tal canto
tiene un poder maravilloso. Tiene poder para subyugar las naturalezas
rudas e incultas; para avivar el pensamiento y despertar simpatía;
para promover la armonía de acción y desvanecer la melancolía y los
presentimientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.
Es uno
de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad
espiritual. Cuán a menudo recuerda la memoria al alma oprimida y
pronta a desesperar, alguna palabra de Dios, tema olvidado de algún
canto de la infancia, y las tentaciones pierden su poder, la vida
adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y
alegría a otras almas.
Nunca
se debería perder de vista el valor del canto como medio educativo.
Cántese en el hogar cantos dulces y puros, y habrá menos palabras de
censura, y más de alegría, esperanza, y gozo. Cántese en la escuela, y
los alumnos serán atraídos más a Dios a sus maestros, y los unos a los
otros.
Como
parte del servicio religioso, el canto no es menos importante que la
oración. En realidad, más de un canto es una oración. Si se enseña al
niño a comprender esto, pensará más en el significado de las palabras
que canta, y será más sensible a su poder.
Al
conducirnos nuestro Redentor al umbral de lo infinito, inundado con la
gloria de Dios, podremos comprender los temas de alabanza y acción de
gracias del coro celestial que rodea el trono, y al despertarse el eco
del canto de los ángeles en nuestros hogares terrenales, los corazones
serán acercados más a los cantores celestiales. La comunión con el
cielo empieza en la tierra. Aquí aprendemos la clave de su alabanza.
La Educación, págs. l63, l64.
En
medio de las profundas sombras de la última gran crisis de la tierra,
la luz de Dios alumbrará con más brillo, y la canción de esperanza y
confianza se oirá en más claros y suaves acordes.
"En
aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá; ¡Tenemos una
ciudad fuerte
Salvación pondrá Dios por muros y baluartes!
¡Abrid las puertas, para que entre la nación justa,
guardadora de la verdad!
Guardarás en perfecta paz al alma que se apoya en ti,
cuya mente permanece en ti; porque confía en ti.
¡Confiad en el Señor por siempre:
porque en el Señor Jehová hay fuerza eterna"!
LA MUSICA EN LAS ANTIGUAS
ESCUELAS HEBREAS
Los principales temas de estudio eran la Ley de Dios con las
instrucciones dadas a Moisés, historia sagrada, música sagrada y
poesía.
El
arte de la melodía sacra fue diligentemente cultivado. No se oían
frívolos valses ni petulantes canciones que exaltase y desviase la
atención de Dios; sino sagrados y solemnes Salmos de alabanza al
Creador, exaltando su nombre y recordando sus maravillosas obras. Así
la música fue hecha para servir un propósito santo para elevar los
pensamientos a todo lo que era puro y noble y elevado, y para
despertar en el alma la devoción y la gratitud a Dios.
Fundamentos de la Educación Cristiana,
págs. 97, 98 (en inglés).
Se
empleaba la música con un propósito santo, para elevar los
pensamientos hacia aquello que es puro, noble y enaltecedor, y para
despertar en el alma la devoción y la gratitud hacia Dios. fCuánto
contraste hay entre la antigua costumbre y los usos que con frecuencia
se le da hoy a la música! fCuántos son los que emplean este don
especial para ensalzarse así mismos, en lugar de usarlo para
glorificar a Dios! El amor a la música conduce a los incautos a
participar con los amantes de lo mundano en las reuniones de placer a
donde Dios prohibió a sus hijos que fueran. Así lo que es una gran
bendición cuando se lo usa correctamente se convierte en uno de los
medios más certeramente empleados por Satanás para desviar la mente
del deber y de la contemplación de las cosas eternas.
Patriarcas y Profetas, págs. 644, 645.
LA MUSICA EN EL TIEMPO DE
LOS ANTIGUOS JUDIOS
Mientras el pueblo vagaba por el desierto, muchas preciosas lecciones
fueron grabadas en sus mentes por medio del canto. En su liberación
del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en el canto
de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas
de júbilo y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza:
"Cantad a Jehová, porque El ha triunfado gloriosamente!" Exodo l5:2l.
Frecuentemente, durante el viaje, se repetía este canto, animando los
corazones y encendiendo la fe de los errantes peregrinos. Los
mandamientos, como fueron dados del Sinaí, con las promesas del favor
de Dios y el relato de sus milagros que hizo para librarlos, fueron
por dirección divina expresados por medio del canto, y fueron
acompañados por el sonido de música instrumental, a cuyo compás
marchaba el pueblo mientras unía sus voces en alabanza.
Así
sus pensamientos se elevaban de las pruebas y dificultades del camino,
se calmaba el espíritu inquieto y turbulento, se inculcaban en memoria
los principios de la verdad, y la fe se fortalecía. La acción en
concierto servía para enseñar el orden y la unidad, y el pueblo se
ponía en más íntima comunión con Dios y con sus semejantes.
La Educación, págs. 36, 37.
Ellos,
(los antiguos judíos) amenizaban su viaje (a la fiesta de la Pascua,
en Jerusalén) con cantos y música, y cuando por fin las torres de
Jerusalén se vislumbraban, todas las voces cantaban la triunfante
estrofa:
"Nuestros pies permanecerán
dentro de tus atrios, ¡Oh, Jerusalén...!
La paz esté dentro de tus manos,
y la prosperidad dentro de tus palacios".
Salmo l22:2-7.
El Deseado de Todas las Gentes, p. 56.
Cuando
el pueblo de Israel viajaba a través del desierto, alababan a Dios con
himnos sagrados. Los mandamientos y las promesas del Señor fueron
provistos de música y a todo lo largo del viaje fueron cantados por
peregrinos. Y en canaán, al participar de las fiestas sagradas, las
maravillosas obras de Dios habían de ser repasadas, y ofrecerse
acciones de gracias a su nombre. Palabras
de Vida del Gran Maestro, p. 240.
Por la
noche, cuando las lámparas estaban encendidas, el atrio era teatro de
gran regocijo. (Fiesta de los Tabernáculos). Los hombres canosos, los
sacerdotes del templo y los dirigentes del pueblo, se unían en danzas
festivas al sonido de la música instrumental y al canto de los
levitas. Deseado de Todas las Gentes, p.
428.
Con
cantos sagrados y acción de gracias, los adoradores celebraban esta
ocasión. (Fiestas de los Tabernáculos). Un poco
antes
de la fiesta estaba el día de las expiaciones, cuando después de
confesar sus pecados, el pueblo era declarado estar en paz con el
Cielo.
Así el
camino era preparado para el regocijo de la fiesta. "Oh, demos gracias
al Señor; porque El es bueno: Porque su misericordia permanece para
siempre". Salmo l06:l. Se elevaba triunfalmente, mientras que toda
clase de música, mezclada con clamores de hosanna acompañaba el canto
al unísono. El templo era el centro del gozo universal. Aquí estaba la
pompa de las ceremonias de sacrificios. Aquí, alineado a cada lago de
las gradas de mármol blanco del edificio sagrado, el coro de levitas
dirigía el servicio de canto. La multitud de adoradores, agitando sus
palmas y ramas de mirto, unía su voz a los acordes, y repetía el coro;
y de nuevo la melodía era entonada por voces cercanas y lejanas, hasta
que las colinas circundantes parecían entonar alabanzas.
El Deseado de Todas las Gentes, p. 4l2.
Juntaos con vuestros niños de tarde y de mañana en adoración a Dios,
leyendo su palabra y alabándole por medio del canto. Enseñadles a
repetir la Ley de Dios. A los israelitas se les instruyó acerca de los
mandamientos: "Se los enseñaréis diligentemente a vuestros niños, y
cuando vayáis de viaje, y cuando os acostéis y cuando os levantéis".
De acuerdo con esto, Moisés dirigió a los israelitas para poner música
a la Ley de Dios. Mientras los niños mayores tocaban los instrumentos,
los menores marchaban, cantando en concierto el canto de los
mandamientos de Dios. Años más tarde ellos aún retenían en sus mentes
las palabras de la ley, la cual ellos aprendieron cuando eran niños.
Era
esencial que Moisés incorporase los mandamientos al canto sagrado,
para que, mientras marchasen por el desierto, los niños pudiesen
aprender a cantar la Ley verso por verso, fcuán esencial es en este
tiempo enseñar a nuestros niños la Palabra de Dios...! Ayudemos al
Señor, instruyendo a nuestros niños a guardar los mandamientos por
medio del canto. Hagamos todo lo que está a nuestro alcance para tener
música en nuestros hogares, para que Dios pueda entrar en él.
Review and Herald,. septiembre 8, l904.
Estas
palabras (el canto de Moisés) fueron repetidas a todo Israel, y
formaron un canto que era cantado frecuentemente, purificada hasta lo
último para exaltar el estilo de la melodía. Esta era la sabiduría de
Moisés al presentarles la verdad mediante el canto, para que mediante
la melodía pudiese venir a serles familiar y grabárseles. Era
importante para los niños aprender el canto: Para que éste pudiese
hablarles, advertirles, refrenarles, reprobarles y darles ánimo. Era
un sermón continuo. Manuscrito 7l, l897.
El
servicio de canto fue hecho parte regular del culto religioso y David
compuso salmos, no sólo para el uso de los sacerdotes en el Servicio
del Santuario, sino también para que los cantara el pueblo mientras
iba al Altar nacional para las
fiestas anuales. La influencia así ejercida fue muy abarcante, y
contribuyó a liberar a la nación de las guerras de la idolatría.
Patriarcas y Profetas, p. 768.
LA MUSICA EN LA VIDA DE DAVID
En la
contemplación de Dios y de sus obras, las facultades de la mente y del
corazón de David se desarrollaban y fortalecían para el trabajo de su
vida ulterior. Diariamente iba participando en una comunión más íntima
con Dios. Su mente penetraba constantemente en nuevas profundidades en
busca de temas que le inspirasen cantos y arrancasen música a su arpa.
La rica melodía de su voz difundida a los cuatro vientos repercutía en
las colinas como si fuera en respuesta a los cantos de regocijo de los
ángeles del cielo. Patriarcas y Profetas,
p. 694.
Pero
cuando él (David) era absorbido en profunda meditación, y atribulado
por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y producía acordes
que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno y las oscuras nubes
que parecían oscurecer el horizonte del futuro, se disipaban.
Patriarcas y Profetas, p. 697.
Nuevamente el largo séquito estaba en movimiento, y la música del arpa
y la corneta, de la trompeta y del címbalo flotó hacia el cielo,
fusionada con la melodía de muchas voces. "Y David danzó delante del
Señor", en su regocijo, al compás de la música.
Patriarcas y Profetas, p. 766.
LA MUSICA EN EL TIEMPO DE
LOS ANTIGUOS JUDIOS
Mientras el pueblo vagaba por el desierto, muchas preciosas lecciones
fueron grabadas en sus mentes por medio del canto. En su liberación
del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en el canto
de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas
de júbilo y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza:
"Cantad a Jehová, porque El ha triunfado gloriosamente!" Exodo l5:2l.
Frecuentemente, durante el viaje, se repetía este canto, animando los
corazones y encendiendo la fe de los errantes peregrinos. Los
mandamientos, como fueron dados del Sinaí, con las promesas del favor
de Dios y el relato de sus milagros que hizo para librarlos, fueron
por dirección divina expresados por medio del canto, y fueron
acompañados por el sonido de música instrumental, a cuyo compás
marchaba el pueblo mientras unía sus voces en alabanza.
Así
sus pensamientos se elevaban de las pruebas y dificultades del camino,
se calmaba el espíritu inquieto y turbulento, se inculcaban en memoria
los principios de la verdad, y la fe se fortalecía. La acción en
concierto servía para enseñar el orden y la unidad, y el pueblo se
ponía en más íntima comunión con Dios y con sus semejantes.
La Educación, págs. 36, 37.
Ellos,
(los antiguos judíos) amenizaban su viaje (a la fiesta de la Pascua,
en Jerusalén) con cantos y música, y cuando por fin las torres de
Jerusalén se vislumbraban, todas las voces cantaban la triunfante
estrofa:
"Nuestros pies permanecerán
dentro de tus atrios, fOh, Jerusalén...!
La paz esté dentro de tus manos,
y la prosperidad dentro de tus palacios".
Salmo l22:2-7.
El Deseado de Todas las Gentes, p. 56.
Cuando
el pueblo de Israel viajaba a través del desierto, alababan a Dios con
himnos sagrados. Los mandamientos y las promesas del Señor fueron
provistos de música y a todo lo largo del viaje fueron cantados por
peregrinos. Y en canaán, al participar de las fiestas sagradas, las
maravillosas obras de Dios habían de ser repasadas, y ofrecerse
acciones de gracias a su nombre. Palabras
de Vida del Gran Maestro, p. 240.
Por la
noche, cuando las lámparas estaban encendidas, el atrio era teatro de
gran regocijo. (Fiesta de los Tabernáculos). Los hombres canosos, los
sacerdotes del templo y los dirigentes del pueblo, se unían en danzas
festivas al sonido de la música instrumental y al canto de los
levitas. Deseado de Todas las Gentes, p.
428.
Con
cantos sagrados y acción de gracias, los adoradores celebraban esta
ocasión. (Fiestas de los Tabernáculos). Un poco antes de la fiesta
estaba el día de las expiaciones, cuando después de confesar sus
pecados, el pueblo era declarado estar en paz con el Cielo.
Así el
camino era preparado para el regocijo de la fiesta. "Oh, demos gracias
al Señor; porque El es bueno: Porque su misericordia permanece para
siempre". Salmo l06:l. Se elevaba triunfalmente, mientras que toda
clase de música, mezclada con clamores de hosanna acompañaba el canto
al unísono. El templo era el centro del gozo universal. Aquí estaba la
pompa de las ceremonias de sacrificios. Aquí, alineado a cada lago de
las gradas de mármol blanco del edificio sagrado, el coro de levitas
dirigía el servicio de canto. La multitud de adoradores, agitando sus
palmas y ramas de mirto, unía su voz a los acordes, y repetía el coro;
y de nuevo la melodía era entonada por voces cercanas y lejanas, hasta
que las colinas circundantes parecían entonar alabanzas.
El Deseado de Todas las Gentes, p. 4l2.
Juntaos con vuestros niños de tarde y de mañana en adoración a Dios,
leyendo su palabra y alabándole por medio del canto. Enseñadles a
repetir la Ley de Dios. A los israelitas se les instruyó acerca de los
mandamientos: "Se los enseñaréis diligentemente a vuestros niños, y
cuando vayáis de viaje, y cuando os acostéis y cuando os levantéis".
De acuerdo con esto, Moisés dirigió a los israelitas para poner música
a la Ley de Dios. Mientras los niños mayores tocaban los instrumentos,
los menores marchaban, cantando en concierto el canto de los
mandamientos de Dios. Años más tarde ellos aún retenían en sus mentes
las palabras de la ley, la cual ellos aprendieron cuando eran niños.
Era
esencial que Moisés incorporase los mandamientos al canto sagrado,
para que, mientras marchasen por el desierto, los niños pudiesen
aprender a cantar la Ley verso por verso, fcuán esencial es en este
tiempo enseñar a nuestros niños la Palabra de Dios...! Ayudemos al
Señor, instruyendo a nuestros niños a guardar los mandamientos por
medio del canto. Hagamos todo lo que está a nuestro alcance para tener
música en nuestros hogares, para que Dios pueda entrar en él.
Review and Herald,. septiembre 8, l904.
Estas
palabras (el canto de Moisés) fueron repetidas a todo Israel, y
formaron un canto que era cantado frecuentemente, purificada hasta lo
último para exaltar el estilo de la melodía. Esta era la sabiduría de
Moisés al presentarles la verdad mediante el canto, para que mediante
la melodía pudiese venir a serles familiar y grabárseles. Era
importante para los niños aprender el canto: Para que éste pudiese
hablarles, advertirles, refrenarles, reprobarles y darles ánimo. Era
un sermón continuo. Manuscrito 7l, l897.
El
servicio de canto fue hecho parte regular del culto religioso y David
compuso salmos, no sólo para el uso de los sacerdotes en el Servicio
del Santuario, sino también para que los cantara el pueblo mientras
iba al Altar nacional para las fiestas anuales. La influencia así
ejercida fue muy abarcante, y contribuyó a liberar a la nación de las
guerras de la idolatría. Patriarcas y
Profetas, p. 768.
LA MUSICA EN LA VIDA DE SALOMON
Cuando
llevó al templo el arca sagrada que contenía las dos tablas de piedra
sobre las cuales el dedo de Dios había escrito los preceptos del
Decálogo, Salomón siguió el ejemplo de su padre David. A cada
intervalo de seis pasos ofreció un sacrificio. Con cantos, música y
gran pompa, "los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su
lugar, en el oratorio de la casa, en el lugar santísimo." (2 Cr. 5:7).
Al salir del santuario interior, se colocaron en los lugares que les
habían sido asignados. Los cantores, que eran levitas ataviados de
lino blanco y equipados con címbalos, salterios y arpas, se hallaban
en el extremo situado al oriente del altar y con ellos había l20
sacerdotes que tocaban las trompetas. (2 Cr. 5:l2).
"Sonaban pues las trompetas, y cantaban con la voz todos a una, para
alabar y confesar a Jehová: Y cuando alzaban la voz con trompeta y
címbalos e instrumentos de música, cuando alababan a Jehová, diciendo:
Porque es bueno, porque su misericordia es para siempre: La casa se
llenó entonces de una nube, la casa de Jehová. Y no podían los
sacerdotes estar para ministrar, por causa de la nube; porque la
gloria de Jehová había henchido la casa de Dios". (2 Cr. 5:l3, l4).
Profetas y Reyes, págs. 27, 28.
LA MUSICA EN LA VIDA DE JESUS
En su
vida terrenal, Jesús hizo frente a la tentación con un canto. A
menudo, cuando se decían palabras mordaces y ofensivas, cuando la
atmósfera que lo rodeaba era sombría a causa de la melancolía, el
disgusto, la desconfianza; o el temor opresivo, se oía su canto de fe
y santa alegría.
En
aquella última triste noche de la cena de Pascua, cuando estaba por
salir a hacer frente a la traición y a la muerte, se elevó su voz en
el Salmo. La Educación, p. l6l.
El
alba le encontraba a menudo en algún retiro, sumido en la meditación,
escudriñando las Escrituras o en oración. Con su canto daba la
bienvenida a la luz del día. Con himnos de acción de gracias amenizaba
las horas de labor y llevaba la alegría del cielo a los rendidos por
el trabajo y a los descorazonados. M.C. P.
34.
A
menudo expresaba su alegría cantando salmo e himnos celestiales. A
menudo los moradores de Nazareth oían su voz que se elevaba en
alabanza y agradecimiento a Dios. Mantenía comunión con el cielo por
medio del canto; y cuando sus compañeros se quejaban de cansancio,
eran alegrados por la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus
alabanzas parecían ahuyentar a los malos ángeles, y como incienso,
llenaban el lugar de fragancia. La mente de los que le oían se
alejaban del destierro que aquí sufrían para elevarse a la Patria
Celestial. Deseado de Todas las Gentes, p.
54.
Cuando
Cristo fue un niño como estos niños aquí, fue tentado a pecar, pero no
cedió a la tentación. Cuando creció fue tentado, pero los cantos que
su madre le había enseñado a cantar venían a su mente, y levantaban su
voz en alabanza. Y antes que sus compañeros se percataran, estaban
ellos cantando con él. Dios quiere que usemos cada facilidad con que
el cielo nos ha dotado para resistir al enemigo.
Manuscrito 65, l90l.
Cuando
otros están impacientes, descontentos y quejándose porque el yo no
está doblegado, comience a cantar alguno de los cantos de Sión,
Mientras Cristo estaba trabajando en el banco de carpintero, otros lo
rodeaban algunas veces tratando de causar que se impacientara; pero él
comenzaba a cantar alguno de los bellos Salmos, y antes que ellos se
percataran de lo que hacían, se habían unido con él en canto,
influenciados, como si fuera por el poder del Espíritu Santo que
estaba allí. Adventist Home, p. 443.
Con
himnos de acción de gracias amenizaba las horas de labor y llevaba la
alegría del cielo a los rendidos por el trabajo y descorazonados.
Ministry of Healing, p. 52.
MUSICA
La
melodía de la alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se
pone en contacto con la tierra, se oye música y alabanza, "acciones de
gracias y voz de melodía". Isaías 5l:3.
Educación, págs. l56, l57.
Por
encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la
sonrisa de Dios, "a una cantaron las estrellas de la mañana, y
gritaron de alegría todos los hijos de Dios". Job 38:7. Los corazones
humanos, simpatizando con el cielo, han respondido a la bondad de Dios
en notas de alabanza. Muchos de los eventos de la historia humana han
estado ligados con el canto. Educación, p.
l57.
fCuán
a menudo, por medio de palabras de canción sagrada, brotan en el alma
manantiales de penitencia y fe, de esperanza, de amor y gozo!
Educación, p. l58.
Y
dondequiera que las almas se sometan a la suavizadora y enternecedora
influencia del Espíritu de Dios mediante estos ángeles ministradores,
hay gozo en el cielo; el Señor mismo se regocija con cánticos.
Mensajes Selectos I, p. ll3.
Son la
alabanza y acción de gracia expresada por medio del canto. Cuando nos
vemos tentados, en vez de dar a manifestar nuestros sentimientos,
elevemos con fe una canción de gracias a Dios.
El
canto es una arma que siempre podemos esgrimir contra el desaliento.
Si abrimos así el corazón a los rayos de luz de la presencia del
Salvador, tendremos salud y su bendición.
Ministerio de Curación, p. l96.
Si
hubiese más adoración a Dios, y menos recitación lastimera de
desaliento, se podrían lograr más victorias.
Carta 53, l896.
Debe
haber una vívida conexión con Dios mediante la oración, una vívida
conexión con Dios mediante cantos de alabanza y acción de gracias.
Carta 96, l898.
Aquellos que, indiferentes a todo lo demás, se ponen así mismos en las
manos de Dios, para hacer y ser todo lo que El desee, verán al Rey en
su hermosura. Ellos contemplarán sus incomparables maravillas, y
tocando sus arpas de oro, llenarán todo el cielo con rica música y con
cánticos al Cordero.
Me
agrada escuchar los instrumentos musicales que tienen ustedes aquí.
Dios quiere que los tengamos. El quiere que le adoremos con el
corazón, con el alma y la voz, magnificando su nombre ante el mundo.
Review and Herald, June l5, l905.
LA MUSICA EN EL SERVICIO DE LA
IGLESIA
No hay
palabra que pueda expresar propiamente la profunda bendición de una
adoración genuina. Cuando los seres humanos cantan con el espíritu y
el entendimiento, músicos celestiales llevan dicho esfuerzo y lo unen
a su canto de agradecimiento. Aquel que ha conferido sobre nosotros
todos los dones que nos capacitan para ser colaboradores junto con
Dios, espera que sus siervos cultiven sus voces para que puedan hablar
y cantar de una manera que todos puedan entender. No es el canto o voz
recia el que se necesita, sino de clara entonación, pronunciación
correcta, y expresión distinguida. Tomen todos tiempo para cultivar la
voz, para que la alabanza a Dios pueda ser cantada en claros y suaves
tonos, no con asperezas o chillidos que ofendan al oído. La habilidad
para cantar es un don de Dios; por consiguiente, úsese para su gloria.
Testimonios, vol. 9, págs. l43, l44.
Lo que
es hecho para la Gloria de Dios, debe ser hecho con alegría, con
cantos de alabanza y acción de gracias, no con tristeza y melancolía.
Camino a Cristo, p. l04.
Cantad
al Señor cántico nuevo, y su alabanza desde el extremo de la tierra,
vosotros que váis debajo de los mares y todos los que en ellos están,
las islas y sus habitantes. Que todo el desierto y las ciudades alcen
sus voces, las villas que habita Kedar: Que todo habitante de la roca
cante, canten desde las cumbres de las montañas. Isaías 42:l0, ll.
SALMO
100
"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra.
Servid a Jehová con alegría: Venid ante su acatamiento
con regocijo.
Reconoced que Jehová él es Dios: El nos hizo, y no
nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y
ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con reconocimiento,
por sus atrios con alabanzas;
Alabadle, bendecid su nombre.
Porque Jehová es bueno: para siempre es su
misericordia, y su verdad por todas las generaciones.
Un
ministro no debe permitir que los himnos sean cantados hasta que se ha
cerciorado de que son familiares a los que los entonan. Una persona
capaz debe ser asignada para hacerse cargo de este ejercicio y debe
ser su obligación ver que tales himnos sean seleccionados para que
puedan ser cantados con el espíritu y el entendimiento también. El
canto es una parte del culto a Dios, pero de la manera tan bromista en
que es conducida tan a menudo, no da crédito a la verdad y honor a
Dios.
Pero
el canto no debe apartar la mente de las horas de devoción. Si hay uno
entre los dos que debe ser descuidado, éste sea el canto.
Review and Herald, julio 24, l883.
La voz
humana que canta la música de Dios con un corazón lleno de gratitud y
acción de gracias es mucho más placentera para El, que la melodía de
todos los instrumentos musicales que manos humanas hayan inventado
alguna vez. Carta 20, l892.
En las
reuniones que se sostengan, se ha escogido un número de personas para
tomar parte en el servicio de canto. Los cantos sean acompañados con
instrumentos musicales que sean ejecutados hábilmente. No debemos
oponernos al uso de los instrumentos musicales en nuestra obra. Esta
parte del servicio debe ser conducida cuidadosamente; porque es la
alabanza de Dios en canto. Testimonios,
vol. 9. p. l44.
Se
puede lograr un gran adelanto con el canto. Algunos piensan que
mientras más fuerte canten, mejor música logran hacer; pero el ruido
no es música. El buen canto es como la música de los pájaros
-subyugadora y melodiosa-.
En
varias de nuestras iglesias he escuchado solos que fueron todos en
conjunto inapropiados para el servicio de la casa de Dios... Los
ángeles se deleitan en escuchar los cantos sencillos cantados en tono
natural. Los cantos en los que cada palabra es hablada o expresada
claramente, en un tono musical, son los cantos en los que ellos se
unen a nosotros para entonarlos. Ellos llevan hacia arriba el coro que
es cantado de un corazón con el espíritu y el entendimiento.
Manuscrito 9l, l903.
Vi que
todos deben cantar con el espíritu y el entendimiento también. Dios no
es agradado con jerga y discordancia. Lo correcto es siempre más
agradable para El que lo incorrecto. y mientras más se acerque el
pueblo de Dios a lo correcto, al canto armonioso, El es más
glorificado, y la iglesia beneficiada y los no creyentes afectados.
El
buen canto es una parte importante del culto a Dios. Estoy encantada
de que el hermano Beardslee (en la escuela de Heardsburg) está
entrenando a los estudiantes para ser cantores evangelistas.
Fundamentos de la Educación Cristiana, p.
487.
Hay
quienes tienen el especial talento del canto, y hay ocasiones cuando
un mensaje especial es llevado por uno solo, o por varios unidos al
canto. Pero el canto rara vez debe ser entonado por unos pocos. La
habilidad de cantar es un talento de influencia, el cual Dios desea
que todos cultiven y usen para la gloria de su nombre.
Testimonios, vol. 7, págs. ll5, ll6.
La
música forma parte del culto a Dios en las cortes de arriba, y
nosotros debemos intentar, en nuestros cantos de alabanza,
aproximarnos lo más cerca posible a la armonía de los coros
celestiales. El entrenamiento propio de la voz es una fase importante
en la educación, y no debe ser descuidada. El canto es parte del
servicio religioso, es tan importante en el culto como lo es la
oración. El corazón debe sentir el espíritu del canto, para darle la
expresión correcta. Patriarcas y Profetas,
p. 594.
UN MAL
USO DE LA MUSICA
Ninguno que tiene un Salvador morando en su interior lo deshonraría
ante otros produciendo tonadas de un instrumento musical que hace que
la mente se desvíe de Dios y el cielo a cosas livianas y jocosas.
Testimonios, vol. l, p. 5l0.
La
introducción de la música a sus hogares, en lugar de impulsarlos a la
santidad y espiritualidad, ha sido el medio para desviar la mente de
la verdad. Los cantos frívolos y las hojas de música popular del día
parecieran congeniales a sus oraciones. La música cuando no se abusa
de ella, es una gran bendición; pero dándole un uso incorrecto, se
convierte en una terrible maldición. Excita pero no trae esa fuerza
para fortificar contra el poder de las tentaciones del malo.
Testimonios, vol. l, p. 497.
Las
cosas que usted ha descrito, que están tomando lugar en Indiana, el
Señor me ha mostrado que sucederán justamente antes que el tiempo de
prueba se cierre. Cada cosa tosca o ruda será demostrada. Habrán
gritos con tambores, música y baile. Los sentidos de los seres
racionales se volverán tan confusos que no podrá confiarse en ellos
para hacer decisiones correctas. Y esto es llamado el movimiento del
Espíritu Santo.
El
Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido
desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar
sus ingeniosos métodos destinados a tornar ineficaz la pura, sincera,
elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo. Es
mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar
instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me
mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento. La
verdad para este tiempo no necesita nada de eso para convertir a las
almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos y desnaturaliza
aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una
bendición. El influjo de los instrumentos satánicos se une con el
estrépito y el vocerío, con lo cual resulta un carnaval, y a esto se
lo denomina la obra del Espíritu Santo.
El
Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden perturbador y
esa barahúnda que me fueron mostrados en enero pasado. Satanás trabaja
en medio del estruendo y de la confusión producida por esa clase de
música, la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría para alabar y
glorificar a Dios. El diablo hace que tenga el mismo efecto que la
mordedura ponzoñosa de la serpiente.
Esas
cosas que han estado en el pasado, estarán en el futuro. Satanás hará
de la música una trampa, por el modo en que ésta es conducida.
Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 41-43.
Angeles están volando alrededor de aquella morada. Los jóvenes están
allí congregados; hay sonido de música vocal e instrumental.
Cristianos están reunidos allí, pero, gqué es lo que usted oye? Es un
canto, una frívola cantinela, especial para un salón de baile. He aquí
ángeles puros que retraen su luz y la obscuridad cierne alrededor de
ellos, y la oscuridad envuelve a los que están en aquella morada. Los
ángeles se están retirando de la escena. En sus rostros se ve
tristeza. Miro, están llorando. Esto es lo que vi repetidas veces en
las reuniones de los guardadores del sábado, y especialmente
en__________.
La
música ha ocupado las horas que debieran haber sido para la oración
devota. La música es un ídolo de muchos que profesan el sábado en los
servicios religiosos cristianos. Satanás no tiene objeción para la
música, si puede él hacer un canal por el que aparte la mente de Dios
y ocupe el tiempo que debiera ser dedicado a su servicio, convendrá a
su propósito. Para su trabajo utiliza los medios que ejerzan la más
fuerte influencia para mantener al mayor número en una infatuación
agradable, mientras son paralizados por su poder. La música es una
bendición si se aprovecha bien, pero con frecuencia resulta uno de los
más atrayentes instrumentos de Satanás para hacer caer a las almas.
Cuando se abusa de ella, conduce a los que no son consagrados, al
orgullo, a la vanidad y a la frivolidad. Cuando se permite que ocupe
el lugar de la devoción y la oración, es una maldición terrible. Los
jóvenes se reúnen para cantar, y aunque son cristianos profesos,
deshonran con frecuencia a Dios y su fe con su conversación frívola y
la música que eligen. La música sagrada no es de su gusto, Mi atención
fue dirigida a las sencillas enseñanzas de la Palabra de Dios que
habían sido pasadas por alto. En el juicio, todas estas palabras
inspiradas condenarán a los que no les prestaron atención.
Testimonies, tomo l, p. 506.
Una
visión de una cierta compañía me fue presentada, donde estaban
reunidos aquellos quienes profesan creer la verdad. Uno estaba sentado
con el instrumento de música, y semejantes cantos fueron expuestos
como para hacer que los ángeles que miraban lloraran. Había regocijo,
habían risas vulgares, había entusiasmo abundante y cierta
inspiración; pero la alegría era tal que Satán solamente podría
crearla. Esto prepara a los participantes para pensamientos no
santificados y acciones iguales. Tengo razón para pensar que alguien
que estuvo involucrado en dicha escena difícilmente se arrepentirá de
tan vergonzosa participación. Consejos
para Padres y Maestros, p. 339.
Un
niño nervioso no debería ser sobrecargado en ninguna dirección, y no
debería aprender música hasta que esté bien desarrollado físicamente.
Fundamentos de Educación Cristiana, p.
4l6.
Oh,
que el sonido instrumental pudiera cesar y ellos no siguieran
desperdiciando el tiempo en complacer su propia afición.
Testimonies, vol. 2, p. l44.
Madres, en lugar de procurar dar a vuestras hijas una educación
musical, instruidlas en aquellas ramas tan útiles que tienen conección
más cerrada con la vida y la salud...Vuestras hijas pueden amar la
música, y esto puede ser correcto; puede añadirse a la felicidad de la
familia; pero el conocimiento de música sin el conocimiento de la
cocina, no sirve de mucho. Cuando vuestras hijas tienen sus propias
familias, un entendimiento de la música y buen trabajo no proveerá
para la mesas una comida bien cocinada, preparada con atractivo, para
que no tengan que avergonzarse de poner dicha comida delante de sus
amigos de más estima. Testimonies, vol. 2,
p. 538.
Hay
más reuniones para cantar que para orar entre nuestra gente; pero aún
estas reuniones pueden ser conducidas en forma tan reverencial y aún
alegre que puedan ellas ejercer una buena influencia. Hay, sin
embargo, muchísima broma y conversación ociosas y chisme, para hacer
estos tiempos beneficiosos, para elevar los pensamientos y refinar las
costrumbres. Testimonies, vol. 4, p. 73.
Cantos
bajos, gestos bajos, expresiones y actitudes, depravan la imaginación
y rebajan la moral. Testimonios, vol. 4,
p. 65.
La
opera, con su fascinante exhibicionismo y su música perturbadora, los
disfraces, el baile, la mesa de barajas, Satán los emplea para
derribar las barreras de principios y abre la puerta para la
indulgencia sensual. Hogar Adv., p. 5l5.
Ropajes lujosos, buen canto y música instrumental en la iglesia no
invitan al canto de los ángeles, a la vista de Dios estas cosas son
como las ramas de la higuera sin frutos que no tenía nada sino un
follaje pretencioso. Cristo busca frutos, por principios de bondad,
simpatía y amor. Estos son los principios del cielo, y cuando sean
revelados en las vidas de los seres humanos, sabremos qué pobre es la
tierra; sin música o demostración externa, pero si poseen estos
principios, los miembros pueden cantar, porque el gozo de Cristo está
en sus almas, y esto pueden ofrecer como dulce alabanza a Dios.
Manuscrito l23, l899.
Formas, ceremonias y acompañamiento no es la fuerza de la iglesia. Aún
estas cosas han tomado el lugar que Dios debe tener, así como sucedió
con el culto judío.
El
Señor me ha revelado que cuando el corazón es limpiado y santificado,
y los miembros de la iglesia son participantes de la naturaleza
divina, un poder saldrá de la iglesia, que profesa la verdad, que
causará melodía en el corazón. Los hombres y mujeres no dependerán
entonces de su música instrumental, sino en el poder y la gracia de
Dios; que dará gozo en abundancia.
Manuscrito, l57, l899.
Muchos
están cantando hermosos cantos en las reuniones, cantos que ellos
hacen, y que ellos dicen hacer; pero algunos no hacen estas cosas; no
cantan con el espíritu y el entendimiento. Así en la lectura de la
Palabra de Dios, algunos no son beneficiados, porque no la toman en su
vida, no la practican. Review and Herald,
sep. 2, l892.
¿Cómo
puede Dios ser glorificado cuando ustedes dependen de sus cantos en un
coro terrenal que canta por dinero? Mi hermano, cuando vea usted estas
cosas a la luz verdadera, tendrá usted en sus reuniones, solamente
sencillos y dulces cantos, y pedirá usted a la congregación que se una
al canto.
Qué
tal si entre los presentes hay varios cuyas voces no son tan
melodiosas como las de otros?
Cuando
el canto es tal que los ángeles pueden unirse con los que entonan, se
deja una impresión en las mentes que un canto en labios insatisfechos
no puede hacer. Carta l90, l902.
No
contratéis músicos mundanos si puede ser evitado. Juntad cantores que
puedan cantar con el espíritu y el entendimiento también. El
exhibicionismo extra que vosotros hacéis algunas veces ocasiona gastos
innecesarios, que los hermanos no deberían ser forzados a enfrentar, y
encontraréis que después de un tiempo los no creyentes no querrán dar
dinero para estos gastos. Carta 5l, l092.
Pero
en ciertas ocasiones es más difícil disciplinar a los cantores y
mantenerlos trabajando en orden, que mejorar los hábitos de orar y
exhortar. Muchos quieren hacer las cosas a su propio estilo, objetan a
consultar, y se impacientan bajo dirección, planes bien maduros son
necesitados en el servicio de Dios. El sentido común es una cosa
excelente en el culto del Señor.
Testimonios, vol. 4, p. 7l.
En las
reuniones que se sostienen, el canto no debe ser descuidado. Dios
puede ser glorificado en esta parte del culto. Y cuando los cantores
ofrecen su servicio, deberían ser aceptados. Pero no se debe usar
dinero para contratar cantores. A menudo el canto de simples himnos
por la congregación tiene un encanto que no poseen los cantos de un
coro, aunque estos sean muy diestros.
Carta 49, l902.
El
exhibicionismo no es religión ni santificación. No hay nada más
ofensivo ante la vista de Dios que el exhibirse en una música
instrumental, cuando los que están tomando parte no son consagrados,
no están haciendo melodía para Dios en sus corazones. La ofrenda más
dulce y aceptable a la vista de Dios es un corazón hecho humilde por
la renunciación propia, levantando la Cruz y siguiendo a Jesús.
No
tenemos tiempo ahora de buscar aquellas cosas que sólo complacen los
sentidos. Una búsqueda de todo corazón es requerida. Con lágrimas y el
corazón quebrantados en confesión necesitamos acercarnos a Dios para
que él pueda acercarse a nosotros. Review
and Herald, nov, l899.
Dios
es glorificado por cantos de alabanza de un corazón puro lleno de amor
y devoción hacia El. Testimonios, vol. l,
p. 509.
En
nuestros servicios en los campestres, debería haber música cantada e
instrumental. La música instrumental fue usada en los servicios
religiosos de los tiempos antiguos. Los adoradores adoraban a Dios con
el arpa y el címbalo, y la música debe tener su lugar en nuestros
servicios. Le añadirá interés.
Y cada día una reunión de adoración debe ser sostenida con un sencillo
servicio de acción de gracias hacia Dios. Habría más poder en nuestros
campestres si tuviéramos mayor alabanza brotando de nuestros labios
para el honor y la gloria de su nombre. Necesitamos cultivar más
fervor del alma. El Señor dice: "El que ofrece alabanza me glorifica".
Salmo 50:23. Testimonios, vol. 6, p. 62.
El
canto no debería ser hecho por unos pocos solamente. Todos los
presentes deberían alentarse para unirse en el servicio de canto.
Carta l57, l902.
La
música forma parte del culto tributado a Dios en las cortes de arriba.
En nuestros cánticos de alabanza debiéramos procurar aproximarnos,
tanto como sea posible, a la armonía de los coros celestiales. A
menudo he estado apenada de escuchar voces sin entrenamiento, entonar
las notas más altas, literalmente chillando las palabras de algún
himno de alabanza. fCuán inapropiadas son esas agudas y rasposas voces
para el solemne y gozoso culto a Dios! Anhelé detener mis oídos de
escuchar y huir del lugar, y me regocijé cuando tan penoso ejercicio
estuvo terminado.
Aquellos que hacen del canto una parte del culto divino deberían
seleccionar himnos con música apropiada para la ocasión, no notas
fúnebres, sino de ánimo, pero de melodías solemnes. La voz puede y
debería ser modulada, suavizada y dominada.
Señales de los Tiempos, junio 22, l882.
LA MUSICA DE LA ETERNIDAD
I. La
Música del Cielo
Se me
recordó luego la gloria del cielo, el tesoro allegado allí para los
fieles. Todo era hermoso y lleno de gloria. Los ángeles cantaban un
hermoso himno, luego dejaban de cantar y se quitaban las coronas
deslumbrantes, las echaban a los pies del glorioso Jesús, y con voces
melodiosas clamaban: "fGloria! fAleluya!". Me uní con ellos en sus
cantos de alabanza y honor al Cordero, y cada vez que abría la boca
para loarle, me dominaba un inefable sentido de la gloria. Dijo el
ángel: "El pequeño residuo que ama a Dios, guarda sus mandamientos y
cuyos miembros sean fieles hasta el fin, disfrutarán de esta gloria y
estarán siempre en la presencia de Jesús para cantar con los santos
ángeles". Primeros Escritos, p. 66.
Entonces se llenó el cielo de inefable júbilo. El coro celestial
entonó un cántico de alabanza y adoración. Tocaron las arpas y
cantaron una nota más alta que antes, por la gran misericordia y
condescendencia de Dios al dar a su amado hijo para que muriese por
una raza rebelde. Expresaron alabanza y adoración por el abnegado
sacrificio de Jesús, que consentía en dejar el seno del Padre y
escoger una vida de sufrimientos y angustias y morir ignominiosamente
para poder dar vida a otros. Primeros
Escritor, págs. l26, l27.
II. Música en la Tierra Nueva
El
profeta percibe allí sonido, sonido de música y de canto, cual no ha
sido oída por oído mortal alguno, ni concebido por mente humana
alguna, a no ser en visiones de Dios. "Y los redimidos de Jehová
volverán, y vendrán a Sión con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus
cabezas: Y retendrán el gozo y alegría, y huirá la tristeza y el
gemido". "Hallarse ha en ella alegría y gozo alabanza y voz de
cantar". "Y habrá cantores con músicos de flauta". (V.M.) "Estos
alzarán su voz, cantarán gozosos en la grandeza de Jehová". Isa.
35:l0; 5l:3; Sal. 87:7; Isa. 24-l4.
Profetas y Reyes, p. 539.
Palidecieron entonces todos los semblantes y se tornaron negros los de
aquellos a quienes Dios había rechazado. Todos nosotros exclamamos: "gquién
podrá permanecer? ¿Está mi vestidura sin manchas?" Después cesaron de
cantar los ángeles y por un rato quedó todo en pavoroso silencio
cuando Jesús dijo: "Quienes tengan las manos limpias y puro el corazón
podrán subsistir. Bástanos mi gracia". Al escuchar estas palabras, se
iluminaron nuestros rostros y el gozo llenó todos los corazones, Los
ángeles pulsaron una nota más alta y volvieron a cantar, mientras la
nube se acercaba a la tierra". Primeros
Escritos, p. l6.
"Procuramos recordar las pruebas más graves por las que habíamos
pasado, pero resultaban tan insignificantes frente al incomparable y
eterno peso de gloria que nos rodeaba, que no pudimos referirlas, y
todos exclamamos: "¡Aleluya! muy poco nos ha costado el cielo".
Pulsamos entonces nuestras áureas arpas cuyos ecos resonaron en las
bóvedas del cielo". Primeros Escritos, p.
l7
"Así mismo los ángeles trajeron arpas y Jesús las presentó a los
santos. Los caudillos de los ángeles preludiaban la nota del cántico
que era luego entonado por todas las voces en agradecida y dichosa
alabanza. Todas las manos pulsaban hábilmente las cuerdas del arpa y
dejaban oír melodiosa música en fuertes y perfectos acordes. Después
vi que Jesús conducía a los redimidos a la puerta de la ciudad; y al
llegar a ella la hizo girar sobre sus goznes relumbrantes y mandó que
entraran todas las gentes que hubieran guardado la verdad. Dentro de
la ciudad había todo lo que pudiese agradar a la vista. Por doquiera
los redimidos contemplaban abundantemente gloria. Jesús miró entonces
a sus redimidos santos, cuyo semblante irradiaba gloria, y fijando en
ellos sus ojos bondadosos, les dijo con voz rica y musical; "Contemplo
el trabajo de mi alma, y estoy satisfecho. Vuestra es esta excelsa
gloria para que disfrutéis eternamente. Terminaron vuestros pesares.
No habrá más muerte ni llanto ni pesar ni dolor". Vi que la hueste de
los redimidos se postraba y echaba sus brillantes coronas a los pies
de Jesús; y cuando su bondadosa mano los alzó del suelo, pulsaron sus
áureas arpas y llenaron el cielo con su deleitosa música y cánticos al
Cordero".
Primeros Escritos, p. 288.