Si
se puede decir que la religión es un asunto personal, no puede decirse
que el culto colectivo es algo personal. El culto colectivo es
precisamente eso, algo que hacemos todos juntos. En años recientes ha
habido un movimiento en cada nivel de la iglesia desde arriba hacia
abajo y de abajo hacia arriba para tratar de darle vitalidad al culto
que hacemos juntos.
Nos
referimos a lo que generalmente hacemos cuando vamos a la iglesia el
sábado de mañana. No solamente ha entrado este movimiento en nuestra
denominación, sino que se ha esparcido a través del mundo cristiano,
particularmente en Norteamérica, Australia y Europa occidental.
Esta revolución en estilo de adoración fue iniciada en gran
medida por el segmento que llamamos los carismáticos. Uso la palabra
revolución porque ésta echa abajo las formas existentes de culto y las
reemplaza con otras formas. Hubiese sido apropiado tener una reforma
de nuestros cultos, siendo que una reforma no es lo mismo que una
revolución, pero como un joven ministro me dijo, "Nosotros estamos en
el control ahora."
He titulado este sermón "DETENGAN LA MUSICA". Espero que
usted lo escuchará. No estoy diciendo que detengamos la música
permanentemente, pero solamente hasta que nos sentemos juntos y
encontremos respuesta a algunas preguntas que deben ser estudiadas.
Recuerden, el culto colectivo es precisamente eso. Es algo que hacemos
juntos. Es imposible de imaginar que hayamos llegado a una situación
en algunos lugares, y en muchos más lugares en los que el culto es
algo que nos divide en lugar de unirnos. No debiera sorprendernos.
Después de todo existe un viejo adagio que dice, "divide y conquista."
Me parece que debiéramos ver lo que está sucediendo y decir, "un
momento, aquí hay algo mal. Lo que estamos haciendo no debe ser
correcto, porque lo que está sucediendo está causando división y
confusión en el lugar donde Jesús oró pidiendo que hubiese unidad."
Yo sé que hay algo fundamentalmente mal. Cuando el joven
ministro me dijo, "Nosotros estamos ahora en el control", sus palabras
ilustraron que lo que está sucediendo es una verdadera revolución en
todo el sentido de la palabra. Amigos, esto no debiera ser así. El
apóstol Pablo nos dice que Jesús es la cabeza de la iglesia. Una
actitud que mira a la iglesia como dominada por una raza, una cultura,
un género o una generación no es la iglesia que Jesús estableció
cuando El estuvo aquí en la tierra. Por eso es que pienso que hay una
idea falsa básica en el argumento de que el culto es un fenómeno
cultural. Si esto fuese cierto, significaría que tú y yo debiéramos
poder adorar a Dios en cualquier forma que nuestra cultura particular
se incline.
Si Cristo es realmente la cabeza de la iglesia, entonces me
parecería que en lugar de debatir entre nosotros en cuanto a si
debiéramos adorar de acuerdo a mi cultura o a la tuya, haríamos mejor
en sentarnos juntos y descubrir cuáles son los principios bíblicos de
adoración.
En Jeremías 9 leemos: "Así dijo Jehová: No se alabe el sabio
en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se
alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de
alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago
misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas
quiero, dice Jehová." Jeremías 9:23,24
En el contexto de lo que está pasando actualmente en algunos
lugares que ellos puedan decir: Así dijo Jehová, que los jóvenes no
demanden un cambio por tener un cambio, que los adultos no defiendan
el status quo, que nadie piense que puede adorar a Dios en cualquier
forma que le complazca, pero que jóvenes y adultos, aquellos de tu
cultura y aquellos de mi cultura, que todas las culturas se sienten
juntas y estudien para comprender y saber que yo soy Jehová que
practico una bondad amorosa, juicio y justicia en la tierra, porque en
estas cosas me deleito.
Estoy cada vez más convencido de que como van las cosas ahora
no nos unimos para adorar a Dios, más bien nos unimos cada vez más
para complacernos a nosotros mismos. Por eso es que insistimos en
hacerlo a tu manera o a mi manera. Lo que esto pareciera estar
diciendo es que en cuanto a Dios concierne cualquier cosa es
aceptable.
El aspecto del culto que es el foco de nuestro problema es la
música. De todas las artes, según nosotros las entendemos, la Biblia
nos dice que la música es la única que continuará en el cielo. La
música comenzó en el cielo como un vehículo de adoración al Dios santo
y continuará a través de la eternidad en la misma forma. Los ángeles
cantan, los santos elegidos cantan, y algún día escucharemos al mismo
Señor Jesús cantar alabanzas en el medio de la congregación. En
Hebreos 2:12 se nos dice: "Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en
medio de la congregación te alabaré." Apocalipsis 15:3-4 dice "Y
cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero,
diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios
Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos.
¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues
sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te
adorarán, porque tus juicios se han manifestado." Por otro lado la
Biblia nos dice que un día la música del mundo cesará. En Apocalipsis
18:22 se nos amonesta que "a voz de arpistas, de músicos, de
flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti. . ."
Siendo que la música fue una provisión de Dios en su creación
para ser usada como instrumento de alabanza y adoración a él, entonces
me parece que la música que usamos para adorarle debiera basarse en lo
que nosotros podríamos llamar su cultura y no la nuestra. ¿Ven lo que
quiero decir? Yo no puedo evitar pensar que el problema que hoy se
manifiesta a sí mismo en la música de estos días se debe a lo que yo
espero que sea un mal entendido.
Si el culto es algo que estamos haciendo que está dirigido a
nosotros, a los nuestros y a los de ellos, entonces debemos ceder un
poquito aquí y quitar un poquito allí. Pero si la música es acerca de
Dios, entonces me parece que debemos, como dije antes, sentarnos,
poner a un lado nuestras diferencias y descubrir juntos quién es Dios.
No necesito decirles que nuestro culto y de allí nuestra música
revelan quién nosotros creemos que es Dios. A menos que descubramos en
las Escrituras quién es Dios,
pudiera ser que estemos adorando otro dios, o como dicen, "silbando en
la oscuridad". En este caso sería la oscuridad de nuestra propia
incomprensión. Dios nos habla en Salmos 50:21: "Estas cosas hiciste, y
yo he callado; pensabas que de cierto sería yo como tú; pero te
reprenderé, y las pondré delante de tus ojos."
Solo porque no somos golpeados por un rayo, o la tierra no se
abre para tragarnos no debemos necesariamente llegar a la conclusión
de que no importa lo que escojamos ofrecer al Señor en el culto para
adorarlo es lo que lo complace a El. El nos amonesta a no mirarle como
a uno de los muchachos. En Hebreos 11:6 nos dice: "Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan."
Hace varios años leí que no podemos llegar más alto que el
concepto que tenemos de Dios. Por esto es que es imperioso, no
solamente para su gloria sino para nuestra salvación, que entendamos
quién nos ha hecho y cómo espera él ser adorado. Todo nuestro culto,
ambos en música y en la palabra hablada, debe proyectar una alta
visión de Dios. Nuestro objetivo principal debe ser glorificar a Dios
y adorarle para siempre. Salmos 29:1,2 "Tributad a JEHOVA, oh hijos
de los poderosos, dad a JEHOVA la gloria y el poder. Dad a JEHOVA la
gloria debida a su nombre; adorad a JEHOVA en la hermosura de la
santidad." Salmos 96:9 nos dice: "Adorad a Jehová en la hermosura de
la santidad; temed delante de él toda la tierra."
El culto no es acerca de nosotros, sino acerca de Dios. Si el
culto ha de ser aceptable debe ser consistente con quién es Dios. El
culto no es acerca de nosotros, sino acerca de Dios. Más y más estamos
oyendo decir que el culto es para llenar nuestras necesidades. Aunque
es cierto que tenemos la necesidad de adorar a Dios, no se puede
pensar que podemos adorarlo como nos parece. Aún en el plan de
redención para el hombre, la salvación nunca comienza con el hombre y
sus necesidades sino con Dios y Su gloria.
Pareciera que estamos tratando de hacer el culto cada vez más
atractivo para más y más personas. Ya he mencionado que esto no es
válido a menos que estemos, de hecho, no dirigiendo nuestra adoración
a Dios sino unos a los otros. Dios no se agrada cuando cualquiera
pretende adorarle. Es aún posible adorar a Dios en vano. Eso quiere
decir que bajo ciertas circunstancias ese culto puede hasta ser una
pérdida de tiempo. En Mateo 15: 7-9 El dijo: "Hipócritas, bien
profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo de labios me
honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran,
enseñando como doctrinas mandamientos de hombres." El punto es que
Dios no puede ser adorado y glorificado donde el pecado es aceptado y
acariciado. Esto sencillamente significa que una persona que está
viviendo en pecado abierto y conocido, una persona que está
resistiendo la obra santificadora del Espíritu Santo en sus vidas no
puede adorar, siendo que las Escrituras son claras cuando dicen que el
verdadero culto debe venir del corazón. Puedes estar en desacuerdo
conmigo cien por ciento, pero esto quiere decir que el culto no es
para todo el mundo.
Disculpen si uso una ilustración sencilla, pero igual que la
intimidad física entre un hombre y una mujer es legítima solamente en
el contexto del pacto matrimonial, así la adoración a un Dios santo es
solamente para aquellos que han hecho un pacto con El de servirle como
su Hacedor y Señor.
Algunos han decidido que ellos van a ocuparse del culto para
los no convertidos, pero al así hacerlo corren el riesgo de profanar
el nombre de nuestro santo Dios. En nuestra adoración debemos obedecer
a Dios, en lugar de buscar complacernos unos a los otros y
especialmente a los perdidos.
Pablo escribió en Gálatas 1:9-11: "Como antes hemos dicho,
también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del
que habéis recibido, sea anatema. Pues ¿busco ahora el favor de los
hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si
todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Mas os hago
saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según
hombre."
¿Ustedes recuerdan cuando Elías desafió a los hijos de
Israel? El les dijo, "Si Dios es Dios adoradle, y si Baal es dios
entonces adorarle a él. No podemos servir a ambos, a Dios y al mundo"
En estos días algunos están tratando de crear un ambiente donde el
pecador se sienta tan cómodo como la persona que está entregada a
Jesús. Cuando actuamos así corremos tres riesgos: 1. Insultamos al
Santo Dios. 2. Representamos mal a Dios ante el perdido. 3. Sufrimos
profundamente por aquellos que han hecho un pacto con Jesús y cuyas
consciencias están contaminadas por las formas de culto que están
diseñadas muy de cerca según las cosas del mundo. Las personas que no
asisten a la iglesia o que no creen, vienen a nosotros con ideologías
que las Escrituras llaman "oscuras." Jesús hace claro en Juan 3:19 que
los hombres amaron más las tinieblas que la luz. La forma bíblica de
lidiar con la oscuridad es hacerle frente con cariño y con la luz.
El crear un ambiente en la iglesia que hace a las ideologías de las
tinieblas sentirse cómodas es hacerles frente, por decirlo así, a la
oscuridad con oscuridad. Hay un peligro real que, tratando de alcanzar
a los "perdidos", nos encontremos a nosotros mismos incorporando en la
iglesia conceptos y perspectivas incompatibles con la verdad y la
pureza que el evangelio representa.
Escuchamos a menudo que la iglesia es un hospital para
pecadores, pero debe mantenerse en mente que un hospital es a donde
los enfermos van para sanarse. De acuerdo a la metáfora, la iglesia es
un lugar a donde uno va como parte del proceso de sanidad. Las
personas satisfechas consigo mismo en cuanto a la forma de ser de
ellos puede ser que no se sientan cómodos con el llamado del evangelio
para arrepentirse (para cambiar, para sentirse bien). Mucho se habla
también en estos días acerca de la iglesia como un lugar de
aceptación, pero existe un verdadero peligro de que la palabra
"aceptar" pueda ser confundida con el "statu quo". Una persona que
"ama al mundo" y "las cosas que están en el mundo" (1 Juan 2:15) puede
que no se sienta cómoda en la iglesia. Es muy probable que muchas de
las necesidades que sienten los no convertidos sean diametralmente
opuestas a lo que la salvación se refiere.
Me impresiona que el Antiguo Testamento enseña
fundamentalmente dos conceptos básicos. Uno es que Dios es Santo. La
palabra hebrea para santo significa separado. Significa que El no es
como nosotros. Esto significa que mientras más tratamos de hacerlo a
El como nosotros somos más lejos de la verdad nos encontramos.
Otro concepto que es claro en el Antiguo Testamento es que la
santidad de Dios y la corrupción del mundo son incompatibles. Ustedes
recordarán cuando Dios le dijo a Moisés que se quitara los zapatos,
porque donde estaba Dios la tierra era santa. En el servicio del
santuario había una serie de ceremonias que tenían que ver con la
purificación. El punto es claro. No debemos traer lo profano a la
presencia de lo santo: hacerlo así es blasfemar a nuestro santo Dios.
Hubo ocasiones en el Antiguo Testamento donde cuando esto era
hecho el resultado era la muerte de aquellos que lo llevaban a cabo.
Pero como no sucedía en cada ocasión y porque no parece estar
sucediendo ahora, hemos llegado a creer que el bien y el mal pueden co-existir
y que la luz y las tinieblas, la verdad y el error pueden armonizar de
alguna manera. Este concepto de que la verdad y el error, la luz y la
oscuridad pueden existir juntas ha sido institucionalizado en el
concepto asiático del "ying" y el "yang". Ustedes pueden haber visto
el símbolo. Es un círculo con blanco y negro flotando juntos dentro
del círculo uno al lado del otro.
No debemos permitirnos engañarnos a nosotros mismos. El
espíritu de Dios no contenderá con los hombres para siempre. Llegará
un día en el cual todo lo que sea profano será purificado y sólo lo
que es santo permanecerá. El problema es que mientras tanto pareciera
que podemos hacer un convenio con el mal. Pareciera que el mal y el
bien pueden co-existir. Pero cuando el bien y el mal se mezclan el mal
es el que hace fracasar al bien, o debiera decir que corrompe el bien.
Recordad que la Escritura nos dice que un poquito de levadura afecta a
toda la masa, y así sucede en el culto.
Parece más y más claro que en nuestro entusiasmo de llamar a
los pecadores fuera del mundo el efecto parece ser que traemos más y
más al mundo y al mal dentro de la iglesia. Esta no sería la primera
vez que ha sucedido, y si te maravillas de cuál será el resultado
busca un buen libro de historia.
En 1 Reyes 12:28,29 descubrimos que Jeroboam estaba sólo
tratando de hacer el culto más relevante y accesible a la gente cuando
él puso los becerros de oro en Dan y Bet-el. La consecuencia de este
pecado finalmente trajo la destrucción de Israel como nación. En la
era cristiana Constantino tomó el mando al hacer el culto cristiano a
propósito para la gente del imperio romano, cristianos y no
cristianos. Por supuesto, él tenía que cambiar el día de culto para
llevar a cabo su plan.
Por eso es que insisto en que nosotros no estamos haciendo
historia, sino repitiéndola. Yo creo que si éste es el curso hacia el
cual nos inclinamos, debiéramos sentarnos y estudiar la historia para
ver si los resultados del pasado son lo que queremos para nuestro
presente, y si no lo son debemos hacer una seria corrección a mitad
del camino. Tengo mucho temor de que nuestro cambio en los estilos de
culto son en gran manera un reflejo de nuestro cambio en los estilos
de vida. En el pasado el llamado a la juventud era a salir del mundo y
vivir una vida santa. El llamado ahora parece ser, "Oye, no nos
importa lo que haces, sencillamente ven a la iglesia y nosotros
haremos lo mejor posible para que te sientas cómodo."
A menudo escucho citar como justificación para la nueva
música y las formas de tocarla que las Escrituras nos llaman a cantar
un canto nuevo y que la nueva música está haciendo justamente lo que
la Biblia nos dice que hagamos. Pero lo que llamamos nueva música en
muchos lugares es simplemente ponerle nuevas palabras a una música
vieja. Nueva y vieja en este aspecto no tratan de tiempo. Son estilos
de vida. Dios seguramente no nos está diciendo que hagamos nueva
música comparada con la vieja música, o es querría decir que no
podríamos poner música a los salmos. Los salmos son los cantos
religiosos más antiguos que existen.
Cuando la Escritura nos pide que cantemos un nuevo canto, nos
está llamando a una vida nueva y diferente. Un nuevo canto debe ser
acerca de una nueva vida. No una mezcla de lo viejo y lo nuevo o una
vida vieja reciclada, pero una vida en la cual olvidando las cosas que
quedan atrás vamos con urgencia adelante hacia la meta del elevado
llamado de Dios en Cristo Jesús. Los salmos nos invitan a cantarle a
El un nuevo canto. Habrá de ser un canto de un pueblo redimido por
Dios Este nuevo canto debe ser diferente y característico. Debe ser un
canto más glorioso, puro, verdadero y el más hermoso que el mundo
pueda jamás cantar. "Cantad a Jehová cántico nuevo; su alabanza sea en
la congregación de los santos." Salmos 149:1. En el libro de
Apocalipsis habla de los salvados: Apocalipsis 5:9,10 "Y cantaban un
nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus
sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido
para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación." Un nuevo canto,
de paso, no significa sólo nuevas palabras. Cuando en las Escrituras
se nos pide cantar un nuevo canto, en primer lugar nos está llamando a
rechazar al mundo y abandonar sus caminos pecaminosos, y entonces
nuestro canto no será sólo un canto de una nueva experiencia sino que
será cantado con una nueva melodía y tocado en una forma diferente a
las costumbres de moda.
La música cristiana debe ser eso: Cristo centralizado en cada
aspecto. Aún el estilo y la melodía deben ser para la gloria de Dios.
Y de paso, hay aquellos que dicen que el estilo y la melodía son
neutros y que todo lo que importa son las palabras. Realmente no es
así. Primero, ¿por qué los artistas seculares que reciben discos de
platino no creen eso? Paul McCartney, originalmente de los Beatles y
grabando solo desde los años setenta le dijo al Washington Post: "El
mensaje no está en la lírica, sino en la música." Pocas personas han
tenido el tipo de influencia que McCartney ha tenido en la música
contemporánea, y si él está en lo correcto, entonces la música es
apenas sin moralidad. No es de extrañar entonces que el filósofo Allan
Bloom, en su best-seller 'The Closing of the American Mind', haya
escrito que el rock está caracterizado por el "antinomianismo" (sin
ley, creencia en que la fe por sí sola asegura la salvación) y que "la
juventud sabe que el rock es el ritmo de la relación sexual." Para ser
justos, la clase de música estridente que McCartney y Bloom están
describiendo no está siendo todavía defendida en la mayoría de las
iglesias adventistas, pero hay ciertas tendencias en esa dirección que
disturban. Promover el mensaje del evangelio de nuestro santo Dios a
través de un medio no santificado puede ser llamado solamente
blasfemia.
En segundo lugar, ¿debiera introducirse en la iglesia una
música que recuerde las canciones seculares del día al que la oye y al
que participa? Es tiempo de poner a descansar la cansona historia
apócrifa de que Martín Lutero usó la música de taberna de sus días. De
las melodías en las 37 corales de Lutero, 15 fueron compuestas por él,
13 eran procedentes de himnos del latín, cuatro eran cantos religiosos
alemanos, dos habían sido originalmente cantos religiosos de los
peregrinos, dos eran de origen desconocido y solamente uno venía
directamente de un canto tradicional secular. Este canto apareció en
el primer himnario de Lutero en el 1535, pero fue reemplazado por una
tonada original en su himnario de 1539. Los historiadores creen que
Lutero desechó el canto secular porque la gente lo asociaba con su
lírica previa. El blanco de Lutero fue reemplazar la música del mundo,
no duplicarla. El usó armonía de cuatro partes porque quería llamar la
atención de los adoradores fuera de los cantos seculares.
Si vamos a usar música para honrar a Dios entonces la música
debe honrarlo a El desde todo punto de vista. No podemos justificar
aceptar estilos y ritmos que son usados para crear una atmósfera de
sexo, abuso de las drogas, violencia y cosas así, y cambiando las
palabras pensar que ahora tenemos algo que es para la gloria de Dios.
Si vamos a ser honestos, debemos admitir que la música sin palabras se
usa para crear una atmósfera.
No necesito probarle esto a ustedes. En el mundo de los
negocios y los entretenimientos la música se escoge cuidadosamente
para crear justo la atmósfera que se desea.
Temo mucho que cuando los artistas cristianos toman un viejo
canto del mundo, lo visten, modifican y dicen que ahora representa a
la persona de Jesucristo, un mensaje cristiano o describe el carácter
de Dios, ellos están atacando el evangelio y minimizando el don que
les ha sido entregado a ellos. Esto es inapropiado en el mejor de los
casos y sacrílego en el peor. No podemos derramar vino nuevo en los
viejos odres. Jesús dijo en Marcos 2:22: "Y nadie echa vino nuevo en
odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino
se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos
se ha de echar."
Amigos, pienso que ustedes pueden ver que lo que está involucrado en
el culto no es simplemente un asunto de preferencias personales, de
edad o trasfondo cultural. Estoy más y más persuadido de que el culto
es meramente un indicio de los diferentes conceptos de Dios entre la
feligresía. Hay un refrán en latín que dice, "Lex orandi, lex credendi"
y que significa, "Tal y como el hombre adora así es como él cree." Sí,
es verdad, la forma en que adoramos a Dios es como le vemos, y como
vemos a Dios dicta la forma en que vivimos.
Ustedes pueden estar pensando: "Pastor O'Ffill, usted está
tratando de crear disensión. Lo que usted está diciendo es divisivo."
No, amigo, lo que estoy haciendo es meramente describiendo lo que está
sucediendo, y como mencioné anteriormente esto no es algo que está
sucediendo nada más en nuestra propia denominación. El asunto del
culto está causando preocupación en muchos grupos fuera de nuestra
propia iglesia.
¿Qué haremos entonces? Personalmente pienso que una cosa que
pudiéramos resolver, por lo menos por el momento, sería simplemente
usar cortesía cristiana. El apóstol Pablo es claro al decir que no
debemos hacer algo que a sabiendas ofende la conciencia de un hermano
más débil. En 1 Corintios 8:12,13 dice: "De esta manera, pues, pecando
contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo
pecáis. Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer,
no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano." Aunque
esto habla específicamente acerca de comer carne ofrecida a los
ídolos, el principio es el mismo. No debemos intencionalmente ofender
unos a los otros.
En cuanto a los estilos de culto contemporáneos
definitivamente me considero entre los débiles. Nosotros los que somos
débiles en este aspecto no solamente tenemos una conciencia sensible
acerca de los ritmos de rock en el culto, pero tenemos la misma norma
para nuestras vidas cuando no estamos en la iglesia.
Desde el mismo punto de vista, aquellos de nosotros que
tenemos una conciencia sensible acerca de presentar obras de teatro en
el servicio del culto no vamos al teatro, y un creciente número están
profundamente en desacuerdo con la televisión. Betty yo no tenemos
televisor. Criamos a nuestros hijos sin tener televisor. De alguna
manera hemos sobrevivido.
Estamos al día con las noticias sin tener que mirar el
noticiero de la noche. Así que para contestar la pregunta de si es
posible vivir sin televisión la respuesta es "SI". De hecho, la vida
sin televisión es una vida más llena, más rica, más limpia y más
tranquila. Es difícil, si no imposible, que el Espíritu Santo coloque
en nosotros la mente de Cristo cuando estamos exponiéndonos a nosotros
mismos, sin necesidad, a las cosas que son miradas por el cristiano
promedio.
Creo que podemos hacer nuestros servicios de culto de mucho
significado para aquellos que están buscando en serio adorar a un Dios
santo y complacerlo sin tener a la congregación dormida. Quiero
advertirles que como las cosas espirituales son espiritualmente
discernidas, una persona que está acostumbrada a la vida del mundo
pudiera encontrar la iglesia sin interés y a veces hasta aburrida .
Creo que es algo que debe resolver una persona entre sí y Dios, y
traer a la iglesia una banda o show de
títeres no es la forma de hacerlo.
Permítanme hablarles por un momento acerca de las
exhibiciones de títeres y los dramas. Nuestra vida en los noventa
tiende a ser una gran fantasía, desde los deportes hasta los videos y
la realidad virtual. Me entristece por un lado y me alegra por otro
decirles que la vida cristiana y su culto a un Dios santo no es una
fantasía. No necesitamos simularlo en una clase de drama, podemos
compartir unos con otros lo que Dios está haciendo en nuestras vidas,
y eso lo podemos hacer sin tener un golpe corto y seco en el fondo.
Dios llama a su pueblo por doquiera para que se aparten de
los placeres del mundo. Job 14:4 "Quién puede sacar una cosa limpia de
lo sucio? Nadie."
En 2 Corintios 6:17 dice "Por lo cual, salid de en medio de
ellos, y apartaos dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os
recibiré."
Yo visito las iglesias de muchos lugares. A menudo veo que
los servicios de culto son llenos de vitalidad y animados. Están
llenos de entusiasmo espíritu, y sin embargo no hay nada allí que
podría ofender al débil.
Por otro lado, estuve en una iglesia hace poco y para la
historia de los niños tenían una exhibición de títeres. Fue presentado
por los mismos niños.
Los niños proveyeron los brazos y las voces, pero los actores
de la historia de Daniel eran los ridículos caracteres de Sesame
Street. Puede que usted no tenga problema con eso. Yo sí. En primer
lugar era más fantasía. Mi esposa me estaba leyendo un artículo, el
cual decía que nuestros niños en esta generación tienen mucha
dificultad en distinguir entre realidad y fantasía.
No en balde cuando crecen ellos consideran un juego de
baloncesto como algo real, y sus matrimonios como fantasías.
No puedo ver cómo podemos honrar a un Dios santo en cuya
presencia los ángeles esconden sus rostros, cuando nosotros
representamos sus obras en la vida de hombres y mujeres de las
escrituras a través de las formas más inferiores de la vida. Para
muchos jóvenes 'Lion King' tiene más significado que Jesús, quien
vendrá a este mundo un día muy pronto como Rey de reyes y Señor de
señores. Mi hermano, mi hermana, no debemos simplemente recostarnos y
pensar que cualquier cosa que provoque una buena risa debe ser para la
gloria de Dios. Isaías vió a Dios y él no se rió o le dió un gran
aplauso. Escuchen esto del capítulo seis de Isaías: 'En el año que
murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sus
faldas llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno
tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus
pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo,
santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su
gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del
que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: ¡Ay de mí!
que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en
medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos."
Por si acaso usted piensa, "Pero pastor O'Ffill, ese es el
concepto del Antiguo Testamento", escuchen de Hebreos 12:28,29 "Así
que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y
mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor."
Temo mucho que nuestra tendencia en los noventa sea mezclar
lo sagrado con lo profano, que en realidad es jugar con fuego.
Cantamos que nuestro Dios es un Dios excelso e imponente, y sin duda
lo es, pero esa palabra es ahora usada para describir casi cualquier
cosa desde un punto en el baloncesto hasta una carrera de caballos. No
es de extrañar que adoramos a un dios barato. Dios, ten misericordia
de esta generación. Hemos mezclado lo sagrado con lo profano hasta el
punto de que ya no podemos discernir la santidad de Dios de un payaso
en traje de ovalitos con un pelo verde rizado y una pelota roja de
nariz que nos está diciendo que Jesús nos ama.
No les he dicho nada nuevo. He descrito meramente lo que está
sucediendo. Les ruego que, antes de que sea muy tarde, como individuos
y como congregaciones busquemos al Señor mientras puede ser hallado.
Llamémosle mientras el día dura. Olvidemos nuestros caminos perversos
y volvamos al Señor. Y la promesa que nos da esperanza es que cuando
lo hagamos El perdonará abundantemente.