La música: uso, eficacia e influencia

 

                     Por Arturo L. White


 

 

 

Introducción

 

 

      En vista de la próxi­ma reunión de espe­cialistas para el estudio de la música, se pidió al Patrimonio White hacer una compilación de los artículos escritos por Elena G. de White que tienen que ver con el asunto a ser considerado­ por la comisión.  Al hacerlo se tomó en cuenta tanto el material publicado como el inédito. Tienen que ver, mayormente según lo entendemos, con los consejos que enuncian ciertos principios, para luego  aplicar estos principios a fin de que los consejos de la pluma de Elena G. de White tengan una influencia directa en el asunto que ahora nos ocupa.

      No intentamos hacer una presentación general en este documento, ni mucho menos una presentación exhaustiva. Es del todo probable que hayamos pasado por alto cierta declaración escogida que fue captada por algún miembro de la comisión.

      Creemos, sin embargo, que las declaraciones escogidas presentan los principios básicos, los cuales podrán ser efectivamente aplicados.  Estos principios abarcan la función y las cualidades de la música, el impacto de la misma ya sea para bien o para mal, el uso efectivo de la música en los cultos de la iglesia y algunos consejos que pueden ser de interés para los compositores y directores de música.

      En la experiencia de Indiana en 1900 y 1901 a la cual se alude generalmente como el movimiento de la carne santificada (presentado en Mensajes Selectos, tomo 2, p. 35-45), la música aparece notablemente. Tenemos descripciones de testigos oculares de lo que sucedió, y también consejos de Elena de White basados en una visión que recibió en enero de 1900 en Austra­lia, en el mismo principio del movimiento de la carne santifi­cada, y en informes que le fueron envia­dos de parte del pastor Haskell y Sra., siete meses después de la visión.

      De esa combinación de materiales, encontramos ciertos principios que nos guiarán hoy.

      Así, sin querer hacer esta compilación demasiado detallada, pero tratando de incluir citas que suplen las necesidades del estudio de esta junta, presentamos este material.

 

 

 

 

A.L. White, Secretario

E.G. White Estate

Washington, D.C.   30 de junio de 1992.

El papel de la música

 

 

      El poder del canto.--  La historia de los cantos de la Biblia está llena de sugerencias en cuanto a los usos y beneficios de la música y el canto. A menudo se pervierte la música haciéndola servir a malos propósi­tos y de ese modo llega a ser uno de los agentes más seductores de la tentación. Pero, debidamente emplea­da, es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos a temas más nobles, a inspirar y elevar el alma.

      Así como los israelitas cuando andaban por el desierto alegraron su camino con la música del canto sagrado, Dios invita a sus hijos de hoy a alegrar por el mismo medio su vida de peregrinaje. Pocos medios hay más eficaces para grabar sus palabras en la memoria, que el de repetirlas en el canto. Y un canto tal tiene un poder maravilloso. Tiene poder para subyugar naturale­zas rudas e incultas; para avivar el pensamiento y despertar simpatía; para promover la armonía de acción y desvanecer la melancolía y los presentimientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.

      Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual. Cuán a menudo recuerda la memoria al alma oprimida y pronta a desesperar, alguna palabra de Dios, tema olvidado de algún canto de infancia, y las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y alegría a otras almas.

      Nunca se debería perder de vista el valor del canto como medio educativo. Cántense en el hogar cantos dulces y puros, y habrá menos palabras de censura y más de alegría, esperanza y gozo.  Cántese en la escuela, y los alumnos serán atraídos más a Dios, a sus maestros, y los unos a los otros.

      Como parte del servicio religioso, el canto no es menos importante que la oración, en realidad, más de un canto es una oración.-- Ed, 167-168.

 

      Un arma contra el desánimo:-- Si hubiera mucho más alabanza al Señor y mucho menos tristes relatos de desánimos, se ganarían muchas más victorias. Carta 53, 1896. --Ev, 364.

      Tributemos alabanza y acción de gracias por medio del canto. Cuando nos veamos tentados, en vez de dar expresión a nuestros sentimientos, entonemos con fe un himno de acción de gracias a Dios.

      El canto es un arma que siempre podemos esgrimir contra el desaliento. Abriendo así nuestro corazón a los rayos de luz de la presencia del Salvador, encontrare­mos salud y recibiremos su bendición. --MC, 196 (1905).

 

      Grabar la verdad espiritual.-- El canto es uno de los medios más eficaces para grabar la verdad espiritual en el corazón. A menudo por las palabras de un canto sagrado han nacido sentimientos de contrición y de fe. -- RH, Junio 6, 1912.

 

      Para conservar la experiencia cristiana.-- Por la noche y por la mañana uníos con vuestros hijos en el culto a Dios, leyendo su Palabra y cantando sus alaban­zas. Enseñadles a repetir la ley de Dios. Respecto de los mandamientos los israelitas recibieron esta instruc­ción: "Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes." De acuerdo con estas palabras, Moisés instruyó a los israelitas a ponerles música a las palabras de la ley. Mientras los niños mayores tocaban instrumentos musicales, los menores marchaban y cantaban en concierto el cántico de los mandamientos de Dios. En los años subsiguientes retenían en su mente las palabras de la ley que apren­dieran durante la niñez.

      Si era esencial para Moisés encarnar los manda­mien­tos en el cántico sagrado, de manera que cuando marcharan por el desierto los niños pudieran aprender la ley versículo por versículo, cuan esencial es en este tiempo enseñar a nuestros hijos la Palabra de Dios. Acudamos en ayuda del Señor, instruyendo a nuestros hijos a guardar los mandamientos al pie de la letra. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte para hacer música en nuestro hogar.--Ev, 364-365.

 

      Para hacer el trabajo agradable.-- Alegrad vuestro trabajo con cantos de alabanza. --CN, 136.

 

                  Aleja al enemigo.-- Vi que debemos levantarnos cada día y dominar los poderes de las tinieblas.  Nuestro Dios es poderoso.  Vi que el canto de gloria a Dios a menudo alejaba al enemigo, y el alabar a Dios lo hacía retroceder y nos daba la victoria. --Carta 5, 1850.

 

      El canto ayudó a Jesús a resistir al enemigo.-- Cuando Cristo era niño, como estos niños que están aquí, fue tentado a pecar, pero no se rindió a la tenta­ción.  Cuando llegó a tener más edad, fue tentado, pero los cantos que su madre le había enseñado a entonar acudían a su mente, y El elevaba su voz en alabanza. Y antes de que sus compañeros lo advirtieran estaban cantando juntamente con él.  Dios quiere que usemos toda facilidad que el cielo nos ha proporcionado,para resistir al enemigo. --Ev, 363.

 

      Trayendo la alegría del cielo.-- El alba le encontra­ba a menudo en algún retiro, sumido en la meditación, escudriñando las Escrituras, o en oración.  Con su canto daba la bienvenida a la luz del día.  Con himnos de acción de gracias amenizaba las horas de labor, y llevaba alegría del cielo a los rendidos por el trabajo y a los descorazonados.--MC, 34.

 

      El cantó cantos de alabanza. -- A menudo expresa­ba su alegría cantando salmos e himnos celestiales. A menudo los moradores de Nazaret oían su voz que se elevaba en  alabanza y agradecimiento a Dios. Mante­nía comu­nión con el cielo mediante el canto; y cuando sus compañe­ros se quejaban por el cansancio, eran alegra­dos por la dulce melodía que brotaba de sus labios. Sus alabanzas parecían ahuyentar a los malos ángeles, y como incien­so, llenaban el lugar de fragan­cia. La mente de los que le oían se alejaba del destierro que_ ypí sufrían para elevarse a la patria celestial. --DTG, 54.

 

El uso eficaz de la música

en la experiencia de Israel

 

 

      Los cantos fijaban las lecciones en la mente.-- Mientras el pueblo vagaba por el desierto, el canto era un medio de grabar en sus mentes muchas lecciones preciosas. Cuando fueron librados del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en un canto de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas de júbilo y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza: "Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido" [Exo.15:21]. Con fre­cuencia se repetía durante el viaje este canto que animaba los corazo­nes y encendía la fe de los peregri­nos. Por indica­ción divina se expresaban también los manda­mien­tos dados desde el Sinaí, con las promesas del favor de Dios y el relato de los milagros que hizo para librarlos, en cantos acompañados de música instrumen­tal, a cuyo compás marchaba el pueblo mientras unía sus voces de alabanza.

      De ese modo se apartaban sus pensamientos de las pruebas y dificultades del camino, se calmaba el espíritu inquieto y turbulento, se inculcaban en la memoria los principios de la verdad, y la fe se fortale­cía. La acción en concierto servía para enseñar el orden y la unidad, y el pueblo se ponía en más íntima comu­nión con Dios y con sus semejantes. --Ed, 39.

 

      En la escuela de los profetas - Parte del pro­grama de estudio. --Tanto en la escuela como en el hogar, mucha de la enseñanza era oral, pero los jóvenes aprendían también a leer los escritos hebreos, y se ofrecían a su estudio los pergaminos de las Escrituras de Antiguo Testamento. En esas escuelas, los principa­les temas de estudio eran la ley de Dios, con las instrucciones dadas a Moisés, la historia, la música sagrada y la poesía. -- Ed, 47.

 

      Lo que cumplió la música.-- Intelectos santifica­dos sacaban del tesoro de Dios cosas nuevas y viejas, y el Espíritu de Dios se manifestaba en profecías y cantos sagrados. Se empleaba la música con un propósito santo, para elevar los pensamientos hacia aquello que es puro, noble y enaltecedor, y para despertar en el alma la devoción y la grati­tud hacia Dios.  ¡Cuánto contras­te hay entre la anti­gua costumbre y los usos que con frecuen­cia se le da hoy a la música!  ¡Cuántos son los que emplean este don especial para ensalzarse a sí mismos, en lugar de usarlo para glorificar a Dios!  El amor a la música conduce a los incautos a participar con los amantes de lo mundano en las reuniones de placer adonde Dios prohibió a sus hijos que fueran.  Así lo que es una gran bendición cuando se le usa correc­tamente se convierte en uno de los medios más certeramente empleados por Satanás para desviar la mente del deber y de la contemplación de las cosas eternas.

      La música forma parte del culto tributado a Dios en los atrios celestiales, y en nuestros cánti­cos de alabanza debiéramos procurar aproximarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celes­tiales.  La educación apropiada de la voz es un rasgo importante en la preparación general, y no debe descuidarse.  El canto, como parte del servicio religioso, es tanto un acto de culto como lo es la oración. El corazón debe sentir el espíritu del canto para darle expresión co­rrecta. --PP, 644-645.

 

      Mirando hacia atrás.-- El viaje a Jerusalén, hecho al sencillo estilo patriarcal, en medio de la belleza de la estación primaveral, las riquezas del verano, o la gloria y la madurez del otoño, era una delicia. Desde el anciano canoso hasta el niñito, acudían todos con una ofrenda de gratitud a encontrarse con Dios en su santa morada.  Durante el viaje, los niños hebreos oían el relato de los sucesos del pasado, las historias que tanto a los jóvenes como a los viejos les gustaba recordar. Se cantaban las canciones que habían animado a los que erraban por el desierto. Se cantaban también los mandamientos de Dios que, ligados a las benditas influencias de la naturaleza y a la bonda­dosa asociación  humana, se fijaban para siempre en la memoria de más de un niño o joven. --Ed, 42.

 

Virtudes deseables

 

 

      Entonaciones claras - Palabras nítidas.-- Ninguna palabra puede determinar correctamente la profunda bienaventuranza que resulta del culto diligente. Cuando los seres humanos cantan con espíritu y entendimiento, los músicos celestiales captan la melodía, y se unen al canto de agradeci­miento. El que nos concedió todos los dones que nos permiten ser obreros con Dios, espera que sus siervos cultiven sus voces, de manera que puedan hablar y cantar para que todos puedan compren­der. El canto ruidoso no es lo que hace falta, pero una entonación clara, una pronunciación correc­ta, y pala­bras nítidas. Que todos tomen tiempo para cultivar la voz, para que la alabanza a Dios pueda ser cantada en tonos claros y dulces, no con dureza y agudez que ofendan al oído. La capacidad de cantar es un don de Dios, usémosle para su gloria.-- 9T, 143, 144.

 

      Factores que intervienen en la música efectiva.-- La música podría ser un gran poder para el bien, sin embargo no aprovechamos como debiéramos esta forma de rendir culto. El canto por lo general se hace por impulso o para satisfacer casos especiales, y otras veces se deja que los que cantan lo hagan cometiendo errores; en esta forma la música pierde el efecto que podría ejercer sobre las mentes. La música debiera tener belleza, sentimiento y poder. Elévense las voces en cantos de alabanza y devoción. Llamad en vuestro auxilio instrumentos musicales, si eso es posible, y asciendan hacia Dios las gloriosas armonías como una ofrenda aceptable.

      Pero en ciertas ocasiones es más difícil disciplinar a los que cantan y conseguir que lo hagan en forma adecuada, que mejorar los hábitos de oración y exhorta­ción. Muchos quieren hacer las cosas de acuerdo con su propio método; se oponen a las consultas y se impacientan cuando otro los dirige. Se requieren planes bien maduros en el servicio de Dios. El sentido común es algo excelente en el culto que se rinde al Señor. -- Ev, 368.

 

      Un poder para ganar almas. -- La voz humana tiene mucho poder efectivo y musicalidad, y si el que aprende realiza esfuerzos decididos adquirirá el hábito de hablar y cantar que será para él un poder para ganar almas para Cristo. Manuscrito 22, 1886 --Ev, 367-368).

 

      Cualidades de la buena música.-- Pueden introducir­se muchas mejoras en el canto. Algunos piensan que cuando más alto cantan tanto más musicales son, pero el ruido no es música. El buen canto es como la música de los pájaros: suave y melodioso.

      En algunas de nuestras iglesias he escuchado solos que eran inapropiados para el servicio de culto en la casa de Dios. Las notas prolongadas y los sonidos peculiares tan comunes en el canto de ópera no agradan a los ángeles. Estos se complacen en oír los sencillos cantos de alabanza expresados en un tono natural. Ellos se unen con nosotros en los cantos en los que cada palabra es pronunciada claramente, en un tono musical. Participan en las melodías cantadas con el corazón, el espíritu y el entendimiento. Manuscrito 91, 1903 -- Ev, 372.

 

      Con solemnidad y temor.-- La melodía del canto, brotando de varios corazones por medio de palabras claras y nítidas, es uno de los instrumentos usados por Dios en la obra de salvación de las almas. Todo el servicio se debería llevar a cabo con solemnidad y temor, como en la presencia visible del Señor de las asambleas.-- 5T, 493.

 

      Con melodía y nitidez.-- Estoy contenta que un elemento musical ha sido introducido en la escuela de Healdsburg. En cada escuela, se necesita grandemente instrucción en el canto. Debiera haber mucho más interés en la educación de la voz que el que ahora se manifiesta. Los alumnos que han aprendido a cantar dulces cantos evangélicos con melodía y claridad pueden hacer mucho bien como evangelistas por medio del canto. Encontrarán muchas oportunidades para utilizar el talento que Dios les ha dado, llevando melodías y luz a muchos lugares solitarios, entenebreci­dos por el pecado, la tristeza y la aflicción, y cantando para los que pocas veces pueden disfrutar de los privilegios de la iglesia.

      Estudiantes, salid a los caminos y a los vallados. Esforzaos por alcanzar las clases altas tanto como las bajas. Entrad en los hogares de los ricos y los pobres, y cuando tengáis oportunidad, preguntad: ¿"Os gusta­ría escucharnos cantar? Nos agradaría entonar algunos cantos sagrados para vosotros".  Luego, cuando los corazones se enternezcan podéis tener la oportunidad de ofrecer algunas palabras de oración pidiendo la bendi­ción de Dios. No hay muchos que rehusarían esto.

      Tal ministro es una obra misionera genuina. Dios desea que cada uno de nosotros esté convertido, y aprenda a rendir un esfuerzo misionero sincero. Nos bendecirá en este servicio por los demás, y veremos su salvación. --RH, agosto 27, 1903 (parte en Ev, 366-367).

 

      Uno de los talentos confiados por Dios.-- La voz humana expresada en canto constituye uno de los talentos dados por Dios y que deben emplearse para su gloria. El enemigo de la justicia utiliza provechosamen­te ese talento a su servicio. Y lo que es un don de Dios, dado para bendecir las almas, es pervertido, mal aplicado y sirve a los propósitos de Satanás. Este talento de la voz es una bendición si se consagra al Señor para servir a su causa.-- Ev, 363.

 

      Coro y canto congregacional.-- En las reuniones, que se escoja un número para formar parte del servicio de cantos. Que se acompañe el canto de música instru­mental hábilmente tocada. No debemos oponernos al uso de la música instrumental en nuestra obra.  Esa parte del servicio debe ser cuidadosamente dirigida; porque es alabanza a Dios por el canto.

      Cantar no debe siempre hacerse por una minoría. Tan a menudo como sea posible, que toda la congrega­ción participe.-- 9T, 144.

 

      El servicio de canto.-- Los cantos no debieran ser entonados por unos pocos. Todos los presentes debieran ser animados a unirse en el servicio de canto. --Ev, 370.

 

      Más acerca de instrumentos musicales.-- Introducid en la obra el talento del canto. El uso de instrumentos musicales no es de ninguna manera objetable. Estos se utilizaron en el servicio religioso, en la antigüedad. Los adoradores alaban a Dios por medio del arpa, y el címbalo, y la música debiera tener un lugar en nues­tros cultos: eso despertaría más interés en ellos.-- Ev, 365.

 

      La música instrumental en la reunión de la Asocia­ción General de 1905.-- Me alegro de oír los instru­men­tos musicales que tenéis aquí. Dios quiere que los tengamos. El quiere que lo alabemos con el corazón, con el alma y con la voz. --Ev, 367.

 

Cualidades indeseables

 

 

      Se acerca a la armonía del coro celestial.-- La música forma parte del culto de Dios en los atrios del cielo. En nuestros cantos de alabanzas debe­mos intentar acercarnos tanto como sea posible a la armonía de los coros celestiales. A menudo me he entristecido al oír voces incultas, elevadas hasta la más alta nota, chillan­do literalmente, al expresar las sagradas palabras de algún himno de alabanza. Cuán inapropiados son esas voces agudas y estridentes en el culto sagrado y el gozoso servicio de Dios. Anhelo tapar mis oídos, o huir lejos del lugar, y me alegro cuando el penoso ejercicio ha terminado.

      Los que hacen del canto una parte del culto divino, deben elegir himnos con música apropiada para la ocasión, no de notas fúnebres, sino ale­gres, y con todo, melodías solemnes. La voz puede y debe ser modulada, enternecida y subyuga­da.-- Ev, 370.

 

      Con el corazón y el entendimiento.-- Vi que todos deben cantar con el espíritu y con el enten­dimiento también.  A Dios no le complace la jerga y la discor­dancia. Lo correcto le agrada siempre más que lo incorrecto.  Y cuanto más puedan acercarse los hijos de Dios a lo correcto, con canto armonioso, tanto más será El glorificado, la iglesia beneficiada y los no creyentes favorable­mente impresionados.-- Ev, 370.

 

      Músicos mundanos.-- No contratéis músicos munda­nos si esto puede evitarse de alguna mane­ra. Reunid cantores que canten con el espíritu y también con el entendimiento. La ostentación extraordinaria que a veces hacéis implica gasto innecesario, que a los hermanos no se les debe exigir que hagan; y encontréis que después de un tiempo los no creyentes no estarán dispuestos a dar dinero para hacer frente a estos gastos.-- Ev, 371.

 

La música religiosa transformada en artimaña de Satanás

 

 

 

La música en el congreso campestre

de Indiana en 1900,

descrita por testigos ocula­res

 

      Su impacto casi irresis­tible.-- Hay un gran poder que acompaña al movimiento (Carne Santi­ficada) que se está realizando aquí. Atraería casi a cualquiera dentro de su esfera de acción, si concienzu­damente se sientan a escuchar con el menor grado de aproba­ción; a causa de la música que se toca en la ceremonia. Tienen un órgano, un bajo, una viola, tres violines, dos flautas, tres panderetas, tres cornos y un bombo y quizás otros instrumen­tos que no he mencio­na­do. Están tan adiestra­dos en el área musical como cualquier coro del Ejército de Salvación que haya jamás escu­chado. En realidad su esfuerzo de reaviva­miento es sencilla­mente una copia completa del método del Ejército de Salvación, y cuando alcanzan una clave alta, no se puede oír una palabra del canto de la congregación, ni escuchar nada, que no sean gritos de los que están medio dementes...

      Después de un llamado para orar, unos pocos de los dirigentes se adelantan siempre, para guiar a otros; y entonces empiezan a tocar los instru­mentos musicales, hasta que uno ni puede pensar; y bajo la excitación de esa tensión consiguen que gran parte de la congregación les siga una y otra vez. -- Informe de S. N. Haskell a E. G. White, septiembre 25, 1900.

 

      Tonos bailables y palabras sagradas.-- Tene­mos un gran tambor, dos panderetas, un gran contrabajo, dos pequeños violines, una flauta y dos cornetas, un órgano y unas pocas voces.  Tienen como libro de cantos, "El jardín de los sainetes", y tocan tonos de danza para las palabras sagradas. Nunca han usado nuestro propio himnario, excepto cuando los pastores Breed o Haskell hablan, entonces abren y cierran con un himno de nuestro libro. Gritan amenes, y "alaban al Señor", "gloria a Dios" igual que un servicio del Ejército de Salvación. Es penoso para el alma. Las doctrinas predicadas corresponden al resto. Las pobres ovejas están confundidas. --Informe de la Sra. S. N. Haskell a Sara Mc Enterfer, septiembre 12, 1900.

 

      Cantos alegres e histeria auto-inducida.-- Asistí al campamento en septiembre de 1900, que se tuvo en Muncie, en donde presencié las activi­dades y excitación fanática de esa gente. Había grupos numerosos de personas esparcidos por todo el terreno del campamento discutiendo, cuando estos fanáticos condujeron los servicios en el gran pabellón, llegaron a alcanzar un grado de excitación elevado por el uso de instrumentos como: trompetas, flautas, instrumentos estridentes, panderetas, un órgano y un gran bombo. Grita­ron y cantaron sus cantos alegres con la ayuda de instrumen­tos hasta que se pusieron realmente histéricos. Varias veces los vi, después de esas reuniones de la mañana cuando venían al come­dor, moviéndose como si tuvie­ran parálisis.-- Informe de Burton Wade a A. L. White, 12 de enero de 1962.

 

Comentarios de Elena G. de White

acerca de la música

durante el Congreso Campestre

de Indiana de 1900

 

      Un Bullicio que confunde los sentidos.--  Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volve­rían a ocurrir justa­mente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestarán toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza. El juicio de algunos seres racionales quedará confundido de tal mane­ra que no podrán confiar en él para realizar decisiones correctas. Y a esto consideran como la actuación del Espíritu Santo.

      El Espíritu Santo nunca se manifiesta en esa forma, mediante ese ruido desconcertante. Esto constituye una invención de Satanás para ocultar sus ingeniosos métodos destinados a tornar inefi­caz la pura, sincera, elevadora, ennoblecedora y santificadora verdad para este tiempo. Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reaviva­miento. La verdad para este tiempo no necesita nada de eso para convertir a las almas. El ruido desconcertante aturde los sentidos y pervierte aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una bendi­ción. El influjo de los instrumentos satánicos se une con el estrépido y el vocerío, que resulta en un carna­val, y a esto se le denomina obra del Espíritu Santo...

      No debería estimularse esta clase de culto. Este mismo género de influencia vino después de cumplida la fecha de 1844. Ocurrieron las mismas representacio­nes. Los hombres se agitaron y fueron estimulados por un poder que pensaban era el poder de Dios... -- 2MS, 41, 42.

 

      La música aceptable si no es "debidamente conduci­da", se transforma en trampa de Satanás.--      El Espíritu Santo no tiene nada que ver con tal confusión de ruido y multitud de sonidos como se me mostró en enero pasado. Satanás trabaja en medio del ruido y de la confusión de tal música, que debidamente conducida, sería una alabanza y gloria a Dios. El provoca el mismo efecto que el veneno de la serpiente.

      Estas cosas que fueron en el pasado serán en el futuro. Satanás hará de la música una tenta­ción según la manera en que sea conducida. Dios llama a su pueblo, que tiene la luz adelante de si en la Palabra y en los Testimonios, a leer y considerar, y a aceptarlos. Se ha dado instrucción clara y definida para que todos puedan compren­der. Pero el deseo apasionado de hacer algo nuevo resulta en doctrinas extrañas, y en gran manera destruye la influencia de los que serían un poder para el bien si mantuvieran firme su confianza en la verdad que el Señor les ha dado. --Carta 132, 1900 a S. N. Haskell.

      Estos [en Indiana] estaban guiados por una ilusión espiritualista.-- Evangelism, p. 595.

 

      El ruido no es evidencia de santificación.-- Se me instruyó concerniente a las últimas experien­cias de los hermanos de Indiana y a las enseñan­zas que han dado a las iglesias. El enemigo ha estado obrando a través de estas prácticas y enseñanzas para descarriar a las almas... Había mucha excitación, con ruidos y confu­sión. No era posible captar claramente lo que estaba ocurrien­do. Algunos parecían estar en visión y caían al suelo. Otros saltaban, danzaban y gritaban...

      La forma como se han celebrado las reuniones en Indiana, con ruido y confusión, no las reco­miendo a las mentes concienzudas e inteligentes. Estas demostracio­nes no contienen nada capaz de convencer al mundo de que poseemos la verdad. El ruido y el alboroto en sí mismos no constituyen ninguna evidencia en favor de la santificación, o del descenso del Espíritu Santo. Vuestras demos­traciones extravagantes crean únicamen­te disgusto en la mente de los no creyentes. Cuanto menos haya de esta clase de demostraciones, tanto mejor será para los participantes y para el pueblo en general...

      Surgirán muchos movimientos semejantes en este tiempo cuando la obra del Señor debería estar en una condición elevada y pura, y no adulterada con supersti­ciones y fábulas. Debemos estar en guardia a fin mantener una estrecha comunión con Cristo y para no ser engañados por las arti­mañas de Satanás.

      El Señor quiere que sus servicios se caractericen por el orden y la disciplina y no por la agita­ción y la confusión. No estamos ahora en condi­ciones de descri­bir con exactitud las escenas que ocurrirán en nuestro mundo en el futuro, pero sí sabemos que éste es un tiempo cuando debemos velar y orar, porque el gran día del Señor está cercano. Satanás está reuniendo sus fuerzas, Necesitamos ser precavidos y permanecer serenos, y contemplar las verdades de la revelación. La agitación no favorece el crecimiento en la gracia que conduce a la verdadera pureza y santificación del espíritu.

      Dios exhorta a su pueblo a que ande con sobriedad y con santa compatibilidad con los principios. Deberían tener mucho cuidado de no desfigurar ni deshonrar las santas doctrinas de la verdad mediante actuaciones extrañas, confusión y alboroto. Cuando ocurren estas manifestaciones, los no creyentes son llevados a pensar que los Adventistas del Séptimo Día constituyen un con­junto de fanáticos. Así se crea una situación de prejuicio que impide que las almas reciban el mensaje para este tiempo. Cuando los creyentes proclaman la verdad como está ejemplificada en Jesús, manifiestan una calma santa y serena, y no una tormenta de confu­sión.-- 2MS, 35-41.

 

 

La tentación de la música munda­na

 

 

      Ningún vals frívolo o canto sin seriedad en las escuelas de los profetas.-- El arte de la melodía sagrada era cultivado diligentemente. [En las escuelas de los Profetas]. No se escuchaba ningún vals frívolo o canto sin seriedad, que ensalzara al hombre o distrajera la atención de Dios; sino salmos sagrados y solemnes de alaban­za al crea­dor, exhaltando su nombre y recordan­do sus obras maravillosas.-- Fundamentals of Chris­tian Educa­tion, p. 97. (EC, 262-263).

 

      Cuando Satanás se hace cargo.-- Pero hay una clase de reuniones sociales de un carácter comple­tamente diferente, partidas de placer que han deshonrado nuestras instituciones y la iglesia. Estimulan el orgullo de la indumentaria y de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad y el espíritu trivial. Satanás es agasajado como un huésped honrado y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones.

      Me fue mostrada una visión de una compañía tal, donde se habían congregado los que profesan creer la verdad. Uno estaba sentado frente a un instrumento de música, y se oían cantos que hacían llorar a los ángeles que todo lo observa­ban. Había alegría, había risa grosera, había mucho entusiasmo, y cierta clase de inspiración; pero la alegría era de la clase que sólo Satanás puede crear. Es un entusiasmo y una infatua­ción de los cuales se avergonzarán todos los que aman a Dios. Prepara a quienes participan en ello para los pensamientos y los actos profanos. Tengo motivos para creer que algunos de los que partici­paron en aquella escena, se arrepintieron de corazón de su actuación vergonzosa.-- CM, 323.

 

      La música usada incorrectamente.-- Estoy asustada cuando veo en todas partes la frivolidad de los jóvenes varones y señoritas que profesan creer en la verdad. Dios no parece estar en sus pensamientos. Sus pensa­mientos están llenos de insensatez. Su conversación es solamente una charla vacía y vana. Tienen un oído agudo para la música, y Satanás sabe qué órganos excitar para animar, acaparar y fascinar la mente de manera que Cristo no sea deseado. Los anhelos espiri­tuales del alma por el conocimiento divino, y por un crecimiento en gracia se hacen manifies­tos.

      Se me enseñó que la juventud debe tomar una posición más elevada y hacer de la Palabra de Dios su consejero y su guía. Responsabilidades solemnes permanecen sobre los jóvenes, que ellos consideran ligeramente. La introducción de la música en sus hogares, en vez de incitarlos a la santidad y a la espiritualidad, ha sido un medio para desviar sus mentes de la verdad. Los cantos frívolos y la hoja musical popular del día parece ser lo que satisface su gusto. Los instrumentos de música han tomado un tiempo que debería ser dedicado a la oración.

      La música cuando no se abusa de ella, es una gran bendición; pero cuando se usa incorrecta­mente es una maldición. Excita, pero no imparte fuerza y valor que el cristiano puede encontrar solamente en el trono de la gracia cuando hace saber sus deseos y con fuertes clamores y llantos implora fuerza celestial para ser fortalecido contra las poderosas tentaciones del mal. Satanás está guiando a los jóvenes cautivos. Oh, que puedo decir para llevarlos a romper con el poder de la infatuación. Es un engañador hábil que los atrae hacia la perdición.-- 1T, 496, 497.

 

      Satanás la usa como un canal de acceso a las mentes --Las cosas eternas tienen poco peso para la juven­tud. Los ángeles de Dios están llorando cuando escriben en los registros las palabras y los hechos de los profesos cristianos.  Los ángeles rondan esa mora­da.  Los jóvenes están reunidos en ella; se escucha música vocal e instrumen­tal. Hay cristianos reunidos allí; pero ¿qué es lo que se oye? Es un canto, una canción frívola, apropiada para el salón de baile. Mirad los ángeles se envuelven más en su luz, y la oscuridad rodea a los que se encuentran en esa morada. Los ángeles se van del lugar. La tristeza se lee en sus semblantes. Mirad, están llorando. Esto lo vi varias veces en las filas de los observa­dores del sábado, y especialmente en      .

      La música ha ocupado horas que deberían ser dedicadas a la oración. Es el ídolo que adoran muchos profe­sos cristianos que guardan el sábado. Satanás no tiene objeción acerca de la música si él puede hacer de ella un canal mediante el cual obtenga acceso a las mentes de los jóvenes.

      Cualquier cosa que aparte la mente de Dios y ocupe el tiempo que debería ser consagrado a su servicio cumplirá su propósito. El obra a través de los medios que ejercen las más fuertes influencias para mantener a mayor número de personas en una infatua­ción halaga­dora, mien­tras están paralizados por su poder.  Cuando es bien usada, la música es una bendición; pero se trans­forma a menudo en uno de los medios más atracti­vos de Satanás para tentar las almas. Cuando se abusa de ella, conduce a los no consagrados al orgullo, la vanidad y la locura. Cuando se le permite tomar el lugar de la devo­ción y de la oración, es una terrible maldición.

      Los jóvenes se reúnen para cantar, y aunque sean profe­sos cristianos, a menudo deshonran a Dios y su fe por su conversación frívola y por su elección de la música. La música sacra no se conforma a su gusto. Se me condujo a las sencillas enseñanzas de la Palabra de Dios, que se han pasado por alto. En el juicio todas esas palabras de inspiración condenarán a los que no les han prestado atención. --1T, 585, 586.

 

      Cantos bajos y gestos depravados.-- Entre los lugares de placer más peligrosos se encuentra el teatro. En vez de ser una escuela de moralidad y de virtud, como se pretende tan a menudo, es el semillero mismo de la inmoralidad. Los hábitos viciosos y tendencias pecaminosas están reforzados y confirmados por esos entretenimientos. Los cantos bajos, los gestos deprava­dos, las expresio­nes y actitudes corrompen la imagina­ción y reba­jan las normas.

      Cada joven que asiste habitualmente a tales presen­taciones verá sus principios corromperse. No hay en nuestra tierra influencia más poderosa para envenenar la imaginación, destruir las impresiones religiosas y mitigar el gusto por los placeres tranquilos y realidades sobrias de la vida que las diversiones teatrales. El amor por esas cosas aumenta con cada complacencia, como el deseo por bebidas intoxicantes aumenta con su consumo.-- 4T, 652, 453.

 

      Israel seducido por música pagana.-- Balaam sabía que la prosperidad de Israel dependía de que éste obedeciera a Dios y no había manera alguna de ocasio­nar su ruina sino induciéndolo a pecar. Decidió enton­ces conseguir el favor de Balac, aconsejándole a los moabitas el procedimiento que se había de seguir para traer una maldición sobre Israel. Le aconsejó a Balac que proclamara una fiesta idólatra en honor a sus ídolos, y él persuadiría a los israelitas para que asistan, para que se deleitaran con la música, y luego las más hermosas mujeres madianitas deberían seducir a los israelitas a transgredir la ley de Dios, y a corrom­per­se y también influenciarlos para ofrecer sacrificios a los ídolos. Este consejo satánico tuvo demasiado éxito.  Spiritual Gifts, Vol. 4 p. 49.

      Hechizados por la música y el baile y seducidos por la hermosura de las vestales paganas, desecharon su lealtad a Jehová.-- PP, 484.

 

      Los entretenimientos musicales deben tener una atmósfera religiosa.-- Me ha sido revelado que no todas las familias que tienen un conoci­miento de la verdad lo han puesto en práctica. Cada talento de influencia debe ser sagradamente guardado con el propósito de reunir almas del lado de Cristo. Jóvenes, varones y señoritas, no consideren que sus entreteni­mientos musicales, como son dirigidos en      , están haciendo una obra misionera aceptable. Un espíritu de otra clase ha estado presente. Tuvimos que enfrentar­nos a ese mismo espíritu hace ya treinta años, y testificamos firmemente contra él en Battle Creek.

      Se debería fortalecer decididamente el aspecto religioso en todas nuestras reuniones. Se me ha dado repetidamente la luz. Hace treinta años, cuando algunos se juntaban para unos ejercicios de canto nocturnos, se dejó penetrar un espíritu de galanteo, y se le hizo mucho daño a las almas, algunas de ellas nunca se repusieron.--Manuscrito 57, 1906.

 

      El peligro de los entretenimientos mundanos.-- No es seguro para los obreros del Señor tomar parte en entretenimientos mundanos. La asocia­ción con el mundo en el aspecto musical es conside­rada como inofen­siva por algunos observadores del sábado. Pero estos se encuentran en terrenos peligrosos. Así Satanás busca descarriar a hombres y mujeres y así consigue el control de las almas. La obra del enemigo es tan halagüeña y creíble que no se sospechan sus tram­pas, y muchos miembros de iglesia llegan a ser más amantes de los placeres que de Dios.-- Manuscript 82, 1900.

 

 

La música secular

 

 

      Cualidades de la música secular aceptable.-- Por casi una hora la neblina no se disipó y el sol no la penetró. Entonces los músicos [en el barco] que debían bajarse en ese lugar entretuvieron a los pasajeros impacientes con música, bien esco­gida y bien interpre­tada. No excitaba los sentidos como la noche preceden­te, pero era suave y realmente benéfica para los senti­dos porque era musical.-- Carta 6b, pp. 2-3 (Escrita en el desem­barque a Nueva Zelandia en febrero de 1893).

 

      La bella música instrumental en Swiss Beer Gar­den.-- Esa misma noche había bella música y fuegos artificiales cerca de la carretera. Hay un jardín en donde sirven cerveza que pertenece a la ciudad y es mantenida por ella. Este jardín está embellecido por flores, plantas y árboles, que proporcionan una sombra agradable. Hay asientos que acomodarían a cientos de personas y peque­ñas mesas ovaladas se hallan frente a estos asien­tos y la música instrumental más bella es ejecuta­da por la banda.-- Carta 8, 1876.

 

Los que ejecutan música

 

 

      Ambición de ostentación.-- Los entretenimien­tos musicales que, si son conducidos apropiamente, no causan daño, son a menudo una fuente de pecado. En la situación actual de la sociedad, con bajos principios morales no sólo entre los jóvenes sino entre los mayores y experimen­tados, hay un gran peligro de llegar a descui­darse, y dar atención especial a favoritos, y así crear envidia, celos y conjeturas pecaminosas. El talento musical muy a menudo favorece el orgullo y la ambi­ción por la ostentación y los cantantes piensan muy poco en la adoración de Dios. En vez de guiar las mentes a recordar a Dios, las llevan a menudo a olvidarlo. --Carta 6a, 1890.

 

      Cantar para exhibirse - Consejo a un líder de la músi­ca.-- Fui llevada a algunos de sus ensayos de coro, y se me hizo leer los sentimientos existen­tes en el grupo que Ud. dirige. Había celos mez­quinos, envidia, crítica y murmuración. Dios requiere un servicio prestado de todo corazón; el formalis­mo y el servicio prestados solamen­te de labios son como bronce que resuena y como címbalo que retiñe. Su canto tiene como finalidad la ostenta­ción, y no la alabanza a Dios con el espíritu y el entendimiento. La condición del corazón revela la calidad de la religión del que profesa la piedad.-- Ev, 369.

 

      Música que ofende a Dios.-- La ostentación no es religión ni santificación. No hay nada más ofensivo a la vista de Dios que un despliegue de música instru­mental, cuando aquellos que toman parte no son consagrados, no tienen melodías en sus corazones para el Señor. La ofrenda más dulce y aceptable a la vista de Dios, es un corazón que ha alcanzado la humildad al practicar la abnegación, al elevar la cruz y seguir a Jesús.

      No tenemos tiempo ahora para dedicarlo a la búsqueda de las cosas que únicamente agradan a los sentidos. Se necesita un profundo escudriña­miento del corazón. Con lágrimas y la confesión de un corazón quebrantado, necesitamos allegar­nos a Dios para que él se acerque a nosotros.-- Ev, 371, 372.

 

      Una música aceptable a Dios.-- Las cosas super­fluas que se han introducido en el culto en       deben evitarse decididamente... Dios acepta la música única­mente cuando por su influencia los corazones se santifican y se enternecen. Pero muchos que se compla­cen con la música no saben lo que significa producir melodías en sus corazo­nes para Dios. Sus corazones han ido "tras los ídolos".-- Ev, 373.

 

 

Testimonio a un director de coro susceptible

 

 

      (Un mensaje de advertencia referente a varios aspectos de la música y del músico).

 

      Me fue mostrado el caso del hermano       que sería una carga para la iglesia a menos que conociera una relación más íntima con Dios. Es orgulloso. Si se considera su actitud se siente ofendido. Si él piensa que prefieren a otros antes que a él, siente que se le ha herido...

      El hermano S. tiene un buen conocimiento en la música, pero su educación musical tiende más a satisfacer las necesidades de un escenario que al culto solemne de Dios. El canto en un servicio religioso forma parte de la adoración a Dios tanto como el habla y singularidad o peculiaridad cultivada llama la aten­ción de la gente y destruye la impresión solemne y la seriedad que debe resultar de la música sacra. Cual­quier cosa extraña y extrava­gante en el canto destruye la seriedad y la santi­dad del servicio religioso.

      El ejercicio corporal aprovecha poco. Todo lo que está conectado con el culto religioso debería ser digno, solemne e impresionante. No agrada a Dios cuando los ministros que profesan ser repre­sentantes de Cristo lo representan incorrectamente asumiendo actitudes indebi­das y haciendo gestos indignos, toscos y vulgares. Todo eso causa risa, y excita la curiosidad de los que desean ver cosas extrañas y excitantes, pero no elevan las mentes y los corazones de los que las ven.

      Se puede decir lo mismo del canto. Ud. adopta actitudes indignas. Le da a su voz todo el volumen que puede. Usted ahoga los finos acordes y sonidos de las voces más musicales que la suya. Ese ejercicio corporal y la voz ruda y fuerte no es melodiosa para los que escuchan en la tierra y los que escuchan en el cielo. Ese canto es defectuoso y no es aceptado ante Dios como música perfecta, suave, y de acordes musicales dulces. No hay tales exhibiciones en medio de los ángeles como lo he visto a veces en nuestras reuniones. Tales notas y gestos toscos no se ven en el coro angelical. Su canto no choca al oído. Es suave y melodioso y es cantado sin ese gran esfuerzo que presencié. No es forzado y exagerado, requiriendo ejercicio físico.

      El hermano S. no es consciente de cuantos están divertidos y disgustados. Algunos no pueden reprimir pensamientos no santificados y sentimien­tos livianos al ver los movimientos no refinados en el canto. El hermano S., se exhibe. Su canto no tiene poder para subyugar el corazón y tocar los sentimientos. Muchos han asistido a las reuniones y escuchado las palabras de la verdad hablaba desde el púlpito, que ha convencido y ha hecho que sientan la solemnidad de ella en sus mentes; pero varias veces la forma en la cual se ha dirigido el canto no ha reforzado la impre­sión hecha. Las demostraciones y las contorsio­nes corporales, la apariencia desagradable del esfuerzo exagerado ha estado tan fuera de lugar en la casa de Dios, tan cómico que se quitaron las impresiones serias hechas en las mentes. Los que creen en la verdad no son tan altamente conside­rados como antes del canto.  

      El hermano S., ha sido un caso difícil de tratar. Ha sido como un niño indisciplinado y mal educado. Cuando se le ha reprendido, en vez de recibir el reproche como una bendición, ha dejado que le invadan sus sentimien­tos y se ha desanimado hasta no hacer nada. Si él no podía hacer todo como desea, a su manera, no ayudaba en nada. El no se ha aferrado al trabajo con sinceridad para cambiar sus ademanes sino que se ha abandonado a senti­mientos de testaru­dez que separan a los ángeles de él y atraen los ángeles malva­dos a su alrededor. La verdad de Dios recibida en el corazón produce su influencia refinadora y santificadora en la vida.

      El hermano S., ha pensado que el canto era la cosa más grande para hacer en este mundo y que tenía forma muy vasta y amplia de hacerlo.  Su canto está lejos de complacer al coro angeli­cal. Imagínese parado en el grupo de ángeles alzando sus hombros, enfatizando las palabras, moviendo su cuerpo y usando todo el volumen de su voz.  ¿Qué clase de concierto y de armonía habría con tal exhibición delante de los ángeles?

      La música es de origen celestial. Hay un gran poder en la música. Fue la música del coro angelical la que hizo vibrar los corazones de los pastores en los valles de Belén, y recorrió el mundo entero. Es por la música que elevamos nuestras alabanzas hacia El cuya persona es pureza y armonía. Es con música y cantos de victoria que los redimidos recibirán la recompensa eterna.

      La voz humana tiene algo particularmente sagrado. Su armonía y su poder afectivo divina­mente inspirados sobrepasa todo instrumento musical. La música vocal es uno de los dones de Dios a los hombres, un instru­mento que nada puede sobrepujar o igualar cuando el amor de Dios mora en el alma. Cantar con el espíritu y el entendimiento es también una contribución impor­tante en los servicios devocionales de la casa de Dios.

      ¡Cómo ha sido degradado ese don! Cuando se santifica y refina realiza un gran bien derri­bando las barreras del prejuicio y la duda del corazón insensible, y será el medio para convertir a las almas. No basta comprender los fundamen­tos del canto, sino que con el conocimiento debe haber una conexión tal con el cielo que los ángeles puedan cantar a través de nosotros.

      Su voz se ha escuchado en la iglesia en forma tan fuerte, tosca, acompañada de sus gestos no de los más gracio­sos, que los acordes más suaves y más parecidos a la música angelical no se ha podido oír. Usted le ha cantado más a los hombres que ha Dios. Mientras ha alzado su voz por encima de toda la congregación, ha estado anhelando la admiración que estaba despertando. Usted ha tenido conceptos tan altos de su canto, que ha pensado que debía recibir una remuneración por el ejercicio de este don.

      El amor a la alabanza ha sido la motivación princi­pal de su vida. Es un móvil pobre para un cristiano. Ha querido ser alabado y felicitado como un niño. Ha tenido que sostener muchas luchas internas. Ha sido un trabajo duro superar su naturaleza y vivir una vida santa y de abnegación. Manuscrito 5, 1874.

 

CLAVE DE ABREVIATURAS

 

 

CM Consejos para los maestros

CN        Conducción del niño

DTG     El Deseado de todas las gentes

EC        La Educación Cristiana

Ed        La Educación

Ev        El Evangelismo

MC El Ministerio de curación

MS       Mensajes selectos, 3 tomos

PP        Patriarcas y Profetas

RH        Review and Herald

T          Testimonies for the Church, vols 1-9

 

 


 

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