(Un mensaje de advertencia referente a varios
aspectos de la música y del músico).
Me fue
mostrado el caso del hermano que sería una carga para la iglesia a
menos que conociera una relación más íntima con Dios. Es
orgulloso. Si se considera su actitud se siente ofendido. Si él
piensa que prefieren a otros antes que a él, siente que se le ha
herido...
El hermano S.
tiene un buen conocimiento en la música, pero su educación musical
tiende más a satisfacer las necesidades de un escenario que al
culto solemne de Dios. El canto en un servicio religioso forma
parte de la adoración a Dios tanto como el habla y singularidad o
peculiaridad cultivada llama la atención de la gente y destruye la
impresión solemne y la seriedad que debe resultar de la música
sacra. Cualquier cosa extraña y extravagante en el canto destruye
la seriedad y la santidad del servicio religioso.
El ejercicio
corporal aprovecha poco. Todo lo que está conectado con el culto
religioso debería ser digno, solemne e impresionante. No agrada a
Dios cuando los ministros que profesan ser representantes de
Cristo lo representan incorrectamente asumiendo actitudes
indebidas y haciendo gestos indignos, toscos y vulgares. Todo eso
causa risa, y excita la curiosidad de los que desean ver cosas
extrañas y excitantes, pero no elevan las mentes y los corazones
de los que las ven.
Se puede
decir lo mismo del canto. Ud. adopta actitudes indignas. Le da a
su voz todo el volumen que puede. Usted ahoga los finos acordes y
sonidos de las voces más musicales que la suya. Ese ejercicio
corporal y la voz ruda y fuerte no es melodiosa para los que
escuchan en la tierra y los que escuchan en el cielo. Ese canto es
defectuoso y no es aceptado ante Dios como música perfecta, suave,
y de acordes musicales dulces. No hay tales exhibiciones en medio
de los ángeles como lo he visto a veces en nuestras reuniones.
Tales notas y gestos toscos no se ven en el coro angelical. Su
canto no choca al oído. Es suave y melodioso y es cantado sin ese
gran esfuerzo que presencié. No es forzado y exagerado,
requiriendo ejercicio físico.
El hermano S.
no es consciente de cuantos están divertidos y disgustados.
Algunos no pueden reprimir pensamientos no santificados y
sentimientos livianos al ver los movimientos no refinados en el
canto. El hermano S., se exhibe. Su canto no tiene poder para
subyugar el corazón y tocar los sentimientos. Muchos han asistido
a las reuniones y escuchado las palabras de la verdad hablaba
desde el púlpito, que ha convencido y ha hecho que sientan la
solemnidad de ella en sus mentes; pero varias veces la forma en la
cual se ha dirigido el canto no ha reforzado la impresión hecha.
Las demostraciones y las contorsiones corporales, la apariencia
desagradable del esfuerzo exagerado ha estado tan fuera de lugar
en la casa de Dios, tan cómico que se quitaron las impresiones
serias hechas en las mentes. Los que creen en la verdad no son tan
altamente considerados como antes del canto.
El hermano
S., ha sido un caso difícil de tratar. Ha sido como un niño
indisciplinado y mal educado. Cuando se le ha reprendido, en vez
de recibir el reproche como una bendición, ha dejado que le
invadan sus sentimientos y se ha desanimado hasta no hacer nada.
Si él no podía hacer todo como desea, a su manera, no ayudaba en
nada. El no se ha aferrado al trabajo con sinceridad para cambiar
sus ademanes sino que se ha abandonado a sentimientos de
testarudez que separan a los ángeles de él y atraen los ángeles
malvados a su alrededor. La verdad de Dios recibida en el corazón
produce su influencia refinadora y santificadora en la vida.
El hermano
S., ha pensado que el canto era la cosa más grande para hacer en
este mundo y que tenía forma muy vasta y amplia de hacerlo.
Su canto está
lejos de complacer al coro angelical. Imagínese parado en el grupo
de ángeles alzando sus hombros, enfatizando las palabras, moviendo
su cuerpo y usando todo el volumen de su voz. ¿Qué clase de
concierto y de armonía habría con tal exhibición delante de los
ángeles?
La música es
de origen celestial. Hay un gran poder en la música. Fue la música
del coro angelical la que hizo vibrar los corazones de los
pastores en los valles de Belén, y recorrió el mundo entero. Es
por la música que elevamos nuestras alabanzas hacia El cuya
persona es pureza y armonía. Es con música y cantos de victoria
que los redimidos recibirán la recompensa eterna.
La voz humana
tiene algo particularmente sagrado. Su armonía y su poder afectivo
divinamente inspirados sobrepasa todo instrumento musical. La
música vocal es uno de los dones de Dios a los hombres, un
instrumento que nada puede sobrepujar o igualar cuando el amor de
Dios mora en el alma. Cantar con el espíritu y el entendimiento es
también una contribución importante en los servicios devocionales
de la casa de Dios.
¡Cómo ha sido
degradado ese don! Cuando se santifica y refina realiza un gran
bien derribando las barreras del prejuicio y la duda del corazón
insensible, y será el medio para convertir a las almas. No basta
comprender los fundamentos del canto, sino que con el conocimiento
debe haber una conexión tal con el cielo que los ángeles puedan
cantar a través de nosotros.
Su voz se ha
escuchado en la iglesia en forma tan fuerte, tosca, acompañada de
sus gestos no de los más graciosos, que los acordes más suaves y
más parecidos a la música angelical no se ha podido oír. Usted le
ha cantado más a los hombres que ha Dios. Mientras ha alzado su
voz por encima de toda la congregación, ha estado anhelando la
admiración que estaba despertando. Usted ha tenido conceptos tan
altos de su canto, que ha pensado que debía recibir una
remuneración por el ejercicio de este don.
El amor a la
alabanza ha sido la motivación principal de su vida. Es un móvil
pobre para un cristiano. Ha querido ser alabado y felicitado como
un niño. Ha tenido que sostener muchas luchas internas. Ha sido un
trabajo duro superar su naturaleza y vivir una vida santa y de
abnegación.
Manuscrito 5,
1874.
Clave de abreviaturas
- CM
- Consejos para los maestros
- CN
- Conducción del niño
-
DTG - El Deseado de todas las gentes
- EC
- La educación cristiana
- Ed
- La Educación
- Ev
- El evangelismo
- MC
- El ministerio de curación
- MS
- Mensajes selectos, 3 tomos
- PP
- Patriarcas y profetas
- RH
- Review and Herald
-
T -
Testimonies for the Church, vols.
1-9
|