¿Cómo entró la música pop a la iglesia?

 

Por Calvin M. Johansson


 

En los años 1950s y 1960s cuando el rock estaba recién emergiendo, fue algo comun ver a los predicadores y críticos sociales aporrear la forma. Músicos respetados del tipo "clasico" permanecieron alejados de él, y los programas de educación musical lo ignoraron. Horrendas advertencias pronunciaron las consecuencias del rock. "La música rock pudrirá las mentes de nuestros jóvenes" se nos dijo. Lamentablemente, esos profetas llegaron a estar en lo correcto en formas más complejas e interrelacionadas que jamás imaginaron.

Crítica rockera temprana. En aquellos años iniciales, era de moda que pastores y evangelistas gastaran tiempo y energía hablando de los males del rock 'n' roll. Como estudiante de colegio superior, recuerdo cómo David Wilkerson, notorio fundador del Teen Challenge (Cambio joven) abandonaba a la mitad de una de sus reuniones de cruzada para ir en pos de un baterista de rock, hijo de uno los miembros de su iglesia local, que estaba tocando una canción en un bar local a la misma hora del servicio religioso. La congregación compartía la preocupación de Wilkerson y permanecía en una actitud de oración y meditación en tanto Wilkerson trataba con el joven. Cuando Wilkerson regresaba, sin embargo, venía sin el joven. El contaba : "Nunca he visto a un joven con tales convicciones" Wilkerson /y muchos como él) consideraban que el rock era una amenaza seria para la salud espiritual.

Como una realidad, la institución religiosa evangélica tomo tan seriamente al rock en esos iniciales años que se levantaron ministerios especiales para detener su creciente popularidad e influencia. Uno de los primeros panfletos anti-rock publicados fue el de David Wilkerson , The devil's heartbeat: rock and roll! (1) (El ritmo cardíaco del diablo : rock and roll) Aquí el enumeró 16 pecados que atribuía a la música rock.

Otros evangelistas como Bob Larson, un músico rockero convertido, los hermanos Peters y Craig y María Harrington predicaban y enseñaban enérgicamente que se tuviese cautela hacia esta nueva forma musical. Abundaron seminarios, reuniones especiales y cruzadas en tanto predicadores de todas partes denunciaban la nueva forma.

Critica deficiente. Desafortunadamente, el mensaje de los reformadores tenía una grieta fatal que probaría ser su pérdida. El énfasis tendía hacia examinar las letras y disectar las cubiertas de los discos (los dibujos). Ellos criticaron el estilo de vida de los músicos rockeros; las drogas; el sexo ilícito y pornográfico natural al escenario rock; el énfasis en el Satanismo, la magia y los cultos; los mensajes subliminales; el enmascarado posterior; el baile de parejas; y las practicas sugestivas y lascivas en la actuación . En otras palabras, ellos criticaban todo excepto la música en sí misma! Fuera de mencionar el "golpe" y algo de preocupación por la instrumentación, la música fue esencialmente ignorada.

Los cristianos se refrenaron de criticar la música rock por varias razones: su falta de familiaridad con principios estéticos; falta de conocimiento de la gramática musical; indiferencia o desapego absoluto hacia la música "clásica" ; una educación, de aquí una familiaridad, con el género musical pop de la primera parte del siglo 20; una falla en entender la atracción del rock por parte de los jóvenes cristianos; pocas ganas de pagar el precio por una estética musical basada cabalmente en la Biblia ; y/o en la inhabilidad de aplicar principios de las Escrituras a la música.

Ademas, los críticos religiosos del rock de alguna forma intuitivamente sabían que si denigraban a la música en sí misma, deberían dejar ir también la mayoría de su propia música. Recuerdo vívidamente cuan choqueado estaba por la dicotomía entre el sentimiento anti-rock y el canto pro-rock en un servicio llevado a cabo por un evangelista muy conocido. ¿Cómo podía ser esto? La respuesta está en una comprensión de la naturaleza de la música.

Debido a que se creía que la música tenía poca consecuencia y aún era incapaz de sacar a luz el contenido del trasfondo, uno meramente debía analizar el texto, los estilos de vida de los músicos, o la práctica de las actuaciones, por ejemplo, para determinar su conveniencia. La música misma podía entonces ser de cualquier estilo siempre que las letras fueran apropiadas. Muchos críticos bien intencionados cayeron en esta trampa. A menudo terminaban sus análisis con ejemplos de rock "bueno" que contenía letras cristianas. Por otro lado esto era similar o al menos fuertemente influenciado por la misma música rock a la que se estaban oponiendo.

Todo un genero nuevo de pop se levantó de una necesidad obvia de rechazar contenidos textuales anti-creencias en tanto se mantenía la forma musical- una forma de aproximarse al dilema algo así como 'ten tu pastel y cómetelo también'.Pronto la inundación al por mayor de rock, tanto "cristiano" como no-cristiano, empezó su inexorable conquista del culto cristiano en tanto comenzó a florecer el poder de los jóvenes de los 60s, 70s y 80s.

Critica inconsistente. Sumado a ello, confusos líderes cristianos empaquetaron sus posturas anti-rock Habiendo injuriado inicialmente al rock, Wilkerson eventualmente se retractó luego de darse cuenta que estaba utilizando "rock suave" en sus propias reuniones. Entre sus nuevas lineas de acción estaba una cuarta que declaraba, "no es escritural criticar el gusto de otro respecto de la música"(2) Todo lo que había previamente enseñado y predicado, ahora era revocado. El rock era aceptable pues la música estaba mas allá de la crítica. Musicalmente autónomos por derecho propio, los individuos eran libres de hacer lo que les placiere.

Asombrosamente, tres años más tarde Wilkerson dió marcha atrás nuevamente: "Tiemblo cuando escucho a los padres y ministros decir, ' No los juzguen'. Digo que mejor debieran obedecer a la Palabra de Dios y juzgar el juicio justo, antes que pierdan a sus hijos a las seducciones de esta época. Los padres ahora son tan condescendientes e indiferentes respecto de la música que sus hijos escuchan. Ellos dicen, 'Bien, cada generación tiene su propio estilo de música. No nos gusta, pero parece que a los chicos si les gusta. Y ellos cantan de Jesús, por lo que debe estar bien'. ¡Qué increíble ceguera espiritual! Si la música del diablo hace que los jóvenes vayan al frente para hacer una decisión, es aceptable. Cuan peligroso. Una de las razones por las que el Espíritu de Dios se fue del Jesus Movement (Movimiento de Jesús) en la década pasada fue porque rehusaron abandonar su vieja música. Ellos abandonaron las tabernas, la heroína, el alcohol, el sexo promiscuo, y aún abandonaron sus pervertidos estilos de vida. Pero rehusaron abandonar su amado rock"(3)

La inconsistencia de Wilkerson es una ayuda en manos de los entusiastas del rock. Las diferencias entre la gente son una cosa. Pero cuando un respetado evangelista no puede poner en orden su propia mente, entonces todo lo suyo es solo un asunto de opinión. Si la enseñanza de un líder retrocede y avanza y luego retrocede nuevamente, se pierde la credibilidad y la confianza. Se trae descrédito sobre todo el campo de los juicios bíblicos/musicales. No es sorpresa que los relativistas canten victoria.

Propósito diluído. Aún más comunes son los cristianos que inicialmente resistieron las incursiones del rock en la iglesia pero gradualmente abandonaron sus recelos. Al pasar los años, el aburrimiento de dar batalla hace efecto. La actitud de la cultura amplia hacia la aceptación y promulgación del rock como norma musical de nuestra época ha convencido a todos menos a los críticos más ardorosos de que los estilos musicales del rock están aquí para quedarse. "Si no puedes saborearlo, únete a ellos" es una posición común.

Por supuesto, este rumbo de la corriente principal hacia lo fácil no se limita a la música. Por ejemplo, la postura de Jerry Falwell de mantener barreras hacia la homosexualidad ha sido suavizada. La presión para legitimar la homosexualidad como una forma de vida alternativa parece haber cambiado la aproximación de Falwell.

En una atmósfera de ruidoso rock cristiano, Falwell explicó recientemente en la hora de capilla de la Universidad Libertad su nuevo punto de vista con un lenguaje que la revista Time informó como "un poco extraño. 'Podemos tener amistad con los homosexuales' el dijo. 'Ustedes deben saber que... si queremos tener un real testimonio cristiano para los millones de personas gay y lesbianas, tenemos que usar cuidadosamente nuestro lenguaje'" Y así el lo hace, utilizando el término políticamente correcto de "gay" en vez del duro lenguaje utilizado previamente. El se disculpó de su actitud anterior ante "200 personas gay de fe" en una reunión con Soulforce, un grupo ecuménico homosexual dirigido por el Rev.Mel White, un activista homosexual.(4)

Indudablemente, Falwell no ha cambiado su creencia basica. Pero su nueva retórica es una indicación del tremendo poder que esgrime la cultura. El mejor ejemplo de la debilitada resolución de los líderes religiosos hacia la música rock y a la influenciada por el rock es también la menos notoria ya que los cambios aceptados por la mayoría vienen lentamente. Abarcando décadas, el movimiento toma lugar de una forma evolucionada. Los cambios en la música de la iglesia no son distintos.

La vasta mayoría de los jóvenes que van a la iglesia sabe poco de la transformación tumultuosa causada por la revolución del rock. Cuestionar tal parte normal de la diaria vida estética es impresionante. Ya que los jóvenes han crecido con el rock, es normal. Los más viejos, bombardeados como son por bramadores sonidos desde cada rincón, eventualmente se han acostumbrado al estrépito. Su sensitividad estética se endurece y todo el asunto simplemente se desvanece. "¿Cual fue todo el alboroto unos años atrás?", se maravillan.


 

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