¿Nos acompañás en una recorrida virtual por el
sendero?
Referir al plano de la reserva. El
sendero esta marcado en rojo. Para seguir nuestros pasos, en el plano
hay una docena de puntos numerados, marcados en blanco.
Preparados... Listos... (Pero antes una breve introducción
pre-recorrido)
El recorrido pasa por los siguientes ambientes:
Pajonal - con sus pastos altos, totoras y cortaderas
Bañado - con caraguatá, margarita de bañado,
catay, saeta, etc.
Laguna - con la vegetación flotante (camalotes, abundantes
repollito de agua, lentejitas de agua, etc.)
Ceibal - con seibos (ceibos),
Matorral ribereño - con duraznillo de agua, sarandí,
etc.
Bosque de Sauces - con sus sauces criollos (híbridizados
con especies de sauces introducidas)
Costa del Río de la Plata - con sus amplios juncales
Bosque de Alisos de río - se cruza en el tramo de vuelta.
Los distintos ambientes no siempre tienen fronteras claras. E incluso
pocos de ellos existen como "formaciones puras".
El juncal se compone de casi 100% juncos, pero en cambio el matorral
y el ceibal están constituidos por diversas combinaciones de
especies, donde hay muchas variedades de plantas: entonces la predominancia
relativa de alguna especie indicadora, como por ejemplo el ceibo,
da su nombre a ese espacio. No siempre es fácil reconocer estas
formaciones ni darles nombres únicos.
La mayoría de las fotos fueron tomadas en primavera/verano,
cuando la reserva es más exuberante, pero recordemos que cada
temporada tiene lo suyo. Algunas aves migratorias que provienen del
sur se ven únicamente en invierno, y si estamos atentos también
veremos algunas flores propias de esta estación.
1 - Llegada / Partida
Llegamos
al predio. Entramos por el portón y saludamos al Guardaparque.
Cerca de la "casucha" es probable que encontremos un voluntario
deseoso de entregarnos folletería. Si está próxima
la hora de partida de la visita guiada gratuita, seguramente convendrá
participar, ya que es un recorrido muy instructivo durante el cual
nuestro guía contará muchas cosas interesantes. Sino,
hacemos el sendero por nuestra cuenta. El recorrido es circular y
nos puede llevar 30 a 40 minutos, o bastante más si nos detenemos
a menudo. Tomamos la senda y entramos en el mundo de plantas y animales
silvestres. Notamos sorprendidos que aquí no se ven gorriones
(una especie introducida de Europa): no cruzan el alambrado, no les
gustan estos lugares . No saben lo que se pierden... |
La casucha.
De aquí parte el sendero.
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2
- Tramo entre pajonales y bañados
Comenzamos
por el sendero angosto. Salimos de la sombra y entramos en un espacio
repleto de todo tipo de plantas. A la izquierda vemos el pajonal,
con altas totoras y serruchetas. Más allá un centro
de pequeños arbolitos. Son los sarandíes colorados,
y es aquí donde anidan las garzas. Si es primavera o verano
veremos estas aves blancas angelicales - pero valientes defensoras
de sus pichones - entrando y saliendo de la colonia, y escucharemos
sus curiosas voces, parecidas a gárgaras humanas. Pasamos un
gran ceibo. Y a la derecha, entre las ramas de los árboles
divisamos un bañado . Un nido de hornero por aquí, un
picaflor por allá. Cantos de aves por doquier... |
La colonia de
nidificación de garzas, escondida en el Sarandí Colorado
(Rubiaceae: Cephalanthus glabratus)
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Evidentemente
en este sendero no estamos solos...
Aquí viene caminando un bonito Chiricote (Aramides
cajanea) Es importante no espantarlo. Si nos quedamos quietos
tendremos la oportunidad de verlo por unos segundos. Si lo corremos,
desaparece instantáneamente en la vegetación.
Recorrer la reserva no implica certezas: veremos fauna si están,
si les damos tiempo, si no hacemos alboroto y tenemos paciencia.
En un zoológico tenemos certeza de ver todos los animales.
¡Pero cuanto mejor es descubrirlos en su estado silvestre!
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3
- La Laguna
Llegamos
a la apacible laguna. El verde no es césped, sino vegetación
flotante, principalmente repollitos de agua. Al fondo quizás
veremos garzas, jacanas y pollonas. Si la vegetación ha
dejado partes de agua sin cubrir, podemos ver patos (normalmente
el barcino). Desde aquí se advierte el paso de muchas otras
especies de aves.
También podemos ver grandes tortugas y caracoles de río.
Podemos sentarnos en una plataforma, o esperar que asome un rálido:
el Burrito Común o una Gallineta, dos especies de ave que
son "Marca Registrada" de Ribera Norte.
Este lugar es para estar un buen rato... |
En el ceibo
al fondo: una Garza Mora. Más adelante: un Hocó
Colorado
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4
- Curvas y contracurvas
Hacemos un par de giros y entramos en zona más húmeda,
donde hay buena sombra. Estamos atravesando el ceibal, aunque no todo
aquí es ceibo. En esta zona podés ver Chiricotes y más
gallinetas. Fijate en las zonas pantanosas.
5 - El Puente
El
puente de metal cruza una zona de suelo barroso. También
le sirve a la fauna, que puede cruzar por debajo, escondida entre
la vegetación, para llegar a los juncales costeros.
Es otro sitio con bonita vista para disfrutar... Se aprecian los
extensos juncales. En invierno podemos ver gaviotas. Una mañana
de otoño, cargada de una densa niebla, presencié
desde aquí la migración al Norte de una bandada
infinita de Tijeretas que seguían la costa. Aparecían
brevemente y volvían a desaparecer en la neblina. ¡Un
espectáculo surrealista! |
La costa
del Río de la Plata vista desde el puente metálico
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6
- Matorral Ribereño
Ahora
vamos bordeando la costa, entre ceibos, sauces y saranís. Aquí
te podés imaginar en una selva. Una planta característica
y muy abundante que se desarrolla en verano es el Duraznillo de Agua
(Ludwigia elegans). También hay mucha ligustrina, una
planta asiática que todo lo invade. En este tramo se ve bastante
fauna, incluyendo mariposas extrañas y un bonito pajarito llamado
Sietevestidos (Poospiza nigrorufa). |
Las hermosas
flores del Duraznillo de Agua
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7
- Bosque de Sauces
Siempre
siguiendo por el sendero vamos entrando a la catedral construida
por los altos sauces (izquierda). Aquí habitan los carpinteros
(derecha) y chincheros, y en la copa de los árboles se
escuchan otras especies de aves, a veces difíciles de ver.
La agradable sombra invita a quedarse quieto mucho tiempo, esperando
las sorpresas que la naturaleza quizás tenga hoy para nosotros.
En verano tal vez veamos un Lagarto Overo, y en otoño podremos
divisar entre las ramas peladas el paso de bandadas de gaviotas
que vuelan al Norte. En verano hay mariposas selváticas,
que veremos si nos detenemos y estamos atentos.
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8
- Desvío a la Costa
Aquí
tomamos el ramal que lleva a la costa. Si la marea esta baja podremos
encontrar una enorme playa, que no se erosiona gracias a los densos
juncales. Aquí también hay mucha fauna: en las arenas
abundan caracoles, aunque la mayoría son asiáticos,
de muy reciente llegada, que estan logrando sustituir a las especies
nativas. Podemos ver biguás y garzas. Es aquí donde
un otoño observé una pequeña mariposa comenzando
su migración al Norte, volando efímeramente entre
las ráfagas, un metro sobre el agua. Su destino: ¡la
costa del Uruguay! En la foto: un Carau (Aramus guarauna)
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9
- Retomando la vuelta
Volvemos
al sendero principal y continuamos circulando. Todavía nos
queda bastante por explorar. Salimos del bosque y bordeamos el pajonal.
En Septiembre estaremos rodeados de hermosas flores, los Lirios
Amarillo. Desafortunadamente se trata de una especie exótica
y su presencia aquí es un muy mal augurio, puesto que se
expande en forma descontrolada, desplazando y eliminando a las plantas
nativas, que son la que deberían conformar nuestros pajonales.
Al menos eso es lo que me han dicho los animales que viven aquí,
desde hace más de 500 años... ¡Epa, mucho más
que eso!!!
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10
- El Bosque de Alisos
Seguimos
por este tramo recto del sendero, bordeando el pajonal a nuestra
izquierda, y una acequia a la derecha (que mi imaginación
convierte en vertiente o arroyito). Al lado se encuentra el vecino
club de veleros. Si estamos atentos, en este arroyito podemos encontrar
tortugas y más caracoles de río. Muchas veces se encuentra
un caracol en el sendero, sin el animal adentro. Pero... ¿Cómo
vino hasta aquí? Son las aves, como el Carau, que los encuentran
en el pajonal y los llevan a su rama preferida, donde los comen.
Este caparazón seguramente ha caído de una alta rama
del sauce.
Entramos luego en un lindo bosquecito encantado compuesto por
árboles de troncos más finos y lisos que los del
sauce: son los Alisos de Río.
En la foto el árbol más grueso es un sauce. En el
fondo está la multitud de alisos.
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Caracol
de Río
Nombre científico:
Pomacea caniculata
Es el alimento preferido del Carau y de una rapaz parecida a
una gavilán, llamada justamente "Caracolero"
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11
- Bordeando el pajonal
Cruzamos
un pequeño puente y salimos del bosque, y de nuevo bordeamos
el pajonal. Aquí podremos distinguir las especies nativas
entre la densa invasión de Lirios Amarillos que bordean el
sendero. Llegamos casi hasta la calle, y doblamos. Es otro lugar
hermoso, con muchas plantas y grandes arboles. Subimos al nivel
del albardón. Allí, a la sombra, crecen en verano
las hermosas flores violetas de la Salvia guaranitica, que
los picaflores frecuentan para obtener su néctar, y de paso
polinizar las flores que están especialmente adaptadas para
aprovechar el servicio de estas aves minúsculas. En la foto
un Picaflor Común (Chlorostilbon aureoventris) hace
lo suyo para el deleite del fotógrafo...
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12
- Tramo de sendero elevado
Caminamos
ahora paralelos a la calle por un tramo elevado del sendero (foto
de la izquierda). Es nuestra oportunidad para buscar fauna entre
las plantas que crecen en este terreno habitualmente inundado: la
Gallineta Común o la Pajonalera Pico Curvo. El premio máximo
sería ver quizás el pájaro más hermoso
de la Argentina: el Federal (foto de la derecha). Y lo doblemente
importante es que lo estaríamos viendo en estado silvestre,
no en una jaula, donde tarde o temprano se muere. Aquí en
cambio estará cuidando sus pichones, criando. Aguantando
en el poco espacio que le dejan los hombres para hacer su vida.
El Federal se ve habitualmente desde este lugar. Generalmente esta
lejos, pero la luz encendida de su plumaje lo delata.
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- Y llegamos de vuelta al punto de partida...
¿Te gustó el paseo virtual? Ahora
vení a verlo con tus ojos. Total, es gratis. Tu visita "real"
será distinta: tal vez esté nublado, o haga bastante calor.
Pero estarás oyendo las aves. Puede que veas un Chiricote, o no.
Puede
que te encuentres con otra gente como vos. O no. Pero seguramente te llevarás
muchas vivencias que no te puede dar este recorrido virtual.
Una cosita más: al salir despedite del guadraparque y dale aliento
en su trabajo contándole lo que has visto.
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