f a s e n l i n e a  

                 c o m

ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Y Demás

Mi populista favorito

Los diarios apócrifos de Hitler

Leo Sayer, una remembranza

Disco y poliéster (1976- 1980)

Diez cosas que ya nos han sulfurado

El espiritismo en la era victoriana

La fama según Peter Frampton

La Trevi y otros seudohéroes

La Fernandomanía

Archivo

 

 

 

Y Demás/Música

Alice Cooper y su magnífica pesadilla

La crítica se burlaba de su trabajo. Pero al pasar los años Alice Cooper se ha reivindicado como creador de un rock de alta calidad producido en los setenta. Parcialmente inactivo, este músico creo una de las pesadillas más interesantes del rock norteamericano

JULIO, 2006. Luego de escuchar completa la caja de cuatro compactos de Alice Cooper --cortesía de Rhino Records-- no hay espacio para dudas. Alice Cooper era un músico genial. Detrás del maquillaje, las serpientes y el stage show de las decapitaciones, había un artista notable que, al igual que Kiss, influyó decisivamente en la imagen de muchos grupos, algo que, en contraposición a McLuhan, ponía a la imagen como medio, no al revés.

Otro aspecto que Alice Cooper compartía con Kiss era el desdén de la a crítica; ésta última prefirió y alabó el trabajo de, por ejemplo, The New York Dolls y The Sex Pistols sin miramiento alguno que Cooper y Gene Simmons se habían adelantado mucho en lo concerniente al shock tanto visual como social (aquí influyó, claro, el que ninguno de ellos cantó mueras a la Reina, al establishment y a la burguesía, temas que suelen seducir más a los críticos de rock que la música misma. Y no es sólo cuestión de ventas: Alice Cooper ha influido a mucho más gente, incluido Marylin Manson, uno de los alumnos que más abiertamente lo ha imitado y quien, irónicamente, es un consentido de la crítica.

Desde hace rato que Alice Cooper aprendió a reírse de ello. En una de las escenas más divertidas del filme Wayne's World (1992) los protagonistas tienen oportunidad de conocer en persona a Alice Cooper y éste, en vez de encontrarse es una bacanal backstage habla de cultura general con los otros miembros del grupo, como el que Milwaukee fue la primera ciudad de Estados Unidos en elegir a un alcalde socialista. En realidad, Alice Cooper, un tipo inteligente y astuto, ha contribuido al rock de una manera que no termina de ser sopesada.

Vincent Alex Fournier nació en Detroit en una familia de ascendencia francesa y de profundas convicciones religiosas. Hijo úinico, su padre era un predicador que en algún momento esperó --así fuera hasta la adolescencia-- que su vástago seguiría sus pasos. No fue así, naturalmente. El recatado y pulcro Vincent descubrió a los Beatles, a los Stones y a los demás "invesores" ingleses de modo tal que bien pronto pensó en emularlos. Contrario a la leyenda, Fournier no fue un chico excesivamente rebelde; siempre obedeció a sus padres y al cumplir 18 años --edad en que la mayoría de los jóvenes norteamericanos se independizan--no perdió contacto con ellos.

En Detroit dominaba la escena Motown aunque también ya empezaban a cocinarse ahí cosas interesantes como The Stooges --al mando de Iggy Pop --más tarde un protegido de David Bowie-- y los MC5. Pero Fournier decidió ir a California sobre todo porqué de ahí procedían The Doors y a que el futuro Alice Cooper admiraba en aquellos años a Jim Morrison (curiosamente y casi al mismo tienmpo, otro nativo de Detroit, Glen Frey, también viajaba a California donde junto con el texano Don Henley darían vida a Eagles) y a quien no sólo conoció personalmente sino que fue compañero de muchas parrandas; el mayor problema de Fournier, casi desde el inicio de su carrera, ha sido su afición al alcohol.

Tras la disolución de los Beatles, otro grupo que Fournier admiraba, se presentó la gran oportunidad. Las disqueras abrieieron sus convocatorias (y sus carteras) para contratar a posibles sucesores. Por ese tiempo Fournier cambió su nombre al de Alice Cooper: unos dicen que ése era el nombre del cantante en una vida anterior como bruja que murió en la hoguera durante el Medioevo, otros que la cábala y otros que hasta en una misa negra, vaya uno a saber. Pero hay quienes dicen que el nombre proviene de un factor más monótono: Alice, el famoso personaje de Lewis Carroll y el actor Gary Cooper. Como sea, el flamante Alice Cooper firmó con Warner, una empresa del entretenimiento que a inicios se los setenta se había inclinado a promover cosas menos convencionales (el filme Una naranja mecánica de Kubrik y el espléndido material de Frank Zappa, entre otros).

The Alice Cooper Band no tuvo mucho eco en un principio. Como ellos había decenas de grupos en el área de Los Ángeles. Entonces el cantante tuvo una idea genial: cambió su aspecto hippie por un maquillaje macabro, cadavérico, y esto le resultó en una popularidad inesperada. Por supuesto que se trató de una estrategia de marketing perfectamente planeada: ¿qué mejores publicistas que los grupos religiosos ultraconservadores y el desprecio de la crítica para segurar altas ventas? Sin embargo detrás de toda aquella parafernalia había un nicho de genuinos fans, es decir, aquellos adolescentes para quienes canciones como "Eighteen" les hablaban directamente. Este tema reflejaba como pocos las angustias, la rebelión, las ganas de "devorar" al mundo y de evitar someterse a la autoridad; en muchos sentidos "Eighteen" es la continuación de la composición "It's My Life" de The Animals.

¿Y por qué Alice Cooper causaba tantas controversias? Por fingir la decapitación de animales, pasarse una boa por todo el cuerpo, por la utilización de simbolismos fálicos y por su estrafalario vestuario. Todas esas actitudes no asustarían hoy ni a los monjes franciscanos, pero aquí hablamos de la sociedad norteamericana a principios de los setenta cuando la guerra de Vietnam ya estaba casi fuera de control y un presidente que había ganado la reelección pregonando los valores renunciaría a la presidencia hundido en el descrédito. Varias organizaciones católicas pidieron la excomunión de Alice Cooper pero al final el Vaticano tomó las cosas como eran en realidad, un show. Y eso que entonces Madonna era apenas una quinceañera.

También hubo rumores: Cooper había sacrificado a un niño durante una misa negra, había tenido una pelea "a muerte" con su padre, un predicador, enviándolo al hospital, que en un concierto consumió sangre humana y que el verdadero Alice Cooper había sido asesinado por un doble que se hacía pasar por él en los escenarios. Se trataba de rumores que rayaban en lo ridículo pero acrecentaron la leyenda.

Lo que sí era cierto era el alcoholismo de Alice Cooper. Al principio éste se excusaba porque "le daba valor" para actuar frente al público --en su infancia como Vincent Fournier fue bastante tímido-- pero se cuidó de no cantar ebrio; sólo tomaba después de los conciertos.

Como sea continuaron los hits; "Desperado" era, según confesó el mismo Cooper, una imitación de Jim Morrison en su estilo interpretativo; "School's Out", por su cuenta, hablaba del momento máximo en una escuela: el timbre que da inicio a las vacaciones ("no más maestros, tareas... se acabó la escuela para siempre"), "Halo of Flies" una extraña combinación en homenaje a Frank Zappa que se prolonga hasta ocho minutos; "Elected", con un tema que no caduca, el populismo en toda campaña política, "Rock and Roll Babies", referencia cariñosa a las groupies y que también luego abordaría Cameron Crowe en su filme Almost Famous, la bellísima "Only Women Bleed", calificada de "misógina" por algunos grupos feministas y "Welcome to my Nightmare", donde Alice Cooper incluye algo de funk y "jazz macabro".

Sin embargo tras la salida de este último disco, en 1975, las ventas fueron muy inferiores; los púberes que lo adoraban a inicios de esa década perdieron el interés en su música al entrar a la universidad y al ver a las chicas de otro modo. Si a ello agregamos que su alcoholismo se agudizó en ese entonces, la carrera de Alice Cooper simplemente se desinfló.

Para 1977 y tras un duro proceso de desintoxicación, Alice Cooper se sintió listo para volver a grabar. Todo el proceso lo hizo mucho más sensible, y prueba de ello es que compuso dos baladas excelentes. Una era "You and I", con arreglos musicales de alto nivel, y la semiacústica "I Never Cry" que, por cierto, incluye uno de los primeros videos promocionales. La oleada punk y discotequera amainó las posibilidades de un regreso espectacular de Alice Cooper. Sin embargo su legado habría de verse durante los ochenta, desde Motley Crue, Ratt, Poison, Guns and Roses hasta, por supuesto, Marilyn Manson. De hecho hay que resaltar algo: Alice Cooper tenía imitadores (o alguien que iba por un camino parecido) durante los setenta, entre ellos Iggy Pop, a quien la crítica adoraba.

Curiosamente, a Alice Cooper se le ha tachado de "rockero de capacidades limitadas", cuando en lo referente a éstas eran muy superiores a las de Pop, quien no pudo despegar en serio pese al apoyo incondicional de David Bowie.

Alice Cooper ha regresado esporádicamente al candelabro sobre todo con "Het Stoopid" y "(He's Back) The Man Behind the Mask", pero los tiempos ya no son los mismos. Hoy la realidad puede más que la imagen. Cooper pasa la mayor parte de su tiempo como Vicennt Fournier, juega al golf en sus ratos libres y es un dedicado padre de familia, liberado totalmente del alcohol. Con todo, llegará el día quen que el mundo del rock pague su deuda con este cantante y compositor para quien este género es, aparte de transmitir mensajes de inconformidad, excelente productor de adrenalina adolescente y, por qué no, mero entretenimiento.

_________________

(Extraído del CDROM-book Rock, Pop: sus facetas 1965-1995 por Oscar Fernández)

Copyright 2005

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás