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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS |
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Literatura El mundo y Carl Sagan Hace 10 años que Carl Sagan nos dejó para seguir otras encomiendas. Por tal motivo repasamos uno de sus últimos --y clásicas-- obras que, luego del 11 de septiembre, aumentan su importancia El Mundo y sus Demonios Carl Sagan Planeta, 1997 JULIO, 2006. Carl Sagan adquirió fama mundial mitad de los años setenta cuando la PBS, la televisora pública de Estados Unidos, lo invitó a colaborar en una serie de programas de corte científico "traducidas" a un lenguaje más accesible. Durante tres años Cosmos, el resultado de aquel proyecto, alcanzó un rating superior incluso al de algunos programas de las cadenas particulares; hasta hoy Cosmos se mantiene como la emisión que más audiencia ha tenido en la historia d de la PBS. Sagan, un astrónomo, doctor en matemáticas e investigador incansable, abrió las puertas de lo que hoy son el Discovery Channel y A&E Mundo, pues hasta entonces los documentales solían ser narrados con voces engoladas, pretenciosas y aburridas hasta la espina dorsal. Sagan hizo, como él alguna vez dijo, "accesible lo aparentemente inaccesible". ¿Qué rayos era un cuásar? ¿en realidad los agujeros negros "chupan" a las galaxias y estrellas a su alrededor? ¿cómo entender el Big Bang sin terminar con una jaqueca? Este y otros temas los abordó Sagan en Cosmos (Claro, ahí estaba Stephen Hawking pero, como se sabe, Sagan era quien mejor podía explicar las teorías del genio inglés). Cosmos también se convirtió en best seller al ser publicado un libro. Pero Sagan no era un científico que ignorara su entorno mientras se sumía en elucubraciones matemáticas; le gustaba ver deportes por televisión, leía cómics y opinaba prácticamente sobre cualquier otro tema. Además de eso tenía gran carisma, factor innegable para la popularidad de Cosmos, que continúa hasta hoy. Otro flanco que Sagan combatió buena parte de su vida fue el de la superchería, las "falsas ciencias" y de la superstición. De ello consta una gran cantidad de artículos, pero el que quizá marcó más esta inquietud fue El Mundo y sus Demonios (The Demon-Haunted World, en el original) cuya primera edición apareció pocos meses antes del deceso del astrónomo, en diciembre del 96. En primer lugar Sagar enfatiza la paradoja de que quienes desconfían de lo palpable, de la ley y de la verdad evidente son los primeros en creer que nos han visitado hombrecitos verdes de Marte y que la medicina holística es superior a la convencional, o bien son capaces de tragarse las mentiras más inverosímiles y más aún siguen defendiéndolas aunque se llegue a conocer la verdad, como ocurrió con los famosos "círculos" de Gran Bretaña. Todos hemos oído hablar de ellos: los ufólogos los consideran "pruebas irrefutables" de la visita de los extraterrestres, "mensajes de paz" que "serán descifrados en su momento" y hasta "obra de los antiguos druidas"; inclusive el cine tomó el tema como cierto en la cinta Signs, con Mel Gibson. En realidad, escribió Sagan, los "círculos", al menos los de más belleza estética, fueron obra de Dave Bower y Doug Chorley, dos sexagenarios que con enormes rodillos de madera se pasaban la noche aplanando maizales durante toda la noche. Cuando quisieron mostrar al mundo que todo era una broma, la prensa apenas y les hizo caso. El comentario de Sagan: "los demonios venden; los bromistas son aburridos y de mal gusto". Con igual ahínco, Sagan desenmascara las "pulseras iónicas" que estuvieron de moda en los noventa, los curanderos y las abducciones de extraterrestres. Al respecto presenta en un capítulo varios comentarios breves en respuesta a su texto, publicado en la revista Parade, y que miles de ellos malinterpretaron. Pero hay unas perlas interesantísimas, cómo ésta: * ¡En el 2001, naves espaciales de los treinta y tres planetas de la Confederación Interplanetaria aterrizarán en la Tierra cargadas con treinta y tres mil hermanos! ¡Son maestros y científicos extraterrestres que nos ayudarán a ampliar nuestra comprensión de la vida interplanetaria, ya que nuestro planeta Tierra se convertirá en el miembro número treinta y tres de la Confederación! Respecto al escepticismo, y como punto final, Sagan señaló; "[...] tiene por función ser peligroso. Es un desafío a las instituciones establecidas", tal y como sucede hoy con ese ex candidato presidencial mexicano. Uno de los demonios a los que se refería el extinto científico. |