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Cine

Súper marcado

Bastante apegado a la cinta original, Superman Returns tiene, sin embargo, acusaciones de paternidad y un héroe más confundido que el villano mismo.

Superman Returns
Brandon Routh, Kate Bonsworth, Kevin Kline, James Mardsen
Dirigida por Brian Singer
Warner/2006

JULIO, 2006. El nombre de este director sonará conocido sólo a los iniciados, así pues, identifiquémoslo de una vez: se trata del mismo cineasta que dirigió las dos primeras partes de The X Men, razón de sobra para que los estudios lo consideraran como idóneo para darle un toque contemporáneo al hombre de acero que, por cierto, está a dos años de cumplir sus primeros setenta años de existencia. Así pues y en vista de los regresos --Batman, su compañero de andanzas, lo hizo el año pasado-- Superman está de vuelta, en este caso literalmente.

A diferencia de El Poseidón, los elementos esenciales de Superman Returns retoman mucho de las cintas originales con el hoy extinto Christopher Reeve. Esto demuestra el respeto que Singer tiene hacia Richard Donner, el director de Superman The Movie (1978). Los personajes han sufrido algunas retocadas y ese cierto aire de inocencia que permeaba las películas originales.

Rasquémosle un poco al argumento: sin mayores explicaciones, nuestro protagonista (Routh) decide ir de vuelta a Kriptón, su país natal, donde permanece alrededor de cinco años. El planeta está en ruinas --la acción se ubica poco después que vence a los tres villanos kritponianos que llegaron a la Tierra tras ser liberados por una explosión nuclear-- pero él decide quedarse ahí, todo esto mientras Lois Lane (Bonsworth) se cansa de esperar, queda comprometida y ¡gulp! concibe un hijo que puede o no puede ser de ya-saben-quién. Pero el que la hayan dejado plantada no disminuye su mala leche: aún trabaja para el Daily Planet, donde publica un viscoso reportaje titulado "¿Ha muerto Supermán?" (Por cierto, en las cintas anteriores Lane soñaba con llevarse el Pulitzer; bien, esta vez lo consigue).

Mientras tanto, Lex Luthor, interpretado por Kline, cubre el papel: calvo, con un humor negro a ratos deplorable y quien busca secuaces para materializar un plan medianamente creíble. Luthor es, quizá, el que menos ha sufrido transformaciones, tanto así que en más de una ocasión nos rememora a Gene Hackman, quien lo interpretó originalmente. No es la única parte reciclada: la música original de John Williams también está aquí, si bien interpretada esta vez por John Ottman. Singer sabe bien la estatura de icono de Superman por ello repite muchos detalles, tantos que en ocasiones la cinta parece ser un remake; incluso en una escena reaparece Marlon Brando.

Nota: se acabaron esos cambios de Clark Kent a Superman en cabinas telefónicas, y esta vez en lugar de intercambiar barajitas con las fotos del héroe, las transacciones se hacen con imágenes por celular.

La gran paradoja es que, si bien Luthor, Jimmy Olsen y hasta el editor White han sido cuidadosamente restaurados, el protagonista queda sumamente irreconocible. Esta vez sufre por el desprecio de Lane y se desquita con viajes siderales o vagabundea por todo el planeta; a su regreso de Kripton ha encontrado una catarata de malas noticias de modo que --algo que nos enfatiza el argumento a cada rato-- se puede ser físicamente poderoso y emocionalmente débil. Cualquier semejanza aquí con Washington es mero propósito.

Otra falla importante aquí radica en los motivos del villano-Luthor, la verdad tan poco convincentes que si los mencionáramos aquí lucirían más inverosímiles que los berrinches de López Obrador. Pero en resumen, Singer nos ha brindado una película interesante y entretenido de la cual se asegura es el comienza de una trilogía. Mientras todo se apegue a las aventuras, ta' güeno. Si la mendacidad de Hollywood no se hace presente, el hombre de acero difícilmente terminará oxidado.