La pagina de René
Testimoniales de Donantes, Receptores y de pacientes en lista de espera.

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Los Testimoniales de Donantes, Receptores y de pacientes en lista de espera, es una parte muy importante de mi pagina en la Internet. La intención es la de dar a conocer sus vivencias para que estas ayuden a los que tienen dudas a tomar una desicion.

Cabe aclarar que estas donaciones entre vivos, por ley, solo son entre familiares. Quitan candado a los trasplantes en México...[9 abril 2003].
Aunque no se mencionan en esta pagina, los cónyuges, padres, hermanos, médicos, equipo médico y todos aquellos que estuvieron relacionados con el proceso de la donación también tienen un gran lugar en nuestro corazón. Deseando que todos sean un gran ejemplo para promover la Cultura de la Donación. Si no hay donantes, no hay trasplantes.
Muchas gracias.

ESCRIBAN Y PREGUNTEN SUS DUDAS!!
SI EL TESTIMONIAL NO TIENE EMAIL, ESCRIBAN AQUÍ,  Testimonial escribiendo la pregunta y a quien va dirigida.
Testimonial de un Donador:

El Hospital Virgen del Rocío realiza el único estudio psicológico existente sobre trasplantes en España. 
El Hospital Virgen del Rocío de Sevilla ha realizado, en colaboración con el departamento de Psicología de la Universidad Hispalense, el único estudio psicológico existente sobre trasplantes de órganos, lo que permitirá bajar los índices de negativa ante esta práctica y aumentar el número de donaciones. 

El coordinador de trasplantes de Sevilla, José Pérez Bernal, destacó que el estudio ha permitido que el Virgen del Rocío ingrese en la Red de Centros de Investigación en Trasplantes y apuntó que al analizar el aspecto psicológico de los pacientes, familiares y profesionales de la sanidad, "podemos trabajar sobre los puntos que influyen negativamente en esta práctica". 

En este sentido, la coordinadora del estudio y profesora de Psicología en la Universidad de Sevilla, María de los Angeles Pérez San Gregorio, dijo que la ansiedad y la depresión son las principales barreras de la donación y el trasplante, y que la finalidad del estudio es "aumentar la calidad de vida tanto del paciente trasplantado como de los familiares del mismo con una salud psíquica ante esta nueva situación". 

El estudio, ha investigado sobre los aspectos psicológicos que influyen tanto en la donación (entre el personal sanitario y los familiares de los donantes) como en el trasplante (en los pacientes, sus familiares y el personal sanitario que trabaja en los equipos de operaciones), y contribuye a paliar los efectos negativos que pueda causar. 

Aspectos como el bajo nivel cultural, las diferentes creencias culturales y religiosas, el miedo o la desconfianza en los médicos pueden influir para que un familiar no autorice una donación y, por tanto, no pueda llevarse a cabo un trasplante. 

Es por ello que el estudio psicológico que ha realizado la Oficina de Coordinación de Trasplantes de Sevilla y el departamento de psicología de la Universidad Hispalense tiene la finalidad de disminuir estas barreras y encontrar las vías que eviten la negativa en la donación, y que contribuyan a aumentar el número de trasplantes. 

Pérez San Gregorio apuntó que "otra de las vías del estudio es la calidad de vida psicológica de la persona trasplantada, ya que muchos de ellos son marginados socialmente por su calidad de trasplantados", y el del personal sanitario que trabaja en los equipos de trasplantes, "quienes presentan agotamiento físico y psíquico por realizar esta práctica como horas extras a parte de desempeñar su puesto habitual". 

Los hospitales sevillanos (Virgen del Rocío, Valme y Virgen Macarena) registraron en el primer semestre del año un aumento tanto en el número de donaciones como en el de trasplantes realizados con respecto al mismo período del año anterior. 

En este sentido, se realizaron en 2002 un total de 28 donaciones con las que se pudieron realizar 70 trasplantes, de los que 37 fueron de riñón, 26 de hígado y 7 cardíacos, mientras que el primer semestre de 2001 concluyó con 20 donaciones y 64 trasplantes. 

07/09/2002


 

Un hombre en E.U. recibe su cuarto riñón.

Sufre de hematuria familiar benigna, Su segundo riñón lo recibió en 1980 

Nueva Jersey, E.U., 22 de marzo de 2002 (FIA).- Un hombre que tenía ya tres riñones en su cuerpo recibió el viernes el cuarto, tras someterse a una operación de trasplante. 

Ike Gavzy, de 48 años, sufre hematuria familiar benigna, un padecimiento hereditario que deteriora lentamente el funcionamiento de sus riñones. Cuando los órganos de Gavzy comenzaron a fallar a comienzos de la década de 1980, su padre le donó un riñón. 
Dado que los riñones originales del paciente no causaban ningún daño, los médicos los dejaron en su lugar y colocaron el tercero justo arriba de su cintura y a la derecha de su ombligo. 
Ahora, 20 años después, ese riñón trasplantado funciona apenas al 15 por ciento de su capacidad. El viernes, el paciente recibió el riñón de un primo, que fue colocado justo arriba de la cintura, pero en el costado izquierdo. 
Gavzy fue sometido a la cirugía en el Centro Médico Columbia Presbyterian, en Manhattan. Judith Cianci, la coordinadora en jefe de trasplantes del hospital, dijo que el paciente sería dado de alta el martes y probablemente vuelva a trabajar en un mes. 
Cianci dijo que los médicos que dirigieron el trasplante del viernes no querían practicar cirugías innecesarias para retirar los otros riñones de Gavzy, ya que éstos no causan daño alguno. Añadió que no es inusitado que los viejos riñones permanezcan en el cuerpo de los pacientes sometidos a un nuevo trasplante. 
Gavzy, jefe del equipo de investigaciones especiales del condado de Bergan.


Trasplante de órganos, la oportunidad de seguir viviendo 
Donación: se calcula que 100 mil personas están en espera de un órgano para seguir viviendo 

Conocer a fondo el tema de la donación de órganos inicia cuando las enfermedades se acrecentan en el cuerpo humano. Todo empieza por un simple malestar o alguna enfermedad que resulta ser hereditaria.

Por ejemplo, Raúl Buenrostro en 1996 sufrió un infarto y posteriormente le tuvo que ser transplantado un corazón. 
Óscar Huerta Herrera, por su parte, dice: “De repente salió que necesitaba un trasplante de córnea, que también jamás lo habíamos visto y uno nunca piensa que podríamos necesitar algo así”. 
"Me hicieron estudios generales y como a los 3 meses me dijeron que tenía insuficiencia renal, que necesitaba de un riñón y para mi fue trágico", comentó María Inés Martínez. 
Sin duda, es un golpe fuerte saber que de la noche a la mañana usted o yo podríamos necesitar un corazón, un hígado o un riñón, para seguir viviendo. 

Para Raúl Buenrostro fue como ganarse la lotería recibir un corazón. 
Algunos pacientes toman medidas cuando saben que necesitan un transplante. 

Como Antonio Robles Reyes, quien antes de recibir un hígado, empezó a buscar la forma de que su familia quedara protegida económicamente “y sabiendo que mi mal era grande, traté de vivir mi vida al cien por ciento". 
Sin embargo esta clase de órganos no se adquieren en la tienda de la esquina, hay que esperar a que se de y sobre todo que la familia esté conciente, cosa que muchas veces es difícil. 
Los familiares son los que luego se rehusan a donar los órganos de sus seres queridos, ‘es que es mi esposo cómo lo vamos a enterrar hueco, que no se lleven sus órganos’, son algunos delos comentarios, pero esto revela la falta de cultura, señaló Rómula Devesga Conteras, quien recibió hígado. 

De acuerdo con el doctor Luis Terán, ex-director del Centro Nacional de Trasplantes, con las campañas de concientización aparentemente las cosas están cambiando. Mucha gente ya está aceptando de buena gana la donación, inclusive se da el caso que los familiares de un fallecido nos hablan por teléfono para que vayamos a tomar las córneas, comentó. 
Gracias a eso hoy mucha gente vive para contarlo. Raúl Buenrostro, recuerda que cuando recibió su nuevo corazón, todavía le preguntaron que si lo aceptaba, “yo ya no lo pensé y le dije que sí”. 

María de los Ángeles Vargas, recordó: "El doctor me dijo al verme muy triste, te prometo que el próximo año te trasplanto no sé cuándo pero te voy a trasplantar, entonces yo pensé que era de lo mismo que el doctor me daba ánimos y cuál va siendo mi sorpresa que al otro día de mi cumpleaños me llegó un hígado". 

Para quien lo necesita, recibir un órgano es como volver a nacer. María Inés Martínez expresó: "Amo la vida, amo a mi donador aunque no lo conozco, no lo conocí no tuve el gusto”. 
"Hoy estoy más contenta, es distinta la vida y la sigues viendo distinta como que te humanizas más con tu prógimo", comentó Rómula Devesga Conteras, depués de recibir su hígado. 

Pero aún falta mucho por hacer, se calcula que 100 mil personas están en la lista de espera. 
Antonio Monrroy, es uno de los que espera un riñón: "No pierdo las esperanzas, no se me hace un camino inútil, no pienso en que no voy a lograr nada, no lo tengo en mi mente para nada". 
Córneas, pulmones, corazón, hígado, riñones, piel y hasta huesos, pueden ser trasplantados a personas que los necesitan para seguir viviendo. 
Estadísticas revelan que anualmente en México se practican al año solo 4 mil trasplantes de todo tipo. 
Éste podría ser un buen momento para ofrecer una oportunidad más de vida.

N.I.U.M..
Mexico, D.F. 25 DE ABRIL DEL2000.
TESTIMONIO DE UNA DONADORA RENAL

La vida transcurría normal, mi hermano "A" iba a la Universidad y después al gimnasio, un día nos dice que va a ir visitar a un amigo que está en el  hospital, le había donado un riñón a su hermano, recuerdo que en ese momento pensé ¡qué valiente chico!, Debe querer mucho a su hermano, no sé si yo lo haría, después nos enteramos que el chico trasplantado falleció de neumonía, qué triste esa historia, pensábamos lo difícil que habría sido para esa familia, pero seguramente no podríamos comprender hasta donde porque nuestra vida transcurría sin mayores complicaciones.

Uno nunca sabe lo que el destino le tiene deparado, pero sí sé que  Dios no te da más pruebas de las puedes soportar, superar y con ello convertirte en una persona más fuerte en todos los aspectos

No pasó mucho tiempo, de que sucediera lo del amigo de mi hermano, cuando "A" mi hermano 3 años menor que yo, empezó con dolores de cabeza muy fuertes, vómito, parecía una infección muy fuerte, fue al médico y este  le recetó un antibiótico, pero no mostraba mejoría así que le mandó  a hacer estudios de laboratorio,  ¿qué podría ser? el no se enferma casi nunca

 Poco después al ver los resultados el médico, nos dice, que "A" sufría de una enfermedad llamada Insuficiencia Renal, que requeriría de ciertos cuidados y que tendría que consultar a otro médico especialista en este problema, la noticia nos cayó terrible, no  comprendíamos  el porqué de las cosas, y solo pensábamos pero porque si solo tiene  21 años, un chico sano, y sin vicios.

Después localizamos a un médico nefrólogo, y ese fue el principio de un camino que parecería  un mal sueño, del que querríamos despertar.

El nefrólogo después de unos nuevos análisis de laboratorio, y ultrasonido nos confirmó la Insuficiencia Renal crónica de mi hermano, la causa de esta era que nació con riñones pequeños  que durante 21 años le habían funcionado, pero que ya habían dejado e hacerlo totalmente. Los caminos a seguir era primero a través de la diálisis peritoneal  y posteriormente un  trasplante renal.
 Jamás pasó por nuestra mente vivir una situación como esta, donde repentinamente todo para la familia cambiaría, la palabra trasplante la integraríamos a nuestro vocabulario, además de un sin fin de términos médicos que se anexaron a la lista.

 El Primer paso que nos recomendó el médico para llevar a cabo el trasplante era hacernos las pruebas de compatibilidad, así es como fuimos toda la familia a que nos tomaran muestras de sangre, los resultados dieron que mi madre y yo compartíamos mas afinidad con mi hermano y eso tendría beneficios para él,  pues el medicamento que él tomaría después de trasplantado sería menor.  Al hablar de ello entre nosotros, descartamos inmediatamente a mi madre, pensábamos que por su edad no era conveniente, aunque ella estaba muy decidida en hacerlo. Así que la candidata era yo,  me sentía muy contenta de poder ayudar, y sin mayores dudas ingresé a lo que sería el Protocolo de Trasplante, el cual requirió de muchos estudios clínicos para garantizar mi estado de salud, el que resultó bueno., Sin embargo los estudios clínicos realizados a mi hermano no fueron así. estos revelaron que tenía un huella en un pulmón como si se hubiera tratado de tuberculosis que no se desarrollo pero que si lo trasplantaban en esas condiciones  llegaría a desarrollarse poniendo en riesgo su vida.

Así que el protocolo no continuo, se pospuso el trasplante hasta que concluyera el tratamiento adecuado a su problema,  fue muy difícil para mi hermano, los medicamentos le caían muy mal, a veces no los tomaba adecuadamente, estábamos desesperados, incluso mi padre recurrió a otros medios con tal de ayudarlo, ¿podía existir la posibilidad que sus riñones funcionaran de nuevo?  Pensando que tal vez si, fue a visitar al naturista, al acupunturista, lo que resulto peor, un día por comer fruta le subió el potasio cuando iba manejando y ya casi no la cuenta, recuerdo que el médico nos dijo que su enfermedad no se curaba con remedios, los riñones cuando dejaban de funcionar ya no lo volvían hacer de nuevo.

 En ese tiempo lleva a cabo la  diálisis peritoneal en casa, lo que para el no era la solución a sus males, tuvo que dejar la universidad, porque el tiempo libre entre cada diálisis era corto, las fuerzas no eran ya las mismas, su estado de animo era de enojo, de reclamos ¿porque yo?, de decirle a mi mamá con llanto que ya no quería seguir, que solo continuaba por ella. Los momentos más difíciles eran cuando se infectaba y le daba peritonitis, que se manifestaba con mucho vómito y dolores muy fuertes en él estomago, así conducía hasta el hospital que se encuentra al otro lado de la ciudad, en verdad fueron muchas las experiencias tan difíciles por las que pasamos, y digo “pasamos” porque verlo sufriendo nos hacia sufrir a nosotros también.

Después de esos 4 años de la diálisis peritoneal, los médicos  dijeron que su  peritoneo ya estaba muy dañado a causa de tantas infecciones y que tendría que hacerse hemodiálisis en el hospital, filtrando su sangre con una máquina, que dentro de todo le permitía disponer de más tiempo, se sentía un poco mejor de ánimo, pero que aún así no era  la mejor opción como lo representaba un trasplante.
Con la hemodiálisis continua por 1 año más, en total 5 años, que me hacen pensar en la fuerza, determinación y disciplina que tuvo para continuar viviendo, donde todo lo que había de el era un muchachito muy flaco, de color entre amarillo y verde, con las ganas por los suelos, que solo necesitaba una oportunidad para vivir como un chico de su edad.
 

Yo durante todo este tiempo, valoré lo que estos maravillosos órganos en forma de frijolito pueden hacer, y que muchas de las veces somos inconscientes y no los cuidamos, me sentía muy rica al yo tener los míos, y a la vez me sentía triste, como cuando tu estás comiendo y otros te ven comer,  tu quieres que también disfruten como tú, y más si es un hermano  de 3 años menor que tú  y que lo ves a todas horas, que va y viene al hospital, que su mamá sufre y  que a la vez es mi mamá también.

 Lo más maravilloso de todo es que Dios nunca nos ha olvidado, dirigió nuestros pasos  en todo este tiempo, primero encontrando un nefrólogo que nos orientó muy bien, y nos contactó con el Hospital  donde todo este tiempo el se ha tratado.

Llegó el día en que él medico le dijo  a mi hermano que ya era hora de que pensar en el trasplante, que si tenía alguien que le donara un riñón, el dijo que posiblemente su hermana le donaría. Con esto llego el momento de la verdad para mí,  me preguntó mi hermano ¿me donarás el riñón? mi doctor quiere platicar contigo, mi respuesta fue, no sé hermano,  tengo que buscar información sobre el tema para tomar una decisión.
Me sentía tan confundida, y egoísta a la vez, pensaba ¿porque hace cinco años no dudé y de inmediato acepté ser donadora?.
Es que durante  estos 5 años vi padecer a mi hermano, por que sus riñones no funcionaban y en algún momento me daba miedo enfermarme por quedarme con uno solo de ellos.

Sabía que lo  que me  podía dar la certeza de que mi decisión fuera la correcta para todos era estar informada sobre el tema así como acercarme a Dios para pedir tranquilidad en mi corazón.   Así, durante unos días  llevé a cabo una búsqueda de información sobre el tema de donación renal y trasplantes, empecé buscando por Internet y encontré algunas páginas que mencionaban información muy general, pero coincidían en decir, que se podía vivir bien con un riñón, solo tendría que cuidar mi peso y hacer ejercicio. Encontré una página de la Asociación de Trasplantes del D.F , llamé por teléfono y me contestó una chica trasplantada, la cual me comentó que conocía a muchos donadores que llevaban su vida normal, que ella se encontraba muy bien después de recibir un riñón.
Pero yo aún continuaba con la inquietud de seguir buscando, fui a la Biblioteca del Hospital y buscando entre tantos libros encontré uno que tenía un capítulo llamado “The Living Kidney Donor" ( Donador Vivo de Riñón) y ahí se mencionaba la justificación a favor para este proceso, que generalmente los resultados que se obtienen cuando los donadores y trasplantados están relacionados son muy favorables porque pueden estudiar bien al riñón que van a trasplantar,  la cirugía es planeada, y las personas que necesitan el riñón no tienen que esperar mucho tiempo para recibirlo.
El artículo del libro también mencionaba los riesgos que corría un donador renal los cuales eran del 0-1% de mortalidad el mismo que una persona cuando maneja a su trabajo cada día y recorre 16 millas cada día. También se mencionaba  que las compañías de seguros de vida aceptaban a donadores renales después de la nefrectomía, asumiendo  la función renal como normal.
 Pero sin duda lo que llamó más mi atención de lo que leí fue la parte que mencionaba los estudios  realizados en  un Hospital de Estados Unidos, sobre el impacto que trae la donación renal a un paciente y su familia, el estudio se llevó a cabo con 70 adultos que habían donado un riñón a parientes cercanos reportando que como resultado de la donación la relación entre el donador y receptor se había hecho más estrecha, uno de tres donadores reportaban un cambio positivo en la forma de mirar la vida, otros mostraron más aprecio por su propia salud.

Con toda esta información ya tenía más opiniones a favor que en contra, solo faltaba las respuestas que el médico nefrólogo daría a mis preguntas cuando me tocara reunirme con él. Llegó el día de la citada reunión con él medico para conocer si yo fuese la futura donadora renal, yo inmediatamente le pregunté ¿se puede vivir bien con un solo riñón? la respuesta fue claro que sí,  tu vida será normal, puedes hacer ejercicio, si quieres embarazarte también,  hemos visto casos de personas nacen con un solo riñón y no tienen ningún problema durante su vida.  También se han hecho estudios que se  demuestran que la autoestima de los donadores se vuelve alta, ¿y los riesgos de la cirugía? Pregunte, me dijo que, un embarazo tiene un porcentaje de mayor riesgo que una cirugía como la que me tendría que someter si aceptara donar un riñón, me preguntó el doctor, entonces, ¿cual es tu decisión le donarás a tu hermano?  Decidí aceptar,  valía la pena el esfuerzo con tal de ver a mi hermano vivir una vida normal, por mi parte esa oportunidad la iba a tener.   El medico me dijo que la fecha del trasplante sería para el jueves el 25 de abril, faltaban como tres semanas para esa fecha,  me encontraba nerviosa, en ese tiempo me acerqué mucho a Dios, y con la inquietud de escribir lo que sentía en ese momento, y así fue escribí unas cuantas hojas con el sentimiento que me embargaba.

Después de someterme a estudios para comprobar mi estado de salud llegó el gran día, los dos nos encontrábamos en una la sala fuera de los quirófanos, deseándonos suerte y con mucha fe de que todo iba a salir bien, nos dijimos hasta el rato y me llevaron al quirófano primero a mí, donde  me inyectaron y me quedé dormida. Cuando  desperté vi a todos de blanco y pensé o estoy en el cielo o ya desperté de la cirugía, pues sí ya había despertado, solo me dolía un hombro por la posición en que estuve en la plancha del quirófano, le pregunté a la enfermera  por mi hermano y me dijeron que se encontraba bien, qué el se iba a quedar en recuperación más tiempo.

Yo estaba adolorida pero muy contenta de seguir en este mundo junto con mi hermano y familia. Mi riñón estaba funcionando bien, y el que le di a  mi hermano como en su casa, chambeando también, ¿cómo se siente orinar después de 5 años que no lo hacía? le pregunté a mi hermano, días después que tuve la oportunidad de visitarlo en su cuarto, me dijo que se sentía muy rico, lo curioso fue cuando me dijo, permíteme voy a orinar , me dio risa porque yo precisamente iba a hacer lo mismo.

A  casi dos años de esta experiencia me he dado cuenta que mi manera de ver la vida a cambiado, valoro el tiempo, pienso que hay que aprovechar al máximo cada día, disfrutar de todos los momentos que esta nos da, querernos mucho porque somos la máquina más compleja y hermosa de la creación,  comprendí que la felicidad llega cuando hacemos felices a otros, no se puede ser feliz atesorando cosas para uno mismo, yo soy feliz al ver que mi hermano feliz, ahora come de todo, estudia, practica la natación.
El éxito del trasplante depende creo yo de varios factores, primero que tengamos fe en Dios, que exista un riñón disponible, y las manos maravillosas de los médicos estén ahí para lograr lo que es un trasplante “un milagro de Dios”.

Norma
Marzo-2002
Norma (donante) hermana de



Miriam Ortíz Delgado
Mexico, D.F. Primavera del 2000.

"...Chela regresa a su casa. Parecía imposible imaginarla preparando la comida, haciendo la tarea con sus hijas, platicando con su esposo todo lo que ha pasado, tomándose la medicina, corriendo al mercado porque ya es casi la hora de comer, viendo el mar, sintiendo el sol, y darse cuenta que pudo no haber regresado..."

"...y en el hospital cada día era una nueva historia, ¿dónde había estado yo antes? ¿En qué mundo vivía? ¿Por qué tanta gente en espera? ¿En dónde están los órganos de las personas, que teniendo conciencia, donaron y prepararon a la familia para que en el momento de la muerte se hagan los trámites necesarios? Descubrí que lo que no tenemos en nuestras narices no nos importa en realidad. Pues aunque no la vemos existe muchísima gente con la vida en un hilo, pero pensamos, ya habrá otras personas que les donarán. Pareciera que todo esto no existe hasta que nos sucede a nosotros..."

Un testimonio de vida©®

Por Miriam Ortíz Delgado

Hola Miriam, soy la Doctora encargada de la anestesia... te puedes voltear de tu lado izquierdo. Mientras me doy la vuelta recuerdo que le quería preguntar por el cirujano. Se me había olvidado pedirle lo más importante: que me hiciera una cicatriz estética. Volteo para decirlo, siento algo muy extraño en toda la mitad de mi cuerpo. Trato de recorrerlo con la mente, y descubro que hay algo extraño como un medio círculo en todo mi estómago y termina en la espalda. ¡Parece como si me hubieran atado las manos! ¿Por qué no las puedo mover?, algo tengo en mi boca. Creo me está haciendo efecto la anestesia; eso me impide hablar, quiero hablar, trato de poner toda la atención en lo que está sucediendo, trato de abrir los ojos no me es fácil, ¿y esto que tengo en el cuello? Por favor déjenme pedirle al cirujano que me haga una herida bonita! Escucho voces. Pregunto, ¿qué es esto que tengo en la boca? Es el oxígeno no se lo quite por favor. ¿Ya me operaron? ¡Ya me operaron! Tengo frío, me hicieron una herida grandísima. Estoy despierta o es un sueño, me pregunto, vuelvo a abrir los ojos y sigo ahí, veo una luz muy intensa frente a mi, Señorita tengo frío. Por favor no se quite el oxígeno la voy a acercar más a la luz. ¿Por qué está tan frío este lugar? parece una bodega vacía, necesito una cobija, hago un esfuerzo por darme cuenta en dónde estoy, qué ha pasado. Pregunto por mi hermana, todavía no sale del quirófano; en cuanto salga yo le aviso, me parece estar divagando, y ¿estas mangueras? Sí, tengo razón, ya me operaron! Sí ya me operaron! Vuelvo a preguntar: señorita y mi hermana, ¿dónde está mi hermana? Todavía no sale, ya no tarda, en cuanto esté aquí le avisamos, Tengo frío. ¿por qué tengo esto aquí en el cuello? le pusimos un catéter. ¿Por qué? a mi nadie me dijo que me pondrían un catéter. Se movió la raquea y  tuvimos que ponértelo. Recuerdo que lo único que podía ver era el techo inmenso y una luz “Cómo es posible que la enfermera piense que esa luz me va a calentar... a nadie le importa que esté yo aquí, a nadie le interesa saber que soy Miriam y que tengo frío”. ¿por qué me siento tan sola?.  Ya te vamos a llevar al cuarto, tu hermana está bien, ¿dónde está? Está aquí y todo salió bien. No estoy segura si quiero dormir, lo que quiero es abrir los ojos, ¿estaré soñando?.

Abro los ojos, y veo a mi mamá, a mi papá, a Pepe, a la tía Chelo. No llores, ya estás aquí y todo salió bien. Pero es que me duele. Ya todo está bien, me dicen. ¿cómo es que me pasaron a la cama? No recuerdo nada. Mi mamá me dice que Chela ya está en su cuarto. El tiempo es algo tan extraño en estos momentos, pareciera que no existe, en realidad ya era otro día y a Chela ya la habían subido a su cuarto, 10 horas después de haber terminado la cirugía. Mi mamá continúa diciendo, ¡ya está en su habitación y su riñón está funcionando! ¡Ya hizo pipí! Dormí tan profundamente cómo si no hubiera dormido en años.

Ya tenía Chela sintiéndose mal como unos cinco o seis meses. Dolores de cabeza muy fuertes, sin energía para hacer cualquier cosa, ella cuenta que el tiempo se le hacía muy largo y con gran esfuerzo apenas si podía hacer ni la cuarta parte de lo que acostumbraba. Viene a la ciudad de México, y empiezan los análisis y entre doctores y hospitales, cada vez más demacrada. Todos nos preguntábamos ¿qué tendrá? Pero nadie decía nada, cuando no se sabe bien que está pasando y se tiene miedo, la pregunta se queda atorada en algún lugar en la garganta, parece como si quisiera salir, se sienten los sonidos pero ella no se atreve a salir por temor a que las dudas se hagan reales. Esas preguntas nunca llegan a la boca de nadie... por el momento. Hasta que un día al regresar Chela del doctor, me dice: tengo insuficiencia renal crónica, y en un mar de lágrimas continúa, necesito un transplante de riñón. ¿Qué? Sí, necesito un riñón, parece ser que mis riñones no funcionan. Dicen que pudo haber empezado desde hace mucho tiempo pero como no duelen, uno no se da cuenta, y cuando ya no funciona uno, el otro hace el trabajo de los dos. Me preguntó el doctor si tenía hermanos, cuando le dije que siete, me respondió que tenía mucha suerte, pues la lista de espera de un órgano es muy larga. ¿De que estás hablando? ¿Uno en vida te puede dar un riñón? Pues parece ser que sí, me contestó llorando, y yo con qué cara podría pedir un riñón. Inmediatamente pregunté, ¿qué, tenemos dos? ¿si con uno puedo vivir, para qué tenemos dos entonces? Y sin pensar en nada más le dije: de qué te preocupas, yo te lo doy.  Mientras escucho todo esto, trato de acomodar las ideas en mi cabeza y razonar qué tan grave era toda esta situación. Buscaba una solución tratando de llegar a algo que no me incomodara. Sé bien que ella en ese momento ni siquiera oyó lo que le dije, la abracé y me fui.  Supongo, aunque no lo sé de cierto, que todos los hermanos dijimos lo mismo en cuanto nos fuimos enterando. 

En realidad todos sabemos que vamos a morir, pero cuando alguna circunstancia te hace ‘darte cuenta’ de lo inevitable de la muerte, comienzan a surgir los miedos, las dudas, las reflexiones. ¿qué significa estar a punto de morir? Chela se pregunta: ¿Por qué a mí? Tengo un esposo, dos hijas que adoro, acabamos de construir nuestra casa, quiero y respeto mucho a mi familia, soy católica, y siempre procuro no herir a las personas. Como una pregunta sin interés, mi mamá le dice: ¿y por qué no a ti?

Venían a mi cabeza innumerables ideas y opiniones propias y ajenas, algunas parecían verdades, y otras ni siquiera llegaban a expresarse lo suficientemente bien como para ser convincentes. ¿Es mío mi cuerpo? Parece que la pregunta está mal planteada. ¿Nos pertenece el cuerpo físico?  ¿Puedo yo decidir sobre él? Cómo en un susurro escucho miles de voces diciendo: ‘tú cuerpo no te pertenece’ ¿dónde está la verdad? ¿A dónde me dirijo para conseguir orientación? ¿Acaso es el momento de hacer preguntas?. Parece que sí, la familia y los amigos también hacen preguntas, ¿por qué da esto? ¿Cuáles son los síntomas? ¿por qué no hacen esto? ¿por qué no buscan más opiniones? El teléfono empieza a sonar casi cada minuto, oigo los comentarios típicos que se dan en estas situaciones. Yo no lo haría, yo sí lo daría, bueno quién sabe, tú no lo donarías pues siempre has sido muy cobarde... y cuántos comentarios y opiniones más. En situaciones ajenas todos tenemos una opinión muy clara de lo que haríamos.

Mi mamá está llena de energía, va y viene del doctor, hace la comida, recibe visitas, da explicaciones a todo el que llama, mi papá es el jefe de esta familia, parece estar metido en un mundo hermético y protegido, dentro de su corazón sabe bien que esta vez él no podrá tomar la decisión por nadie más. Los dos estaban dispuestos a ser el donadores, pero personas mayores de 60 años ya no son una buena opción.

A la semana siguiente de la noticia, Chela empieza a sentirse más enferma que antes. En días pasados habíamos tratado de hacer como si la palabra transplante se hubiera borrado del diccionario. La hospitalizan y le hacen la diálisis, son unas mangueras en el estómago conectadas al peritoneo en donde se tiene que poner una cierta clase de agua y cambiarla 4 veces al día por el resto de su vida o hasta que se haga el transplante. El doctor nos dice que la diálisis es buena pues te permite vivir, aunque te va desgastando físicamente y emocionalmente, nos dice también, que se deberá de acondicionar un cuarto perfectamente aislado y esterilizado lo mejor posible, para hacerse debidamente los cambios de agua. 

Comienza la fuerza de la unión, llega mi hermana la mayor. Toño, otro hermano que vive fuera de la ciudad, llega también. Decidimos hacer una junta para ver quién está dispuesto en realidad a donar su riñón. Hay una especie de confusión, todos queremos tomar decisiones y hablamos, tal vez para que los otros no piensen mal de uno. El tiempo continúa corriendo y aún después de dos meses de diálisis, Chela sigue teniendo dolores de cabeza terribles, las ideas empiezan a fallarle, su mirada está como ausente, debe seguir una dieta muy estricta: no sal, no mucha azúcar, medio vaso de agua al día, no grasas, no leche y sus derivados...  ¡esos ni olerlos  siquiera!   Su esposo a quien siempre le ha costado muchísimo separarse de ella aun por unas cuantas horas, tendrá que regresar a su casa con sus hijas, Bibi y Bere, que son cuatitas y tienen 10 años, tendrán que continuar su vida y organizarse, ¿quién les hará de comer? ¿Quién les ayudará a hacer la tarea? Por el momento nadie pone atención a tan simples cosas de la vida.

Siempre le he tenido miedo al dolor, a las agujas y la sangre. Hoy me pregunto de dónde viene la fuerza y cómo es que soportamos y pasamos a través de todo esto, tal vez porque son tan sólo pasajeros. Nos hicimos los primeros análisis, para ver qué tipo de sangre tenemos, los ocho tenemos el mismo tipo de sangre, después vinieron los segundos análisis, que no tuvieron nada que ver con los primeros, éstos ya eran en ayunas, teníamos que estar a las 7 AM en el Hospital “Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán”, donde nos operaron y donde el trato, la dedicación de todo el personal hacia los pacientes fue uno de los puntos clave para hacer todo esto posible. Regresando a los piquetes, sólo 3 de los 7 hermanos llegamos a estos análisis. La mañana era fría y ahí nos encontrábamos en los laboratorios del hospital, los cuatro, seres comunes y corrientes. A esa hora, ya había mucha gente, estaba también una familia, que llamó mi atención, ¿Por qué estaban todos aquí?,  estaban también en el proceso de algún transplante. Les pregunté cuál era su problema y la mamá nos dijo; estamos aquí para ver quien es más compatible ya que nuestro hijo necesita médula ósea y ni yo, ni su papá somos compatibles. Pregunté, ¿los niños, no son muy pequeños? Sí dijo, pero por el momento no hay otra opción, ellos tienen 7 y 5 años y vamos a ver si alguno de ellos es compatible. En ese momento me di cuenta, que no éramos los únicos que enfrentábamos un problema de tal magnitud, me parecía otro mundo, había oído hablar y sabía de gente enferma, que sufría grandes dolores, pero todo era nuevo para mí.

A la semana siguiente llamé al Hospital y pregunté por mis resultados de compatibilidad. ¿Es usted la Srita. Miriam? Sí, contesté inmediatamente, pues felicidades: usted salió 100% compatible y sus hermanos 50%.  Yo no sabía si llorar o reír, en ese momento no se sabe qué pensar, qué sentir, con quién hablar, si rezar o esconderse. Hice como si nada hubiera pasado, salí de la oficina, tomé el coche y manejé a algún lugar lejos, dónde pudiera estar sola y pensar o mejor dicho tomar una decisión entre ser la mala de la película o la heroína, nunca antes me había puesto la vida en tal situación, esperaba encontrar una respuesta clara. Regresé a la casa y dije; salí 100% compatible, tendremos que ir a platicar con el doctor para que nos explique y oriente. 

Nos dijo que un riñón 50% compatible podría durar unos 15 años aproximadamente y uno 100%, 20 o más años, además de que la medicina sería prácticamente la mínima. Y sintiendo más miedo que nunca, dije: sí, yo te doy mi riñón. En realidad no puedo recordar el momento en que tomé la decisión. Me parecía como si toda mi vida hubiera sido una preparación para ese momento, como si ya hubiera estado planeado de antemano. ¿No era la vida la que me ponía en tal dilema?, ¿No era la vida la que estaba tomando la decisión? Ahí estaba la respuesta, uno no puede cambiar ni resolver las situaciones que se nos van presentando, todo surge y se desarrolla como debe, pero sí podemos cambiar nuestra actitud hacia ellas. Qué importaba como me vieran los demás, lo más importante era cómo me veía yo ante mi misma. ¡Mi actitud era la clave! 

En esos días, difíciles para todos, las dudas eran como puñaladas por la espalda, era verlas sin verlas. Chela enferma se sentía culpable por todo, hasta por el hecho de haberse enfermado. Hoy en día todavía tengo esa impresión. Si ella se diera cuenta, qué no fue ella quien provocó su enfermedad, por lo menos conscientemente, ¿se sentiría menos culpable?. La psicología moderna acepta que inconscientemente el ser humano se daña a sí mismo por alguna razón que desconoce. Si la ‘falta’ no es consciente, ¿por qué tendríamos que sentir culpa alguna? Creo que es una actitud muy común. Otra de mis hermanas tuvo el valor de decir: yo me formo a la cola. Si no hay nadie más, pues yo lo intentaré. Claro está, que ella también tiene su dotación de culpas. ¿cómo quitarnos tantas culpas que llevamos encima? ¿cómo aprender a no culpar a nadie y mucho menos a nosotros mismos? ¿será qué se vale aprender a ser feliz?

Son los doctores los que saben, los que han estudiado y se han preparado; es en ellos en quienes  voy a dejar toda la responsabilidad, uff!! Una responsabilidad menos, así que a ellos me dirijo para encontrar respuestas; ¿Doctor, como será mi vida? ¿Qué riesgos corro? ¿Podré hacer ejercicio? ¿Podré comer de todo como hasta ahora? El doctor nos dice, hay mucha gente que vive con un riñón. En ese entonces yo no conocía a nadie que viviera con un riñón. El doctor continúa, el riesgo que corres durante la cirugía es el mismo que cuando tomas un avión y sufres un accidente. La comida será normal, hemos tenido pacientes que hasta se vuelven más sanos ya que toman conciencia que con un riñón o dos, todos debemos cuidar nuestro cuerpo, ¿tú planeas tener hijos? Por el momento no está en mis planes, contesté, bueno en caso de que algún día tengas hijos hay un pero, si alguno llegará a necesitar un riñón no podrás dárselo. Todos nos reímos pero el doctor tenía razón, ahí había un pero. El doctor continuó, tienes todo el derecho a arrepentirte y decir no en cualquier momento, he conocido algunas personas que en el momento de la operación dicen no y no pasa nada. Es una decisión que siempre se respeta, todos sabemos lo que esto implica. así que por favor en el momento que tú quieras estamos aquí para ayudarte y respetar cualquiera que sea tu decisión. También nos dijo que el protocolo había empezado, otra palabra nueva en nuestro vocabulario, y que éste duraba de 3 a 4 meses. Si después de todas las pruebas todo salía bien y estaban seguros de que nada me iba a pasar a mí, y que era una buena opción para mi hermana, se fijaría la fecha para el transplante. El doctor también nos dijo que como médicos querían aliviar a una persona, mas nunca enfermar a otra, que habían tenido años de estudios y prácticas y que la mayoría de los donadores no habían presentado problema alguno. ¿Qué significa exactamente el protocolo? doctor, pregunté, esto ya es el protocolo y continúa con los análisis, pruebas para ver que todo esté bien, y que tu riñón, tu cuerpo y tu estado emocional estén en optimas condiciones para la donación. Te revisarán psicólogos, cardiólogos, oncólogos, y muchos otros especialistas y entre todos nos aseguraremos de tu salud y se hará todo lo posible para que tu hermana lo acepte lo mejor posible, hoy en día hay muchos medicamentos que ayudan a prevenir cualquier rechazo. 

Tuvo que pasar algún tiempo antes que todos empezáramos a retomar el problema, y de que tratáramos de ser más analíticos que emocionales. Cada uno vivíamos el problema desde nuestra perspectiva, la tensión, la preocupación y la visión de lo que significaba este nuevo ambiente familiar. Muchas discusiones y largas esperas. Los doctores nos dieron una lista interminable de pruebas y análisis. Lo de las agujas y los piquetes habían pasado a la historia, mi dignidad también; es algo que los enfermos conocen bien, los doctores te ven, te abren, te revisan, te voltean y uno se siente como un objeto. Ayunos, purgas, lavados intestinales, y yo me preguntaba ¿con qué se come eso? Algunas mañanas después de los análisis íbamos a desayunar y reíamos y nos apoyábamos unos en los otros. No sé por qué tendrá uno que vivir estos graves problemas para valorar y disfrutar con tanta intensidad el simple hecho de tomar un rico café en una linda mañana fría. Hoy de lejos, veo cuánto amor se requiere y ganas de luchar juntos por la vida, sólo para vivir y levantarte cada mañana y asomarte para ver si el Sol está ahí todavía. 

Busqué orientación, pero no se tiene el tiempo y la tranquilidad suficientes. ¿En dónde puedo platicar con alguien que haya donado un riñón, quién ha escrito algo? Empecé a oír que la hermana de la cuñada de un amigo había donado un riñón. Que un amigo había donado médula ósea a su hermano, y en el hospital cada día era una nueva historia, ¿dónde había estado yo antes? ¿En qué mundo vivía? ¿Por qué tanta gente en espera? ¿En dónde están los órganos de las personas, que teniendo conciencia, donaron y prepararon a la familia para que en el momento de la muerte se hagan los trámites necesarios? Descubrí que lo que no tenemos en nuestras narices no nos importa en realidad. Pues aunque no la vemos existe muchísima gente con la vida en un hilo, pero pensamos, ya habrá otras personas que les donarán. Pareciera que todo esto no existe hasta que nos sucede a nosotros. Las opiniones y comentarios decían “yo sí lo donaría”, o “no yo no lo donaría”, pero muy pocos o mejor dicho a una sola persona oí comentar: ¿y si soy yo la próxima en necesitar un órgano?. 

Había noches en que la angustia propia y colectiva me ahogaban, otras veces parecía olvidarme de que el Sol volvería a brillar y era aquélla tan sólo una pasajera tarde nublada. Alguien me dijo “los cobardes y los valientes sienten el mismo miedo, la única diferencia entre ambos es que el valiente lo logra”. En ese entonces aquellas palabras fueron de gran ayuda, pues yo creía que el miedo que me acorralaba y paralizaba era síntoma de que no lo lograría. Que para una persona valiente esto sería pan comido, pero para mí significaba que yo no era capaz de algo así, y que era el momento de que una miedosa como yo, dijera no... y que, por lo menos, lo hiciera a tiempo. Yo no quería que Chela me viera llorar o sufrir pues, con toda la razón, el miedo de ella saldría a flote, ¿y si se arrepiente? Imaginaba yo por un momento como toda la esperanza de la vida se alejaba al verme tambalear o dudar. Nadie quería que yo sufriera, que fuera a ser algo terrible para mí, llegó a mi mente una pregunta, ¿si yo no doy mi riñón y por alguna razón algo sale mal, cómo sería mi vida? ¿podría vivir bien y mantenerme sin culpas? Se había caído el monstruo. Me di cuenta que el deseo de ayudar a alguien más no era más que el deseo de ayudarme a mi misma, que lo que yo estaba pensando de ayudar a alguien más no era el móvil, sino más bien ayudarme a mi misma. De alguna manera, todo esto, me estaba dando el regalo de conocerme, de valorarme, de saber y sentirme útil en la vida, y dentro de estos laberintos también encontré el permiso para ser feliz. Hubo mucho que aprender y tal vez, ésta fue una de las enseñanzas más hermosas que tuve. 

Han pasado dos días y me dicen que todo está bien. Yo todavía no me he levantado de la cama,  también me dicen que Chela está como nueva, que sus ojos tiene una luz muy especial otra vez, que come de todo hasta con sal, que platica y platica y que pregunta mucho por mí. No puede venir a verme pues, como le bajaron las defensas, necesita estar aislada. Se deben tomar todas las precauciones posibles. Se me hace imposible caminar hasta allá, son dos cuartos de distancia. Al tercer día me animan, me dicen que debo caminar, me armo de fuerza y voy hasta allá, cada paso me parecía haber subido a la cima del Popocatépetl. La veo y no puedo creerlo, camina, se ríe, ¿y yo? ¿Qué es lo que pasó? Trato de que no se note. Hermanita, ¿cómo estás tú? Me pregunta sonriendo. ¿Estará fingiendo? ¿estará haciendo un gran esfuerzo para que yo me sienta bien? Estoy bien amolada y me duele todo, le digo. Una enfermera que está por ahí me dice, ¡y cómo no, si te partimos a la mitad!  Chela comenta, es lo que nos dijeron los doctores, que tú estarías peor al principio, pero que te mejorarías sin ningún problema. Para mí, la operación no fue tan complicada pero sí es muy delicada, a mí me pusieron tu riñón aquí enfrente en el estómago, tócalo ¡lo puedes sentir!.

En mis primeras visitas al hospital pensaba que estos eran los lugares más horribles del mundo, qué poco sabía yo, en el hospital uno se siente muy segura, todo está dispuesto para que un enfermo tenga cierta comodidad, hay enfermeras, personas que saben cómo levantarte y qué darte en caso de dolor, y cuando llega el día que te dan de alta valoras todo esto, llegué a mi casa y lo primero que vi fueron las escaleras, al llegar a mi cama me di cuenta que no tenía un barandal para apoyarme y levantarme, el baño está lejísimos, no hay ni paredes cercanas a mi alrededor, y si necesito algo... Qué mal hemos diseñado todo, nadie ha pensado en los enfermos; en la regadera no hay ni dónde sentarte, y la toalla, ¿dónde puedo ponerla cerca y que no tenga que agacharme o estirarme?. ¡Qué vulnerables somos, cuánto necesitamos de los demás! Mi orgullo se enfrenta a su peor pesadilla, ¿Yo, necesitar de los demás?. Nadie, ningún doctor mencionó que esto sería así. Mariana mi sobrinita de 9 años llena de ternura, se apiadó de mí y me puso crema en todo el cuerpo, ¡qué sensación más rica!.  Me dicen que Chela está mal, que parece que tiene un rechazo, me cae la noticia como una tonelada de agua fría sobre mi cara, y pienso en todo por lo que estoy pasando y que tal vez no sirva de nada. Mi corazón se detiene, no puedo oír la voz de mi madre diciendo; será lo que Dios quiera. Tengo sed, pero una sed que no se alivia con el agua. Mientras yo me recupero día a día y no tengo que levantarme para ir al hospital, Chela tiene que ir diario, para ella la batalla no ha acabado, la veo luchar poniendo la vida en cada paso y ante cada nuevo dolor, la familia se debate entre la locura y la sensatez para salir adelante, uno no se da cuenta, pero la fuerza de la voluntad está ahí, siempre con nosotros lo sepamos o no, de qué otra manera podríamos explicarnos cómo es que uno sale adelante en este tipo de situaciones.

Han pasado seis meses desde la cirugía, Chela regresa a su casa. Parecía imposible imaginarla preparando la comida, haciendo la tarea con sus hijas, platicando con su esposo todo lo que ha pasado, tomándose la medicina, corriendo al mercado porque ya es casi la hora de comer, viendo el mar, sintiendo el sol, y darse cuenta que pudo no haber regresado. Yo no tuve que imaginarla: la vi, y en ese momento lo supe, aunque hubiera sido un sólo día más de tenerla junto a mí, habría valido la pena. Solté un gran peso que había venido cargando desde que todo comenzó. Pase lo que pase, existe una fuerza más grande que nosotros que siempre sabe lo que está haciendo y por qué lo está haciendo. Comprendí que hay cosas que no se pueden agarrar con las manos, pero sí detenerlas en el corazón. El frío se me quitó, me sentí cobijada y protegida y supe también, que no estamos solos. Todo estuvo dispuesto para darle este regalo de vida, las sabias manos de los doctores, la fuerte voluntad y esmero de Chela, el cariño y las ganas de ayudar de todos los amigos y de toda la familia. Sigo aprendiendo a reconocerlo, se llama Amor.

Miriam.
México, Primavera del 2000.
GANADORA DEL CUARTO CONCURSO INTERNACIONAL DE TESTIMONIOS DE TRASPLANTE Y
DONACIÓN DE ÓRGANOS VIDA EN LAS PALABRAS (COLOMBIA).

SEGUNDO GANADOR EN LA CATEGORÍA DONANTE INTRAFAMILIAR
MIRIAM CRISTINA ORTIZ DELGADO
DONANTE DE UN RIÑÓN PARA SU HERMANA
PAÍS:  MÉXICO

El jueves 30 de noviembre del 2000,  a las 7 p.m.,  en el Auditorio de Suramericana (Colombia), se
realizó la entrega de premios del CUARTO CONCURSO INTERNACIONAL DE TESTIMONIOS DE TRASPLANTE Y DONACIÓN DE ÓRGANOS VIDA EN LAS PALABRAS.
Además se realizó el homenaje a la Clínica Cardiovascular Santa María, con motivo de los 15 años del primer trasplante de corazón en Colombia. El Doctor Juan Camilo Jaramillo González, Director General de la Clínica, recibió la resolución del Doctor Roberto Gómez Chavarriaga, Presidente de la Asociación Nacional de Trasplantados de Colombia.

En total se recibieron 73 testimonios provenientes de 7 países: Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina, México y España.  El jurado escogió 16 testimonios ganadores en las categorías

· TRASPLANTADOS:  personas que han recibido un trasplante de cualquier órgano o tejido.
· PRETRASPLANTADOS:  quienes se encuentran en espera de recibir un órgano o tejido para trasplante.
· DONANTE INTRAFAMILIAR:  quien en vida ha donado un órgano a un familiar.
· FAMILIAR DE DONANTE FALLECIDO: persona que intervino en la decisión de donar los órganos o tejidos de un familiar después de morir (padres, hijos o hermanos).

Miriam y Chela
Miriam, donadora, (izquierda).  Chela receptora (derecha) es 11 años mayor que su hermana Miriam.
Fotografía tomada en la primera semana de diciembre del 2000 a casi dos años del trasplante.
La cirugía fue realizada el 25 de febrero de 1999.

Agregado a este sitio el 26 de diciembre del 2000 con el permiso de la autora Miriam C. Ortíz Delgado.
Copyright © 2000. All rights reserved ®, México City  por el autor.
miriam_cod@hotmail.com


Marta María
Este es mi mensaje.
Mi nombre es Marta María y resido en Burgos, España.

Mi marido, era una persona deportista, alegre, comunicativo...., hasta que un sábado de Marzo de 1.998, se despidió de mi para salir a correr como era
su costumbre tres o cuatro veces a la semana. Pero aquél sábado, la siguiente vez que lo ví, estaba en la UCI del hospital. Un coche le había atropellado.
Me solicitaron sus órganos y yo pensé; "Si con un órgano pudieramos salvarle la vida, daría todo cuanto tenemos", pero desgraciadamente, era él el que
podía salvar la vida a otras personas.

No lo dudé, consentí en donar sus órganos y aunque eran unos momentos que nunca olvidaré, es uno de los actos de los que más orgullosa me siento.
Desde entonces, me siento muy identificada con todos los temas relacionados con los trasplante y sobre todo con la donación de órganos. ¿Cómo es posible
no ser donante?. La vida de personas que dependen de conseguir un órgano para poder seguir viviendo es un compromiso de la sociedad. La sociedad,
debe de pensar y ponerse en el lugar de esas familias, esposas, hijos etc... que suspiran para poder salvar la vida de su ser querido.

Si a una persona a la que le solicitan los órganos de un familiar se le planteara la posibildad de poder salvarlo con un órgano trasplantados, no lo dudaría. De esa misma forma, no se debe de dudar a la hora de donar. Es sólo pura solidaridad.

Mucho ánimo a todos los trasplantados por esa alegría que demuestran en sus mensajes, y, muy especialmente para las personas que se encuentran en lista
de espera para trasplantar.
A todos, adelante.
Un fuerte abrazo para todos.

From: Maria Marta Mata Moro
To: atcp@eListas.net
Sent: Tuesday, March 26, 2002 4:21 PM



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TU TAMBIEN PUEDES DONAR SANGRE!!
Centro de donación de sangre
Donar sangre es donar vida. Centro de donación de sangre de Cruz Roja, infórmate de como puedes ayudar. Necesitamos tu solidaridad para atender las necesidades de sangre en México.


Te urge donar un órgano?. La ley no te lo permite ya que no eres un familiar consanguineo?.

Puedes donar en vida Sangre y Medula Ósea.
Para medula ósea, anotate en el hospital de tercer nivel [donde realicen trasplantes de m. o.] mas cercano a tu casa.



www.sangreenlinea.com
Es un gusto informarles que derivado del proyecto ganador del premio Banamex, publicamos el portal  www.sangreenlinea.com,  el cual está dirigido a todas las personas que requieren localizar donadores de sangre.
En dicho portal se pueden publicar avisos de emergencia para localizar donadores.
Además existe un club de donadores en el cual se pueden inscribir con el objetivo de estar disponibles en caso de emergencia, para donar su sangre por alguno de los otros miembros del club y así mismo localizar personas que los ayuden si es que lo llegan a requerir.

Esta información puede salvar la vida de muchas personas, por lo que les pido que visiten el portal y se inscriban al club de donadores, es muy fácil y uno nunca sabe cuando lo puede necesitar.
Espero que me ayuden a difundir este portal, mandando este email a  todos sus amigos.
Muchas gracias y visiten:
www.sangreenlinea.com



Página actualizada el 7 de marzo del 2005
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