Voz (gramática), categoría gramatical asociada al verbo que indica la relación existente entre el sujeto, el verbo y el objeto. La oposición se establece entre voz activa y voz pasiva.
Voz activa
El sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el sujeto, acción que se ejerce sobre un objeto: Luis compra unos libros.
Voz pasiva
El sujeto gramatical recibe o padece la acción del verbo, coincide con el objeto. El agente puede estar especificado o no. La voz pasiva sólo puede darse con verbos transitivos: Unos libros son comprados por Luis. La construcción en voz pasiva supone que el objeto de la acción pasa a primer plano en la atención del hablante, en detrimento del agente de la misma: La casa fue construida por mi padre; Ha sido sitiada la ciudad.
La relación semántica existente entre sujeto, verbo y objeto es la misma en una y otra. La diferencia consiste en que se modifica el punto de vista, en la voz pasiva es el objeto, el que atrae el interés del hablante.
En español no existen morfemas específicos de voz, la categoría se expresa mediante giros sintácticos. La voz pasiva se realiza mediante el auxiliar ser + participio concertado: Luis ama a Carmen, voz activa. Carmen es amada por Luis, voz pasiva. El complemento directo Carmen pasa a ser sujeto en la transformación pasiva, mientras que el sujeto gramatical Luis pasa a desempeñar la función del complemento agente, complemento exclusivo de las construcciones pasivas.
Pasiva refleja
Se da en ciertas construcciones en voz activa con el pronombre se, y que tienen significado pasivo: Se construyen pisos. El sujeto gramatical representa al ser que recibe la acción: pisos. Se es un morfema que pone de manifiesto que el sujeto gramatical debe interpretarse como objetivo, no desempeña ninguna otra función sintáctica, se puede analizar como morfema de voz pasiva. El agente de la acción no está especificado.
Voz media
En algunas lenguas, como la griega, existe una voz media con morfemas característicos para expresar acciones que realiza el sujeto en el interior de su conciencia sin que se manifiesten exteriormente para el interlocutor y sin que pueda concebirse un agente exterior. El español ha desarrollado una voz media para expresar las acciones inmanentes a base del morfema se, unido de tal forma al verbo, que sin él no tiene conjugación: atreverse, vanagloriarse, jactarse, esforzarse, arrepentirse, adherirse, acordarse, figurarse, asustarse, avergonzarse.
A este morfema se, se le llama dativo intrínseco, si se quiere recordar su origen pronominal, cuyo valor ha perdido, o se le llamará signo de voz media. Muchos gramáticos no consideran la existencia de la voz media, aunque algunos afirman que se la puede considerar como una categoría gramatical puramente semántica, propia de ciertos verbos intransitivos, y de determinadas construcciones reflejas con se: El culpable se avergüenza.
En el uso de la lengua predominan las formas verbales activas, la voz pasiva se utiliza muy poco en la lengua coloquial y su uso ha quedado reducido a la lengua escrita. Incluso hay gramáticos que niegan la existencia de la voz pasiva en español y consideran que las formas pasivas son estructuras atributivas o frases perifrásticas. Se usa poco en español porque no destaca el protagonismo del agente, sino la receptividad del paciente.
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Sergio Zamora B.
Guadalajara, Jalisco, México 2002