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El SILENCIO a la hora de recuperar información, también conocido como silencio documental, es un inconveniente que consiste en la ausencia de resultados pertinentes ofrecidos por un motor de búsqueda cuando éste es interrogado, producto de la sinonimia entre otras razones.
El objetivo principal de todo proceso de recuperación de información (IR) es conseguir que el sistema de información (SI) muestre aquellos documentos que se ajusten de la manera más adecuada a la necesidad de información originaria, es decir, realizar una recuperación de información en la que el ruido (conjunto de documentos que son recuperados por el SI a partir de la ecuación de búsqueda pero que no se adecuan a la necesidad de información originaria) y el silencio (conjunto de documentos que no son recuperados por el SI a partir de la ecuación de búsqueda pero que sí se adecuan a la necesidad de información) sea igual al conjunto vacío.
Este silencio no es el único problema que presenta el uso del lenguaje natural con el que interrogamos los motores de Internet (Yahoo, Google, Altavista, Lycos...), existen otros como el ruido (producido por la polisemia, p.ej. banco, gato), homografía (p. ej. traje, vino) y ambiguedad.
A la vez que ha ido creciendo la información depositada en diversas fuentes dentro de Internet, ha aumentado también a un considerable ritmo el número de motores de búsqueda que aseguran poseer la mayor cantidad de recursos debidamente indexados y accesibles a través de ellos.
Al poco tiempo de su aparición y de la popularización de su uso, los usuarios del Web se preguntaban cuál sería el mejor de estos ingenios. En una primera instancia, seguramente, debido a razones de familiaridad con su uso, los usuarios suelen tener una respuesta clara, aunque, si se detuvieran a pensar un momento, ¿cuáles son las bases que sustentarían su respuesta?
Una de las causas de fracaso y frustación en las búsquedas se produce cuando el usuario desconoce o no domina sufientemente el lenguaje de interrogación del motor que está utilizando. En ese caso, encuentra grandes dificultades para localizar la información que necesita. Si la consulta no se formula de manera adecuada, aprovechando las prestaciones del sistema, éste no localiza ningún documento pese a que existan algunos útiles y pertinentes, produciéndose lo que se denomina silencio, o por el contrario, responde con un gran número de referencias irrelevantes, lo que se denomina ruido.
Para orientar al usuario en la realización de las búsquedas, muchos de los motores de búsqueda ponen a disposición del usuario pantallas de ayuda.
No obstante, no es el usuario el único responsable de que el proceso de búsqueda resulte insatisfactorio.
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