Me siento a mirarlo desde lejos, lo observo. Esta sumido en aquel espacio, no se mueve. Creo que si llego a tocarlo voy a convertirme en escultura de sal.
Esta mirando al cielo, al infinto. Creo que se esta convirtiendo en un objeto más de su alrededor. Si lo coloco aquí al lado de la mesa rompería con la armonía de los colores. Mejor dejarlo allí, sentado, frente al televisor. De allí no se moverá y cuando venga la gente, pasara desapercibido.
A veces, en las noches, él susurra algo a mi oído. Ya han pasado algunos años y aun no logro saber que es lo que quiere decirme.
No hay momento más sublime que acostarme a su lado mientras duerme. El aún no lo sabe, pero yo lo miro, lo observo por períodos largos, el no lo siente.
Tal vez si me acerco a su aliento, pueda capturar uno de sus sueños y si miro profundamente en sus ojos a lo mejor logre despertar una de esas voces que quedaron dormidas con el tiempo.
Mientras él esta impávido viendo aquel punto, yo bailo a su alrededor, a ver si con mi danza logro despertar esos latidos. Pienso que cuando estoy distraída él me observa. A lo mejor si cierro los ojos se acerque a mí y me robe un beso, puede que este besando mi espalda y yo,tan distraída con su silencio, no lo sienta.
Se han apagado las luces, ya lo veo desde aquí, se ha levantado, ahora se deja llevar por el sueño y cierra sus ojos.Voy a mirarlo de nuevo, para vivir de su respiro, para resolver como meterme en su mundo, para internarme en sus ojos y arrancarle uno de los pétalos...
SONIA LUISA ARENAS GIMON
