DOMINGO, 8 DE AGOSTO DE 1999
Cartas al Director
¿Prohibe la Biblia las transfusiones de sangre?
"...hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas qué éstas indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre..." (Hechos 15:28-29) (Biblia de Jerusalén) ¿Podemos concluir por la lectura de estos versículos que Dios prohibe el uso médico de la sangre como afirman algunas personas? Reflexionemos.
¿En qué contexto escribió Santiago la expresión "abstenerse" de la sangre? Una lectura general del libro de Hechos nos ayudará a establecernos un cuadro histórico de las dificultades de convivencia que existían entre judíos y gentiles motivado por el excesivo celo que tenían los judíos por la observancia de la Ley de Moisés, por eso, los judíos querían que los gentiles no sólo que se circuncidaran, sino que también "observaran la ley de Moisés" (Hechos 21:20). Con el fin de zanjar éstas disputas, Santiago dio esta fuerte recomendación temporal, para que se respetara las conciencias de los judíos por medio de cumplir con este aspecto de la Ley judía.
Lo único que Dios prohibe a través de todo el Antiguo Testamento es el comer sangre como símbolo de la vida, el valor sagrado para Dios es la VIDA y no lo que la simboliza. Cristo puso el ejemplo perfecto en este sentido: Mateo 12:9-13; Marcos 3:1-6; Lucas 14:1-6; Juan 9:3-16.
Como hoy día la ciencia médica afirma, una transfusión de sangre no es alimentación intravenosa; de lo que se trata en realidad, es de un transplante (de un tejido fluido), no la infusión de un nutriente.
En conclusión, todo aquel que afirme que la Palabra de Dios prohibe las transfusiones de sangre, lo único que hace es torcer el sentido de las Escrituras, mutilar la esencia del cristianismo e inducir al suicidio. Jesucristo resumió en pocas palabras cual era la verdadera ley del cristiano por medio de aquella pregunta dirigida a los fariseos: "¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez de el mal, salvar una vida en vez de destruirla?" (Marcos 3:4). En el caso que nos ocupa, Jesucristo diría hoy a los fariseos de nuestros días: "¿Es lícito transplantar componentes sanguíneos, hacer el bien en vez de el mal, salvar una vida en vez de destruirla?"
Es mucha la evidencia bíblica que existe para afirmar categóricamente que Dios no prohibe las transfusiones de sangre, pero debido a los límites que existen en este tipo de cartas animo a todo aquel que quiera profundizar en el tema a que examine la página web de "TJ Info" en Internet en la siguiente dirección: http://www.oocities.org/Athens/Delphi/1524/index.html
IÑIGO ALKAIN DOMINGUEZ
D.N.I.: 15890205B
MIERCOLES, 18 DE AGOSTO DE 1999
Cartas al Director
UNA REFLEXION SOBRE LAS TRANSFUSIONES
"Reflexionemos", dice el Sr. Alkain en una carta publicada en esta sección el pasado 8 de agosto, sobre el tema: "¿Prohibe la Biblia las transfusiones de sangre?". Tiene razón, un tema de esta naturaleza exige una sopesada reflexión, que el espacio aquí acotado para ello no permite transcribir en toda su extensión.
1)Reproduzco aquí íntegramente el pasaje bíblico, tomado de la Biblia de Jerusalén, que había sido citado sólo en parte. Dice: "Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas que estas indispensables: abstenerse de lo sacrificado a los ídolos de la sangre, de los animales estrangulados y de la impureza [en griego "pornejas", o "fornicación"]. Haréis bien en guardaros de esas cosas" (Hechos 15:28,29). A este respecto, la nota al pie de la página de la Biblia de Jerusalén dice: "Santiago [el apóstoil ha querido retener de todas las leyes de pureza aquellas cuya significación religiosa parece universal". Por lo tanto, a todos los cristianos, de ascendencia judía o gentil, se les puso, por decisión "del espíritu santo", bajo la observancia de estas cosas "indispensables" e inseparables. ¿Dónde dice en la Biblia que "estas cosas" eran de aplicación "temporal"? ¿Cuándo se dispensó a los cristianos de su observancia? ¿Acaso no sigue teniendo hoy el cristiano la obligación de llevar una vida moral digna y de no incurrir en actos que violen las otras tres prohibiciones? La ley respecto a la santidad de la sangre era anterior a la existencia del pueblo judío, se incorporó al conjunto de leyes mosaicas que Dios les entregó por mediación de aquel caudillo, Moisés, y se extendió su observancia a la comunidad cristiana.
2) ¿Acaso prohibe Dios la sangre en la Biblia por ser esta un nutriente, por tratarse de un alimento propio? No Esa es una visión sesgada del texto bíblico. La razón es: "Porque la vida de la carne está en la sangre» (Levítico 17:11, BJ). Sólo es natural que Dios se refiriese a "comerla", pues en aquel tiempo esa era, prácticamente, la única manera de emplearla de modo propio.
3) ¿Es más importante la vida que lo que simboliza? También es un argumento sesgado, Sr. Alkain, por cuanto se juega con un silogismo cuyas dos premisas iniciales están mal planteadas: sangre es igual a vida, no sangre es igual a muerte. Eso es falso. No se debe olvidar que la transfusión de sangre es en sí misma un factor de riesgo respecto al cual el paciente tiene derecho a elegir y a dar su consentimiento informado. Por otra parte, cuando estamos ante principios universales, ¿acaso se puede disociar el símbolo de lo que éste representa? Cuando se agreden o vandalizan símbolos que representan valores universales, ¿no se ha defendido incluso con la vida la humillación del símbolo? Con todo, estamos siempre a favor de la vida. Claro que, no aceptar una transfusión de sangre también implica aceptar un factor de riesgo en el acto quirúrgico, pero las terapias alternativas son tantas y diversas, que el riesgo se minimiza.
4)¿Se trata de "inducir al suicidio"? Usted sabe que está asunción es falsa. Nada más lejos de la realidad. Los testigos de Jehová no somos suicidas, amamos la vida. De otro modo, ¿para que ir al hospital si deseáramos lo contrario? Se trata de una elección libre y personal, informada, conociendo de antemano los recursos médicos que hacen posible la intervención quirúrgica sin sangre. Utilizar el ejemplo de Jesús frente a la actitud farisaica, que anteponía las leyes no universales frente a la vida, es "torcer el sentido de las escrituras". De nuevo estamos ante un intento silogístico equivocado al aducir usted que "transplantar componentes sanguíneos" equivale a hacer un bien. Puede, pero no siempre, Sr. Alkain. ¿Y todas las personas, que son muchas las afectadas, de Sida o de la Creufeldt-Jacob, como consecuencia de una transfusión de sangre? ¿Puede culparse al médico o a otras personas de inducir al suicidio por este triste resultado? No. Se ha elegido un riesgo, h minimizado debido al aumento de los controles de sangre donada. Reflexionemos...
Finalmente, deseo dirigir la atención del lector a una páginas de Internet en las que se ha publicado información engañosa respecto a las transfusiones de sangre, que incluso ha sido desmentida por una embajada de un país extranjero en España, es confundir al lector. Sí, este tema merece una reflexión seria, lejos de recursos dialécticos fáciles.
ANIVAL IVAN CINTRON
Portavoz De La Sede Nacional De Los Testigos Cristianos De Jehová
(Madrid)
MIERCOLES, 24 DE AGOSTO DE 1999
Cartas al Director
Los Testigos de Jehová y Bulgaria
Por medio de la presente quiero agradecer al Sr. Aníbal Matos "Portavoz De La Sede Nacional de Los Testigos Cristianos de Jehová", la reflexión que hace en su carta acerca del tema por mi planteado el 8 de Agosto pasado, en esta misma sección de "Cartas al Director" de si la Biblia realmente prohibe las transfusiones de sangre, aunque como es natural, también tengo que decir que no comparto sus planteamientos por razones obvias. Me felicito de que este dirigente de los testigos de Jehová se haya dado por aludido en este tema, porque es principalmente esta organización, la que prohibe a sus miembros las transfusiones de sangre, no permitiéndoles la libre expresión ni reflexión pública dentro de la organización en cuanto a esta cuestión, por eso espero que el Sr. Matos tome buena nota de esta oportunidad que nos ha dado DEIA de expresarnos libremente, y traslade esta libertad al interior de su organización, para que de esta manera puedan sus miembros confrontar diferentes opiniones sin miedo a ninguna medida disciplinaria por parte de los dirigentes del grupo y puedan tomar la decisión más acertada en cuanto a este tema.
No es mi afán por medio de estas cartas entrar en un debate teológico o de exégesis bíblica para la consideración de este tema, pienso que no es el lugar ni la forma de hacerlo -de ahí que en este ocasión mi intención no es rebatir el planteamiento del Sr. Matos-, mi carta no fue nada más que una invitación a la reflexión para todos aquellos que defienden intransigentemente que las transfusiones de sangre están prohibidas por la Biblia, y para ello invitaba también a una dirección de Internet que analizaba la cuestión de forma seria y en profundidad, la página de "TJ Info" en http://www.oocities.org/Athens/Delphi/1524/index.html
Esa dirección de Internet que goza de gran credibilidad entre muchas personas de todo el mundo y que el Sr. Matos no pierde oportunidad para intentar desprestigiarla, nos informa por ejemplo del acuerdo que suscribió la organización de los testigos de Jehová con el Gobierno de Bulgaria ante la Comisión Europea de Derechos Humanos en el mes de Marzo de 1998 en la 276ª sesión de este organismo, a fin de poder legalizarse en dicho país. El acuerdo que suponía una revolución en las normas de la organización de los Testigos, decía entre otras cosas que la Sociedad de los Testigos de Jehová se comprometía a expedir un comunicado con respecto a su posición acerca de las transfusiones de sangre, que incluiría en sus estatutos el que sus miembros tendrían libertad para escoger en este asunto para sí mismos y para sus hijos, sin que se ejerza ningún tipo de control o sanción por parte de la Asociación. ¿Cuál han sido la reacción a dicho acuerdo por parte de la Sociedad de los Testigos de Jehová? En un comunicado de prensa emitido desde su central en EE.UU. el 27 de Abril de 1998 decían que no estaban dispuestos a honrar el compromiso adquirido ante la Comisión Europea, y afirmaban que su posición en cuanto al tema de la sangre no había cambiado. En el mismo sentido se expresó también la central de los Testigos de Jehová en Madrid el 26 de Agosto de 1998 en una nota que fue leída en todas las congregaciones del Estado Español.
Pienso que el tema es suficientemente importante y serio porque como dicen los redactores de "TJ Info" "en este momento más de cinco millones de personas en todo el mundo están bajo riesgo de morir innecesariamente, por una interpretación errónea y acomodada de lo que significa la santidad de la sangre". Por lo menos se debería dar oportunidad a éstas personas de examinar el tema desde otro punto de vista bíblico distinto al que expone el Sr. Matos, para que entonces, sí, se pueda decir que su decisión ha sido tomada libremente y no mostrando una visión sesgada del asunto como hace la organización de los Testigos de Jehová.
Desde aquí pido a la Sociedad de los Testigos de Jehová, que honre y cumpla el acuerdo que alcanzó ante la Comisión Europea de Derechos Humanos y lo haga extensivo a todos los países donde está implantada esta organización y respeten de esta manera el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos donde dice que "Toda persona tiene derecho a libertad de pensamiento, de conciencia...".
IÑIGO ALKAIN DOMINGUEZ
D.N.I.: 15890205B