Los Testigos de Jehová

Reflexiones ante la Manipulación (Contribuido)



Doctrina del Esclarecimiento Progresivo

Una de las constantes que caracteriza a la organización es la actitud permanente a no reconocer abiertamente los errores. Como mucho y, al cabo del tiempo, cuando la responsabilidad recae sobre personas que ya han fallecido, tímidamente y a regañadientes, admiten que en el pasado “no se entendieron algunas cosas correctamente”. Siendo esto así y, dado que los errores son continuos y de bulto, cuando la evidencia es tal que resulta imposible mantener una determinada doctrina, entonces la disfrazan, le dan otro enfoque bajo el prisma de “nueva luz”, resultando en ocasiones la última situación aún peor que la anterior (caso de la generación que no pasará), puesto que, al verse desbordados por la realidad, se ven obligados a recurrir a una solución de compromiso que les permite de alguna manera salir del atolladero. Pero eso mismo deja en evidencia la práctica habitual de corromper el sentido y la enseñanza de la Escritura, desvinculando el texto bíblico de su contexto, forzando el sentido del mismo para acomodarlo al supuesto “nuevo entendimiento”, eufemismo al que abusivamente recurren para lavar la cara ante sus lectores.

Así, con el tiempo han elaborado toda una estrategia, una filosofía “ad hoc” que utilizan como medio para encontrar una salida airosa a todo tipo de situaciones embarazosas. En su propia terminología podíamos denominar a esta argucia como la doctrina del “esclarecimiento progresivo”. No importa que, en la práctica, encontremos casos ridículos en que la aplicación de este método da como resultado una ida y vuelta en los posicionamientos doctrinales. Les ha dado resultado y la siguen aplicando. Lógicamente ese procedimiento necesita de un texto que supuestamente dé apoyo a este “modus operandi”. El texto comodín para solventar todo tipo de errores y que sustenta tal doctrina del “esclarecimiento progresivo” no es otro que Proverbios 4:18 que dice:

La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día.

Entienden que este texto indica que la verdad se va entendiendo progresivamente y que ese esclarecimiento, bien sea a través del estudio de la Biblia, bien interpretando los acontecimientos se produce únicamente a través del “conducto” designado por Dios para ello y que denominan el “esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45). Dicho “esclavo fiel y discreto” está formado por un grupo de personas que afirman tener una esperanza diferente a los demás mortales y aseguran pertenecer a ese grupo de 144.000 sellados de los que tuvo visión el apóstol Juan. (Apocalipsis 7:1-8). En la práctica este grupo de “privilegiados” encargados de administrar cómo debe interpretarse el contenido bíblico se reduce al autonominado “cuerpo gobernante” (entre 10 y 20 personas) que se apoya en los redactores de la Sociedad Watch Tower, quienes normalmente no suelen alegar su pertenencia a los 144.000 y, por tanto, no forman parte del “esclavo fiel y discreto”, pero sí asumen las funciones del mismo al actuar de hecho como ideólogos doctrinales. Esta paradoja es difícil de entender para cualquier mente que piense un poco. Sin embargo cuentan con la ventaja de que rara vez este asunto va a ser planteado por los más de cinco millones de adeptos.

Para no perdernos mucho, vamos en primer lugar a analizar lo que en realidad cabe entender de las palabras de Proverbios consideradas en su propio contexto. Allí leemos:

No sigas la senda de los impíos, no vayas por el camino de los malos. Evítale, no vayas por él, apártate de él y pasa de lejos. Porque ellos no duermen tranquilos si no hicieren el mal, el sueño les falta si no han hecho caer a alguno. Porque comen el pan del crimen, y beben el vino de la violencia. La senda de los justos es como la luz del alba, cuyo esplendor va creciendo hasta el pleno día. El camino de los malos es como las tinieblas, no perciben en qué tropezarán.
Proverbios 4: 14-19. La Santa Biblia traducida de los textos originales en equipo bajo la dirección del Dr Evaristo Martín Nieto.

Sinceramente ¿No se percibe aquí un consejo a evitar una conducta impropia, el camino de los malos, semejante a tinieblas que impiden ver el obstáculo en el que se producirá el tropiezo?. En contraposición ¿No es el comportamiento de los justos como la luz del alba que cada vez se hace más brillante para ellos de tal manera que pueden apreciar y eludir los impedimentos que les pudieran ser un tropiezo?. Por tanto, Proverbios 4:18 nos habla de la manera de conducirse en la vida, de progreso espiritual en todos los sentidos, hecho patente por una vida ajustada a la justicia y todas las cualidades que le son inherentes.

¿Cómo poder ver aquí algo como entendimiento progresivo de doctrinas de ningún tipo?. El libro de Proverbios habla mucho de entendimiento, perspicacia, sabiduría y vocablos afines sin ningún tipo de ambigüedad ¿En dónde, en este texto, aparece alguno de tales términos o una referencia siquiera lejana?

Cuando en la Biblia se habla de luz o guía, tiene sus expresiones inequívocas, como también las tiene para conducta y comportamiento. Y cuando utiliza lenguaje figurado o poético también son fácilmente discernibles. Así el Salmo 119: 105 expresa ambos conceptos de la siguiente manera:

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.

Con estas palabras tan sencillas queda patente que es la propia palabra de Dios la que actúa de lámpara dadora de luz y esclarecedora del camino, la senda, la vereda, en una palabra, la conducta y el comportamiento del siervo de Dios. A partir de ahí es responsabilidad de cada uno extraer la sabiduría contenida en la Escritura para que, a base de ejercitarse en ella, cada día le sea más fácil identificar y sortear los obstáculos a fin de que vaya haciéndose más nítida su trayectoria espiritual tal como sucede con el avance del día que permite ir identificando los contornos de la naturaleza que resultan un poco difusos en las primeras horas del alba.

Que el lector medite en las propias declaraciones de la Biblia, conjugando las palabras y los conceptos que utiliza, atribuyéndoles el sentido que de los mismos se desprende.

En la Sagrada Escritura, el entendimiento progresivo está contenido en la propia revelación, que también se ha llevado a cabo de una manera progresiva en el tiempo y en la doctrina. Así desde génesis 3:15 hasta la venida y muerte de Jesucristo se han producido una serie de acontecimientos que paralelamente se han ido registrando en los libros sagrados hasta completar definitivamente éstos y quedar consiguientemente cerrada la revelación.

Y pondré enemistad entre tí y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3: 15)

De manera que las promesas hechas

a Abrahán:

En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, Por cuanto obedeciste mi voz. (Génesis 22: 18)

a Isaac:

Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. (Génesis 21: 12)

...y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente (Génesis 26: 4 b).

a Jacob:

Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en tu simiente (Génesis 28: 14).

a Judá:

No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh: Y a él se congregarán los pueblos. (Génesis 49: 10 ).

A David:

Y cuando tus dias sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. [...] Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente. (2 Samuel 7: 12-16).

Así como otros detalles relativos al nacimiento del Mesías:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. (Isaías 7: 14)

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los dias de la eternidad (Miqueas 5: 2)

son pasos en la revelación siempre en sentido progresivo y esclarecedor, nunca contradictorio. Añaden detalles nuevos que arrojan luz, pero nunca eliminan o modifican los peldaños anteriores. A la par que esas revelaciones se producían históricamente se escribían y pasaban a formar parte del conjunto de la revelación divina. Esta es la única manera en que cabe concebir revelación progresiva en la Biblia. Por tanto las pretensiones de los dirigentes de la Watch Tower de reservarse el derecho a publicar “entendimientos nuevos” es traspasar los límites de lo que la propia Palabra de Dios autoriza:

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. (2 Pedro 1: 19-21).

El consejo de Pedro es claro como también lo es la afirmación contenida en sus palabras. No fue la voluntad humana la originaria de la revelación y por consiguiente la interpretación también pertenece a Dios, quien utilizó a hombres para que fuese expuesta de manera escrita para “todos” nosotros. Ese ha sido el único procedimiento por el que Dios nos ha transmitido su enseñanza y su voluntad a los humanos. Cualquiera, por tanto, que quiera explicar la Biblia a otros nunca debe basar que transmite su conocimiento en una supuesta capacidad para ser destinatario o “conducto” exclusivo para esta misión, constituyéndose así en oficiante de esclarecedor único nombrado por Jesucristo, excluyendo a todos los demás, por la sencilla razón de que ese no es el método que Dios ha utilizado. Salvo que admitan que sus escritos deben pasar a formar parte del canon de la Biblia.

Una vez cerrada la revelación, todos podemos y debemos aplicarnos a considerarla con respeto, humildad y deseo de aprender y guiarnos por ella. La congregación de Dios debe regirse por lo que hay escrito y nadie está autorizado a constituirse en “conducto oficial” de supuestos entendimientos progresivos ni regresivos. Otra cosa es que cada uno, con el estudio, la oración y la ayuda del espíritu santo entienda las cosas profundas de Dios al grado que le es concedido, con la responsabilidad hacia los demás y hacia sí mismo que ello conlleva. (1 Timoteo 4:16).

Y lo que a todas luces resulta indecoroso es corromper un texto (Proverbios 4: 18) para, en la práctica, establecer gratuitamente una doctrina, que constituye todo un mecanismo para justificar errores y eludir responsabilidad. También, aunque no es objeto de esta consideración, para adquirir poder y mantenerlo.

Años atrás era común, especialmente con ocasión de asambleas grandes, oír expresiones como: “en esta asamblea se espera que haya dos o tres puntos nuevos”, dando a entender que se presentaría alguna nueva publicación con una novedad doctrinal o enfoque diferente de algún texto bíblico. Cuando esto sucedía, era para echarse a temblar. Era la época de declaraciones triunfalistas, discursos ampulosos, voces huecas y palabras vacías. Actualmente parece haberse agotado ese caudal de novedades, los libros que las contienen duermen el sueño de los justos y el tiempo ha venido a exigir respuesta a tanta incontinencia verbal y escrita.

Lo justo hubiera sido reconocer: “Hermanos, nos hemos equivocado, hemos ido demasiado lejos, sobre todo hemos traspasado los límites autorizados por la Sagrada Escritura y hemos hecho incursiones temerarias por terreno especulativo, disculpen. En adelante trataremos de mantenernos apegados estrictamente al contenido bíblico. Nuestros comentarios tienen carácter meramente didáctico y tratan de edificarnos mutuamente, en ningún caso establecen doctrina vinculante para todos de tal manera que mantendremos actitud de escuchar a quien vea los asuntos de manera diferente”. Pero esta es la actitud que cabría esperar de una persona o de una organización fuertemente apegada a la sinceridad, la honradez y el amor a la verdad, no la de una que manipula.

En lugar de eso, han emprendido una especie de “huída hacia delante”, redoblando el abuso de ese resorte al que hemos denominado doctrina del “esclarecimiento progresivo”. Para ello no dudan en implicar pasajes históricos, tal como insinúa esta declaración:

Por lo visto, algunos cristianos judíos no habían progresado en entendimiento. Habían aceptado con lentitud el esclarecimiento progresivo con respecto a la Ley de la circuncisión (Hechos 15: 27-29; Gálatas 2:11-14; 6: 12,13). (La Atalaya del 1.1.98 Páginas 8-9, párrafo 11). Subrayado nuestro.

De manera que un incidente lógico por la rápida implantación del cristianismo en la sociedad judía con sus prácticas, debido a lo cual en ocasiones los cristianos hubieron de flexibilizar posturas y hacer concesiones inocuas para evitar tensiones innecesarias (Considerar Hechos 21: 17-26), lo utilizan para introducir sigilosamente su particular visión, queriendo de esta manera recabar justificación bíblica a su doctrina del “esclarecimiento progresivo”.

Este artículo tiene por finalidad casi exclusiva el exponer y denunciar esta práctica, elevada a categoría de doctrina, por la que la Sociedad Watch Tower intenta no sólo encubrir sus errores, sino además presentarlos como logros en el entendimiento escalonado de la verdad y que, como hemos visto, ha necesitado de la manipulación de Proverbios 4: 8. Probablemente el lector está familiarizado con el uso que las publicaciones de esta sociedad han hecho y siguen haciendo de este tema. No se trata, por tanto, de extendernos en examinar casos concretos en los que han utilizado este recurso. Sin embargo, para hacer memoria de algunas de las inconsistencias a las que tal proceder ha conducido, voy a considerar dos ejemplos.

La Atalaya del 15.5.86, página 14, párrafo 17 dice:

“De modo que para 1.923, la gran profecía de Jesús sobre las ovejas y las cabras se entendió apropiadamente y se discernió que el mundo entero estaba bajo juicio” (Mateo 25:31-46).

De manera que en 1.986 se ratifica el entendimiento apropiado que tuvieron en 1.923 sobre el juicio que Jesucristo relató, registrado en Mateo 25:31-46, centrado en una separación de las personas de acuerdo a su respuesta al mensaje que los testigos han estado publicando desde 1.914.

Pues bien, tan sólo 9 años después de eso, en 1.995 dejó de ser ese el entendimiento apropiado y pasó a ser entendimiento inapropiado. La Atalaya del 15.10.95 es la que trató la cuestión y desmontó el razonamiento de decenas de años apoyando un punto de vista que llegó a arraigar fuertemente:

¿Empezó a cumplirse esta parábola cuando Jesús se sentó con poder real en 1.914, como hemos entendido por muchos años?

A esta pregunta del párrafo 22 de la página 22 de dicha Atalaya, después de unos razonamientos en los que no voy a entrar ahora, responde el párrafo 23:

En otras palabras, la parábola tiene un cumplimiento en el futuro, cuando el Hijo del hombre venga en su gloria.

Previamente el segundo artículo de estudio de la Atalaya del 15.5.95, bajo el tema Destellos de luz: Grandes y Pequeños basaba la información precisamente en Proverbios 4: 18, del que trata este artículo. El párrafo 11 en la página 18 dice en parte:

Al año siguiente, una luz brillante aclaró la parábola de las ovejas y las cabras. Se entendió que esta profecía se cumple en el presente día del Señor, no durante el Milenio, como se había pensado anteriormente. (subrayado nuestro)

Curioso es también el caso de la sumisión a la autoridad legítimamente constituida que, con toda claridad, expone el apóstol Pablo en el capítulo 13 de su carta a los Romanos:

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto también pagáis los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis; al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13: 1-7.

Pues bien en la mencionada Atalaya del 15.5.95, en el tercer artículo de estudio, bajo el subtema Aclaración sobre “las potestades superiores” en las páginas 21 y 22, párrafos 4 y 5, entre otros, se incluyen los siguientes comentarios:

Se recibió un brillante destello de luz en 1962 con respecto a Romanos 13:1 [...]. Los primeros Estudiantes de la Biblia entendían que “las potestades superiores” mencionadas aquí eran las autoridades mundanas”. (subrayado nuestro)

Una anotación al párrafo 4 dice:

Se dio una explicación diferente en La Torre del Vigía ( ahora La Atalaya) de octubre y noviembre ( en inglés 1 y 15 de junio) de 1929, donde se dijo que “las potestades superiores” eran Jehová Dios y Jesucristo. Esta fue, principalmente, la postura que se corrigió en 1962.

Recomiendo al lector que vuelva a considerar reflexivamente la Atalaya del 15.5.95, porque no tiene desperdicio. El presentar todos estos bandazos doctrinales como resultado de “destellos de luz” es como para echarse a llorar. Sin embargo el asunto es serio, porque responde a toda una estrategia urdida y mantenida tercamente desde la redacción de las oficinas centrales de la organización en Brooklyn.

Si en 1.962 recibieron ese tan brillante destello de luz al entender que Pablo exhortaba a la comunidad cristiana de Roma y, por extensión, a todos nosotros a sujetarse los poderes civiles legítimos, ¿Qué puede decirse de todas las personas que durante los 1900 años anteriores han entendido exactamente eso mismo?

Llegar a entender que las autoridades, a las que Pablo de una manera tan meridianamente clara exhorta a sus compañeros de Roma a sujetarse, son Jehová y Jesucristo, teniendo en cuenta todo el contexto, es mucho más disparatado de lo que se puede concebir. Claro que el responsable de tan preclara idea, de “luces” parece que tenía mas bien pocas.

No le van a la zaga los actuales responsables de la Sociedad Watch Tower, quienes en su empeño de “mantenella y no enmendalla”, no se apartan un ápice de la torpeza de sus antecesores, enredando y desenredando esa maraña de doctrinas sin base bíblica al cobijo de unos supuestos “destellos de luz” que ahora dicen, mañana desdicen y que intentan reafirmar por todos los medios esa pretensión de que es el avance en el entendimiento el responsable de tanta confusión y dislate.

Aunque en honor a la verdad, debemos alegrarnos de que, al menos en los casos expuestos finalmente han ajustado la enseñanza a lo que la Escritura dice. No obstante lo que se quiere resaltar es algo tan simple como que cuando se enseña algo que está en contradicción con lo que enseña la Biblia, jamás eso ha sido parte de una cadena progresiva de entendimiento que finalmente ha desembocado en el esclarecimiento total de la verdad. Presentarlo de esa manera es manipulación.

En conclusión, como más o menos reza el dicho, “Se puede engañar a unos pocos durante mucho tiempo. También puede engañarse a muchos durante un corto período de tiempo. Pero es imposible engañar a muchos durante mucho tiempo”. Precisamente el tiempo que, como se dice, da y quita razones, volverá a citarlos exigiendo respuestas apremiantes. Está por ver si algún día recobran sensatez y cordura quienes vez tras vez se empeñan en desoír a los demás con un desprecio propio de la soberbia y la arrogancia de quienes se constituyen a sí mismos como pertenecientes a una clase diferente, lo que les permite imponer sus criterios y eludir sus responsabilidades.

Cuando no se indica lo contrario, los textos bíblicos transcritos han sido tomados de la Biblia de Referencia Thompson, cuyo texto corresponde a la versión Reina-Valera (Revisión 1.960).

(Contribuido)




Primera página.




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