Los Testigos de Jehová

La Parousía del Señor (Contribuido)


Estamos al umbral de fin de etapa cronológica en esa división mayor del tiempo que utiliza una medida de cien años para incrementar en uno los guarismos que, en esta parte del mundo, tienen como referencia de partida el nacimiento de Jesucristo. En poco tiempo el calendario pasará página de siglo, sumiendo en el pasado al siglo XX en tanto que la humanidad entrará en el siglo XXI con su historia, corta o larga, aún por escribir y con un suma y sigue heredado que recogerá en su inicio el balance acumulado con el que finalmente cierre el siglo XX.

En el tema que nos ocupa representa que, si alguien no lo remedia, será el tercer siglo en el que la Watch Tower se estará refiriendo a la segunda venida de Jesucristo como hecho vinculado a 1914. Quienes en el siglo pasado miraron con expectativas infundadas hacia 1914 como el año de su definitiva liberación ya no están entre nosotros para contarnos sus frustraciones por seguir voces discordantes con la palabra autorizada del verdadero pastor:

Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: ... el tiempo está cerca. Lucas 21: 8 (Valera).

Quienes en nuestro tiempo han estado haciendo sus cálculos, teniendo como referencia esa supuesta venida del Señor en la segunda década de nuestro siglo, acumularán el cansancio que para muchos supone el haber envejecido contemplando cómo el tiempo transcurrido desde 1914 iba acercándose, primero, y rebasando, después, los límites temporales de la duración media de una vida humana, referente asimismo propuesto incesantemente desde las páginas de la literatura de la Sociedad Watch Tower como garantía para la llegada del Nuevo Mundo.

Está por ver la repercusión que tendrá el tener que contemplar una supuesta venida ubicada en un siglo pasado, qué sentido puede atribuirse a algo semejante, sin que haya tenido repercusión alguna que pueda medirse y ser apreciada de manera objetiva e inequívoca.

Probablemente esa reflexión que me estoy haciendo y que públicamente expongo a ustedes, se parezca mucho a la que, de una u otra manera, lleven tiempo haciéndose los inquilinos de Brooklyn. Desde luego no nos lo van a contar. La transparencia no entra dentro de sus hábitos. Tampoco la cortesía y la lealtad hacia las personas forma parte de las virtudes que los caracterizan. Eso son asuntos que reclaman de los demás hacia ellos, pero que no tienen la recíproca correspondencia.

¿En qué me baso para sugerir que pueda estar sucediendo algo parecido a eso en las reuniones del Cuerpo Gobernante, por ejemplo? En nada en absoluto que pueda aportar como prueba. Y cabe la posibilidad de que así no sea. Por principio, tanto como si eso fuera verdad como si no, como ellos no lo van a decir, nadie puede afirmar que tal cosa pueda suceder. Pero eso no quita para pensar que no tiene la misma fuerza de convicción basar todo el discurso sobre la inminencia del fin (centro de su mensaje) en una supuesta venida de Jesucristo (para encargarse de tomar las riendas del mundo) relativamente cercana, como ha sido en los años del boom expansivo de la Sociedad, que pretender lo propio situando el hecho como ocurrido en un punto de un siglo pasado que poco a poco irá alejándose en el horizonte temporal cercano de la gente. Aparte lo irrazonable de un plazo tan dilatado, el factor psicológico también desempeña su importante papel. Lógicamente esa apreciación no debe pasarles desapercibida y, en ese sentido, serán conscientes de que, o cambian el mensaje o será prácticamente imposible penetrar con ese anacronismo en una sociedad que nada tiene que ver con la de hace treinta o cuarenta años. En todo caso, lo que menos cabe esperar de estas personas es una reacción sabia.

Pero, en realidad ¿Qué nos dice la Sagrada Escritura sobre la segunda venida de Jesucristo, qué representará ese hecho y por qué es una cosa diferente a lo que la Sociedad Watch Tower enseña?

Justo en el momento que convencionalmente una gran parte de la humanidad ha adoptado como punto de partida para la cuenta del antes y el después en la corriente histórica del tiempo, tuvo lugar el acontecimiento que narra Lucas:

No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es Cristo Señor. Lucas 2: 10 (BJ).

Su repercusión fue enorme, ya que se trata de la primera venida de Jesucristo, un acontecimiento largamente anhelado por el pueblo de Israel. Eso permitió la liberación de la humanidad del pecado y la muerte, una vez se hubo consumado el sacrificio expiatorio llevado a cabo en la persona de Jesucristo. Habiendo resucitado Jesús y habiendo sido pagado el precio para la reconciliación de la humanidad con el Creador, la esperanza está puesta en el regreso del Señor a fin de dar a cada uno según sus obras. Lucas lo expresó de esta manera:

Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Este que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá (eleúsetai) del mismo modo que le habéis visto subir al cielo. Hechos 1: 10-11. (BJ).

En esa otra venida están puestas las esperanzas de la humanidad creyente. Son muchas las referencias hechas a ese acontecimiento esperado y suelen tener en común el estar asociadas a juicio y la retribución correspondiente.

Pero ese hecho, cuya incertidumbre en cuanto al momento en que llegaría a materializarse Jesucristo remarcó con insistencia, ya sea directamente como también por medio de ilustraciones, la Sociedad Watch Tower lo ha subdividido, en la práctica, en dos. Eso se ha debido a lo que he considerado en otras ocasiones, o sea, a haberse adelantado y poner fechas concretas que el tiempo se ha encargado de corroborar como falsas. A partir de ahí, la actitud no ha sido otra que la de buscar una salida que les permita no reconocer el error. Pero eso mismo les ha llevado a buscar explicaciones fantasiosas, a estar continuamente queriendo convencerse a sí mismos y a los demás de que Jesucristo vino de una manera invisible en 1914, aplazando su presencia real para juicio como si de dos cosas diferentes se tratara. Lógicamente, al hacer eso, incurren en contradicciones fáciles de identificar al examinar detenidamente lo que dicen en sus publicaciones.

En el empeño por afianzar esa doctrina, sus razonamientos se mueven continuamente dentro de lo absurdo y explotan a fondo el terreno de la imaginación y las elucubraciones carentes de base tanto bíblica, como linguística. Uno de los graves problemas que he venido observando en la Organización y que hay que atribuir a los responsables en la misma es su falta de solvencia en todo aquello que afirman. Además no son responsables por las repercusiones de esa actuación que obedece simplemente a una lógica megalómana como corresponde a personas que se consideran el centro del universo, careciendo paradójicamente de un respaldo de formación medianamente aceptable para abordar temas, como el análisis gramatical del texto bíblico, al que destrozan con sus comentarios.

Por otra parte, con demasiada frecuencia da la impresión de que se encierran en sí mismos, poniendo a trabajar la imaginación, y adaptando el contenido bíblico a lo que a ellos les gustaría que dijese. Después escriben lo que se les ha "ocurrido" sin el rigor que es exigible cuando se abordan estas cuestiones, y con una única obsesión, la defensa a ultranza de su doctrina tradicional. De esta manera jamás rectifican, pero tampoco aprenden.

Dentro de ese juego mental La Atalaya del 15 de Agosto de 1996, página 9, párrafo 1 introducía la disyuntiva ¿La venida, o la presencia de Jesús? de la siguiente manera:

JESUS hizo pensar a sus oyentes e incluso les hizo ver los asuntos desde nuevas perspectivas.

Esa misma Atalaya complementaba la preparación de sus lectores para el "viaje" mental, la manipulación y el razonamiento torcido que destila todo el artículo, con estas otras declaraciones:

En aquel tiempo, los apóstoles tenían una comprensión limitada de las enseñanzas de Jesús. Hacía poco que se habían imaginado "que el reino de Dios iba a exhibirse instantáneamente". (Lucas 19: 11; Mateo 16: 21-23; Marcos 10: 35-40). Incluso después de la conversación del monte de los olivos, aunque antes de ser ungidos con espíritu santo, preguntaron a Jesús si iba a restaurar el Reino de Israel en aquel tiempo. (Hechos 1: 6). Página 10, párrafo 6.

¿Reconocen ustedes el estilo táctico? Entiendo que en este aspecto me repito bastante, pero lo considero necesario a fin de que esos párrafos, redactados con tanto "esmero" para manipular la mente del lector, sean "valorados" en la justa medida que les corresponde. Pero en esa divagación mental aún añaden lo siguiente:

Pero de nuevo, ¿estaban pidiendo una señal de que vendría pronto, o algo diferente? (Página 11, párrafo 7).

Y puestos a imaginar:

Imagínese usted que hubiera sido un ave que escuchó la conversación en el monte de los Olivos. (Compárese con Eclesiastés 10: 20). Página 11, párrafo 8.

Demasiado artificio para preparar al lector a fin de que acepte algo inverosímil, que la segunda venida de Jesucristo es una cosa no perceptible físicamente. A continuación de eso, La Atalaya entra en un análisis gramatical absolutamente incongruente al que también dedicaré un mínimo imprescindible de análisis a fin de mostrar las contradicciones en que incurren también en ese aspecto.

Si el lector dispone de tiempo y tiene ganas, puede considerar el artículo de La Atalaya del 15 de Agosto de 1996 en las páginas 9 a 14. Con un poco de atención, al considerar los textos citados junto con el correspondiente contexto, se dará cuenta de una argumentación pobre, inconsistente y contradictoria. En todo caso, como he dicho, aquí le dedicaré el espacio necesario para aclarar los puntos esenciales.

Como quiera que La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998 abunda en lo mismo y resume la misma idea, voy a referirme brevemente a ella:

Jesús mostró que vendría con poder y gloria durante su "presencia" (en griego, pa-rou-sí-a). Con respecto a esta 'venida' (a la que se alude con diferentes formas de la voz griega ér-kjo-mai), declaró: Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre, y entonces todas las tribus de la tierra se golpearán en lamento, y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. (página 16, párrafo 5)

Jamás expresó Jesucristo la idea de venir o regresar de ninguna manera durante algún período que pudiera catalogarse como "su presencia". El habló de su venida, del retorno al fin de los tiempos para juzgar a la humanidad y restaurar todas las cosas, cerrando el plan divino para la salvación. La visión distorsionada de ese asunto que presenta La Atalaya es algo caprichoso, sin base posible en la Escritura, como tendremos oportunidad de comprobar.

A continuación La Atalaya introduce el subtema ¿Por qué viene Jesucristo?. En las páginas 16 y 17, párrafos 6 y 7 dice entre otras cosas:

Aunque Jesucristo ha estado presente como Rey desde 1914, aún tiene que juzgar a los sistemas e individuos antes de ejecutar la sentencia contra aquellos a quienes halle que son inicuos (compárese con 2 Corintios 5: 10). (Subrayado nuestro)

En el futuro cercano Cristo juzgará a la gente de las naciones sobre la base de cómo han tratado a sus hermanos que todavía están en la Tierra. Leemos: "Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras... (Mateo 25: 31-46). (Subrayado nuestro)

En síntesis es un hito más en el afianzamiento del cambio que introdujeron en 1995 en el entendimiento de ese pasaje de Mateo. La Atalaya del 15 de Octubre de 1995 hizo una aberrante divagación al tratar las funciones de Rey y Juez tanto para Jehová como para Jesucristo, asignando a 1914 como el año en que Jesús asumió el gobierno y dejando para el futuro su tarea de juzgar a todas las naciones:

Aunque Jesús es actualmente Rey del Reino, su otra labor mencionada en Mateo 19: 28 incluirá sentarse en su trono para juzgar durante el Milenio. (Subrayado nuestro) (La Atalaya del 15 de Octubre de 1995, página 21, párrafo 19).

¿Empezó a cumplirse esta parábola cuando se sentó con poder real en 1914, como hemos entendido por muchos años?...no hay indicación alguna de que en 1914 o después de ese año Jesús se sentara para juzgar finalmente a las personas de todas las naciones como ovejas o cabras. (Subrayado nuestro) (La Atalaya del 15 de Octubre de 1995, página 22, párrafo 22).

No obstante eso, para ellos, sí que hay evidencia de que hubo juicio tanto para los "ungidos" como para la cristiandad. Contrario a sus afirmaciones, la Escritura centra la atención de juicio sobre las personas, no sobre los grupos o las instituciones. Quede constancia de eso, aunque no merece la pena entrar a analizarlo aquí. Finalmente La Atalaya fija ese tiempo para juicio a todas las naciones en el futuro.

En otras palabras, la parábola tiene un cumplimiento en el futuro, cuando el Hijo del hombre venga en su gloria. (La Atalaya del 15 de Octubre de 1995, página 22, párrafo 24).

En todo caso todo ese enfoque reciente pone en tela de juicio la afirmación hecha en la página 73, párrafo 23 del libro Apocalipsis...¡se acerca su magnífica culminación! :

En otro año crucial, 1914, Jesús llegó para sentarse en su propio trono mesiánico como Rey y Juez. (Subrayado nuestro).

Es curioso que hasta esa Atalaya del 15 de Octubre de 1995 tenían la evidencia de ambas cosas, de que Jesús había sido entronizado como Rey en 1914 y de que a partir de ahí comenzó una obra de juicio, consistente en separar a la gente clasificándola como cabra u oveja. Incluso pocos meses antes, La Atalaya del 15 de Mayo de 1995 consideraba el "entendimiento" anterior como fruto de un refulgente rayo de "luz":

Al año siguiente, una luz brillante aclaró la parábola de las ovejas y las cabras. Se entendió que esta profecía se cumple en el presente día del Señor, no durante el Milenio, como se había pensado anteriormente. (página 18, párrafo 11)

A partir de Octubre de 1995 no hay evidencia de este segundo aspecto, pero sigue habiéndola para la entronización de Jesucristo en su papel real justo en ese año. ¡Y pensar la cantidad de malabarismos dialécticos a los que tienen que recurrir, por la simple razón de no querer aceptar que todo lo relacionado con 1914 es simple elucubración mental, sin la más mínima base en donde encontrar apoyo...!

Deteniéndonos ahora un poco en el razonamiento de La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, notamos enseguida la inconsistencia del mismo, si tenemos en cuenta el conjunto de doctrinas patrocinadas por la Watch Tower. Efectivamente, en ese comentario dan a entender que el término parousía ha de entenderse como un tiempo de presencia (invisible) de Jesucristo, en algún punto del cual se llevaría a cabo su venida con poder y gloria a cuyo acontecimiento restringen el uso del verbo érjomai. Eso carece de sentido doctrinal y, por supuesto, gramatical. La segunda venida de Jesucristo es un hecho único en el que no cabe un tiempo de presencia invisible que culmine con una aparición visible en algún momento determinado del mismo. La Sagrada Escritura utiliza varias formas gramaticales para referirse a ese hecho, en las que están envueltas palabras diferentes en tiempos y casos gramaticales diferentes de la lengua griega, dependiendo de que se utilice una forma verbal o un sustantivo. Por supuesto, están incluidos el sustantivo parousía y el verbo érjomai, pero no son los únicos.

Sin entrar a fondo en un análisis gramatical extenso, porque no es necesario para llegar a la finalidad que pretendemos, sí que merece la pena echar una ojeada a esas manifiestas contradicciones a las que me he referido, al tiempo que centraremos nuestra atención en aspectos que nos permitan reflexionar sobre las enseñanzas de la Sociedad Watch Tower a la luz del texto bíblico, contemplado éste tanto de manera global, en su contexto apropiado, como en el examen individualizado de ciertos versículos.

En primer lugar, carece por completo de sentido un largo tiempo de presencia sin estar realmente presente para incluir en el mismo una venida, cuando supuestamente ya había venido. Eso podría estar bien para una obra de ingenio literario o una novela de ciencia ficción, pero no para atribuirlo a un Dios de luz o a un Maestro como Jesucristo que, incluso cuando hablaba en parábolas, era evidente que utilizaba ese estilo de enseñanza y no confundía a nadie. Cuando en la Biblia se menciona algo que pueda parecerse a una asistencia para la que no sea necesaria la presencia física, es claramente discernible:

Y he aquí que estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mateo 28: 29 (Valera)

Otra "presencia invisible" diferente a eso, aparte de que carece de sentido, no tiene el respaldo bíblico, es mera ficción.

En segundo lugar, si atribuimos al verbo érjomai esa venida con poder y gloria, tal como lo hace La Atalaya, eso contradice la doctrina del nombramiento del "esclavo fiel y discreto" ocurrida en 1919, precisamente cuando el amo élzon (participio de érjomai), es decir, vino (a la llegada del amo de la parábola, a su regreso, cuando vino).

Volviendo a La Atalaya del 15 de Agosto de 1996, notamos este comentario en defensa de una venida con la consiguiente estancia invisible por algún tiempo:

Otros léxicos explican que pa-rou-sí-a denota la "visita de un gobernante". De modo que no es solo el momento de la llegada, sino la presencia que se extiende desde el momento de la llegada en adelante.

Perfecto, pero a nadie se le ocurre pensar que esos léxicos estén pensando en una visita invisible o virtual de un personaje real que se prolonga por algún tiempo sin que nadie tenga la evidencia física de su presencia. Si alguien visita a sus padres, por ejemplo, y permanece con ellos durante unas horas o durante varios días, no importa el tiempo de su presencia entre ellos, nunca puede interpretarse como algo de tipo moral o espiritual, es decir, no apreciable físicamente.

Considerando el caso del apóstol Pablo (que aportan como prueba en la página 12, párrafo 12 de La Atalaya del 15 de Agosto de 1996), el razonamiento sigue siendo válido, es decir, en todos los casos la presencia (parousía) de Pablo o Estéfanas, etc. era real, físicamente demostrable. (Filipenses 1: 25-26; 2. 12; 2 Corintios 10: 10-11; 1 Corintios 16: 17). Es una manera de cómo la Sagrada Escritura emplea el término parousía. El sentido en estos casos es fácilmente discernible:

Pero Dios que consuela a los débiles, nos consoló con la llegada (parousía) de Tito, y no sólo con su llegada (parousía), sino también con el consuelo que le habíais proporcionado comunicándonos vuestra añoranza, vuestro pesar, vuestro celo por mí hasta el punto de colmarme de alegría. 2 Corintios 7: 6-7 (BJ)

Pero es que además toda esa divagación nada tiene que ver con el caso de la Venida o parousía del Señor para el que de ninguna manera es aplicable esa acepción del término parousía, ya que no indica algo que pudiera asemejarse a la visita de un gobernante, de una persona a un grupo de compañeros o amigos ni nada parecido a eso. Estamos considerando el regreso (parousía) del Señor. En todos los idiomas una misma palabra adquiere matices y significado diferentes, dependiendo del contexto en que se utiliza. De ahí la importancia de no pasar por alto ese hecho determinante. Lo que sucede es que, como es su costumbre, la Watch Tower se va por "los cerros de Ubeda" y, si le seguimos, fácilmente nos perdemos. Jamás nos apartemos del contexto bíblico en el que nos movemos a fin de dar el sentido que corresponde a las palabras. Cuando se hacen comparaciones de unas partes de la Biblia con otras para obtener una mejor comprensión y esclarecimiento, debe hacerse con un mínimo de coherencia para no caer en el ridículo, manteniendo la lógica y la sensatez, y no permitiendo que se nos extravíe equiparando situaciones que nada tienen que ver unas con otras.

En el torpe razonamiento que utilizan para defender a ultranza su posición son fácilmente discernibles las incongruencias en las que incurren, tal como podemos considerar. Siguiendo su línea de razonamiento, el párrafo 10, en la página 11 de La Atalaya del 15 de Agosto de 1996 establece también esa distinción clara en el significado atribuido al verbo griego érjomai y al sustantivo parousía. La argumentación para llegar posteriormente a sus postulados doctrinales que establecen diferencia clara entre "presencia" y "venida" o, en forma verbal, estar presente o estar con, y venir, la establecen así:

En los primeros veintitrés capítulos de Mateo, hallamos más de ochenta veces un verbo común griego que significa "venir": ér-kjo-mai... Pero en Mateo 24: 3, 27, 37, 39, el evangelista empleó una palabra diferente, un sustantivo que no se encuentra en ningún otro lugar de los evangelios: pa-rou-sía. Como Dios inspiró la escritura de la Biblia, ¿por qué hizo que Mateo escogiera esta palabra griega en estos versículos cuando escribió su evangelio en griego?

Aparte lo absurdo de plantear de esa manera las cosas, si examinamos un poco más su literatura, nos daremos cuenta de cómo ellos mismos derriban ese razonamiento con sus propias afirmaciones. Y es que "se coge antes a un mentiroso que a un cojo" (con mi respeto hacia las personas que tengan esa limitación física).

Ese comentario de La Atalaya lo podríamos complementar de esta manera:

Mateo 24: 46-47 dice: "Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga (el verbo griego es ér-kjo-mai o érjomai), le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá" (Valera) . Esta venida, a la que el escritor bíblico se refirió mediante una forma verbal de érjomai, la Sociedad Watch Tower la identifica, de hecho, con la parousía, ya que está ligada al nombramiento del "esclavo fiel y discreto" en 1919. ¿Cómo puede entonces armonizarse el razonamiento de la Atalaya que discrimina entre el significado atribuido al verbo érjomai y el que le atribuye a parousía, cuando su doctrina sobre el nombramiento del esclavo les asigna exactamente el mismo?

La Watch Tower sostiene que la venida mencionada en Hechos 1: 11 se produjo en 1914:

Después de 96 E.C., Jesús no 'vino' de manera significativa sino hasta su entronización como Rey en 1914. (Hechos 1: 9-11). La Atalaya del 1 de Abril de 1969, página 11, párrafo 6.

El manual Razonamiento a partir de las Escrituras en la página 436 explica el pasaje de Hechos 1: 9-11 (mencionado al principio de este artículo) y dice:

(Nótese que este texto dice "la misma manera", no el mismo cuerpo. ¿De qué "manera" ascendió él? Como lo muestra el versículo 9, desapareció de la vista, y sólo sus discípulos observaron su partida. El mundo en general no se dio cuenta de lo que pasó. Lo mismo sería cierto de la vuelta de Cristo.). Subrayado nuestro.

Absurdo. Pero, amigo mío, el verbo utilizado es de nuevo érjomai (eleúsetai, tercera persona singular del futuro), el mismo cuyo significado contraponen al de parousía, pero que aquí le atribuyen exactamente el mismo sentido, "venir de manera invisible".

Resumiendo, explican que cuando la Escritura supuestamente se refiere a la venida invisible en 1914 utiliza parousía, pero cuando se refiere a la venida de Jesucristo para juicio entonces emplea el verbo érjomai. Eso no obstante, no tienen inconveniente en afirmar que Jesucristo nombró al "esclavo fiel y discreto" al poco de llegar en 1914, es decir en 1919. Pero resulta que a esa llegada la Escritura no le aplica el término parousía, sino el verbo érjomai (Mateo 24: 46). Eso mismo sucede en el pasaje de Hechos 1: 9-11 que hemos considerado. Las contradicciones son tales y el razonamiento empleado es tan de poco peso que no habría sido necesario entrar a considerarlo.

Otros razonamientos son igualmente pueriles, carentes de un mínimo de seriedad, aunque igualmente manipuladores. El capítulo 17 del libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra trata el tema La vuelta de Cristo ... ¿cómo se ve?. Allí explican su "entendimiento" de este asunto. Entre otras cosas afirman:

Pero algunos quizás pregunten: '¿No dijeron los dos ángeles allí presentes a los apóstoles que Cristo "vendrá así de la misma manera que lo han contemplado irse al cielo"?' Sí dijeron eso. Pero note que dijeron "de la misma manera", no en el mismo cuerpo ¿Y cuál fue la manera como se fue Jesús? Fue callada, sin ostentación pública. Sólo sus apóstoles supieron de ello. El mundo no. (página 145, párrafo 11).

Después de insistir en la misma idea, el párrafo 12 en esa página concluye con estas palabras:

Así, pues, su regreso también será invisible, en un cuerpo espiritual.

Con una manera tan "consecuente" de razonar uno puede extraer del texto bíblico cualquier cosa que se le antoje. Toda esa discreción que interesadamente atribuyen al regreso de Jesucristo, contradice la descripción que la Biblia hace de cómo se producirá ese acontecimiento. Después de advertir seriamente a fin de no seguir a quienes afirman cosas semejantes a las temeridades de la Watch Tower, Jesús dijo:

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida (parousía) del Hijo del Hombre. Mateo 24: 27 (Valera).

Nada de algo velado, que pase inadvertido para la gente. Todo visible y manifiesto como la luz potente del relámpago. Estas palabras de Jesucristo son además una admonición muy clara contra todo tipo de especulaciones relacionadas con la venida de Jesucristo, tal como lo muestra el contexto. Allí Jesucristo manifiesta todo lo contrario de lo que afirma la Watch Tower, es decir, no se puede especular sobre la venida del Señor, porque será tan patente que nadie podrá negarla. Por lo mismo, nadie puede invocar una venida que no sea inequívocamente manifiesta. Se trata de una advertencia explícita para defenderse de los falsos cristos y los falsos profetas que, evidentemente habían de aparecer y cuya descripción cuadra perfectamente con la función desempeñada por la Watch Tower desde que existe.

Contrastando las palabras anteriores de La Atalaya, es curioso el comentario que el libro Perspicacia para entender las Escrituras hace en la página 821:

Cristo Jesús mostró que su presencia no se mantendría en secreto, del mismo modo que es imposible esconder el relámpago que "sale de las partes orientales y resplandece hasta las partes occidentales". Mt. 24: 23-27; Lu 17: 20-24).

Sin embargo el "entendimiento" de esas palabras encierra algo sorprendente. Lo explicaba La Atalaya del 1 de Mayo de 1993, página 12, párrafo 10:

Como predijo Jesús, por toda la Tierra, los relámpagos de la luz bíblica siguen resplandeciendo sobre amplias regiones desde las partes orientales hasta las partes occidentales. En verdad, como portadores de luz, los testigos de Jehová han resultado ser "luz a las naciones, para que [la] salvación [de Jehová] llegue hasta la extremidad de la tierra". (Isaías 49: 6).

Es increíble la cantidad de confusión que estos hombres pueden llegar a transmitir a sus lectores. Corrompen el texto bíblico hasta grados inverosímiles con tal acomodarlo a su particular visión de las cosas.

El contexto, como siempre, ayuda mucho a situar todos los términos en el lugar apropiado y atribuirles el significado que les corresponde. Este caso no es una excepción. De manera que quizá sea el momento de despojarse de todo adoctrinamiento previo, limpiar un poco la mente de todo desorden informativo y considerar el texto bíblico, pensando en lo que realmente leemos:

Pues como sucedió en los días de Noé, así sucederá en la parusía del Hijo del hombre. Porque igual que en [aquellos] días anteriores al diluvio seguían comiendo y bebiendo, casándose ellos y dando en matrimonio a ellas hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que llegó el diluvio que los barrió a todos, así será también la parusía del Hijo del hombre. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro dejado. Estarán dos mujeres moliendo en el molino: una será tomada y la otra dejada. Velad, pues, porque no sabéis en qué día va a llegar vuestro Señor. Mateo 24: 37-42 (N.T. Versión ecuménica).

La Watch Tower se empeña en ver aquí un período de tiempo para la parousía, comparable a los días previos a la entrada de Noé en el arca que le salvó del Diluvio. La Atalaya del 15 de Agosto de 1996 (páginas 11-13) desarrolla un razonamiento típico de la Sociedad, pero incoherente, porque viola las normas elementales de la lógica, cosa imprescindible en la aportación de pruebas para cualquier causa que se pretenda defender. Es algo que utilizan con bastante frecuencia, un método de razonamiento que podíamos calificar como de "selección discriminatoria interesada". Consiste en acudir a publicaciones, documentos, declaraciones de personas, etc. seleccionando de las mismas lo que creen que es de beneficio para sus doctrinas. Con los elementos obtenidos construyen una teoría sobre el significado de una palabra o una frase dentro del texto bíblico y establecen el resultado de todo eso como doctrina definitiva, sin tener en cuenta el contexto y otros muchos factores envueltos, no siendo el menos importante el punto de partida, es decir, que la acepción seleccionada de una determinada palabra, no es aplicable en ese caso concreto. Permítanme que en este punto, a modo de ilustración, someta a su consideración el siguiente entretenimiento. Se trata de una pregunta, ésta: ¿En qué se parece una vaca a un triángulo? Pues bien:

Una vaca es un animal bruto
Bruto mató a César
Cesar es no hacer nada.
El que nada, flota
Una flota es una escuadra
Una escuadra es un triángulo.

Este razonamiento frívolo se parece bastante al método empleado por la Watch Tower a la hora de presentarnos la parousía como una venida invisible, una visita del Señor para una toma de poder que no puede ser materialmente detectada como tal, salvo por unos acontecimientos en los que quieren ver eso un grupúsculo de personas que, por lo demás, se caracterizan por haber acumulado una pesada memoria de frustraciones. Puede comprobar ese retorcido proceso en las páginas 434 a 438 del manual que curiosamente llaman Razonamiento a partir de las Escrituras y que mejor le estaría algo así como Desvarío a partir las Conjeturas.

Todo eso no es posible aceptarlo, ya que haciendo una lectura meditada de ese pasaje, no cabe en el sentido global del mismo. Está, además, fuera de todo el desarrollo temático del capítulo 24 que habla de la venida de Jesucristo, del fin del mundo, pero no de una venida a modo de visita previa, perceptible únicamente para unos pocos iluminados. Pero, si hacemos un análisis exclusivo de esos versículos, observamos que esa interpretación entra en colisión con la letra escrita. Hay dos aspectos insalvables para aceptar que la parusía se refiera a un período de tiempo.

En primer lugar, el propio Jesús concluye el versículo 42, identificando el día incierto de la llegada con lo dicho anteriormente, es decir, con la parousía. Jesucristo considera todo una misma cosa, no está hablando de dos cosas diferentes. Primero utiliza el sustantivo parusía (parousía) y después el verbo llegar (érjetai -de érjomai-), sin que quepa diferenciación alguna, puesto que el razonamiento de Jesucristo no lo permite.

En segundo lugar, en los versículos 37 a 41, únicamente aparece el sustantivo parousía (versículos 37 y 39) no habiendo otro término (incluida alguna forma verbal) y por tanto no hay elemento alguno que pueda traer confusión en el análisis de esos versículos. Inmediatamente después referirse a la venida del Hijo del Hombre (parousía), es decir, los versículos 40 y 41, dicen:

Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro dejado. Estarán dos mujeres moliendo en el molino: una será tomada y la otra dejada.

Lo que el versículo 40 dice únicamente es atribuible a la parousía, por la sencilla razón de que no hay otro término al que se pueda asociar, ya que físicamente no existe una palabra con la que pueda enlazarse. Es más, el versículo 40 contiene el elemento temporal que aclara cuándo suceden las cosas que menciona: "Entonces", o sea, en el momento de producirse la parousía. Siendo así las cosas y teniendo en cuenta la enseñanza al respecto de la Watch Tower la pregunta es obvia ¿Cuándo ha sucedido algo parecido a lo que se menciona en los versículos 40 y 41?. Nunca hasta ahora, porque la parousía es sencillamente la Venida de nuestro Señor Jesucristo en su glorioso trono para juzgar y hacer esa distinción y trato con las personas según éstas se hayan comportado durante su vida.

Jesucristo trae la ilustración de los días de Noé no para compararlos con un tiempo de parousía del Señor, sino como el tiempo previo a la misma. Lo único comparable es el día de entrada de Noé en el arca con el instante en que se produce la parousía. Eso es bastante fácil de discernir si no se distorsiona el sentido de las palabras del Señor, tarea en la que no han escatimado esfuerzos los de la Watch Tower. El sentido, si no se entra en elucubraciones y razonamientos torcidos y extraños, es bien sencillo: En los días de Noé, la gente iba a lo suyo. Al llegar el Diluvio los cogió a todos ajenos a la justicia de Dios y perecieron, salvo la propia familia de Noé. La gente estará igualmente envuelta en sus preocupaciones y desentendidos de hacer la voluntad de Dios hasta que se produzca la Parousia, o Venida de Jesucristo. En ese momento, uno será tomado y otro abandonado, aún estando ambos ocupados en una misma cosa. Lo único diferente en ese momento será su situación personal para con Dios.

También es interesante considerar brevemente el pasaje paralelo de Lucas (Lucas 17: 26-30) en el que se añade el tiempo de Lot como semejante con la llegada del Hijo del hombre:

Y como ocurrió en los tiempos de Noé, así sucederá también en los días del Hijo del hombre: Comían y bebían, se casaban ellos y daban a ellas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y llegó el diluvio, y acabó con todos. Igualmente sucedió en los tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban; Pero el día en que salió Lot de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y acabó con todos. Lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Lucas 17: 26-30 (N.T. Versión ecuménica).

Resulta esclarecedora la conclusión del versículo 30:

Lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste.

No habla de un período de tiempo, tampoco utiliza el término parousía, sino el verbo apokalypto (revelar), que en este caso significa manifestarse, aparecer. Tenemos pues que, en realidad, la Biblia utiliza dos términos diferentes para referirse a un mismo evento. En realidad son más, ya que "venida", "venir", "llegar", "parousía", "manifestación", etc., etc. son distintas maneras de referirse a una misma cosa. Todo ello revela que Jesús habló de su venida, su aparición al final de los tiempos, su manifestación, cualquier término puede aplicarse. Lo importante es el contenido, su vuelta para que la humanidad le rinda cuentas. Pero la comparación de estos dos pasajes paralelos (Mateo y Lucas) desmiente eso que tan precipitadamente afirma La Atalaya del 15 de Agosto de 1996, de manera que esa pregunta que se hace La Atalaya la podemos contestar en sus mismos términos con esta otra:

Como Dios inspiró la Biblia, ¿Por qué hizo que Lucas escogiera una palabra diferente (apokalýptetai) a la que utiliza Mateo (parousía) para referirse a la misma cosa?

En realidad, aunque la palabra clave en este caso puede considerarse apokalýptetai, para ser exactos, lo que Lucas utiliza es toda una expresión: "el día en que el Hijo del hombre se manifieste." Eso es aún más específico y más esclarecedor en cuanto que elimina cualquier posibilidad de considerar ningún período de tiempo por el que se prolongue una supuesta venida. No hay materialmente cabida para semejante cosa. En el relato de Lucas leemos, entre otras cosas:

Comían y bebían, se casaban ellos y daban a ellas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y llegó el diluvio, y acabó con todos. Lucas 17: 27 (N.T. Versión ecuménica).

Pero el día en que salió Lot de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre y acabó con todos. Lucas 17: 29 (N.T. Versión ecuménica).

Lo mismo sucederá el día en que el Hijo del hombre se manifieste. Lucas 17: 30 (N.T. Versión ecuménica).

He subrayado las partes que honestamente creo que constituyen el núcleo fundamental de lo que realmente Jesucristo estableció como la base de su comparación. El lector dispone del texto completo para formarse su propia opinión al respecto en el sentido de poder considerar el meollo de la cuestión como referido a esto que señalo o si, como argumenta la Watch Tower, lo esencial aquí son los días previos al Diluvio y los previos a la salida de Lot de Sodoma comparados con los días que anteceden a la venida real de Jesús al fin de los tiempos para llevar a cabo el juicio sobre la humanidad.

Otros pasajes de la Biblia pueden igualmente sernos útiles, si los utilizamos con buen sentido, porque nos aportan luz en cuanto al auténtico significado del término parousía. Pablo fue uno de los escritores que utilizó esta palabra:

Y ahora, hermanos, a propósito de la Parusía de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os hacemos un ruego: no os desconcertéis tan pronto, perdiendo el buen sentido, ni os alarméis, sea con motivo de una inspiración o de una declaración o de una carta que se nos atribuya, sobre la inminencia del día del Señor. 2ª Tesalonicenses 2: 1-2 (NT. Versión Ecuménica).

Es de notar que Pablo iguala la parusía con el día del Señor. No está hablando de dos cosas diferentes aquí. El buen criterio y la lectura sin prejuicios o condicionamientos previos nos lleva a esa conclusión inevitablemente. Naturalmente la referencia a la inminencia del día del Señor aquí es al día de juicio.

El apóstol Pedro también hizo uso del término parousía. Lo hizo atribuyéndole el mismo sentido que Pablo:

Si todas las cosas se han de disolver así, ¡cómo no deberéis andar vosotros en santo comportamiento y piedad, aguardando y apresurando la parusía del día de Dios! Por ella, los cielos se disolverán incendiados, y los elementos se destruirán abrasados por el fuego. 2 Pedro 3: 11-12 (N.T. Versión ecuménica)

¿Cabe aquí concebir la Parousía como algo semejante a un período de tiempo que pase desapercibido a la inmensa mayoría de la humanidad? ¿Acaso no dirigió Dios aquí para que el escritor utilizara ese término de la misma manera que lo pudiera haber hecho con Mateo en el caso del capítulo 24 de su evangelio?

También Santiago utilizó el término parousía como punto de final, cuando exhortaba a tener paciencia:

Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la parusía del Señor. Santiago 5: 7 (N.T. Versión ecuménica)

Juan hizo del término un uso que denota igualmente tiempo de juicio:

Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y en su parusía no nos veamos avergonzados, lejos de él. 1 Juan 2: 28 (N.T. Versión ecuménica)

Y Pablo abunda en el uso del término con ese mismo significado.

Pues ¿cuál es nuestra esperanza , nuestro gozo, la corona de la que nos sentiremos orgullosos, ante Nuestro Señor en su Venida (Parousía), sino vosotros? 1 Tesalonicenses 2: 19 (BJ)

Como he comentado antes, hay diferentes términos, expresiones y formas verbales que tratan este tema en el Nuevo Testamento. Suelen tener en común el asociar la Venida del Señor con la obra de juicio, de dar el galardón correspondiente. Hace algunos años, al leer la Escritura, anoté una serie de textos relacionados con este tema. Me permito incluirlos al final de esta consideración para quienes deseen consultarlos.

Finalmente, también cabe una reflexión de orden práctico, teniendo en cuenta que todo eso la Sociedad Watch Tower lo utiliza como argumento en apoyo de la cercanía del fin. Si el discernimiento de la llegada del fin tiene por objeto el que las personas tomen una acción en orden a la propia salvación y a la de otros, tal como pudo suceder en el primer siglo, inmediatamente antes de la destrucción de Jerusalén ¿Cómo es posible aplicar que esa señal se haya producido precisamente en 1914, lo que representa que el motivo principal no es de utilidad real para esas personas debido a que, en la inmensa mayoría de ellas, su propia vida no tiene una duración tal que les permita sacar ese beneficio?

La inmensa mayoría de las personas que estaban vivas en 1914 ya han fallecido o están en su ancianidad. Se entiende que la señal ha sido dada para ellas y no para personas del siglo XXI. De no ser así, no tiene sentido alguno el escenario propuesto por la Sociedad Watch Tower durante su ya relativamente dilatada existencia, consistente en presentar el año 1914 como señal para prepararse a afrontar el fin inminente de este "sistema de cosas". Pero hablar de sentido con referencia a una organización, cuya principal característica se ha evidenciado como la carencia total de autocrítica y la manipulación de los hechos a fin de tapar su torpeza, nos podría llevar a tener que cambiar el uso común del lenguaje. Ponerse a esperar a que alguna vez recobre el sentido común, rectifique su trayectoria y muestre la lealtad que merecen no sólo los más de cinco millones de personas que actualmente le siguen, sino también quienes honesta y confiadamente en algún tiempo les ha prestado su apoyo, hoy por hoy es tanto como pedir peras al olmo.


Textos relacionados con la segunda Venida de Jesucristo

Mateo 16: 27
Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles,y entonces pagará a cada uno según su conducta. (BJ)

Mateo 24: 27-28
Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre. Donde esté el cadáver allí se juntarán los buitres. (BJ)

Mateo 24: 30-31
Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces harán duelo todas las razas de la tierra y verán venir al Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria. Y enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro. (BJ)

Mateo 24:44
Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre (BJ)

Mateo 25: 31-32
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. (BJ)

Mateo 26:64
Dícele Jesús: "Sí, tú lo has dicho. Y yo os declaro que a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo" (BJ).

Marcos 8:38
Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles", (BJ)

Marcos 13:26-27
Y entonces verán venir al Hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria; entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. (BJ)

Lucas 18:8
Os digo que les hará justicia pronto. Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra? (BJ)

Juan 21:22
Jesús le respondió: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿Qué te importa? Tú, sígueme".(BJ)

Hechos 3: 19-21
Arrepentíos, pues, y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus santos profetas. (BJ)

1ª Cor 1:7-8
Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. El os fortalecerá hasta el fin para que seais irreprensibles en el Dia de Nuestro Señor Jesucristo. (BJ)

1ª Cor 4:5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Señor. El iluminará los secretos de las tinieblas y pondrá de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibirá cada cual del Señor la alabanza que le corresponda. (BJ)

1ª Cor 5:5
"sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el dia del Señor." (BJ)

1ª Cor 11:26
Pues cada vez que comeis este pan y bebeis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga (BJ)

1ª Cor. 15:23
Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego, los de Cristo en su Venida. (BJ)

2ª Cor, 1:14
"Como ya nos habéis comprendido en parte, que somos el motivo de vuestro orgullo, lo mismo que vosotros seréis el nuestro en el día de Nuestro Señor Jesús. " (BJ)

2ª Cor., 5:10
"Pues todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo para que cada cual reciba lo que mereció durante su vida mortal, conforme a lo que hizo, bueno o malo". (EP)

Efesios, 4:30
"Y no entristezcáis al espíritu santo de Dios, en el cual fuisteis sellados para el día de la Redención". (EP)

Filipenses, 1: 6
"Persuadido de que quien comenzó en vosotros la buena obra, la llevará a feliz término en el día de Cristo Jesús". (EP).

Filipenses, 2:16
"Manteniendo firme la palabra de vida de modo que pueda gloriarme en el día de Cristo de no haber corrido ni trabajado en vano". (EP)

Colosenses, 3:4
"Cuando Cristo se manifieste, El que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con El en la gloria". EP

Filipenses, 1:10
"Para que sepáis discernir lo más perfecto a fin de que seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo". (EP)

1ª Tesalonicenses, 1:10
"En la espera de su Hijo Jesús, que vendrá de los cielos y a quien El resucitó de entre los muertos y que nos ha de librar de la ira venidera (EP)

1ª Tesalonicenses, 2: 19
"Y es que, ¿Quién es en verdad nuestra esperanza, nuestro gozo, nuestra corona de gloria delante de nuestro Señor Jesucristo en el día de su venida? ¿Quién, sino vosotros?" (EP)

1ª Tesalonicenses, 3: 13
"Que El fortalezca vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, en la venida de nuestro señor Jesús con todos sus santos". (EP).

1ª Tesalonicenses, 4: 15
"Porque esto os lo decimos como palabra del Señor: nosotros, los que vivimos, los supervivientes hasta la parusía del Señor, no les llevaremos la delantera a los que ya murieron; ". (ECU)

1ª Tesalonicenses, 5:2
"Vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche". (EP)

1ª Tesalonicenses 5:4
"Mas vosotros, hermanos, no vivís en la oscuridad, para que ese día pueda sorprenderos como ladrón". (EP)

1ª Tesalonicenses, 5: 23
Que El, el Dios de Paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. (BJ)

2ª Tesalonicenses, 1: 6-10
Porque es propio de la justicia divina retribuir con tribulación a quienes os la infringen, y a vosotros, que la padecéis, daros el descanso en compañía nuestra, cuando aparezca en el cielo el Señor Jesús con los ángeles de su poder, entre llamas de fuego, para tomar venganza de los que no conocen a Dios y no obedecen el Evangelio de nuestro Señor Jesús. Todos estos sufrirán el castigo de una perdición eterna, lejos de la faz del Señor y de su gloria esplendorosa, cuando venga aquel día para ser glorificado en sus santos y admirado en todos los que creyeron. Ahora bien, vosotros habéis recibido nuestro testimonio. (EP)

2ª Tesalonicenses, 2:1-4
Respecto a la venida de Nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, que no os dejéis tan facilmente impresionar en vuestro espíritu ni os alarméis por revelaciones, palabra o carta que se os diga ser nuestras. Que nadie en modo alguno os engañe, porque antes ha de venir la apostasía y manifestarse el Hombre impío, el Destinado a la perdición, el Adversario, que se levantará contra todo lo que se llama Dios o envuelve carácter religioso, hasta llegar a sentarse en el santuario de Dios, haciéndose pasar a sí mismo por Dios. (EP)

1ª Timoteo, 6:14
Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, (VAL)

2ª Tim., 1:18
Concédate el Señor hallar misericordia ante el Señor en aquel día. (EP)

2ª Tim., 4:1
Yo te conjuro ante Dios y Jesucristo, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su venida y por su reino: (EP).

2ª Tim., 4:8
Y ahora me está preparada la corona de justicia con la que me recompensará en aquél día el Señor, justo Juez, y no sólo a mí, sino también a cuantos esperaron con amor su venida. (EP).

Tito, 2:13
Mientras aguardamos la bienaventurada esperanza, o sea, la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Cristo Jesús. (ECU)

Hebreos, 9:27-28
Y del mismo modo que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después hay un juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados del mundo, aparecerá una segunda vez, sin pecado, para dar la salud a los que la esperan (EP)

Santiago, 5: 7-8
Tened, pues, paciencia, hermanos,hasta la Venida del Señor. Mirad; el labrador espera el fruto precioso de la tierra aguardando con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la Venida del Señor está cerca. (BJ)

1ª Pedro 1:7
A fin de que la calidad probada de vuestra fé, más preciosa que el oro perecedero que es probado por fuego, se convierta en motivo de alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo. (BJ)

1ª Pedro 1:13
Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios, poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la Revelación de Jesucristo. (BJ)

1ª Pedro 4:13
Más bien, a medida que tomáis parte en los padecimientos de Cristo, alegraos, para que también en la revelación de su gloria salteis de gozo (ECU)

1ª Pedro, 5:4
Y cuando se manifieste el jefe de los pastores, conseguiréis la corona inmarchitable de la gloria. (ECU)

2ª Pedro 3:10
Pero el día del Señor vendrá como un ladrón... (ECU)

2ª Pedro, 3:12
Esperando y acelerando la venida del Día de Dios, en el que los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán? (BJ)

1ª Juan, 2:28
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y en su parusía no nos veamos avergonzados lejos de él. (ECU)

1ª Juan, 4: 17
En esto culmina el amor entre nosotros: en que tengamos plena confianza en el día del juicio... (ECU)

Apocalipsis 22:12
Mira, pronto vendré y traeré mi recompensa conmigo para pagar a cada uno según su trabajo (BJ)

(Contribuido)




Primera página




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