Los Testigos de Jehová

Los signos de los tiempos (Contribuido)


Mucho ha escrito la Watch Tower sobre el contenido del capítulo 24 de Mateo. En torno a porciones específicas del mismo ha ido perfilando en detalle lo que denominan "la señal" compuesta, basada en las palabras de Jesucristo a sus seguidores como respuesta a una pregunta que le hicieron en el transcurso del camino que hicieron de Jerusalén al monte de los Olivos. También ha utilizado con profusión otras partes de la Biblia que hacen referencia a las condiciones de los últimos días. En principio, eso daría a entender que está alerta a lo que dice la Escritura y a los acontecimientos, y que "distingue" perfectamente las señales o signos de los tiempos. Sin embargo, un examen detenido y equilibrado del contenido bíblico, muestra que ha pasado por alto algunas advertencias importantes, lo que les ha llevado a apresurarse, a ir más allá de lo que la Escritura autoriza. De esa manera han distorsionado los pasajes de la Biblia, han errado en la interpretación de los hechos y han extraviado a multitud de personas. Lejos de distinguir las señales, han fallado en el diagnóstico. Al no haber afrontado la cuestión desde el principio con humildad y de manera sabia, con el transcurso del tiempo, han elevado a categoría de "doctrinas" sus propias conclusiones al respecto, todas las cuales se han ido desmoronando a medida que el tiempo ha pasado y ha rebasado los "topes", establecidos de antemano, sin registrar los acontecimientos concretos que previamente habían anunciado. La historia muestra el fracaso en sus observaciones escatológicas, algunas de las cuales trataré aquí con un poco más de detenimiento del que lo he hecho en artículos precedentes.

Aunque ha sido una constante en la corta o ya larga historia de los testigos de Jehová, dependiendo del punto de vista que se considere (corta, teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde que Jesucristo fundó su Iglesia. Larga, si nos atenemos a su actividad profética), si nos ceñimos a las últimas décadas, advertimos que los testigos de Jehová de todo el mundo han estado pendientes, no ya de las advertencias claramente expresadas por Jesucristo y los apóstoles, sino de unas señales emitidas especialmente desde las páginas de La Atalaya, cuyo desenlace ha ido desvelando la falacia de las mismas y lo inútil de haberse mantenido a la espera de lo que traerían unas fechas, unos desenvolvimientos políticos o un período de tiempo artificiosamente acotado por la imaginación de unos hombres que han puesto su fantasía a especular sin restricciones de ningún tipo.

Concurrentemente en el tiempo, los testigos han estado pendientes del desenvolvimiento de la pugna política entre dos bloques de naciones, se han mantenido a la espera de lo que sucedería en el año 1975 como final de 6.000 años de la, según ellos, historia real de la humanidad, todo ello al filo del agotamiento temporal de la generación que vio los acontecimientos de 1914. Ha sido precisamente el asunto de la "generación que no pasará" el último retocado hasta ahora. Repito, señales fabricadas en la central de los testigos de Jehová y distribuidas por todo el mundo de viva voz y en letra impresa.

La historia de la humanidad ha tenido sus episodios en este vertiginoso siglo que está punto de pasar, el siglo XX. Es evidente que la amenaza global para la humanidad como consecuencia de la violencia propia ha estado y, puede que siga estando, dentro de unas probabilidades que no existieron en el pasado lejano. Eso es así, porque los medios disponibles en manos del hombre nunca antes alcanzaron el potencial destructivo al que se ha llegado en nuestra época. También hay otras amenazas derivadas del irracional desarrollo, con poco respeto al medio ambiente y escaso sentido de justicia en el reparto de la riqueza.

En ese escenario, una buena parte de la historia del siglo XX ha estado protagonizada por la actividad bélica real, así como por un peligroso equilibrio, basado en la capacidad de la fuerza destructiva en poder de partes ideológicamente muy distanciadas, que han llevado durante decenios una actividad en defensa de los intereses propios que se ha dado en llamar "guerra fría" y que no pocas veces estuvo, aparentemente, a punto de materializarse en conflicto real.

Teniendo en cuenta ese contexto, tenía un cierto sentido y gozaba de bastante predicamento la tesis defendida por la Wach Tower en cuanto a la aplicación moderna del papel del Rey del Norte y el Rey del Sur, doctrina ésta que, debido al desenlace de los acontecimientos en tiempos recientes, desde hace algunos años mantienen en el "congelador". En esta cuestión sostienen que a lo largo del tiempo los términos "rey del norte" y "rey del sur" son simbólicos y han aplicado a diferentes potencias a lo largo de los tiempos. La última aplicación que de eso han hecho ha sido la de asignar el papel de "rey del norte" al bloque de las potencias del Este, marxistas y ateas, en tanto que el papel de "rey del sur" lo ha representado lo que llaman la potencia binaria angloamericana, al frente del mundo democrático de Occidente.

A las referencias del profeta Daniel en esos términos (Rey del Norte y Rey del Sur) a las hostilidades de las potencias de su día, les han otorgado un cumplimiento profético con una asignación de papeles concretos a las potencias del tiempo actual. Lo atestiguan afirmaciones como las siguientes:

El profeta Daniel describió una guerra de larga duración entre gobiernos contrarios, desde la antigua Grecia hasta nuestro día. Puesto que las naciones o bloques en un tiempo se hallaban al norte y al sur del pueblo de Daniel en Jerusalén, la profecía se refiere a ellos como el "rey del norte" y el "rey del sur". Con perspicacia la profecía no mencionó los nombres de los dos "reyes", puesto que su identidad habría de cambiar a lo largo de los siglos. Sin embargo, los hechos de la historia en cumplimiento de esta confiable profecía bíblica identifica principalmente hoy en día a la Unión Soviética como el final "rey del norte" y principalmente a la combinación contraria angloamericana como el último "rey del sur". ¡Despertad! del 8 de Octubre de 1969, página 8.

Para ellos, el hecho de que Daniel no especificara nombre alguno para estos "reyes" evidencia que sería un papel que irían asumiendo diferentes poderes o potencias con el transcurso del tiempo. No se moleste el lector en aplicar esa línea de razonamiento, atribuyendo la misma "perspicacia" al hecho de que la profecía sí que mencione unas connotaciones "geográficas" a dichos reyes. El hecho de que no haya nombres concretos, a lo que atribuyen esa "perspicacia", unido a su habilidad para la retórica y la demagogia, les ha permitido fabricar ese culebrón de río Guadiana que, caprichosamente, aparece, se esconde y vuelve a aparecer cuando la desbordada imaginación se hace más fecunda en los inquilinos de la sede central de la Watch Tower. Como digo, dejemos a un lado el asunto geográfico (en lo que la profecía carece de perspicacia), porque nos encontraremos que los papeles de uno y otro rey podrían ser perfectamente intercambiables. ¡Quién sabe si en la próxima aparición (no debería haberla) nos podemos encontrar con otro reparto de papeles!

El último "rey del sur" lo identifican con la combinación angloamericana, en tanto que el papel de "rey del norte" final lo asignan a la Unión Soviética. Esa era la orientación de su doctrina al respecto en años pasados, como lo atestiguan los detalles de su literatura sobre el tema:

En las profecías bíblicas que contiene el libro de Daniel, en el capítulo 11, se bosqueja la lucha por la supremacía entre el "rey del norte" y el "rey del sur". La profecía hace notar que el "rey del norte" adora al "dios de las plazas fuertes", es decir, el poderío militar basado en la tecnología científica. Dan. 11: 36-43.

La lucha actual por la supremacía entre las fuerzas comunistas conducidas por la Unión Soviética y las fuerzas democráticas conducidas por los Estados Unidos hace paralelo con esa profecía. Y en meses relativamente recientes muchos han sugerido que la Unión Soviética está por sobrepasar a los Estados Unidos en varias categorías militares importantes.

El "Informe del servicio secreto" de la revista "Parade" presenta este comentario: "La nueva edición de 'Toda la aviación del mundo, de Jane', que se publicó en Londres, alega que la Unión Soviética es en sumo grado superior a los Estados Unidos en aviación militar. . . . J. W. R. Taylor, redactor respetado de 'Jane's', dice que duda mucho que, los EE. UU. puedan igualar a la Unión Soviética en la guerra convencional en este tiempo".

Prescindiendo de la posición militar relativa de estos dos "reyes", queda patente que la profecía de Daniel está cumpliéndose en este tiempo. Predijo con exactitud que el "rey del norte" comunista estaría resuelto a desarrollar su potencialidad militar como medio de influir en los asuntos mundiales. Queda por verse a qué grado logrará eso este "rey" antes de que Dios le ponga fin a todo el sistema de cosas. Dan. 2: 44; 11; 44, 45.
(La Atalaya del 1 de Junio de 1978, página 6).

A la tendencia de la situación de principios de los años 80s La Atalaya dedicaba estos comentarios:

Las reacciones de los soviéticos ante las medidas severas que el "rey del sur" ha adoptado recientemente muestran que el "rey del norte" no tiene la intención de dejarse pisotear. Desde la II guerra Mundial, la Unión Soviética ha estado "alargando su mano" para acaparar varios "países" y "tesoros escondidos", incluso el petróleo. El Occidente también se ha enfrentado a un desafío ideológico, ya que muchos gobiernos poscoloniales del Tercer Mundo han adoptado los principios marxistas. Tales acontecimientos han facilitado la penetración de la influencia soviética en Asia, Oriente Medio, Africa y aún las Américas. Además, "el rey del norte" ha tenido éxito notable al prestar su apoyo a insurreciones dirigidas por comunistas, de modo que ha podido 'entrar en los países' y ejercer influencia en éstos con su ideología y su ayuda militar y técnica. (La Atalaya del 15 de Noviembre de 1981).

Junto a una ilustración de tipo militarista, La Atalaya del 1 de Abril de 1984, página 18, anota la leyenda:

"El Rey del norte" da gloria al "dios de las plazas fuertes".

El párrafo 11 de esa misma página dice:

Este "rey del norte", que es ateo, alega que el estado tiene el derecho de exigir mucho de sus súbditos. Además, este "rey" habla en contra de Jehová al aspirar a la dominación mundial con la exclusión del Reino de Dios.

En la misma página, el párrafo 12 continuaba así:

No obstante, irreligioso como parezca ser "el rey del norte", tiene un dios. La profecía dice: "Pero al dios de las plazas fuertes, en su posición dará gloria. (Daniel 11: 38).

Los comentarios traídos aquí como recordatorio y testimonio de la especulación de la Watch Tower, en torno a lo que podríamos considerar como doctrina sobre el rey del norte y el rey del sur, resumen lo que con mucha mayor amplitud abordan en los capítulos 10, 11 y 12 del libro Hágase tu voluntad en la Tierra. De ellos citaré tan sólo unas palabras de las que cabe deducir que el bloque "comunista" encontraría su fin directamente en Armagedón:

El ángel de Jehová predijo aún más agresiones por el rey del Norte comunista antes de su fin en Armagedón... (página 320, párrafo 63).

Es muy notorio que el giro de los acontecimientos no se decantó por las previsiones de la Watch Tower. En su función de "último rey del norte", el bloque comunista era el destinado para el ataque final contra el "pueblo de Dios", previamente al desencadenamiento de Armagedón. Para tapar los primeros efectos de un fallo más, acudieron a dar una gran publicidad a la parte "positiva" del desenlace real de los hechos. Así La Atalaya del 15 de Julio de 1991 incluía un artículo con la pertinente ilustración gráfica que titulaba Emocionante informe procedente de la Unión Soviética. Entre otras cosas, decía (páginas 10, 11):

En 1988 empezó a haber cambios en los países asociados con la Unión Soviética. Surgió un ambiente de mayor libertad, y países que habían restringido la obra de los testigos de Jehová comenzaron a adoptar nuevas políticas gubernamentales. Polonia, Hungría, Rumanía y otros países otorgaron reconocimiento legal a estos cristianos sinceros, de modo que ahora pueden funcionar abiertamente sin temor a represalias ¡Qué felicidad ha habido en Europa oriental en los últimos tres años! ¡Cuánto han aprovechado los hermanos allí la nueva libertad que tienen para esparcir el mensaje pacífico del Reino! ¡Y cuánto se han regocijado con ellos los demás testigos de Jehová de todo el mundo! ...

Está claro que los testigos de Jehová ahora pueden trabajar libremente en la Unión Soviética como lo hacen en muchos otros países... ¡Qué tremendo galardón para los fieles hermanos rusos que por muchos años mostraron paciencia y aguante!

Artículos entusiastas sobre asambleas y actividad en general de los testigos en la Europa oriental han ido apareciendo con cierta frecuencia en las revistas de la Watch Tower que han ido desviando la atención de los lectores a un enfoque absolutamente diferente al fracaso de sus predicciones. ( Ver el artículo Mensajeros de la paz en la Europa Oriental en ¡Despertad! del 8 de Marzo de 1997, como ejemplo )

El traer esto a colación no tiene otro propósito que el mostrar el contraste con el énfasis anteriormente concedido al papel definitivo que había de jugar el bloque de naciones tras el telón de acero, independientemente de que celebremos que también a esos países haya llegado la libertad religiosa y otras libertades no sólo para los testigos de Jehová, sino para otros muchos que lícitamente también deben celebrarlo. Además , sirve como antídoto a la intencionada amnesia que padecen de manera crónica los de la Watch Tower hacia a todo aquello que positivamente desean silenciar o dar un giro informativo diametralmente distinto al que enfatizaban no hace tanto tiempo.

El tiempo ha ido transcurriendo y era necesaria alguna explicación que cerrara la cuestión de cualquier manera. Esta vino en La Atalaya del 1 de Noviembre de 1993. Repitiendo doctrina expuesta con anterioridad, la página 15 reproduce una fotografía de exaltación militar hacia Hitler, acompañada del siguiente texto:

Bajo Hitler, el rey del norte se recobró por completo de la derrota que sufrió a manos del rey del sur en 1918.

A tono con toda la trayectoria de habitual utilización demagógica de la participación de los líderes de la cristiandad en todo este asunto, reproducen una fotografía "clerical" en la página 16, bajo la que añaden estas palabras:

Los líderes de la cristiandad intentaron ganarse la amistad del rey del norte.

Nada dice de los intentos de Rutherford por congraciarse con el Führer. En su lugar, resaltan la gran persecución de que fueron objeto, como si hubiesen sido los únicos que aguantaron o sufrieron los efectos dañinos de la locura de la época.

Así entran en el segundo artículo sobre el tema centrándose en tiempos más recientes, habiendo ya traspasado el papel de rey del norte de Alemania al bloque soviético, ateo y adorador de la fuerza militar.

Después de divagar lo necesario sobre asuntos a los que atribuyen un significado acorde con su extravagante interpretación de las cosas, introducen los párrafos clave bajo mi punto de vista. El subtema Ultima campaña del rey del norte (página 21) comienza de esta manera:

10 ¿Continúa indefinidamente la rivalidad entre ambos reyes? No. El ángel dijo a Daniel: "Habrá informes que lo perturbarán [al rey del norte], desde el naciente y desde el norte, y ciertamente saldrá en gran furia para aniquilar y dar por entero a muchos a la destrucción. Y plantará sus tiendas palaciegas entre el gran mar y la santa montaña de Decoración; y tendrá que llegar hasta su mismo fin, y no habrá ayudante para él". (Daniel 11: 44, 45).

11 Estos sucesos todavía no se han realizado, de modo que no podemos explicar con detalle cómo se cumplirá la profecía. La situación política de ambos reyes cambió hace poco. Ha disminuido la enconada rivalidad entre Estados Unidos y los países de Europa oriental. Además, en 1991 se disolvió la Unión Soviética, y ya no existe. (véase La Atalaya del 1 de marzo de 1992, páginas 4, 5).

12 Por lo tanto, ¿quién es el rey del norte hoy día? ¿Es uno de los países que formaban parte de la ex Unión Soviética? ¿O ha cambiado de identidad por completo, como lo hizo en varias ocasiones en el pasado? No puede asegurarse. ¿Quién será el rey del norte cuando se cumpla Daniel 11: 44, 45? ¿Se encenderá de nuevo la rivalidad entre ambos reyes? Y ¿Qué se puede decir de las enormes reservas nucleares que aún existen en algunos países? Sólo el tiempo responderá a estas preguntas.

13 Una cosa sí sabemos. Dentro de poco, el rey del norte dirigirá una campaña ofensiva que será provocada por "informes que lo perturbarán, desde el naciente y desde el norte"... (Subrayado nuestro)

Es el colmo. ¡Cuánto disparate son capaces de escribir! ¡Qué mentes más retorcidas, más irresponsables y menos sinceras! A poco que nos fijemos, nos damos cuenta que todo el fondo no es más que un seguimiento rígido del guión establecido, a fin de una vez más transmitir la idea de que no se han equivocado. A veces me da la impresión de que estoy perdiendo el tiempo tratando de analizar tanta demencia. Sin embargo, discúlpenme ustedes que así lo haga. De esta manera, al menos podemos identificar la estrategia que utilizan de forma recurrente.

Como decía al principio, este asunto está ligado a esa serie de señales con las que han ido "enriqueciendo" su trabajo profético. Merece la pena analizar el párrafo 10 de la página 14 de La Atalaya del 15 de Agosto de 1997:

Además, la Biblia indica que los últimos días son "un corto espacio de tiempo". (Revelación 12: 12; compárese con 17: 10). Al parecer, ya ha pasado la mayor parte de ese "corto espacio". La profecía de Daniel, por ejemplo, describe con exactitud el conflicto entre el "rey del norte" y "el rey del sur", que se ha prolongado hasta este siglo. (Daniel 11: 5, 6). Todo lo que queda por cumplirse es el ataque final del "rey del norte", del que habló Daniel 11: 44 y 45. (Véase La Atalaya del 1 de Julio de 1987, y la del 1 de Noviembre de 1993, si se desea un estudio de esta profecía). Subrayado nuestro.

Desde que le perdieron la pista al rey del norte, según cabe deducir de las palabras citadas anteriormente, hasta el ataque final como lo único pendiente de cumplir antes del fin, teniendo en cuenta que aún se desconoce la nueva "identidad" de ese rey y, al mismo tiempo, que es muy corto tiempo lo que ya queda, para el fin de este sistema de cosas (como no se cansan de repetir), me temo que de ese "corto tiempo" que queda oiremos hablar aún por "mucho tiempo".

Mientras esa rivalidad política seguía su curso peligroso, alguien hizo su propio estudio "independiente" de la cronología bíblica, llegando a la conclusión de que a primeros de Octubre de 1975 se cumplían 6.000 años desde la creación de Adán (Ver el párrafo 41 en las páginas 28 y 29 del libro Vida Eterna en Libertad de los Hijos de Dios). A partir de esa premisa, entró en acción la bien predispuesta mente del autor de ese libro para "soñar despierto", llegando a la conclusión de que a ese hecho (tan históricamente comprobado) inevitablemente le correspondía (lo no menos oportuno bíblicamente) un jubileo en toda regla. Después de atreverse a decir lo "apropiado" que sería "de parte de Dios" el que introdujera un período sabático de 1.000 años a partir de esa fecha, llegó a la conclusión (después de mucho rodeo, jugando con expresiones en cuanto al propósito de Dios con respecto a eso, en un aparente dilema entre: lo digo no lo digo, lo aseguro, no lo aseguro) de que, sin duda, la voluntad de Dios no podía ser otra que la de introducir el milenio. Examinando toda la fraseología (entre temeraria y en apariencia cauta) con la que desarrolla el subtema POR TERMINAR SEIS MIL AÑOS DE LA EXISTENCIA HUMANA en las páginas 26 a 35 del mencionado libro, encontramos una afirmación, en mi opinión, explícita en la que vincula la propia Palabra de Dios al contenido de todo el argumento. De ella subrayo lo que me lleva a esa afirmación:

En vista de la situación que existe por toda la Tierra y la condición del mundo, parece muy urgente el que venga pronto la liberación como la del Jubileo. Muy ciertamente el futuro cercano sería el tiempo más apropiado para ello. La propia Palabra escrita de Dios indica que es el tiempo señalado para ello. Vida eterna, en libertad de los Hijos de Dios, página 26, párrafo 39.

La idea era atractiva y encontró eco en gente sencilla, que, en su gran mayoría, se sumó a esa "urgencia", deseosa de liberación y con una confianza sin límites depositada en unos hombres que, aparte no merecerla, los iban a enviar por todo el mundo a distribuir libros, revistas, folletos con ese mensaje que, además se fue sistemáticamente implantando y reafirmando dentro de las congregaciones por todos los medios habituales. Las continuas referencias a los pocos años que quedaban contribuyeron a la creación de un climax de expectación en torno a la década de los 70, en especial al año 1975, en el que concurrían además los otros factores anteriormente anotados, la situación política mundial y el inmediato término del tiempo para la "generación que no pasará", tal como lo concibieron los responsables de Brooklyn.

¿Por qué está usted a la espera de 1975? Este era el tema de estudio de La Atalaya del 1 de enero de 1969 (páginas 14-21). El párrafo 35 de ese estudio (páginas 20-21) afirmaba:

Este no es el tiempo para estar jugando con las palabras de Jesús de que "respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre". (Mat. 24: 36) Al contrario, es tiempo en que uno debe estar vivamente consciente de que el fin de este sistema de cosas rápidamente está llegando a su fin violento.

El siguiente párrafo incitaba a la acción acorde con esas premisas:

Aun si uno no puede ver más allá de 1975, ¿es esta razón alguna para ser menos activo? Los apóstoles no pudieron ver siquiera hasta esta fecha, no sabían nada acerca de 1975. (párrafo 36, página 21. Subrayado nuestro).

La portada de la revista ¡Despertd! Del 8 de Abril de 1969 es también muy elocuente en sus enunciados:

¿Será más tarde de lo que usted cree?
¿Se le está acabando el tiempo a esta generación? ¿Qué traerán los años 70?

Son declaraciones y preguntas típicas con las que la Sociedad Watch Tower ha ido imprimiendo a su organización el carácter apocalíptico. Indudablemente esas preguntas establecen interrogantes de expectación para un período de tiempo determinado y muy concreto.

Con todo ese fondo ambiental de por medio, era urgente que las personas tomaran partido y se pusieran del lado de las "ovejas" en el juicio que se estaba desarrollando, protagonizado por el mensaje que centenares de miles de testigos llevaban a las puertas de sus vecinos. Para éstos era vital una respuesta favorable, poniéndose a hacer lo mismo, distribuir literatura a otros, participando en la misma actividad judicial. De lo contrario irrevocablemente se habían colocado en el redil de las cabras, situados a la izquierda del pastor y juez Jesucristo.

Independientemente de la temeridad especulativa en la que siguen estando inmersos y de la que no les resulta fácil salir, dado que es consustancial a su propia razón de ser desde siempre, no es menos grave el que traten con tan poco respeto las palabras de Jesucristo. Muy diferente sería el caso, si hubieran hecho exactamente lo contrario que aconsejan en el comentario de La Atalaya, es decir, prestar atención a la inamovible y siempre válida afirmación de Jesús, que para ellos debería ser también una advertencia:

"respecto a aquel día y hora nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre". Mat. 24: 36 (TNM)

Quienes realmente han estado "jugando" especulativamente con ciertas porciones de la Sagrada Escritura han sido ellos. En los últimos tiempos dan, esporádicamente, la impresión de que comienzan a discernir el mensaje bíblico. Esa conclusión pudiera extraerse de declaraciones como la siguiente:

Pueden sacarse dos conclusiones de las respuestas que dio Jesús a las preguntas sobre cuándo se cumpliría el propósito de Dios. Primero, que Jehová tiene un horario; y segundo, que sólo él lo establece, y sus siervos no pueden esperar que se les informe por adelantado de estos tiempos o sazones. La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, página 10, párrafo 3 (Subrayado nuestro).

Sin embargo, el fondo de la cuestión permanece inalterable en sus escritos, dado que ese tipo de declaraciones son contrarrestadas con otras que, tomadas en su conjunto, dan a entender todo lo contrario:

Cuando sabe que es el momento más apropiado, Jehová revela detalles sobre sus propósitos y sobre el futuro, que previamente los humanos desconocían.
La Atalaya del 1 de Junio de 1997, página 7, párrafo 3 (Subrayado nuestro).

Jehová habló a los primeros cristianos mediante su Hijo, Jesús, quien les dio a conocer secretos divinos... Tiempo después, Pablo dijo que los cristianos ungidos eran "subordinados de Cristo y mayordomos de los secretos sagrados de Dios" (1 Corintios 4: 1). Hoy día, los cristianos ungidos continúan sirviendo en tal calidad... y componen la clase del esclavo fiel y discreto, que mediante el Cuerpo Gobernante da alimento espiritual al tiempo apropiado (Mateo 24: 45-47. Si sentimos un gran respeto por los profetas inspirados de Dios de los días pasados, en particular por el Hijo de Dios, ¿no deberíamos respetar también al medio humano que Jehová está utilizando en la actualidad para revelar información bíblica tan necesaria para un pueblo en estos tiempos críticos? (2 Timoteo 3: 1-5, 13).
La Atalaya del 1 de Junio de 1997, página 10, párrafo 13 (Subrayado nuestro).

Qué emocionante es saber que Jehová continuará revelando los secretos con relación a sus propósitos cuándo y cómo lo crea conveniente.
La Atalaya del 1 de Junio de 1997, página 14, párrafo 7 (Subrayado nuestro).

En primer lugar, Jehová ha confiado a su pueblo la verdad. La revelación más emocionante es que su Reino comenzó a gobernar en 1914.
La Atalaya del 1 de Julio de 1997, página 19, párrafo 14 (Subrayado nuestro).

Muchas son las declaraciones en las que ellos se muestran como depositarios de la revelación de Dios, amparándose en las palabras de Amós 3: 7 o, como en esta ocasión, en 1 Corintios 4: 1. Si examinamos cuidadosamente las que he recogido aquí, notamos cómo, en la práctica, no dan por cerrada la revelación, sino que "a su tiempo", Jehová la va dando cómo y cuándo lo cree conveniente. Necesariamente ésta opera con la mediación del Cuerpo Gobernante. En realidad se trata de un razonamiento ajeno a la Escritura por medio del cual asumen un protagonismo que, por no estar autorizado, los convierte en impostores. Lo que también es cierto es que han hecho caso omiso de las palabras de Pablo:

Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. (1 Corintios 4: 2).

En todo caso, resulta contradictorio declarar que sus siervos no pueden esperar que se les informe por adelantado de estos tiempos o sazones y, al mismo tiempo, estar proclamando que el fin de este sistema de cosas es inminente, que lo único pendiente es el ataque final del "rey del norte". Todas esas supuestas revelaciones, transmitidas hacia los demás como "alimento al tiempo debido" han resultado en "señales" y doctrinas fallidas, incluyendo esa tan importante "revelación" sobre 1914. En lugar de llevar a la gente a participar de la mesa incorrupta de Dios, la han contaminado, haciéndole comer en el estercolizo pesebre de la Watch Tower.

El año 1969 queda muy lejano para las personas de 40 años hacia abajo. También lo está desde el punto de vista de la validez temporal que normalmente puede concederse a todo tipo de afirmaciones especulativas para el caso concreto de la Sociedad Watch Tower. Pero visto desde la vertiente de la lógica y la razón en cuanto a plazo de permanencia exigible a cualquier doctrina, eso fue ayer, por no decir hoy. Las palabras pronunciadas entonces y recogidas aquí, así como otras parecidas se multiplicaron en todo tipo de publicaciones, discursos públicos, conversaciones entre testigos, y resonaron entre clamorosos aplausos en estadios y recintos de todo tipo durante bastantes años. A muchos superintendentes y ancianos de la actualidad les han de ser muy familiares, porque personalmente sirvieron de transmisores de ese mensaje, al que pusieron todo el calor de su entusiasmo, y que dedicaron el vigor de su juventud o su madurez a implantar ese estado de preparación para entrar en el Milenio a mediados de la década de los 70.

Ese (1969) fue un año en que se planificaron asambleas internacionales por todo el mundo bajo el lema "Paz en la Tierra". Para los testigos españoles tuvo lugar una en el Palazzo dei Congressi en Roma, simultánea con la de habla italiana que se llevó a cabo en el Palazzo dello Sport de la capital italiana. El discurso clave llevaba por título esta afirmación: Se aproxima la paz de mil años. Se repartió un folleto titulado La paz de 1.000 años que se aproxima que insiste en la proximidad del milenio sabático. Entre otras cosas decía:

Para que el Señor Jesucristo fuera "señor del sábado", su reinado de mil años tendría que ser el séptimo en una serie de períodos de mil años o milenios. (Mateo 12:8 Mod). Así, sería un reinado sabático...Ya dentro de poco, seis milenios de su inicua explotación de la humanidad como esclavos suyos terminarán, dentro de la vida de la generación que ha presenciado los sucesos mundiales desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 hasta ahora, conforme a las palabras proféticas de Jesús en Mateo 24: 34. Bueno, ¿no sería el fin de seis milenios de laboriosa esclavitud de la humanidad bajo Satanás el Diablo el tiempo apropiado para que Jehová Dios introdujera un milenio sabático para todas sus criaturas humanas? ¡Sí por cierto! Y Su Rey Jesucristo será Señor de ese Sábado. (páginas 26, 27. Subrayado nuestro).

Lo de 1975 fue el resultado de un complicado cálculo basado en muchos textos bíblicos, sin perder la principal referencia 1914. Lógicamente todo aquello se vino abajo porque se trataba de una temeridad. Las palabras de Jesucristo, efectivamente no son para estar jugando con ellas, sino para sencillamente respetarlas y no pasarlas por alto por los delirios de unos visionarios que, al parecer estaban muy por encima del "escaso alcance" que conceden en sus comentarios al conocimiento de los apóstoles.

Casi treinta años después es escaso el cambio apreciado en la Watch Tower. Se han visto obligados a cambiar doctrinas, porque el tiempo se ha encargado de evidenciar su caducidad. Como es natural eso no lo reconocen, en su lugar apelan a un "conocimiento más actual" de las cosas. Juntamente al maquillaje de la doctrina, hacen lo propio con el proceso habitual para consolidar entre los testigos la nueva visión de las cosas. Como es habitual, recurren al precedente de los cristianos del primer siglo.

Sucesos, no cálculos es el nuevo lenguaje de acuerdo al subtema desarrollado en las páginas 14 y 15 de La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998. Allí apreciamos estos puntos:

No se suministró a los primeros cristianos ningún medio para calcular el fin venidero del sistema de cosas judío... Como no contaban con ningún elemento cronológico, los primeros cristianos no sabían cuándo se produciría la destrucción de Jerusalén. (párrafo 19)

Nuestra convicción de que vivimos en el tiempo del fin y de que nuestra liberación se acerca no se basa simplemente en cálculos cronológicos, sino en los sucesos históricos que cumplen la profecía bíblica. (párrafo 20).

Eso no quita que la base principal reside aún en los "cálculos" (1914 es producto de un cálculo) y no los "sucesos". Para llegar a esa afirmación hemos tenido que llegar a estos últimos años con algunos fracasos más que añadir a la ya larga lista de predicciones fallidas de la Sociedad Watch Tower.

Pese a todo:

¿Tienen las otras ovejas algo por lo cual mantenerse en expectación anhelante? Por supuesto que sí.
(La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, página 19, párrafo 12).

No obstante:

Es posible que permita que algunas situaciones se extiendan más de lo que muchos esperaban.
La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, página 19, párrafo 15 (subrayado nuestro).

Aún así:

A este inicuo sistema de cosas le queda muy poco tiempo.
(La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, página 20, párrafo 19).

Nosotros estamos también convencidos de que nuestra liberación del presente sistema de cosas inicuo está cerca.
(La Atalaya del 15 de Septiembre de 1998, página 13, párrafo 13).

Este juego de: digo, pero tengan en cuenta que... Sólo Jehová sabe, pero es seguro que..., llegan a utilizarlo hasta la exasperación. En eso no han cambiado un ápice. La doblez en el lenguaje, el continuo decir y desdecirse, no es otra cosa que el estar continuamente mareando la perdiz y manoseando tercamente el tema de la inminencia del fin con ambigüedad aparente, pero con mensaje afirmativo..

Pues bien, ¿Qué depararon los años 70? Nada, absolutamente nada en el aspecto que aquí tratamos, el comienzo del milenio. Pero ¿Se llegó a afirmar tal cosa? Con carácter general, esa es una pregunta que suele venir cíclicamente, después de cualquiera de los muchos fracasos demostrados. Al mismo tiempo suele tratarse como el método para demostrar que "otros" han ido más lejos del registro oficial de la Sociedad. Pero eso es una falacia más en todos los sentidos.

En el caso concreto de 1975, es más que evidente que la Sociedad Watch Tower afirmó y reafirmó que en 1975 terminarían 6.000 años de la historia de la humanidad y que comenzaría el milenio. ¿En dónde está eso? Está escrito (y pronunciado en infinidad de discursos, aunque no poseo grabaciones de los mismos) en las publicaciones de la época, vistas en su conjunto. Pretender negar eso es aún peor. En primer lugar, porque no se ajusta a la realidad. Y en segundo término ¿Cómo justificar el estado general de expectación de millones de personas en torno a una fecha, si nadie les ha inducido a ello? ¿Cómo además no cortaron de raíz el alentar una falsa esperanza y expulsaron a todos los falsos profetas que la difundieron a lo largo y ancho de la geografía mundial?

Una vez consolidado el fracaso profético sobre 1975, se puso en marcha el programa de justificación correspondiente a fin de paliar los efectos de la frustración en los testigos. Esa labor suele tener éxito, debido en parte, al mecanismo mental de defensa y justificación, propia de grupos fundamentalistas como los testigos de Jehová. Necesitaban oir algo que les halagara los oídos y les convenciera de que la "madre" organización es falible, pero es fiable. Sutilmente aparecieron las primeras "aclaraciones" que, de momento, contribuirían a auto convencerse con unas "razones" que permitieran un poco de relajación y de alivio para el conflicto interno de muchos, y no creo que especialmente de los que habían cacareado estruendosamente ese año como el "apropiado" para el comienzo del milenio:

Desde el comienzo de un nuevo año lunar judío en septiembre de 1975 se alcanzó un punto significativo en la historia humana. Según la cuenta del tiempo suministrada por la Biblia, la humanidad completó entonces 6.000 años de existencia en la Tierra...

¿Significa esto, pues, que ya la humanidad ha alcanzado 6.000 años de estar dentro del período de 7.000 años que Dios 'bendijo e hizo sagrado' como su gran "día de descanso"? ¿Significa que el regir del Reino milenario de Cristo, como los 1.000 años finales de ese "día de descanso", debe calcularse desde septiembre de 1975? Gén 1: 27, 31; 2: 2, 3; Rev 20: 1-6.

No, no significa eso. ¿Por qué no? Bueno, el registro bíblico muestra que las creaciones de Dios en el "día" que precedió inmediatamente a ese "día de descanso" de 7.000 años no terminó con la creación de Adán. Muestra que hubo un lapso entre la creación de Adán y la de su esposa, Eva. Durante ese tiempo, Dios hizo que Adán diera nombre a los animales. No se indica si ese periodo abarcó semanas o meses o años. De modo que no sabemos con exactitud cuándo comenzó el gran "día de descanso" de Jehová, ni sabemos con exactitud cuándo terminará. Lo mismo aplica al principio del reinado milenario de Cristo. La Biblia no nos suministra ninguna manera de fijar la fecha, y por eso no nos conviene especular cuándo pueda ser esa fecha. Gén 2: 18-25; Mat. 24: 42, 44.

Así se expresaba La Atalaya del 15 de Marzo de 1976, página 163, algunas de cuyas frases he subrayado. La Atalaya del 1 de Diciembre de 1976, página 725, párrafo 25 especificaba un poco más ese razonamiento:

Pero sea cual haya sido el tiempo que haya transcurrido, tendría que ser restado del tiempo que ha pasado desde la creación de Adán para que pudiéramos saber hasta qué punto en el tiempo hemos avanzado dentro del séptimo "día" de Dios, su grandioso día de descanso. De modo que el que hayamos avanzado seis mil años desde el principio de la existencia humana es una cosa. El avanzar seis mil años dentro del séptimo "día" creativo de Dios es otra. Y no sabemos exactamente hasta qué punto hemos avanzado en la corriente del tiempo a este respecto. (Subrayado nuestro)

Aunque toda esa palabrería únicamente tiene como finalidad dar una cierta explicación a centenares de miles de personas frustradas, es una pena que siempre encuentran los contra-argumentos una vez evidenciados los errores. Lo de Eva lo podían haber pensado antes, aunque con el tiempo olvidaron el tema.

Toda la atención a la década de los 70 y, en especial al año 1975, tuvo otras implicaciones en la vida de las personas, no siendo la menor la repercusión en la propia situación de quienes, siguiendo las directrices y obedeciendo las arengas de los responsables de la Watch Tower y sus representantes por todo el mundo, tomaron unas arriesgadas decisiones que, probablemente marcaron toda su vida, debido a que estaban basadas en una orientación para la subsistencia de tan sólo unos pocos años. Para situarnos un poco en la época, consideremos estas declaraciones:

De nuevo, cuando alguien exprese el deseo de llegar a ser misionero o mudarse a otro país para servir en un campo más extenso, ¿ha oído usted que otros hacen comentarios como éstos: "¿Para qué quieres hacer eso? Tú vives bien aquí". "¿Cómo te vas a mantener?" "¿Qué hay si te enfermas?" No tendrás los hospitales que tenemos aquí". Tales comentarios son evidencias de que el aguante de estas personas se está debilitando. Peor, tal actitud resulta en debilitar el aguante y la perseverancia de otros.
La Atalaya del 1 de Noviembre de 1969, página 652, párrafo 12. (Subrayado nuestro).

Esos supuestos comentarios en tono disuasorio de quienes se plantearan orientar su vida de esa manera dudo de que llegaran a hacerse de la manera que La Atalaya lo plantea, al menos de manera habitual. No habrían estado bien vistos. Más bien creo que ese discurso forma parte de toda la retórica de aquél tiempo, desprestigiando a todo aquel que pudiera hacer observaciones parecidas a esas y coartando con ese juicio cualquier opinión razonable orientada a evaluar el costo de tomar unas decisiones que pudieran terminar con un resultado incierto. Con esas declaraciones se aseguraban de abortar cualquier expresión sensata que contrarrestara el fanatismo que impregnaba la vida de los testigos.

Ese aspecto, no menor, de la cuestión también fue abordado por La Atalaya del 1 de Diciembre de 1976. Después de años alentando infatigablemente a que las personas tomaran "decisiones sabias" en su vida, teniendo en cuenta "el corto tiempo que queda", hasta el grado que ni siquiera las palabras de Jesucristo habían de ser un motivo de reflexión, sino más bien no "andar jugando" inadecuadamente con ellas, éstas eran las palabras de dicha Atalaya:

Puede ser que algunos que han estado sirviendo a Dios hayan planeado sus vidas en armonía con un punto de vista equivocado de precisamente lo que habría de suceder en cierta fecha o en cierto año. Es posible que, por esta razón, hayan postergado o desatendido cosas que de otra manera habrían atendido. Pero no han caído en la cuenta del objeto de las advertencias de la Biblia en cuanto al fin de este sistema de cosas, al pensar que la cronología bíblica revela la fecha específica. (Página 728, párrafo 11. Subrayado nuestro)

Pero no es aconsejable que pongamos nuestras miras en cierta fecha, desatendiendo las cosas cotidianas que ordinariamente atenderíamos como cristianos, cosas que nosotros y nuestras familias realmente necesitamos...
Si alguien ha resultado desilusionado por no haber seguido este modelo de pensar, debe concentrarse ahora en ajustar su punto de vista, al ver que no fue la palabra de Dios la que le falló o lo engañó y le trajo desilusión, sino que su propio entendimiento se basó en premisas incorrectas.
(Página 729, párrafo 15. Subrayado nuestro)

Sin embargo, digamos que usted es una persona que contó fuertemente con una fecha, y, loablemente, puso su atención más estrictamente en la urgencia de los tiempos y la necesidad de que la gente oyera. Y digamos que usted ahora, temporalmente, se siente algo desilusionado; ¿ha salido usted perdiendo, realmente? ¿Se le ha perjudicado, realmente? Creemos que usted puede decir que ha ganado y se ha beneficiado por haber seguido ese derrotero concienzudo... (Página 728, párrafo 16. Subrayado nuestro).

De juzgado de guardia son esas declaraciones. ¡Cuánta desfachatez! ¡Cuánta irresponsabilidad! ¡Cuánto desprecio hacia quienes han salido perjudicados por sus peroratas! ¿Quién realmente introdujo y fomentó ese "modelo de pensar" en las congregaciones de todo el mundo? ¿Cómo pueden hablar del propio entendimiento de las personas, cuando realmente lo aplastan si no se conforma a lo que la organización determina? ¿Se puede ser más cínico? Si tan incorrecto era ese "modelo de pensar ¿Por qué no lo atajaron e impidieron su desarrollo con las consecuencias para muchos desastrosas que todos conocemos? El señalar la distinción de dos actitudes diferentes ante la fecha de 1975 es una manera de manipular, es mera teoría, producto de su proceso de justificación. Para exculparse a sí mismos no sienten el más mínimo rubor en inculpar a los demás. Forma parte de su "estilo", no lo olvidemos.

Ahora, desde la lejanía del tiempo, nadie quiere recordar lo que supuso aquella década de febril actividad y enfervorizado apoyo a las proclamas apocalípticas. La historia queda amañada en el libro Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino, con unas frases que no niegan, pero sí amortiguan la realidad del mensaje explosivo que resonó en estadios e instalaciones de todo tipo abarrotadas de gente cautivada por aquellas "buenas nuevas" de inmediato advenimiento. Después de unas someras alusiones al tema, la página 104 de dicho libro únicamente destaca estas palabras de F. Franz:

El punto importante, estimados hermanos, es este: El tiempo es corto. El tiempo se está acabando, y no hay duda de ello.

Al parecer, el tiempo no se estaba acabando más de treinta años atrás. De manera que tampoco esas palabras de tono conciliatorio resultaron ciertas.

A algunos los temas tratados aquí les parecerán lejanos. Muchos de entre los testigos activos, por decirlo de una manera suave, "prefieren" no oir hablar de estas cosas, considerándolas ya superadas. El que yo haya decidido volver a insistir en las mismas obedece a que no considero que eso sea así. Estimo que, más que de unos asuntos concretos, se trata de toda una cadena de hechos que refleja la manera ininterrumpida de actuar de la Sociedad Watch Tower. Con estos temas tuve "sus más y sus menos" en su día, es decir, cuando eran de plena actualidad, fuente de injustificada euforia. Eran los tiempos en que cualquiera que tratara de poner un poco de contrapeso era barrido en coloquios y reuniones para comida o esparcimiento, tratado de poco espiritual y "desagradecido" con la madre organización. Lo mismo era cierto si se exponía, aunque fuera de manera informal, en la reunión del superintendente de circuito con los ancianos y siervos ministeriales en su visita a la congregación. Aquellos superintendentes y ancianos que se explayaban en comentarios, explicaciones sobre la cercanía del milenio, lo inútil de perder el tiempo en carreras o actividades que no fueran las de "precursor", los que celebraban las "pocas" asambleas que quedaban, invitando a aprovecharlas al máximo, quienes vociferaron desde las plataformas el poderío militar y la influencia que iba adquiriendo el "rey del norte" en el seno de las Naciones Unidas, esos hombres que dieron publicidad sin restricciones a esos asuntos, ahora tachan de "desleales" a quienes no hemos olvidado el peligro de dejar a un lado las advertencias reales, escritas, de la Biblia y seguir a unos hombres que no llevan a ninguna parte. Les molesta que alguien les recuerde aquello que tan agradable fue a su "paladar" y a su "oído" no hace tanto tiempo. A eso se llama amor genuino por la verdad, aunque, en realidad, lo que prefieren es aquello a lo que se les ha acostumbrado, la lisonja y que les regalen los oídos.

También considero interesante que otros que no vivieron aquellos tiempos conozcan la realidad de lo sucedido y tal como sucedió, aunque únicamente disponemos del registro escrito. Para no alargarme mucho he creído oportuno interrumpir aquí el análisis de estas cuestiones, porque entiendo que otros temas, como el asunto de la "generación que no pasará", aunque ha sido referenciada en varias ocasiones, merece también un tratamiento más detenido. Es mi intención, por tanto, tratar el tema en otro artículo.

(Contribuido)




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