Hemos recibido esta pregunta de muchos de nuestros lectores o visitantes en esta página. Somos Testigos de Jehová activos y muchos de nosotros ocupamos todavía puestos de responsabilidad en la organización. Usted se preguntará ¿por qué obramos anónimamente? La respuesta para tristeza nuestra, es que la Sociedad no ha contestado las cartas y solicitudes de aclaración en cuanto a nuestra postura actual con relación a la sangre. Y hasta ha amenazado con expulsión a aquellos que se atrevan a ventilar este asunto publicamente.

Como Testigos se nos ha enseñado y creemos firmemente que debemos atender el consejo apóstolico de siempre mostrar lo “razonables que son ustedes” (Fil 4:5), y de dar una razón de la “esperanza que hay en ustedes” (1 Ped 3:15). Hermanos y amigos, la posición que exige la sociedad en cuanto al asunto de la sangre ha causado miles de muertes, lo invitamos a leer el capítulo "¿Qué dice la Biblia exactamente sobre el uso médico de la sangre?", y las preguntas relacionadas con este tema. Si usted tiene respuestas que apoyen la posición de la sociedad, gustosamente las publicaremos, y le reiteramos nuestra disponibilidad de anular esta página en el momento que se nos demuestre que nuestra posición es errónea.

En este momento más de cinco millones de personas están bajo riesgo de morir innecesariamente, por una interpretación errónea y acomodada de lo que significa la santidad de la sangre. Jehová al igual que nosotros amamos la vida, y esa es nuestra única intención, el prevenir muertes innecesarias. No buscamos posiciónes en la organización, no pretendemos formar una secta o grupo aparte, sencillamente buscamos las respuestas a las preguntas que cada vez con más frecuencia efectúan profesionales de la medicina a nuestros hermanos, después de todo, la sociedad no puede exigir que estemos dispuestos a morir por algo que en nuestro concepto no está bien sustentado.

Somos los primeros en lamentar que debamos efectuar este trabajo anónimamente, sin embargo, si usted está familiriazado con nuestra organización entenderá que existe cierta preferencia a catalogar como APOSTATAS a aquellos que efectúan preguntas que la Sociedad no puede contestar, antes que preocuparse por hallar la respuesta.

Desafortunadamente los hechos nos han demostrado que la sociedad considera que la libertad de expresión es un tesoro solo en el caso en el que se nos prohiba predicar, pero, en su concepto, no es algo que valga la pena defender en el interior de nuestra organización, pues existen mecanismos facilistas como el de la expulsión para tratar con quiénes se atreven a efectuar preguntas difíciles.

Respetuosamente lo invitamos a continuar la lectura de ésta página, para que ante todo se forme un concepto propio, que pueda beneficiarle a usted y a su familia, y en segundo lugar para que trate de ayudarnos con sus respuestas, si las tiene, y si no, con el planteamiento cuidadoso de estas dudas a profesionales médicos o a personas con responsabilidad en su congregación.. Sin embargo, le advertimos que sea muy cuidadoso, pues usted mismo podría ser mal catalogado si las efectúa de manera muy abierta.

Primera página

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