Años después, la Aparición de Nuestra Señora de Guadalupe y todas las otras devociones americanas posteriores confirmaron el deseo de la Santísima Virgen María de protegernos, hasta que su Inmaculado Corazón triunfe en el mundo, cada vez más alejado de Dios, como lo afirmara en sus Apariciones de Fátima.  La Santa Misa Tridentina, codificada en 1570 por el Papa San Pío V en la Bula Quo Primum Tempore a perpetuidad se celebra en la América del Sur para Mayor Gloria de Dios. 

En América del Sur, tierra de Santa Rosa de Lima, San Martin de Porres y San Francisco Solano, entre otros tantos, la cristiandad creció dando frutos para mayor gloria de Dios.  Gabriel García Moreno, presidente del Ecuador dió su vida y sembró con su sangre estas tierras, por la instauración de los derechos sociales de la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo. San Juan Bosco propagando la educación católica y Don Orione atendiendo a los enfermos sembraron estas tierras con sus obras al servicio de la Iglesia.
El anticatolicismo y las persecuciones provocadas por la libre interpretación protestante, la revolución contra la Fe y las revoluciones políticas y sociales posteriores atacaron a la Iglesia y desembarcaron e influyeron decisivamente como freno al crecimiento de la Fe en Cristo, trayendo el laicismo y la difusión de falsas doctrinas.La que fue tierra bendecida por el rezo de las primeras Misas al pié de la Cruz sembrada, fue paulatinamente acechada por sectas y falsas religiones.
       
El mayor de sus desafíos fue paradójicamente, al igual que el resto del mundo, el profundo cambio registrado tras el "aggiornamiento" propiciado a partir del Concilio Vaticano II que, aunque fue pastoral y no dogmático, produjo un cambio substancial en la vida ritual y en la doctrina tradicional, trayendo en consecuencia una verdadera revolución litúrgica y sacramental, claramente opuesta al Magisterio de la Iglesia.
        
En la festividad de Corpus Christi de 1969, los Cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci, con la dirección de teólogos a cargo de Mons. Lefebvre, presentaron a Pablo VI un Breve Examen Crítico al Novus Ordo Missae sobre la Misa postconciliar donde expresan:

         
"E
l apartarse a la tradición litúrgica que fue por cuatro siglos signo de unidad de culto, para           sustituirla por otra nueva- que no puede no ser un signo de cisma, por las innumerables                  facultades implícitamente concedidas, y por la cual pulula ella misma con gravísimas ambigüedades por no decir errores manifiestos, contra la pureza de la Fe Católica- nos parece, para expresar nuestra opinión, más benigna, el error más mounstroso ... ; el Novus Ordo Missae ... se aleja de manera  impresionante, en  conjunto y en detalle, de la teología católica de la Santa Misa, cual fue formulada en la XXII Sesión del Concilio de Trento, el cual al fijar definitivamente los cánones del rito, levantó una barrera infranqueable contra toda herejía que pudiera menoscabar la integridad del misterio."
         
Entre 1968 y 1973 se procedió a la reforma de los rituales de los Sacramentos y en 1999 del exorcismo. Posteriormente asistimos atonitos a la reforma del rezo del Padre Nuestro y del Santo Rosario, modificando la forma indicada por la Sma virgen a Santo Domingo.
         
También los católicos orientales han comenzado a padecer el modernismo en la liturgia y de modo contundente han sido abandonados tras la Declaración de Balamand
, firmada en junio de 1992. El falso ecumenismo trajo como consecuencias el ingreso de las falsas doctrinas a las que se había combatido durante cientos de años.
         
Ahora son "otras" verdades que se comparten inexplicablemente y contradictoriamente con la verdad que profesamos en el Credo, so pretexto de diálogo, confundiendo la sana y pacífica tolerancia con la aceptación del error. America del Sur asiste al embate de heregias, falsas religiones y sectas que atrapan las almas quitandolas del camino de la Salvacion.

"Todo el que quiera salvarse ante todo es menester que  mantenga la fe católica; y el que no la guardare integra e inviolada, sin duda perecerá para siempre", señala el comienzo del símbolo (Credo) Quicumque o Atanasiano (D 39).                                                                                     

San Atanasio, defensor de la tradición católica frente a los arrianos, nos reconforta lo indicado al presente en una de sus cartas desde el exilio escrita en el año 356:
"la Fe es más importante que los templos" sepamos imitar su vida en defensa de la Fe de siempre.

Diversos Pontífices advirtieron estos cambios (mencionamos tan sólo tres cada 68 años en los últimos 165 años):

"Del pozo negro de la indiferencia se levanta el delirio de la libertad de conciencia y de las entrañas del mismo Infierno emerge la mentira del progreso", Gregorio XVI, Encíclica Mirari Vos, 1836.

"De ahora en más, el enemigo no está fuera de la Iglesia, sino dentro de la Iglesia misma", San Pío X, Primer Encíclica de 1904.

"El humo de Satanás ha penetrado en el templo de Dios"
, Pablo VI, Alocución en el día de San Pedro, 1972.

El primer escrito en lengua castellana conservado data del año 975 y se trata de una afirmación de fe en el misterio de la Santísima Trinidad y una oración dirigida a Dios, la primera parte es una traducción del latín y las últimas 14 palabras fueron escritas por un Monje anónimo de San Millán y dicen así:
"Hágamos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz gozosos seamos.  Amen".

Hoy, en un mundo "globalizado" por la tecnología, el dinero y los medios de comunicación, donde todo fluye sin control, la tradición de la Santa Madre Iglesia, "una, santa, católica y apostólica", conforme profesamos en cada rezo del Credo permanece y resiste en América del Sur, sujeta a la Divina Providencia y sus designios. La obra de la Fraternidad Sacerdotal San Pio X, fundada por Monseñor Lefebvre, apoyada por Monseñor de Castro Mayer y varios valientes sacerdotes que permanecieron fiel a la Misa de Siempre se sostiene en America del Sur en el verdadero servicio a la San Iglesia, conforme lo que nos dice el Apóstol San Juan en su Evangelio (cap. II, 18) "lo que habeis oido desde el principio permanezca en vosotros".

San Vicente de Lerins, Doctor de la Iglesia, nos advierte en consecuencia:
"si algún contagio nuevo se esfuerza en envenenar, no ya una pequeña parte de la Iglesia, sino toda la Iglesia entera a la vez, incluso, entonces su gran cuidado será apegarse a la antigüedad, que evidentemente no puede ya ser seducida por ninguna mentirosa novedad".

Para ello queremos cumplir con lo anunciado el 29 de abril de 1954 por S.S. Pío XII a la Unión Internacional de Prensa Católica:

"MIENTRAS los demás se abandonan a la duda y a la crítica, el periodista católico, digno de ese nombre, pondrá su pluma al servicio de la verdad católica sin achicarla ni ocultarla so pretexto de no ofender a los adversarios de la fe.

DEBERA desenmascarar el error, cualquiera sea el nombre que lo cubra.
SERVIRA con entusiasmo a las grandes causas de la Iglesia según su espíritu y sus directrices, principalmente en el campo de la justicia social y de la paz internacional.
SERA PARA EL un deber iluminar la conciencia de la opinión pública acerca de la lucha despiadada que en ciertos países se lleva a cabo contra la Esposa de Cristo; y, consecuencia de ello, la Iglesia habrá de aparecer más grande todavía ante los ojos de los fieles y aún de los hombres de buena fe, por el martirio de sus Obispos, de sus sacerdotes y de tantos de sus hijos.
EL PERIODISTA CATOLICO POSEERA EL AMOR PROFUNDO E INALTERABLE RESPETO AL ORDEN DIVINO, QUE ABRAZA Y ANIMA TODOS LOS DOMINIOS DE LA VID
A". Pío XII          
La tradición bimilenaria de la unam, sanctam, catholicam et apostólicam Ecclesiam permanece fiel frente al embate del modernismo también en la América del Sur. 

El 12 de octubre de 1492, el almirante Cristóforo (del griego portador de Cristo) Colombo clavó una cruz en tierra americana, al desembarcar de su nave insignia, la Santa María trayendo para estas tierras el camino, la verdad y la vida de la Salvación de Nuestro Señor Jesucristo
(Carta  Encíclica Quarto abeunte saeculo sobre C.Colón del Papa León XII de 1892) .